¿Qué pasó ayer?
Capitulo 8: Al menos conservo mis pelotas.
Advertencia: Este fic contiene lenguaje fuerte y situaciones no aptas para todo público, por lo tanto se recomienda discreción a los lectores, por lo tanto si no tienes más de dieciocho años vete a la chingada y deja de leer cosas para adultos XDDDDDD.
Segunda Advertencia: No leer este fic mientras comes, bebes algún líquido o estás en medio de una clase. Este fic puede causarte diarrea, falta de oxigeno, dolor en el diafragma y posiblemente te de una enfermedad venérea por leerlo además de que puedes desarrollar un miedo a las despedidas de soltero… o desear casarte para tener una XDDDD.
Recomendación: Lean este fic mientras escuchan la canción I don´t care de fallout boy. Si son de "gatillo sensible" lo recomendable es que lean el fic en el baño para evitar ir hasta ahí caminando como cangrejo XDDDDDDDD.
Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto yo solo uso a los personajes con el fin de entretener.
―La puta madre ―susurró incrédula la Hokage, sin poderse creer lo que había oído de los chicos.
Se había quedado sorprendida cuando le hablaron sobre las drogas; se impactó cuando escuchó sobre los problemas que habían pasado y sin duda temió al escuchar sobre las esposas de Naruto. Hinata los iba a dejar vueltos mierda.
―Hinata te la va a meter con todo y huevos ―expresó, cubriéndose la boca con la mano derecha.
Naruto suspiró pesadamente y dijo―: Gracias por el consuelo, decrepita.
―La que te parió ―replicó la rubia, no dejándose fastidiar por el Uzumaki.
― ¡Hey! ―gritó una indignada Kushina, mirando con ojos de muerte a la rubia que solo se hizo la loca.
―Lo importante es que volvimos a tiempo para la boda y que sigue en pie ―dijo Sasuke, tomando la palabra. Su boda era lo único importante en ese momento.
Tsunade no estaba segura de cómo proceder, ciertamente todo estaba muy jodido en ese momento.
―Lo primero será que todos se vayan a cambiar, la boda comenzará en cualquier momento, y no quiero que la arruinen incluso antes de comenzarla. Pueden irse todos menos Mei Terumi, quiero hablar con ella sobre algunos detalles políticos.
Todos asintieron y se largaron a cambiarse. Naruto no se fue sin que Mei le metiera la lengua hasta la garganta, maldición, la tipa casi pudo saborear el desayuno del rubio.
Una vez que ambas líderes quedaron solas, se sentaron una frente a la otra, estudiando sus movimientos.
― ¿La tiene grande?
―Como un edificio.
Ambas soltaron una carcajada y se pusieron a beber, mientras contaban anécdotas sobre sus vidas sexuales.
…
Tan pronto como Naruto puso un pie en la calle, fue interceptado por miembros del clan Hyuga, quienes se veían mortalmente serio. Naruto pudo sentir que estaba muy jodido.
―Naruto-sama, debe acompañarnos inmediatamente ―dijo uno de los ninjas del clan.
Mikoto se interpuso entre ellos y frunció el ceño ― ¿Y eso como por qué? ―preguntó, cruzando sus brazos bajo su amplio busto.
―Asuntos del clan ―se limitó a decir el otro ninja.
―Yo te acompaño ―dijo Neji, haciendo como que apoyaba a Naruto. La verdad sea dicha, él solo quería ver como Hinata se sacaba la mierda a golpes. ― (Te llegó tu hora, culero).
―No te preocupes, Mikoto, volveré pronto ―dijo Naruto, haciendo una mirada a Mei para que no revelara nada aún.
La pelinegra se quedó callada y observó como su amado desaparecía usando el Hiraishin.
…
Hiashi era un hombre que siempre se mantenía calmado, alguien que jamás se dejaba guiar por las emociones. Pero ese día le habían jodido el humor a un nivel indescriptible.
Recientemente se había enterado de las fechorías que Naruto había cometido, y de cómo había abusado sexualmente de su hija, quien estaba a su lado esperando por él.
Tan pronto como había puesto un pie en la aldea, hizo que sus hombres lo trajeran por la fuerza y con violencia de ser necesario, cómo esperaba que hubieran usado la violencia. Observó a su hija y se dio cuenta de que esta ni siquiera podía sostenerle la mirada.
De pronto, la puerta de su salón de té se abrió y por ella entró una de las sirvientas de la mansión.
―Hiashi-sama, Naruto-sama acaba de llegar.
Respiró profundamente y se calmó.
―Hazlo pasar ―ordenó y lanzó una mirada de muerte a su hija, quien solo se estremeció.
Un par de minutos después, la puerta volvió a abrirse y por ella entró un nervioso Naruto. Hiashi suspiró y procedió a hablar con él en la forma más civilizada posible.
― ¡HIJO DE LA GRAN PUTA! ―rugió la cabeza del clan Hyuga y se lanzó a apalear al desgraciado de su ex yerno.
― ¡Kyaaah! ―exclamó Naruto, chillando como zorra estudiantil mientras esquivaba el putazo de su suegro, quien casualmente se había ido a por los cojones.
― ¡TE VOY A MATAR, PENDEJO DE MIERDA!
― ¡Suegro!, ¡¿Qué le pasa?!
― ¡Suegro y una mierda!
Neji apareció por la puerta y sonrió malévolamente al ver la escena.
― ¡Eso tío, jodete a este bastardo!
― ¡Neji, zorra barata! ―rugió Naruto, esquivando otro golpe castrador.
Los minutos pasaron y ambos seguían corriendo por todo el lugar, hasta que Naruto tropezó y cayó estrepitosamente, momento que fue aprovechado por Hiashi para lanzársele encima.
― ¡Mi amor! ―gritó una voz que el rubio reconoció claramente y que se abalanzó sobre él para salvarlo de Hiashi.
― ¡¿HANABI?! ― gritó un asustadísimo Naruto al escuchar a su cuñada. Ahora sí que la había cagado.
― ¡Quítate, Hanabi! ―gritó Hiashi, más furioso que antes.
― ¡No, porque tú lo vas a matar!
― ¡Claro que voy a matar a este joputa después de lo que te hizo!
Al pronunciar esas palabras, la temperatura de la habitación descendió hasta casi quedar bajo cero y la puerta del salón se volvió a abrir. El cabeza de clan giró el rostro y se encontró con la espeluznante sonrisa de su hija mayor.
Hinata Hyuga estaba furiosa, había oído que su padre quería matar a su querido rubio, el rubio que le había costado casi una década conseguir, el rubio por el que casi muere, el rubio que le había quitado su primer beso. Le iba a sacar la mierda a golpes a su padre.
―Papi~, escuché que querías lastimar a mi Naru-chan~.
Todos se quedaron quietos al sentir la morbosa sed de sangre que provenía de ella. Un movimiento en falso y los iba a dejar vueltos mierda.
Hinata caminó hacia Naruto, cruzando el salón como si nada sucediera. Una vez que estuvo frente a él, sujetó a Hanabi por la cintura y la levantó cual saco de papas, para luego depositarla en el suelo.
Decir que Naruto se cagó del susto sería ser suave, el tipo estaba jodido por todos lados y para cómo iban las cosas, iba a terminar con el trasero más abierto que una prostituta… o Neji.
La Hyuga mayor se sentó junto a Naruto y recostó su cabeza en sus jugosos muslos, para luego comenzar a mimarlo como si se tratara de un mocoso.
― ¿Tuviste miedo, mi amor? ―preguntó Hinata, rozando la mejilla derecha de un aterrado Naruto, quien solo pudo asentir―. No te preocupes, el hombre malo no te va a tocar.
Todos seguían quietos como estatuas, ya que conocían el demonio sediento de sangre que se ocultaba tras aquella sonrisa.
Hiashi decidió ser un hombre y tomó la palabra ―Hinata…― se aventuró a decir, pero se calló cuando su hija lo quedó viendo fijamente con sus ojos totalmente abiertos; era la mirada de una loca.
― ¿Si, papi?
El Hyuga mayor hizo un gran esfuerzo y eligió sus palabras para no crear una conmoción mayor.
―Naruto violó a tu hermana.
Okay, Hiashi Hyuga era un desastre en lo que a conversar se trataba, pero nunca en su vida se había sentido tan muerto como en ese momento.
La mirada de Hinata era de pura sorpresa al oír aquello, verdaderamente le habían golpeado duro.
― ¡¿Qué cojones?! ―gritó Naruto, saltando cual resorte de los muslos de Hinata y luciendo una cara de puro enojo.
Naruto Uzumaki quizás podría ser acusado de ser un violador en potencia, un pervertido depravado, un polígamo, necrófilo incluso, ¡Pero nunca, nunca Podría acusársele de pedófilo! Aún no caía tan bajo y esperaba no hacerlo.
― ¿Hanabi-chan te dijo a ti también? ―preguntó Hinata, dejando a todos en shock.
― ¡¿Tú sabías?! ―preguntó Hiashi, quien ahora estaba más sorprendido que antes.
Hinata suspiró pesadamente y luego se fue a abrazar a su hermanita de forma protectora.
― ¡Claro que sí! Las hermanas se cuentan todo y lo comparten todo. Para ella fue muy duro contarme que había tenido relaciones con Naruto… diecisiete veces… todas consentidas… cogieron como animales. ¡Pero todo fue mi culpa por no ser una buena novia!
―A mí me tienen que estar jodiendo ―comentó Neji de forma plana. ¿Sería que no había justicia en el mundo? ¿Era posible que Naruto no pagaría por ninguna de sus fechorías? ¿Qué tanto podía querer el universo a semejante malparido?
Hinata se soltó de Hanabi y corrió a abrazar a un aturdido Naruto, quien seguía sin saber que mierdas estaba pasando. Se disculpó con él y comenzó a mimarlo con la ayuda de Hanabi, quien tampoco parecía importarle mucho que él fuera el novio de su hermana.
Pero Neji no aceptaría aquello, se había guardado aquella carta de triunfo por si era requerida. Moriría al usarla, sí, pero no se arrepentía de nada.
―Hinata ―dijo Neji, con una expresión suicida en su rostro y sonrió cual héroe de película―. Naruto está casado con cuatro mujeres diferentes.
Aquellos que estaban fuera de la habitación y escucharon, corrieron como mujerzuelas al ver un miembro demasiado grande. Sabían que no sobrevivirían al impacto del desastre natural que se avecinaba.
Hinata nuevamente estaba en shock, solo que esta vez se veía que realmente estaba afectada por la noticia. Volteó hacia Naruto en busca de respuestas, pero cuatro brillos en su mano derecha atrajeron su atención. Era cierto, Naruto la había cambiado por no una, sino cuatro mujeres; cinco mujeres si se sumaba a su hermana. No se contuvo más y se puso a llorar.
Al verla llorar así, Naruto se sintió la peor mierda del mundo y se llenó de culpa al haber recordado tener sexo salvaje con todas ellas. Quiso consolarla, pero no encontró las palabras para hacerlo.
― ¡LO SIENTO, NARUTO-KUN! ― gritó Hinata y volvió a abrazarse a Naruto, quien ya no sabía ni que cojones pasaba.
― ¿Are?
― ¡Siento no haber sido suficientemente buena novia para ti! ¡Debiste sentirte muy necesitado de amor para entregarte a los brazos de otra mujer!
―Cinco mujeres, de hecho ―señaló Hanabi sacando pecho, cosa que no se notó mucho porque su pecho estaba más vacío que la cartera del autor.
― ¡Tú eres la necesitada, estúpida! ―gritó Neji.
Oficialmente Neji se sentía hasta el cuello de mierda, nada parecía funcionar en contra de Naruto. Por primera vez en su vida, pensó seriamente en considerar que Naruto era verdaderamente injodible.
― ¿Saben qué?, A la mierda. Me largo de aquí.
Hiashi también ya estaba bien pinche harto de todo lo que estaba pasando.
― ¿Será este el karma de haberme cogido a mi cuñada? ―pensó, mirando al cielo en busca de alguna respuesta.
― ¡¿Qué carajos dijiste?! ―bramó un furioso Neji, quien al parecer todavía no se iba del lugar.
― (¡Soy un pendejo!) ―pensó el Hyuga mayor, sabiendo ahora que lo anterior no había sido pensado sino dicho. En esos momentos, Hiashi pensó en hacer lo más recomendable posible.
― ¡Me cogí a tu madre!, ¡¿Algún problema con eso?!
Okay, quizás Hiashi no estaba pensando las cosas y al parecer la había cagado peor.
― ¡Hijo de puta! ―bramó Neji, y acto seguido se lanzó sobre su tío para sacarle la mierda a golpes.
Ambos Hyuga comenzaron a luchar ferozmente, pero no con su estilo de lucha, sino con el estilo de lucha más letal y ruidosa posible: estilo vieja de mercado.
Mientras que Neji y Hiashi se agarraban a putazos, Naruto, Hinata y Hanabi salieron de la habitación, dado que tenían que prepararse para la boda si es que querían llegar a tiempo.
Mientras iban caminando, cada hermana se había agarrado de un brazo del rubio, quien se sentía incómodo como Chouji en una reunión de veganos.
―Hina-chan…
― ¿Sí, mi amor?
―Respecto a mis esposas…
―Las aceptaré con la condición de que sea yo quien dé a luz a tu primogénito.
― ¡Claro, sin problemas!
Mientras caminaban hacia sus respectivos dormitorios para cambiarse, Naruto rezaba mentalmente para que Mikoto no estuviera embarazada.
…
Sasuke por su parte se encontraba poniéndose su esmoquin para su gran día.
No era cualquier esmoquin, era uno hecho con las telas más finas y costosas del continente, las cuales habían sido llevadas a un sastre especial que vivía en la cima de la montaña más alta del mundo y del cual se tenía que hacer cita un mes por anticipado, lo que significaba que había que subir la jodida montaña dos veces porque el puto no tenía telefono.
La sesión de toma de medidas había sido un completo infierno de tres días, en los cuales el cuerpo de Sasuke había sido medido en cada nanómetro para que el traje fuera lo más perfecto posible.
Una vez tomadas las medidas, había que esperar tres meses para que el traje fuera confeccionado, tiempo en el cual había que seguir una rigurosa dieta para que no terminara quedando mal.
Finalmente el traje había sido enviado en una caja fuerte rodeado de varios elementos de seguridad, como si de un Daimyo se tratara.
Una vez que Sasuke tuvo puesto el esmoquin, abrió los ojos y extendió los brazos. Se sentía dios en ese momento.
―Reto a cualquier pendejo a que vaya mejor vestido que yo ―murmuró, lleno de arrogancia.
Se dio la vuelta y se encaminó hacia la iglesia, subido en un carruaje que había contratado para la ocasión.
…
Sakura estaba muy nerviosa, puesto que ese sería su gran día y no quería que nada saliera mal. Había pasado practicando los últimos meses y la preparación de la boda había sido rigurosa en verdad.
Fueron meses y meses de planeación, revisando el plan una y otra vez. Pero ahora, por más que quisiera, no encontraba las fuerzas para moverse de su cuarto y sus amigas la esperaban abajo para poder irse.
―Hola ―dijo una cantarina voz que había salido de la nada.
Sakura se sorprendió de sobremanera y volteó rápidamente mientras desenfundaba un kunai que llevaba en el muslo. Su quijada se cayó hasta el piso cuando vio que tras de ella se encontraba la difunta madre de su futuro esposo, la cual sonreía cálidamente mientras se sentaba en su mullida cama.
―M-m-m-m-m-mikoto-san! ―exclamó la pelirosa, más blanca que una hoja de papel.
Mikoto rió por lo bajo tapándose la boca cual dama.
―Sí, soy yo ―respondió―. Vi que estabas nerviosa y decidí aparecer ante ti. Dime, ¿Qué es lo que te preocupa?
Al fin había sucedido, Sakura había enloquecido. Bien decían que el estrés era muy jodido, pero jamás espero que hasta el punto de hacerla alucinar de aquella forma.
―Me preocupa que no haya tomado la decisión correcta al aceptar ―respondió, sentándose junto a la visión de su difunta suegra.
Bueno, si estaba loca, ¿Qué más daba si seguía la corriente o no?
Mikoto sonrió dulcemente y abrazó a Sakura, quien se sintió extrañamente contenta.
―No temas, pequeña ―dijo―, él matrimonio puede asustar a todos al principio, pero al final terminas aceptándolo y conociendo sus beneficios. Que no te dé miedo tomar decisiones, ya que si lo haces, jamás podrás seguir adelante. Mi hijo no es el mejor de los hombres, pero ciertamente te ama y hará todo lo posible por ti. Solo quiero que le des una oportunidad.
Sakura se quedó pensativa durante un largo rato y luego alzó la vista con seriedad.
― ¡Lo haré! ―exclamó poniéndose de pie.
― ¡Bien dicho! ―continuó Mikoto y le dio una sonora nalgada que Sakura sintió muy real.
Cuando la pelirosa se quiso dar la vuelta para agradecer a la alucinación de su suegra, esta había desaparecido. Ella sonrió, pensando en que Sasuke tenía una gran madre y que le hubiese gustado conocerla más. Si supiera la muy pendeja.
…
―Mi trabajo está hecho ―murmuró Mikoto mientras desaparecía entre las callejuelas de Konoha con rumbo hacia alguna tienda de ropa en la cual comprar un vestido para la boda. Naturalmente compraría uno costoso que Naruto tendría que pagar luego. Rió ante el pensamiento de que él tendría que pagar con su cuerpo para saldar la deuda.
…
Era ya la hora y todo el mundo iba llegando a la iglesia, luciendo sus más finas prendas, menos Gai, el vestía su traje de espandex, aunque con la diferencia de que había añadido una corbatilla negra. Peor era nada.
Sasuke esperaba en el altar, luciendo su traje ultra elegante. Dolía con solo verlo.
La familia de Sakura también iba bien vestida, con kimonos especiales hechos para la ocasión. Charlaban con la madre de su yerno, quien trataba de explicarles la situación de cómo había revivido y de lo alegre que estaba de que su pequeño se hubiese juntado con su muchacha. Gracias al cielo la explicación fue rápida, estaban que se cagaban del susto. Mikoto llevaba un furisode, jodidamente caro, de esos que te da miedo ver por temor a ensuciarlo.
Otros que llamaban la atención eran Minato y Kushina, quienes hacían lo posible para quitarse de encima a Kakashi, quien no dejaba de joder con pedir perdón por no haber podido salvarlos. Preguntó por Rin, para poder pedirle perdón también, pero la vida no era tan fácil.
De pronto, todas las miradas se centraron en la entrada, por donde iba llegando… Naruto y el resto de su harem.
Como si fuese una respuesta del cielo al reto de Sasuke, Naruto entró con un traje cien veces mejor que el suyo. De color negro como la más intensa noche e hilos brillantes cual luz de luna. Sus mujeres tampoco se quedaban atrás, todas ellas rezumando elegancia y sensualidad, con kimonos de princesas y un maquillaje excepcional. A su derecha iba Hinata, mientras que a la izquierda Mikoto, Hanabi detrás de su hermana.
― ¡Ay qué hijo de puta! ―pensó Sasuke―. ¡Seguramente lo hizo a propósito para joder!
― ¡Lo odio! ¡Lo odio! ―gritaba Neji por alguna parte, sintiendo como se quemaba de la ira al ver a Naruto todo cabrón y exitoso. Tenten lo consolaba como podía.
Naruto caminó por el corredor de la iglesia, levantando miradas de todo el mundo. Se acercó a Sasuke y trató de felicitarlo, pero una voz lo interrumpió.
― ¡¿Naruto es la novia?! ¡Al final si se la comían! ―gritó Kankuro, haciendo reír a unos cuantos por la insinuación de la relación de aquellos dos, la cual era ampliamente debatida por varios círculos sociales de la aldea, y por muchos foros fujoshis.
El rubio chasqueó los dedos y Kurotsuchi le dejó los dientes en la garganta al insolente.
―(¡A la mierda!) ― fue el pensamiento colectivo.
― ¿De dónde sacaste ese traje, Naruto? ―preguntó Sasuke, sonriendo de la forma más forzada posible para evitar arruinar el ambiente. Su sonrisa de psicópata se podía ver a kilómetros.
―Me lo hizo en sensei de tú sastre ―respondió Naruto, sonriendo amablemente, aunque detrás de aquello se ocultara una burla abierta.
―… ¡Perro asqueroso! ―masculló el pelinegro por lo bajo.
Naruto abrazó a Sasuke y se fue a sentar, rodeado de su harem personal.
Todos estaban esperando a Sakura, quien verdaderamente se estaba haciendo esperar. Mientras tanto, los demás se pusieron a cuchichear entre ellos.
―Qué bonita boda ―comentó Kakashi, quien era acompañado por una muy elegante Anko―. Sería una lástima que alguien invadiera la aldea y la arruinara.
―No digas pendejadas, Hatake ―masculló por lo bajo la jounin serpiente, quien observaba en todas direcciones como si buscara algo ―. No hay nadie lo suficientemente idiota como para meterse a joder aquí.
Con aquellas palabras, Kakashi sintió que todo se había ido a la mierda. Aquellas eran el tipo de palabras que llamaban a la desgracia. Pero su fortuna, nada malo sucedió y la boda avanzó con normalidad, hasta el momento en que el padre finalmente hizo la pregunta más importante que sellaría sus vidas.
-Sasuke Uchiha, ¿Aceptas a esta mujer como tu esposa?
—Acepto.
— ¿Y tú Sakura? —preguntó el ministro, girándose hacia la novia—, ¿Aceptas a Sasuke Uchiha como tu esposo?
—Acepto —respondió Sakura; sus ojos brillando como esmeraldas.
—Yo los declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.
Sasuke no perdió tiempo y plantó sus labios en los de su ahora amada. Finalmente se había casado con la mujer de vida, y ni toda la mierda por la que había tenido que pasar en los últimos tres días pudo detenerlo. Ahora solo quedaba ser felices el resto de su vida.
La recepción había sido en uno de los más lujosos y recién construidos hoteles de la aldea, donde pasaron un rato ameno, compartiendo la felicidad de la hora feliz pareja. Aunque la fiesta no fue tan divertida para el novio, quien fue eclipsado completamente por la magnificencia de Naruto y su legendario harem, del que debemos recordar, su madre formaba parte. Lo bueno fue que nadie resultó herido gracias a Sakura, quien ya comenzaba a demostrar su dominio de esposa sobre Sasuke.
Cuando hubo acabado la fiesta, la pareja se retiró a su nueva mansión donde criarían a sus hijos y revivirían el clan Uchiha. Sasuke se había quitado toda la ropa y ahora se encontraba acostado en su cama tamaño King, esperando a que su despampanante esposa se sumara y comenzaran inmediatamente con el resurgimiento del clan.
Sakura no se hizo esperar y salió del baño vestida con una lencería bastante más atrevida de lo que ella misma había pensado, dejando muy poco a la imaginación. Sasuke, quien estaba duro como una piedra, sonrió lascivamente al pensar en las cosas que haría con aquel cuerpo tan sensual.
La nueva señora Uchiha se metió a la cama y comenzó a besar a su esposo de forma apasionada, recorriendo su esculpido cuerpo con sus suaves manos, gesto que fue imitado por él. Pronto, ambos comenzaron un vigoroso vaivén mezclado con más besos y caricias tan apasionadas que parecía más bien como si quisieran devorarse hasta fundirse en un solo ser.
El clímax llegó finalmente y ambos cayeron al lado del otro entre estertores y con sus cuerpos llenos de sudor. Aquello había sido fantástico, aunque no fuese su primera vez teniendo relaciones sexuales, era la primera que tenían como marido y mujer, por lo que sentían que era especial.
Mientras recargaban energías para continuar con su siguiente ronda, Sakura decidió hacer un poco conversación.
—Bueno, Sasuke —dijo Sakura, obteniendo inmediatamente la atención de su marido—. ¿Quieres contarme qué fue lo que pasó en Iwa? —preguntó con una sonrisa divertida. Realmente se moría de ganas por saber cómo es que su mejor amigo había llegado a su boda de la mano de cuatro bellezas, de las cuales tres eran ampliamente conocidas en el continente, además de las Hyuga.
Sasuke sintió que el terror lo llenaba y decidió que esquivaría aquel kunai de cualquier forma.
—Lo que pasa en Iwagakure, se queda en Iwagakure —dijo, haciéndose el interesante.
Sakura soltó una carcajada y decidió que dejaría el tema para otra ocasión, por ahora lo importante era centrarse en su noche de bodas, porque los Uchiha no se iban a repoblar solos y no quería quedarse aquel mérito se lo llevase su suegra. Ya le sacaría la verdad a Naruto aunque tuviera que sacarle la mierda a golpes primero.
….
Mientras tanto en una de las suites del hotel donde se había llevado a cabo la recepción, Naruto Uzumaki se encontraba desnudo, tirado en la enorme cama de la habitación, con manos y piernas atadas a las patas de la cama y con su harem observándolo con una lujuria que comenzaba a preocuparlo.
—Chicas, creo que esto se está saliendo de las manos —dijo Naruto, tragando saliva.
—Shhhh, no te preocupes, todo saldrá bien —dijo Hinata, vestida en un apretado traje de cuero de dominatriz mientras ponía su índice derecho sobre los labios de su hombre, mientras que en la izquierda llevaba un látigo.
De pronto, Hanabi apareció al lado de su hermana con un traje similar, con la única diferencia de que llevaba una tanga con lo que parecía ser el soporte para un enorme consolador, el cual Naruto pudo medir perfectamente ya que ella lo llevaba en la mano derecha.
—Prepárate cariño —dijo Hanabi, acomodándose el consolador en la tanga—, porque voy a regresarte el favor de la otra noche.
Las seis mujeres comenzaron a acercarse lentamente mientras él luchaba por soltarse de aquellas ataduras.
—Esto se va a poner bueno —dijo Kurama, quien había observado todos los eventos de los pasados tres días, divirtiéndose de lo lindo a costillas de su buen amigo.
Los gritos de dolor y placer de Naruto pudieron escucharse a varias manzanas de distancia, pero nadie se atrevió a intervenir por miedo a Hinata.
FIN
¡Me tomó como dos años, pero finalmente terminé!
Bueno chicos, no es el final más adecuado para la historia, pero realmente no tuve corazón para dejarla abandonada justo antes de su último capítulo, por lo que hice un esfuerzo y lo terminé a como pude. Siempre cuidando que conservara parte del humor que la caracterizaba.
Esta es una de esas historias que cuando las leo, me da un poco de pena o "cringe" por las tonterías que solía escribir allá por 2016 XD
¡Señores, he vuelto!
Pero he vuelto con malas noticias respecto a mis fics de naruto. Solo quería anunciar que ya no voy a seguir con las historias que estuve escribiendo anteriormente.
Mis motivos son que ya no me siento inspirado a seguir escribiendo esas historias. Me di cuenta justo cuando comencé a releerlas para seguir el hilo y retomarlas desde donde las dejé. Tengo que admitir que estas historias, aunque me gustaron mucho en su tiempo, tienen demasiado agujeros e inconsistencias que me hacen dificultoso continuarlas, además del hecho de que mi estilo cambió mucho y digamos que ha "madurado". Ahora busco hacer historias con mayor calidad y sin declinarme tanto por la acción (a veces forzada) que seguían mis historias anteriores. La única por la que me siento más inclinado a continuar sería "Mi cielo prohibido", que es más de drama y romance que acción y comedia. Había pensado en reescribir mis historias para que se adecuaran a mi nuevo estilo, pero no creo que llegue a funcionar, ya que ahora tengo otros gustos y formas de pensar, por lo que perderían la "esencia" que hizo que les gustara.
Ya terminé "¿Qué pasó ayer?", que es la única historia que ya estaba por terminar, para que así al menos esta quede cerrada. Las demás pienso borrarlas para poder centrarme en otras historias más frescas con mayor profundidad y que me emocionan más que mis viejas historias de Naruto. Si tuviera que describir la situación, diría que es como si me hubiera convertido en una persona diferente.
Quiero ser sincero con ustedes, quienes siempre me dieron su apoyo, aunque mis historias no fueran las mejores. Por ese mismo aprecio que les tengo es que quiero ser sincero y no dejar que sigan esperando algo que nunca va a llegar. Aunque para ser sinceros, no creo que después de casi dos años de no actualizar nada, haya alguien esperando alguna de estas historias XD.
En fin, no los distraigo más y los dejo seguir con su vida, porque créanme que voy a seguir la mía y me gustaría que se pasaran por mis historia de The Legend Of Zelda y RWBY para que vean mis trabajos más "recientes" y que ya estoy retomando en mi computadora para que estos sí que no queden abandonados. Las historias ya tienen final, que está en mi bloc de notas junto con mis demás ideas, para que no se me olviden y luego pierda interés, como pasó con este fandom.
¡Nos vemos!
