Los personajes de Naruto son de Kishimoto.

Advertencia: semi AU, OoC, cursilería por parte de las autoras.

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Chapter VI

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Cela que je sens ils sont... Une jalousie?

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Ver a su esposo junto a una mujer tan hermosa como ella era algo que no le sentaba del todo bien. Había algo en la forma como esa mujer de cabellos de fuego trataba a Itachi que hacia retorcerle los intestino pero ¿Por qué ella sentía ese malestar? ¿Por qué… Itachi dejaba que ella se colgara de su brazo de esa forma?

Cerró los ojos y se alejó tratando de despejar su mente. Esa traicionera estaba haciendo estragos en ella y por más que trataba de alejar esas ideas a cada momento volvían con mayor ímpetu.

Esta no era su vida, se sentía aterrada de sentirse como en casa y que todo le fuese arrebatado dejándola totalmente destrozada… y aun así no podía dejar de pensar en lo bien que esa mujer se cernía del brazo de su esposo. Si, Itachi era su esposo, un hueco se formaba en su estomago ante esa idea y la verdad es que no estaba segura si era algo bueno o malo, estaba tan asustada de lo que ocurría que se negaba a dejar que cualquier sentimiento la atravesara.

Es que lo más probable es que estuviese atrapada en un ¿Genjutsu? No, era posibilidad ya fue descartada, entonces ¿En estado de coma y vivía una fantasía tan real que aun le quemaban los pequeños roces de que tenia Itachi con ella?


Itachi suspiró, ¿Esto debía pasar siempre que tenía que escoltar a una mujer?

Mei no paraba de abrazarlo, de sentir sus fuertes brazos, Itachi era aquel prospecto de hombre con el cual toda mujer sueña, tan galante, guapo y educado.

Adoraba a Lady Tsunade por haberle dado a tan hermoso escolta.

—Y dime Itachi... deben haber muchas chicas locas por tí...— Comenzó, debía tener en claro cuanta competencia tendría.

—Pues...— Era una buena oportunidad para aclararlo, —Desde que me CASÉ, las señoritas respetan mi "espacio"...— Indicó respetuosamente, Mei sonrió, eso no la cohibía de abrazarlo... al menos eso... Aquel joven acaba de cerrar sus oportunidades de conquista.

—Y dime, ¿Quién es la afortunada?


Hinata estaba desesperada y su forma de demostrarlo era hacerse un ovillo en su cama mientras miraba por la ventana los pajaritos trinar.

Estaba deprimida.

— ¿Qué es lo que siento?

Hinata tocó su pecho, se sentía ahogada, y aquello no podía explicarse, realmente desde el primer momento en que se despertó a su lado, Itachi Uchiha había sido encantador con ella, tan galante y tan apuesto, con un gran corazón... Todo lo que una mujer sueña, no podía dar explicación a lo que sintió cuando Itachi le dijo que escoltaría a la Mizukage, y mirarlos salir de la torre Hokage tan juntitos provocó que una rabia inexplicable hiciera estragos en ella.

Esa no era su vida, pero aquel sentimiento indicaba, que Itachi iba tomando un lugar especial en su corazón.

Cerró los ojos y sin darse cuenta, cayó en un ligero sueño.

Itachi llegó temprano, pues él y su esposa estaban invitados por la Hokage a la cena que se serviría en honor a su invitada.

Subió las gradas, abriendo suavemente la puerta de papel, encontrándola dormida. Se acercó a ella, contemplándola.

¿Cuántas noches había estado allí observándola en silencio? ¿Cuántas noches había lamentado aquella distancia inesperada entre él y Hinata?

Corrió suavemente un cabello que caía en su rostro, acción que hizo que Hinata despertara.

—Hinata...— Itachi la miró fijamente, aquella mirada hizo que el corazón de Hinata latiera rápidamente.

—I-Itachi San...— La imagen de Mei colgada del brazo de Itachi llegó a su mente, haciendo que su cálida mirada se enfriara.

¿Que sucede?

Itachi la miró extrañado, Hinata utilizaba la solemne "mirada Hyuuga" siempre que había algo que la molestara.

—Estamos invitados a la cena de la Hokage Sama y Mei San...— Itachi se levantó y se acercó a la ventana, contemplando el caer de la noche.

¡ Así que ahora era "Mei San"! Hinata frunció el ceño, tomó su mantita y se envolvió en ella, dándole la espala a Itachi.

—Hinata ¿Estás bien?— Itachi se acercó a ella, tocando su hombro.

Ella no sabía que decirle, pronto se incorporó, sentándose sobre la cama y caminando hacia el armario.

—Iré con usted, Itachi San... ¿Cómo negarme a una cena junto a Tsunade Sama y Mei ¡SAMA!— Enfatizó el honorífico, cosa que no pasó desperdiciada por él . Tomó su ropa y entró rápidamente al baño.

Itachi no entendía nada, solo sabía... que esta cena sería muy... pero muy larga.

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La noche era joven y un ligero dolor de cabeza traspasaba su mente. Sus instintos jamas fallaban y sabía que algo tenía molesta a su esposa, la pregunta era ¿Qué exactamente? Para él no había diferencia, ella era Hinata Uchiha, su esposa, la mujer que ama pero desde ese suceso ella estaba extraña y ya no sabía como actuar con ella.

Su mente de genio rápidamente se puso a trabajar. No era posible que su esposa estuviese ¿Celosa? No ¿O si? Sacudió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos pero eran persistentes y seguían con más ahínco en su cabeza… una ligera sonrisa adornó sus labios contemplando esa suposición.

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—Así que ¿cuándo contrajeron nupcias?—Preguntó una sonriente Mei quien sentía una gran curiosidad por saber los detalles de esa boda. Antes había querido conocer a la afortunada pero ahora estaba intrigada pues no todos los días vez un matrimonio compuesto por un Uchiha y una Hyuuga, mas importante aun, ella era la primogénita del líder del clan lo que le suponía que era su heredera.

Hinata sintió una ola de incomodidad ante la pregunta pues si bien le habían contado como se dieron las cosas entre ellos no es algo que ella pudiera contar de buenas a primeras pues aun ella misma no se lo creía.

Itachi por su parte se percataba de la incomodidad de su esposa y miró a la Hokage quien entendió el mensaje pues la mujer por algo era la líder de la aldea y quien trataba el problema de la ahora Uchiha.

—Realmente eso no importa, lo que importa es como esa cantidad ridícula de mujeres han dejado de perseguir a uno de mis mejores shinobi tras ese matrimonio. La historia la dejamos para otra ocasión ¿Por qué no nos cuentas como ha ido tu viaje Mei?

La Mizukage se extrañó un poco por el cambio adrede de la conversación ¿Acaso había algo oculto? Frunció el ceño ante ello ¿Acaso Konoha trataban de crear otro dojutsu con la unión de el Sharingan y el Byakugan?

Como si leyera su mente, o más bien sus expresiones corporales Itachi procedió a calmar sus dudas.

—Mei san fue una historia un tanto complicada y con gusto la compartiríamos pero Hinata ha tenido un pequeño accidente y posee algunas lagunas mentales— Aclaró como si hablara del clima.

Hinata frunció el ceño pues nuevamente su "esposo" omitía el honorifico que le correspondía a la mujer por su posición pero realmente ella no sabía que la pelirroja lo había pedido como favor especial al Uchiha ¡No usar el sama! Era un privilegio que pocos tenían y ese hombre había sido de lo más atento y caballeroso que lo menos que podía hacerle era librarlo de tanto tecnicismo.

Eso si que es extraño pensó Mei mirando discretamente a la joven mujer Uchiha.

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La tensa noche transcurrió, y de copa en copa la Hokage se encontraba bailando en medio de la pista. Mei tomaba un trago, aún se encontraba pensativa, por lo poco que había visto la relación entre el Uchiha y la Hyuga no era exactamente la ideal.

Quizá eso se deba a lo que Itachi había mencionado con anterioridad...

Pero eso no importa, la "niña malcriada" se encontraba haciendo una rabieta terrible, y el pelinegro intentaba cuidarla, en toda la reunión no había dejado de atenderla, pero ella... se encontraba cada vez más esquiva.

Era hora de darle una pequeña leccioncita.

—Itachi...— Lo llamó con la más sensual voz que pudo haber utilizado en su vida. Tanto la Hyuga como el Uchiha volvieron la mirada. —Sácame a bailar, me encanta esa canción...— No lo dejó responder cuando tomó su mano y lo jaloneó hasta la pista de baile.

Hinata los miraba, sintió su corazón palpitar con fuerza, la rabia y el coraje hicieron presa de ella. Tomó una de las pequeñas botellitas de sake que Tsunade dejó en la mesa y se sirvió un platillo. Miraba a la pelirroja bailar con Itachi, tomó el platillo de un sorbo, frunciendo el ceño por el sabor.

—Pero que hago...— se cuestionó la ojiperla, mirando el platillo entre sus dedos, se desconoció a si misma, ¿Por qué actuar así por un hombre al cual a ella le resultaba indiferente?

Indiferente... ¿Y por qué se le estrujaba el corazón al mirarlos bailar de esa manera? ¿Por qué se sentía tan molesta al verla enredar sus dedos en los cabellos negros de Itachi? ¿Por qué sentía morir del coraje al mirarlo tomarla de la cintura de esa manera y no despegar su mirada de los ojos de la mizukage? ¡Y esa cercanía absurda! ¿No se suponía que la mujer de sus ojos era ella?

¡Y claro que no le importaba! Después de todo... El era un simple criminal al que su aldea le daba caza...

¿Y qué hace compartiendo su espacio, su casa, su habitación con él? no... es más... ¿Qué hace compartiendo la misma mesa junto a la Hokage y él?

Hinata dejó de lado el platillo y alzó la botella bebiéndola de un trago, tenía ganas de gritar, no sabía que hacer... Tomó otra botellita e hizo lo mismo, no quería admitirlo... se había rendido.

Quizá, y no le era muy indiferente que digamos, quizá... y se estaba enamorando de Uchiha Itachi.

—Hinata...— La voz masculina llegó a sus oídos.

—Uchiha San...— Hinata se levantó violentamente, — ¿No debería estar bailando con "Mei"? Si quiere irse con ella... Está en toda su libertad...— lo miró desafiante, pero quiso enseguida tragarse sus palabras al observar con cuidado aquella mirada confundida, herida... Dio media vuelta y echó a correr.

Tras ella estaba Itachi, quien cansado de la situación la enfrentaría. Jamás la había visto así... bebiendo enojada... quizá la idea de verla celosa había disfrutado, eso demostraba que era aún importante para ella, pero aquellos gritos lo habían hecho dejar de lado sus sentimientos.

Se sentía idiota, durante tanto tiempo se había esforzado por conquistarla, pero contrario de ceder ella se iba mostrando más terca. Si esto se iba a acabar aquí... pues que se acabe...

—Hinata...— La tomó bruscamente del brazo y la atrajo hacia él.

Hinata volteó con fuerza, intentó luchar inútilmente contra él, por un momento aquellos ojos llenos de ira y rencor se encontraron, quizá fueron esas copas de más que hicieron que ambos olvidaran todo y comenzaran a besarse con la pasión y el deseo que no lo habían hecho hace meses.

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Black: En primer lugar y en nombre de Roji y mío quiero pedirles disculpas por la larga espera a la que los hemos sometido, la verdad es que la inspiración no ha estado de nuestro lado, intentamos escribir pero lo que sale no nos convence y si es así ya luego seguimos en un estado de coma inspiracional. Esperamos que este pequeño capitulo les convenza de seguir apoyándonos pues no pensamos abandonar el fic que tan feliz nos hace escribirlo y esperamos que también a ustedes les hagas felices leyéndolo.

Agradecemos a: AZULGEP, Ale, Chica de porcelana (si te fijas bien no es Karin la pelirroja de la historia), Beta-Chan 18, karla-eli-chan, KattytoNebel, FlorItachiUchiha, yuukistrawberry, sky-blue-galaxy, Ghest. Muchas gracias a todos por su apoyo.

PD: Esto que siento son…¿celos? Es la traducción del título de este capítulo.