Disclaimer: Todo lo que reconozcan pertenece a J. K. Rowling

N/T: AkashaTheKitty es la autora de este fic. Yo, Moon Dahee, soy la traductora.


Capítulo 1

Los de séptimo tenían clase de Encantamientos. En la mayoría de asignaturas disminuía el número de alumnos en sexto y más aún en séptimo cuando algunos se daban cuenta de que suponían demasiado trabajo y las abandonaban. Esta no era la situación en este caso. Veinticinco estudiantes de las cuatro casas habían decidido permanecer en esta asignatura, lo que hacía que la clase fuera más grande que los años anteriores. Era la última clase del día y era viernes, así que la mayoría de los estudiantes se sentían inquietos. La mayoría, pero no todos.

La mano de Hermione salió disparada en el aire.

—¡Wendelin la Rara fue quemada en la hoguera 47 veces, señor! —respondió con ganas al profesor.

Se oyeron unos cuantos quejidos y gruñidos de sus compañeros de clase y Hermione los miró por encima del hombro con el ceño fruncido. No entendía aquellas reacciones que cada vez ocurrían con más frecuencia siempre que contestaba una pregunta. Oyó un bufido y sus ojos volaron hasta el culpable. Era Draco Malfoy, por supuesto, que le devolvía la mirada con sus mismísimos ojos burlones. Hermione frunció más el ceño. Bueno, al menos él había sido así siempre.

—Eh… Sí, señorita Granger —dijo el profesor Flitwick con su voz afable de siempre—. ¿Y cómo sobrevivió? —Miró expectante a la clase, quien, en su mayoría, le devolvió una mirada inexpresiva. Alguien tosió y él suspiró—. ¿Señorita Granger? —La clase gruñó otra vez y el profesor les lanzó una mirada severa.

—Con un encantamiento para enfriar las llamas, profesor —respondió, casi impertérrita ante las reacciones de todos, pero le dio una fuerte patada a Ron por debajo del pupitre cuando él también puso los ojos en blanco y murmuró algo. En serio. Se suponía que era su amigo.

—Correcto —respondió el profesor y a continuación les mostró cómo enfriar las llamas mientras a Ron se le aguaban los ojos y se inclinaba para frotarse la canilla. Detrás de él, Mandy Brocklehurst se reía tontamente.

Poco después, la clase estaba ocupada intentando enfriar sus propias llamas. Hermione, por supuesto, lo hizo bien en solo unos pocos intentos y se sonreía a sí misma con orgullo mientras pasaba la mano por las llamas y no sentía nada más que un aire cálido y agradable.

—Muy bien, señorita Granger —la alabó el profesor Flitwick y la sonrisa de Hermione se ensanchó hasta brillar.

Muy bien, señorita Granger —lo imitó alguien tan pronto como Flitwick estuvo lejos como para no oírlo y hubo una explosión de risas tontas. Hermione las ignoró.

—¡Eh, Granger! —la llamó Malfoy desde donde estaba de pie con los otros de su casa—. ¿Te importaría meterte en mis llamas a ver si lo he hecho bien? —Otra vez risas.

Hermione lo miró con odio, pero él solo sonrió con superioridad y se giró para hablar con Zabini, quien aún se reía entre dientes, y Nott, quien intentaba valientemente esconder una sonrisa. El profesor Flitwick había elegido escuchar la petición como una legítima y se apresuró a comprobar las llamas de Malfoy que, para gran disgusto de Hermione, se habían enfriado correctamente.

Harry y Ron estaban haciendo el esfuerzo de ayudarse mutuamente y, aunque a Hermione no le habría importado ayudar a Harry, aún estaba molesta con Ron, así que se fue a ayudar a Neville en su lugar. Hermione sintió una perversa satisfacción cuando Neville lo consiguió antes que Ron. Harry había conseguido hacerlo bien por sí mismo, pero Ron estaba teniendo problemas de verdad y sostenía la varita de una manera completamente incorrecta.

Hermione le dio la espalda deliberadamente y echó una ojeada al grupo de Slytherin, donde ahora la mayoría estaba solo hablando. Solo uno de ellos no lo había hecho bien por entonces: Daphne Greengrass, una chica común y corriente en comparación, considerando a los egocéntricos que residían en su casa. Daphne soltó un sonido de frustración y Zabini se movió para ayudarla, pero antes de que él llegara a ella, Malfoy lo paró con un gesto de la mano y se acercó él mismo a la chica. Le puso una mano en la muñeca y la otra en la cintura para acercarla. Daphne no era una chica muy alta y la cabeza solo le llegaba a la barbilla de Malfoy. Malfoy les guiñó un ojo a sus amigos con lascivia y se inclinó para susurrarle a la chica en la oreja. Ella se sonrojó y Hermione entrecerró los ojos, en shock por el comportamiento de Malfoy. Los rumores decían que estaba saliendo con Pansy Parkinson, quien, convenientemente, no había cogido Encantamientos. ¿Y así era como él se comportaba? Sin embargo, antes de que Hermione tuviera la oportunidad de decir en voz alta su opinión, Daphne hizo un movimiento rápido con la varita y se puso a chillar de júbilo porque el encantamiento había sido un éxito. Entonces Malfoy la soltó y se fue a hablar con sus amigos otra vez.

Hermione puso los ojos en blanco y se giró hacia sus propios amigos solo para aullar de sorpresa cuando el fuego de Ron se elevó lo suficiente como para lamer el techo con su calor abrasador. Hermione retrocedió unos pasos, sacudiendo despacio la cabeza, incapaz de comprender cómo cualquier intento de hacer un hechizo para enfriar las llamas podía hacer eso. Oyó a gente animando y gritando de alegría a Ron, cuya cara ahora se parecía a un tomate por el color. Flitwick se apresuró a controlar el fuego, reprendió a Ron para que tuviera más cuidado y practicara más y entonces dio la clase por finalizada, sacudiendo la cabeza con resignación.

Otro viernes por la tarde más.

Hermione cogió la mochila con rapidez y empezó a salir con los otros. Tenía una reunión con el director y el otro Premio Anual en solo media hora y quería ir a su habitación para quitarse la túnica de trabajo antes.

—¿Qué le dijiste? —le preguntaba Zabini a Malfoy a solo unos pasos por delante de ella mientras todos salían al pasillo—. Nunca la había visto ponerse roja así.

Malfoy soltó una risilla.

—Solo le estaba enseñando algo de Encantamientos.

Hermione no pudo aguantarse un resoplido, el cual ellos obviamente escucharon porque los dos se giraron para mirarla con unos ojos marrones y fríos en una cara oscura coronada por pelo negro y unos ojos grises y arrogantes en una cara pálida bajo el pelo rubio engominado. Las diferencias físicas entre los dos eran realmente asombrosas, pero en cuanto a otras diferencias… los dos eran Slytherin hasta la médula.

—Es difícil enseñar algo de lo que no sabes, Malfoy —comentó Hermione mordazmente.

Malfoy elevó las cejas.

—¿Y… sí? —preguntó—. ¿Es por eso que eres tan popular con los tíos, Granger? —Tanto él como Zabini se empezaron a reír, se dieron la vuelta y se fueron sin esperar respuesta.

Por supuesto, Hermione en realidad no tenía una respuesta. Nada que lo pusiera en su sitio, al menos. Hermione no era popular con los chicos. Normalmente lo explicaba con que ella no era una chica muy femenina y que a los chicos de su edad les intimidaba su inteligencia, pero era de esperar que ellos no lo entendieran.

Hermione estaba frunciendo el ceño en la dirección por la que se habían ido cuando Harry y Ron la alcanzaron.

—¿Por qué tanta prisa? —le preguntó Ron a Hermione, que parecía haberse olvidado de su pequeña escaramuza en clase. Hermione decidió olvidarse de ello también. Después de todo, le había dado una buena patada.

—Tengo que darme prisa y cambiarme. Tengo una reunión en… —Comprobó el reloj—. 25 minutos. —Apuró el paso.

—Ah, sí —dijo Harry—. ¿Cómo va lo de ser Premio Anual? Ya hace un mes. ¿Alguna baja por ahora?

Hermione se encogió de hombros.

—Va bien.

—Aún no puedo creer que hayan hecho Premio Anual a un Slytherin —se quejó Ron.

Hermione elevó las cejas y le lanzó a Ron una mirada de diversión.

—¿Ah, sí? ¿Quién podría ser Premio Anual? ¿Tú? —No pudo evitar una risilla poco favorecedora y Ron la miró con el entrecejo fruncido.

—¡O Harry! ¡No tiene mucho que hacer este año! No se necesita haber sido prefecto antes, ¿sabes? ¡Él tampoco lo fue ninguno de los dos años tampoco, te recuerdo!

Harry sacudió la cabeza.

—No cuentes conmigo —dijo—. Estoy perfectamente feliz con ser capitán de quidditch y con tener tiempo libre.

—¿Y qué tal Ernie Macmillan? —insistió Ron—. Tiene… cualidades de Premio Anual.

—¡No puedes hablar en serio! —chilló Hermione—. ¿Con lo pomposo que es Ernie y me harías trabajar con él todo el año?

—Tiene razón, amigo —interrumpió Harry—. Sería como tener a Percy otra vez.

—¿Entonces estás diciendo que en realidad te gusta? —preguntó Ron, incrédulo.

Hermione sacudió la cabeza.

—No, no me gusta. Pero no tiene que gustarme para pensar que es el adecuado para el puesto. Es bueno manteniendo a los Slytherin controlados y decente con la mayoría de estudiantes… Oh, no me mires así, Ron. Lo es. Somos más bien nosotros tres los que no les gustamos a los Slytherin y eso es porque, bueno…

—Porque yo soy el Niño Que Vivió y vosotros mis amigos —interrumpió Harry con tranquilidad—. Y también porque Hermione los supera en la mayoría de las clases —se apresuró a añadir cuando Hermione le dirigió un ligero ceño fruncido.

Hermione suspiró. Era verdad que a los Slytherin no les gustaba que nadie los eclipsara y ciertamente Harry los había eclipsado un poco. Su mejor amiga, que era nacida de muggles y sacaba notas más altas que cualquiera de ellos en todos los exámenes, no ayudaba mucho tampoco. Aunque últimamente era como si hubiera alguna otra cosa, otra razón. Como hoy. Hermione había notado claramente que Megan Jones le había puesto los ojos en blanco a Wayne Hopkins junto con el resto de la clase y luego se habían puesto a cuchichear mientras le echaban miraditas a ella. Los dos eran de Hufflepuff y neutrales en cuanto al estatus de sangre, así que Hermione no tenía ni idea de lo que había hecho ella para merecer eso de ellos. Dolía un poco.

Respirando hondo, reprimió esos pensamientos. No era la chica más popular del colegio, pero era Premio Anual, así que no tenía tiempo ni razón para la autocompasión. Cuando llegaron a la sala común de Gryffindor, les dijo adiós rápidamente a sus amigos antes de correr a su habitación, quitarse la túnica, coger el suéter, pasarse el cepillo por el pelo y salir corriendo por las escaleras otra vez. Quedaban seis minutos.

Enseguida estuvo frente a la gárgola del séptimo piso, jadeando un poco.

—Delicias turcas —dijo, comprobando el reloj. Cuatro minutos. Había ido según el horario previsto.

La gárgola se hizo a un lado, Hermione se adentró en las escaleras movedizas y, cuando alcanzó la puerta en la cima, se enderezó antes de tocar educadamente y esperar hasta que le dijeran que entrara.

—Ahh, señorita Granger —decía Dumbledore mientras ella entraba—. Justo a tiempo, pero veo que has venido sola. —Gesticuló para que se sentara.

—¿Sola? —preguntó Hermione, aún sin aliento y ahora también confusa.

—Sí. También esperaba al otro Premio Annual—aclaró.

—¡Oh! Bueno, estoy segura de que estará aquí en solo un segundo. Yo tuve que darme prisa y mi dormitorio está cerca. Estoy segura de que se tarda un poco más si tienes que ir a… las… mazmorras… —Su voz titubeó cuando la mirada algo divertida de Dumbledore la desconcertó.

—Siempre el espíritu de la justicia, ya veo, señorita Granger —dijo él, soltando una risilla—. Pero el hecho sigue siendo válido: la hora era la misma que para ti, ¿verdad?

Hermione se estaba sintiendo un poco incómoda. No le gustaba estar en aquella situación porque el Premio Anual no pudiera ser puntual. ¡Ella no era su niñera, por el amor de Merlín! Hermione se removió en el asiento, intentando pensar en qué decir. Después de unos minutos, el silencio fue demasiado.

—Yo, eh, estoy segura de que estará aquí en solo… —hubo un golpe en la puerta—… un segundo —finalizó Hermione, respirando aliviada. Por fin. Le echó un vistazo al reloj. Para ser justos, solo llegaba cinco minutos tarde.

—¡Adelante! —dijo Dumbledore y luego hizo gestos al chico para que se sentara cuando entró.

—Granger —murmuró él cuando se sentó.

—Nott —respondió Hermione con un mero asentimiento.

En realidad no era tan malo trabajar con Theodore Nott aparte de por los detalles desafortunados de que le desagradaban los nacidos de muggles —aunque había que reconocerle que no alardeaba de ese hecho— y de que era un… bueno… un Slytherin. Aparte de eso, solo era un chico callado y fibroso tan pálido como Malfoy, pero con el pelo castaño oscuro y rizado y ojos pensativos escondidos tras unas gafas.

—Siento llegar tarde, profesor Dumbledore —dijo Nott con su suave voz y sin ofrecer una excusa. Ese era su estilo. Raramente decía más de lo necesario y asumía que si necesitaba excusarse, entonces le pedirían que lo hiciera.

—No importa, señor Nott. Ahora está aquí —dijo Dumbledore—. La razón por la que quería veros es porque he decidido hacer un pequeño cambio. Uno que os beneficiará a los dos, espero.

—¿Un cambio, señor? —preguntó Hermione.

Dumbledore le sonrió con indulgencia.

—Sí, señorita Granger. Veréis. En los mejores momentos, ser Premio Annual es un trabajo duro. Esos momentos, sin embargo, pueden demostrar ser casi una tarea insuperable. Así que me gustaría que cada uno de vosotros eligiera a un Vice Premio Anual. Un ayudante, si queréis.

—Pero… —Hermione frunció el ceño—. ¿No están para eso los prefectos?

—Preferiría que eligieras a una chica de sétimo para ayudarte, señorita Granger. Compartiría tus tareas y ahora, más que nunca, se necesita mucha madurez para asumirlas.

—¿Es por Quien Usted Sabe? —preguntó Nott en voz baja.

Hermione sintió la necesidad de tragar algo que le oprimía la garganta. La mayoría de los días se olvidaba de que el padre de Nott había sido uno de los mortífagos que había estado en el Departamento de Misterios hacía poco más de un año. Parecía que hacía tanto tiempo, tan irreal, y en realidad a Hermione le resultaba difícil entender que esos hombres enmascarados eran los padres de algunos de sus compañeros de clase. Daba igual lo mucho que la desagradaran esos compañeros en particular.

—Sí, señor Nott —respondió Dumbledore un poco triste—. La guerra está causando estragos. A pesar de lo que ha pasado y de lo que casi pasó aquí en la escuela el año pasado, Hogwarts es aún un lugar seguro. Pero los estudiantes aún están asustados. Están preocupados por sus familias y el futuro. Naturalmente, el profesorado siempre estará a su disposición, pero para la mayoría de los estudiantes hablar con otros estudiantes es preferible a hablar con estos viejos despojos que son los profesores, ¿no crees? Cada uno de vosotros pensad en un candidato para ser ayudante y volved para discutirlo conmigo pronto.

Con eso, Dumbledore dio por finalizada la reunión y los dos se levantaron y dejaron el despacho del director. Hermione estaba muy concentrada en sus pensamientos hasta que llegaron al otro lado de la gárgola. Con apenas una mirada hacia ella, Nott se giró para ir a las mazmorras.

—Oye, Nott —dijo Hermione antes de que pudiera dar dos pasos—. ¿Quizás deberíamos escoger ayudantes de las otras casas? ¿Para ser más accesibles a todo el colegio?

Nott solo se encogió de hombros y siguió caminando.

Hermione se fue por el otro lado.


N/T: ¡Hola! ¡Como dije al terminar mis otras dos traducciones, he vuelto con una nueva! Como siempre, podéis encontrar el link a la historia original y a la autora en mi perfil. Espero que os guste. Os prometo que esta historia es genial y uno de los dramione más valorados en el fandom inglés :). A mí me encanta. Esperad a que empiece lo bueno en un par de capítulos y estaréis enganchadísimas. Jajaja. Eso sí, es muy larga. ¡Tiene nada menos que 103 capítulos! Intentaré no dormirme en los laureles para no tardar tanto como con las otras traducciones, pero no prometo nada porque sé lo que pasa después. Pero, en serio, intentaré ir más rápido que antaño y, por supuesto, no abandonaré :). Cuando le he pedido a la autora si quería decir algo, me ha dicho: "No sabría qué decir. Es una historia vieja, un poco de culebrón, y admito que el desarrollo emocional podría haber sido mejor y el final es demasiado apresurado. Si quieres, di eso xD". En lo particular, pienso que el desarrollo emocional fue increíblemente bueno y del final no me acuerdo, así que ya veremos :). ¡Nos vemos en el próximo capítulo!

To AkashaTheKitty: ¡Thank you very much for letting me translate your awesome story! It's going to be a long way, though ;)