Da-chan: Ho-o-o-la! *sonríe* LAS PROMESAS SE CULMPLEN (lo prometí? ... neeeh) :D Ha dado vueltas y vueltas mi cerebro por una parte dos para este fic... Sinceramente quería dejarlo como un Oneshot, pero... pero... No me deja dormir en paz! Dx

¿LO ESPERARON CON ANSIAS, VERDAAAD?

Para la trama del fic me ayudó una amiga de la uni... GRACIAS SAMMY-ANEKI! · · · Si algún día decides ingresar al mundo del Fanfic, espero leas esto! :D

Así que será un TWO-SHOT! (o no?) ;)

Agradecimientos: angel maria 15, anonimamenteanonima, Invader Zam, Judy, kds (kids?), sofi, 0White-Rose0, guest (al cubo xD), Rizel Iwaki, MichelleUchiha, MariaHinalove, farn.s, Marilyn Uchiha, andy'hina, Tsuyuko-Chan, DAMIC00, yaz y todas quienes han tenido la GIGANTEZCA PACIENCIA. Porque les digo que es la continuación más difícil que he tenido hasta este día! (26-05-2015)

Disclaimer: Los tiernos y hermosos personajes son exclusivos de Masashi-sensei... yo creé un AU del mundo ninja! Para las que esperábamos un final SasuHina! (En realidad ansiaba un NaruHina! (y shi pashó!)... pero Sasuke y Hinata también se ven lindos! :3)

Recomendación: You and me - Lifehouse : Wherever you will go -The calling : Just a dream - Nelly & Christina : Enchanted - Taylor Swift y For you - Azu (en ese orden) ... Creo que deberían escuchar estas canciones como música de fondo :3 Me sirvieron mucho para escribir el fic (en parte la letra, pero es más por la melodía) Les cuento que eran las únicas que escuchaba mientras escribía esto :P


LA VENGANZA TERMINÓ EN... AMOR? ··· CAP-2


¿Por qué la vida juega tan sucio?
¿Por qué la felicidad no puede ser compartida?
¿Acaso es obra del destino?

O... ¿Sólo es la fortuna de quien es bueno?

— Será que... — Sasuke mordía su labio, lleno de impotencia — (( Quiero que todo esto termine! )) — una fresca brisa nocturna movía su cabellera.
Estaba sentado sobre el tejado de su vivienda.

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Últimamente, el Uchiha estaba más insoportable de lo acostumbrado.
Todos los shinobi con los que salía en misiones se daban cuenta de ello.
Todos menos el rubio; Naruto era el único que lo trataba como siempre.

Y era lo que más rabia le daba.
Ese estúpido que se hacía llamar "su amigo" y no se daba cuenta de nada!

El extraño comportamiento había comenzado hace dos meses y medio.
Cuando el dobe, frente a todos en una reunión, le pidió matrimonio a la Hyuga.
¡Obvio que aceptó! Antes de desmayarse...

Una tarde, después de una misión que tuvo con Naruto y un miembro del clan Inuzuka,
cuando regresaban a la aldea después de cinco días desesperantes para el shinobi de rastreo,
Naruto comenzó una conversación que el azabache quería evitar en todo lo posible.

Su corazón no podría soportar esa plática...

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— Oi Sasuke! — el Uchiha brincaba de rama en rama de manera arrogante — Tengo algo importante que pedirte, teme!
El azabache ni lo miró; era una pérdida de tiempo.
Quería llegar lo antes posible a la aldea.

Quedó de ayudar a alguien.

— Sasuke-teme! — Naruto lo alcanzó corriendo y saltando de rama en rama por el bosque. — Quiero que me ayudes en algo importante para Hinata y para mí!

Cada vez que escuchaba a su estúpido rival hablar de Hinata y él en la misma oración, aparecía un extraño dolor en su pecho.
Como odiaba sentir eso!

Sasuke lo miró de perfil con sus párpados entre cerrados.
— Quiero que seas mi padrino en la boda-ttebayo!

Esa punzada en su pecho creció considerablemente, al punto de que su respiración se detuvo por un minuto completo.
Sasuke divisó la entrada de la aldea y desapareció instantáneamente.
Naruto quedó en blanco, abandonado junto al otro compañero shinobi en el camino.

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— Que bueno verte, Sasuke-kun! — Hinata estaba en el huerto trasero de la mansión Hyuga — Ya regresaron... — ella sonrojó.
Eso lo lastimó tanto o más que las palabras del rubio.
Sasuke sabía que ella se alegraba por Naruto, no él.

— Sasuke-kun... ¿no será mejor que vayas a casa y descanses un poco?

Comenta ella mientras cosechaba unas zanahorias.
— Esa misión no era ningún esfuerzo. — respondió molesto, mas ella no lo notó.

Con el tiempo se habían vuelto cercanos y ella lo apreciaba de una manera distinta.
No se daba cuenta que le daba un trato diferente.
Ya no como un hermano; como siempre hace Naruto.

Las veces que se encontraban por casualidad,
o cuando Sasuke la visitaba de sorpresa con una tonta excusa que ella se creía.
Jamás, nunca dejaba de decirle la misma frase: — Qué bueno verte, Sasuke-kun!

Sin omitir aquella sonrisa que aceleraba el corazón del Uchiha.

— Si insistes... — iba a cosechar su huerto ese día y él se había ofrecido de una forma muy sutil.
Mientras cortaban y metían las hortalizas y verduras en las canastas ella tocó un tema delicado.
Sasuke sabía que tarde o temprano sucedería esa conversación.
Pero no estaba preparado para ello...

Nunca lo estaría.

— Sasuke-kun... Naruto-kun te contó lo de la boda? — él permanecía en silencio.

El día que el Uzumaki realizó la fiesta sorpresa de compromiso; para su "suerte" le dieron una misión.
En realidad, había escuchado la fecha y evento de la boca de Chouji.
Cuando, este último, se topó con el pelinegro en la cantina.

Así que pidió una misión para estar fuera esos días.
Le tocó "guiñar" su ojo a la nueva chica del departamento de archivos.
La que tontamente cayó en su genjutsu y autorizó su salida durante una semana.
El rubio se molestó con el azabache y lo reprendió como si fuera su hijo.
Obviamente a Sasuke le importó en lo más mínimo.
Pero ahora la propia Hinata se lo estaba pidiendo.

No le contaba entre tragos como lo hizo el Akimichi.

— Aceptase su petición?
— ¿Cuánto tiempo llevan de novios? — preguntó con un tono calmado y con aire melancólico.
— Pues... — ella elevó la mirada al cielo despejado de esa tarde y sus mejillas sonrojaron dulcemente — Tanto y tan poco... — susurró.

— No lo haré. — comentario frío que sacó a Hinata de sus pensamientos para ver el perfil del azabache con tristeza mezclada en amargura y dolor.
— ¿Por qué, Sasuke-kun?
— Una misión que me mantendrá lejos por un tiempo... (( un largo tiempo... )) — expresó sin mirarla a los ojos.
— ¿No... no puedes regresar para la fecha acordada?

— No.

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Ya no podía permanecer más tiempo cerca de ella.

Cada segundo a su lado era un dulce tormento.
Lo soportó por un tiempo, pero... Luego de un año y cinco meses de noviazgo entre Hinata y Naruto la herida ya no provocaba un agradable suplicio.
Ahora no dejaba de molestarle y doler en cada instante que la veía y sabía que nunca sería de él.

¡Maldito sea el momento en que se fijó en ella!

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Al día siguiente por la madrugada, Sasuke abandonó la aldea sin dejar rastro.
Y nadie se dio cuenta de ello.

Excepto...

— ¡Sasuke-kun! — llamó a la entrada de la mansión Uchiha.
Ella llevaba una canasta con hortalizas frescas. Eran de su jardín.
El Uchiha las había olvidado el día anterior por irse deprisa.
— ¡Sasuke-kun, traje las hortalizas que me ayudaste a cosechar ayer! — se acerca a la entrada y deposita la canasta en el escalón superior.
Toca la puerta y ésta se abre ligeramente.

Estaba sin picaporte.

— Sasuke-kun... Estas bien? (( ...! )) — sus ojos se abrieron de par en par.
Todo estaba en su lugar.
Perfectamente bien ordenado.
— (( Es... todo lo contrario a Naruto-kun )) — sonrió internamente al compararlos.

Depositó la pequeña canasta sobre la mesa de comedor y caminó rumbo a las escaleras.
Sintió que había estado en ese lugar antes.
¡Imposible!

Era la primera vez que entraba a la casa del Uchiha.
— (( Será que... está en una misión? ))
Ella bajó su mirada y observó el piso de madera con pesar.
— ¿Se habrá despedido de Naruto-kun? — susurró.

Cerró la puerta y caminó por el pueblo con mirada distraída.

— Auch! — expresa una chica de ojos jade.
— Lo-lo siento mucho, Sakura-san.
— Tranquila Hinata. ¿Te sucedió algo? — la pelirosa divisó un aire nostálgico en su mirada.
— La... la verdad... no lo sé.

Sakura creyó que Naruto había metido la pata.
— Buscas a Naruto? — la pelinegra asentó dubitativa.
Sakura la tomó del brazo y dibujó una sonrisa cálida.

Caminaron hacia el típico lugar de comida del rubio.

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— ((Será mejor así...)) — Sasuke meditaba su huida.
El viento se tornó turbio y frío.
Las nubes estaba entintándose de negro.
Una gota helada cayó sobre su mejilla y las demás las siguieron.
Pero de todas las gotas que caían del cielo nublado y recorrían su rostro...

... una de ellas no provenía de arriba.

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— Na-Naruto-kun...
— Hinata! — el rubio se levantó corriendo del puesto con una sonrisa para abrazarla.
Ella sonrojó.
— Llevan de novios más de un año... Un par de meses para su boda y sigues sonrojando cuando Naruto está cerca de ti!
Expresa la pelirosa al verlos.

Feliz de ver que su mejor amigo por fin tendría la felicidad que le arrebataron de bebé.
Por fin Naruto tendría una familia.
Sin embargo, Sakura no podía evitar sentir envidia de ambos.

Después de todo, a quien esperó tanto tiempo no parecía notar que existía si quiera.

Naruto estaba almorzando solo; tenía un poco de ramen regado en su cara.
— ¡NO SEAS UN CERDO! — Sakura le haló la oreja para que no ensucie a Hinata.
— Perdón, Sakura-chan... Hinata-chan — expresa apenado sobando su oído.

Hinata sonríe dulcemente y niega con su cabeza.

— Naruto-kun... ¿Sasuke-kun se fue a la misión?
— ¡¿MISIÓN?! — exclaman sorprendidos los compañeros del equipo 7.
— Ujum! Sasuke-kun me contó que tenía otra misión y no podría asistir a la boda.
Naruto rascó su cabeza confundido e irritado.

Sakura, pues... ella era la única que sospechaba sobre los sentimientos de Sasuke hacia Hinata. O eso era lo que ella creía ;)

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El azabache era lo más discreto posible.
Y le funcionaba bien con el resto de la aldea.
Pero, un par de ojos se fijaban de aquellos imperceptibles detalles que el Uchiha tenía con la Hyuga. Sí, un par! ;)

¿Realmente, el chico frío y distante del que se enamoró, se fijaría en la misma mujer que estuvo detrás de su mejor amigo por años?

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— ¡Teme! Debió decírmelo.
— ¿Cómo te enteraste tú, Hinata? — pregunta nerviosa la chica de ojos jade.
— Sa-Sasuke-kun me lo contó ayer que fue a ayudarme con el huerto.
Naruto y Hinata se miraban el uno al otro con tristeza.
Ambos consideraban al arrogante de Sasuke como si fuera de la familia.

Después de todo; ahora él era el único que se encontraba solo.
Pero Sakura contemplaba con preocupación el perfil de ambos.
En ese momento, por más que lo quisiera negar...

Sasuke se había enamorado de Hinata.

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A pasado algo de tiempo...

Hinata está en el campo de entrenamiento.
Ella aún mantiene un poco de su rutina para despejar su mente.
Algo le preocupa desde hace más de un mes.

— Pobre Sakura-san... Ella debe estar más preocupada que Naruto-kun y yo.

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El Uchiha lleva fuera de la aldea más de cuatro semanas.

Esa misma mañana que Hinata le contó al rubio y la pelirosa la "misión" de Sasuke.
Sakura, al ser aprendiz de la Hokage, tenía acceso a ciertas habitaciones dentro del edificio principal.
Corrió a la sala de misiones y revisó los registros sin permiso de Tsunade.
Era una falta grave dentro del Código Shinobi.

No importaba en lo absoluto.

~ASIGNACIÓN DE MISIONES~

Uchiha Sasuke: 0 (cero)

Así fue como Haruno le contó al Uzumaki, y este a Tsunade-hime.
Quien dio aviso a Sunagakure y Kumogakure; luego regañó a su discípula.
Entre otras aldeas ninja donde pudieran ver al Uchiha.

Pero habían pasado 37 días sin noticias de él.

— Sakura-san!
— OoOoOoe! Hinataaa~! — Sakura tenía sus mejillas ruborizadas.
— Qué... qué haces en un lugar como éste, Sakura-san?
— Acompáñame, ¿sí? ¡MÁS SAKE!

Camino a casa, después de entrenar, la ojiperla se topó con la ojijade.

— Me-mejor vayamos a casa, Sakura-san.
— PERO QUE VA! — la pelirosa la tomó del brazo y la haló.
— ¿E-estás sola, Sakura-san?

— Si... — el rostro alegre y vivaz se tornó sombrío y melancólico.

En la mesa habían varias botellas de sake.
El que estaba bebiendo Haruno estaba caliente.
Las nubes no permitían observar las estrellas de aquella fría noche.

— Sakura-san...

— ¿Qué?! No vayas a sentir lástima de mí!
La kunoichi médico tenía una mirada llena de dolor y odio.
— Yo soy quien tiene lástima de ti! — golpeó la mesa con el vaso de sake.
— eh? Sakura-san... ¿De qué hablas?

— Ves! Por ser tan ingenua pasó lo que pasó! — reprochaba la medic-ninja.
— Pero...
— Hinata, es culpa tuya que Sasuke haya dejado la aldea; nuevamente.

— M-mi culpa? — sus ojos de color lila abrieron enormemente y sus manos comenzaron a sudar un poco.

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Sasuke se encontraba descansando en la rama más alta que había en un gran árbol.
Sus ojos estaban observando los puntos blancos luminosos.
Poco o poco sus parpados se cerraron.

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— ¡¿Qué diablos estás haciendo?!
— ...?
— ¿Y mi venganza?
— ¿"Tu" venganza? — Sasuke se encontraba frente a sí mismo.

Hace mucho tiempo que no le sucedía aquello.

Sasuke decidió alejarse cuando notó que se sentía extraño cerca de ella pero, fue inútil.
Parecía que el destino quisiera verlo sufrir.
Las pocas veces que salía de su residencia se topaba con ella y Naruto; juntos.
Creyó que era mejor no luchar contra el destino y decidió castigarse dulcemente.

Decidió pasar tiempo con ella y conocerla aún más.
Decidió atormentarse, casi a diario, sólo para ver su hermosa sonrisa.
Pero él también es humano.

Y cada uno tiene un límite para soportar el dolor.

— No permitiré que esa estúpida mujer nos haga sentir de este modo, Sasuke.
— ¿Quién demonios eres? Y ¿qué te hace pensar que puedes amenazarme?
— Es una pena que no me reconozcas, Sasuke.

El Uchiha no sabía lo que sucedía en realidad dentro de sí mismo.
No era un enemigo que lo introdujo en un genjutsu.
Ni ningún otro tipo de técnica ninja del cual haya sido víctima.

— Con toda esa inteligencia que presumes y no sabes quien soy... Me das lástima.

Sasuke rechinó los dientes con molestia ante las palabras del clon.
Su sangre hervía como antes; como cuando quería destruir la aldea.
Pero no tenía nada que ver con su pasado.

— Ya que te haz vuelto un cobarde tendré que hacerme cargo de esto.
— ¡Pero que dem-!
— Será por nuestro bien. Despreocúpate, idiota, no la lastimaré.

Una sensación extraña creció dentro de él, cuando se fijó en la sonrisa de Hinata.

Era una clara señal de gritarle a una persona; sí, solo una.

Que para mezclar aún más su cerebro, no era a Naruto.

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Era una tarde pacífica... por decirlo de alguna forma.
Naruto estaba preocupado por su imbécil amigo, pero no había ido tras él esta vez.
Tarde o temprano debes volver por lo que dejaste, Sasuke-teme! — susurra molesto mientras camina hacia Ichiraku.

Pero esa tarde no era amigable con Hinata.

La ex-heredera Hyuga estaba centrada en sus propios sentimientos desde hace unas semanas.
Todo en lo que podía pensar era en la palabras que expresó Sakura.
Esa noche en el bar, cuando estaba ebria a más no poder.

— ¿P-por mi culpa?
— Acaso no te diste cuenta que Sasuke está enamorado de ti!
— ...!
— No pudo soportar más tiempo y se marchó!

Desde hace un par de días, Hinata pensaba sólo en las palabras de Sakura.
Pensaba en él y cada momento que estuvieron juntos.
Incluso, no pudo evitar sentir vergüenza al recordar un extraño sueño de hace un par de años.

Ella estaba en el jardín de una hermosa casa, fabricada de madera.
En el patio trasero corrían dos pequeños; niña y niño.
Ambos de cabellera negra y tez blanca.

La niña tendría unos diez años y jugaba con una pequeño de ocho, siete quizá.
Ella estaba parada bajo un frondoso árbol; observando a los pequeños con una sonrisa.
De pronto unos brazos musculosos y desnudos la abrazan cálidamente por la cintura.
Y el mentón del hombre se recuesta sobre su hombro.

— Es tiempo de tener otro... y no te lo estoy preguntando.
Y unos suaves labios la toman por sorpresa con una sonrisa ligera.
Ella se asombra cuando el rostro que percibe frente al suyo era...

— Mmmm... Sa... su... ke...

Hinata regresa al mundo del presente; a la realidad.
Estaba completamente roja al rememorar ese sueño.
Y enrojeció más, cuando recuerda el rostro sorprendido de Sasuke, apoyado sobre sus senos.

Ambos sin vestimenta superior, ella en brasier, él estaba con una mirada sorprendida y con su mano en la nariz.

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El tiempo pasó lentamente desde la conversación en la taberna.

Era un día muy soleado.
Perfecto para festejar una hermosa celebración.
Perfecto para llevar a cabo una boda.
Tanto Naruto como Hinata estaban totalmente nerviosos.

Ambos tenían en mente dos asuntos distintos que involucraban a la misma persona.

Hinata se encontraba en su habitación junto a Hanabi, quien la ayudaba en su vestimenta y peinado.
— ¿Qué te sucede, onee-chan?
— eh? — ella regresa de su extraño ensimismamiento.
— A eso me refiero. — Hinata le sonríe dudosamente — Algo te molesta desde hace días, onee-chan.
— No es nada, Hanabi-chan.

La nueva heredera Hyuga suspiró profundamente.

— Si no quieres contarme... está bien, yo comprenderé.
Su hermana mayor la contemplaba con una mirada lejana.
— Creo que deberías pensar mejor las cosas, onee-chan.
— ¿Pensar mejor?
— Sí. — caminó hacia la puerta del patio trasero y la miró como si estuviera reprimiéndola.

— Deberías... No! DEBES meditar un poco.

Cerró las puertas luego de dejar a una confundida Hinata en la habitación.
Sus piernas la llevaron a la puerta corrediza trasera.
Bajó los escalones y caminó hacia el patio que colinda con el bosque que rodeaba a Konohagakure.

— Pensar mejor... — sin querer admitirlo, su mente le mostró la imagen del Uchiha.

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Lejos de la residencia Hyuga.
Donde los preparativos estaban listos para la bella y tan aclamada celebración.
En la entrada a la aldea se escucharon unos gritos de mujeres y niños.
Una gran explosión y unas llamas negras comenzaron a consumir la entrada principal.

— ¡UCHIHA SASUKE!

Todos los jounin y ANBU corrieron en tanto se dio aviso de lo ocurrido.
— (( Maldición, Sasuke. Así no deberías hacer las cosas! ))
Su despistado y rubio amigo corrió a la entrada.

Naruto, vestido con Kimono de seda; regalo de Kakashi, Iruka y Tsunade.
Quedó rasgado y sucio mientras corría sobre los tejados para detener al cretino del azabache.
Un idiota que no se encontraba consciente; parecía estar en una especie de trance.

— Oi, SASUKEEE! — el rubio intentó acercarse.

Pero una ráfaga de fuego negro atacaba los puntos donde el rubio estaba.
No sólo la entrada, sino las casa estaban siendo afectadas.
Ese escándalo mezclado con gritos, llegó a ciertos oídos.

— TEMEEE! DETENTEEE!

Jutsu tras jutsu y el héroe de la Cuarta Guerra Ninja alejó al idiota de ojos rojos.
Sasuke no sabía lo que hacía; al menos no el Sasuke que Naruto conocía desde chicos.
— ¡OE! ¡Detente! ¡REACCIONA, TEMEEEEEEE!

Pero era inútil.

Las llamas dentro de la aldea eran sosegadas por los shinobi con lentitud.
El único capaz de apaciguar ese mar negro era quien lo creó.
Pero el Uchiha no quería negociar y no era a Naruto al que quería hablarle.
El Uzumaki era el único que podía hacerle frente, pero no le daba las cosas fáciles.
Y ya suficientemente lejos de una población que no reciba daño.
Decidió golpear a su rival con una técnica que lo dejara inconsciente, pero no fue necesario...

El Susano'o del pelinegro poco a poco disminuyó ante la presencia de un bello ángel.

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— ¡No, Naruto-kun!
Ese ángel que apareció frente al rubio, detuvo el ataque y el Uzumaki desvaneció la capa de chakra.
La chica dio la espalda para caminar hacia Sasuke y Naruto sonrió con alegría y gratitud.

Lo único que quedó en el centro de todo ese espacio vacío fue un chico de cabellera negra; de rodillas en la tierra.
Golpeando el suelo con sus puños una y otra, y otra vez.
Maldiciendo en silencio su falta de buen juicio y apretando su mandíbula.

Ella se agachó frente a él y colocó su mano sobre su cabellera lacia.
Sasuke no quería mirarla; sus ojos estaban rojos aún y no era por ningún jutsu.

Comenzó a acariciar su cabeza con ternura.
Esa ternura que desprendía sin darse cuenta... y que lo atrapó hasta el punto de llevarlo hasta experimentar la locura de los celos.

— Mírame, Sasuke-kun.
— No... no puedo.
Ella se asustó, había escuchado la historia de los ojos Uchiha de parte de Naruto.
— ¿Te encuentras bien? ¿Te... te duele algo?

Esa compasión...

Acababa de atacar Konoha y gran parte de las llamas eliminaba el bosque de los alrededores.
Pero ella sólo preguntó por su bienestar.
El azabache comenzó a reír de una manera sincera y sin mirarla aún, exclama: — ¿Ves?

Ella ladeó su cabeza un poco.
— Por eso no puedo verte a los ojos.
— Sasuke-kun... yo... yo no com-

— Sí lo hago... Creo que moriré.
Ella se sobresaltó y dejó de tocar su cabeza.
— Si te miro a los ojos y no encuentro lo que busco, creo que perderé el control por completo y no quiero lastimarte.

Un kunai se dirigió a velocidad en el punto ciego de Hinata.
Sasuke se levantó y la abrazó para tirarse al suelo y evitar que la lastimara.
En la lejanía se escuchó una odiosa voz de parte de un tercero que estaba caminando rumbo a la ladea.

— ¡APROVECHA LA OPORTUNIDAD QUE TE DOY, SASUKE-TEME!

Naruto desapareció para apagar la situación que se había creado en la aldea.

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— ((Espero que ese idiota le diga lo que realmente siente.))
El rubio sonreía alegre mientras saltaba de rama en rama; camino al desastre.

— ((Maldición! ¿Cómo calmaré a los viejos y al consejo esta vez?))

Su cara estaba llena de espanto cuando pensó en la Hokage.
— ((¡Primero debo hablar con la abuela Tsunade!))

Ese rostro zorruno se volvió melancólico cuando pensó en su compañera de equipo.

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Parpadeó varias veces ante la mirada fija y ese adorable sonrojo que ella le daba en primer plano.
Al cubrirla quedó sobre ella; mirándose el uno al otro.
Sabía que estaba mal, que tenerla abrazada bajo su seguridad la incomodaría.

Sin embargo, no se podía apartar.

— Pesas, Sasuke-kun...

Se apartó y disculpó, por ensuciar su hermoso kimono nupcial. Al cual no le dio importancia.
Ella vio esos ojos. Unos ojos que jamás creyó que Sasuke demostrara; ojos rojos por llorar.

El silencio envolvió el ambiente, que no se tornó tenso... todo estaba en calma.

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— Al final de cuentas logré lo que buscaba. — manifestó luego de un largo rato.
— ¿Qué buscabas? — levantó la mirada para posarse en el perfil de él. El atardecer iluminaba su rostro de una forma peculiar.
— Mi venganza... — la miró por un pequeño y diminuto instante, con el que comprendió lo que pasaría luego de todo ese alboroto.

Se levantó y lo tomó del brazo para levantarle del piso.
— ¿Qué haces?
— Debo esconderte. — lo tomó del brazo y lo tiró, sólo para que él la dejara luego de unos pasos.

— Detente... — susurró cansado.
— ¡Debes ocultarte! Sólo hasta que Naruto-kun calme las-!

— ¡YA BASTA! — se sorprendió y sus ojos se abrieron tanto que, luego de eso, bajó el rostro apenado de haberlo hecho.
Hinata llevó sus manos a la boca y su visión se comenzó a volver turbia.
— Esa estúpida compasión y ternura que demuestras sin darte cuenta... Por culpa de eso es que me enamoré de ti.

Ella abrió sus ojos cuando escuchó esas palabras y las lágrimas comenzaron a caer.

— Sakura-san tenía razón. — murmuró entre sollozos que el azabache no escuchó y la miró apenado.
— No quería gritarte. No llores por mi culpa. Yo... yo no quería hacerte daño. — sus párpados se suavizaron.
— Estoy llorando por tu culpa... — eso era algo que Hinata nunca diría y le sorprendió — ... pero, no me lastimaste.

Caminó hacia él y extendió su mano derecha hacia la mejilla del chico, para tocarla con temor.

Sasuke estaba perplejo.

Si un enemigo se acercaba hacia él con intenciones de matarlo, no podría hacer nada. Ese tacto tan delicado lo dejó sin fuerzas.
— Yo... yo no sé si... — mirando al suelo con notoria vergüenza — ... ya no sé si lo que siento por Naruto-kun es... es amor.

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¿Sasuke creyó escuchar bien?

¿Hinata duda de lo que sintió todos estos años por el dobe?

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— Cuando estoy contigo es... de alguna manera es diferente. — sus ojos miraron los de Sasuke.
No mentía. Ella nunca mentiría con algo así.
— Podrá sonar... extraño... — tragó pesado antes de continuar — La única persona con la que me he visto en... en el... en sueños...

Cada palabra pronunciada hacía que su piel subiera un tono en color rojo.

— Yo... y Sa... Sasuke... kun... — soltó la mejilla y cubrió su cara con ambas manos. Las mangas del kimono le ayudaban en gran medida.

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¿Qué decirle?
¿Cómo actuar?

Dejarse llevar por ese impulso descontrolado de abrazarla y sentir su piel cerca era lo que quería.
No por perversión o suciedad.
Era un aura de calor y felicidad constante que ella desprendía siempre.

Era una energía positiva que también transmitía su sonrisa.

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— Estoy confundida, Sasuke-kun... — escuchó el azabache — En mi... en mi cabeza ya no solo está Naruto-kun. Desde que te... te fuiste yo... yo...

Ya no tenía nada que perder.
El destino estaba marcado.
Y su venganza lo había conducido a la locura del amor.

Sin dudarlo un segundo más... la abrazó.

¿Se puede expresar en palabras lo que sentía en ese momento?
¿Acaso la felicidad de tenerla cerca y consolarla era tan grande que no cabía dentro de él?
¿Realmente estaba pasando esto?

¿O era un truco sucio que le jugaba su desvariada cabeza?

— Sasuke-kun... — su voz se notaba quebrada. El sol se ocultaba en el horizonte. — Yo... yo no quiero que te pase nada malo.
Silencio.
Eso era lo único que reinó luego de las palabras de preocupación en ella.

Y el manto de estrellas los cobijó en aquel lugar.

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El viento los condujo a una caverna cercana en busca de refugio.
Sasuke encendió una fogata y colocó sobre ella una túnica oscura que llevaba siempre que salía en misiones.
La ojiperla comenzó a pestañear de forma prolongada; pero no quería dormirse.

— Si lo hago... te iras.

Dijo ella y él solo sonrió.
— No te casaste con el dobe, no estas usando ropa cómoda, no has comido, tienes sueño y estas con un hombre a solas, en el bosque... de noche. — miró a la chica dando a entender lo peligroso de su situación, ella se ruborizó y sonrió tímidamente — Y aún así, sonríes. Eso es lo que me llamó la atención de ti.
— Tu sonrisa también me... me gusta.

¿¡EH!?

— No es como la de Naruto-kun... — escuchar el nombre del rubio le molestaba un poco. — Tu sonrisa falsa me demuestra tristeza que quieres ocultar con malicia, pero la verdadera enseña que estas feliz por los logras que los demás hacen por sí solos, no porque los hayas ayudado. Eso te diferencia de Naruto-kun, que sonríe para darle confianza a los demás.
Confundido de escuchar esa parte de él que no conocía, ella prosiguió.

— Yo la vi... esa vez que tuvimos que cuidar a los pequeños de la guardería.

La luz de la fogata la hacía ver aún más radiante y se estaba preocupando.
Si ella seguía hablando y expresándose de esa forma tan dulce y tierna sin darse cuenta.
Él podría hacer algo de lo que, quizá, se arrepentiría... sólo quizás.

— ¡LOS ENCONTRÉ-DATTEBAYO! — y ambos miran la sonrisa zorruna del rubio. — ¿Ya te declaraste, teme?
Entrando en la cueva y acercándose al azabache, dándole una palmada en la espalda lleno de satisfacción.
— ¿Aceptas, no es así, Hinata-chan?

Ella parpadeó confundida y al moreno se le brotaron un par de venas.

— Vaya que eres lento, teme... — suspiró pesado y tomó asiento junto a la fogata; situándose frente a Sasuke y a la derecha de la ojiperla.
— ¡Creí que nunca se lo dirías, maldición! Me preocupé mucho.
— ¿Vendrán por mí?
— Ah... jajajajajaaaa... — rascó su nuca algo inquieto. — No... por el momento, sólo no te acerques a la aldea.

Mirando la situación y viendo que la chica seguía con esa ropa incómoda de boda sacó un paquete de su parte trasera.
— ¡Esto lo envía Hanabi-chan! — pasándoselo con una sonrisa. — Para que el pervertido de Sasuke no te espíe conversaré con él.
Sasuke se molestó y la miró incómodo, ella también lo hizo y se sonrojó; el Uchiha dejó de verla y salió antes de que notaran su vergüenza.

Naruto se rió. — Tranquila, Hinata-chan. Cámbiate y luego aclararemos algunos detalles.

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Luego de media hora fuera y lejos de la cueva, la chica les permitió entrar.
Todo ese rato ellos permanecieron callados; más bien, el Uchiha no quería hablar.
Un abrigo largo y una falda abrigadora, una chaqueta de malla y un cinturón que definía su cintura junto a un par de shorts que se ocultaban bajo la primera muda de ropa holgada. Su cabellera suelta y su rostro sin maquillaje; seguía siendo perfecta.

— ¿Viniste sólo a dejarme la muda de ropa, Naruto-kun?
— En cierta forma. En realidad es para aclarar las cosas con el teme; en tu presencia, claro está. Hinata-chan.
— ¿Aclarar? — mirándolo con antipatía a su idiota compañero de equipo.

—Sí, verán...

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Todos creían que él era un cabeza hueca, pero no están ni cerca.
El rubio veía en Sasuke un hermano... un hermano que no daba amor; ya que no lo recibía.
Puede que Naruto lo tratara como familia, pero eso no era el sentimiento que el Uchiha necesitaba.

Si bien, en un comienzo, cuando se enteró que Hinata era su acosadora personal.
Le llamó la atención conocer sobre ella y ver si podía llegar a quererla como decían.

El caso no fue así.

Naruto dejó de mostrar afecto cuando una tarde notó unos ojos curiosos tras la chica.
Negros ojos que la miraban discretamente.
Misma persona que la espiaba a través de ojos de los animales.

Naruto era querido por cada shinobi y kunoichi dentro de todo el mundo, pero... ¿Y Sasuke?

Alguien debía interesarse en él y demostrarle que la vida, aunque sea dura y todos te odien o te den la espalda... siempre te guarda una recompensa.
Por eso decidió juntar a Hinata con él.
Cada coincidencia, era planeada por el rubio sin que nadie se diera cuenta.

Y con el paso del tiempo ellos crearon una conexión especial.

Hinata no se daba cuenta que al único chico con quien no tartamudeaba al hablar era Sasuke.
Ella no se daba cuenta que todo el tiempo que estuvo de noviazgo con el rubio, no fue totalmente ameno.
La chica comprendió que en todo ese tiempo nunca se besó con Naruto.

De alguna forma el rubio la sacaba a pasear y demás, pero nunca llegaba más allá de un beso en la mejilla, un abrazo o una tomada de manos.
La Hyuga abría sus ojos al escuchar de la boca del Uzumaki, que ella sonrojaba de forma diferente cuando el teme estaba cerca de ellos.
Sasuke no podía creer que su estúpido rival lo único que trató todo ese tiempo fue provocar celos para que le diga lo que sentía.

Pero... ¿Por qué Hinata?

¿Acaso no había alguien más que miraba al Uchiha?

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— Yo debo irme. Y pues... Si quieres quedarte aquí no hay problema, Hinata.
— eh? — aún no podía salir de la impresión.
— Hanabi-chan iba a calmar a tu padre con respecto a tu verdadera decisión.

Naruto se levanta del suelo; Sasuke se pone de pie y exclama: — ¿Sakura?

— Le será difícil, pero es fuerte ((MUY FUERTE...)) — rodando una gota por su nuca.
— No me digas que tú...
— No. — manifiesta — Eso es algo del pasado. — sonríe como siempre — Estaré apoyándola como lo que somos, ¡un equipo!

Hinata lo mira al rubio mucho más confundida que antes.

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¿Por qué ella?

Sakura está enamorada de él desde la academia y Naruto hizo que ella sintiera algo por su mejor amigo.

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— ¿Por qué, Naruto-kun? — ambos la miraron — Haruno-san está enamorada de Sasuke desde...
— Porque — el rubio la interrumpe — este idiota nunca se había interesado en nadie. ¡En nadie-dattebayo!

Y en eso también se había fijado.

Sasuke era acosado por muchas chicas, mas nunca había espiado a una.
En su razonamiento, Naruto, creyó que si una chica era de interés para su rival, puede que sea el destino.

¿En qué sentido?

La única chica que jamas se había fijado en él, era justo la parte opuesta al teme.
Si Hinata era tierna, amable, compasiva, cariñosa y demás buenas cualidades.
Sasuke era lo opuesto: rudo, grosero, egoísta, cretino... y para qué seguir.
Si el Uchiha se tomaba la molestia de indagar sobre una mujer totalmente contraria.

Significaba, para el rubio, que el azabache buscaba esas emociones que no sabía expresar.

Y quién mejor que ella para mostrarle lo hermoso de ser amado.
— Me disculpo si te hice comprender algo diferente al inicio, Hinata-chan.
Una marcada reverencia y ella negó con sus manos y una temblorosa sonrisa.

— ¡Cuídalo, Hinata! ¡Y no seas un cretino con ella o me verás enojado, teme!

El pelinegro se acercó a paso firme con mirada fría y en un susurró dijo: — Ja! Gracias, idiota.
Para luego darle un golpe en la cara con su mano en puño.
Así fue como el clon del rubio desapareció del sitio con una sonrisa.

Ambos quedaron en el silencio, perturbado por las cigarras.

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Despertó en una colina llena de flores diversas, en color y aroma.
Se podía apreciar una hermosa vista del bosque que no fue afectado por las llamas.
Su cabeza giró de un lado a otro al notar que no era el lugar donde había quedado dormida.

— ¿Ya lo pensaste bien?

Sasuke estaba sentado sobre una roca, un par de metros lejos.
— Pues...

Aún era difícil procesar todo eso... ¿Se puede olvidar en unos minutos, un sentimiento de años?
¿Confundió el amor con una profunda admiración de auto-superación?
¿Acaso... reemplazó la admiración hacia Naruto por la curiosidad de Sasuke?

— Lo pensé bien, esta vez. — dijo Sasuke mientras ella se acomodaba en el pasto.
La capa del Uchiha la cobijó; quien sabe por cuanto tiempo.

— Enséñame el mundo con tus ojos. — ella abrió sus parpados ligeramente. — Estás confundida y no quiero forzarte a nada.

Se levantó de la piedra y caminó hacia ella; se acuclilló hasta quedar frente a sus grandes ojos.
— Te pido que me enseñes a vivir de la misma forma en que tú lo haces.
— Sasuke-kun, yo no... no sé...

— Un año.
Tomo la punta de uno de sus mechones que colgaba de forma grácil y era mecido por la fresca brisa.
— Se mi guía por un año y si aún sientes algo por el dobe... sólo regresas y ya.

Ella suavizó sus párpados y bajó la mirada.

Gesto que él interpretó como negación a su petición.
Volviendo a estar de pie y dando la espalda a la muchacha.
Alejándose de ella con pasos que parecían quemar su cuerpo; sentir su pecho oprimirse más y más.

Una suave mano sostuvo la suya, deteniendo su andar; tacto que reconocería donde fuera.

— ¿Te vas a ir... sin mi? — dulces palabras que llegaron a sus oídos.
Voltea tan lentamente por temor a no ver lo que espera.
Hinata. — murmura, creyendo que todo es un maldito sueño.

Sus corazones latían en sincronía, pero ellos no lo sabían.
Los rayos del sol la iluminaban desde atrás, resaltando su belleza.
Y allí estaba esa sonrisa, que él imitó por reflejo.

— ¡Bien! — exclamó con entusiasmo — Sonreír es el primer paso para ver al mundo como yo.
Su sonrisa la acompañó el característico rubor que daba ella.
No había lenguaje en el mundo que pueda describir ese sentimiento.
Y su cuerpo se movió sin avisar.

La abrazó tan fuerte que esa alegría llegó a ella.
Y Hinata también lo imitó... Ambos sonreían de la misma forma.

Sasuke, después de todos esos años, por fin conocía el hermoso sentimiento del AMOR CORRESPONDIDO.

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~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · FIN · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~

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Da-chan: ¿Qué les pareció? *ansiosa por comentarios*

Les digo que leerlo me hizo sentir rara... como cuando tu pecho quiere gritar y saltar porque tu energía no logra hacerlo con todas las fuerzas. Creo que me quedó tierno y dulce. No sé... espero sus comentarios chicas guapas. :)

Ya que la trama en sí, se basa en Sasuke y lo que vivió después de la Guerra, no ahondé en el tema de las decisiones de Naruto y los sentimientos de Sakura... y no quise meter a los demás porque luego se sale de lo que quiero transmitir, que es: las emociones de Sasuke. :D

Además... Este es un final más lindo y amable con Sasuke-kun :3 No me agradaba dejarlo sumido en la agonía y el dolor. :( Así es mejor, no? ;) :D

Besos y abrazos en papel... ¡RECICLADO!