Una noticia dolorosa
Despierto para ver que son las seis con cincuenta y nueve minutos, me quedo viendo el techo por unos instantes antes de que el despertador comience a sonar, me levanto lentamente de la cama no tengo prisa, pues sin importar lo que tarde siempre llego a tiempo al trabajo, entro al baño y me veo en el espejo, la mirada triste y las ojeras son ya mi marca característica desde hace ya un año que me mude a esta ciudad.
Entro a la ducha con la esperanza de que eso me revitalice un poco, dejo caer el agua caliente por mi cuerpo mientras lavo mi cabello, ha crecido, cuando recién me mude apenas me llegaba debajo de las orejas y ahora ya puedo hacerme esa trenza que tanto le gusta a ella. Una lagrima recorre mi rostro y se pierde en el agua al recodar la última vez que la vi, la última vez que hable con ella, recuerdo sus palabras exigiéndome una respuesta del por qué me alejaba tanto, por qué me mudaba a otra ciudad lejos de toda mi familia y de todos mis amigos, recuerdo decirle que es por el trabajo pero eso… eso es mentira yo… yo solo quiero alejarme de ella, ya… ya no podía estar más tiempo a su lado, era… era muy doloroso ver como sus sonrisas no eran mías, cómo se alejaba poco a poco de mí, cómo miraba a otro con amor y sé que es egoísta de mi parte pero lo más doloroso era cuando ella me contaba lo feliz que era con otra persona y no conmigo.
Repaso en mi mente cómo será hoy, cómo ha sido desde hace ya 12 meses, saldré de la casa a las ocho con quince minutos a más tardar, tomare el camino más largo hasta la oficina y disfrutare de esos pocos minutos en que olvido todo el dolor de mi corazón con el viento en mi rostro y el sol naciente a mi derecha.
Llegaré a la oficina saludando a Amanda la recepcionista que siempre esta con una enorme sonrisa que a todos llena de alegría… a todos menos a mí, después pasaré las próximas horas sumergida en un mar de reportes y papeleo que parece que nunca termina pero yo… yo nunca me quejo porque todo este trabajo me ayuda a olvidarla, me ayuda a olvidar lo monótona y gris que se ha vuelto mi vida desde que me aleje de ella, me ayuda a olvidar a esos ojos azules que nunca me dejan dormir. Después de unas horas de estar trabajando o de alguna que otra junta con mi jefe será la hora de comer, si tengo suerte jazmín por fin se rendirá con sus invitaciones amistosas a comer o cenar con ella, con sus amigos o con otros compañeros de la oficina, invitaciones que siempre rechazo.
Saldré y caminaré dos cuadras hasta llegar a un pequeño restaurante al que siempre asisto desde hace ya once meses, pediré lo de siempre una baguette y un jugo de naranja a la misma mesera desde hace ya cuatro meses, Cindy se llama, lo sé porque hace dos meses me pidió una cita la cual yo rechace lo más amablemente posible, no porque ella no fuera una chica hermosa simplemente yo no estoy lista para tratar de comenzar de nuevo, el recuerdo de ella todavía está muy dentro de mi roto corazón y esto no solo me dañaría a mí también, terminaría dañándola a ella.
Pasaré mi última hora de almuerzo sentada en un pequeño parque cerca de la oficina leyendo un libro que sinceramente no me emociona, pero es lo mejor para evitar que se te acerque a querer conquistarte, eso lo aprendí hace unos ocho meses y si además agregas unos audífonos aunque estos no estén conectados a nada, podrás disfrutar de unos momento de paz sin que nadie te moleste.
Regresaré a terminar con el trabajo pendiente o a adelantar trabajo, de cualquier forma terminaré regresando a la casa cerca de las diez de la noche un baño rápido y una cena ligera mientras la televisión está encendida, nunca le prestó atención no me interesa lo que haya en ella solo quiero un poco de ruido de fondo para ocultar la soledad en la que me encuentro, después de eso me recostaré e intentaré dormir, lo cual no conseguiré porque siempre están sus recuerdos, siempre esta ella y su maldita sonrisa, esa sonrisa que me podía llevar hasta el cielo cuando me la dedicaba a mi o arrastrarme a lo más profundo del infierno cuando se la dedicaba a él.
Traté de hacer ejercicio diario durante los primeros meses después de mudarme para poder dormir rápidamente durante la noche, pero no sirvió, siempre aparece ella, justo antes de dormirme y yo como una tonta imagino un mundo en el que estamos juntas, un mundo en el que ella corresponde mis sentimientos, un mundo en el que no soy una cobarde y le confieso que la he amado desde que tenía quince años… un… un mundo en el que nuestro amor no está prohibido.
Siento como más lagrimas escapan de mis ojos y se pierden el agua de la regadera, una segunda alarma me saca de mi pequeño mundo de fantasía ya son las siete con treinta y cinco minutos, salgo de la ducha y me cambio, una blusa blanca como las que siempre uso en el trabajo y unos pantalones de vestir de color azul marino, además de un maquillaje sencillo son ya mi uniforme, nunca me han gustado mucho las faldas ni los vestidos, las motocicletas y los deportes siempre has sido mi debilidad.
En la cocina pongo a tostar un poco de pan, preparo un tazón de cereal con un poco de fruta y me dispongo a comer mientras enciendo la televisión, noticias sobre el clima, el tráfico, cine, política, espectáculos, pasan sin que les ponga atención, no me importan, no me importa lo que pase con el mundo, no me importa lo que pase con las personas de echo no me importa lo que pase conmigo, pero me cuido porque sé que si algo malo me pasa ella estará muy triste y a pesar de todo lo que estoy sufriendo por su culpa no quiero que ella sufra, ya sufrió mucho con mi repentina partida y por cómo la he estado ignorando durante este último año.
Ocho con diez de la mañana y yo estoy cerrando la puerta de mi apartamento, pido el ascensor y mientras estoy esperando a que llegue me saluda la señora Ramírez mi vecina, ella es dos o tres años mayor que yo pero ya está casada y tiene una hermosa pequeña de apenas un año de nombre Amanda que en estos momentos me regala una hermosa sonrisa con esos bellísimos ojos marrones iguales a los de su madre y esa tierna sonrisa adornada con solo cuatro dientes de leche, Laura (así es como se llama) me invita a cenar con ella y su esposo, desde una vez que cuide a la pequeña Amanda un sábado por la tarde, Laura ha tratado de compensarme ese gesto que yo hice desinteresadamente, pero yo sé que no soy la mejor de las compañías así que siempre rechazo sus invitaciones diciendo que tengo mucho trabajo o que estoy muy cansada.
Me despido de Laura y la pequeña que en ningún momento dejo de sonreírme, llego hasta el estacionamiento y me acerco hasta mi amada Harley-davidson, aún recuerdo el día que me la regalaron, fue hacer cuatro años el día de mi cumpleaños yo estaba durmiendo tranquilamente cuando el ruido de un fuerte motor me despertó bruscamente, mi cuarto daba a la calle y podía escuchar cada pequeños sonido de ésta con bastante facilidad, al principio pensé que solo era un loco que se paseaba un sábado por la mañana en su motocicleta, pero después de dos o tres acelerones claramente al lado de mi ventana decidí levantarme para saber qué estaba pasando, cuando abrí las ventanas quedé sorprendida ante la escena que estaba pasando, allí estaba ella parada justo detrás de la motocicleta que siempre había querido la cual llevaba un enorme moño rojo, escuché comó mis padres entraban a mi habitación para felicitarme por mi cumpleaños, yo todavía no salía de mi asombro, "sal y disfruta de tu regalo, tu madre y yo te lo damos con todo nuestro amor" dijo mi padre mientras me entregaba un casco de color azul marino.
La motocicleta me gustó mucho, pero el mejor regalo de cumpleaños que he recibido me lo entregó ella ese mismo día solo unos minutos después de que bajara a ver mi nueva motocicleta, cuando salí la vi parada junto a la motocicleta "te gusta?" me pregunto con esa sonrisa que siempre iluminaba mi día "claro que me gusta, ésta es la moto con la que siempre he soñado, pero ellos cómo supieron cual modelo elegir?" recuerdo que eso fue lo que le conteste y lo que más me conmovió ese día fue la respuesta que ella me dio "yo se los dije, recuerdo que una vez me dijiste que esta era la motocicleta que comprarías cuando tuvieras dinero" con esas simples palabras me enamore un poco más y estaba segura que nunca podría amar a nadie como la amo a ella.
Subo a mi motocicleta y me dispongo a recorrer las calles hasta llegar a mi trabajo, disfruto el viaje, esos pocos momentos en que estoy sobre mi Harley me siento libre, libre de preocupaciones, libre de temores, libre de la culpa por amar a esa persona que está prohibida para mí.
El trabajo es monótono, tranquilo como siempre lo ha sido desde que llegue, antes de que me de cuenta ya son las dos y es la hora de comer, salgo rápidamente con rumbo al ascensor esperando no toparme con nadie, para mi suerte logro entrar al ascensor antes de que alguien se dé cuenta de que ya me voy, pero… pero cuando salgo de éste me llevo una muy inesperada sorpresa ahí está ella, la dueña de mis pensamientos, la que me lleva al cielo con una sonrisa y por la cual mi corazón está roto.
Ella y Amanda están platicando muy animadamente, yo no he podido salir de mi trance cuando veo cómo ella me voltea a ver y me regala una de las más hermosas sonrisas que puedo recordar en toda mi vida, antes de que me dé cuenta ella ya me está abrazando de la emoción de volverme a ver, dice cosas como que hace mucho tiempo que no nos vemos y lo mucho que me ha extrañado pero yo no puedo articular ninguna palabra estoy muy sorprendida, "ibas a salir a comer verdad?, me lleva contigo y comemos juntas"; me dice a lo que yo solo respondo con un débil "si" que logro hacer que salga de mis labios. Comenzamos a caminar hacia el restaurante al que siempre voy mientras ella habla de lo hermosa que es la ciudad y de cómo estuvo su viaje, llegamos y nos sentamos en la misma mesa que siempre ocupo, Cindy llega y se sorprende al verme con compañía, "lo de siempre?" pregunta ella y yo solo asiento con la cabeza, mientras que mi hermosa compañera está estudiando el menú yo noto como arruga la nariz cuando ve algo que no le gusta, ese pequeño gesto lo ha tenido desde que éramos muy jóvenes y es una de las pequeñas cosas que me encantan de ella, termina pidiendo lo mismo que yo.
Me cuenta sobre su nuevo trabajo y cómo una de sus amigas ya se casó son su novio de secundaria, durante toda la comida solo me la paso escuchándola, esa melodiosa voz que no había escuchado en casi un año me envuelve en una nube de la que no me quiero bajar, terminamos de comer y le propongo que vallamos al parque en lo que pasa mi hora de la comida, sé que solo viene de visita y que tendrá que irse muy pronto pero quiero disfrutar cada momento con ella antes de regresar a la realidad.
Nos sentamos en mi banca preferida y como cuándo éramos adolescentes, ella reposa su cabeza sobre mi hombro y por unos minutos ninguna de las nos dice ni una sola palabra, no siento que sea un silencio incomodo de echo creo que estoy muy feliz de estar en esta posición, pero todo llega a su fin, ella me dice las verdaderas razones por las cuales me busco por primera vez en un año que estoy en esta ciudad, se va a casar y quiere que sea su dama de honor, me explica que sabe que no podré estar con ella durante la preparación de la boda pero que espera que este para la ceremonia, yo estoy sintiendo un enorme dolor en mi corazón y creo que logro escuchar cuando se rompe en mil pedazos, una lagrima se me escapa le digo que estoy muy feliz por la noticia y que será un gran honor para mí estar con ella en ese su día tan especial, ella feliz me abraza y dice que enviara a mi apartamento la invitación y todos los detalles para que me prepare para ese día, por otro lado yo me estoy muriendo por dentro.
Dan las cuatro de la tarde y yo tengo que regresar a trabajar ella se despide y me dice que está muy feliz de que vaya a estar con ella en ese gran día, la veo alejarse del parque y tomar un taxi; solo vino a eso, vino a invitarme a su boda yo sabía que este día llegaría claro después de tres años de relación con su novio era normal que dieran el siguiente paso, yo me siento destrozada por dentro pensé erróneamente que la distancia y el tiempo podrían hacer que la amara menos pero me doy cuenta que es exactamente lo contrario, ahora la amo más que a nada en el mundo y me doy cuenta que nunca podremos estar juntas porque ella ama a un hombre.
No regreso a trabajar, deambulo por la ciudad por horas solo yo y mis pensamientos atormentándome a cada paso que doy, veo como el cielo se pinta de naranja y como en pocos minutos la noche toma el lugar del día junto a una gran cantidad de letreros de neón que brillan por las calles anunciando tiendas, bares, restaurantes, etc.
Me detengo al ver un anuncio muy peculiar "bar Lost love", irónico verdad?!, yo justo en éste momento con el corazón roto y con un amor perdido, doy con este bar en la primera ocasión que salgo a explorar la ciudad, sin pensarlo dos veces entro y noto que el bar no es muy grande pero tampoco es demasiado pequeño, tiene el tamaño justo para las personas que solo quieren pasar unos momentos solas con sus demonios, "este bar es perfecto para mi" pienso y me siento en la barra, "que te sirvo preciosa?" dice el cantinero, lo miro por primera vez es un tipo grande y musculoso, con una cara de pocos amigos que impone mucho respeto, "tequila" es lo único que digo y acto seguido él me está sirviendo un caballito que yo me tomo a la primera, siento como el líquido me está quemando la lengua y la garganta pero en esos momento necesito olvidar, necesito anestesiar a este pobre corazón que tantos problemas me ha dado por amar a la persona incorrecta.
"dame otro y que sea doble" digo después de terminar mi tercer caballito de tequila, "tranquila preciosa o se te va a subir" me responde el hombre mientras me está sirviendo mí ya cuarto caballito, "sabes que, deja la botella, necesito olvidar mi dolor y necesitare toda la medicina" el hombre duda por un segundo ante mi petición pero al final termina dejándome la botella entera, después de unos minutos él regresa con un plato de alitas de pollo lo cual hace que lo mire desconcertada, "es una cortesía por haber comprado la botella completa" responde él a lo cual yo solo muevo mis hombros.
Cuando llevo cerca de la mitad de la botella se acerca un hombre con intenciones amorosas, pero en éstos momentos lo último que necesito es compañía, no sé si le grite o si logre hablar coherentemente pero el rápidamente pierde interés en seguir con su pequeño y estúpido juego de seducción, las horas pasan y la botella poco a poco se va vaciando, veo como el bar se comienza a llenar de personas que al igual que yo necesitan estar solas por un momento y ahogar sus penas el alcohol.
Cuando la botella por fin se termina pago la cuenta y salgo del bar sosteniéndome de todo lo que puedo porque apenas y si puedo mantenerme de pie, siento como una persona toma mi brazo y me giro para decirle que me deje en paz pero veo que es el cantinero que me estuvo atendiendo, me dice que no me puedo ir caminando en esas condiciones y me pide in taxi, me despido de él con una sonrisa sincera, después le indico al taxista como llegar hasta el edificio en donde está mi apartamento, durante el viaje solo veo por la ventana un montón de luces que pasan rápidamente, a mi mente viene mi baile de graduación y recuerdo como le pedí a ella que me acompañara con la excusa de que no había encontrado pareja y prefería que ella fuera conmigo y así no tener que ir sola, recuerdo la emoción que tubo cuando le hice esa extraña petición y lo feliz que estábamos cuando fuimos a buscar nuestros vestidos para la ocasión, la recuerdo con ese hermoso vestido verde que marcaba su figura y óomo durante toda la fiesta estuvimos bailando las dos juntas, por un momento pensé que tal vez ella correspondía a mis sentimientos y me deje llevar por la emoción la felicidad que me daba ese pensamiento, pero apenas un mes después ella comenzó a salir con ese chico pelirrojo lo que fue un duro golpe que me regreso a la realidad, una realidad donde ella nunca se fijaría en mí.
Cuando entro a mi apartamento lo siento más vacío que nunca, camino lentamente hasta que llego a mi habitación, la siento fría, solitaria, incomoda y como un rayo de luz recuerdo que aun poseo una sola foto de ella, abro mi armario y dentro de una pequeña caja de cartón esta la única foto que traje conmigo cuando me mude, saco la foto y la contemplo por unos instantes, en la foto solo esta ella entada sobre una manta con un hermoso bosque detrás, me está mirando con esos ojos azules que hace ya muchos años se han robado mi alma, tiene una pequeña pero sincera sonrisa que la hace ver más tierna de lo que ya es, su cabello esta suelto y ondeando débilmente por la brisa del bosque, la luz del sol hacer ver más rojo su ya pelirroja cabellera, acerco la fotografía a mi pecho y me acuesto en la cama que desde hace mucho es demasiado grande para mi sola, mientras que las lágrimas por fin salen de mis ojos, lloro, lloro como los primeros días en que me mude al extrañarla con toda mi alma, lloro porque sé que ella es feliz con otro y no conmigo, lloro porque desde que tengo quince años estoy enamorada de ella y nunca se lo había podido decir, lloro porque nunca podre llenar este vacío que sin querer ella dejo en mi corazón, lloro porque nunca podre amar a nadie más como la amo a ella, lloro por lo grande y doloroso que es este amor y sobre todo lloro porque nunca podre dejar de amar a mi propia hermana.
Bueno es todo, sé que no acostumbro a escribir así, pero en mi defensa este es un escrito que me encargaron en la escuela y no podía ser muy explícito en la descripción de los personajes, déjenme en los comentarios que les pareció y si quieren mas caps.
