Capítulo 13- Amenaza.

La cabaña estaba hecha cenizas.

En donde antes debía estar una cabaña vieja pero aún estable, ahora solo había un montón de cenizas. Eran tantas acumuladas que casi alcanzaban el tronco de uno de los árboles aledaño a ella. Algunos pedazos de muebles o de ornamentos estaban esparcidos, humeando sin control.

Una gran viga estaba partida a la mitad, tan frágil que tenía la impresión de que un soplo del viento iba a esparcirla por el aire. Un gran círculo de tierra rodeaba el terreno que ocupaba la casa y la hierba alta a su alrededor se volvían amarillentas.

El terreno aún estaba acalorado y algunas ascuas se esparcían por la hierba alta y por la fresca brisa de la noche daba la impresión de que en cualquier momento podría ocurrir un incendio forestal.

Trevor miró los restos de lo que antes era su hogar con mucha tristeza. En sus ojos se reflejaba el dolor de ver en aquél estado lo que ahora es un simple vestigio del lugar en donde se crió.

Trevor agarró un poco de las cenizas que estaban amontonadas y lo apretó fuertemente en su puño. Pinsir se quedó a su lado, cerrando los ojos y agachando la cabeza. Serena y Ash miraban la escena con tristeza.

Ash se quedó pensando por unos segundos cómo reaccionaría si viera su casa en semejante estado, sin siquiera tener una pista de dónde podría estar su madre. Realmente estaba furioso. ¿De dónde vino aquél espíritu y por qué hacia todo aquello? Estaba dejando aquél bosque como un lugar terrorífico y a familias como las de Jason o Trevor en una situación tan difícil como la que pasaban ahora. Era injusto.

—Lo encontraremos— dijo Trevor soltando las cenizas—. Lo detendremos y encontraremos a mis padres.

—Tenlo por seguro— afirmó Serena seriamente—. ¿Verdad Ash?

Ash asintió seriamente.

Trevor hizo un esfuerzo por sonreír, pero ya no le quedaba ganas. Miró a su compañero Pinsir y le hizo una señal con la cabeza. Pinsir asintió y se lanzó sobre las cenizas y escombros.

Ash y Serena miraron la escena confundidos.

Pinsir apartó las cenizas con las manos. Destrozó las rocas con sus afiladas garras y con sus pinzas partió en dos las vigas duras que encontraba en su paso. Sólo se detuvo cuando vio una pequeña pero efectiva caja fuerte.

La caja no era tan grande: era un pequeño cubo de treinta centímetro de largo y veintidós de ancho. Estaba ennegrecida en algunas partes debido a las cenizas y medio ahuecada debido al calor del fuego provocado por el incendio, fundiéndola un poco.

Pinsir sonrió al verla y la cogió con sus pinzas. Se acercó a Trevor y la bajó en sus píes.

— ¿Una caja fuerte?— preguntó Ash arqueando las cejas, acercándose.

—Es de mi padre— contestó Trevor observando la caja.

Ash miró la caja detenidamente. Tenía algo extraño en ella, era diferente a las otras que había visto en persona o en la televisión, pero no lograba explicarse el qué. Se acercó un poco más y luego de algunos vistazos, logró hallar la anomalía en ella.

—No tiene cerradura— dijo Serena, ganando a Ash.

Trevor asintió. La caja era un cubo de hierro inoxidable pero sin cerradura ni una puerta para abrirla. Pikachu saltó del hombro de Ash y comenzó a olisquear la caja.

—Mi padre era muy cuidadoso con sus cosas. No dejaba todo al azar.

—¿Pero cómo lo abriremos?— preguntó Ash.

—Como dije, no dejaba nada al azar.

Trevor miró a Pinsir y asintió con la cabeza. El Pokémon cogió nuevamente la caja con sus pinzas, pero ésta vez desde la parte más baja de la caja y la presionó fuertemente. La caja se partió desde esa zona con suma facilidad, cayendo en el suelo con estruendo.

Ash y Serena quedaron sorprendidos al ver la escena. ¿Era tan fuerte las pinzas de Pinsir?

— ¿Cómo…?

—Pinsir tiene una gran fuerza en sus pinzas. Es capaz de partir un roble sin problemas de un pinchazo, pero… Miren bien las dos partes de la caja.

Serena miró el lugar en donde estaba la caja. No vio nada al principio. Entrecerró los ojos y logró notar una pequeña diferencia. Las dos partes tenían una diferencia considerable de peso al caer al suelo: la parte más corta no se hundió del todo en el suelo, mientras que la más grande estaba hundida casi a la mitad.

—Una parte es más pesada que la otra— dijo Serena sorprendida.

—Así es— Trevor acarició a Pinsir demostrando su agradecimiento—. Mi padre no quería que cualquiera tocase sus pertenencias, menos la que ocultó en aquella caja. Mis padres son grandes científicos, muy reconocidos en casi todas las regiones, lo que ellos sabían valía oro. Un día, vaticinando que algo como lo que está sucediendo ahora pasase, fabricó una caja fuerte que n tenga puerta, una que sólo personas inteligentes pudiesen saber cómo abrirla.

Trevor se acercó a la caja y señaló ambas partes.

—La caja se componía en dos elementos diferentes, una dura y la otra más blanda— señaló en ése orden—. La parte más dura es de carburo de Tungsteno y el más blando de plomo. Mi padre mandó a hacerla de esa forma para que solo algunos pudiesen abrirla, alguien que pudiera pensar como él.

— ¿Y te dijo como abrirla?— preguntó Ash, entrecerrando los ojos.

Trevor sonrió, luego miró la caja.

—Papá era un hombre reservado en estos temas— se encogió de hombros—. No confiaba ni en su propia sombra.

—Entonces… lo dedujiste— contestó Serena sorprendida.

—No podía quedarme como la sombra de mis padres— respondió sonriendo.

—Bien dicho— dijo Ash sonriéndole, apretando los puños—. ¿Y qué exactamente hay en la caja?

Trevor se agachó y de la caja fuerte sacó un libro: se veía bastante vieja y arrugada. Era más o menos del mismo grosor de una enciclopedia. Algunas hojas estaban desencajadas y las que dejaba ver el libro eran amarillentas y arrugadas. Por lo que se notaba, el libro estaba oculto hace ya décadas dentro de la caja.

—Éste libro es el objeto más preciado de mi padre. Él mismo lo escribió, todas las hojas estaban en blancas al principio, pero mi papá lo llenó con su sapiencia desde los diez años— Trevor miró el libro con cierta admiración—. Éste libro es la obra maestra de mi papá, y nuestro indicio para encontrarlos.

— ¿Qué quieres decir?— preguntó Serena enarcando una ceja.

—Mis padres trabajaron como analistas de éste bosque hace veinte año— explicó abriendo el libro y hojeando algunas páginas—. Si hay algún secreto aún no revelado del Bosque Verde éste libro lo tiene.

—Eso quiere decir que también hay información del Espíritu del Bosque allí— predijo Ash asombrado.

—Quizá.

— ¿Quizá?

—No puedo asegurarle el cien por ciento que sí— Trevor se rascó la nuca, gesticulando duda—. Mis padres eran muy reservados en temas como estos. Cada vez que quería preguntarles sobre sus trabajos, cambiaban muy rápido el tema. Soy completamente ajeno a éste tema.

Ash y Serena se miraron dubitativos. ¿Por qué razón los padres de Trevor le guardarían información de su propio hogar a su hijo? Algo más había detrás de sus intenciones.

—Denme una hora para leer algunas hojas del libro— pidió Trevor sentándose y recostándose sobre un árbol—. Necesito descifrar todo esto— se rascó la frente—. Mierda, papá tenía cualidad de ser doctor, ¡miren éstos jeroglíficos!

Ash y Serena rieron, pero decidieron hacer caso a Trevor y descansar una hora. Desde la mañana que no descansaron un poco.

… … … …

Pasaron alrededor de media hora desde que Trevor comenzó a leer el libro de su padre. Ash y Serena hicieron una fogata un poco alejado del perímetro en donde descansaban las cenizas de la casa.

Agarraron un poco de la maderas que sobraban de las ya rostizadas y la encendieron con ayuda de Fennekin.

Serena decidió descansar un rato, recostándose en el suelo al lado de Ash. El chico estaba recostado por un árbol mientras que Pikachu dormía hacia su costado.

Ash tenía en su mano una foto. La miraba seriamente, con cierto matiz de nostalgia y tristeza. En la foto se encontraban su mamá y él cuando tenía siete años. Detrás de ellos estaba como fondo su casa en Pueblo Paleta.

—Tu mamá es muy linda— dijo Serena sonriendo.

Ash no pudo evitar sonreír. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó que Serena estaba viendo el retrato. Asintió con la cabeza, luego le pasó a Serena.

—Se llama Delia. Realmente es una madre fantástica.

Serena esbozó una gran sonrisa.

—Parece una gran persona.

—Y lo es. Siempre se preocupaba por los demás, humanos y Pokémon por igual. En lo que a mí respecta, cuando era chico era muy sobreprotectora. No me dejaba ni salir a la esquina sin ella— Ash no pudo evitar reír—. Sé que le dolió cuando empecé mi viaje Pokémon.

Serena rió. Miró la foto con cierta nostalgia también. Arqueó las cejas al ver que faltaba algo en la foto.

— ¿Y tu papá?

Ash miró el retrato y su sonrisa se evaporó al instante. Serena se arrepintió de haber hecho ésa pregunta.

—Yo… no quería, bueno… yo.

Ash rió al ver la expresión de desesperación de la chica. Serena lo miró extrañada, luego hizo un mohín.

—Lo siento— se disculpó Ash negando con la mano—. Es que tu cara fue tan…— se limpió una lágrima del ojo, luego se sacó la gorra y la miró por unos segundos—. Nunca conocí a mi padre.

Serena deshizo el mohín. Miró a Ash detenidamente: no parecía triste, de hecho sonreía al decirlo. Serena entendía ésa expresión.

—Nunca lo vi en persona, ni siquiera en alguna foto, para mí es como si fuera que no existe— hizo una pausa—. Mamá siempre dice que está en un viaje y que volverá pronto, que viajó para ser un maestro Pokémon. Siempre halagó su forma de ser, lo describía como un héroe, como un excelente hombre y gran padre, pero… no sé, no puedo opinar si no lo conozco. Al principio comencé mi viaje con la intención de verlo, de llegar a ser un gran entrenador y quizá encontrarme con él en mi viaje, luchar contra él, pero jamás sucedió.

Serena realmente se arrepentía de haber hecho la pregunta. Rápidamente, como por instinto, abrazó a Ash con todas sus fuerzas, cosa que sorprendió al chico.

—Sé que quedará corto pero… lo siento— dijo abrazándolo más.

Ash quedó sorprendido, pero luego sonrió y le devolvió el abrazo.

—No importa, en serio. Tampoco me afecta— dijo Ash sonriendo—. De cierto modo, no conocerlo me ha hecho el que soy. Me di cuenta cómo quiero ser y cómo no quiero ser.

Serena sonrió. Ash realmente era alguien admirable, pero se sentía mal. Él le ha contado algo muy íntimo, ella debía contribuirle de algún modo.

—Mi padre era un completo imbécil— contó la chica.

Ash arqueó las cejas, confundido por lo repentino de ésas palabras.

—Siempre fue un imbécil. Digamos que no tuve la suerte de tener el mejor padre del mundo. De cierto modo, sé cómo te sientes— Serena agachó la cabeza—. Casi nunca estaba en casa y cada vez que volvía, estaba ebrio o muy golpeado o en el mejor de los casos, la policía lo traía antes de cometer algún pleito. El día de mi cumpleaños número seis, llegó a casa a pedirme dinero, dinero que mis familiares me regalaron. No quise dárselo y por eso casi me pegó.

Ash apretaba los puños conforme escuchaba la historia de Serena. No podía creer que haya gente así que se atrevan a llamarse «padre».

—Pero un día, todo el pueblo se hartó de él. Sycamore, el profesor de mi región, con ayuda de algunos vecinos del pueblo entraron a casa con el permiso de mi madre y lo echaron del pueblo— Serena apretó su pollera con un poco de ira—. Fue difícil ver a mi padre ser exiliado, ver al supuesto hombre que debería protegerme y ser mi ejemplo comportarse como un imbécil incluso hasta el último momento, luego no supe nada de él.

Hubo silencio por un tiempo. Ash realmente se sentía furioso. Él no había conocido a su papá, pero al menos tenía un buen concepto de él, o al menos un concepto. Serena por su parte, conocía a su papá, pero lastimosamente no era un héroe, ni siquiera calificaba para hombre.

Ash se sacó su chaqueta y se lo puso sobre los hombros a la chica. Serena sonrió, algo cohibida.

—Pero mi madre siempre estuvo allí— continuó—. Siempre lo estuvo y sé que siempre lo estará. Ella supo tapar esos huecos que dejó papá tras su ida.

En ése momento, Trevor vino corriendo y agitando el libro, con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Creo que descifré algo!— gritó alegre.

… … … …

Todos se sentaron en la hierba y se amontonaron en un círculo alrededor del libro.

—Miren bien esto— dijo Trevor abriendo el libro y hojeando unas cuantas páginas—. Mis padres realmente no dejaban las cosas al azar.

Hojeó hasta que llegó a una página doble en donde estaba dibujado a mano un mapa de todo el bosque: era un círculo perfecto en donde cada parte estaba dibujado y señalada detalladamente.

—Una topografía— dijo Ash sorprendido—, del Bosque Verde.

—Impresionante— admitió Serena asombrada.

—Pero…— Ash enarcó las cejas.

—Sí. Hay partes que no conozco del bosque en ése dibujo— Trevor se sujetó la barbilla y observó el susodicho mapa—. Creo que hay sitios escondidos, zonas que casi nadie sabe que existen.

— ¡Increíble!— gritó Ash exaltado—. Tus padres en serio son asombrosos Trevor.

—Sí, pero…— Trevor miró el mapa con cierto miedo.

— ¿Pero…?

—Creo que sé porque apareció el Espíritu del Bosque. Creo que… lo hemos mal interpretado todo este tiempo.

— ¿Qué quieres decir Trevor?— preguntó Serena, ladeando la cabeza.

—He estado leyendo algunas páginas del libro y llegué a una conclusión. No puedo decírselos ahora— el hombre los miró seriamente—. Necesito que me ayuden, por favor.

Ash miró seriamente a los ojos a Trevor. Conocía esa expresión, esos brillos en sus ojos, era de convicción. Trevor estaba seguro de sí mismo y era una sensación que Ash conocía desde hace años.

—Bien— contestó cruzándose de brazos, sonriendo—. ¿Qué necesitas?

—Una distracción— dijo Trevor seriamente—. Necesito atraer al espíritu hasta aquí.

— ¡¿Qué?!— gritó Serena asustada—. ¿Traer a ésa cosa a nosotros? ¿No se supone que queríamos huir de él?

—Serena, tranquila— dijo Ash sonriéndole—. Confía en Trevor, sabe lo que hace.

—Eso espero…— dijo Trevor seriamente.

—Ash, ¿oíste eso?

—Prefiero creer que no— dijo Ash rascándose la cabeza—. Bien, si necesitas una distracción, la tendrás— se levantó y se tronó los dedos—. Vamos, Pikachu.

… … … …

Ash estaba parado en medio del bosque, con los brazos cruzados y una expresión seria en su rostro. Pikachu estaba sobre su hombro izquierdo, con una expresión igual de seria. Ambos sabían en la situación en la que se encontraban no era exactamente muy prometedora. Se iban a enfrentar al Espíritu del Bosque por segunda vez. Cuando lo vieron hace tan solo dos horas por poco y no salían vivos, ése espíritu realmente era fuerte.

Ash sabía que el espíritu no se encontraba sólo. Tenía la extraña habilidad de llamar a una horda de Pokémon salvajes del tipo Fantasma y de un alto nivel. Eso era una gran desventaja para Ash y su equipo Pokémon.

Además desconocía gran parte de su contrincante, no sabía el potencial de su poder y ni siquiera sabía el porqué les atacaba, pero si quería cumplir la promesa que le hizo a Jason y devolver la normalidad al bosque en donde atrapó su primer Pokémon, entonces debía enfrentarse a aquella cosa. Viendo el lado positivo, era la situación más normal que se había enfrentado en años, después de todo lo que pasó en las demás regiones…

Ash miró a Pikachu el cual le asintió, preparado para cualquier cosa. Ash asintió y luego cerró los ojos, soltando un suspiro. Repasó la táctica nuevamente: el plan consistía en esperar pacientemente hasta que apareciera el espíritu, pero digamos que no era un buen plan. Si no se equivocaba, estaba parado cerca de media hora, esperando a que el Espíritu del Bosque Verde se manifestara de la nada, pero no funcionaba.

Ash estaba algo harto, después de todo lo suyo no era esperar. Debía hacer algo y rápido, antes que le salga raíces y sea uno árbol más para el bosque. Miró a su izquierda: detrás de algunos árboles estaban Trevor y Serena, ocultos y esperando a que el espíritu aparezca.

Ash no entendía bien en qué pensaba Trevor, dijo algo de que malinterpretaron al espíritu pero no dio más respuestas o especificaciones, pero algo tenía seguro Ash: Trevor estaba seguro de sus acciones. Ash lo entendía, ésa mirada de hace unos minutos, era la misma mirada que él tenía antes de enfrentarse a una batalla de gimnasio o antes de atrapar a un Pokémon.

En ése momento, Ash escuchó un ruido provenientes de los arbustos del bosque, como ramas siendo pisadas. Pikachu se puso alerta y Ash sacó una Pokéball de su bolsillo, listo para atacar cuando… espera, ¿escuchó ramas pisadas? El espíritu flotaba…

Un Sviper salió disparado en ése momento, yendo directo a Ash a una velocidad inigualable. Pikachu saltó del hombro de Ash y con una potente Cola de Hierro propinó un golpetazo directo en la cabeza de su contrincante, mandándolo al suelo y partiendo el lugar donde cayó.

Sviper siseó y logró envolver a Pikachu con su cuerpo, estrujándolo fuertemente. La rata eléctrica comenzó a zarandearse, intentando zafarse sin éxito.

— ¿Pero de dónde salió ése Sviper?— preguntó Trevor confundido.

—Ah no, ahora no— dijo Ash dándose una palmada en la frente.

— ¡OH SÍ, AHORA SÍ!— gritó una voz… ¿gatuna?

De la nada, unas tres siluetas salieron de entre los árboles.

—Prepárense para los problemas.

—Y más vale que te…

—Sí, sí, todos sabemos su lema— espetó Ash—. Equipo Rocket, no tengo tiempo para sus payasadas.

— ¡¿Payasadas?!— gritó James ofendido—. No son payasadas, es un lema digno.

—Además nuestra audiencia espera oírlo por lo menos una vez cada capítulo— contestó Meowth haciéndose una patiquiur.

—Parece que el bobo tuvo la idea de quedarse en el bosque sólo y esperarnos— dijo Jessi sonriendo—. Ahora que caigo, ¿dónde está la boba del Pipplup y el bobo más alto?

—Ey Ash, ¿quiénes son ésos pelmazos?— preguntó Trevor a lo lejos.

— ¡¿Pelmazos?!— Preguntó Jessi furiosa— Nosotros no somos ningunos pelmazos, ¡pelmazo!

— ¿Ya ves lo que pasa cuando no nos dejas decir nuestro lema?— restregó James enfadado—. Nadie nos conoce.

— ¡Ay ya cállense!— vociferó Meowth—. Tenemos a Pikachu atrapado en frente nuestro, ya vámonos de aquí.

—Ash, ¿por qué no les mandas a volar y ya?— preguntó Serena algo harta por la situación—. ¿Quiénes son de todos modos?

—Un trío de ladrones que me han acosado años tras años.

—Si lo dices de ése modo suena bien feo— reclamó James con una mueca.

—Bueno, agradezco que hayan venido Equipo Rocket— dijo Ash sonriendo—. Necesitaba un poco de acción y escándalo, ustedes me ayudarán.

En ése momento, Pikachu hizo un Impactrúeno, logrando zafarse del Estrujón de Sviper sin problemas.

Sviper se recupera del ataque e intenta contraatacar con una tacleada pero Pikachu salta sobre su cabeza aludiéndolo sin problemas, luego la manda a volar con una Cola de Hierro al otro lado.

— ¿Con que ésas tenemos eh? ¡Carnivine, ve!

James lanzó a su Pokémon y al instante ordenó que le lanzase unas Hojas Navajas. Carnivine obedeció pero Pikachu logró defenderse saltando y de ése modo evitar el ataque, pero Sviper no desaprovechó la oportunidad y lo enrolló con su Estrujón y luego lo lazó al suelo con una gran fuerza, rompiendo el suelo con el impacto.

— ¡Pikachu!— gritó Serena sorprendida. Era la primera vez que veía al Pokémon de su compañero siendo lastimado de ése modo en una batalla.

— ¡Maldición, eso es injusto! ¡Son dos contra uno!— gritó Trevor apretando los puños.

—No se preocupen— dijo Ash sonriendo—. Pikachu no es ningún débil.

Pikachu sonrió y se levantó un poco herido, pero con decisión en su mirada.

—Oh, ¿con qué la ratita cuqui quiere seguir peleando?— dijo Meowth sonriendo con malicia.

Sviper y Carnivine atacaron al mismo tiempo pero Pikachu simplemente saltó y los esquivó sin problemas, luego lanzó un poco de arena a los ojos de Sviper, que intentó sorprenderlo atacándolo de espalda y con un potente Ataque Rápido, lanzándolo hacia Carnivaline.

Pikachu cayó al suelo jadeando, pero Carnivaline cedió y lanzó otra ronda de Hojas Navajas, el cual Pikachu negó con una Cola de Hierro, mandándolo a volar hacia un árbol, partiéndolo a la mitad, cayendo directamente hacia sus contrincantes, noqueándolos al instante.

— ¡Sí, ganó!— festejó Serena aplaudiendo.

—Humm, nada mal muchacho— admitió Trevor asintiendo y cruzándose de brazos.

— ¡Ay, no puede seeerr!— gritó Meowth—. ¿Cuántas temporadas más necesitaremos para atrapar a Pikachu?

— ¡Me voy a quejar con los guionistas!— dijo James amenazando con los puños.

En ése momento, una extraña y espesa niebla comenzó a manifestarse en el suelo, llegando hasta el talón de los presentes. Las hojas de los árboles comenzaron a moverse sin siquiera soplar una brisa y el aire se volvió gélido y turbio de golpe.

— ¿Qué está pasando?— preguntó Jessi abrazando a James.

—No lo sé, pero me da mucho mello— contestó abrazándola.

El tiempo se ralentizó por unos segundos y en medio de todos, el aire se anomalizó, proyectándose unos extraños y malévolos ojos amarillos.

—Apareció— dijo Trevor seriamente.

Ash asintió igual de serio. Pikachu se puso alerta, listo para atacar en cualquier momento. Los ojos amarillos parpadearon, pasando su mirada uno por uno a todos los presentes. Cuando miró fijamente a Ash, el chico sintió un escalofrío horroroso recorrer toda su espalda. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó por debajo de esos ojos.

—En esta ocasión no te dejaré ir— dijo Ash seriamente.

—Ash, espera— dijo Trevor, acercándose lentamente al espíritu.

El espíritu miró fijamente a Trevor. El hombre caminaba lentamente, acercándose al espíritu como si se tratase de un cachorro asustado. Trevor era muy cuidadoso en sus pasos.

—Oigan, no sé qué está pasando aquí, pero lo mejor sería huir— susurró Jessi.

James y Meowth asintieron rápidamente.

—Escúchame, por favor— dijo Trevor parándose de golpe—. Sé que no quieres lastimarnos, no eres así. No tengo idea del por qué nos atacas pero...

El aire volvió a enturbiarse, en ésta ocasión más denso que antes. Los ojos del espíritu se tornaron rojos y su sonrisa se desvaneció, dejando solo aquellos ojos inexpresivos en su lugar.

Trevor guardó silencio y retrocedió por instinto. El aire alrededor de él se anomalizó y una fuerza invisible lo golpeó, repeliéndolo y mandándolo a volar hacia un árbol cercano a trío del Team Rocket, los cuales se asustaron.

— ¡Trevor!— gritó Serena, corriendo hacia él.

— ¡Serena, espera!— gritó Ash—. Maldición…— miró al espíritu seriamente.

Una sombra se proyectó debajo del espíritu y de ella salió un Gengar lentamente, con una sonrisa juguetona de par en par. De a poco, del suelo y de las sombras proyectadas por los árboles salieron más y más Pokémon del tipo Fantasma.

— ¡Pikachu, alerta!— dijo Ash seriamente.

En ése momento, de la sombra de Pikachu, un Haunter apareció, dándole una potente Bola Sombra, mandándolo varios metros hacia delante.

Pikachu intentó levantarse, pero cayó al suelo algo desgastado por su anterior ataque.

Serena corrió adonde estaba Trevor el cual ya se había recuperado del ataque.

— ¿Este era tu plan?— preguntó la chica ayudándolo a levantarse.

—No dije que sería fácil— contestó riendo a duras penas—. Debo acercarme a hablar con él.

Serena lo miró de reojo. ¿Acercarse a él? Creo que el golpe lo afectó mucho. Suspiró. Ash confiaba en él y ella también, aunque para Serena le pareciese una muy mala idea, debía confiar.

—Espero que sepas lo que haces.

—Yo también espero eso— contestó Trevor sonriendo.

Ash apretó los dientes con frustración. Miró por sobre sus hombros en donde estaban Trevor y Serena. Si Trevor tenía un plan, debía ejecutarlo ahora. El chico estaba en un aprieto: Pikachu logró levantarse a duras penas, pero estaba rodeado de varios Pokémon del tipo fantasma.

—Pikachu no podrá sólo— dijo apretando los puños.

Lanzó una Pokéball y de ella salió Abra, el cual estaba sentado en el aire con los brazos cruzados. Ash y Abra se intercambiaron de miradas, luego asintieron.

Haunter se acercó lentamente a Pikachu mientras sonreía con malicia. Pikachu jadeaba mientras se posicionaba para pelear, pero estaba realmente cansado y herido.

Haunter se dispuso a atacar y lanzó otra Bola de Sombra en dirección a Pikachu. La rata eléctrica intentó esquivarla pero perdió la fuerza en sus piernas debido a las heridas pero antes de recibir el ataque, Abra aparece delante de él y desvía el ataque de un puñetazo.

Pikachu sonríe al verlo y luego cae al suelo, exhausto. Haunter mira sorprendido a Abra, luego sonríe cómplicemente y l saca la lengua, divertido.

Más Pokémon del tipo fantasmas flotan alrededor de Abra y Haunter, conglomerándose como si estuviesen en una pelea de barrio. El Espíritu del Bosque Verde simplemente está flotando en el mismo lugar, mientras que Gengar sonríe, divirtiéndose de lo lindo viendo aquella escena.

—Esta vez no escaparás— dijo Ash seriamente, mirando al espíritu—. Nos debes respuestas.

El Gengar miró a Ash divertidamente, luego hizo una señal despectiva con su brazo.

Haunter desapareció en ése momento, dejando desconcertado a Abra, el cual comenzó a buscarlo por todos lados sin encontrarlo, en ése momento recibe un puñetazo en la panza, provocando que Abra se la sujetara para aguantar el dolor, pero recibe otro puñetazo más fuerte en la nuca, mandándolo disparado en el suelo.

— ¡Abra, resiste!— gritó Ash frustrado—. Abra, debes mantener la concentración.

Abra recuperó la compostura luego del ataque. Echó una rápida mirada a su alrededor, Haunter aún era invisible. Tomó una bocanada de aire, para luego colocarse en una posición de meditación en el aire.

Abra estaba completamente en armonía, todos sus sentidos se agudizaron y en ése preciso momento, pudo evitar la Bola Sombra de Haunter el cual iba directo hacia su espalda. Abra desvió el ataque dándole una certera patada, mandando la bola para que impactara en el suelo.

— ¡Abra, usa Flash!

Abra creó un potente rayo de luz entre sus manos, dándole la forma de una esfera, luego lo lanzó en dirección de donde vino la Bola Sombra. El destello de luz explotó, volviendo visible nuevamente a Haunter y dejándolo temporalmente ciego.

Haunter se sujetó los ojos los cuales les ardía debido al ataque. Comenzó a darse vueltas y dar golpes a diestra y siniestra sin golpear a nada más que el aire.

Abra aprovechó la oportunidad y se teletransportó a su lado. Haunter sintió su presencia e intentó atacarlo, pero Abra esquivó el ataque con suma facilidad. Abra le sonrió burlonamente, para luego darle un potente Puño Hielo directo en el estómago, disparándolo varios metros hacia atrás, debilitándolo al instante.

— ¡Bien hecho Abra!— felicitó Ash sonriendo.

Abra se cruzó de brazos y le devolvió la sonrisa.

Todos los Pokémon del tipo Fantasma que se a conglomeraron, miraron a Abra sorprendidos. Gengar enarcó una ceja al ver a uno de los suyos caer, luego negó con la cabeza.

— ¡Ash!— gritó Serena acercándose al chico.

—Tengo que hablar con él— dijo Trevor seriamente—. Escuchen, sé que sonará como una locura, pero el Espíritu del bosque Verde no es nuestro enemigo. Algo o quizá alguien lo está controlando.

— ¿Qué?— preguntó Ash confundido.

—Los detalles se los daré después, pero necesito acercármele y hablar con él.

Ash miró fijamente al espíritu y al Gengar delante de ellos. Las cosas no pintaban nada bien.

—De acuerdo— dijo el chico seriamente—. Te ayudaremos.

Abra se posicionó listo para pelear y Pikachu e levantó del suelo, listo para otra ronda. Serena sacó a Fennekin de su Pokéball y Trevor a Pinsir.

Gengar miró a todos emocionado y el espíritu del bosque comenzó a hacer visibles un par de manos fantasmáticas.

—Esto no será fácil— dijo Ash sonriendo nerviosamente.

Continuará…

¡Hola familia!

Aquí les traigo otra entrega. Espero les guste.

La verdad es que quise hacer más largo el capítulo, pero luego de varias meditaciones me puse a pensar que quizá sea mejor dividirlo en dos capítulos más, para que el desarrollo tenga más sentido y piense más en mis conexiones. Además, pienso meter en el próximo capítulo a nuevos personajes y un amigo más en el equipo de Ash, además un cierto encuentro emotivo con un viejo Pokémon.

Como estoy de buen humor y para que sepan que aprecio a todos mis lectores, en la próxima entrega les traeré un especial de doble capítulo jeje.

Espero me sigan apoyando en esta larga historia, que aún tengo mucho por dar y mostrar en este Fanfic un poco larguiño.

En la próxima entrega terminaré este arco en ése doble capítulo y daremos paso a otro, madre mía.

Buenos, nos leemos pronto.