Capítulo 10: ¿Inocente?

N/A: Queridos lector s, lamento mucho la espera, estuve corrigiendo fics y cuando iba a empezar a escribir sobre este justo entre de nuevo s la universidad, prometo que me esforzaré para ya no tardar, por ahora disfruten esto:

Isabella POV

Pasó un mes antes de que Joseph Coleman me contactara para que fuera a su despacho en Londres. Me acompaño Mello, me alegraba que me acompañara, pero pienso que más bien lo hacía porque quería asegurarse de que no hiciera alguna locura. Una vez que llegamos a las oficina del despacho nos sentamos frente al escritorio esperando a que entrara el abogado, yo estaba ansiosa de ver como era.

Cuando entro a la habitación me sorprendí, claramente era un hombre mucho más joven que mi madre, seguro tendría unos veintinueve a lo mucho, era bastante guapo a decir verdad, por sus facciones podía asegurar que era americano, era muy alto, su piel estaba bronceada, su cabello era castaño claro y estaba ligeramente despeinado, lo cual lo hacía ver más casual a pesar de que llevaba un traje de aspecto caro, sus ojos eran café claros, pero cuando me vieron hizo que me encogiera, era como si me atravesaran el alma, trague saliva.

-Niños, si me contrataron por alguna idiotez como que sus padres los regaña o castiga sin salir, temó decirles que no puedo tomar acción legal en esos aspectos, así que no me hagan perder mi tiempo- Mello frunció el ceño.

-¿Qué demonios te crees? El que seamos adolescentes no significa que seamos idiotas- reclamo -por lo que cobra, creo que merecemos un poco más de respeto-

-Bien, entonces ¿En qué les puedo ayudar?- preguntó con aburrimiento.

-Tengo esto y me gustaría hacerlo valido- dije aun sintiéndome intimidada por su mirada, en cuanto le entregue el testamente el me volteo a ver sorprendido.

-Señorita River, le puedo preguntar ¿Qué significa esto? La mujer que menciona aquí es mi esposa, es imposible que usted sea su hija, ella no puede concebir- Mello rodó los ojos.

-Eso debería preguntárselo a su mujer- contestó de manera altanera.

-Si no le molesta ¿Podría dejarme hablar a solas con la señorita?- preguntó volteando a ver a Mello.

-Claro que me molesta...-

-Déjalo Mello, estaré bien- dije viéndolo seriamente, él me barrió con la mirada antes de salir de la oficina -esto debe de ser una sorpresa para usted señor Coleman, pero no le miento, todo es perfectamente legal, puede comprobarlo-

-¿Es usted quien le ha estado escribiendo a mi esposa?- asentí -se altera mucho al leer esas cartas, debió de haber tomado acción legal en lugar de chantajearla con un millón de euros que no iba a darle de ningún modo- sonreí ligeramente.

-Pues ya que su fortuna logro comprarlo a usted, supuse que funcionaría- dije tranquilamente.

-A mí nadie me compró, me case con ella por ser una mujer inteligente y hermosa-

-Lo de hermosa no se lo voy a negar, aunque lo de inteligente...- de inmediato me interrumpió.

-No permitiré que insulte a mi mujer- exclamó de inmediato.

-Bueno, ya que su ética profesional deja mucho que desear supongo que buscare un abogado más capaz-

-Nunca dije que no la ayudaría, me parece poco probable que me mienta- dijo poniéndose de pie frente a mí -analizare el testamento y la llamare en cuanto tenga algo que pueda ayudarla- asentí.

-¿Cuánto me costara señor abogado?- pregunté con una voz suave.

-Eso lo discutiremos cuando le de la resolución- dijo -dependerá si ganamos o no la demanda-

-Y si ganamos o no ¿Cuánto será de su comisión?- él sonrió.

-Usted no es exactamente una mocosa mal informada, me sorprende que sepa tanto sobre estas cosas a su corta edad- sonreí.

-Eso le enseñara a no subestimarme- dije con clama -¿Entonces señor abogado?-

-Le pido que no me hable de usted Claire y sobre mi comisión, lo discutiremos luego- asentí.

-¿Eso es todo?- pregunte algo nerviosa por su modo de verme.

-Sí, que tenga un buen día- de inmediato salí encontrándome a Mello que traía una cara de pocos amigos.

-¿Terminaste?- preguntó con hastió.

-Sí, ya vámonos- dije comenzando a caminar.

Durante el viaje de regreso Mello no me dirigió la palabra para nada, me hacía sentir algo mal y culpable. Mientras caminábamos en dirección al orfanato hice que nos detuviéramos, no me agradaba nada su actitud. Quería que me dijera cual era su problema.

-¿Qué?- preguntó fastidiado.

-Eso es lo mismo que te preguntó a ti, no te entiendo Mihael ¿Cuál es tu problema?- él me vio molesto.

-Mi problema es que un yankee parece estar interesado por una chica a la cual prácticamente dobla en edad, fuera de eso estoy bien- suspire pesadamente.

-Por Dios ¿De verdad crees que me podría fijar en alguien como él? No creas que soy tan mala- él me tomo de los hombros.

-No me gusta como te ve, eres una niña de catorce años, además menor de edad ¿No es antiético que le lancé esas miradas a una niña?-

-No soy una niña- reclamé.

-Pero lo eres, aunque no lo quieras admitir-

-¿Y tú como sabes que le guste a ese hombre?- de inmediato se sonrojó.

-Sabiéndolo- respondió tajantemente.

-¿Estas... Celoso?- pregunté acercándome insinuantemente a él.

-Sí lo estuviera ¿Qué?- preguntó aun molesto.

-Pues, te ayudaría a ver que eres el único al que amo- dije acercándome aún más a él.

Mello tomó mi rostro y lo jaló en su dirección para besarme, yo solo cerré mis ojos y disfruté del contacto, esa era la primera vez que besaba a Mello de esa manera, era algo mucho más intenso de lo usual, sentía su lengua intentar abrirse pasó entre mis labios, yo los mantuve ligeramente cerrados para torturarlo un poco. Lo oí gruñir un poco molesto, obviamente se estaba desesperando.

Abrí más mi boca para darle un poco de espació a su lengua que estaba ansiosa por entrar a mi boca. Sentí como me presionaba contra su cuerpo, como reclamándome. Me apegue lo más que pude a Mello, para darle a entender que nunca me fijaría en nadie que no fuese él.

-No estés así, yo no me fijaría nunca en nadie como él por obvias razones, solo tengo ojos para ti ¿No te fas cuenta? Puedo entender tu sentir, ese hombre si me veía extraño, pero no le daré nada de lo que busca de mí- Mello sonrió.

-Más te vale que así sea ojos de gato- me reí, ya me estaba acostumbrando a que me llamara de esa manera.

Caminamos de regreso al orfanato, yo iba pensando en que más podía hacer y si de verdad Mello tenía razón en cuanto a sus celos en contra de Joseph, si era verdad, podía bien usarlo a mi favor de alguna manera.

Luego de una semana el abogado finalmente me llamó, quería que lo viese en una cafetería en Winchester, así que fui sin siquiera decirle a Mello a alguien más, sabía que Mello se enojaría mucho, pero necesitaba estar totalmente a solas con el abogado para sacar un poco más de información.

Sinceramente tenía un poco de miedo, más cuando me vio de esa misma manera extraña cuando entre a la cafetería, me senté frente a él y trate de tranquilizarme, espere a que él comenzara la conversación, lo cual tardo un rato.

-Claire, que gusto verla- dijo sonriendo.

-Igual señor, supongo que ya tiene una resolución- él solo sonrió.

-Hablemos de eso más adelante, es un poco frívolo solo hablar de negocios en un lugar tan hermoso como este ¿No lo cree?- me encogí de hombros.

-Sinceramente quisiera acabar con esto lo más rápido posible, si no le molesta- la sonrisa del abogado se borró.

-Bien, bien, entonces a lo que nos ocupa, el testamente esta casi en orden, solo me queda confirmar su identidad, para eso usted y su madre deberán someterse a un examen de ADN para que pueda asegurar que tu eres su hija y por lo tanto la heredara pero aún así, no podría tomar posesión del dinero ya que es menor de edad- explico, tal vez con la esperanza de disuadirme.

-Le daré el control a mi tutor, de eso no hay problema- asegure.

-De acuerdo, entonces conseguiré una cita en algún laboratorio y veremos, si resulta la prueba positiva, se programara una audiencia, así que yo que usted conseguiría un buen abogado y testigos porque obviamente yo defenderé a mi esposa- reí ligeramente.

-Eso no será ningún problema- me levante de mi siento -entonces estaremos en contacto señor abogado, espero que esto nos sea favorable a los dos-

Comencé a caminar en camino al orfanato, todo iba bien al menos, no tenia absolutamente nada de que quedarme. Al pasar por un puesto de periódicos vi uno en el que aparecía mi madre en una nota sobre filantropía, al parecer había donado algo de su fortuna a amnistía intencional.

La fotografía, que estaba a color, mostraba que me madre se había cortado el cabello, se veía bien. Me acerqué a la persona que vendía y compre un ejemplar. Luego de eso me dirigí a una estética donde hice que me cortaran el cabello como el de mi madre y me lo pinte de rubio. Al verme en el espejo me asombré de lo mucho que me parecía a ella, solo si mis ojos fuesen azules, sería idéntica.

Cuando salí de la estética me disponía a volver al orfanato hasta que vi a Mello por el camino, iba así parecer buscándome, paso a mi lado, pero no me ha deber reconocido de momento, pocos segundos después se detuvo y me volteo a ver sorprendido.

-¿Isabella?- asentí sonriendo.

-¿Pero qué demonios te hiciste el el cabello?- preguntó evidentemente molesto.

-Solo un corte y un poco de tinte- respondí acercándome a él -¿No te gusta?- pregunte colocado mis manos en sus hombros.

-No, no me gusta- dijo quitando mis manos -esta no es mi novia, a mi me gusta tu cabello blanco y largo, estas yendo demasiado lejos con esto-

-Ya, lo lamento, no te enojes conmigo- pedí bajando la mirada.

-¡Deja de hacer eso!- grito de repente.

-¿Qué?- pregunté aun cabizbaja.

-Eso, te haces la inocente bajado la cabeza y fingiendo que eres una pobre niña que ha sufrido mucho, despierta, no todo se trata de ti ¿Ya pensaste que va a ocurrir si sigues asi?- no respondí -no ha pasado por tu mente el daño que podrías ocasionar?-

-Y el daño que se nos hizo a mis hermanos y a mí ¿Qué?-

-Como sea Isabella, solo purga las cosas- pido tomándome de la muñeca -dije que te ayudaría y eso hare, pero me es difícil si tu te largas asi como asi-

Yo solo me deje llevar mientras pensaba en mi próximo movimiento.

Continuará...

N/A: Espero que les haya gustado, hasta la otra.

Sayonara :3