Disclaimer: Naruto © Masashi Kishimoto

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ABISMO DE ESTRELLAS

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Canción de cuna y muerte.

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Amo como ama el amor.

No conozco otra razón para amar que amarte.

¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?

Fernando Pessoa.


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La luz del sol se filtraba por la ventana y cortinas iluminando la habitación de paredes color blanco. El calor en su mejilla le hizo carraspear y comenzó a abrir los ojos lentamente. Ayer había llegado a casa agotada, y todo gracias al entrenamiento con sus compañeros de equipo. Ademas, su hermana menor le gritó que no volviera a llegar tan tarde porque la había preocupado; cabe aclara que la guerra (por muy extraño que le pareció al principio) había hecho que se creara un mejor vinculo entre su familia. Incluso se podría decir que dejo de existir esas diferencias entre el Sōke y el Boke. Lo cual le alegraba muchísimo.

Se levanto de la cama vistiendo un camisón de algodón que le llegaba hasta las rodillas y fue al baño. Observo su rostro en el espejo sonriendo débilmente y, por alguna razón, presintió que seria un buen día... ¿¡Y como no serlo!? Si hoy iría a una misión con el equipo siente —junto al suyo y el de Tenten— a Suna. Realmente ese si era un día excelente. Se sonrojo al pensar que pasaría tiempo con Naruto, pero claro estaría muy avergonzada con sola su simple presencia.

Tomo una ducha sintiéndose mas relajada. Cerro los ojos comenzando a cantar suavemente. Adoraba escuchar el sonido de su voz amortiguado por las paredes del baño; le hacían creer que cantaba bien cuando la realidad era otra, «Que gracioso» pensó la Hyūga. De pronto un portazo se escucho afuera del baño que la hizo saltar de la bañera y agarrar una toalla.

Al momento Tenten apareció con una gran sonrisa en su rostro. Hinata choco contra la pared asustada al ver la extraña sonrisa de su amiga. Tenten miro a la peliazul, la cual estaba roja de la vergüenza, y, quedándose en el marco de la puerta le dijo fuerte y claro:

—¡Hinata Buenos días! —sonrió zorrunamente.

—Bu-buenos di-días Tenten-chan —respondió cohibida y sonrojada hasta las orejas. Era bien sabido que la chica era su mejor amiga por eso los integrantes del Clan la dejaban entrar a su habitación. Eran como hermanas que se apoyaban en los malos y buenos momentos... Sin embargo, eso no quitaba que le asustaba sus repentinas llegadas y que la veia un estado embarazoso—. ¿Como estas?

—Muy bien. ¡Ah! Hinata hoy sera el mejor día de tu vida —le dijo segura. Hinata extrañada miro a Tenten que se acercaba y posaba sus manos en los hombros níveos... de repente había olvidado que estaba semidesnuda enfrente de otra persona— ¿Y sabes por qué? —la Hyūga negó. Tenten volvió a sonreír ampliamente— Porqué hoy Naruto Uzumaki caerá rendido a tus pies.

Un incomodo silencio reino en la habitación. Tenten observo a su amiga esperando una respuesta; Hinata simplemente enrojeció y un escalofrio le recorrió el cuerpo entero. Si la kunoichi tenia el objetivo de burlarse de la Hyūga pues vaya que lo estaba consiguiendo. Entonces (como si de repente el mundo decayera a sus pies) bajo la cabeza ocultando sus ojos perlados tras su flequillo mojado.

—Tenten-chan... Naruto-kun no me- —la peliazul sintió la mano de la mujer en su boca, provocando que no terminara la oración.

—Escúchame Hina-chan, y no me interrumpas —la otra asintió— ¿Cuanto ha pasado? ¿Dos años? ¿Tres quizás? Bueno, no importa. El punto es que él nunca te respondió la declaración que le hiciste. Y déjame decirte que estuve debatiéndome entre venir aquí o no.

Hinata bajó la cabeza nerviosa. Ella no culpaba al rubio por no haberle dado una respuesta, es mas lo agradecía. Sinceramente dijo que lo amaba solo porque pensó que moriría. Sabia que no tenia posibilidades contra Pain... pero al menos solo una vez quería dejar de sentir miedo y poder proteger a la persona que la había hecho cambiar. Aparte, por primera vez en su vida quería ser egoísta, saber que se sentía hacer lo que quisiera y no hacer caso a lo que le decían. Por una vez quería sentirse fuerte frente a la persona que amaba ¿Acaso podían recriminarle por eso? ¿Por querer tener un poco de su atención? ¿Por querer que la vea como su igual?

Suspiró.

—Gra-gracias por ser una buena amiga Tenten-chan. Sé que tra-tratas de ayudarme, y lo aprecio... pero nu-nunca espere algo de N-Naruto-kun. Él ama a Sa-sakura-chan. Y Yo solo quiero que sea feliz.

Tenten sonrió al ver la noble alma que poseía aquella joven. Deseó con todas sus fuerzas que su amado Neji pudiera ver en lo fuerte que se había convertido su prima. «Pero que cosas pienso, él ya la ve desde arriba». Agarró la mano de Hinata y la arrastro fuera del baño. Esta se sorprendió ante la actitud de la kunoichi y aferro mas la toalla a su cuerpo. La mayor parte del tiempo le molestaba —solo un poco— no poder saber que piensan las personas.

Entonces vio la caja morada atada en un bonito moño azul. Tenten se la tendió y la acepto tímidamente.

—Es un regalo —los ojos perlados la observaron dubitativos—. Se que es tarde para decirlo pero felicidades por haber disuelto esas estúpidas reglas de la rama principal... mayormente por haber callado a esos tontos ancianos. Neji estaría muy orgulloso de ti.

Hinata intento reprimir sus lagrimas, pero le fue inútil. Llorar de alegría se sentía fantástico.

El regalo de su amiga le encanto: Una musculosa lavanda grisáceo con cierre el toque de que la adornaba un cinturón violeta en la parte de la cintura. Por ultimo una pequeña caja que contenía un collar con un dije de luna menguante y dos pequeñas perlas a los costados. Era un regalo precioso, de eso estaba segura.

—Se que no es la gran cosa, pe-.

—¡Gracias Tenten-chan! —esta se sorprendió a recibir un abrazo de su amiga. A los pocos segundos correspondió al abrazo riéndose. Sabia que no importaba cual fuera el regalo o si este no fuera la gran cosa, Hinata siempre estaría agradecida de que alguien se tomara aquellas molestias.

—De nada Hina-chan. Ahora a cambiarse, y ponte la remera, collar y ni se te ocurra ponerte esa chamarra ¿Entendido?

Observo como la Hyūga volvía a sonrojarse al recordar que estaba sin ropa en su habitación y con otra persona en ella. Quiso protestar al darse cuenta de a lo que se refería... pero realmente era algo embarazoso, por que de una u otra forma no quería mostrar sus atributos mas de lo debido.

—¿Qué? debes ponértelo... hace mucho calor y recuerda es un regalo, por lo que acata las consecuencias —camino hasta la puerta y antes de irse miro a la peliazul—. Pontelo con la campera, te prometo que no pasara nada, se te vera genial... ademas en una hora tienes que encontrarte con Na-ru-to-kun —agregó con sensualidad.

Se fue.

Y toda la habitación quedo en silencia hasta solo poder escuchar el sonido de su corazón.

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Se observó una vez mas en el espejo: el pelo cayendo por sus hombros hasta sus caderas (luego de la guerra lo había dejado crecer mas de lo debido), tenia que admitir que aquella musculosa no le quedaba tan mal como había pensado... sin embargo, se sentía incomoda, como si hubiera mudado de piel. La sangre volvió a sus mejillas y desvió la mira hacia un lugar no especifico. La remera era cómoda y no se le apretaban los pechos al punto de serle molesto moverse. El collar le encantaba, la hacia ver un poco mas femenina. Se sintió tan cómoda en aquel atuendo que incluso podría ir sin su campera, pero la timidez le gano y se la colocó; dos tallas mas grande de lo que ella era.

«Genial... soy incorregible» Y seguramente Tenten no estaría muy feliz con aquello.

Sujetó su cabello en una cola de cabello. Preparó su mochila revisando que no se olvidara nada y, tomando sus armas ninjas, salió del cuarto.

Hoy tenia que ser un día diferente. Hoy debía ser un día diferente.

Al bajar se encontró con su padre y su hermana. Estos dos levantaron la vista dirigiéndola a la joven. Hiashi sonrió levemente al notar como su hija se había convertido en una digna ninja. Era poco decir que estaba mas que orgulloso en ella, pero nunca lo admitiría en voz alta. Ademas le agradaba el tener un mejor vinculo con su hija, y aunque sabia que lo que le había hecho estaba mal, Hinata nunca se lo reprocho. Hanabi, por otro lado, mostró sus blancos dientes en una sonrisa; quería tanto a su hermana mayor que si algún día un hombre la lastimaba ella misma le rompería los huesos... «Quizás exagero un poco» pensó.

—Nee-chan te ves muy linda —le guiñó el ojo con una sonrisa picara. Hinata sintió seca su boca ante el comentarios de su hermanita. ¡Por dios! Hanabi era tan demostrativa que le asustaba.

Hiashi levantó una ceja. Mejorar los vínculos con sus hijas significaba un padre sobreprotector; y un padre sobreprotector era igual a hombres alejados.

—Gra-gracias Hanabi-chan —se sentó al lado de ella y se dispuso a desayunar—. Buenos días Otto-san —le dedico una sonrisa a su padre mientras le traían una tostadas.

—Igualmente hija. Espero te vaya bien en la misión. Tengo entendido iras con el equipo siete y uno.

Hinata tosió un poco al atragantarse con la tostada. Realmente no se esperaba aquello, la amabilidad e interés de su padre para con ella era algo nuevo... o almeno no podía acostumbrarse a esa clase de atención. Por lo menos el interés de su pequeña, pero traviesa, hermana por su vida amorosa era mas común que otra cosa.

Bajo la mirada un tanto avergonzada.

—Si... volveré en una semana. No debes preocuparte Otto-san.

Hiashi frunció el ceño al pensar que su hija estará con ese hiperactivo ninja. Gruñó al recordar que también estaba enamorada de él... Algún día le pulverizaría los huesos al muy entrometido, «Hmph, de repente viene y se hace amigo de mi hija, ¿Quién se cree que es para quitarle todo su tiempo?» Y es que desde hace unos meses el rubio le presta mas atención de la necesaria.

—¡Oh! Se me hace tarde. Nos vemos Otto-san, Hanabi-chan. —los despidió con un beso en la mejilla y salio corriendo con una gran sonrisa en su rostro.

—¡Suerte con Naruto! —grito la menor.

—Ha-Hanabi-chan —le recrimino avergonzada.

Hiashi frunció aun mas el ceño.

Si, sin lugar a dudas. Si el Uzumaki lastimaba a su hija lo pulverizaría.

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Las calles de Konoha estaba abarrotadas de gente cumpliendo sus deberes al igual que cada día. Los estudiantes aspirantes a Chūnin se dirigían a la academia para aprender nuevas técnicas ninjas, mientras que otros cumplían sus misiones o se dirigían al encuentro con la Hokage.

Dos jóvenes ninjas iban charlando tranquilamente acerca de por qué la Hyūga no llevaba desabrochaba la campera, y esta solo atinaba a contestar con un "lo siento". Al notar como su amiga se ponía nerviosa por estar cada vez mas cerca de llegar a el encuentro con el equipo siete trató de aligerar el ambiente con una pequeña broma:

—Hina adivina que ocurrió ayer —la aludida había entendido (por el tono de voz) que le iba a contar un chiste... y bien sabia que Tenten no era muy buena con ello, por no decir mala.

—¿Que pasó ayer?

—Me encontraba en la biblioteca —Hinata enarco una ceja—. Si, se que es poco habitual que yo haya ido, pero fue por algo que quería Lee. Y, a decir verdad, nunca encontré ese libro... Hm no importa, a lo que iba es que ayer vi a Temari raptando a Shikamaru.

Los ojos de Hinata se abrieron ante la confesión.

—Tenten-chan eso no es gracioso —le recriminó.

—Pero no es un chiste Hina. Ocurrió, y luego desaparecieron. De veras, tenias que haber visto la cara de Nara al encontrarse con ella; ni siquiera sabia que Temari y él estaban juntos ¿Y tú?

Hinata negó rápidamente. Poco se sabia sobre la relación entre el Shinobi y la hermana del Kazekage. Lo único que tenían entendido es que para Shikamaru aquello era muy problemático. Y la Kunoichi de la arena evadía el tema siempre que podía, puesto que empezaba a tartamudear (aun mas que Hinata) y decía tonterías; poco habitual en ella ademas de extraño.

Luego de la guerra muchas cosas cambiaron (incluso aveces Hinata pensaba que se encontraba en un universo alterno). Pero estas no eran malas, sino que diferentes a lo que se podría imaginar: un claro ejemplo seria la amistad que llevaban Tenten, Temari y ella; eran confidentes, se carteaban o se visitaban mientras pudieran. Aun era difícil decir como comenzó aquella amistad . Eran amigas sin necesidad de aclararlo; eran hermanas sin necesidad de vínculos sanguíneos. El tiempo que pasaban juntas eran los mejores. No tenían que pretender algo que no eran, no tenían dudas a la hora de contarse cosas y podían darse consejos.

Ellas. Solo eran ellas.

—Pe-pero, en el caso de que tenga una re-relación con Nara-san ¿no crees que nos lo diría? —acotó Hinata.

—Hm, tienes razón... aunque convengamos que ellos no son muy habladores. Aunque, ¿Que podemos hacer? Ambos son unos lentos y no tiene sentido hacerles preguntas. ¡Argh! a veces me sacan canas verdes y ni contar la vez que los pillamos comiéndose con los ojos ¡Por dios! se desnudan con la mirada. Y-y ni contar la vez que-

Un gritó interrumpido su anécdota, ambas observaron detrás suyo. Allí estaban Lee con su habitual vestimenta verde y el chaleco ninja. Tenten se sonrojo a limites inexplicables al ver al joven ninja. Hinata la miró de soslayo con una pequeña sonrisa.

—¡Ey chicas! —Lee alzó la mano saludándolas mientras corría hacia ellas. Tenten tenia la ligera necesidad de esconderse detrás de Hinata, sin embargo no lo hizo —. ¿Como están?

—Bien Lee-san.

Tenten no contestó, solo observaba sus pies. Por dios estaba mas nerviosa de lo que pensaba, con algo de valor levanto la mirada y sonrió forzadamente.

—S-si bien... ¡Oh pero mira la hora que es! Debemos irnos. Apúrense —Se alejó de ellos dejándolos estupefactos.

—Sera mejor seguirla —dijo Lee.

Hinata asintió. Sin embargo aun se sentía insegura sobre el "plan" que sus amigas habían ideado.

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El grupo Uzumaki (así nombró al equipo siete Naruto) esperaba en las puertas de la villa a la espera de sus acompañantes. Naruto y Sakura se peleaban como siempre lo hacían mientras Sasuke se limitaba a ignorarlos. Según decía él era una perdida de su valioso tiempo escucharlos discutir con su lenguaje sobrevalorado.

—¡Eres un idiota Naruto!

Los gritos de Sakura combinado con los ahogados llantos del dobe de su amigo le crispaban los nervios. Bufó por décima vez sintiendo sus instintos asesinos hacer presencia.

—Pero... no era mi culpa Sakura-chan.

—¡Cállate! —gritó esta molesta. El Uchiha no tenia ni idea por que gritaban y tampoco es como si le importara.

Con estos dos era mejor llevar calmantes a las misiones.

El ladrido proveniente de Akamaru los hizo dejar de discutir. Al menos en algo servia el perro. Kiba y Shino se acercaron a ellos con sus respectivas mochilas.

—¿Porque discuten? Son peor que los perros —dijo Kiba, Shino asintió.

—Naruto me hizo tener que pagar sus estúpidos tazones de ramen porque no tenia dinero.

—Dije que lo siento 'ttebayo.

—¡No es suficiente! Madura de una vez y se responsable —casi volvía a golpearlo, pero se reprimió—. Como sea, no importar... ¿Y Hinata? Es extraño que no este con ustedes.

—Tenten dijo que la pasaría a buscar, así que era aceptar o enfrentarnos a su ira. Eh, hola Uchiha —Akamaru volvió a ladrar.

Sasuke asintió a modo de saludo.

—Ademas le tenia una sorpresa —dijo Shino.

Sakura entendió contenta. Ya se hacia una idea de lo que seria. Miró a Naruto, que estaba molestando constantemente a Sasuke, mientras sonreía con malicia por la sorpresa que se llevaría. Obviamente ella estaba al tanto del "plan"... por no decir que fue una de las mentes maestras de este.

—Oh ahí vienen.

Tenten caminaba (o mejor dicho trotaba) por delante de Lee, Hinata y Temari (a quien se la habían encontrado por el camino) murmurando cosas irreconocibles.

—Hemos llegado —dijo Tenten evitando la mirada de Sakura. Esta la miraba con diversión al notar el sonrojo de la Kunoichi.

—Se han tardado 'ttebayo —Naruto observó a Hinata hablar alegremente con Temari y Lee. Sus miradas se cruzaron, pero la evadieron rápidamente. No pudo negar pensar lo bien que se veía en su nuevo atuendo.

—Si... bueno, tuvimos que hacer unas cosas —no quería hacer explicaciones, y menos si eran chicos.

—Lo lamentamos —se disculpó Hinata.

—¡No se preocupe Hinata-san! Es mejor empezar cuanto antes nuestro viaje.

Lee partió de la villa con su acostumbrada efusividad, seguido por Naruto.

—Este sera un largo viaje —dijo Temari.

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El viaje por el bosque a Suna vino acompañado de varias disputas. Sasuke ya tenia su limite de "soportable" y Naruto no estaba ayudando mucho. Gritándole a cada rato: "Sasuke-teme ¿recuerdas la vez en que tuvimos que atrapar un gato? ¡Fue genial, Dattebayo!". Tampoco Sakura hacia mucho para apaciguar la ira del Uchiha golpeando a Naruto cada que hacia una tontería.

Por otro lado, las chicas conversaban sobre una cosa y luego la conversación acababa de otra forma. Hinata estaba pasando un buen momento con sus amigas.

—¿Creen que funcione? —pregunto Temari. Sakura observó a Hinata saltar a un árbol para luego subir a la copa de este, estaba haciendo la observación habitual en caso de que los siguieran. Ya estaba empezando a anochecer, ademas llevaban una buena parte del camino recorrido.

—Espero que si —Tenten tenia las esperanzas de que todo saliera de acuerdo a lo planeado—. Aunque Naruto es lento para muchas cosas, ruego que para esta no.

Hinata bajó del albor y le dio las indicaciones a Sasuke, ya que este era el líder de la misión. Aun sentía miedo cada que sus miradas se cruzaban... por no decir que la miraba muy fijamente.

—N-no muy lejos hay u-un arroyo.

—¿Cuantos kilómetros?

—Cinco —Sasuke asintió.

—Escúchenme, sera mejor apresurarnos, muy pronto se hará de noche —todos asintieron—. Hyuga, guíanos.

Corrieron y saltaron por entre los arboles hasta llegar al destino. Era extraño que ella los guiara, por lo general era Kiba o Shino, pero ella siempre estuvo cuidando la retaguardia.

No muy lejos del arrojo, sin embargo lo suficientemente lejos para que no los localizaran. Armaron las tiendas para poder descansar y una fogata.

Las kunoichis miraron a Hinata, asustandola para que siguiera el "plan" (el cual aun no entendía por que cada vez que decían plan debían ponerlo entre comillas... supuso era moda). Suspiro pensando que no le quedaba otra que aceptar lo que ellas querían.

—Ire a bu-buscar agua —dijo ella hablando fuerte.

Mientras caminaba aun sentía las miradas de sus amigas en su nuca.

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El camino al arroyo se le hizo largo, el clima caluroso la hacia traspirar e intentaba un gran esfuerzo por no cansarse. En esos momentos prefería mas darse un baño que ir a buscar agua. Los arboles eran demasiados y cada tanto su cabello se enredaba en las ramas. La melodia de los pajaros sonando alrededor suyo la molestaban. Se sentía mareada de un momento a otro...

Lo primero que hizo cuando llegó fue mojarse la cara con agua y beber de ella. Sin embargo cuando vio su reflejo en esta se espanto. Las palabras ya no salían de su boca. Solo se mantenía fija observando a la figura detrás suyo.

Un lobo blanco mas grande que ella misma, o Akamaru. La miraba con sus ojos tan blancos como la luna.

Quiso correr, pero no pudo. Sus ojos se lo impedían.

No podía ser verdad.

Era imposible que ese lobo tuviera el Byakugan.

Las luz de la luna iluminaba las facciones de ambos seres. Hinata se dio la vuelta y encaro al animal. ¿Un genjutsu?

—Una Hyuga.

No, no, no. Estaba volviéndose loca, es lo mas probable.

—Te he estado buscando —no pudo evitarlo... estaba temblando—. Me ha costado, pero al fin. Tú, niña, seras mi contenedor.

—¿Q-q-

¿Era un biju? No, era imposible. Solo existían nueve en el mundo ninja. Un décimo Biju significaría que era mas poderoso que el mismo Kyuubi

La cara de Hinata tocó el suelo, el agua mojando sus cabellos, cuando el animal puso su pata en el hombro de ella. La Hyuga lo que menos sentía era fuerza, rápidamente sus reservabas de chackra descendieron hasta el punto de poder morir... pero estaba consiente.

El lobo desgarro la vestimenta con la otra pata, dejando a la vista la espalda blanquecina de la chica. Un manto azulino los cubrió a ambos, mientras una suave melodía empezó a escucharse. Una voz de mujer, dulce e irreal. Sentía mas sueño del necesario.

No era natural. ¿Un sello? No lo sabia, pero el animal había desapareció.

Cuando la canción acabo, un dolor desgarrador empezó a nacer. El mismo infierno se había desatado en su cuerpo.

Grito, una y otras vez. Las lagrimas no tardaron en aparecer, quería, deseaba, arrancarse la piel de su espalda. Quemaba como el fuego. Araño el suelo para evitar lastimarse a si misma. Sin embargo, el dolor iba en aumento. Sus manos lastimadas solo provocaban que siguiera gritando y llorando a causa del dolor.

Vio a lo lejos a sus compañeros de equipo ir hacia ella. Tenia miedo, mucho miedo.

Entonces cayó al suelo, escuchando la misma melodía.

Solo había oscuridad y estrellas.

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El olor a hospital nunca le había gustado. Le recordaba a la guerra. Momentos donde veía a familiares llorando por un ser queridos o los gritos de agonía de los pacientes. Las muertes que se tenían que presenciar o los nuevos llegados. Todo el lugar, en vez de oler a limpio, para Hinata olía a muerte y desesperación.

Abrió los ojos sintiendo nada mas que agotamiento.

«No es el hospital de Konoha» se dijo. Bueno, reconocería una habitación del hospital donde fuera, pero ese no era de su villa. Miro por la ventana a su derecha y vio las torres de arena.

«Sunagakure»

Tocó su frente con dolor al darse cuenta de que llevaba unos vendajes en esfuerzo se levantó de la cama y camino hasta la puerta. Vestía una bata de hospital, pero andaba descalza y desorientada. Los que pasaban al lado de ella la observaban preocupados, sin embargo ella los ignoró. De repente se dio cuenta de que sus sentidos estaban mas desarrollados, pero sus reservas de chacka seguían estando en la cuerda floja.

Sus pies provocaban un ligero cosquilleo, sus oídos escuchaban aun mas y sus ojos veían con mas claridad las cosas. Incluso podía olor cosas que antes no prestaba suficiente atención.

«¿Que esta ocurriendo?»

De repente escuchó a alguien gritando su nombre. Se dio la vuelta recibiendo un abrazo por parte de una chica.

—¡Estas loca! —gritó Sakura.

«¿Sakura?»

—Yo... lo siento.

—¿Como te sientes? ¿Te duele algo? —preguntó revisándola de un lado a otro.

—La cabeza... algo.

La Haruno volvió a abrazarla.

—No vuelvas a asustarme así, Hinata.

«Hinata...»

—¿Que ocurre? —ella la conocía, sabia su nombre, era Sakura. Sin embargo, no recordaba nada mas aparte de su nombre.

—Bu-bueno, en realidad... ¿Quien eres tu?

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¡Nueva historia!

... No tengo mucho que decir... salvo perdón si hay errores de ortografía.

Bueno, gracias por leer y nos leemos en el siguiente capitulo.