Los personajes de HTTYD no me pertenecen, los utilizo con fines de diversión no lucrativos.

Aclaraciones: Este fic participa en el reto de Febrero "El Cumpleaños de Hiccup" del foro Canciones del Antiguo Berk


Larga vida al jefe.

Las celebraciones para los aldeanos de Berk siempre son en grande, llenas de alegría pero sobre todo de comida, mucha comida y cuando se trata del cumpleaños del jefe debe ser igual, siempre con una sorpresa especial, aunque esta vez dicha sorpresa no sea preparada ni mucho menos esperada.

Hiccup se despertó temprano aquel día pero su esposa, con ocho meses y medio de embarazo e hijo no le permitieron salir de la habitación.

— Nop papi, quédate ahí o le diré a mami— dijo chipilon Stoick como cualquier niño de su edad. Utilizando de amenaza notificarle a Astrid.

— Sólo me levanté, ya me cansé de estar en la cama, no voy a salir. — respondió amablemente.

El pequeño hizo un puchero colocándose como obstáculo entre su padre y la puerta. Su mamá había sido muy concreta, que Hiccup no saliera hasta que ella regresara. El jefe sabía que algo estaban planeando, desde que tenía ese cargo, su cumpleaños era celebrado en grande y siempre de una manera diferente.

Después de un rato en el que terminaron jugando para luchar contra el aburrimiento que empezaba a reinar la habitación, la puerta se abrió dando paso a Astrid que sostenía su espalda baja por el esfuerzo de subir las escaleras.

— Muy bien, ya pueden bajar— dijo retirando una de sus manos para poder acariciar su gran vientre.

— ¿Hice buen trabajo mami? — cuestionó con ilusión su primer hijo abrazándose a las piernas de ella.

— Pero por supuesto hijo, casi nadie puede controlar al curioso de tu padre.

Hiccup se acercó con una enorme sonrisa a ambos, cargando al niño en brazos antes de besar en los labios a su esposa y tocar con ternura el vientre.

— El jefe debe comenzar a trabajar— así fue como se dio media vuelta la rubia del lugar para salir del cuarto.

— Después de usted My Lady

En cuanto avanzó, su hijo exigió que lo bajara para ayudar a su mamá o al menos el sentía que la ayudaba, el verdadero soporte lo daba Hiccup.

Al salir, Toothless rugió al aire como el alfa que era, señal que todos los dragones esperaban para dar inicio a su desfile. Todo Berk estaba maravillado por las acrobacias que realizaban, las figuras y explosiones que formaba el fuego, la coordinación que tenían, en fin, toda una maravilla, pero lo que a Hiccup le sorprendió más, fue que el encargado de todo aquello no fue ningún jinete, fue el total esfuerzo de su fiel dragón, incluso lo habían hecho que mejor que con ayuda de algún vikingo.

Después de eso y de que todos los berkianos felicitaran a su respectivo dragón, dieron comienzo las esperadas carreras de dragones, en donde habían organizado un torneo que abracaba varias categorías. En la categoría infantil Stoick era el primero en la lista, también estaba el hijo de Snotlout y Ruffnut, las hijas de Tuffnut y varios niños que iban de entre los 4 y seis años de la isla. En la categoría de adultos, donde de no ser porque Astrid está embarazada, todos sabrían que ganaría y sus apuestas serian dirigidas a ella.

Las carreras estuvieron bastante reñidas y llenas de emoción. La categoría infantil fue ganada por las gemelas, por lo que Stoick pidió la revancha obteniendo la victoria. La categoría de adultos la ganó Snotlout por lo que no le fue muy bien con Ruff.

Por más que Astrid luchó por convencer a Hiccup de participar no lo logró, a Hiccup no le gustaba participar si no competía con su esposa y tampoco quería hacerlo, entendía como le gustaba competir a ella y por su embarazo no podía hacerlo, aunque tampoco era que le molestara, así que se solidarizó con ella, además de que prefería estar con ella.

La celebración continuó hasta que el anochecer llegó junto a un enorme festín, tanto para vikingos como para dragones y después de unas carreras como las que se dieron, lo que más anhelaban era poder comer un buen plato de carne o pescado.

— Creo que el jefe debería decir unas palabras— comentó Valka haciendo callar a todo el mundo.

Hiccup no pudo negarse, pues toda la atención ya estaba sobre él y su esposa le dio un pequeño empujón para animarlo mientras que su hijo susurraba "sí, papi, di algo". Se aclaró la garganta un tanto cohibido, aun le costaba acostumbrarse a ese tipo de atención.

— Estoy muy agradecido con todos ustedes, siempre saben cómo celebrar mi cumpleaños, bueno cualquier festividad— se escuchó el murmullo de una leve risa por el toque sarcástico que usó el castaño en la última oración—, y mi manera de mostrar mi agradecimiento es tratando de ser el mejor jefe de todo el archipiélago, seguir los pasos del más grande que he conocido.

Era en ocasiones como aquella que de una manera indirecta hacía mención de su progenitor.

Astrid de pronto sintió un dolor en su vientre, Valka fue la única que notó el gesto de dolor de su nuera, por lo que se acercó y le tocó su panza con precaución, aunque Astrid le aseguró que no había sido nada.

— Nunca tendré las palabras necesarias para agradecerles, ¡salud mis amigos! — así dio por finalizado su pequeño discurso levantando su tarra.

— ¡Larga vida al jefe! — gritó un aldeano al momento de brindar, por lo que no se dio a esperar un coro con la misma frase inundando el gran salón.

La cena continuó tal como empezó. Los más pequeños entraban y salían del lugar, sumergidos en su aventura imaginaria junto a sus dragones que al igual que ellos estaban muy pequeños, por lo que los dragones adultos — Stormfly, Toothless, Hookfang, Barf y Belch niñeros de los hijos de sus jinetes— los vigilaban muy de cerca.

Había quienes bebían riéndose con sus compañeros, otros no paraban de comer y la mayor atención estaba centrada en la pista de baile.

— ¿Qué tal la estas pasando? — profirió Astrid cuando el jefe se sentó a su lado tomándole la mano.

—Créeme, si no nos conocieran por los dragones, lo harían por nuestras fiestas.

Los tres comenzaron a reír, Valka no se había alejado de ahí.

En ese instante los Thorson comenzaron a danzar de una forma un tanto llamativa, por lo que se les dejó la pista libre y se les acompañó con aplausos y gritos.

En medio de esa felicidad, Astrid comenzó a sentir una pequeña molestia que conforme sus palmas se iban apagando, el dolor fue aumentando.

— ¿Estas bien? — Nuevamente Valka fue quién notó primero el gesto de dolor de la rubia.

Hiccup se tardó un segundo para darse cuenta de ello e instintivamente tocó el vientre de su esposa.

— Sí, no pasa nad…. — fue imposible para Astrid terminar de hablar.

No gritó. Apretó los labios y sus puños con todas sus fuerzas suplicándole a Freya por que la contracción terminara pronto.

— Será tu mejor regalo de cumpleaños Hiccup— dijo la madre del aludido evaluando la situación.

— ¿Qué dices mamá? — para cuando el castaño cuestionó aquello, las personas más cercanas a ellos les prestaban atención pensando de la misma manera que Valka.

Quien ya no tuvo que responder, pues Gothi llegó al lado de la embarazada — a quien el dolor le había aumentado— y a señas que Hiccup no necesitó de traducción, supo que su segundo hijo estaba por ver el mundo por primera vez.

— ¡Stormfly! — gritó víctima del dolor la dueña de la dragona, por lo que en cuestión de segundos el Nadder ya estaba cerca de ella.

La situación cambió a una llena de presión, Hiccup daba algunas órdenes para que Gothi tuviera todo lo necesario para atender el parto mientras ayudaba a su esposa a montar a su dragona e intentando calmar a Stoick de que su mamá estaba bien.

— Yo me encargo Hiccup— hizo saber Ruffnut montando al Nadder haciéndola avanzar.

Valka se encargó de su nieto, pues estaba algo asustado por alguno que otro grito que daba su madre. Él estaba acostumbrado a escucharla gritar imponiéndose, con autoridad y en batalla, no como lo estaba haciendo en ese momento, señal de que ya no quedaba mucho tiempo.

Hiccup montó a Toothless y fue en dirección a su hogar por algunas cosas que necesitaban.

Tan rápido como se había ido, regresó a donde estaba Astrid. Gothi y Ruff la estaban atendiendo y tomando precauciones para evitar alguna posible hemorragia. El jefe se posicionó al lado de la rubia a sostener su mano, aunque se arrepintió enseguida por la fuerza con que lo sostenía.

— Tranquila Astrid, todo irá bien— dijo un tanto forzado por la falta de sangre en su mano derecha.

— ¡Ya no aguanto!

La respiración de Astrid era agitada y cualquiera que la escuchara diría que se raspaba la garganta con aquellos gritos, aunque no eran nada en comparación con los que había proferido Ruffnut o cualquier otra vikinga de la generación de Astrid.

Pero todos estaban seguros que Hiccup entendía perfectamente el dolor de su esposa, después de todo, la rubia es la más fuerte de la isla y si a eso le sumas el dolor y la desesperación del momento, su fuerza se duplica y a la mano del jefe le quedaba claro.

— Mi mano— susurró Hiccup en mitad de otro grito de dolor.

— ¡Aguántate! ¡Me duele más a mí!

— Tranquila My Lady por eso estoy aquí— intentó sonreír pero ver sudando a su amada tratando de contener gritos le impedía incluso el tranquilizarse a él.

Astrid no pudo más, soltó el grito más fuerte de todos los que había dado, incluso sintió su garganta arder pero enseguida guardó silenció dando paso a otro ruido, uno que era señal de una nueva vida, el llanto de su bebé.

La respiración de Astrid se volvió más entrecortada con alguna que otra risa de felicidad. Hiccup recuperó su mano, que por la alegría que compartía, no sintió, o más bien ignoró que estaba lesionada. Se acercó hasta Gothi que terminaba de examinar al nuevo vikingo.

— ¿Cuál es el nombre? — preguntó con mucha curiosidad la gemela.

— Reidar— respondió la rubia aun recuperándose y recibiendo una cara de desconcierto y negación por parte de su amiga.

— Amm… ¿As? Creo que debemos cambiar el nombre de nuestro "hijo"

Se acercó con el nuevo ser humano para que ella lo cargara también.

— Ya que es una niña.

Astrid tomó a la bebé con sumo cuidado y cariño. Efectivamente, contario a lo que se creía, su segundo hijo resulto ser hija.

— Entonces creo que le quedaría mejor Ildri.

Hiccup sonrió al estar de acuerdo con el nombre, se acercó y las abrazó y entonces notó lo de su mano.

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Días después, Astrid ya no tenía su cuerpo adolorido, Hiccup se había deshecho de la venda de su mano, pues resultó que su lesión no fue tan leve como pensaba, por lo que el titulo de la vikinga mas fuerte seguía siendo de su esposa.

Stoick había recibido con mucho cariño a su pequeña hermana y Valka no se cansaba de repetirle que debía cuidar de ella tanto como Hiccup cuidaba de su mamá y por supuesto, Stoick, muy seguro de sí mismo prometía ser el más valiente para cuidarla incluso de su propia sombra.

— Me alegro de no haber olvidado como dormir a un bebé— comentó en un susurro el castaño recostando a Ildri, luego de que Astrid regresará de haber acostado a Stoick.

— Por favor Hiccup, hace poco que Stoick era bebé.

Se rieron levemente antes de meterse en la cama y apagar la vela. Hiccup la rodeó por la cintura y ella aceptó gustosa el gesto.

— Fue el segundo mejor regalo de cumpleaños que he tenido—. Habló con los ojos cerrados Haddock, inspirando el aroma de la cabellera rubia.

— ¿El segundo mejor? ¿Y cuál fue el primero?

Astrid sintió como sonreía en su cabeza.

— Tú.


¡HTTYD2 es la mejor película de todas! Le guste a quien le guste :3

¿Qué les pareció? ^^ ya saben que espero sus comentarios, criticas constructivas, sugerencias, etc.

Anteriormente había escrito un fic donde el cumpleaños era de Astrid, así que no me pude resistir al reto.

Sin más, se despide Risu-chan xD

Bye-bye!

Los reviews son el alimento del escritor.

24-Febrero-2015