(Guarida de los elegidos, Gomamon POV)
Una vez más los chicos decidieron hacer una reunión y, al igual que las veces anteriores, la tensión podía sentirse en el ambiente.
—¡No puedo creer que siquiera estemos discutiendo esto!—exclamó Mimi furiosa— ¡Estamos hablando de la vida de todos los bebés de la aldea! ¿De verdad piensan sacrificarlos por… ese bicho?
Calumon, quien se encontraba sentado en el centro del círculo miró a los chicos asustado.
—No podemos hacer eso—respondió Kari—, ¿no ves la cara de miedo que tiene? Definitivamente aquella no es una opción.
—Pero tampoco lo es dejar a merced de ellos el destino de todos esos bebés—objetó Yolei—. ¿No hay otra cosa que podamos hacer? Tenemos en nuestras manos a un digimon capaz de provocar de-digievoluciones, ¿no es eso suficiente para recuperar a los digimon?
Tenía más que claro que aquel era un tema serio. Pero daba lo mismo de qué estuvieran hablando, siempre tomaba lugar aquel mismo ambiente.
A veces quería que volvieran a ser pequeños, incluso con la Mimí quejumbrosa y el T.K llorón. Me daba lo mismo si Tai volvía a ser igual de terco, y Matt igual de distante; Sora podía volver a sentirse débil y Kari podía vover a enfermarse, ¡ni siquiera me importaría si Izzy volviera a ignorarlos por la computadora!
Quería que, al juntarnos, pudiéramos reírnos, quería que ninguna de estas cosas estuvieran pasando y que no tuviéramos que estar tan divididos como lo estamos.
—Sí, tal vez podríamos hacerlo… pero deberíamos ser muy cuidadosos—reflexionó Izzy tomando nota—. Ellos deben de estar preparados para algo como eso, si no no se hubieran arriesgado. Saben que tenemos digimon en nivel ultra con más capacidades que ellos, por lo que deben de tener varios refuerzos.
—¿Qué recomiendas, Izzy?—preguntó Taichi poniéndose a su lado.
—Bueno, a lo mejor podríamos intentar engañarlos de alguna forma, que crean que tienen la ventaja. Enviar a una persona completamente sola sería un acto idiota, sin embargo que vayan demasiados también significaría una amenaza para ellos.
—Kari y yo podemos ir juntas—prepuso Yolei entusiasmada—. De verdad quiero patearle el trasero a esa rubia con plumas…
—Sí, esa sería una buena idea desde que podrían recurrir a su forma ultra—coincidió Tai.
—No estén del todo seguros—interrumpió Izzy—. Ellos ya han visto a Silphymon anteriormente y probablemente estén esperando su aparición. Deben estar esperando la aparición de un ultra, por lo que estarían preparados para eso. Lo que necesitamos es alguna otra opción, alguna combinación de digimon lo suficientemente coordinados como para actuar como uno solo…
—¿Y de dónde piensan sacar dos digimon así?—pregunté— Ni que fuera fácil encontrar dos digimon que estén así de coordinados entre ellos.
—Pues yo conozco un par que puede hacerlo—me enfrentó Mimi—, y estoy segura de que todos aquí los conocen también.
Entonces el resto del grupo y yo comprendieron la idea.
—Mimi, no creo que sea un buen plan…—interrumpió Cody.
—Pero realmente podría funcionar—apoyó Sora—, al fin y al cabo los únicos con los que han peleado son Garudamon, MetalGreymon y Silphymon.
—Chicos—dijo Patamon interrumpiendo—, ¿alguien podría explicarme en qué digimon están pensando?
Todos miramos a Patamon con ironía, excepto por Gatomon que acababa de llevarse una pata a la cara y los compañeros de ambos digimon, que tenían la mirada apartada evitando introducirse en la conversación.
—¿Qué pasa? ¡No entiendo!—insistió Patamon sin que nada cambiara.
—Patamon, dos digimon que ataquen juntos—dijo Gatomon intentando oriantarlo.
—¿Que ataquen juntos…?—cuestionó él pensativo— Pero eso solo lo hacen… ¡Oh! ¿Están hablando de Nefertimon y Pegasusmon?
Todo el lugar se quedó en un incómodo silencio. Todos esperábamos a que Kari o T.K tomaran la palabra, dando así el veredicto final.
—Yolei y yo hemos salido exitosas de batallas contra ellos con la sola ayuda de la digievolución ultra—dijo Kari finalmente—, no entiendo por qué sería necesario cambiar esa estrategia.
Una vez más, nadie se atrevió a hablar, hasta que finalmente Izzy se dispuso a dar una explicación.
—Porque el factor sorpresa ya no estaría a nuestro favor—explicó Izzy—. Probablemente están listos para atacar todos juntos a un solo digimon, acorralándolo. En vez de eso podemos recurrir a dos digimon capaces de huir de los oponentes por su propia cuenta, pero unirse como si fueran uno solo cuando sea necesario. Mientras Nefertimon y Pegasusmon los mantieen ocupados, el resto podemos hacernos cargo de los bebés y defender a Calumon, incluso intervenir en caso de que haya problemas.
Kari apartó la mirada frustrada, tal vez buscando alguna excusa para evitar aquella estrategia.
—Yo creo que deberíamos hacerlo—apoyó TK tomando a todos por sorpresa, inclusive a la misma Kari—. Si la vida de esos digimon puede ser salvada por ambos, entonces no entiendo por qué deberíamos cuestionarlo.
Kari miró a TK con notorio resentimiento, mientras este la miraba con triste coraje.
—Kari, creo que TK tiene razón—dijo Gatomon intentando convencer a su compañera—. Es la vida de los digimon bebés de la que estamos hablando. Estamos aquí para ayudarlos y debemos hacer todo lo posible por hacerlo.
Kari miró con miedo al resto, esperando ansiosamente que alguien se pusiera de su lado, ya fuera Yolei, Davis o su propio hermano.
Pero nadie puso objeción alguna y Kari se vió en jaque mate.
—Está bien—accedió finalmente—, Gatomon y yo lo haremos por esta vez.
—A veces me pregunto si las cosas van a mejorar—me comentó Joe una vez nos hubiéramos quedado solos—. No importa cuánto nos esforcemos por evitarlo, el grupo se está desmoronando.
Si había algo de lo que me alegraba a estos puntos de la guerra, era el hecho de que mi compañero, Joe, no hubiera cambiado en nada. Joe seguía siendo el más confiable y responsable del grupo, y siempre estaba al pendiente del resto. Por supuesto, aún tenía su deje de torpeza pero… ¿qué importaba eso?
—Lo sé—concordé—, ¿habrá alguna forma de arreglarlo todo? ¿O algún digimon que pueda volver el tiempo atrás?
—No tengo idea—respondió su compañero tomando su digivice—. De todos modos, ya es hora de partir.
—Sí, tienes razón.
(Takuya POV, aldea del comienzo)
—¿Será que no van a venir?—preguntó Koji mientras chequeaba el lugar.
—Tal vez son incluso más terribles de lo que pensábamos—respondió JP—, puede que ni les importe la vida de estos digimon.
—No lo creo—desaprobó Zoe tomando en sus brazos un pequeño pururumon—, deben venir en camino.
Yo me quedé en silencio, sintiendo la mirada de Zoe fija en mi espalda.
—Alguien viene—comenté observando el par de siluetas que podían ser vistas a los lejos—, estén listos para digievolucionar.
Todos nos pusimos en posiciones, con los digivice en nuestras manos.
Estábamos listos para todo, incluso para los tan temidos digimon ultra que al parecer ellos tenían.
—Esa es una de las chicas con las que peleé—comentó Zoe mientras el par de chicos se acercaban—, pero la de pelo lila no viene con ella.
—¿Y no reconoces al chico?—pregunté.
—No, jamás lo he visto.
Apreté los puños frustrado, no tenía ni una pista de lo que podía pasar.
—Muy bien, hemos traído al digimon que nos pidieron—dijo el chico—, ahora dejen ir a esos bebés.
—No sin que antes nos entreguen a… a…
—Calumon—me ayudó Tommy.
—Eso, a Calumon.
La chica dio un paso adelante con inseguridad, llevando a Calumon en sus brazos. Tanto su compañera, Gatomon, como el chico que la acompañaba se quedaron atrás.
Yo estaba a punto de recibirlo, cuando…
—¡TK!—exclamó lanzando el digimon por los aires.
El rubio lo atrapó exitosamente, mientras tomaba su digivice. Yo, por mi parte, reaccioné lo suficientemente rápido como para atrapar a la chica.
—¡Rápido Patamon, digievoluciona!—exclamó mientras su digivice comenzaba a brillar.
El pequeño Patamon que lo acompañaba se vio envuelto por la luz del aparato, para posteriormente comenzar la digievolución.
—¡Patamon armor digivolves a… Pegasusmon!
La distracción que aquello me provocó le dio a la chica suficientemente tiempo pcomo para patearme y dejarse ir de mi agarre, volviendo al lado del rubio.
—Muy bien Gatomon, es nuestro turno—dijo orgullosa—, ¡digievoluciona!
Y entonces su compañera digievolucionó también, trayéndonos más problemas en forma de Nefertimon.
Ambos chicos subieron a sus respectivos digimon, zurcando el cielo con unos movimientos asombrosamente coordinados.
—Maldición…—murmuré, no esperábamos algo como aquello.
—¡Yo iré por la chica!—se adelantó Zoe mientras realizaba su digievolución.
Todos digievolucionamos a la form en la que tuviéramos la posibilidad de volar (o saltar lo suficiente como para alcanzar a ese par) en un intento por atraparlos.
—¡Takuya!—exclamó Tommy ahora como Cumamon— Me quedaré aquí haciendo guardia, este ataque no me da buena espina.
Yo asentí preparándome para el vuelo.
J.P y yo hacíamos lo posible por acorralar a Pegasusmon, pero era bastante difícil desde que los moviemientos sincronizados con los de su compañera a veces le servían de modo ofensivo y evasivo.
—¡La maldición de la reina!—exclamó Nefertimon mientras su ataque derribaba a Beetlemon.
—¡Rayo de plata!—atacó Pegasusmon apartando a Lobomon.
Miré a Kasemon preocupado, debíamos ponernos en sincronización si queríamos tener una oportunidad contra ese par.
—¡TK!—exclamó la chica del Nefertimon— ¡Los otros dos se recuperarán en cualquier momento, debemos hacer algo rápido!
El rubio asintió con rostro reflexivo, probablemente analizando su próximo movimiento.
—Kari, ¿crees poder hacerte cargo de ambos por un momento?—le preguntó finalmente.
—Sí, pero no por mucho—aseguró.
Entonces el Pegasusmon y su compañero se alejaron de nuestra vista, mientras nos dejaban solos con la chica que al parecer se llamaba Kari.
—Somos dos contra uno, te derrotaremos antes de lo que crees—amenacé.
—Prometo no dejarte escapar este vez—concluyó Kasemon arrebatándose sobre ella.
Entre Kasemon y yo logramos mantenerla acorralada y lo suficientemente ocupada como para tomar ventaja.
—¡Kasemon, no bajes la guardia!—advertí— ¡Pegasusmon puede volver en cualquier momento!
—¡Eso ya lo sé, solo deja que me deshaga de esta chica primero!
El miedo en la mirada de Kari era evidente. Su digimon comenzaba agotarse y su vuelo era cada vez más deficiente.
—Kari, no sé si pueda mantener la digievolución por mucho tiempo—avisó nefertimon.
—¡Vamos! ¡Tienes que aguantar un poco más!—exigió Kari con el nerviosismo desbordando su rostro.
Sabía que teníamos la ventaja que necesitábamos. La coordinación era su mejor arma, pero sin ella estaban perdidos.
—Este será tu final—una sonrisa se esbozó en el rostro de Kasemon mientras se preparaba— ¡Tornado de Kasemon!
Os giros del aire fueron lo suficientemente fuertes como para lanzar a Nefertimon por los aries.
—Lo siento Kari—se lamentó Nefertimon—, pero no puedo luchar más.
Entonces perdió su digievolución, Gatomon cayó inconsciente al suelo.
La chica cayó agotada al suelo, probablemente adolorida gracias al impacto.
—¡KARI!—gritó TK corriendo hacia la chica.
—¡Atrás!—amenacé— Supongo que puedes adivinar lo que quiero a cambio de ella.
El rubio miró con frustración a su alrededor, los teníamos acorralados.
—¡DEVIMON!—gritó de forma incoherente.
—¿De…vimon?—murmuramos nosotros confundidos.
—¡DEVIMON, AHORA!—gritó nuevamente.
Por un momento nada pareció haber cambiado, por lo que llegué a pensar que el chico literalmente había perdido la cabeza, sin embargo…
—¡SUELTA DE INMEDIATO A MI HERMANA!—gritó el chico de googles del día anterior cargando el infierno en su mirada.
Entonces apareció otro, y otro, y otro más. Finalmente terminaron siendo doce chicos, cada uno con su propio digimon en forma de campeón.
—No queríamos llegar a este punto—comentó con ira otro rubio anteponiéndose al resto del grupo—, pero no nos han dejado otra opción. ¡Garurumon, adelante!
—¡Ataquen todos!—continuó un segundo, y menor, chico de googles.
Definitivamente estábamos perdidos: eran demasiados para nosotros. Necesitábamos un milagro, uno lo suficientemente fuerte como para permitirnos salir de ahí ilesos…
Y afortunadamente aquel milagro llegó.
Bueno, puede que haya estado releyendo los reviews y me dieran ganas de releer la historia. Puede que me dieran ganas de continuarla...
Dios, tengo que acostumbrarme a escribir de nuevo.
