NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS A TODOS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES!

DE NUEVO AGRADEZCO EL APOYO DE TODOS Y AGRADEZCO SU AFECTO Y CARIÑO

ABRAZO ENORME.

Capitulo 90

La noche los abrazó dulcemente y por primera vez en mucho tiempo, Kagome descansó de verdad. Minutos antes del alba, sus ojos se abrían para encontrarse muy sumergida entre los brazos de Sesshomaru y entre ellos, Yashamaru que se estiraba para acurrucarse contra su pecho y continuar durmiendo. La paz que sentía esa noche en ese momento entre esos amantes brazos era sin dudas, algo que jamás había experimentado con anterioridad.

La estrella tríada que aparecía al Occidente ahora se veía sobre el Oriente como esperando por el sol a que se decida a brillar. Para la joven sacerdotisa era una vista espectacular, no solo la estrella, sino el hermoso rostro pálido y apacible que se encontraba a centímetros del suyo. Su hermosa piel, y sus marcas tan sensuales, verlo de tan cerca era un verdadero privilegio.

Largas pestañas plata… Maravillosos rasgos masculinos…La fina boca que grita "Quiero ser besada"…La barbilla tan definida…Regresando hacia arriba, la armónica nariz griega… Mejillas deliciosamente adornadas de magenta… Ardientes ojos dorados…

Uno momento…

¿Ojos dorados?

-"¿Estás despierto?"

-"Obviamente"

-"Lo siento"

-"No fuiste tú, Saiai…Es esta calma…"

Besándola en la frente y acomodando a Yashamaru para no despertarlo, se levantó a servirse una copa de agua.

Su largo cabello cubría su espalda marcada y poderosa. El etérico hakama de seda blanca marcaba su musculoso y firme trasero, Kagome suavemente se levantó de la enorme cama y caminó hacia donde el Daiyoukai se encontraba para lentamente abrazarlo desde atrás y apoyar su mejilla en su fornida espalda.

-"Es extraño verdad?"

-"Hn."

-"Pero…No es para nada desagradable"

El se giraba para abrazarla mientras se miraban

-"Este Sesshomaru fácilmente podría acostumbrarse a esto"

Acercando lentamente su rostro al de la joven Sesshomaru buscó sus labios para besarlos suavemente ayudándose con sus garras índice y pulgar elevaba la barbilla de Kagome y la besaba con inmensa pasión.

Alzándola como a una novia la llevó hasta la cama y la recostó junto al cachorro y se acomodó protectoramente a su lado

-"Hoy descansa onna…Mañana no podrás…No te dejaré hacerlo"

Kagome muy sonrojada le daba un golpe en el brazo

-"Sesshomaru…"

-"Qué? Es la verdad y tu sabes que este Sesshomaru jamás miente"

En minutos Morfeo reclamaba a los Señores del Oeste, que se relajaban nuevamente para después de tanto tiempo, verdaderamente, dormir o intentarlo… El ambiente denso de la noche de luna llena los mantenía girando en la cama y a Yashamaru gruñendo en sueños.

El día más largo de sus vidas había drenado todas sus fuerzas, pero los había llenado con intranquilidad.

Los pasos apresurados retumbaban y la pequeña figura encapuchada se deslizaba velozmente por los pasillos con una vara de piedra-luna, para iluminarse el camino. Guardia tras guardia iba recorriendo los corredores hasta finalmente llegar al dormitorio principal

-"Necesito a los Señores, tengo que pasar"

-"Espera aquí"

Elevaron su youki apenas. Los guardias esperaron a que su Señor les diera la orden

Dentro de la habitación, Sesshomaru despertaba y con él Kagome y el cachorro. Los tres veían hacia la puerta

Sesshomaru ya de pie y con una yukata peltre cubría su escultural cuerpo

Kagome hacía lo propio con una de seda celeste.

-"Adelante"

Un guardia se asomaba reverenciando

-"Gomennasai, Mi Lord"

-"Habla"

-"Kibò san, dice que los necesita, que tiene que pasar"

Asintiendo esperó por la ardilla

-"Kagome Sama…La tajilla…"

-"Oh Kami…ya vienen"

Sesshomaru la vio y enseguida se dio cuenta qué se refería, los cachorros humanos

-"Estaremos allí enseguida"

-"Puedes retirarte"

La pareja se volvió hacia el cachorro

-"Vamos Yashamaru, los cachorros humanos nacerán hoy"

El hermoso cachorro macho asentía y se ponía de pie para que su madre lo alistara

La joven ardilla reverenció y se retiró para avisarle a las otras Miko a solicitud del monje.

Dentro del ala médica, el pobre humano estaba aterrado sosteniendo la mano de su esposa.

Fuera del sanatorio esperaban Sesshomaru, Inuyasha y Danaka, Muy interesado, ya que eventualmente, sus cachorros nacerían de una hembra humana.

Los gritos se oían desde afuera. No eran alaridos, eran como rugidos de una guerrera. Y eso era justamente Sango, una guerrera dando a luz.

Los machos apretaban las mandíbulas, imaginando los dolores que estaba experimentando la mujer. Los hermanos habían sentido en carne propia los dolores a través del vínculo y sus caras eran de absoluta preocupación.

El tigre lo sabía, a él le esperaba lo mismo, tal vez. Dependía de la intensidad del mismo vínculo, los Taisho estaban profundamente conectados a sus parejas. Otro rugido y sus ojos estaban en las puertas del recinto.

Kagome se asomaba

-"Necesitamos a Krisstal, onegai es urgente"

Inuyasha rápidamente desapareció por los pasillos. La Señora del Sur descansaba en sus aposentos, era estrechamente vigilada ya que en su estado y bajo todo el estrés del día anterior necesitaba el descanso. Pero sus dotes de sanadora experta en humanos eran necesarias en el momento crucial.

Los Señores del inframundo se acercaron rápidamente emocionados por la llegada de nuevos miembros de la manada.

Sango mordía una lonja de cuero en cada contracción. Las Miko le secaban el sudor, la ayudaban abanicándola y pasándole reiki para aliviar su dolor.

Miroku sufría el estrujamiento de sus manos y era receptor de los insultos más cómicos y merecidos que se habían escuchado en palacio jamás.

Ya de regreso, Inuyasha afuera se doblaba de la risa y sus carcajadas eran acalladas por un golpe detrás de su cabeza propinado por Inu No Taisho que intentaba llamar al silencio y respeto a su hijo menor

Mientras Krisstal y Kleinez llegaban y ella ingresaba, los machos reían. Kleinez miraba hacia los portales del sanatorio incrédulo de que semejantes apelativos pudiesen salir de la boca de una hembra.

-"Buenos días…Es… Es esa la exterminadora?"

-"Hn"

-"Ahá"

-"Así es"

La sonrisa del leopardo era reemplazada por terror del más puro a medida que los rugidos y gruñidos de la hembra se hacían más audibles

-"Está…Sufriendo bastante…"

Sesshomaru respondía

-"Recién comienzan sus contracciones"

La cara desencajada del Hyò

-"Sus…Contracciones?"

La ardilla traía una bandeja con té y dulces para los que esperaban. Todo el palacio se regocijaba, dos cachorros más se agregarían y la vida continuaba abriéndose camino.

El dulce rostro de la joven Kibò reflejaba su interés y preocupación.

-"La tajilla es muy valiente"

-"Hn"

-"Keh! Parir uno es tremendo…Ella parirá dos"

La mirada horrorizada de Kleinez

-"Calma amigo neko, todos pasamos por algo semejante, las hembras son mucho más fuertes que nosotros, eso no hay quien lo discuta"

Decía un Kouga que se acercaba desde el pasillo Oeste junto a Ayame y sus cachorros, detrás, Hiroki sonriendo

-"La manada del Oeste se agranda! Enhorabuena!"

-"Lord Ookami…Señora…Lord Kitsune"

Asintiendo todos los presentes los rostros de los neko eran de absoluto pánico.

No era como si no hubiesen sabido de qué se trataba un nacimiento, pero saber que ellos pronto o eventualmente pasarían por ello, los aterraba.

La dulce ardilla les servía una taza de té con sake. Sus pálidas pieles parecían que perderían sus marcas en los próximos minutos

-"De parte de la cocinera…Ushi San… Su pareja es un youkai pantera…"

Todos pensaron…Una vaca y una pantera…Extraña combinación…

Los felinos aceptaban el brebaje y se sorprendían con su sabor. El alcohol les levantaba un poco el espíritu. La ushi youkai sabía mejor que los felinos necesitaban algún ingrediente extra para evitarles avergonzarse desfalleciendo frente a otros. Eran impresionantes en batalla pero muy impresionables ante este tipo de eventos naturales.

Yashamaru caminaba hasta la puerta del sanatorio

Sesshomaru lo seguía

-"Onna…"

Mirando al pequeño y luego a la puerta

-"Hn"

Y así el grito del monje que sentía los huesos de sus manos romperse y el llanto dulce de un recién nacido.

Dentro del recinto Krisstal sostenía a una niña robusta y sana. Su belleza comparable con su madre

-"Houshi Sama…aquí, sostenga a su hija"

-"Hi-Hija?"

El monje muy emocionado sostuvo torpemente y como pudo a su primogénita. Sus manitos y semblante le recordaban a su esposa

-"Eres hermosa, mi pequeña flor…Hana…Ese será tu nombre"

Sango y Kagome secaban sus lágrimas mientras la exterminadora se comenzaba a retorcerse nuevamente.

Un nuevo quejido de Miroku y la poderosa tajilla mordiendo la lonja una vez más.

-"Vamos Sango, puja una vez más, tú puedes, cariño"

-"Voy a matarte después de esto maldito monje pervertido"

Afuera todas las miradas en las puertas

-"Es una niña"

La manada expectante sonreía

-"Ya viene el otro"

Y el llanto se hizo escuchar. Los sirvientes y empleados esperaban desde los rincones alegres por la llegada de dos cachorros más, si eran humanos o no, no era de importancia, eran más bebés para disfrutar.

Sesshomaru colocaban la mano sobre la cabeza de Yashamaru

-"Onna mo"

-"Hn"

La voz de Sesshomaru baja y penetrante

-"Otra hembra"

La manada al fin soltaba el aire que ignoraba tener atrapado entre los dientes apretados

Se daban la mano y esperaban por el monje para felicitarlo.

Dentro del sanatorio Miroku nombraba a su segunda hija

-"Tan bella mi cielo…Sora será tu nombre"

Danaka sentía la emoción y el temor reemplazarse con dolor, mucho dolor por el recuerdo de la imagen de sus cachorros del futuro en el Meidou del cielo.

Aquella otra Noriko era hermosa sin dudas, como la de ahora…Y sus hermosos cachorros…Sus marcas delineadas perfectamente y los ojos verde azulados como los suyos…Marca innegable del clan felino…Su cabello, su piel, sus rasgos humanos…No podía evitar preguntarse acerca de sus nombres y edades…Dolor…horrenda sensación que le calaba el alma.

Sonriendo entre los demás ofreciendo su ENHORABUENA al monje Miroku que salía a dar las buenas nuevas al grupo. Ingresando a ver a los cachorros humanos que dormían junto a su madre para felicitarla y reconocerlos como manada una vez más, saliendo reverenciando a sus Señores para caminar hacia la explanada a tomar aire. Necesitaba ese aire, su cabeza y corazón parecían estallar. Kagome al ver la extraña actitud de su "padre" decidió seguirlo

-"Sesshomaru…Danaka…"

-"Hn."

Y así el majestuoso tigre blanco cerraba los ojos inspirando para intentar ahuyentar esos fantasmas que se empeñaban en quebrarlo de mil maneras.

Kagome veía la hermosa figura felina apoyar sus manos en las caderas y agachar la cabeza exhalando derrotado.

-"Otos…Danaka Sama"

La dulce y suave voz lo trajo de regreso

-"Mi Lady"

-"Kagome, simplemente Kagome…Akira Sama"

-"Otosan…Se siente mejor"

Al sentir la ira y las lágrimas amenazar con escaparse el tora youkai se giró para darle la espalda y apretando los dientes intentó acallar su pena

-"Gome…Otosan, me vi en la obligación de mostrar todo eso…"

-"Esa…Pena que has guardado y soportado sola todo este tiempo…Lady Kagome, Kagome, me habla de la fuerza y de la nobleza que habitan en tu persona… Yo no…Puedo…Apenas si puedo soportar el dolor de ver a mis cachorros y mi pareja del futuro desvanecerse frente a mis ojos. Aunque jamás los tuve, ni los acaricié, jamás mi semilla fertilizó ese vientre, no en este tiempo, ni en ningún otro, sino en aquél que se desvaneció…Eran tus hermanos, tu madre…Cómo puedes continuar…No logro aceptarlo, no logro comprenderlo."

-"Akira Sama…Yo…"

Kagome sentía el filo de los recuerdos de su madre, de Souta y su abuelo, de sus pequeños hermanos hanyou desgarrarle el alma.

-"Y mi Lord…Dos entidades con sus respectivas bestias… Con recuerdos de aquello, y forjando recuerdos de todo esto… Acarreando dolor y tristeza pero aún continuando con su vida… Una mente frágil podría perderse fácilmente intentando comprender…"

-"Otosan…"

La mano de Kagome encontraba la mejilla del tigre y la acunaba tiernamente

-"Kami Sama ha sido benévolo conmigo…Por eso puedo continuar."

-"Benévolo?"

-"Hai…Me trajo a este tiempo, me reencontró con mis afectos, les devolvió sus almas. Me reencontré con mis amigos, mis ancestros y contigo también. Nació mi maravilloso hijo y todo se comenzó a encaminar, hemos logrado desarticular el concejo y…"

Ahora eran las manos con garras del hermoso tigre que acunaban las dos mejillas de Kagome

-"Pero a qué precio…"

-"Cualquier precio es poco para lo que significan para mí"

Detrás de una enorme planta de madreselvas junto a la pared de la explanada, Noriko Higurashi, escuchaba el intercambio entre ellos. Cubriendo su boca para acallar el llanto, y no interrumpirlos, solo atinaba a sollozar en silencio entre las sombras. Cuánta maldad albergó en su interior el maligno hanyou para dañar absolutamente a todos los habitantes de esta era… Decidida a dejarlos en su tiempo padre – hija… Un vínculo que se hacía cada vez más fuerte

Después de todo era lo poco que les quedaba de un futuro que ya no sería nunca más.

Girando para alejarse su rostro fue a dar contra el duro pecho del Señor del Oeste.

Noriko levantó la cabeza para ver contra qué había chocado y se encontró con los ojos dorados ardiendo como flamas, pero una mirada cálida y comprensiva.

Sosteniendo aún la mano en su boca y las lágrimas manchando su bello rostro, la sacerdotisa se encontró siendo consolada por el demonio más poderoso del antiguo Edo y del mundo a saber…Taisho Sesshomaru, que colocaba una mano sobre la cabeza de la mujer entristecida.

-"No pierdas el tiempo penando por lo que no fue y no será…Es hora de mirar hacia un nuevo futuro y está en tus manos reconstruirlo y ser parte del nacimiento de una nueva generación Higurashi, de un nuevo tiempo, de paz, amor y felicidad"

La Miko sonreía tímidamente y apartaba las lágrimas

-"Contempla la nobleza de tu sangre y la integridad de tu pareja, junto a ellos debes caminar, caminar sin miedo Miko, y sé por experiencia propia que las mujeres Higurashi no lo conocen"

La hermosa sonrisa hipnótica que adornaba el rostro, marcado del macho Daiyoukai. Mientras la mujer secaba sus lágrimas, suavemente le decía

-"Eres peligroso, demonio…Me alegra estar de tu lado"

La hermosa sacerdotisa comenzaba a caminar rumbo a su dormitorio, debía asearse y arreglarse para la cena y ocultar su pena frente a Danaka y Kagome, ellos no debían saber que ella los había escuchado. Sesshomaru intrigado ante sus palabras

-"Miko?"

El Daiyoukai la veía alejarse y girarse para responderle

-"Muy peligroso…Con un rostro de ángel y una potencia infernal…Toda una amenaza…Me alegra, me alegra mucho estar de tu lado"

El Lord no pudo evitar reír y negar con la cabeza. Esas Higurashi son más temibles de lo que cualquiera podría pensar, encantadoras y sin pelos en la lengua una verdadera maravilla.

-"Sesshomaru?"

Sesshomaru se giró para encontrarse con que el tora y Kagome lo miraban muy interesados en lo que fuere que estuviera haciendo detrás de la madreselva, La otra sacerdotisa se detuvo a la distancia para ver cómo salía del predicamento

Rápido y sin titubear, el Lord Inu respondió

-"Es hora de la clase de reiki de Yashamaru"

-"Ah! Es verdad!, Nos vemos en la cena otosan!"

Un beso en la mejilla del tigre que caminaba hacia su prometida y la mirada cómplice de la antigua Miko, que mirando al Lord Inu le decía

-"Lo dicho, muy peligroso, youkai jajaja"

Sesshomaru ignoraba a la mujer y se giraba para contemplar el horizonte

Inuyasha se acercaba por detrás, había estado contemplando todo el espectáculo desde la otra columna de madreselvas.

-"Escapaste esta vez"

-"Hn."

La palmada violenta en la espalda del Daiyoukai

-"Entrenamos?"

Sesshomaru contenía las ganas de devolverle el tremendo sopapo al mestizo, pero una sonrisa espeluznante le iluminó la cara al oír la propuesta de Inuyasha…Ah, la venganza un placer de dioses…

-"Absolutamente"…

El ala médica estaba ya limpia y desocupada…

Si después del entrenamiento de los hermanos permaneciera así sería extraño, pero así fue. Solo entrenamiento, en el Oeste ya no había enemistades ni antinomias, todo era armonía y esperanza…Eso Esperanza.

Los nuevos cachorros descansaban en los aposentos del monje y la tajilla. El Oeste disfrutaba de una cena pantagruélica en honor a las gemelas luego de un buen entrenamiento.

Noche de luna nueva en la que Inuyasha lucía una hermosa melena obsidiana y sus manos con uñas romas y sonrisas de dientes cuadrados. Noche en la que Inu No Taisho e Irasue se maravillaban ante la nueva apariencia, nueva para ellos, del mestizo de Occidente

Sonrojándose Inuyasha junto a Kikyo mientras esta conversaba ávidamente con la hermosa Dama del Inframundo que peinaba con sus garras, la negra cabellera del menor de los hijos del general perro.

-"Pero mira Miko qué sedoso es su cabello, a pesar de ser humano"

Kikyo asentía y le explicaba que a pesar de cambiar sus características conservaba las "virtudes" estéticas de su estirpe youkai. De hecho en verdad, Inuyasha era un hermoso ejemplar humano.

-"Mira Sesshomaru, mira sus orejas redondeadas"

El Daiyoukai revoleaba los ojos cansado de los comentarios de su madre y de su padre que mortificaban a Inuyasha manoseándolo, quien no cesaba de bufar avergonzado.

No decía nada y asentía. Si podía les daría más motivos para que continuaran atormentando a su medio hermano, lo cual lo llenaba de satisfacción.

-"Hn. Tampoco tiene sus colmillos de Inu"

-"De veras? A Ver?!"

La mirada de rabia del hanyou era irrisoria para el Lord de Occidente

Para los Inu purasangre era pura fascinación ante el despliegue metamórfico de Inuyasha.

Irasue luego fijó sus ojos en Yashamaru que la miró levantando una ceja

-"Me pregunto…"

Ante la inminencia de lo que su abuela pretendía hacer, el cachorro simplemente respondió

-"No toca, Yasha terminó"

Y sin más dejó su plato y fue a sentarse cerca de su padre, lo que causó muchas risas.

Ambos se veían idénticos y su expresión exacta.

Luego la orgullosa abuela se unió a la algarabía del grupo.

El general perro sin embargo observaba muy curiosamente a Inumaru.

El pequeño observaba todo desde los brazos de su madre. Sus rasgos eran casi puramente humanos a excepción de sus orejas, y su aura.

El rostro del hermoso bebé era serio no gorjeaba ni sonreía muy típico de su tío Daiyoukai y de su primo.

Inuyasha lo observaba y se reía

-"Bueno por fuera se ve como yo me veo ahora, pero mirando su cara de pocos amigos ya sabemos de quién heredó el carácter"

Tanto El Lord como Yashamaru levantaron una ceja

El salón pleno de carcajadas.

Las risas se oían por todo el palacio.

Risas en el salón, risas en la explanada, risas entre los guardias, risas en la cocina. La paz llevaba a todos a reír por las más desopilantes situaciones.

Todo era motivo de risa y felicidad. La ausencia de peligros, la llegada de cachorros, la paz reinante, la inminencia de la construcción de un futuro mejor para todos eran los verdaderos motivos de la alegría de los sobrevivientes a la era Náraku y de su amargo legado.

Risas en el Norte, risas en el Sur, risas en el Este y Oeste… Reír, reír y vivir, apostando de nuevo a la vida, a la esperanza, al amor.

Aprovechando la alegría generalizada el general perro, llamó al silencio para decir unas palabras.

Capturando la mirada y la atención de todos con su hermoso y sonriente rostro, Touga se ponía de pie para hablar.

-"Manada…Poderosa y honorable manada…"

Los dorados ojos de sus hijos y los cachorros, junto con el avellana, violeta, verde azulado, azul oceánico y café tostado de los ojos de los comensales atendiendo a cada una de sus palabras

-"Kami Sama ha sido muy benévolo con este general Inu…Dándole otra oportunidad para vivir y disfrutar de su manada, su familia, presenciar y participar de la construcción de un nuevo futuro…"

Irasue tomaba su mano

-"He recuperado el amor de mi pareja, el respeto de mis hijos y he ganado aliados…Invaluables y muy caros para mi"

La manada levantaba sus copas hacia él

-"Y la bondad legendaria de ese Kami continuó permitiéndome presenciar la llegada de mis nietos y ahora…De mi nuevo hijo…"

Sesshomaru escupió lo que estaba bebiendo. A Inuyasha se le cayó de la boca un enorme bocado de carne y los demás muy sonrojados aplaudían y levantaban las copas una vez más

-"Ooooh! General! En buena hora!"

-"Irasue Sama! Omedettò!"

Kagome y Kikyo aplaudían y felicitaban a la Dama Inu, pero Sesshomaru e Inuyasha no lograban despertar de su shock.

El mestizo no lograba cerrar la boca mientras golpeaba a Sesshomaru en la espalda que no cesaba de toser

-"Tú toses y toses pero soy yo el que tendrá que soportar a otro culo sama"

Kagome se reía de la reacción de Sesshomaru muy enternecida y a la vez sorprendida. El nunca se expresa tan abiertamente pero evidentemente la situación lo superó ampliamente.

Pero los rostros sonrojados de ambos hijos demostraban en lo que estaban pensando internamente, lo que causó mucha gracia a la sacerdotisa.

Recompuesto a medias, el Lord del Oeste no pudo contenerse

-"Pero Chi chi ue…Ya tienes que, Mil cuatrocientos años?..."

-"Mil Cuatrocientos Ochenta"

Mirando a Kagome que cubría su boca sonriendo y con su mano acariciaba el rostro colorado del Lord

-"Hn…"

Inuyasha por su parte no cesaba de hablar

-"Son un montón de años! No puedo creer que todavía puedas…"

-"Inuyasha!"

Kikyo golpeaba su cabeza con un abanico

-"Pero Kikyo! Es mi padre! El viejo!"

Miroku riendo

-"Al parecer no es tan viejo Inuyasha"

-"Keh! JJJJJjjjjjjjjjjjjj Aaaa Cállate monje NO quiero imaginar nada, no quiero tener imágenes raras en mi mente!"

Irasue reía y su rostro ahora que la veían detenidamente, estaba radiante. La hermosa Dama del Inframundo estaba esperando y esta vez era fruto del amor, no de algún interés político, era un cachorro no planeado pero muy bienvenido.

Recuperados de la impresión ya el brindis y los abrazos por parte de los futuros hermanos mayores no se hicieron esperar. Los Inu estaban exultantes de alegría y todo parecía encaminarse de una manera exquisita.

Terminada la cena, los saludos de parabién entre todos, el cansancio le reclamaba a los cuerpos el merecido reposo por un largo día agitado y pleno de novedades. Positivas pero no por ello menos estresantes, los próximos acontecimientos llevaban a planificar y pensar muy bien los pasos a seguir para acomodarse a las nuevas situaciones venideras.

Los dormitorios silenciosos, cortinados balanceándose por la suave brisa del Este, las estrellas iluminando tímidamente el oscuro cielo.

El mestizo amando a su mujer tal vez concibiendo un hijo tan humano como él en esta noche de luna negra.

El monje y la tajilla recostados admirando las pequeñas manitos y los preciosos rasgos de sus hermosas hijas que dormían entre ellos.

Danaka decidido al fin planificaba su emparejamiento con Noriko para finales de esa luna.

Ayame y Kouga Ookami, Krisstal y Kleinez Hyò, Hiroki el Kitsune sonriente, descansaban relajándose preparados para partir al día siguiente cada uno a su tierra a construir.

En otros dominios…

Los futuros padres contemplando las ardientes cataratas de lava incandescente que caían cercanas a sus aposentos en el palacio del inframundo. Las garras del poderoso general descansando en el plano vientre de la bella dama Inu.

-"Es…Son muy fuertes…"

-"Son?"

-"Hn…"

-"Casi como Sesshomaru?"

-"Casi como Inuyasha"

-"Eso es bueno…"

-"Maravilloso"

La sonriente hembra apoyaba la cabeza en el hombro de su pareja que se mantenía abrazándola desde atrás, los vientos infernales hamacaban sus cabellos y la rojiza iluminación le daban un tinte romántico y sensual al suave y dulce momento.

Con su mirada perdida en el rojo horizonte, Inu No Taisho pensaba profundamente en los acontecimientos en general

-"Kami Sama ha sido muy benévolo…"

El macho Inu suspiraba y repetía

-"Muy benévolo…"

En la habitación de los herederos de Occidente Jaken velaba el sueño de Rin, Shippou y Yashamaru, jugando hasta caer rendidos se fueron acurrucando y los Señores de Occidente decidieron dejarlos dormir juntos a los tres, de todos modos el cachorro ya estaba en edad de unirse a sus hermanos mayores en ese cuarto y la ternura los sobrepasaba a verlos juntos y tan serenos.

-"Mira Saiai…El futuro del Oeste descansa sobre esas pieles…"

-"Oh Sesshomaru…Son adorables…"

Más tarde la promesa del Lord de no permitirle descansar a Kagome se hizo realidad, en el balcón de la habitación real, dos amantes danzaban entre suspiros y silenciosos gemidos.

Lenta y seductoramente Sesshomaru se adueñaba del cuerpo de la sacerdotisa, una y otra vez.

Para apartarse de ella solo en busca de algunas fresas y algo para beber, beber de ella por supuesto. La joven se veía convertida en sensual copa y delicado plato del que se servía el poderoso Daiyoukai. Situación esta y como muchas otras, románticas y sensuales, que se repitieron a diario durante el tiempo venidero…

Un día cuando la hora de despertar llegó, Kagome se encontró sola en la habitación. De pronto Yashamaru de un salto cayó casi sobre ella y estaba viéndola directamente a los ojos.

-"Buenos días mi amor"

-"Madre"

Kagome lo tomó del rostro y lo colmó de besos y abrazos, por unos momentos el cachorro se dejaba mimar, pero al siguiente se alejaba y la veía serio y sin pestañear.

Sus hermosos ojos de un dorado irisado intenso parecían arrastrar su alma a las profundidades de un abismo, al centro del mismísimo sol; su rostro precioso como el de su padre, sus rasgos humanos hermosos y sobre ellos como si se tratase de un holograma visible de a momentos las marcas de su estirpe real.

Su poderoso aura elegía su apariencia, él era todo y era lo que era. Taisho Yashamaru un enigma viviente. Kagome no se cansaba de verlo, era su milagro maravilloso.

De pronto su ronca voz llamó la atención de su madre

-"Afuera hay juguetes"

La mirada asombrada de la Miko que no comprendía lo que su hijo decía

-"Cómo dices?"

-"Afuera hay JU GUE TES!"

-"Juguetes?"

-"Hn. Afuera"

-"Estuviste afuera? ¿Y Papá?"

-"Afuera"

Los golpes en la puerta y Kagome se sentó en la cama

-"Adelante"

En ese momento Kikyo hizo su entrada con Inumaru en sus brazos

-"Se puede?"

-"Si, claro!"

-"Has visto lo que hay afuera del palacio?"

-"Yashamaru me dijo que hay juguetes"

La mayor de las Miko se reía.

-"Si, pues se podría decir que eso son"

Con la intriga que la carcomía y un poco de preocupación, Kagome se lavó y se vistió

Junto a la otra Miko rápidamente se dirigió donde las voces de Inuyasha y Jaken se escuchaban gritando órdenes.

Al llegar al lugar su boca se abrió con sorpresa

-"Pero qué?!"

Sesshomaru se giró para verla y le hizo señas de que se acercara

Ni bien estuvo junto a él, las palabras simplemente dejaron de salir.

Sus ojos no daban crédito a lo que veían, acaso seguía dormida en su habitación y estaba soñando?

Frente al palacio y desde los portones de entrada se sucedían una tras otra las personas y los youkai y hanyou que se acercaban a dejar esos "juguetes".

Solo que no eran juguetes, eran ofrendas, ofrendas de agradecimiento.

Ya era la segunda vez que Kagome recibía la gratitud del pueblo por su heroico sacrificio y su inmenso valor.

Frutas, verduras, dulces, pasteles…

Telas finas y bordados a mano, tejidos y tapices…

Magníficas armas, escudos, yelmos y estandartes, recordatorios de los clanes que enviaban sus tributos.

Oleos, acuarelas, retratos de ella y de la manada del Oeste, carruajes, fabulosos corceles, oro, plata, bronce y platino, piedras preciosas, jade y joyas, maravillosos dibujos de los niños y varios juguetes…

La dulce Miko cubría su boca y susurraba

-"Por Kami…Qué es esto…"

Sesshomaru le sonreía y se agachaba un poco para responderle

-"La gratitud de tu pueblo, Saiai…"

-"O-Otra vez?"

-"Hn"

Kagome se adelantaba y reverenciando levantaba sus manos para que se detuvieran.

-"Estoy inmensamente agradecida con todos ustedes pero no es necesario, esto es demasiado"

La gente la reverenciaba y se acercaba dejando sus regalos, sin hacer caso de los pedidos de la joven. Le debían todo, cualquier cosa que dejaran era poco comparada con todo lo que ella había hecho por todos ellos.

-"Sesshomaru, diles que se detengan"

-"No puedo, Kagome es su manera de darte las gracias"

Reverenciando y algunos, los más valientes reverenciando al Señor del Oeste y solicitando su permiso para tomar las manos de su salvadora y pegar sus frentes a ellas

-"Miko Sama…Domo…Domo Arigatò"

La joven furiosamente sonrojada, el abrasador calor no detenía a los humildes visitantes en su afán de agradecer.

De más está decir que la misma Kagome corrió a la cocina tomó dos jarras de agua fresca y unos vasos y ordenó numerosos alimentos y bebida para los que incesantemente concurrían a dejarle sus ofrendas, ella se acercaba a los peregrinos y les ofrecía agua, y les agradecía muy avergonzada, sonriendo ante la dulzura de su pareja, Sesshomaru se unió a su esposa ayudando a sentarse a los ancianos y ofreciéndoles agua, mientras los soldados de la explanada imitaban a sus Señores confortando a la multitud, repartiendo los alimentos y la bebida.

Cada vez más asombrada la concurrencia por la nobleza de sus gobernantes, su gratitud se hacía cada vez más grande…

Días después, cuando la gente que se acercaba era ya muy poca, Kagome los recibía con la misma gratitud y el Señor del Oeste se unía para agradecer.

El pueblo estaba verdaderamente feliz de las cualidades honorables de sus gobernantes.

La paz y seguridad que experimentaban por primera vez en décadas eran dulcemente fáciles de aceptar y de adaptarse a ellas.

La fuerza pujante del pueblo en su afán de reconstruir el mundo que conocían, su mundo, la lucha incansable por agradecer a sus Señores con su trabajo de cada día, sonriendo, siendo libres y felices…

Sesshomaru y Kagome disfrutaban ver la alegría regresar a su gente.

Al Norte, al Sur, al Este y al Oeste, la escena se repetía.

Anteriormente, tonterías como la ruptura de la rueda de un carro eran importantes y motivo para el disgusto de su dueño, mas después de Náraku, nada de eso importaba.

-"Ja! Maldita rueda, jaja tendremos que repararla, qué más da"

Las dificultades cotidianas se tomaban con naturalidad y humor.

Con el paso de los años…

El tiempo se reacomodaba de manera diferente, pero con un orden exquisito.

Yashamaru e Inumaru ya entrenaban cuerpo a cuerpo en la arena. Sus hermosas tías, Taisho Masako con su mejor cara de pocos amigos, y Taisho Keiko sonriente como su padre, observando desde los brazos de Irasue y Noriko.

Los jóvenes machos de Occidente entrenaban fuertemente bajo la mirada orgullosa de su padre y tío respectivamente.

Los pequeños exterminadores y sus hermanas sagradas. Entrenando cuerpo a cuerpo con su madre.

Los cachorros de Danaka y Noriko poderosos y hermosamente marcados con sus rayas sobre sus pieles tostadas y su mezcla de rasgos. Simplemente eso…Hermosos, pero no por eso menos peligrosos

La gran manada del Oeste a plena actividad…

Las herederas del inframundo habían hecho su ingreso al mundo real. Inuyasha y Sesshomaru finalmente tenían dos hermanas menores.

La belleza de su madre y la peligrosidad detrás del buen humor de su padre, la primer hembra Daiyoukai de la dinastía Taisho, seria y calculadora, minutos después, había llegado la alegre y sonriente segunda hembra Daiyoukai, ambas tan hermosas como su madre, y tan peligrosas como su padre. Los hermanos mayores sentían el aguijón de la sobreprotección hacer mella en ellos.

La vida se tornaba dulce y risueña…

La recompensa al valor, el mundo en su orden correcto, el balance entre especies, caminar entre los habitantes del mundo moderno era una maravilla, comparable a un viaje sobre un camino arcoíris, pleno de razas celebrando sus diferencias y semejanzas…

Las leyendas del Edo antiguo, sin ningún detalle faltante o erróneo, a los jóvenes y niños se les enseñaba la forja de sus armamentos simplemente para exhibición y para fines educacionales, la transmisión de sus costumbres humanas y youkai, la manera de realizar las cosas a la vieja usanza, pócimas y remedios herbales, magia, antiguas costumbres y modernidad, ingredientes necesarios para preparar una sociedad armónica y funcional.

El transcurso de los siglos, el correr de los tiempos…La Inversión de los bienes y afectos…

Una vez más la opulencia de un imperio pujante y poderoso, El Imperio Taisho Higurashi controlando el desarrollo de la vida y los descubrimientos, la industria ecológica al cien por ciento, un mundo sin contaminación, sin agujeros en la capa de ozono, agua para todos, flora y fauna equilibradas, la utilización de los recursos naturales en beneficio de la vida y de la misma naturaleza.

Un dar y recibir equilibrado, justo, exacto…La vida, la felicidad…

El enorme auto deportivo blanco a energía solar paraba frente al enorme edificio Taisho Taisho, detrás de él otro igual en color rojo, del primero de ellos descendía un enorme humano de cabellos plata vistiendo un traje color negro con su corbata en color rojo sangre, de su cuello y sobre el traje mostraba una gruesa cadena de platino con un gran medallón, La ancestral piedra Meidou, símbolo de su regencia sobre el mundo e inframundo.

Su rostro…Una extraña amalgama holográfica, que resultaba hipnótica para los que lo veían. La energía demoníaca que se entremezclaba con la sagrada rodeaban al poderoso macho y le daban la apariencia cambiante de un camaleón, las marcas de su estirpe de a momentos o las características humanas de su madre en otros. Así era Taisho Yashamaru.

Del deportivo carmesí descendía un humano alto, musculoso también, sus cabellos en color ébano, sus rasgos visiblemente humanos a excepción de las orejas en punta. Su rostro y actitud de bromista escondían una poderosa personalidad. Taisho Inumaru, el hijo mayor de Inuyasha y Kikyou.

Lo innegable de los primos era su peligrosidad.

Sus emprendimientos integraban humanos con youkai para beneficio mundial.

Los demás miembros de la manada se concentraban alrededor de la fabricación de medicinas, maquinaria, la invención de nuevos elementos beneficiosos para la naturaleza y turismo educativo.

Todo marchando como siempre debió marchar…

Kagome observaba el amanecer sobre el océano. La brisa salina hamacaba sus cabellos largos apartándolos de su rostro. Las pequeñas gotas de agua salada que se desprendían de las olas al romper en la playa iban lentamente mojando la tela de la hermosa camisa de seda italiana blanca, que le había quitado a Sesshomaru la noche anterior y ahora le servía de yukata improvisada.

Sentía sus ojos llenarse de lágrimas, pero esta vez no era de tristeza ni de emoción descontrolada sino que era causado por la avidez en la manera de observar la aparición de los primeros rayos solares que comenzaban a teñir las tibias aguas que rodeaban su hermosa Isla privada, de un color rosado maravilloso.

Apartando sus ojos del astro solar solo cuando éste comenzó a brillar con mayor intensidad provocándole afinar sus ojos para que su brillo no los lastime.

Con sus brazos rodeando sus piernas y la barbilla apoyada sobre las rodillas la hermosa sacerdotisa de Shikkon inspiró profundamente el aroma de la brisa marina sintiendo la calma y la paz rebalsando en su alma. Lentamente iba levantando su cabeza para echarla hacia atrás y cerrando sus ojos respirar la pureza de la brisa. El éxtasis de su momento en soledad no le permitió percatarse de los pasos lentos pero decididos que se escuchaban detrás de ella.

El gran Daiyoukai caminaba silenciosamente hacia la hermosa imagen que se mostraba ante él:

Kagome sentada en la arena con su cabeza hacia arriba y sus ojos cerrados, la suave coloración rosa que la envolvía cortesía del amanecer le daba un toque mágico y sensual.

-"No sé qué es más hermoso…Si este amanecer y tu figura, o tu figura…Te ves... Radiante Saiai"

Kagome sin moverse un ápice, sonreía con su cara hacia el cielo, lo cual Sesshomaru aprovechó para besarla con adoración.

-"Mmmm.….No deseo regresar…"

-"Hn…No lo harás"

-"No?"

Ella ahora lo veía extrañada

-"Pero es el cumpleaños de Yashamaru, y quiero estar con él"

-"Y estarás"

-"Sesshomaru?"

Sentándose detrás de ella y envolviéndola con sus fuertes brazos besaba su cuello y le susurraba al oído

-"Observa un poco más el horizonte"

Y en lo que ella hacía eso, los pequeños puntos oscuros se vislumbraban a lo lejos.

La flota de helicópteros Taisho, se acercaban con los miembros mayores de la manada.

Debajo de ellos en Yates, el resto de la familia y amigos.

Los demás invitados simplemente volaban junto a las naves cada uno utilizando los recursos con los que Kami los había dotado.

La alegría de la Señora del Oeste que se abrazaba al cuello de su amor y lo colmaba de besos

-"Oh Sesshomaru, gracias, Mmmm. gracias, Mmmm. gracias, gracias…"

Ambos caían hacia atrás riendo.

Los helicópteros descendiendo, y una vez detenidas las aspas las estridentes voces de cachorros, y de las tres naves bajaba la manada de Occidente e iban arribando los demás que volaban por sí mismos, Ah Un se reunía con su hijo Ka Sun y los allegados se iban acercando a la pareja, los jóvenes cachorros de Kagome y Sesshomaru competían con los de Inuyasha y Kikyo para ver quién llegaba primero a ellos. Los niños humanos ni se molestaban en correr, sabían que los youkai y hanyou les ganarían. Luego de varios siglos los hijos eran numerosos, y los amigos también y traían a sus hijos…

Krisstal y Kleinez con sus cachorros, Kouga Y Ayame con los suyos, el Lord del Este Hiroki con su pareja y cachorros, Noriko Y Danaka con la nueva familia Danaka Higurashi, rostros conocidos, rostros de siempre, amigos fieles, leales, rostros que una vez vio llenos de sangre y tierra, ahora limpios, sonrientes y brillantes caminando hacia ellos.

Kagome sentía su corazón llenarse de felicidad ante la maravillosa vista. Todos los años vividos maravillosos años formando el más hermoso vínculo con ellos, su gran familia y haciendo inolvidables recuerdos.

La vida bullía maravillosamente y los Señores del Oeste miraban fascinados como el inmenso grupo de familiares y amigos se encaminaban hacia sus residencias.

Sesshomaru abrazado a Kagome desde atrás la hamacaba suavemente

-"Lo hemos hecho bien Saiai"

-"Hn."

Ante la respuesta de Kagome emulándolo a él, Sesshomaru optó por hacerle cosquillas ante lo que ella comenzó a huir para escapar de ellas. Shimaru jamás se resistiría a una buena persecución, la pareja corría se divertía mientras el público disfrutaba la vista

Inuyasha los veía junto a Danaka y las Miko

-"Keh! Ese hijo de putas se comporta como un cachorro de doscientos años!"

Irasue y Touga se unían a ellos a ver el espectáculo

-"Jamás pensé que viviría para ver esto"

-"Ni para tener más cachorros sin embargo aquí estamos"

-"Hn."

Las risas hacían eco en la playa, las palmeras y eran llevadas por el viento marino coloreando aún más el amanecer.

Maravilloso día en la isla explorando y descubriendo, disfrutando

Finalmente a la hora de cenar, la enorme manada celebraba el cumpleaños de Yashamaru, y la vida, la alegría de haber sobrevivido y continuar forjando el futuro, entre antorchas y mesas llenas de pescado y futas, carnes y exóticas bebidas, la vida era buena al fin.

-"Otanjóbiiiii"

-"Omedetto!"

-"Felicidades!"

-"Feliz cumpleaños Yasha!"

Los brindis sentidos y llenos de buenos augurios, ojos dorados fijos en otros ojos dorados. Los ojos de todos disfrutando, húmedos por la emoción de celebrar otro año de triunfo, triunfo sobre Náraku, triunfo sobre la maldad, triunfo sobre la misma vida. El choque de las copas y el tintineo emocionado, los abrazos y las miradas cómplices.

Felicidad.

Horas después, las antorchas flameaban con la fuerza del viento. Las hojas de las palmeras danzaban frenéticas y las hojas secas crujían, música distintiva de una visita tormentosa.

Todos retirados a descansar, la fuerte tormenta de avecinaba, los poderosos rayos se vislumbraban en el horizonte mar adentro, las olas rompían furiosas en la playa pero toda esa violencia no era más que la fuerza de la naturaleza manifestándose, latiendo a su ritmo.

El mundo se acomodaba, la familia unida continuaba…

Las inversiones económicas funcionaban, las inversiones románticas aún mejor.

Todo era paz, y orden, felicidad y esperanza…

En sus viviendas, algunos dormían, otros soñaban, otros se enamoraban…

En la cabaña más cerca de la playa… Sesshomaru y Kagome se amaban…

FIN.

DEMÁS ESTÁ DECIR LA GRATITUD QUE SIENTO POR TODA LA PACIENCIA QUE HAN DEMOSTRADO A LO LARGO DE LA HISTORIA. AGRADEZCO SU COMPRENSIÓN EN LOS MOMENTOS QUE LA NECESITÉ Y SUS PALABRAS DE ALIENTO ANTE LAS DIFICULTADES QUE ME TOCÓ EXPERIMENTAR. UNA VEZ MÁS A TODOS POR ACERCARSE A LEER MIS LOCURAS. NOS ESTAREMOS ENCONTRANDO EN ALGUNA OTRA "ESPERO", PARA ASÍ PODER PINTARLES UNA VEZ MÁS SUEÑOS EN SU MENTE Y HACER VOLAR SU IMAGINACIÓN.

LOS ABRAZO MUY FUERTE.

MARIKOSAMADAIT.