Capítulo 23

Epílogo


Una de las primeras cosas que hice al salir del hospital fue visitar el cementerio. Tenía que contarle a Rin que había conseguido interactuar con el hijo de Minato sensei y Kushina san y que esperaba haber logrado una distracción en él de todo el rechazo. Le conté algo breve de todo lo pasado y ella pareció sonreír a través de las flores blancas que pude cortar de algún jardín cercano.

Después fui a la piedra en honor de los héroes caídos, también mantuve al tanto a Obito de todo, que había conocido a uno de su familia bastante distinto él, que el hijo del sensei y Kushina san se parecía bastante en carácter a él mismo y el resto de las "aventuras" con los niños.

El último lugar en visitar fue mi antigua casa. En una de las zonas más tradicionales y olvidadas de la aldea se encontraba mi hogar, me había rehusado a que la derrumbaran pensando que en algún momento la podría ocupar. Esos momentos solo fueron de soledad abundante y de un intento de reconciliación con el lugar.

La madera estaba descuidada, mohosa. Entre al recibidor y subí directamente las escaleras, crujían como si se fuesen a desbaratar en ese momento. Entre al que era el cuarto de mis padres. Todo seguía ahí, la cama, los cuadros, el buró, el armario, todo lo que me había rehusado a tirar y lo que la aldea había olvidado, los restos de la familia Hatake.

Me senté en el suelo y me mantuve en silencio, no sé cuánto tiempo pasó pero cuando salí de ahí ya era de noche…

.

.

.

Mentiría si dijera que me mantuve alejado de los niños y procuré que todo siguiera el ritmo que había tenido meses atrás, pero no pude hacerlo. Por alguna razón quería estar al tanto de los enanos y asegurarme que todo estuviera bien. En una ocasión mientras observaba a Naruto (que de más está decir que seguía igual de hiperactivo) pude notar que quedó observando unas réplicas de máscara ANBU que habían en un puesto de la calle. Lo más curioso es que le había llamó la atención la máscara de lobo…

Con Sakura pasó algo similar. En una de sus clases de la academia los llevaron al bosque a recolectar flores y practicar algunos jutsus. Salté entre los árboles y pude verla: seguía tan curiosa y alegre aunque últimamente se volviera más tímida debido a constantes burlas. Cuando su sensei los dejó jugar en el bosque, la niña llegó a un pequeño lago y empezó a jugar moviendo las flores aplicando un poco de energía en el agua. Con el tiempo Sakura fue reconocida por su gran manejo de chacra.

No cabía duda de que puedes olvidar los días pero no los aprendizajes…

Con Sasuke fue más complicado tener algún indicio de que el pudiera recordar lo que había vivido a diferencia de Naruto y Sakura. Algunos meses después sucedería una de las mayores tragedias que había sacudido a Konoha. Cuando Sasuke quedó inconsciente en la calle tuve que llevarlo al hospital. Después de ese día el no volvió a ser el mismo. No estoy seguro que el pudiera recordar algún indicio de lo que habíamos pasado los cuatro como lo hizo Naruto o recordar lo aprendido como lo hizo Sakura, pero su curioso lazo de amistad que incitaba (poco, muy poco) a formar con Naruto y Sakura (y no con nadie más) era algo de notar.

Con el tiempo la vida ANBU se volvió más dura (mucho más de lo habitual) el tercer hokage se dio cuenta de ello y un día me asignó una nueva tarea: Sensei.

La vida como sensei es muy distinto a la vida como miembro del escuadrón ANBU. Aunque no lo creas, estoy seguro que harás un buen trabajo, tal y como lo hiciste con los niños. — agregó entre risas.

Hasta que un día (y después de regresar a la academia a varios equipos) supe la verdadera intención del tercero.

—Usted…. ¡Usted planeó todo esto!

La contagiable sonrisa del sandaime hizo eco en la habitación del té.

—Kakashi, deja de apuntarme con el dedo ¿Dónde quedó el respeto?

Me sentí apenado por mi acción. El tercero volvió a reír.

—Tienes razón, el equipo 7 es el más complicado pero llevan ventaja sobre los demás; ya han trabajado juntos.

Suspiré con desánimo. Ante las órdenes del hokage no había nada que hacer.

Trabajar con el equipo 7 fue más complicado que antes, tratar de mantenerlos unidos fue lo desgastante. Pero después de varios años, muertes y una guerra mundial (menudo alboroto el que se arma por ellos) estaban unidos.

Naruto y Sasuke sin un brazo… pero unidos. El hokage no podía quejarse de mi ¿no?

—Por fín terminó, Kakashi sensei.

—Sí…

—No tardaremos mucho en volver a la aldea.

—No.

Escuché a Sakura bufar.

—¡Diga algo más!

—¿Qué quieres que diga?

—¡No sé! Cosas como "Oh, qué bueno que la guerra terminó", "los tiempos malos han pasado", "¿Cómo te sientes, Sakura?" — dijo en un intento de imitar mi voz.

—Hum ¿Cómo te sientes, Sakura?

—¡No! Solo dice eso porqué yo le dije.

Guardamos silencio mientras seguíamos caminando de vuelta a la aldea.

—Sensei…

—¿Me gritarás de nuevo?

—¡No se haga el ofendido! — Sacó de su bolsillo una hoja arrugada. —Tome.

—¿Qué es?

—Tómelo y véalo.

Desdoblé la hoja. Seguramente era blanca pero terminó amarilla por el paso del tiempo, los dobleces tan marcados la habían roto un poco pero aún se podía apreciar un dibujo hecho con crayolas a trazos gruesos.

—Después de todo, tuvimos otra misión, onii san.

Su voz me susurró al oído izquierdo, no me había percatado el momento en que se acercara tanto a mí y me tomara por los hombros, tampoco cuando después de decir esas palabras me besó fugazmente en la mejilla.

—Vamos, sensei.

Sakura sonrió pícaramente y se fue corriendo hasta alcanzar a los demás aldeanos. Doblé el dibujo cuidadosamente: Sasuke, Naruto, Sakura y yo estábamos ahí, lo había hecho en algún punto de nuestro camino hacia DobleT. Solo ella recordaba todo lo vivido.

La niña siempre había sido la más perspicaz de los tres.


N/A: ¡Listo! No podía terminar esto sin un epílogo. Muchas gracias por haber seguido la historia hasta este punto, lamento que en algunos capítulos tardara tres o cuatro meses en actualizar. Gracias por poner la historia en favoritos o seguirla, también por los comentarios ¡Realmente me alegraban mis días! (y lo seguirán haciendo). Y a los futuros lectores que leerán esta historia algunos días, mese so años después de su culminación, gracias también, les invito a dejar un comentario. ¡Nos vemos!

29 de marzo de 2016

Kanon 21~5