Pareja: Fliqpy x Flippy
Pareja secundaria: Splendon't x Splendid
Flippy suspiró mirando el cuerpo de Fliqpy tirado sobre un sillón roncando, no tenía la menor idea de que había estado haciendo toda la noche, recordaba haber visto la luz encendida de la lámpara hasta pasadas de la media noche y eso era todo, ahora que echaba un vistazo a la evidencias que dejó regadas por el lugar, encontró un montón de libros regados por el suelo y uno de pasta dura, sirviendo como almohada.
Ya más tarde pudo preguntarle.
"Fliqpy ¿qué hacías ayer?"
"Que te importa" Usualmente era agresivo, pero no a los extremos de gruñirle mientras respondía.
"Que cruel" Murmuró en voz alta Flippy regresando a sus propios asuntos.
No le hubiera importado no saber si no hubiera sido algo que se repitió a la noche siguiente y a la que seguía y una después de esa y así consecutivamente.
Una noche por fin se decidió a levantarse y caminar a su sala, con lo que se encontró no era algo que esperara.
En el sillón sentado y entretenido, Fliqpy leía libros y por las pilas que recogía cada mañana debía significar que llevaba un tiempo haciéndolo, lo sospechó, pero era difícil creerlo incluso en ese momento en que lo veía con sus propios ojos.
"¿Qué haces?" Preguntó y dio un paso para salir de entre las sombras sorprendiendo al estudioso.
De la impresión arrojó el libro que llevaba en manos hacia una ventana la cual rompió.
"Nada" Como si le fuera a creer.
"¿Lees?" No le importaba la ventana, ya en la mañana recogería los vidrios rotos "¿Qué lees?" Eran libros de ciencia y matemáticas.
"Nada" Apático ni siquiera miraba a Flippy a los ojos.
"Leer es bueno" Era una conclusión muy obvia "Pero el por qué… ¿Por qué no me quieres decir?" Vivian en la misma casa, pero muy apenas y se hablaban.
"No es algo que te incumba"
"Quizás alguien a quien si le incumba me pueda ayudar" Insinuaba decírselo a alguien.
"No lo harías" Lo retó con feroces ojos color amarillo.
"Sí puedo, aun si me matas" Regresaría y se la devolvería.
Mascullando groserías entre dientes, Fliqpy tomó aire para después soltar un suspiro rindiéndose.
"Estudio"
"Eso es obvio, pero ¿por qué?" Llevaba media hora queriendo saber.
"Porque no soy listo" Susurró.
No era motivo de risa y no rió, por el contrario sintió lástima de su homologo y algo de orgullo por verlo tratar de superarse.
"Tú eres listo" Dijo con amabilidad acercándose a sentarse a su lado en el sillón, pero antes dejó uno de los libros que llevaba en las manos sobre una mesita.
"No es cierto" Un sentimiento melancólico brillaba en sus ojos y le sorprendía al bueno notarlo, la maravilla estaba en que existían sentimientos, algo muy difícil de ver y casi improbable "No sé otra cosa que no sea matar" Era franco y su voz monótona no daba más pistas sobre la clase de pensamientos que transitaban por su cabeza.
"No es cierto" Repitió e intentó convencerlo "Eres alguien estratégico que sabe hacer muy buenos planes" 'No como yo' pensó "Sabes improvisar en momentos de gran tensión y te mantienes al tanto de todo, tienes tus lados positivos" La conclusión hizo al oji-amarillo girar a ver con una expresión extrañada a su versión buena antes de que esa rareza fuera la pequeña sonrisa que Flippy no notó.
"Si tú lo dices" Se encogió de hombros.
"Yo puedo enseñarte" Tomó el libro que Fliqpy tenía entre sus manos "Seré tu maestro a partir de ahora, es mejor si tienes a alguien instruyéndote y explicándote un par de cosas"
"No quiero" Lo fulminó con la mirada.
Pero ese 'no quiero', no tuvo lugar con las insistencias de Flippy en darle una buena educación y guía, quien ganó fue la terquedad de una buena intención, lástima que la buena voluntad no fuera lo mismo que la paciencia y tolerancia.
No mentía Fliqpy diciendo no saber nada y eso lo comprobó cuando tuvo que empezar a enseñarle desde lo básico, incluyendo las matemáticas como sumar y restar, fueron tardes agotadoras donde encontró que no tenía vocación para enseñar porque cada vez que se exasperaba terminaban peleándose y sino gritándose, un día tras otro, en donde ambos se dieron cuenta que podían convivir entre si y no como antes que se evitaban viviendo en un mismo espacio. Llevando esas conversaciones de las tardes a un 'buenos días' en la mañana y un 'buenas noches' a la hora de descansar y terminar sus asesorías.
"Pasemos a Biología"
"Aburrido" Se quejó Fliqpy al que poco le faltaba para dormirse y llenar toda la palma de su mano con saliva junto con el libro que no le servía para otra cosa que recargar el codo.
"Abre el libro por favor" Pidió con voz cansada su intento de profesor.
"¿De qué me sirve biología?" Si tenía que estar desperdiciando su tiempo por lo menos quería saber la razón.
"Sé que ya es tarde y que no te gusta" Flippy miró por la ventana, brevemente contemplando los colores del ocaso "Así que no empieces"
"Pero es en serio, ¿para qué me sirve?" Se dignó a mirar a su profesor malhumorado, a Flippy se le quitaba lo lindo y amable cuando su rebelde pupilo lo colmaba hasta la coronilla.
"Biología es de los seres vivos, su origen, etc... ¿No te interesa saber eso?" La pregunta era muy inocente.
"No" Obviamente no.
"Lástima, pero te sirve de algo" Para alguien que no aprecia la vida, ¿de qué podría servirle? "Ábrelo en la página donde nos quedamos la última vez, 'Reproducción y Aparato reproductor femenino'"
"¿Qué es reproducción?" Fliqpy miraba los dibujos a colores sin entenderlos muy bien, para él no era lo mismo verlos dibujados sobre una hoja de papel que verlos en persona y entre sus manos, en su opinión les faltaban mucho más color rojo.
"El método por el que una especie consigue dejar su descendencia"
"No entiendo" Era sincero y menos podía entender algo que no quería aprender.
"Es el sexo" Terminó por suspirar cansado.
"¿Y qué es eso?" Aún no podía acostumbrarse Flippy a tener que explicarle con peras y manzanas cada cosa.
"Es..." Las palabras se enredaron en su lengua, enrojeciéndose de pena, no era que se sintiera muy cómodo con el tema.
"Espera..." Interrumpió la versión cruel "Creo que me acuerdo de algo así, no fue como la vez en que no estabas en servicio y saliste a cierto lugar y le pagaste a una mujer para..." Un metro de distancia separando a los dos no bastó para que Flippy pudiera arrojarse para cubrirle la boca.
"¡Cállate!" Gritó sintiendo que el sonrojo subía desde su cuello a toda la cara y las orejas "¡Cállate!, eso nunca sucedió"
Fliqpy más que eficazmente se quedó lejos, no sabía que había de malo en lo que decía, pero mientras avergonzara al otro claro que podía continuar.
"¿Cómo que no sucedió?" Habló con voz burlona "Pero si yo te vi" Señaló a la entrepierna de Flippy mientras escapaba del antes mencionado por cualquier medio "Ella dijo que eso de ahí no te funcionaba" El oji-verde no lo derribó a tiempo para impedir que se mofara de ese pequeño secreto suyo que nadie sabía y por cierta lógica también el otro.
Una vez en el suelo, se subió encima atrapando las muñecas de Flippy contra el suelo y a un lado de su cabeza.
"¡Cierra la boca!" Gritó enfadado.
"Cállame" Lo retó con una sonrisa maliciosa y presumida. Lo haría que se callara, pero... si tenía las manos ocupadas, ¿cómo? "Y también me acuerdo..." Simplemente quería que se callara, cerrarle la boca y evitar la vergüenza de sus recuerdos.
Su boca se juntó con la venenosa de Fliqpy en un beso, no era intencionado ni con motivo romántico, pero esos cortos segundos de silencio le bastaron para que cuando terminó, su cara adquiriera un tono nítido de rojo, quizás nunca había estado tan avergonzado como esa vez en que miraba los ojos amarillos igual de sorprendidos.
"¿Te..." Una excusa, eso necesitaba "¿...Te vas a callar?" Su voz nada creíble tembló.
"No..." La voz del otro fue igual, pero con ideas surgiendo dentro de sus pensamientos se recuperó un poco "También te dijo que besabas mal"
"¿Quién besa mal?" Se sintió indignado y nuevamente irritado.
"Tú obviamente"
"¡Ah sí!" Fue estúpido inclinarse a besarlo otra vez, fue tonto comenzar a mover los labios con carisias lentas, tímidas y preocupadas, y fue irresponsable no reconocer lo mal que estuvo.
No tuvo la menor idea de porque Fliqpy correspondía cada una, siendo los movimientos algo más atrevidos que los suyos.
No le gustaba admitirlo, más bien no le agradaba la razón por la que lo admitía, que lo disfrutaba, que el beso lo estimulaba, que a cada vez que terminaba uno le seguía otro, que más que ser amor era el calor del momento y no haber tenido muchas oportunidades de estar con alguien, por el mismo motivo del que se burlaba el malo.
Cuando la lengua fue intrusa en su cavidad y como una descarga de espinas sobre su sistema nervioso, reaccionó temeroso de seguir adelante, se avergonzaba de no saber qué hacer, entraba en pánico y estar paralizado era lo que causaba angustia en su pecho.
Con la respiración agitada se separó jadeando, rápido disculpándose mientras observaba los ojos color oro llenos de asombro que después miraron estáticos e inexpresivos el techo blanco.
"Dejemos... los libros por hoy..." Lentamente fue levantándose de encima del otro, lo que no esperó fue esa patada con la suela de la bota negra directo en su rostro y no fue solo el dolor, ni la sangre que brotó de su nariz rota, sino que también se desmayó antes de tocar el suelo.
Medio consciente luego de diez minutos, aún sin abrir los ojos, claramente podía sentir el calor de un cuerpo ajeno sobre el suyo junto con el peso y el resollar de una respiración húmeda junto a su oído, más que clara y persistente, acompañada de gruñidos y resoplos, ¿qué era?, solo una vez tuvo oportunidad Flippy de preguntárselo.
El sonido irreconocible, venía acompañado de una sensación nuca antes experimentada, euforia recorriendo cada una de sus venas azules y arterias rojas, que era eso que en cuanto tuvo más presencia de la realidad lo tenía jadeando y maullando inconscientemente, era un calor asfixiante que se expandía desde su vientre hacia todas partes y lo estaba haciendo víctima del placer.
Lo que ignoró y a lo que estaba siendo ciego era que la verdad trágica no era tan dulce como sus sueños con los ojos cerrados, Fliqpy lo estaba violando y había comenzado hacia poco cuando seguía desmayado.
Ese beso o mal intento de callarlo, despertó al animal que tenía dentro, ese que siempre había querido sexo y finalmente escapaba de su pasión, no necesitó más que sus instintos para averiguar cómo proceder, los cuerpos sin ropa estaban en el suelo y ésta estaba hecha pedazos a un lado, gracias a que alguien las había cortado con un cuchillo debido a las prisas.
Consecuencias no era una palabra en el vocabulario de Fliqpy menos al darse cuenta de que Flippy abría los ojos, solo no quiso ver los verdes irises llegar a estar enojado por lo que hacía, no iba a detenerse así que en lugar de disculparse, dio vuelta al pesado cuerpo de debajo, teniendo a una firme y ancho espalda musculosa para poder morder.
Hundiéndose su cadera lo más profundo y escuchando el pequeño grito del agredido, olvidó los ojos verdes para concentrase más en el pacer que lo motivaba a cometer delito punible, no tomó en cuenta el cuerpo tembloroso ni lo que creyó eran sollozos, lo único que contaba era su sonrisa que lo disfrutaba.
Flippy de bruces al suelo, con su escenario puesto al revés, no supo que hacer, seguía mareado y confundido, únicamente estaba el placer que le daba el miembro de Fliqpy saliendo y entrando en él y el de su propia erección frotándose en el suelo de su sala con cada ruda embestida.
"Fliqpy..." Susurró, claro que sabía quién era el responsable, ¿quién más?, pero no se suponía debía ser así, faltaba la linda relación llena de amor y afecto, faltaban las citas en que deberían conocerse mejor, faltaban los besos y carisias, faltaban muchas cosas más antes de sentir los placeres carnales, así era su relación ideal, su amor ideal, así debería haber sido.
Con un gemido ese ideal se hizo polvo, el sudor del esfuerzo entraba a sus ojos y para vergüenza suya porque sí era penoso, manchó el suelo bajo sus rodillas y manos, la peor parte que lo hacía enrojecer después de disfrutar esos segundos de éxtasis y euforia del orgasmo, no era que su interior hirviera de calor siendo llenado por los resultados del propio orgasmo del otro, sino sus palabras que le siguieron.
"Fliqpy..."Al hablar su voz era un hilo frágil y tembloroso además de quebradizo, tímido llevó sus manos a sus glúteos, sintiendo mejor como Fliqpy se ponía de regreso duro todavía estando dentro "Otra vez..." ¿Era su boca la que pedía seguir siendo violado?, ¿era verdaderamente él pidiendo volver a sentirse como lo había hecho?, ¿era cierto que no se preocupada de otra cosa aparte de las embestidas que comenzaron de nuevo?
El ruido de sus labios era suficientemente alto para llegar a sus propios oídos, ese no era él, nunca se había sentido así, el calor quemaba su cerebro implantándole la idea de no querer otra cosa más que sentirse cada vez más colmado de todo y de todos los sentidos, fue así hasta después de no saber cuántas veces Fliqpy eyaculó dentro de él y él junto con el otro.
Para cuando despertó a la mañana siguiente no le sorprendió encontrarse a sí mismo sobre el frío suelo, en realidad lo primero que hizo esa mañana fue estornudar, la única razón por la que no estaba muerto debido a hipotermia era que yacía abrazado a otro cuerpo cuya compleción era idéntica a la suya, era él quien rodeaba el torso de Fliqpy con sus brazos y su cabeza descansaba sobre el brazo de éste, tenían sus rostros lo suficientemente cerca como para no explicarse como no lo despertó al estornudar.
Ahora que lo miraba con aquel aspecto desarreglado, lucía bien, se preguntaba si él mismo podía lucir tan bien como lo hacía su versión malvada.
El rubor avanzó en su rostro y agradeció que su compañía siguiera dormido para no verlo y burlarse de que se estuviera sintiendo apenado de sólo contemplarlo mientras descansaba con los rayos lagañosos del sol sin entrar por completo a través de las cortinas, mientras lo miraba fijó la atención en los labios de los que provenían unos cuantos ronquidos.
¿Por qué lo había besado ayer?, comenzó a preguntarse y para cuando quiso darse cuenta lo volvía a besarlo y le gustó hacerlo.
Igual que el primero Fliqpy despertó estornudando, pero a diferencia del anterior, no había nadie que compartiera su calor allí en el suelo, no recordó al primer minuto la razón de su desnudes, solo se vio sucio y con frío, motivo por el cual se levantó y fue a ducharse, no esperaba hallar el vapor saliendo desde aquel cuarto pequeño, ni cuando abrió la puerta ver de reojo a través de la cortina de baño la silueta de Flippy masturbándose, lo sabía porque escuchaba los sonidos primitivos de placer, pero algo más impactante que sorpresivo fue oír su nombre proferido con deseo.
"¡Fliqpy!" Un escalofrío recorrió su columna "¡Ah!" Un último grito y el sonido del agua cayendo fue el que perduro seguido de un lamento casi inaudible.
Flippy que pegó su frente a la fría superficie de la regadera, se sentía culpable por lo que acababa de hacer, después de haber besado a su homologo, asustado por hacerlo fue corriendo a bañarse sin embargo por no poder pensar en otra cosa y al tener su cuerpo expuesto, empezó a tocarse sucumbiendo a un momento de calor que una vez finalizó, el repudio a si mismo llenó su consciencia.
Triste miró la evidencia entre sus manos deslavarse por el agua, mientras tanto Fliqpy salió por donde entró, sin darse cuenta siquiera de que estuvo ahí escuchándolo. El asesino se marchó queriendo olvidarlo e ignorando ese extraño color repentino en su cara.
...
Fliqpy ya no estudiaba con Flippy, prefería no hacerlo si tenía tan mal profesor, ahora cuando le hablaba la voz del peli-verde temblaba en todo, no había frase coherente que saliera de su boca, sin contar que no solo su voz era parecida a la gelatina sino que sus brazos también, tenía dedos de mantequilla pasándole los libros que luego terminaban en el suelo y no pasaban cinco minutos a solas para cuando Flippy salía corriendo y se encerraba en su habitación o en el baño.
No le hubiera importado en lo absoluto si eso no le afectara también, Flippy preparaba la comida así que cuando estaba horas encerrado en alguna pieza de la casa, no sabía a qué horas terminaría cenando, no hasta que se hartaba y buscaba cualquier cosa a mano para comer, obvio que no sin antes de ir a búscalo y tocar violentamente la puerta exigiéndole que saliera.
No tuvo la menor idea de cómo soportó tres meses así, ¿qué demonios hacía estando aislado?
Esa tarde actual Fliqpy había insistido en hablar con Flippy, aunque hablar no quedaba correctamente dicho, fueron gruñidos reprochándole su comportamiento y gritos desembocando una pelea, lo que más le sorprendió a Flippy no fue ver que le gritara, normalmente lo ignoraría tomando todo con calma o le echaría en contra regresándole los reclamos, fue haberlo agredido, como gato erizado quien se suponía era el más inocente, cándido, amable y dulce, comenzó a golpearlo, se sentía más que enojado, la rabia inexplicable estaba en sus puños y la sangre manchando estos, ¿qué tanto lo golpeó para estar sudando y jadeando cansado?, ¿qué tan fuerte para sentir su propio dolor en los puños?, ¿qué tan mal para ver la sonrisa de Fliqpy bajo esa capa de sangre en el rostro antes de que perdiera el conocimiento?
No tuvo tiempo de llegar al baño, para cuando llegó al pasillo ya estaba vomitando, ¿qué hizo?, le daba miedo mirar el lugar, no se atrevió a hacer otra cosa que no fuera encerrarse en su cuarto y llorar como muchas veces antes y durante la última semana.
Ya tenía una verdadera razón para sentirse desgraciado, y era que desde el día en que despertó desnudo junto al otro, no dejaba de pensar en lo mucho que quería que se repitiera, pero no podía evitar sentirse nervioso cada vez que lo miraba a los ojos, por lo que no le quedaba de otra más que frustrarse, no obstante, ya no podría, Fliqpy no lo querría ni ver en pintura, aniquiló todas sus posibilidad, hasta su relación actual de cordial tolerancia, era un idiota que no se comprendía a sí mismo.
...
"¿Qué te pasó?" Splendon't no podía contener la risa cuando preguntó, mirar a Fliqpy con un ojo morado junto con hematomas en su rostro era un show que nunca creyó ver y no tenía precio. Fue más allá de eso y uso visión de rayos X "¡Y te rompió un pómulo!" Exclamó.
Como consecuencia, sus risas lo llevaron a ser blanco de la ira del peli-verde.
"Cállate si no quieres que te deje igual " Estaba completamente capacitado para cumplir su palabra.
"Está bien" Se calmó levantando las manos para tranquilizar esos ojos amarillos como puñales "Sólo dime ¿quién fue?"
"No" No estaba loco para decirlo.
"Vamos" Pidió "Dime"
"No te voy a decir" Negó rotundamente cruzándose de brazos y recargándose más en su lugar.
Habían ido a un restaurante en donde todos se habían callado con su presencia, menos le diría si había potenciales oídos para escucharlo.
"¿Entonces para que me quieres?" Lo imitó Splendon't cruzándose de brazos.
"¿El tinte rojo para cabello no se filtró al cerebro?" No estaba de humor "Es obvio que no tengo autorización de estar en ningún lugar público sin vigilancia tuya, de Flippy o de tu noviecito azul" Nadie confiaba en él y no debían de.
"No es mi novio" Negó rápidamente.
"Eso díselo a él, es evidente que lo traes perdidamente enamorado, no debe tardar en llegar aquí de empalagoso"
"Que haga lo que quiera" Se encogió de hombro "Aun así, no has respondido a la pregunta que te hice, ¿para qué necesitabas mi vigilancia?"
"Porque me agradas más que él otro"
"Buen punto, pero no soy tonto, sé que estás evitando contestar" Recriminó.
"¡Bien!" Resopló Fliqpy cerrando los ojos un segundo "Quería estar fuera de la casa" Confesó.
"¿Por qué no le pediste a Flippy que te sacara?" Era más práctico así.
"Porque el motivo de querer salir es que no quería seguir viéndolo"
"¿Se pelearon o algo?"
"Sí" Ahora entendía el rostro que tenía Fliqpy.
"Pobre" Sintió lástima por el otro "Como debe haber quedado Flippy" Se lo imaginaba todo moribundo "¿Cómo está?"
"¡El imbécil está bien!" Espetó "De maravilla" Masculló y repentinamente Splendon't lo entendió.
"No me digas..." Estaba sorprendido "Él fue quien te dio esa golpiza" No era vergüenza, pero como podía llamar a lo rojo que se estaba poniendo el peli-verde.
No dijeron nada más por un rato y quien comenzó a hablar fue Fliqpy.
"A estado raro últimamente".
"¿Quién?"
"¿Tú quién crees?" Splendon't le dio oportunidad de que prosiguiera "Se la pasa encerrado solo haciendo quien sabe qué cosa, ya ni siquiera me prepara de comer, va y se come todo lo que hay en el refrigerador a todas horas, por eso creo que no sabe ni a qué horas es la cena y tiene un humor espantoso, no le puedo decir nada porque grita" Señaló su rostro "Hace tres días ni siquiera se disculpó por esto" Eso ultimo era lo más raro "Mejor prefirió ponerse a llorar"
"Pues tienes una muy linda esposa que te quiere" Dijo con sarcasmo.
"Cállate"
"¿Y por qué pelearon?" Poseía sincera curiosidad.
"Porque le reclame lo inútil que era" Splendon't torció la boca.
"Eso no se hace" El aire pasó entre sus diente parecido a un silbido "Te quemaste tú solo"
"¿Por qué?
"Imagínate que Flippy fuera una mujer, no te puedes quejar de como atienen la casa, especialmente si tú no haces nada"
"Pero no es mujer" Le recalcó "Es solo un idiota afeminado que no sirve para otra cosa..." Estaba contando sus frustraciones.
"¿Fliqpy?..." Quiso llamar su atención.
"Ahora soy yo quien lo tiene que hacer porque quizás tiene miedo de romperse una uña"
"¿Fliq...?"
"Quizás se encierra para verse y arreglarse en el espejo todo el día..."
"¿Fliqpy...?" Tosió y le dio una patada por debajo de la mesa.
"¿Qué?" Gruñó por la interrupción y el dolor.
El pelirrojo señaló con el índice una dirección y mirando por sobre su hombro Fliqpy vio a su homologo a sus espaldas llorando, lo había escuchado todo.
Mientras asimilaba las cosas que le dijo, reconoció que había estado siendo raro últimamente, pero sólo quería tiempo para pensar a solas y dormir aunque la gran mayoría de esas veces que se encerró en su habitación o el baño fue para pasar su tiempo a solas con su mano y aunque sus pensamientos comenzaban con algo siempre terminaban en Fliqpy, recordando lo que le hizo hacia tres meses y sintiéndose indignado consigo mismo por querer repetir una violación que había disfrutado demasiado para ser cierto, por ello le sobraban motivos para deprimirse por la culpa.
"¡Oh!..." Fue el sonido de Fliqpy al verlo ahí, ¿debería sentirse mal por lo que dijo?, ¿por ver esas lágrimas brotar una tras otra?, ¿por haber herido a Flippy?, pero ese debería, era sólo eso, una palabra que dejaba la cuestión opción.
"Lo siento" Flippy limpió sus ojos, normalmente sólo se sentiría mal sin importarle gran cosa, no era tanto como para que llorara, estaba raro "S-Solo vine..." Tuvo hipo "No te encontré... sólo te estaba buscando" Lo había tenido preocupado y ¿asustado?, no verlo unos minutos casi le saca el corazón del pecho, no por creer que se fue a matar a alguien, solamente por la simpleza de haberlo dejado solo "Debería irme" Era lo más sensato.
Dio media vuelta antes de ser atrapado por un brazo a la altura de su cuello.
"Que coincidencia, los cuatro estamos juntos" Splendid llegó y en cuanto vio a Flippy lo abrazó.
No le costó mucho esfuerzo mover a Flippy para que fuera y se sentara del lado de Splendon't y él sentarse en el de Fliqpy, a estos no les agradaba nada la idea y sus muecas disgustadas lo decían.
"¿Ya comieron algo?" Completamente ajeno a la atmosfera tensa Splendid preguntó aquello, nadie contestó "No importa, yo sí quiero algo" Llamó a Giggles para que les sirviera.
Mientras tanto Flippy se sentó en silencio sin creer que pudiera aguantar el llanto por mucho tiempo, se sentía de muchas maneras distintas y uno de los sentimientos que lo alteraban era el enojo.
"Flippy, ¿quieres que pida un poco de agua para ti?" Splendon't teniéndolo a su lado creyó que quizás podría ayudar a calmarlo, seguía siendo un héroe después de todo "¿Flippy?" Puso su mano sobre su hombro.
"No me toques" Flippy se la quitó de inmediato.
¿Qué era?, algo amargo quemó la boca de su estómago.
"Lo siento" El pelirrojo tuvo sus manos lejos como se lo pidió.
Flippy no podía entenderse a sí mismo, era como aquella vez en que sus puños se llenaron de rojo, odiaba a Splendon't, pero no tenía por qué, sólo porque estuvo hablando con Fliqpy antes de que llegara él, ¿qué tenía el héroe que no tuviera él para merecer el tiempo del malo?, ¿qué tenía que llamara su atención?, ¿qué tenía para que si se animara a hablar con él?
"¡Fliqpy!, ¡Vámonos!" Ordenó poniéndose de pie.
"¿Y por qué?" El otro no se dejaría ganar así de fácil.
Sus ojos amarillos se clavaron en la chispa de irritación en los verdes, no era para nada la expresión suave que solía tener aquel que se suponía debía ser el dulce y cariñoso individuo.
"Vámonos, ¡ahora!" Estaba haciendo su escandalo como novia berrinchuda e insoportable.
"Lárgate tú" No descruzó sus brazos, no se movió y no tenía por qué además de que no dejaría que lo mandara.
"Flippy, ¡cálmate!" Splendid se puso de pie para ayudar a su amigo.
"Mejor cállate" Gruñó, ¿Flippy le gruñó a Splendid?, Splendid era incrédulo.
"¿Flippy?" El aludido se movió por sí mismo, hizo a un lado al peli-azul empujándolo para que se quitara y se llevó a su mitad fuera del restaurante halándolo del cuello de la camisa.
¿Por qué no se resistió Fliqpy cuando pudo hacerlo?, simple curiosidad, le encantaba ver esa expresión osada y malhumorada en el semblante del oji-verde, se veía muy bien con ella, sin contar la forma como trató a los remedos de salvadores que dejaron atrás en el local.
"¿A dónde vamos?" Preguntó divertido y sin nada de miedo.
"¡Cállate!" Gritó "¿Por qué no me dijiste que te fuiste?"
"No necesito decírtelo"
"Sí lo necesitas" En su carrera ya habían avanzado suficiente y Flippy los había metido entre un callejón con la intención de acortar el camino de regreso "Maldición ¡qué no sabes que me preocupo!" Soltó a Fliqpy para encáralo de frente "Y luego tener que ir a buscarte para encontrarte desayunando con Splendon't mientras dices cosas malas de mí"
"Eso..."
"¿Por qué Splendon't? ¡Yo pensé que lo odiabas!" Las quejas del bueno no tenían ningún sentido para el malo "¿No... no te parezco suficiente?" Que Flippy se haya soltado llorando parecía excesivo.
"¡Cálmate!" Quiso tomarlo de los hombros "No sé de qué me estás hablando"
"¿Por qué...?" Flippy era un desastre de lágrimas peor que niño pequeño "¿Por qué no me quieres?"
"¿Eh?" Antes de lo que se hubiera esperado Flippy se precipitó a besarlo.
Chocaron contra la pared de ladrillos, haciendo quejarse al ojo-amarillo por el golpe, pero ese sonido quedo enfrascado por la boca de Flippy que no se separaba por nada.
Era todo lo que había querido por tres meses, volver a sentir los cálidos labios de Fliqpy con los suyos, llorando noche tras noche por estarlos extrañando y una vez que ya los tuvo, quiso profundizar su anhelo de compañía, sacó la lengua lamiendo los labios de Fliqpy, unos sorprendidos ojos amarillos lo observaban incrédulos, ¿ese era el mismo mojigato de la ocasión anterior?, bueno, el cambio parecía para mejor... abrió la boca recibiendo la dulzura de Flippy y aunque audaz, el bueno era muy torpe y no sabía besar.
Poniendo una mano detrás de la nuca de Flippy, enredando los dedos en el cabello verde claro, lo sujetó firmemente en su lugar mientras era él quien tomaba control de la situación.
El callejón quedo atrás para cambiar a la puerta de su casa, con fuerza Fliqpy empujaba a Flippy contra la madera clavando las muñecas de este último sobre su cabeza, el pantalón caía más abajo de la cintura, sino por poco terminaba en suelo y la mano perteneciente a una mente depravada se introducía bajo la ropa interior, no se contenía en la cantidad ni la intensidad del volumen de sus gemidos citados contra la boca que lo besaba.
"Fli...Fliqpy..." Su voz temblorosa era interrumpida por jadeos "Es... Espera..." Le costó decirlo
"¿Qué?" Gruñó contra el oído, sonando irritado.
"Vamos adentro" No iba a hacerlo fuera de su casa en la puerta.
Las llaves en sus manos temblaron mientras las insertaba en la pequeña rendija, mientras tanto el otro gruñía sin poder esperar clavar a Flippy en el suelo con el encima.
Con el cerrojo siendo abierto, Fliqpy le dio una patada a la puerta para mandar al otro peli-verde de igual manera al interior.
"¿Se puede saber qué te hizo cambiar de ideas?" Preguntó Fliqpy mientras se sentada en cuclillas a un lado de Flippy llevando en sus labios una malicia divertida "Te ves diferente" Miró la figura de su igual sentado con la ropa casi saliéndose de su cuerpo "Muy diferente" Su mirada tenía hambre, apetito por ese cuerpo que lo seducía, suficiente para lamer sus labios.
No creyó pensar alguna vez así de Flippy, pero se veía muy bien, sin tener la necesidad de contar la apariencia, pero emitía un aire distinto, algo en esos ojos verdes que le decían que no tenía vergüenza y en ese mismo momento no lo importaba que sucediera, de hecho fue Flippy quien se acercó a besar al oji-amarillo, persuadiéndolo de que los dos fueran recostándose en el suelo lentamente, colocando ese peso extra sobre su pecho y acomodándolo entre sus piernas.
"Date prisa" El calor lo mataba y hacía su mente hervir.
"Cállate" Le quitó el pantalón y la ropa interior "Mejor quiero que me digas que quieres que haga contigo"
"Tú ya sabes que" No estaba para juegos, era patético que quisiera que le dijera para que su ego creciera.
"No sé, dime..." Su sonrisa terminó con Flippy invirtiendo posiciones, quien estaba abajo ahora estaba arriba.
"Esto quiero" Levantó la cadera sólo para dejarse caer sobre la erección de Fliqpy y cabalgarlo, lo necesitaba, rogar ni siquiera era lo suficientemente rápido para que se dejara convencer de hacerlo "Mmg... quiero sentirte muy adentro" Y lo hacía restregando la cadera para buscar su próstata.
Sus ojos verdes estaban demasiado vidriosos como para notar los amarillos que lo contemplaban embelesados en el más absoluto asombro.
Era ver a la desesperación y la falta de control encarnada, liberándolo y luego aprisionándolo en un calor suave cada vez que su vaivén de caderas se repetía, ver el rostro enrojecido de su alter-ego disfrutar en gran medida de lo que le estaba proporcionando, esa locura no muy propia de su refinada personalidad, desquicio de los sentidos, perdida de la razón y... mucho placer.
"Hey... Flippy" Si seguía moviéndose así no duraría tanto tiempo.
"¡Fliqpy!" En su lugar escuchó su nombre con cierto tono que le trajo recuerdos y le causó un nudo en la garganta.
Por ultimo cerró los ojos, apretó los dientes hasta el punto en que le dolió la mandíbula e irguiéndose un poco sujetó con sus brazos a su compañero, haciendo su mejor esfuerzo por sobrellevar el increíble orgasmo que se apodero de sus nervios.
...
No fue una rutina, no se convirtió en su costumbre, nada tenía que ver con la repetición, pero ahí estaba, las simples miradas que se lanzaban entre ellos bastaban para que uno terminara arrastrando al otro hacia su habitación y tener sexo, una cifra no quedaría exacta, pero había ocasiones en que eran más de tres al día, antes del desayuno cuando encontraban la escena después de lo que sucedió la noche anterior, cuando tomaban una ducha que en un principio no estaba planificada para que fuera juntos, a la mitad de una comida a veces sobre la mesa, etc... Había muchos ejemplos, uno de esos...
En la cama de Fliqpy, aún sin anochecer y con Flippy aún encima de él, el primero pasó sus manos por el pecho firme y el estómago... se detuvo en esa parte, notando el bulto suave que no debería estar ahí, hasta lo comprobó consigo mismo.
"Te estás poniendo gordo" ¿Qué más podía ser?
"No es cierto" Ya podían discutir eso más tarde.
"Explica esto" Presionó la irregularidad en su vientre haciendo jadear a Flippy "Además tragas mucho por eso" Se lo imaginaba como un pozo sin fondo.
Pero una vez que puso atención fijándose en la anomalías sus orbes fijaron su interés en algo más, cierto era que lo había notado desde la segunda vez que follaron, pero ahora se atrevía a poner sus labios en uno de los pezones de Flippy más grandes que los suyos.
Se sorprendió de escuchar los súbitos sonidos irracionales del bueno y sentir su vientre manchado por los resultados de un clímax demasiado rápido, ¿así de sensibles eran?
"Lo siento" Se disculpó mirando que tan rápido terminó todo.
El malo no le contestó, siguió lamiendo la piel rosada mientras acariciaba la nueva erección de Flippy, quien gemía y se retorcía como en ninguno de sus encuentros anteriores, se sentía tan bien que quien sufría de los delirios no podía parar de desear más, por segunda vez consecutiva mancho la transpirada piel de sus vientres, derrumbándose cansado contra su amante que lo recibió con los brazos abiertos no sin antes importarle un bledo lo cansado que estuviera, no antes de conseguir su propia satisfacción derramando la semilla de su descendencia en el interior del cuerpo del bueno.
Pese a estar cansado, Flippy luchó por no dormirse, quiso disfrutar de pasar un rato abrazado del cuello de su no confirmada pareja.
"Fliqpy..." No perdía nada preguntando "¿Somos pareja?"
"Quien sabe" No le interesaba.
"¿Tú no quieres que lo seamos?" Sería el hombre más feliz si le dijera que sí.
Quería no sentirse como el amante sin compromisos que en cualquier momento podía ser abandonado, ni tener esa inseguridad de que no lo quería ni lo más mínimo y sólo era sexo. Fliqpy era su primer compañero, con quien había llegado más allá de la amistad y con el que se sentía atraído, porque eso que su corazón hacía en momentos donde se quedaba mirándolo fijamente o le decía algo moderadamente amable, no tenía otro nombre.
Justo era ese instante cuando quería acercarse unos centímetros para darle otro beso, uno más dulce y que se tomara su tiempo de disfrutar la simpleza de la caricia.
"¿Qué hacen las parejas?" Preguntó con extraña inocencia, recostándose sobre su codo para mirar directamente a los ojos al otro a su lado.
El sonrojo en las mejillas de Flippy no fue ficticio, esa expresión en blanco que tuvo al preguntar fue muy linda.
"Pasan su tiempo juntos" Sonrió sin darse cuenta, imaginándose cada una de las cosas "Se dan regalos en fechas importantes, se besan y procuran que el otro siempre esté bien" Sus miradas se cruzaron y si no fuera porque ya estaba perdidamente enamorado, nuevamente hubiera recibido una flecha de Cupido "¿Fliqpy?" Tocó la mejilla del aludido amoldando su mano a la forma que tenía "Me gustas" Se acercó a besarlo "Te amo" Con 'amor' rozó los labios un segundo antes de ser apartado.
"¿Eh...?" No esperaba tal cosa.
Ese no podía ser su feliz cuento de hadas, ni tampoco era tan suertudo como para recibir una respuesta igual de alguien tan sangre fría como ese asesino al cual comenzó a abrazar aún con más fuerza.
"Solo por favor no vayas a dejarme" Dejarlo ¿por qué?, estaba muy cómodo en esa casa, no tenía motivos suficiente para marcharse.
"Eso quisieras ¿verdad?" Sonrió socarronamente "No me voy a ir, alguien necesita hacerte la vida miserable" Ese era parte de su trabajo.
Remotamente ilusionado levantó la vista para mirar aquel rostro inexpresivo, sonriendo tan rápido como entendió poder tener una oportunidad.
"¿Y cómo me harías miserable?" Empezaron a coquetearse.
"¿Quieres saber?" Sus rostros fueron acercándose faltaba que uno diera un salto a lo que seguía.
"Sí" Sucumbía a la seducción.
"No te voy a decir" Flippy era el único que lo hacía sentir así, con una fuerte agitación en su pecho y un calor en su vientre, con sus labios hormigueando deseosos de un beso.
¿Qué era Flippy para él?, ¿un estorbo?, ¿un inútil?, ¿alguien que le impedía avanzar?, ¿un... amigo?, él no tenía amigos, el peli-verde era el primero o más bien a lo que más se le parecía, el primero en soportarlo, el primero en darle una oportunidad, el primero en aceptarlo, lo era todo.
Quedarse a su lado para hacerle la vida cuadritos no era más que una mentira y lo sabía muy bien, la verdad era que se sentía muy cómodo a su lado, hablando más en general, pero ese momento donde empezó a tocar su espalda queriéndolo juntar, también contaba.
...
Un mes de tratos bañados en gentileza y Flippy estaba que volaba sobre las nueves absorto completamente en Fliqpy, casi le parecía ese ciento ideal al que quería llegar, a excepción de los dolores que le aquejaban seguido.
"Ya me voy" Avisó mientras tomaba una chamarra delgada porque hacía un poco de frío "¿Seguro que no quieres acompañarme?" Preguntó deteniéndose con la esperanza de que cambiara de opinión.
"No" Respondió con pereza Fliqpy recostado en un sillón.
Le había dicho que quería dormir, pero en cuanto se fuera continuaría con sus estudios que todavía practicaba en secreto sin que el bueno se enterara y quizás una cosa más.
"Vuelvo pronto" Salió por la puerta sin molestarse en cerrar.
El consultorio médico de Mole no estaba muy lejos, pero esos pocos metros que caminó le bastaron para dejarlo sin aliento, no era explicable por qué, pero lamentaba haber dejado de hacer ejercicio hacia unos pocos meses, ahora por culpa de eso tenía una panza llena de grasa que más tarde se encargaría de rebajar, primero sus dolores.
Mole lo atendió rápido y para cuando se sentó comenzó a contarle sus síntomas.
"Me duele la espalda"
"¿Solo eso?" Mole iba escribiendo en una hoja blanca.
"Pues también me duele el estómago en veces y tengo más ganas de orinar"
"¿Cómo ahora?"
"Un poco" Y eso que no había bebido líquido.
"Deja te examino" Mole le hubiera dado su hora buena antes, pero no fue hasta que tuvo sus manos sobre el estómago de Flippy.
Sin decir palabras buscó su estetoscopio que tenía colgado por ahí y se lo puso en los oídos.
"Levántate la camisa" A Flippy no le agradó lo frío que se sintió, menos le gustó la cara que puso Mole mientras movía esa cosa redonda que captaba los sonidos. Una expresión ilegible formaban sus labios, se preguntaba que había tras los lentes oscuros "¿Y los dolores son frecuentes?" Algo tenía la voz que no resulta tranquilizante.
"A veces"
"Emm… Flippy…" Se irgió para encarar al peli-verde de frente "¿Dime qué cosa escuchas tú?"
Le prestó el estetoscopio para que lo comprobara por sus propios sentidos. Flippy escuchó un golpeteo rítmico y muy rápido, lo primero que sintió fue miedo, pero antes de tener un paciente paranoico, Mole intervino.
"Felicidades" No sabía que debía decir "Vas a tener un hijo" Después de decirlo pensó que no se escuchó muy bien.
El color en el rostro de Flippy desapareció, blanco como fantasma miró al peli-morado y a esa sonrisa que quería poner, pero no podía.
"Flippy deja te hago más exámenes"
"Todos los que quieras"
Duró más de dos horas en vano, cuando miró la pequeña figurita de un bebé mientras le practicaban una ecografía su mundo se puso boca abajo.
Le gritó a Mole, exigía una explicación que no pudo darle y finalmente salió enojado del consultorio a la calle.
Mientras caminaba y resoplaba de la irritación, inconscientemente su mano se posó en su vientre, no era que no lo quisiera, solo no podía creerlo. Cansado y mareado buscó un lugar donde sentarse, ¿qué haría?, no podía ir a presentarse con Fliqpy estando de ese humor, Fliqpy... sonrió recordándolo, más se alegró tomando su nuevo problema con otra perspectiva, ¿un hijo?, su hijo con Fliqpy, ¿pues de quien más podía ser?, pero era hombre... su rostro se sonrojó, la naturaleza le jugaba una mala broma.
De la confusión pasó a la felicidad, era una buena noticia no era para que anduviera triste, no necesitaba una razón, solo era cuestión de aceptarlo.
Con algo de nerviosismo colocó sus manos encima de su estómago tomando la forma que tenía, ahora le parecía más lógico todo, incluyendo todas esas veces que fue a vaciar su estómago en el baño por las mañanas.
"Perdón por no notarte antes" Lucía tonto hablando consigo mismo, pero no le importó.
La noticia tenía que compartirla con su disque pareja, eso los uniría más, haría que Fliqpy no estuviera con otro, lo reservaría solo para él, no lo dejaría, formarían una familia...
Sonriente se puso de pie y miró su reloj, ya se hacía tarde, Fliqpy debía estar impaciente por esperarlo y además había que celebrarlo.
Antes de cruzar la calle miró a ambos lado, estaba tan feliz que cuando divisó una melena azul quiso darse prisa en alcanzarlo para contarle la noticia.
El claxon de un camión no era un sonido familiar que pudiera reconocer inmediatamente, pero sí sintió esa electricidad en el aire que ningún ser vivo quiere experimentar, su sonrisa se fue tan rápido como entendió que estaba en el suelo, ¿por qué junto ahora?, quizás si hubiera sido antes no sentiría el dolor de una perdida, la agonía de sentir no solo como su vida se iba, sino la de alguien mas.
"¡No!" Tuvo sus manos sobre su estómago viendo como parte de sus intestinos se salían.
¿Qué sentido tenía tratar de regresarlos a su lugar?, no era como si fuera a regresarle lo que perdió en primer lugar, llorando su dolor en el alma, estuvo consciente lo suficiente para distinguir la silueta de Splendid que quería ayudarlo.
Lo maldijo en sus pensamientos y en voz alta borboteando con sangre de su boca, ya para que lo quería, debió estar ahí para evitarlo desde un principio, para protegerlo para evitar que muriera.
"Te odio" Pronunció perfectamente mientras sujetaba el cuello de la playera de héroe, forzándolo a que estuviera cerca y escucharlo.
Fue tan franco que con echarle una mirada, Splendid entendió que no era un broma y en verdad lo odiaba desde lo más profundo de esos ojos muertos que le deseaban lo peor.
Mientras tanto Fliqpy salió al jardín, asegurándose primero de que Flippy no hubiera regresado antes, era un lindo día para lo que tenía planeado, tomando en cuenta lo que el bueno le había dicho en muchas ocasiones y en lo que había leído de una novela romántica que encontró por ahí, su sorpresa debería alegrar a su homologo, bueno no tanto... cuando Flippy se enterara que las flores que estaba cortando eran las de su jardín no se sentiría tan afortunado.
Después de dos intentos, Fliqpy notó que las flores aplastadas en sus manos no se veían tan bonitas como antes, ni todas las demás que corto y terminaron sin pétalos, se estaba frustrando y por lo mismo no cortaba una bien, no sabía cómo tratar una delicada flor y sus dedos las arruinaban, no le quedaron más que las de un rosal blanco que tenía el dueño de la casa por ahí, esas no tenía que arruinarlas e intentó tomarlas de forma distinta, por el tallo en vez de los pétalos, su error fue no estar enterado que las espinas lastimaban, pero no podía arruinar esas también y el dolor no era nada que no pudiera manejar.
Pudo tener una hermosa flor sin manchar de rojo, pero para eso hubo muchos errores, entró a la casa con la rosa entre sus manos esperando a que Flippy volviera pronto para dársela, así estaría feliz e incluso se arrojaría a sus brazos para abrazarlo, odiaba admitir que disfrutaba igual de una de sus suaves caricias como a las de una noches de pasión.
Esperó y esperó, la sangre seca en sus manos no se sentía bien, menos la irritación producto del pasar del tiempo, la noche cayó y aún no podía regresar... o eso pensó.
La puerta no estaba cerrada con llave así que cuando escuchó el sonido de las bisagras crujir, estuvo listo para recibirlo.
"¿Qué haces aquí?" Preguntó con amargura mirando a Splendon't.
"Me dijeron que estabas solo, solamente vine a cuidarte"
"¿Y Flippy?"
"En el hospital no te preocupes, tuvo suerte de no morirse, si a eso se le llama suerte" Torció la boca.
"¿Qué le sucedió?" Tuvo un sobresalto que no esperaba el pelirrojo.
"Lo atropelló un camión" Con las manos en los hombros del peli-verde trató de sosegarlo "Tranquilo, si quieres podemos ir los dos al hospital"
...
Despertó y lo primero en su mente se trataba de lo que no quería recordar, silenciosas lágrimas escaparon de sus ojos hasta que notó la figura que tenía a su lado, sus ojos se iluminaron por ver a Fliqpy dormido en una silla con los brazos cruzados, poco le faltaba para roncar. Le importaba lo suficiente para que un ser descorazonado como lo era el malo se tomara la molestia de sufrir un dolor de cuello durmiendo en una silla, pero a su lado, cerca, pendiente.
Lo segundo que notó era lo sano que se sentía, sin dolor o anomalía, debió morir en algún momento del que no poseía conocimiento, pero sano no era bien, se sentía más ligero sin esa carga no mayor a un kilogramo que debería estar alojada en su interior, nuevamente sintió tristeza...
"Eres muy ruidoso" Pero ni siquiera había abierto la boca.
Fue atrapado por Fliqpy bajo una mirada de unos ojos amarillos furiosos, debajo de estos unas ojeras muy marcadas le daban peor aspecto.
"Lo siento"
"No me pidas perdón, mejor cállate y vuelve a dormir" No jugaba.
Precavido lo obedeció y se recostó en la cama para volver a dormir, esas ojeras en los ojos de Fliqpy decían que no la pasó muy a gusto en esa silla, la lógica lo llevó a pensar y creer que se preocupaba por él, ¿esa era la felicidad?
"Mole..." Una voz insegura interrumpió sus inútiles intentos por dormir "Me contó..." Carraspeó la garganta "…de tu revisión" No podía ser rubor lo que cubriera sus mejillas "No sabía que fuera posible, estuve leyendo algunos cuantos libros que me prestó, pero quizás me falta leer más para entenderlo"
"Fliqpy, lo siento..." Comenzó a llorar.
No sabía qué hacer, normalmente el aludido lo dejaría solo porque lo creería fastidioso, o se burlaría de su situación o lo callaría por la fuerza.
"T-Ten" Su voz no podía soñar peor. Se había puesto de pie y acercado para dale algo que llevaba en la mano. Flippy tomó lo que quedaba de una rosa "Está marchita, pero..." No valía la pena "Mejor olvídalo" Suspiró, eso le sucedía por tratar de ser diferente a como era.
Antes de que se alejara, el bueno sujetó las manos que habían querido darle ese presente.
"¿Qué te pasó?" Miró las manos llenas de cortes, parecía como si se hubiera lavado las manos con un cuchillo, no sería capaz o ¿sí?
"Nada" Fácilmente podía hacer que lo dejara apartando las manos pero siguió ahí, gustándole como las manos del otro eran cálidas con las suyas.
"El muy idiota se la pasó cortando flores para darte un regalo, pero ni siquiera sabía cómo hacerle para no destruir una, esa fue la única que consiguió..."
"¡Cállate!" Tan pronto la ira de Fliqpy estuvo dirigida sobre Splendon't, éste desapareció riéndose mientras se alejaba.
Aquellos dos necesitaban un empujoncito para comenzar a actuar como una verdadera pareja, sólo le regresó el favor que le hizo, esa vez en el restaurante tuvo que consolar al triste de Splendid y de ahí en adelante, todo fue desenmarañándose, aunque tampoco estaba seguro de considerarlo como favor, que Splendid no lo dejara vivir no podía ser suerte, tal ejemplo fue cuando caminó unos cuantos pasos y pronto unos brazos lo sujetaron para abrazarlo.
"¿Qué te dijeron?" Preguntó el sonriente peli-azul que levantó por completo al pelirrojo.
"Nada, tuve que irme antes de que Fliqpy me echara y ya bájame" Era vergonzoso.
"Está bien" Lo hizo "Pero ahora seré yo quien les diga" Tomó las manos de Splendon't entrelazando sus dedos "Quiero que sepan lo mucho que te amo" Cuando trató de darle un beso el otro giró el rostro todo empalagado.
"No es nada que presumir"
"Sí, lo es" Un segundo intento de beso y otro fracaso.
"No, no lo es"
"Que... sí..." No iban a comenzar una tonta discusión, para que se callara Splendon't le dio un rápido beso en los labios.
"Si te mantienes callado por todo el día de hoy..." Susurró al oído con voz sensual que intencionalmente hizo estremecer Splendid "...Te prometo que repetiremos lo del día de ayer" Splendid asintió efusivamente, aún le dolía un poco el trasero, pero no importaba.
Dentro de la habitación Fliqpy seguía gruñendo por la intervención mientras que Flippy pensaba en lo que dijo el pelirrojo.
"Me querías dar un regalo" Miró la fea flor en sus manos.
"No" Negó mirando a una pared para que no notara su sonrojo.
"Acércate" Le pidió que se agachara y dudoso, el malo tuvo que ceder al capricho "Gracias" Inmediatamente después de hacerlo sujetó el rostro con las dos manos guiándolo para que lo mirara de frente y poder darle un beso en los labios.
Una romántica, dulce y tierna declaración de amor, lo quería, Fliqpy no tenía culpa de lo sucedido, lo seguía amando de igual forma.
"¿Flippy...?" Interrumpió las caricias "Mole me dijo que... que si querías... podíamos intentarlo otra vez"
"¿Intentar qué...?" Su boca formó una 'o' entendiendo a que se refería "Ven aquí" Lo sujetó de la ropa obligándolo a que se subiera a la cama con él y comenzó a besarlo, trasmitiendo con su cuerpo sus intenciones nada suaves.
Lo quería ya...
"No te conocía así" Maulló Fliqpy mordiendo el cuello expuesto de Flippy mientras sus manos se encargaban de la delgada bata de hospital que los separaba.
"Yo tampoco"
...
Y aproximadamente nueve meses después Flippy estaba acostado en la cama deseando estar muerto para no sufrir cansancio y Fliqpy tratando de dormir con una almohada sobre su cabeza.
"¡Maldición, dales de comer y que se callen!" Migraña quedaba corto para su dolor de cabeza.
"¡No quiero!" Se quejó infamemente "Tragan demasiado" Además que le avergonzaba tanto tener que hacerlo.
Por más que quisiera dormir, Fliqpy no podría con el llanto de los gemelos taladrando en sus oídos, temporalmente maldecía la hora que tuvieron sexo en el hospital y en los meses siguientes.
Hizo el favor de levantarse de la cama a mitad de la noche, llevando puesto solamente un bóxer y pisando el suelo descalzo, para llevarle los dos a su pareja. Con algo de práctica ya podía sostenerlos sin miedo a que uno le fuese a caer al suelo, pero seguía dándole cosa sostener esos cuerpos pequeños con rostros angelicales y melenas verdes.
Ni hablar de todas las críticas que les hicieron, porque hablando de genética, parentesco y etc... los doctores si tenían mucho material con que criticarlos, Mole amablemente les dio la opción de la privacidad, quien sabe cómo y con qué medios, mientras que sus amigos les hicieron el favor de guardar comentarios innecesarios, de hecho se alegraban por la noticia.
"Ten" Le dio uno mientras sostenía al otro, obviamente el que lloraba menos.
Tuvo que salir de la habitación para dejar solo al delicado peli-verde que no le dejaba ver cuando les daba de comer.
"No sé cuál es el problema" Empezó a decir "No es como si no haya visto nada de ti" Se rió escuchando una queja proveniente del otro "Oye..." Comenzó a molestarlo, era lo único que lo podía alegrar cuando estaba completamente fastidiado de la vida que tenía "No te los has imaginado de grandes, corriendo por ahí y por allá, diciéndote 'mami'" Soltó la carcajada.
"Cállate, a ti te van a decir 'papi'" Su risa se fue.
"Un mal padre" Suspiró, sin importarle que, entró a la habitación, quería estar caliente en la cama que ahora compartían los dos.
"¿Qué haces?" Aún no acababa.
"¿Qué crees?, tengo frío" Se acurrucó con la espalda en el respaldo y las almohadas y su brazo rozando el de Flippy, un escalofrío recorrió a éste, por algo no quería al oji-amarillo cerca.
El bebé que llevaba el malo casi se dormía de tanto arrullo así que pudieron disfrutar de un poco de silencio, Flippy giró a mirarlo sonriendo por lo bien que se veía, un padre ejemplar.
"¿Por qué sonríes?"
"Por nada" No quitó su sonrisa.
Pasaron unos minutos incómodos antes de que Flippy torpemente se inclinara a besar a Fliqpy, no alcanzó ni a tocar los labios, quedándose como tonto y el beso en el aire, no fue hasta que Fliqpy entendió que quería cuando hizo su parte y cumplió con el beso, un comienzo de confusiones para una afectuosa continuación, aquello no sólo describía las caricias de sus labios.
"¿Quieres otro?" Susurró la pregunta sin abandonar el beso, con las líneas de su boca formando una sonrisa.
"¡No!" Negó rotundamente, pero eso no significaba que no estuviera de ánimos "Esta vez usas protección"
"Mejor tomate una maldita pastilla"
Siguieron con su beso y esa noche sin dormir, para la mañana siguiente sufrir un desvelo.
FIN
