Los personajes no me pertenecen, son se masashi Kishimoto, pero la historia de este fic si es mía.

Esta historia esta ambientada en un mundo futurista donde los humanos han dado es siguiente paso en la evolución de su especie. Espero que les guste, es la primera vez que escribó algo de este genero y me emociona mucho hacerlo.

Muchos saludos a todos, y gracias por leer;D


Empatía

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Capítulo 1: Perderlo todo…

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La caída de gremio

Los gritos no se detenían, a donde quiera que fueran, los lamentos de muertes llenaban la oscuridad.

El sonido del golpetear de sus pies descalzos, era amortiguado por las motocicletas deslizadoras que circulaba en busca de civiles huyendo.

En medio de la noche las llamas azules de materia larx (como llamaba al nuevo tipo de energía acumulada solar) ardían con fuerza y quemaban las casas sin contemplaciones.

El humo subía en espirales por todas partes, nublando la visión por momentos.

Ante todo ello, no podían hacer más que correr por la supervivencia (aunque el destino sería diferente para cada uno si eran encontrados, la probabilidades eran iguales de aterradoras cuando los separaran), eran demasiado jóvenes para intentar defenderse de gente tan poderosa.

Particularmente, eran demasiado pequeños para el tipo de humanos que tenían que enfrentar…

Presas fáciles.

Sumado a ello, sus familiares acababan de desaparecer en una explosión mortal que desintegró hasta los cimientos de las casas, y ellos dos eran simplemente un par de niños.

Sin embargo, correr no era suficiente y ellos lo sabían innatamente. No era una tarea sencilla para sus piernas cortas, para su falta de experiencia en una guerra estúpida por el poder, y no para que lograran librarse de ellos…

Los perros cazadores del consejo.

Él podía sentirlos, a cada paso se acercaban más a ellos.

Su habilidad extrasensorial era extremadamente alta para tener tan solo 10años de edad. Era un hijo nacido de dos telepatas muy poderosos, el inconveniente era que todo ese poder se había concentrado en su pequeño e inexperto cuerpo, haciendo demasiado complicado manejar ese nivel de energía psíquica, y al mismo tiempo, volviendo extremadamente volátil a un niño sin suficiente control de tan gran poder.

Ser un psíquico de fuerte estirpe del poder telequinetico era una carga dura para él.

Muchos deseaban su poder, pero no podían simplemente arrebatárselo.

La telequinesis para él había sido una maldición más que un don.

La muerte lo rodeó los primeros años de su vida, todo por la falta de control. No es que las cosas fueran muy diferentes ahora, pero comprendía mejor el cambio en su mente y como limar sus emociones.

Por otro lado, en una situación como esta, era casi imposible lograrlo.

Y ahora, Sasuke sabía lo que ellos querían, solo una cosa, y esa bastaba para hacerle hervir la sangre con rabia e impotencia por su inexperiencia, por su falta de destrezas. Por tener tanto poder y no ser capaz de utilizarlo en contra de ellos, no sin la posibilidad de dañarla también.

Ellos querían exterminar a todos los empáticos…

Solo de pensarlo su joven estomago se contrajo de repugnancia.

Ella era una empática, su pequeña compañera de escape y era tan inocente como un pajarillo.

En su mente juvenil, no lograba comprender ¿cómo es que alguien deseaba matar a personas tan llenas de bondad?

El sabía de de primera mano, lo que era recibir cariño y curación de uno de ellos.

Al pensar en alguien haciendo daño a esas personas, lo llenaba de confusión, especialmente al pensar ¿por qué alguien querría matar a una pequeña niña?

Los empáticos curaban los males emocionales y mentales de las personas, se conectaban con los demás a un nivel tan visceral que era imposible que te abandonaran una vez deseaban auxiliar, llegaba a ser incluso autodestructivos; ellos ayudaban en el equilibrio del mundo actual, y de las mentes evolucionadas…

Al menos eso era lo que su padre le había explicado.

Su padre, ahora ya no existía por tratar de proteger a la familia de esta pequeña. Pero él no los culpaba, sabía quién era el verdadero responsable de aquella masacre.

Sus gobernantes. Tanto había hablado Fagaku de ello, que después de la tercera vez ya no puso más atención.

Se arrepentía de ello ahora.

-Sasuke-un - murmuró en un sollozo la pequeña en pijama. Con su recién estrenada capacidad de hablar, era difícil pronunciar correctamente, siempre fue parlanchina aunque nadie le entendiera, por alguna razón se había tardado más en hablar que otros niños; en esta ocasión, sin duda la horrible noche se hallaba ya muy cansada para ser corregida, ni él se creía capaz de hacerlo.

La imagen del último momento de sus progenitores, lo dejó literalmente sin habla.

Haber corrido por horas en las calles, ahora hechas un caos de cuerpos, sangre y desolación, lo hacía peor.

La guerra civil que acababa de desatar el consejo contra los empáticos era injusta, cruel. Una matanza de inocentes –t-ten –go miedo –hipó ella. Sus piernitas temblaban

-Ssshhhh- fue todo lo que pudo hacer mientras acariciaba sus cabellos rosas y despeinados. Su propio cerebro no lograba formar ninguna frase de todos modos.

Se hallaba tan abrumado, que su garganta estaba cerrada.

Se agachó para que ella pudiera subir a su espalda, todo el proceso se lo indicó con señales, no podía permitir que su voz lo traicionara, que lo dejara romperse o desconcentrara. Él era la barrera entre las crudas emociones de terror y muerte que los rodeaban a cada paso. Cada violenta onda de emociones, podían bombardear la psique de la pequeña empática, destruyendo su cerebro y dejando de ser apenas un controlado dolor de cabeza.

Una pequeña como ella, despojada de los escudos mentales para proteger su mente de cualquier intervención, estaba muerta.

Ahora caminaban en las sombras, de callejón en callejón, como unas ratas de cloaca. Sus respiraciones desiguales, la ropa llena de cenizas y el ensordecedor sonido de los latidos de su corazón.

Él también tenía miedo, pero no como ella.

La pequeña, a sus 4 años, de ninguna forma estaba preparada para la perdida de todo lo que conocía. La seguridad de su hogar, las sonrisas de sus padres, y las camas calientes con edredones de flores se habían acabado, para ser cambiados por el terror de que unos telepatas sin emociones (literalmente) la encontraran, y finalmente hicieran papilla su cerebro como lo hicieron con sus padres.

Pero él en cambio, tenía miedo de que se la arrebataran.

Que la destruyeran enfrente de sus ojos. No lo soportaría.

Eso lo transformaría en lo mismo que eran ellos, otro monstruo más, pero más letal…

Su capacidad era por demás aterradora.

El poder levantar objetos animados e inanimados con la mente solo era la superficie de ese gran iceberg. Cuando descubrió que podía reorganizar materia y hacerla estallar en todo el sentido de la palabra, nunca volvió a mirarse igual a sí mismo.

Tenía miedo de su odio, de cómo la energía se movía caudalosa dentro de su cuerpo… de no poder controlarse.

Ella no lo vio, no como él.

La visión de los vasos sanguíneos explotados en las cuecas de su madre, la sangre saliendo por sus oídos. No, ella ya había estado acostada, sin embargo lo sintió (un pequeña empática perdiendo la protección mental de sus padres), su grito desgarrador fue lo que le saco del shock, haciendo que automáticamente él levantara unos escudos psíquicos propios para ella. No tan fuertes como los anteriores, pero útiles. Y enseguida lo hizo correr a todo lo que su cuerpo podía, para sacarla de la cama, antes de que alguno de ellos la encontrara primero. Todo paralelamente.

A duras penas salieron de la casa antes de que la explosión arrasara todo dentro de su hogar.

Nunca creyó ser capaz de tanto, su poder seguía siendo un generador sin manivelas, o nivelación.

Su entrenamiento psíquico –mental todavía no había terminado. Sasuke solía ser un alumno difícil. Siempre se esforzó pero una vez lograba algo, perdía el interés.

A medida que avanzaban, los gritos y el humo, iba siendo amortiguado por la distancia, las calles se iban quedando desiertas.

A pesar de que corría el año 2300, sus instintos de supervivencia y protección salieron a flote como en innumerables épocas, recordándole, que a pesar del avance evolutivo seguía siendo tan humano como las generaciones ancestrales.

Él necesitaba sobrevivir, pero que ella lograra hacerlo, ocupada mucho más su mente.

Solo sabía que ella era importante, no entendía porque, pero debía, necesitaba proteger a la pequeña Sakura a toda costa.

No solo era por ser sus padres amigos íntimos, no tenía nada que ver con ello. Él sentía, en alguna parte muy dentro de su sistema, que ella le pertenecía…

Especialmente ahora que tomaba su pequeña mano, que sentía los latidos de su infantil corazón y que se tenían solamente el uno al otro.

Ahora ella era su todo, lo único bueno que le quedaba en el mundo.

El pensamiento simplemente aumentó su terror.

Increíblemente llegaron a las afueras de la ciudad, ya no existían más gritos, ni luces parpadeantes, ni deslizadores de la fuerza del orden inundando las calles, y traicionando a los civiles a favor de una matanza.

¿Todo por más poder, por más dinero y por callar la rebelión? -Se preguntó mirando más allá del paisaje inmediato.

En la lejanía, las viviendas parecían como una enorme fogata.

Se obligó a no pensar en nada que pudiera debilitar los escudos mentales que había armado para Sakura en tan poco tiempo. La inestabilidad de ese muro era innegable.

No necesitaba agregar una grieta más a la, ya de por sí, frágil barrera.

En la negra calma de la reserva ecológica más grande de la inmediaciones, se dio el lujo de relajarse unos segundos, de recordar en qué dirección estaba el lago y sus cabañas deshabitadas, para pasar por lo menos una noche de sueño antes de volver a huir.

Sakura iba muy silenciosa –acción que indicaba su alto nivel de malestar emocional – algo nada común en ella. Sin embargo apretaba su mano con la suya más pequeña cada que necesitaba un descanso, y él hacía caso a las señales en la medida de sus posibilidades.

Aminoraba el paso de cuando en cuando, la dejaba recargarse en él, no iba a dejar que los encontraran. No contaban con ese lujo.

La cargo unas cuantas veces, para ayudarla, era lo máximo podía ofrecer en esos momentos.

Bajo a la niña al suelo por segunda vez, ya necesitando un descanso, y la colocó en el suelo de pastos verdes y suaves, ahora que era más fácil el camino.

Pensar en la posibilidad de ser encontrados, ensombrecía un espacio muy profundo en su pecho.

Sin embargo estaba decidido a mantenerlos vivos, a mantenerla a salvo.

No se hundiría, No iba a rabiar, no perdería el control de sí mismo, o permitiría que de repente todas sus emociones se agolparan en su cuerpo; se le enseño que era una reacción normal ante cualquier evento traumático, pero controlable, tenía que lograrlo.

"tengo el poder de controlarme" –pensó para tratar de calmar las ondas de energía que luchaban por salir de su organismo.

Puso todas sus fuerzas en ello, siendo el mayor y el hombre, era su deber lograrlo, pero la verdad de la situación es que estaba agotado mental y físicamente.

Y solo era un niño sin experiencia en la batalla mental.

Su autocontrol era un completo fiasco, y sus niveles de energía comenzaban a fluctuar.

No obstante todo el esfuerzo puesto en dominarse a sí mismo y su explosiva telequinesis, su cuerpo empezó a temblar por el llanto que empezaba a quebrar su dominio.

Su dolor era demasiado potente, su ira demasiado negra y desgarradora, su angustia lo ahogaba…

Detuvo abruptamente su avance, con miedo por lo que se avecinaba.

Por la seguridad de la inocente pequeña.

Esperando un golpe de poder telepático que destrozara los árboles, y el terreno a su alrededor e incluso a ella; protegió a la niña con todo lo que le quedaba de autocontrol, formando un escudo de partículas a su alrededor, era imperfecto como todo lo que hacía a su edad, pero le impediría morir por el golpe de energía.

Sabía que él era un monstruo en potencia, era uno de los poderosos telepatas de la raza que acababa de terminar con la familia se Sakura, y a pesar de ello, paradójicamente, hijo de los líderes de una "rebelión secreta" contra el consejo.

Incluso si era una bomba de tiempo andante, no quería lastimarla.

No deseaba que la maldad que en él moraba, la alcanzara.

Pasaron los segundos, y en lugar de la esperada explosión de energía por el choque de sus emociones, su cuerpo se empezó a relajar, su mente en caos se llenó de aceptación, y esperanza.

Un cansancio como no había sentido antes, le sobrevino.

Aturdido abrió los ojos, miro en todas direcciones, incluso analizó sus niveles de poder, tal como su padre le mostrara hace solo una semana atrás.

Asombrosamente todo estaba normal, como el aguan cristalina de un estanque en ondulante constancia.

"Los empáticos regulan y curan las energías psíquicas y emocionales…"-las palabras de Fagaku hicieron eco en sus recuerdos.

Fue cuando lo supo, y desconcertado miro a la pequeña peli rosa con compresión.

Sus ojos verdes concentrados en su dirección, como si lo mirara, pero sin verlo en realidad. Sus manos emitían un muy tenue brillo, que solo podía percibir por la oscuridad del bosque.

Estaba curándolo desde el interior…

Una pequeña de tan solo 4 años, cuando se suponía el despertar normal de poderes empezaba a presentarse hasta los 8años.

El conocimiento inundó su sistema, haciéndolo comprender íntimamente la importancia de la existencia de los empáticos, de esa pequeña que siempre fue protegida más que otros niños, y supo que sin ella, él también se convertiría en un asesino sin emociones, un perro más en las filas del consejo, ella era su ancla.

Ella era única, especial.

Por Sakura las cosas podían ser diferentes, y dentro de Sasuke hubo un poco de paz.

Y entonces volvió a sentir un cambio, la sensación de alarma se disparó, pero era demasiado tarde.

Eran ellos.

Los cazadores, como los conocían en el bando rebelde.

De la nada hizo su aparición el sujeto con ese uniforme negro de alta tecnología anti-ataques, y asió con brutalidad a la pequeña, quien pataleó sin reflexión y gritaba de miedo.

El horror de la escena rompió al muchachito.

El control apenas obtenido se fundió como agua en el desierto, a causa del hombre que sujetaba tan rudamente a Sakura sin inmutarse por sus gritos de dolor y desasosiego.

Sasuke no espero más e hizo explotar el cráneo del individuo, asombrado de su energía atravesara el escudo físico y de no haber dañado a la niña; eso mismo fue hecho a los padres de ambos, solo que ellos no contaban con protección anti-telequinesis.

Con su destructivo poder ni siquiera el casco contra choques fue suficiente-su familia ya lo había sospechado, Sasuke era más poderoso de lo que cualquiera imaginaba- el cuerpo inerte del hombre yacía en un baño de su propia sangre. Solo una pequeña demostración de la destrucción que era capaz de causar.

Quiso correr por ella, recuperarla, pero sus extremidades fueron sujetadas por una fuerza invisible. Más de tres hombres se materializaron delante de ellos.

-¡SASUKE- KUN!- era la primera vez que pronunciaba correctamente su nombre y era para llamarlo con desesperación –"¡no se la lleven!"- Fue lo último que pensó cuando llegaron más hombres a contener su poder mental. Un segundo después perdió el conocimiento por un golpe masivo de energía en su cráneo -¡SASUKE!...

Y todo se volvió oscuro…

….

=13 años después=

Despertó tan jadeante que respirar era una acción difícil.

El control que tan arduamente había moldeado, era una frágil onda.

Se hallaba en un enredo se estériles sabanas grises, su sistema nervioso con los remanentes del terror por los atemorizados ojos verdes de ella. Recordar ese día de perdidas, le dejó el sudor frío corriendo por la espalda, su corazón precipitándose de dolor...

Sentir era algo que no se podía permitir.

Sistemáticamente reanudo sus funciones normales, revisando su mente y todo lo que en ella sucedía. Sin moverse de la cama y con la habitación todavía a oscuras, buscó en su sistema psíquico.

Si estuviera aun en el centro reformatorio infantil del condicionamiento, la escena anterior sería mérito para un lavado de cerebro, el reacondicionamiento, o el aumento de la droga NS604. Una manera rápida y "eficaz" para mantenerlo dentro de los márgenes del protocolo NEOPSITK (el nuevo régimen de gobierno que consideraba las emociones un cáncer para la raza humana, o a los empáticos el parasito de esas amociones).

Era positivo que hace años había sido autorizado como individuo estable para vivir el condicionamiento: el entrenamiento intensivo – que eliminaba las emociones bajo una serie de respuestas relacionadas al dolor.

Los métodos para lograr esto, era tan brutal e incansables, que conquistaban tarde o temprano las mentes más rebeldes. Un entrenamiento arduo fundamentalmente para los jóvenes que eran preparados para labores en la milicia, como lo eran los agentes de la ley.

Adiestramiento que fue impartido con más rigor, a todos los niños telepatas relacionados con empáticos…

Como él…

Pero Sasuke, diferente desde el principio, fue considerado extremadamente peligroso.

Las capacidades de su poder eran 10% mayor a la medida máxima especificada -era inestable de sus facultades para actuar dentro de los nuevos estándares –altamente emocional- escuchó que decía con frialdad científica uno de los doctores.

Si no lo habían eliminado era por su gran poder. No era ningún tonto que creyera en la compasión por parte de asesinos.

Él solo tenía 11 para entonces, un año después que los separaran.

-Es un chico difícil de manejar – explicó por esas mismas fechas otro entrenador.

Y sabía porque acarreaba tantos "problemas".

A pesar de los intentos desgarradores, prácticamente brutales, para tomar esa información de su cerebro, nunca revelo nada.

No importaba las veces que desgarraban su psique, que quedo tirado en una celda fría y acostada en un pequeño charco de sangre. El nombre de la empática culpable de su estado inestable nunca logró ser expuesto.

Esa información trascendental estaba en lo más profundo de su mente, protegida por murallas y murallas, todas ellas llenas de claves y enredos. Era un nombre que consideraba sagrado.

Su creación mental llena de confusión y hecha para confundirse hasta a sí mismo, al punto que logró ser clasificado como una degeneración mental parecida a la locura.

Loco por un año.

Ese momento decisivo, cuando pensaron que estaba curado, los instó a iniciar el verdadero condicionamiento.

Proceso al que lo iniciaron horas después de decirle que sabían finalmente de ella y que ahora estaba muerta, y por su culpa no quedan ni los restos…

Desidia no creerles, no dijeron edad o aspecto físico. En ese entonces todavía tenía esperanza.

No cabe duda que era solo un niño.

Verdad o mentira, fue una prueba monumental controlar su temperamento, su rabia ciega, enterrar sus emociones en la misma caja mental donde estaban los recuerdos sobre esa niña, pero lo hizo, nadie sabría alguna vez lo que ella había significado para él, para todos…

Apretó los puños en una íntima demostración de rebeldía, una que por mínima que fuera no era permitida, y acción que nunca realizaba en público.

Una cosa era verdad en toda la farsa; la habilidad empática que lo curo de la rabia ese oscuro día, fue tan fuerte, que aún después de tanto tiempo, el protocolo no funcionaba en él a toda su capacidad.

Nunca, ni uno solo de los instructores, logró atar la cuerda telepática de Sasuke en su totalidad. Era un ente autónomo, donde las masas estaban atadas a las órdenes de otros. Su capacidad de razonar lo que quería y lo que no, era sumamente lucida. Nadie podía controlarlo, aunque fingiera que lo hacían.

Solo bastaba que él trabajara más, unas cuantas semanas en las claves, para liberar las restricciones que encadenaban su poder y sabía que sería libre de utilizarlo como quisiera.

Ese era otro de sus secretos, nadie en el mundo lo sabía, lo mortal que podía ser.

Él no estaba realmente controlado.

Ahora era un asesino, y era perfectamente sencillo utilizar sus dones para ello.

No obstante necesitaba parecer un perro entrenado, sumido bajo el mando del consejo gobernante del sector terrestre. Y todavía más, si quería lograr su objetivo.

Lo único que ahora lo mantenía con vida, y en el protocolo de ese condicionamiento infrahumano, trabajando como autómata, era su búsqueda de la revolución.

Hace 10 años que no pensaba en ella, es su ojos inocentes, en su devota confianza en él… o en sus gritos de pánico y dolor.

También hace mucho que no perdía en control de uno solo de sus latidos.

Y eso no le gustaba.

-Su condicionamiento era perfecto. Debía serlo- pensó en las palabras pragmáticas y frías de su instructor una vez lo dieron de alta como un miembro competente en las filas de los agentes de la ley. Los cazadores.

Era justo lo que más había temido como un niño.

Un perro matón, ceñido solo a los mandatos de los sucios gobernantes. Haciendo el trabajo deshonesto entre las sombras, mientras ellos se las daban de sabios y prudentes frete a toda la comunidad humana de las demás colonias espaciales.

La existencia era árida, y vacía. No sentía nada al despertar (generalmente no lo hacía), no había descaso para alguien como él.

Ya estaba muerto por dentro, que era peor que morir de verdad.

A la muerte le daba la bienvenida, siempre cuando con ella lograra llevarse a unos cuantos de esos farsantes.

Se consideró muerto el mismo día que supo que lo estaba ella, porque hoy lo creía.

La pequeña era lo único bueno que conoció después de sus padres.

Con la expresión impasible se levantó de la cama; por completo en el estado consiente volvía a ser el mismo, helado y sin emociones, ese era él en la actualidad, una máquina de muerte.

Enviado a misiones secretas de asesinato y espionaje para el consejo.

No sentía nada, todo dentro de él estaba entumecido. No había nada, ni remordimiento, ni dolor, ni conexiones emocionales; su conciencia (si es que había una) estaba apagada.

Su condicionamiento estaba roto, sin embargo, era una coraza eficaz. Sí, pero para algo más oscuro.

Sí, lo habían condicionado perfectamente, pero con todo, él solo tenía una cosa en mente que lo movía a continuar bajo el mando del consejo gobernante.

La única emoción que se permitía filtrar a sus sentidos.

Odio. Ira…

Vivía para la venganza

Y la tomaría…

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Los que ya an han visto este proyecto, gracias por releerlo. LO ESTOY EDITANDO ANTES DE SEGUIR CON LA HISTORIA, ESPERO QUE LES GUSTE Y SEA CLARO.

Muchos saludos.