Hola chicas. Nuevo fic a la vista. Se trata de un fic francés de título Jugement, escrito por Gottevil (misma autora de Asesinato en Storybrooke y Si hubiera podido cambiar las cosas) Lo titularé en español Enjuiciamiento.

Espero que os guste tanto como los otros de esta misma autora, y como los demás que he traducido. Ya me iréis contando.

Difícil decisión

Uno a uno, los participantes fueron entrando en la gran sala de reunión, sentándose alrededor de la mesa que fácilmente podía acoger a una veintena de personas. Hundida en sus pensamientos, Emma saludó con un rápido movimiento de cabeza a la morena que tomó asiento frente a ella y que la saludó con un expresivo movimiento de mano. Arqueó una ceja, asombrada al ver que Ruby estaba de tan buen humor cuando la decisión que se disponían a tomar podía cambiar una vida para siempre. Al borde del vómito, la rubia cerró los ojos algunos segundos y respiró profundamente, intentando poner en blanco su cabeza.

Percibiendo la turbación de su hija, Snow tomó la mano de la rubia y la estrechó entre las suyas, intentado captar su mirada para hacerle comprender que estaba con ella, y que todo estaría bien.

Expulsando un suspiro, Emma miró los ojos azules de su madre y le sonrió. Una sonrisa fría, forzada, que la morena identificó inmediatamente, pero hizo como si no se hubiera dado cuenta. Sabía que su hija temía la decisión que se fuera a tomar, y pasara lo que pasase, Henry, su nieto al que había encontrado hacía poco, sufriría tanto como su madre.

Los murmullos que se oían por la sala se callaron inmediatamente cuando David hizo su entrada, cerrando la puerta detrás de él. Con expresión seria, pasó su mirada por toda la sala y se detuvo algunos segundos en cada rostro. Algunos mostraban una expresión triste, otros parecían felices, incluso entusiasmados, lo que le estrechó el corazón. Se detuvo un poco más cuando sus ojos se posaron sobre el rostro de su mujer, y después en el de su hija. Conocía a Snow perfectamente y sabía que la morena estaba mucho más conmocionada de lo que dejaba mostrar. Su mujer era fuerte y era lo que le había seducido de ella desde el principio. Pero también era frágil, muy frágil, y la decisión tomada hoy podía darle un golpe muy fuerte.

Retirando la silla de cuero que le había sido reservada en el extremo de la mesa, se sentó y juntó sus manos, sus pulgares chocando nerviosamente el uno contra el otro. Cerrando los ojos unos segundos, intentó calmarse y al igual que su hija antes, logró reducir ligeramente su estrés respirando profundamente.

«Buenos días a todos» dijo recorriendo una vez toda la sala con su mirada «Gracias una vez más por haber sacado tiempo para esta reunión, que será, eso espero, la última»

Frunciendo el ceño, miró sus manos y expiró con fuerza

«Como sabéis, estamos aquí para tomar una decisión. La semana pasada fue movida, todos os habéis tenido que enfrentar a cosas horribles, recientemente o no, y a todos os concierne la situación. Ayer propusimos diversas posibilidades, y dejamos la noche para reflexionar…hoy, ese tiempo, ese plazo necesario ha acabado. Os pido que os expreséis abiertamente, para que podamos tomar la decisión que concierna»

Sin dar tiempo a la asistencia, él posó su mirada sobre Rumpel que se sentaba a su izquierda y le hizo una señal con la cabeza.

El brujo bajó la mirada, totalmente abatido.

«Yo…yo…he reflexionado mucho tiempo y lo siento, no puedo decidirme…voto por la prisión»

David asintió y miró después a Belle que estaba sentada al lado de su compañero.

Sin pensárselo, la bella morena miró al joven a los ojos y respondió con voz fuerte

«Pena de muerte»

David cerró los ojos algunos segundos e hizo una señal a la joven, indicándole que tendría en cuenta su decisión.

Llegó el turno de Granny. La anciana trituraba de forma mecánica de chal de lana y respondió con voz rota

«La…la pena de muerte»

El presidente de la asamblea asintió y pasó a Ruby.

«Yo…yo creo que la cadena perpetua es mucho más razonable» respondió ella vacilante, intentando captar la mirada de las otras personas presentes alrededor de la mesa, pero todos miraban para otro lado, nadie estaba realmente cómodo con esta toma de decisión general.

David anotó mentalmente su respuesta y pasó a Marco.

El anciano no bajó la cabeza y asumió perfectamente su decisión.

«La muerte»

Llegó a continuación el turno de Leroy que votó por la pena de muerte, de Whale que también votó por la muerte, después el hada azul que prefirió por supuesto la cadena perpetua. Archie también aprobó esa elección, no deseando llevarse una vida por delante.

David vio que la balanza se equilibraba poco a poco y comenzó a temer por la continuación de los votos.

Mirando fijamente a su mujer, leyó en sus ojos que estaba apenada, apenada por ir en contra de lo que él deseaba, apenada por no poder pedir la pena de muerte después de todo lo que había sufrido, después de tantos años…pero a pesar de la tristeza de su corazón, a pesar de la mancha negra que se apoderaba de su corazón día tras día, ella no puedo decidirse a dar ese paso.

Sin doblegarse, inspiró profundamente y votó

«Voto por la cadena perpetua»

David asintió, y a pesar de su decepción, tomó nota de la opinión de su compañera. A continuación posó su mirada en su hija, que se estaba comiendo las uñas. Su voto sería decisivo, él lo sabía, y esperaba que ella estuviera de su lado en esta prueba.

Sosteniendo aún la mano de su madre, la joven rubia miró una a uno a los asistentes a la reunión, intentando adivinar quién se lo echaría en cara y quién no, ya que su voto inclinaría la balanza. Sin dejar que ese suspenso inútil se alargara, miró a su madre y su rostro triste acabó por asegurarla en su decisión.

«Yo voto por la prisión»

David se dejó caer en el asiento, sintiendo compasión por la hija, pero también terriblemente enervado. Levantando las manos, gruñó con voz fuerte.

«¡Y yo voto por la pena de muerte! Estamos empatados a seis»

Se levantó del asiento, y comenzó a caminar por la gran sala, de arriba abajo, intentando encontrar una solución a ese problema.

«Ya no sé qué hacer. Todo esto…todo esto no tiene sentido. Matémosla y pasemos a otra cosa» gritó él dejando salir toda su cólera.

«¡David!» gritó Snow, levantándose también «Hemos decidido hablar todos juntos y debatir para que la decisión no fuera tomada a la ligera. No puedes ir en contra de nuestra decisión» dijo ella bajando el tono de voz «No te dejes cegar…tú no…»

El hombre miró a su mujer y abrió la boca, después la cerró, sin saber qué responder.

«¡Hagámosle un juicio!»

La voz se elevó desde el fondo de la sala, una voz débil y poco segura, pero que todo el mundo reconoció inmediatamente.

«¿Un juicio?» preguntó David asombrado «Emma, ¿quieres que le hagamos un juicio? Pero es exactamente lo que acabamos de hacer» añadió él ligeramente perdido

«No» respondió la rubia levantándose «No sé cómo será en vuestro…en vuestro mundo» dijo ella haciendo una mueca «pero esta reunión no tiene nada que ver con un juicio. En nuestro pasado la justicia venía del rey, e incluso de sus consejeros…» ella separó los brazos y señaló una a una a las personas sentadas alrededor de la mesa «Pero esto no tiene nada que ver con un juicio. Es un sencillo enjuiciamiento, hecho a las prisas, sin posibilidad de defensa o argumentación. Cada uno ha votado en función de su pasado, de su historia, de sus sufrimientos…pero la acusada no ha tenido la menor posibilidad de expresarse»

David levantó las cejas, totalmente perdido «En fin, Emma…nosotros…hemos hablado mucho, desde hace días…Cada uno ha expresado lo que piensa, lo que siente…cada decisión es tomada con conocimiento de causa y…»

«Sí, cierto» lo interrumpió Emma caminando despacio hacia su padre «Cada uno ha tomado una decisión de acuerdo a su pasado con ella, pero esta…parodia no tiene nada que ver con un juicio justo»

Snow se levantó y se colocó al lado de su hija

«¿Qué quieres que hagamos Emma? ¿Que nos subordinemos a la justicia de este país y un tribunal de verdad tomé nuestro lugar? Sabes muy bien que oficialmente nadie, excepto Henry y tú, existe en este mundo. Y nadie será capaz de juzgar estos actos, sin conocer verdaderamente el pasado, y nuestro reino»

Emma asintió con la cabeza. No había pensado en ese tipo de detalle y estaba claro que la justicia americana no podría hacer nada en este caso preciso.

«Yo…sí…tienes razón, pero…entonces, ¿qué…qué hacemos? No estamos de acuerdo y tomar una decisión arbitraria va totalmente contra mis principios, contra vuestros principios» añadió ella acentuando las palabras, mirando a su madre a los ojos.

La sala se hundió en un silencio total, todos buscando una solución, pensando en la mejor forma de arreglar esta historia.

De repente, Rumpelstilskin tomó la palabra, con voz segura, con su elegancia y su pose habitual.

«Emma tiene razón»

Belle giró la cabeza, observando a su compañero con expresión incrédula. Él la vio inmediatamente y tomó su mano.

«Lo sé, sé que vosotros habéis, que nosotros hemos sufrido su comportamiento, sus actos…Pero no hay que olvidar que nosotros somos…» miró clavó su mirada en Snow «nosotros somos igualmente responsables, y yo el primero, de no pocas cosas, elementos que hacen que estemos hoy aquí. Ella es culpable, nadie lo niega, pero creo que Emma tiene razón. Tiene el derecho a un verdadero juicio, debe poder hablar, defenderse y escuchar el veredicto de una manera leal»

Emma sonrió al ver que no era la única que pensaba de esa manera y le estuvo muy agradecida al viejo mago.

«Entonces, ¿qué propones?» preguntó David visiblemente atacado de los nervios

«No soy un experto en este tipo de cosas» respondió calmadamente Rumpel «pero sé que necesitaremos un juez, un abogado defensor y otro en la acusación y un jurado»

«Muy bien» dijo David con una risa nerviosa «Para el abogado de la acusación creo que no tendremos problemas para encontrar a alguien que quiera verla muerta. Pero ¿quién será el loco que la defienda?»

Todos miran a sus vecinos con aire suspicaz, intentando saber quién aceptaría prestarse a ese juego, defender lo indefendible, intentar excusar lo inexcusable. Por supuesto nadie hizo el menor gesto, ni mostró el menor indicio indicando que estaría dispuesto a tomar ese lugar.

El rostro de Rumpel se iluminó de repente con una gran sonrisa ladeada, sus ojos brillantes dejaban claro que tenía una idea. Con un gesto teatral, se levantó y señaló a la sheriff con su mano derecha

«¿Quién estaría en la mejor posición para defenderla que su peor enemiga? Emma Swan, ¡usted es la abogada perfecta!»

La rubia sintió todas las miradas dirigidas a ella. Con expresión totalmente despavorida, comenzó a pestañear como si quisiera alejar un recuerdo, el vestigio de un sueño después de una noche agitada.

«¿Perdón?» exclamó Snow, con los ojos abiertos de par en par, mirando a Rumpel como si estuviera loco.

«¿Qué, querida?» dijo divertido «¿No tengo razón? ¿Quién puede puede defenderla mejor si no alguien que la quiere ver detrás de los barrotes y no colgada de una cuerda? Emma no conoce su vida por completo, no ha tenido que sufrir las barbaridades que haya podido cometer, no ha tenido la necesidad de esconderse, acorralada como un animal. No ha pasado 28 años de su vida encerrada en otro mundo, sin recuerdos ni mañana…Ella tiene muchos menos prejuicios que la mayoría de nosotros. No desea su muerte, y no se dejará cegar por un falso sentimiento de justicia que no sería sino una máscara detrás de la esperanza de verla desparecer en este mundo de una vez por todas»

Apoyando sus dos manos sobre la mesa, él hundió su mirada en la rubia, después en los ojos azules de Snow.

«Sabéis que tengo razón. No queréis admitirlo, pero en el fondo, sois conscientes de ello. Vosotros…» señala uno a uno a todos los asistentes «lo sabéis» después miró a David «Todos»

El rey se tomó unos segundos para pensar y se acercó a su hija, agarrándole las manos

«Él…él tiene razón, Emma. Era la única en todo Storybooke para asegurarle una defensa…sin oscuros pensamientos por detrás»

Esas palabras le quemaban la garganta, como si acabara de aspirar una gran cantidad de humo, a cada sílaba le daba la impresión de que sus pulmones y su tráquea iban a incendiarse. Y aunque la idea de que la acusada pudiera salir indemne le daban ganas de vomitar, sabía que un juicio justo era la mejor de la soluciones para que todos pudieran encontrar la paz.

Su hija cerró los ojos y movió ligeramente la cabeza, aún completamente estupefacta.

«Bien…en ese caso, estamos de acuerdo» volvió a su tono regio, que había empleado unos diez minutos antes y retomó su papel de dirigente «Vamos a llevar a cabo este juicio. Emma será la abogada defensora, y creo que Belle, tú eres la más instruida y la mejor de entre todos nosotros para el papel de la acusación»

La morena acogió esas palabras con entusiasmo, su sonrisa no dejaba ninguna duda al respecto.

«Yo presidiré el juicio y elegiremos al jurado» Miró a cada uno de los miembros del consejo y reflexionó unos segundos «Leroy, Rumpel, Granny, Ruby y Archie formareis parte del jurado. También pediré a otras personas, que no han tenido que sufrir su comportamiento de manera directa, que formen parte de él, para que podamos ser lo más honestos e imparciales posible»

Emma todavía no comprendía muy bien el papel que tenía que interpretar, y sobre todo al darse cuenta de que iba a defender a la mujer que había intentado matarla algunas semanas antes.

«Comenzaremos pasado mañana, eso os dejará tiempo para preparar vuestras argumentaciones. Emma, te dejo tiempo también para que avisas a la detenida» Se detuvo un momento, levantó la cabeza con expresión decidida «El juicio durará cuatro días, ni más ni menos. Al término, nos pondremos de acuerdo en qué decisión tomar. El veredicto será o la muerte o el exilio definitivo»

Esas palabras sorprendieron a la asamblea, pero nadie dijo nada, no querían ir contra la voluntad de rey.

Rumpel tosió ligeramente y pidió permiso para hablar, lo que David le concedió con un movimiento de cabeza.

«Si todo el mundo está de acuerdo, desearía no formar parte del jurado. Creo que el Hada azul está más capacitada que yo para ese papel. Y además me gustaría hacer una propuesta»

Las cabezas se giraron todas hacia el viejo brujo que acababa de despertar la curiosidad de la asamblea.

«Tengo la posibilidad, para apoyar las palabras y los argumentos de cada una de las abogadas, de mostrar los sucesos del pasado. Esas visiones podrán ayudar a probar sus palabras, y sobre todo evitaría que las argumentaciones se falsearan por recuerdos vagos o rumores infundados»

David escrutó la mirada de Rumpel, intentado averiguar si había alguna trampa detrás de esa propuesta. Pero el rostro del brujo no demostraba ninguna emoción negativa, lo que tranquilizó al rey, que pidió la opinión de su mujer silenciosamente.

«Lo encuentro una muy buena idea» respondió Snow «Seguramente será doloroso para muchos de nosotros, pero de esa manera solo nos basaremos sobre los hechos»

David asintió y separó los brazos

«Que así sea. ¡Que cada una de las partes se ponga en contacto con Rumpel, preparen sus argumentaciones, comenzaremos el miércoles!»

Emma se levantó precipitadamente y agitó su mano

«Esperad, no estoy de acuerdo. Rumpel y Belle están juntos, es de todo menos imparcial esa manera de actuar. ¿Quién nos dice que Belle…» ella miró a la morena y se excusó de antemano por lo que iba a decir «…no va a pedir a Rumpel que amañe las visiones? ¿O que él lo haga sin decírselo, para ayudarla, para facilitar su alegato? Creo que…»

El viejo brujo hizo una señal con la mano, una gran sonrisa sobre el rostro, lo que detuvo a la rubia en su objeción

«Creo, querida, que acaba de demostrar que realmente es la mejor indicada para defender a la acusada»

Todos asintieron, algunos sonriendo como el Hada azul, otros como Whale con una expresión de asco en el rostro.

Rumpel se ajustó su corbata y miró a Emma a los ojos.

«Me comprometo, hasta el final del juicio, a no ver a Belle fuera del tribunal. Además, os invito, a las dos, querida, a pasar el día de mañana conmigo para preparar vuestros alegatos, a verificar las visiones del pasado que necesitéis y a mirarlas con vosotras. Así cada una podrá preparar sus argumentaciones y sus contra argumentaciones, en el mismo plazo y con las mismas ventajas»

El hombre miró a David, que supo inmediatamente que podía confiar en el antiguo brujo.

Sin decir una palabra, dejó rápidamente la sala, seguido por la reina. Algunos segundos más tarde, los otros miembros del consejo se levantaron y se marcharon a su vez. Solo Emma se quedó durante unos minutos, intentando comprender, reaccionar, reflexionar sobre lo que iba a poder hacer.

Después de más de diez minutos, se levantó y decidió que era hora de hablar con su hijo.

De camino, pensó en todo lo que se había dicho en la reunión y no lograba comprender por qué esa carga de defender a la acusada había recaído en sus hombros. Estacionó frente al apartamento de sus padres, bajó del coche como un zombie, caminando como una autómata hasta la puerta de entrada, su mente perdida en esos pensamientos que la torturaban desde que había dejada la sala. Al abrir la puerta, se dio de frente con Henry que la esperaba desde hacía más de una hora, sus ojos empañados por las lágrimas se posaron sobre su madre, intentando adivinar si iba a anunciarle una buena o mala noticia. Sin llegar a descifrar la expresión de Emma, se lanzó a sus brazos y la estrechó contra él, su corazón encogido esperando una veredicto que pensaba fatal.

Después de algunos segundos de vacilación, su madre lo estrechó con ella y besó su frente. Después retrocediendo un poco, clavó su mirada verde esmeralda en los ojos de su hijo.

«¿Ellos…van a matarla?» preguntó él con una expresión de dolor

«No, chico…en fin…aún no. Regina va a tener un juicio y…yo voy a tener que defenderla»