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-AU (mafia).

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Kuroko no Katekyo Hitman!

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Existían dos momentos en toda su vida en los que Kuroko Tetsuya deseó y rezó porque la tierra se abriera y lo tragara. El primero fue cuando tenía diez años, su maestra de ciencias les había pedido que estudiaran algo relacionado con la energía del viento y que, además, montaran una pequeña demostración; al peli azul se le hizo fácil armar una gorra con un rehilete en su parte superior. Todo iba bien, con su gorra podía demostrar su punto del trabajo; se concentró tanto en escribir su explicación que olvidó por completo que aún tenía la gorra puesta, en un momento de la tarde su abuela le había pedido ir a la tienda de conveniencia a un par de cuadras de su casa.

Anduvo todo el tiempo con el rehilete girando en su cabeza; notó como la gente realmente lo veía y se reía por el camino. No fue hasta que regresó a su casa que su abuela al verlo se río divertida mientras le quietaba la gorra. Desde entonces nunca ha usado algún accesorio para la cabeza

La segunda fue cuando tenía trece años, regresaba de pasar el verano en casa de su amigo Ogiwara en Yokohama. Al pasar por el escáner de rayos X, un par de policías lo detuvieron; al parecer el escáner había mostrado la imagen de unas esposas en su maleta. Un par de esposas de juguete que se había ganado en una feria en Yokohama; los oficiales lo vieron analíticos para preguntarle: ¿No eres muy joven para este tipo de juegos? Kuroko ni siquiera pudo responder, su cara se tornó completamente roja al entender a lo que los oficiales se referían. Las personas a su alrededor no hacían más que cuchichear y criticándolo con la mirada. Su abuela no hizo más que sonreír divertida al recogerlo en la oficina de detención del aeropuerto.

Pero esos momentos palidecían en comparación con lo que acababa de suceder. Quería morir, justo ahora.

—No me confesé en ropa interior a Akashi-kun, ¿verdad? —preguntó a Nova, con una entrañable esperanza de que todo había sido solo un sueño.

—Lo hiciste, ¿quién diría que esa chica pudiera pegar tan duro? —comentó, señalando el hecho de que habían pasado varios minutos desde el incidente.

Kuroko cerró los ojos ahogando un gemido en su garganta, todo era culpa de esa bebé, de ella y de Akashi-kun por aparecer en el momento inoportuno. Todo había sucedido desde su encuentro esa mañana.


—Buenos días, Tetsuya —y la persona en cuestión apareció. Akashi Seijuurou caminaba en su dirección, al parecer recién llegaba a la escuela, si la limosina en la calle era un indicio —. ¿Te he oído decir mi nombre?

El peli azul mantuvo exitosamente su poker face, como si la aparición del pelirrojo no fuera tan sorprendente —. No, Akashi-kun. Yo solo estaba hablando sobre el personaje de la novela que estoy leyendo actualmente. Yo dije Arashi-kun —si que era bueno inventándose historias y mantener la compostura.

— ¿Es así? —los ojos dispares lo observaron tranquila y profundamente. Kuroko asintió en silencio —. Ya veo. Por cierto, no deberías traer a tu hermana menor a la escuela —dijo dándole una mirada a la niña.

—No es mi hermana —respondió al instante, aliviado de que el chico se creyera o al menos aparentara el haberle creído (eso último era más triste).

— ¡Soy una asesina a sueldo! —respondió a su vez la cría.

Akashi elevó elegantemente una de sus finas cejas.

—Ella ve demasiada televisión —se apresuró a decir el peli azul.

—Hum —el pelirrojo no agregó nada más sobre el tema —. No te entretengas, Tetsuya. Las clases están por comenzar, no creo que quieras llegar tarde —dijo mientras continuaba su camino dentro de la escuela.

—Sí, Akashi-kun —fue todo lo que dijo mientras lo veía alejarse.

Entonces Nova rompió el breve silencio.

— ¡¿Eso es lo mejor que puedes hacer?! ¡Si te gusta alguien debes decirle como te sientes! ¡Una mujer de verdad confiesa sus sentimientos sin miedo! ¡Lo mismo para un hombre de verdad! —exclamó saltando a un poste y colgándose al estilo Spiderman, sus ojos al nivel del chico.

—Es más fácil decirlo que hacerlo, Nova-san —por alguna extraña razón decidió sincerarse con la menor —. Akashi-kun esta fuera de mi alcance.

Nova frunció el ceño y, saltando al suelo, sacó un frasco de pastillas de dudosa apariencia —. Tetsuya, ven aquí —pidió señalando que se agachara a su altura.

El peli azul lo hizo sin pensar mucho en ello.

—Dime, ¿cuál es la primera letra del abecedario? —pidió una vez el chico estuvo cara a cara.

—A… —respondió al instante y en ese instante Nova metió sin miramientos una pastilla en su boca. Fue tan de repente que por inercia se tragó la pastilla, segundos después estaba tirado en el suelo, pareciendo completamente muerto.

Nova guardó con calma el frasco, apenas notando como los alumnos pasaban sin ser conscientes del cuerpo inconsciente. Invisible, ¿eh? Me aseguraré de volverlo su fortaleza. De repente hubo un cambio en el aire, como si la presión aumentara. Y empezó a contar.

—3, 2, 1 —y entonces Kuroko explotó y se elevó, solo su ropa interior cubriendo su cuerpo y con una salvaje llama en la cabeza.

— ¡CONFESAR A AKASHI-KUN MIS SENTIMIENTOS CON MI ULTIMA VOLUNTAD! —rugió, con un cambio de personalidad completo. Corrió hacia el interior de la escuela como un flash, arrojando a los estudiantes lejos de su camino, quienes se veían aturdidos sin entender lo que había ocurrido.

—Pastillas de la última voluntad, nunca fallan —sonrió satisfecha mientras observaba la fotografía en sus manos. Su alumno era digno material de chantaje.

~.~.~.

La chica Rendou era intolerable.

Akashi Seijuurou no era de los que endulzaban sus palabras o era condescendiente con los demás, en especial con personas irritantes y poco interesantes. Lo único que lo abstenía de decirle sus verdades a la chica era su educación; su madre lo había educado para ser un caballero y siempre respetar a las mujeres, aún a las más molestas como Rendou.

Él no estaba interesado en los más mínimo en la idol de la escuela. Rendou era demasiado arrogante y frívola, y Akashi prefería a la gente que podía ver y pensar más allá. Personas autenticas y con pensamientos propios. Además estaba el hecho de que dicha chica se aferraba a él cual koala a un árbol, era estresante y sofocante.

Así que mientras se acercaba a la puerta del edificio escolar principal, esperaba que alguien tolerable apareciera y que le diera un giro a su monótono día; y estaba seguro que algo ocurriría. Solo que nunca imaginó que ese algo fuera Tetsuya cayendo desde el cielo en ropa interior.

Tetsuya cayó del cielo.

¿Por qué su cabeza está en llamas?

Se ve lindo en ropa interior… alto. Algo está definitivamente mal…

—Akashi-kun, me gustas.

Él lo miraba fijamente, con sus azules ojos brillando increíblemente, la espalda recta y esa anormal llama en la cabeza. Y en ropa interior.

Por primera vez, la mente de Akashi luchaba por mantenerse firme; siempre se había enorgullecido como alguien que nunca bajaba la guardia, que sabía mantener la mente fría en las situaciones más absurdas y que nunca era tomado por sorpresa. Él siempre iba por delante de todo y todos. Pero lo que estaba sucediendo era demasiado para procesarlo de una sola vez.

Apenas notó al resto de la población estudiantil rodearlos y ver claramente al peli azul. Antes de que él mismo se hiciera cargo de la situación, la mocosa Rendou apareció con una expresión furibunda e indignada.

— ¡Exhibicionista! ¡Aléjate de Akashi-san! —y entonces golpeó a Tetsuya con su bolso.

Aprovechando el silencio que surgió una vez más, la bebé que había visto con Tetsuya apareció y, tomándolo de una mano, procedió a arrástralo fuera de la escena. Dejando de lado lo absurdo de la situación y todos los factores anormales que la acompañaban, su día definitivamente había dejado de ser aburrido.


El peli azul agradecía infinitamente su poca presencia en este momento, tal vez nadie lo reconocería como el autor de dicho escándalo. Podría seguir con su vida escolar en paz y bajo perfil, si tan solo Akashi no fuera quien podía verlo sin importar que. Seguramente el pelirrojo nunca le dirigiría la palabra nuevamente, él mismo no se la dirigiría si hubiera sido el receptor de tal bochornoso escándalo.

— ¡Así es como se comporta un verdadero hombre! ¿No fue genial? —Nova lo vio enorgullecida, como si acabara de hacerle un gran favor y no haberlo humillado frente al chico que le gusta.

—No lo fue —le dio una mirada de reproche —. ¿Qué me diste?

Y entonces Nova se enzarzó en una emocionante explicación sobre pastillas de la última voluntad, algo de cómo rompía sus barreras para llevarlo más allá de sus límites. Sí, emocionante historia.

— ¡Pon atención! —replicó picándole las costillas.

Kuroko se abstuvo de mostrar su dolor y en cambio habló sobre lo que de momento le preocupaba.

—Nova-san, ¿dónde está mi ropa?

~.~.~.

Kuroko había entrado a su salón como siempre y, como siempre, gracias a los Dioses, nadie pareció notar su presencia. Mientras caminaba hacia su lugar dirigió su mirada hacia Akashi, en un intento de encontrar sus miradas y darle a entender que lo sentía, pero el pelirrojo mantenía la vista al frente con su boca cerrada en una fina línea.

No pasó mucho tiempo desde que tomó asiento cuando la puerta del aula se abrió y un trío de chicos de grado superior aparecieron.

— ¿Esta Kuroko Tetsuya aquí? —preguntó uno de ellos.

"¿Kuroko Tetsuya?"

"Oh, ¿el chico que se confesó a Akashi-san esta mañana?"

"¿Él está en este grupo? ¿En serio?"

Esas fueron todas las respuestas por parte de sus compañeros.

—Aquí estoy, senpai —respondió desde su lugar, provocando un sobresalto en todos los presentes a excepción de Akashi.

Los senpai lo vieron aturdidos, pero de inmediato recompusieron su expresión. Se mostraron arrogantes y burlones.

—El capitán Rendou dice que quiere pelear contra ti durante el descanso de la tarde en el gimnasio —dijo el primero.

—El capitán quiere vengarse por el insulto que su hermana recibió —agregó otro senpai.

—Más vale que no huyas, Kuroko —terminó el tercero y con eso se fueron.

Los cuchicheos comenzaron de inmediato, Kuroko solo regresó su vista al frente de la clase. Rendou-senpai era el capitán del club de kendo y el hermano mayor de la acosadora de Akashi, y al parecer quería proteger el honor de su hermanita al haberse atrevido a confesarse de tal manera al interés amoroso de la chica.

Tal hermano considerado.

Y la situación solo seguía empeorando.

Todo es culpa de Nova-san y sus pastillas de la muerte.

~.~.~.

Akashi veía a Tetsuya delgado y pequeño en comparación con el chico Rendou, quién de momento explicaba altivo las reglas del combate. Al pelirrojo no le gustaba verlo así. Tetsuya era amable, dulce y cortés. Una buena persona con fuerza de voluntad, alguien a quien Akashi reconocía y podía respetar.

Quería tomar las riendas del asunto.

Rendou Kazuma no tenía ningún derecho en reclamar un duelo, su hermana no había sufrido ningún agravio y él mismo no necesitaba que nadie defendiera su honor. Esos hermanos eran realmente molestos, la chica había hecho oídos sordos cuando le dijo que no tenían ninguna relación como para fomentar tal combate, pero ella seguía aferrándose irritantemente a él. Lo que ese par estaba haciendo no era un duelo de honor, ¿Cómo lo sería si le piden luchar a una persona para nada atlética y que apenas podía dar un par de vueltas a la cancha sin vomitar? Ellos solo estaban llevando a Tetsuya a la humillación, y él no se merecía tal cosa.

Y por si fuera poco, Rendou Kazuma lo había llamado un premio para su hermanita. El infierno se congelaría antes de dejar que pasaran sobre él.

—No te precipites, Akashi —Midorima Shintarou, una de las pocas personas que reconocía, lo detuvo —. Observa.

Y entonces volvió su mirada al centro del gimnasio. Tetsuya estaba en la misma condición que cuando se le declaró, prácticamente desnudo y con una llama en la cabeza. El peli azul dio un salto y atacó salvaje y decididamente al Rendou mayor.

Akashi Seijuurou admitía que estaba un poco impresionado.

~.~.~.

Mentiría si dijera que la idea de huir no se le pasó por la mente, tan seductora y benevolente. Pero él no era un cobarde, no era de los que huían y mucho menos se rendían… aún cuando las cosas estaban en su contra.

— ¡Ningún estudiante mío huye! ¡Kuroko Tetsuya, no seas un cobarde! ¡Ve y lucha! —Nova apareció frente a él.

—No estoy huyendo.

Nova paró sus gritos —. ¿En serio? —parpadeó.

—Sé que no puedo ganar, pero eso no significa que no vaya a pelear —respondió, notó como los ojos pardos brillaron ante su realización —. Si huyo ahora, entonces estaré huyendo el resto de mi vida.

— ¡Esa es la actitud, y claro que puedes ganar! Nunca soy maestra de alguien que crea que no puede hacerlo —y entonces sonrió, una sonrisa que reflejaba sabiduría y una edad que no concordaba con su apariencia —. Además, incluso si eres totalmente destruido, un chico que se levanta y pelea es mucho más genial. Para Akashi, seguramente, un chico que pelea con toda su fuerza quedará grabado en su mente.

Vaya, tal vez la había juzgado mal. Nova no era tan irascible y una locura total, después de todo.

— ¡Ahora ve ahí y pelea como el macho pecho peludo que eres!

O tal vez no se había equivocado.

—Mi pecho no tiene vellos —dijo mientras se disponía a ir hacia el lugar de su muerte.

— ¡Que eso no te detenga! Con vello o sin vello, debes ser un macho que se respeta —y con esas últimas palabras ingresó al gimnasio.

~.~.~.

— ¿Dónde está ese chico? —exigió Rendou Kazuma, pero nadie respondió, solo siguieron hablando sobre que Kuroko seguramente había huido —. Así que huyó, ¡Kuroko Tetsuya es un cobarde!

—Estoy aquí, senpai —una suave voz los hizo dejar de hablar y gritar.

— ¡Qué demonios! ¡¿Cuándo llegaste?!

—He estado aquí todo el tiempo —la puntualidad era algo que respetaba.

—Lo que sea, ahora escucha… —y mientras el chico empezaba a recitar sus reglas, Kuroko recordó las palabras de Nova.

De un momento a otro la pelea había comenzado y él había logrado escabullirse gracias a su falta de presencia, pero no podía seguir así para siempre. Un grito lo hizo levantar el rostro y una Nova, parada en las vigas del techo, dejó caer lo que reconoció como una de sus extrañas pastillas.

No lo pensó, abrió la boca y dejó que la píldora se deslizara por su garganta. Kuroko sintió que algo se desataba en su interior y explotaba hacia fuera. Fue consciente del momento en que se abalanzó sobre el otro chico y peleó. Sus inseguridades desapareciendo. Lo único en su mente era ganar. Nova creía que lo haría. Él creía que lo haría.

Y lo hizo.

Rendou Kazuma yacía inconsciente a sus pies. Completamente noqueado. Y él no recordaba el como lo había logrado, notó la espada de bambú en su mano derecha y la fuerza de su estado de última voluntad seguía fluyendo, calmándose.

Los espectadores tardaron minutos en silencio, apenas entendiendo lo que acababa de suceder.

"¡Eso fue increíble!"

"¡El chico fantasma lo logró!"

Y entonces una multitud lo rodeó, él mantuvo su expresión vacía aún cuando por dentro seguía sin creerlo. El peli azul no notó a una furiosa Rendou Kasumi corriendo para atacarlo.

Akashi lo notó.

~.~.~.

Kasumi salió corriendo despavorida, sin siquiera preocuparse por su hermano aún inconsciente, tras haber sido víctima de los ojos de Emperador de Akashi. Nunca creyó que el atractivo pelirrojo saliera en defensa de la persona que lo había hecho pasar tal vergüenza. Tampoco creyó que el chico que tanto le interesaba le hablara de manera tan fría y sin escrúpulos.

Ahora entendía porque era tan respetado y temido.

Por su parte, Akashi no se molestó en darle una última mirada a la chica; ya había hecho lo que quería y por fin la había hecho entender que no la quería cerca de su persona. Un total desperdicio de sus habilidades.

—Gracias, Akashi-kun —una suave voz lo hizo voltear.

Tetsuya lo veía fijamente y sin expresión.

— ¿Por qué?

—Por defenderme —Kuroko había alcanzado a ver lo sucedido y para qué negarlo, estaba profundamente conmovido y feliz.

—Podrías haberlo manejado, Tetsuya —ladeó un poco su cabeza —. Pero había cosas que tenía que arreglar con ella.

Entonces Tetsuya sonrió. Era una sonrisa pequeña, pero era tan sincera, demasiado honesta y cautivante.

—Entiendo —su sonrisa no se apagó.

Y Akashi se sintió incomodo, era como si esos ojos azules pudieran ver a través de él.

—Odio interrumpir, pero deberías vestirte. ¡No quiero que mueras de algo tan chocante como un resfriado! —Nova apareció de repente, con el uniforme del peli azul en sus pequeños brazos.

Una ligera sombra rosada apareció en las mejillas del peli azul.

Lindo.

Akashi se sintió atraído por la ligera muestra de expresión en el pálido rostro.

—Tu hermana no debe estar aquí —dijo recayendo en la presencia de la menor.

—Como dije, no es mi hermana —tomó su ropa de manos de Nova —. Si me disculpas, Akashi-kun —se despidió con una inclinación —. Vamos, Nova-san.

— ¡¿No estás feliz?! Este ha sido tu primer paso para ser un jefe Miracolo!

—Solo salgamos de aquí, Nova-san.

Akashi los vio alejarse.

—Pareces interesado, Akashi.

—Shintarou —reconoció la presencia a su lado —. Curioso es una mejor palabra para describirlo.

El peli verde solo ajustó sus gafas y acomodó una esfera de cristal en su mano. Un Akashi curioso no era del todo bueno, pero tampoco podía negar que este era un extraño giro en torno a ese chico Kuroko.

~.~.~.

Kuroko caminaba a paso tranquilo con dirección a su casa, su expresión indiferente de siempre, pero sintiéndose notablemente satisfecho consigo mismo. Nova y su hurón (Pato-chan) caminaban a su lado, no pareciendo importarle su silencio. Podía asegurar que la bebé sabía lo que él estaba pensando y sintiendo, por extraño que parezca, y lo respetaba. Se veía claramente complacida porque él había logrado ganar.

Él estaba contento de aceparlo, había sido la victoria de ambos.

—Gracias, Nova-san.

La mencionada lo miró, él sabía que no era necesario decir nada más. Nova lo entendía, aún cuando no sabía cómo, Kuroko sabía que la niña entendía con solo mirarlo. Era algo que iba más allá de su comprensión, pero que sentía firmemente.

No era solo por la victoria. Lo que lo hacía sentir tan bien era lo ocurrido con Akashi, el pelirrojo había reconocido su voluntad y fuerza. Sin pensarlo, se agachó para alcanzar a Nova.

—Tal vez no sea tan malo que estés aquí —dijo acariciando la pequeña cabeza.

— ¡Oye!

—Vamos, baa-san debe tener lista la cena —se levantó sosteniéndola suave y firmemente en sus brazos.

— ¡Bien! Oficialmente somos maestro y alumno —se revolvió encantada en sus brazos —. No te preocupes. ¡Te convertiré en el mejor jefe mafioso del mundo!

—No he aceptado eso, Nova-san.

— ¡Claro que sí! ¡Serás un jefe!

—No, no lo seré.


En un callejón oscuro, un joven alto y de piel morena guardó su katana.

Observó con aburrimiento los cuerpos maltrechos, pero aún respirando dificultosamente, esparcidos en el suelo.

—El único que puede vencerme soy yo —dio media vuelta para salir del lugar.


N/A: Gracias por comentar y agregar a favoritos y follows, ustedes queridas niñas!

Sí, una actualización bastante rápida... ¡no pude evitarlo! Estoy realmente emocionada con esta nueva historia; aunque no prometo que el proximo capitulo venga tan rápido, tengo un par de examenes esta semana y pues, tengo que estudiar (?)

Gracias por leer. Acepto ideas, sugerencias... lo que se les ocurra!

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