Disclaimer: todos los personajes pertenecen a J. K. Rowling

Advertencias: Lime y posible OoC (aunque intenté no hacerlo xD)

Este fic ha sido creado para el "Intercambio de Regalos de la Familia Friki" del foro "First Generation: The story before books"


Y mi pariente secreto es…

¡Mi hermana Deb!
conocida por aquí como Aurora Reid Friki xD

Hermana de mi alma, no sabes la ilusión que me hizo saber que me tocaba escribirte a ti :3, así que espero haber estado a la altura de tus expectativas (y mira que no me lo dejaste nada fácil, tus peticiones, a pesar de encantarme, no son mi fuerte) lo hice con mucho amor y dedicación y espero que te guste tanto como me gustó escribírtelo. Espero que en estas fiestas te la hayas pasado bien, que tengas un año excelente con tu familia muggle y con tu familia Friki, y que todos tus deseos se cumplan.

Te amo hermana :*

P.D. sabes que soy de pocas palabras, pero no es necesario escribir mucho porque sabes lo importante que eres para mí y lo mucho que te quiero :3
te mando muchos besos y abrazos
y pocos crucios (solo porque aguantarme es suficiente tortura xD)


I

Malas noticias

—Harry, necesito hablar contigo —por el tono que Ginny empleó, Harry supo que no era nada bueno —, estuve pensando mucho en eso y…

La pelirroja no sabía cómo decirlo, no quería lastimar a su prometido, pero había tomado su decisión.

—Dilo de una vez —la apuró él, sospechando lo que ella quería decirle.

—Deberíamos alejarnos un tiempo —murmuró al final.

A pesar de esperarse eso, Harry no pudo evitar sentirse traicionado. ¿Cómo podía pedirle eso a tan solo días de la boda?

—¿Por qué? —logró preguntar al fin.

—No estoy lista para formar una familia, quiero seguir en el equipo —Harry comenzó a protestar, diciendo que podría seguir jugando Quidditch aún estando casada, que eso no cambiaba absolutamente nada, pero ella le confesó lo que se había estado guardando en los últimos días —, me ofrecieron un puesto en un equipo en Estados Unidos y acepté.

Harry se calló de pronto, mirando con dolor a Ginny. Ella intentó acercarse para pedirle perdón, pero él no se lo permitió. Se alejó y tras murmurarle que tuviera un buen viaje, salió de la habitación azotando la puerta.

Se alejó a paso veloz de Grimmauld Place, buscando algún callejón oscuro donde poder aparecerse. Llegó al callejón Diagon y entró al Caldero Chorreante, donde se sentó en la barra y comenzó a tomar un Whiskey de fuego tras otro. Neville lo miraba preocupado desde el otro lado del banco.

—¿No crees que estás tomando mucho? —le preguntó después de un momento.

Harry le contestó con un gruñido y pidió otro vaso más, diciéndole que dejara la botella a un lado. Neville le sirvió reacio, pero después de lo que su amigo le acababa de contar, entendía su posición. Él estaría peor si Hannah lo dejara.

Sin querer escuchar más sermones, Harry tomó la botella, el vaso y se alejó tambaleándose hacia una mesa. Antes de sentarse, escuchó a una mujer sollozando en la mesa que estaba a un costado de la suya, así que cambió de dirección y se sentó con ella.

—¿Por qué lloras? —preguntó acomodándose en la silla y llevándose el vaso a los labios.

La chica lo miró con desconfianza, pero estaba triste y un poco borracha, por lo que terminó aceptando el vaso de Whiskey que Harry le ofrecía. Después de tomar un trago, decidió contestar a la pregunta de Harry con un simple Problemas de amor. El chico soltó una carcajada. Ella lo miró enfadada, pero Harry comenzó a contarle lo que le había pasado durante el día y encontró lo irónico de la situación.

—Qué patéticos nos vemos ¿no? —comentó ella sonriendo.

—Un poco —accedió él —, sabes, deberíamos ayudarnos a superarlo.

—¿Tienes algo en mente?—preguntó la chica con picardía.

Harry empujó la silla hacia atrás y se levantó de golpe, tomó la mano de la chica y la jaloneó hasta las escaleras, pero Neville interrumpió su huida a las habitaciones.

—Harry, no lo hagas—intentó convencerlo su amigo, pero el otro no le hizo caso y retomó su camino.

En cuanto llegó a la primera habitación, entró seguido por la chica. Cerró la puerta y empujó a la chica contra ella, acercándose y empezando a devorar sus labios. Ella, tan ansiosa como él, le rodeó el cuello con los brazos y lo acercó aún más. Harry se separó un poco, pero antes que ella pudiera protestar, comenzó a atacar su cuello, dejándole besos húmedos por el camino. También sus manos cambiaron de dirección y bajaron a lo largo de su cuerpo, posándose al final en su cintura. Ella se arqueó un poco, invitándolo a seguir y él no se lo hizo repetir. Pasó sus manos por debajo de la blusa y comenzó a acariciar la piel desnuda de ella, para poco después romper la barrera de tela que le impedía tocar más. Sin dejar de besar todo lo que alcanzaba, posó sus manos sobre los muslos de ella y la levantó, haciendo que rodeara su cintura con las piernas y la llevó hasta la cama. La dejó caer con delicadeza y se levantó un poco para desvestirse.

Mientras se quitaba la ropa, se quedó viendo a la chica frente a él. No podía negar que estaba hermosa, a pesar de ver un poco borroso debido a su estado de ebriedad, pero distinguió claramente su cabello oscuro y su piel pálida, perfecta. En un momento de lucidez, pensó que no debía seguir con eso, después de todo acababa de terminar con Ginny y aún la amaba, no sería justo traicionarla así, pero el pequeño gemido que salió de los labios de la chica en frente a él, lo sacó de sus pensamientos y lo devolvió a la realidad. La chica tenía los ojos cerrados, acariciándose, esperando por él. Harry dejó de pensar y se abalanzó sobre ella.

Lo demás pasó en un borrón confuso. Cuerpos sudorosos fundiéndose en uno solo, rodando de un lado a otro de la cama, sentados, recostados, enredándose en las sábanas. Jadeos, la respiración entrecortada, gemidos, todo inundando la habitación en una suave melodía. Y después de lo que parecieron horas, el cansancio nubló aún más los sentidos y todo se oscureció.

….

Cuando los rayos del sol entraron por la ventana iluminando el rostro de Harry, él soltó un gruñido. La cabeza comenzó a palpitarle y tanteó con las manos buscando las sábanas. Cuando la encontró, la subió hasta taparse la cabeza y se dio la vuelta, haciéndose un ovillo y jalando la sábana consigo, dispuesto a dormir un poco más. Sintió a alguien a su lado removerse, pero no le dio importancia. Seguramente Ginny estaba intentando volver a taparse.

Cuando la otra persona comenzó a tantear la cama, se encontró con el cuerpo del chico y se sentó de golpe, lanzando un grito. Harry gruñó, se destapó el rostro listo para decirle a su prometida que bajara la voz pero la chica no lo dejó hablar.

—¡Potter!— chilló ella.

"Esa no es la voz de Ginny" fue lo primero que pensó él, adormilado. Se talló los ojos y buscó a tientas sus lentes, sin éxito, así que optó por lanzar un accio no verbal y llegaron justo en su mano. Se los acomodó y miró a la chica frente a él.

—¿Parkinson? —preguntó confundido, pero los recuerdos de la noche anterior acudieron a él de golpe, dándose cuenta rápidamente de lo que había pasado —Oh Merlín...