Espejo

Por: Jenny Anderson.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi, ella es inmensamente rica, yo no, esto es sin fines de lucro solo de entretenimiento.

Personajes/Parejas: Serena Tsukino.

Resumen: Hay días en que Serena simplemente odia mirarse al espejo.

Beta: Sol Levine

Palabras: 731

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Por normal general no tomaba alcohol, no tenía buena tolerancia y necesitaba solo una copa para ponerse en vergüenza y, desde que era la prometida de Darien, ponerlo en vergüenza a él también. Pero no había podido evitarlo, se sentía tan nerviosa rodeada de los colegas de su prometido; sentía que todos los ojos que se posaban en su figura la juzgaban. No era ningún secreto la sorpresa de la gente al verla a ella del brazo de Darien en lugar de alguna de las colegas, altas, estilizadas y refinadas con las que su prometido se codeaba.

Ahora, mientras se miraba en el espejo del cuarto de baño, donde había ido a esconderse un momento, dudaba de que su atuendo fuera el mejor para la ocasión. No había pedido consejo a sus amigas y sentía que había cometido un terrible error, no sólo con el atuendo, sino también con los accesorios.

O puede que sólo fuera el vino corriendo por sus venas lo que la hacía sentir de aquella manera, otra cosa más de la que culparse, el haberse permitido tomar aquel par de copas.

—Sabes que eso jamás me habría pasado a mí.

No puede evitar arrugar la nariz ante el tono que hay en aquella simple frase. Levanta la vista para contestar, casi segura de que será la pelirroja que ha estado coqueteando descaradamente con Darien, pero las palabras groseras se le atoran en la garganta cuando ve en el espejo a Serenity, mirándola.

La perfecta y siempre refinada Serenity, mirándola fijamente con lo que parece nada más que reproche reflejándosele en los ojos.

—No puedo creer haber reencarnado en TI, he pasado todo el tiempo completamente asustada de que Endymion decida dejarnos por tú torpeza.

Serena parpadea un par de veces antes de sentir el dolor que aquellas palabras causaron en su pecho.

—Todo sería más fácil si tú no hubieras sido tan terriblemente perfecta.

—No querida –contesta inmediatamente Serenity-, sería más fácil si hicieras lo que tenías que hacer en lugar de sentir lastima por lo patética que eres, no sé porque te empeñas en existir, si sólo me dejaras el control a mí, todo sería más fácil.

—Niñas, niñas –se une una tercera voz-, esa no es manera de tratarse.

Por supuesto tenía que ser la reina Serenity. Observa la manera en que ambas mujeres se ven una junto a otra y se le ocurre una idea que no había tenido nunca antes: ¿Dónde quedo ella?

Puede ver naturalmente como Serenity se convirtió en la reina Serenity pero, ¿dónde ha quedado Serena Tsukino?

Siente que le falta el aire y se abanica con las manos en busca de un poco del mismo. No pasa desapercibida la mirada idéntica que hay en los dos pares de ojos que la miran, sin duda alguna, también juzgando sus acciones. Aquello tenía que ser un error. ¡Ellas tenían que ser aliadas!

Siente una arcada y se inclina sobre el lavabo al tiempo que le parece ver una tercera y una cuarta figura unirse a las dos del espejo.

—En el futuro no cometerá ninguno de esos errores.

Puede jurar que esa es la voz de Sailor Moon, su propia voz.

—Una vez que nos casemos con Darien, todo esto no importará.

Serena cierra los ojos ante el malestar, y una nueva arcada se apodera de su cuerpo.

—Si nos casamos… Si fuera yo, nada de esto estaría pasando.

Serena culpa al alcohol y a las arcadas por las lágrimas que ahora corren por sus mejillas, y que seguramente están arruinando su maquillaje.

—Por Dios, ¿no podías hacer eso en el sanitario en lugar de en el lavabo?

"Claro, y en cuanto aparece la pelirroja la gente del espejo calla", piensa Serena desanimada.

—Lo siento –logra decir avergonzada, poniendo las manos bajo el grifo para activarlo y enjuagarse la boca.

—Yo soy la que lo siente. Darien está buscándote, pero le diré que estas indispuesta. Así que puedes quedarte aquí adecentándote un poco. ¡No puedo creer que alguien como él este con una mujer tan vulgar como tú!

Escucha la voz de la chica pelirroja amortiguada por la puerta al salir.

—No puedo decir que no esté de acuerdo con ella.

Y no sabe qué es peor, el gusto que ha quedado en su boca o que aquella frase fuera coreada por tres de las voces del espejo.

Sus silentes demonios.

Nota de autor

Inspirado en la imagen que he ocupado como portada, está destinado a ser un serial de viñetas con Sere y las "mujeres" del espejo. Así que si tienen algún escenario que les gustaría leer, no duden en decírmelo.