Zapatos.
Seychelles parecía (a veces) coleccionar zapatos. A Liechtenstein nunca le sorprendió, porque si bien ella no es de las que suelen prejuzgar a la gente, la seychellense tenía toda la pinta de ser una zapatofílica (o algo por el estilo) de primera.
Pero, a pesar de que al principio eso le molestaba, ahora acepta de buena gana verla pasear sus zapatos por ahí.
Es que lo único bueno que sale de todo eso (según Liechtenstein, claro), es que hay distintos recuerdos que se le vienen a la mente en cuanto los ve. Algunos bonitos, otros no tanto. Esos frívolos accesorios terminan teniendo una connotación muy valiosa. Al final, quedas demostrado que todo depende de la perspectiva.
Liechtenstein sonríe al ver los zapatos de tacón plateados, con una piedra azul. Ésos no simbolizan exactamente un momento demasiado pacífico, pero si uno importantísimo: fue cuando se conocieron en la fiesta de Alemania (A la cuál posteriormente se la conoció en la jerga de naciones como "La gran resaca mundial").
¡Cómo la había odiado en aquél momento, y en varios que le siguieron! Pero, al mismo tiempo, le abrió la puerta a otras experiencias. De paso, fue la primera vez que la rubia besaba a alguien de su mismo género, lo cual no era un tema menor.
También se ha reído mucho cuando a Seychelles le sale a relucir la "vena deportiva", si es que esa existe realmente. Lo podría traducir a "hoy tengo ganas de probar la nueva línea deportiva femenina que Adidas lanzó al mercado. ¡Salgamos a correr, Liech~! ". Tales proposiciones terminaban con la morena reposando su cuerpo contra un árbol o una columna, en pose de diva dramática y proclamando que no podía correr más; y con la europea de pie con los brazos cruzados, que apenas había comenzado a entrar en calor. En conclusión: las zapatillas deportivas le traerán irritación y ganas de reír en partes iguales, porque ver a Seychelles "tan poco elegante" termina siendo algo bastante cómico una vez que la conoces bien.
Luego están esas botas de nieve que probablemente costaron el sueldo de todo el mes. Se ríe al recordar las estúpidas peleas en la nieve, pero su risa se convierte en sonrojo al recordar las ideas seychellenses para "conservar el calor en esa cabaña perdida en la montaña".
Así como hubo momentos "fríos" como aquél, también los hubo más cálidos, como el pasarla en las costas de la isla africana, disfrutando de las hermosas playas, el clima agradable y el exotismo de esa zona. Esos acuden a ella cuando ve las sencillas sandalias que tienen algunas tiras rotas.
La liechtensteiniana se da un suave golpe en la mejilla. Le resulta un poco extraño usar los zapatos como metáforas para recordar tan lindos momentos en su relación, y también una especie de trillado estereotipo femenino. Pero hay cosas que no se pueden elegir. Además, a Liechtenstein le parece algo muy especial. Tan especial que sólo ellas dos comparten, así como lo acontecido a lo largo de esos años.
Y sus momentos favoritos serán siempre aquellos en los cuáles la morena está descalza. Como cuando se sienta en el sillón con ella a ver una película, especialmente si es de Disney (sí, ya ha aceptado frente a Seychelles que las ve y que le gustan). Lo primero que piensa cuando ese ocurre, es que está "en casa". Lo cual es un sentimiento que a veces ni en su propia casa experimenta. Entendió que el "hogar" no es un lugar físico, sino cualquier lugar en el cuál aquellos que considera su familia se encuentran. Y más allá de cualquier otra cosa, Seychelles es parte de esa familia.
—¿Por qué estás tan feliz? —cuestiona la morena, observando la "cara de boba" que la europea tiene pintada mientras observa el armario. Muy raro, si se lo preguntan.
—Por tu culpa.
La isleña hace un puchero.
—¿Por qué siempre te las arreglas para trasladarme las culpas a mí?
—Oh, me parece que esto es algo por lo cuál te sentirías orgullosa de estar culpable.
Seychelles lo medita unos segundos, y luego acompaña la sonrisa de su novia.
—Sí, aceptaré de buena gana este tipo de culpa.
Fin~
Ahh, no es EL broche de oro, pero es el final. Espero que les haya gustado leer hasta aquí. Gracias por acompañar a la inusual pareja en todo este viaje por el alfabeto (?. Y gracias por todo el apoyo! Nos veremos en otro proyecto~.
