Disclaimer: Harry Potter y todo el Potterverso (sí, todo), es propiedad de J.K.R.


Este fic participa en el reto "Amortentia al azar" del foro "La Sala de los Menesteres".


Dedicado a toda la Familia Friki, y en especial a mi nueva prima zurdas.


Manzanilla (o cómo fue su primer beso)

Scorpius reprimió un gemido. Sintió como Albus sonreía con descaro, mientras sus dientes se apretaban con suavidad en el cuello del rubio, dejando una marca en él. Acto seguido, tras haber dejado la marca, pasó su lengua en dicho lugar, arrancando otro suspiro de Scorpius. Albus trazó un camino de pequeños besos, desde el cuello de su novio, hasta el mentón, y de allí, a los labios.

Scorpius mordió suavemente el labio inferior de Albus, queriendo introducir su lengua dentro. En cuanto lo hizo, ambas lenguas empezaron a moverse en sincronía, con movimientos que ambas conocían muy bien.

Scorpius, aún besando a Albus, fue descendiendo hacía abajo, hacía los pantalones oscuros de Albus, que tapaban lo que tanto ansiaba ver Scorpius. Pero, antes de que el rubio pudiese liberar aquel tesoro que tanto ansiaba, un carraspeó hizo que ambos se separasen.

Rose y Alyson estaban en la puerta, apoyadas en el marco. Ambas miraban a los chicos fijamente.

—Debéis de tener más cuidado —comentó Rose.

—Recordad que sólo nosotras, sabemos que sois pareja —añadió Alyson.

—Sí —dijo Scorpius, mientras Albus se apartaba de encima, y se arreglaba los pantalones.

A pesar de que la sociedad mágica había avanzado esos últimos años, con el tema de la pureza de sangre; no lo había hecho con otro tema, el de la homosexualidad. Para la mayoría de los magos y brujas del mundo mágico, ver a dos chicos o a dos chicas besarse, era simplemente asqueroso. Por esa razón, Scorpius y Rose fingían que eran pareja, lo mismo que Albus y Alyson.

Las chicas entraron en la habitación, y se sentaron en la cama. Scorpius y Albus se acomodaron mejor en ella, sentándose al estilo indio.

—Me he dado cuenta de una cosa —dijo Alyson de golpe—. Nunca nos dijisteis como os habíais echo novios, vosotros dos.

—Fácil —respondió Albus—. Lo besé, y ya.

—Gran explicación —dijo Rose, poniendo los ojos en blanco.

—Manzanilla —comentó Scorpius, con la mirada perdida.

—¿Manzanilla? —preguntaron los otros tres, confusos.

—Sí —asintió Scorpius con la cabeza, pensando en el último olor de su Amortenia—. Manzanilla.

Metí las manos en los bolsillos, mientras apretaba el paso por los oscuros pasillos de las mazmorras. Puede que ser prefecto fuese un gran honor. Pero, hacer patrullas, en pleno noviembre por la noche, y con una tormenta fuera, era simplemente asqueroso.

Tenía los huesos entumecidos por el frío, y lo único que quería era llegar a la sala común, sentarme en un sillón cerca del fuego, y envolverme en el cálido calor que desprendían las llamas. No había nada mejor.

Nada más entrar en la sala común, me fui a la chimenea. Cómo sospeché, ya había gente allí. Pero por suerte, Albus me había guardado un sitio. ¿Ya había dicho que no había nada mejor que estar sentado junto a una chimenea encendida? Pues eso no era cierto. No había nada mejor que estar sentado junto a una chimenea encendida, en compañía de Albus.

Me senté junto a mi amigo, que estaba leyendo un libro, y bebiendo un líquido cálido de una taza verde oscura.

—¿Qué estás leyendo? —le pregunté, al ver como Albus estaba demasiado absorto en la lectura, como para hablar conmigo.

El trono de fuego —respondió Albus, sin apartar la mirada del libro. De vez en cuando, sonreía con diversión.

—Ah —dije yo, de forma inteligente—. ¿Y de qué va?

Albus suspiró, tomando un sorbo de su misteriosa bebida.

—Es una trilogía basada en la mitología egipcia. Es la historia de dos hermanos, que son descendientes de antiguos faraones egipcios, y pueden emplear magia egipcia antigua, gracias al poder de los antiguos dioses egipcios, para derrotar a Apofis —respondió Albus. Yo le miré.

—Por supuesto, lo entiendo —respondí, aunque más bien, le lanzaba mi mejor mirada de "¿What?". Decidí cambiar de tema—. ¿Qué estás bebiendo?

—Manzanilla —respondió Albus, con un suspiro.

—¡¿Manzanilla?! —repetí, poniéndome de pie de golpe.

—¿Pasa algo? —preguntó Albus, confuso ante mi reacción.

—No me gusta el olor a manzanilla —mentí—. Me voy a la cama.

Rápidamente, me dirigí al dormitorio, echándome sobre la cama, una vez estuve a solas. Cuando era pequeño, un día, se me cayó encima una taza llena de manzanilla hirviendo. Desde ese momento, no era capaz de ver una taza de manzanilla, sin ponerme nervioso. Imaginaba que la taza se abalanzaría sobre mí, quemándome con infusión de hierbas hirviendo.

La puerta se abrió, y entró Albus. Aún llevaba en su mano la taza que portaba aquel brebaje del demonio. Sin mediar palabra, Albus acabó de beberse la manzanilla, mientras se acercaba a mí. Se sentó en el borde de la cama, mientras dejaba la taza vacía en el suelo. Me miró con esos ojos verdes que tan bien le sentaban,

—¿Por qué no te gusta la manzanilla? —me preguntó, sin rodeos.

—Yo... —dije, buscando una excusa. No me apetecía contarle sobre mi ducha accidentada con manzanilla hirviendo, cuando poseía cuatro años.

—No importa —murmuró Albus, acercándose un poco más. Rodeé los ojos. ¿Para qué preguntaba, si luego no quería saber la respuesta?—. Sé una manera para que te guste la manzanilla.

Su rostro estaba muy cerca del mío. Podía oler su aliento, que olía a manzanilla.

—¿Cómo vas a hacerlo? —pregunté, sintiendo como mi pulso se aceleraba.

—Así —respondió él, uniendo sus labios contra los míos.

El beso fue algo rápido, pero pude notar que sus labios sabían a manzanilla.

—Creo que puede servir —dije, volviendo a besar a Albus.

—Y así fue como Albus y yo nos hicimos novios —terminó de explicar Scorpius, a su público.

—No sabía lo de la manzanilla —reveló Alyson, tras un cuantos segundos en silencio.

—Yo tampoco —dijo Albus.

—Ha sido un relato interesante —murmuró Rose, mirando su reloj—. Es casi la hora de la cena. Será mejor que vayamos yendo.

Alyson asintió. Entonces, acercó a Rose hacía ella, y la besó. Scorpius se quedó mirando, antes de que Albus tirase de él, y lo besase.

—Esta todo bien —fue lo único que dijo Albus. Scorpius lo miró, recordando los olores de su Amortenia: bosque, eucalipto y manzanilla.

—Esta todo bien —confirmó Scorpius.


Hola gente,

tercer y último capítulo de este three-shot, del reto "Amortenia al azar", con el olor a manzanilla.

Bueno, espero que os haya gustado.

Se despide,

Grytherin18-Friki.