¡Hola! ¿Cómo están todos?

¿Me extrañaron? Yo a ustedes sí, y por lo mismo solo vengo a dejarles esta nueva actualización. No tengo excusas esta vez para justificar mi falta de actividad, así que solo espero que les guste este nuevo capítulo. Muchas gracias por seguir fieles a esta historia.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Un Fanfic de Gravity Falls: "La Novia de Dipper"

Segunda Temporada

Capítulo 55: "El Duelo, Parte 1"

—¡Ustedes vendrán conmigo les guste o no!

—¡Mr. Slay! ¿Tú de nuevo? ¿Veo que no aprendiste tu lección en el Almacén? —Dipper le mostró los dientes, encarándolo de manera directa.

—¿Mi lección? —Rió con discreción—. Según recuerdo, nuestra batalla se vio interrumpida por cierta alimaña fastidiosa de color verde.

—Sabes bien de lo que hablo. ¡Déjate ya de juegos! ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Responde!

—Es curioso que lo preguntes. Ustedes deberían saberlo ya, ¿O no? ¿Acaso no se los dijo, el dios del todo?

—¡Espera! ¿Cómo sabes eso?

—El conocimiento es relativo, muchacho. Ya que no tuve que hacer nada para atraerlos hacia este lugar. Todo lo que han pasado. Todos los peligros que han afrontado hasta ahora los han llevado hasta este momento. ¿O es que no se encontraban buscando esto?

Mr. Slay les mostró el objeto a la distancia. Atrayendo la atención inmediata del grupo, seguido de un gesto de asombro por parte de todos sus integrantes.

—¡Ese es…! ¡El Transgresor Dimensional! ¿Cómo lo obtuviste? —Dipper cuestionó, comenzando a perder la paciencia.

—Me parece que necesitan hacerse un examen de la vista urgentemente. Esta preciosidad ha estado acompañándome desde que comencé a trabajar para mi amo Bill. Siempre están subestimándolo. Me queda muy claro, que no saben con quién están tratando. Él sabe perfectamente que este objeto es lo único que podría arruinarle la gran fiesta que se encuentra preparando.

—Siendo un caza recompensas tus palabras no tienen sentido. Dime una cosa, ¿Bill te tiene amenazado y es por eso que demuestras tanto fervor en tratar de cumplirle todos sus caprichos? ¿O acaso te prometió que te daría algo a cambio? ¿No te das cuenta de lo que ese demente pretende hacerle al universo? No tienes porque hacer esto. Abandónalo todo y únete a nuestra lucha. Con el Transgresor Dimensional, tengo la confianza de que podremos vencerlo.

—Veo que estas un poco confundido, pequeño. La promesa de la creación de un universo más próspero es suficiente para unirme a su causa. Confundes el miedo, con lealtad y admiración. Bill Cipher es Lo que este multiverso necesita, un mesías sí así prefieres llamarlo. Él es lo que este universo necesitaba para traer un mejor balance. Lo único que mi amo Bill quiere, es un universo, una realidad dónde cada uno de sus habitantes pueda ver cumplidos sus más profundos anhelos. ¿Qué hay de malo en eso? Todo en este maldito universo está atado a las exigencias de un sistema de carácter primitivo. Gobernado por algunos de los seres más despreciables de la creación. ¿O acaso ya olvidaste lo viles que pueden resultar aquellos a los que ustedes llaman dioses? ¿Cuánta sangre ha sido derramada por culpa de esos infantes cabezones? ¿Cuántas guerras se han librado con tal de solo satisfacer sus deseos de diversión? Mientras ellos se divierten con sus Globnars y demás tonterías hay personas allá afuera muriendo de hambre. ¿O acaso estoy diciendo mentiras, mi querido Stanford?

El anciano sintió su sangre congelarse cuando el bandido mencionó su nombre, acto seguido, se convirtió en el centro de las miradas.

—Bueno, no puedo negar que la situación en varios de los mundos es deplorable. Por más que me duela admitirlo, él tiene razón.

—No puedes estar hablando enserio tío Ford. —Dijo Dipper.

—Nunca he aprobado los métodos de Bill Cipher, pero aunque logremos detenerlo las cosas seguirán siendo iguales. El consejo de los Octillizos seguirá gobernando el multiverso con impunidad mientras razas enteras desaparecen por escases de recursos. Y conociendo a Bill, dudo mucho que vivir en una realidad sometida por él o por los Weirdmasters mejore las cosas. Me temo que estamos estancados aquí.

—No tienen porque darle tantas vueltas al asunto. —Mr. Slay irrumpió—. ¡Piénsenlo solo un momento! No hay necesidad de jugar con su suerte. Recuerden que la vida de sus seres amados que se encuentran prisioneros en la tierra es lo único que importa. Lo diré por última vez, lo único que mi amo Bill les pide es su total cooperación y nadie resultara herido. Yo creo que es una oferta muy generosa. Esta es su última oportunidad. Vengan conmigo ahora y evitémonos la pena de presenciar un inútil derramamiento de sangre. O de lo contrario, sufrirán las consecuencias.

—¿Y vivir bajo un régimen de locura por toda la eternidad? ¡La respuesta es no, Slay! —Dipper no demoró en responder—. Nunca iremos contigo. Bill jamás les pondrá las manos a mis amigos.

—Entonces así va a ser. Muy pronto se darán cuenta de que acaban de cometer el peor error de tu vida. —Se mojo los labios. Parecía un feroz animal acechando a su presa. A continuación, esbozó una atemorizante sonrisa de oreja a oreja.

—Yo me encargaré de esto. —Dijo Dipper, avanzando en línea recta hacia su enemigo, utilizando sus nuevas habilidades para envolverse dentro de un aura de energía de color celeste—. Tío Ford. Necesito que los lleves a todos a un lugar seguro. No quisiera que salieran lastimados en caso de no poder controlar mis poderes.

—¡De acuerdo, Dipper! —El anciano asintió con la cabeza.

—Dipper, ten mucho cuidado. —Pacifica advirtió, preocupada.

—Oigan amigos. —Soos habló, atrayendo la atención de Wendy—. ¿Saben? No quisiera ser el portador de mas malas noticias, pero ese sujeto se ve demasiado tranquilo a pesar de que Dipper ahora es el amo del tiempo. ¿Creen que está planeando algo? ¿Y sí le vuelve a hacer daño como la última vez?

—Tranquilo, Soos. —Wendy se dirigió hacia su amigo—. Dipper le pateará el trasero ese idiota en menos de un parpadeo. Nuestro amigo ahora tiene la habilidad de controlar el tiempo y el único medio de ataque con el que contaba ese mequetrefe fue destruido por Dipper en el Almacén.

—Sí, pero…

—Relájate y alejémonos de este lugar para ver la contienda desde un lugar más seguro.

—No se molesten… —La voz de Mr. Slay volvió a resonar dentro de los muros del inmueble abandonado—. Esto no tomará más que una fracción de segundo.

—Te vez muy confiado aun sabiendo lo que puedo hacer ahora. —Dijo Dipper, entrando en conflicto y demostrando tener un alto grado de confianza—. ¿Acaso no tienes miedo?

—¿Por qué no realizas el primer ataque y lo averiguas? —Contestó su enemigo, devolviéndole la sonrisa.

—¡No tendré misericordia contigo! ¡Te haré pagar por lo que le hiciste a Pacifica y a mis amigos en la tierra! ¡Nunca te lo voy a perdonar! ¡Jamás!

Fue solo cuestión de solo unos breves instantes. El aura que rodeaba a Dipper duplicó su tamaño, tornándose de un color rojo escarlata. De esta forma, dejándose llevar por su ira, Dipper lanzó el primer golpe. Desde sus ojos, salió disparado un poderoso rayo concentrado, el cual no tardó en impactarse con su objetivo. La explosión ocasionó que las columnas de soporte de la construcción se cimbraran y una gran parte del lobby quedara completamente en ruinas, a sí mismo, una gran capa de polvo se levantó, cubriendo el área y minimizando la visibilidad de los viajeros quienes tras un breve ataque de tos; finalmente pudieron contemplar el resultado de la batalla. Ante sus miradas de asombro y estupefacción, Mr. Slay continuaba de pie en el mismo lugar, sin aparentemente haberse movido un solo milímetro, manteniendo su fría y confianzuda sonrisa en su rostro.

—¿Cómo lo hizo? ¿Cómo es posible que ese infeliz haya salido ileso después de un ataque de esa magnitud? —Dipper cuestionó, a lo que el hombre simplemente se limitó a remarcar su sonrisa—. Entonces, ¿Qué te parece esto?

Dipper, realizando un veloz movimiento con ambas manos, empleó uso de su habilidad para retroceder parcialmente el tiempo, con el fin de devolver a su forma original las columnas y los muros derruidos a causa del implacable ataque. Sin embargo, antes de que pudieran retomar sus antiguas posiciones, Dipper acumuló dichos escombros en medio del aire haciendo uso de sus habilidades telepáticas en esta ocasión, para finalmente fabricar una gigantesca esfera de roca sólida y maciza. Misma que arrojó sin pensarlo sobre su adversario. Mr. Slay permaneció en su posición, con su típica mueca despreocupada dejando simplemente que la colosal esfera lo atravesara de lado a lado, como si su cuerpo se hubiera desvirtuado de su estado sólido para adquirir uno etéreo traslucido a la vista. Nadie podía explicarse a ciencia cierta qué era lo que sucedía. No obstante, poco sería el tiempo del que dispondrían para realizarse preguntas y formular teorías al respecto, ya que dos entes más con la apariencia de Mr. Slay emergieron inesperadamente desde las sombras, atacando a Dipper desde los costados con un infalible rayo de calor de tonos celestes que lanzaron desde las palmas de sus manos. Dipper se percató de la presencia de los dos extraños cuando ya era demasiado tarde. En consecuencia, recibió el golpe de forma directa, anulando su manera racional de pensar y utilizar sus poderes a causa del extremo dolor que caló en cada uno de sus nervios latentes. Un dolor originado por las intensas quemaduras en su piel. Stanford y los demás intentaron auxiliarlo. Esfuerzo que al final resultó inútil cuando un círculo de fuego se materializó ante sus pies, deteniendo su marcha.

—Me temo que ustedes no irán a ninguna parte. —Anunció el Cazarrecompensas, asintiendo ligeramente con la cabeza para que sus dos réplicas anularan el ataque contra Dipper, quién quedó tumbado sobre el suelo. Con severas quemaduras en su rostro y con parte de su ropa carbonizada—. ¿Lo ven? Esto es lo que pasa cuando alguien trata de hacerse el héroe en la vida real, creyendo que el simple hecho de tener un gran poder les garantizará una victoria rápida. Pero en una batalla real, niño, debes conocer perfectamente tu entorno. Adaptarte. Ser uno mismo con él. Antes de lanzarte hacia el frente debes entender la naturaleza de su oponente, ser observador y darte cuenta de las ventajas y desventajas que tendrás en pleno enfrentamiento. Y tú más grande desventaja, Dipper, es tu falta de experiencia. El multiverso es un lugar increíblemente hostil. Nunca sabes con que te toparás allá afuera. Seres oscuros, civilizaciones agresivas y peligrosas, criaturas de otros mundos y realidades que harán todo lo posible para saborear tu carne. Tu vida deja de ser tuya cuando te enfrentas cara a cara con tus peores miedos. Y en este momento, percibo mucho miedo en ti. No obstante debo felicitarte. Eres un enano con muchas agallas. Sin duda heredaste los genes de tu tío. Eres la primera persona que sobrevive a más de dos enfrentamientos directos contra mí. Es una lástima que deba terminar de esta forma. Ahora procederé a llevarte con mi amo.

—¡Aguarda, Slay! —Exclamó Stanford, atrayendo la atención del hombre enmascarado, justo antes de ponerle las manos encima a Dipper.

—¿Qué es lo que quieres?

—¡Quiero proponerte un trato!

—¿Un trato? Se realista, viejo amigo. No hay absolutamente nada que yo necesite de ti. En caso contrario ya lo hubiera tomado por la fuerza.

—¡Vamos, Slay! ¿O me vas a decir que ya te olvidaste de los dos grandes enfrentamientos que tú y yo tuvimos en el pasado? Sé que los recuerdas. El marcador es uno a uno. Yo me tuve que retirar la primera vez, pero yo te obligué a retirarte durante nuestra segunda batalla. Estoy seguro de que un cazador con semejante reputación como la tuya no desea que su historial quede manchado por haber perdido contra un fugitivo como yo. ¿O me equivoco? Decidamos esto de una vez por todas. Este es el trato: Enfréntate a mí una última vez. Si tú ganas, podrás llevarnos ante Bill. Si yo gano, seremos libres.

—¿Si tu ganas? —Soltó una carcajada—. ¿Te das cuenta de lo ambiguo y pretencioso que suena eso? Esto no se trata de un tonto juego de Póker.

—Eso es a lo que me refería. —Subrayó—. Esta será nuestra última batalla. En pocas palabras, será una pelea a muerte.

—¿Qué fue lo que dijo? ¿Una batalla a muerte? —Soos murmuró, ocultándose detrás de la joven pelirroja, quién tampoco tardó en emitir su opinión.

—No puede estar hablar enserio. Ni siquiera Dipper pudo ganarle a ese tipo. ¿Cómo peleará contra él?

—No puedo ocultarlo. Me conoces muy bien, viejo amigo. —Dijo Mr. Slay—. Sabes que jamás he rechazado un reto personal. ¡De acuerdo! ¡Hagamos esto! Después de todo, lo único que están haciendo es alargar un poco más sus miserables vidas. Las condiciones para nuestro duelo son simples. ¡Muerte súbita! Podemos usar todos los recursos que estén a nuestra disposición para pelear. Solo el guerrero más hábil quedará de pie al final. —Mr. Slay sentenció, dio media vuelta y caminó hacia el exterior de la gran estructura. En ese momento, ambas réplicas se desvanecieron al igual que la barrera de fuego que retenía al grupo en su interior. Entonces, Pacifica, Soos, Vulkan, Soos y Jynz, corrieron para auxiliar a Dipper, quién, aun convaleciente, luchaba arduamente por respirar.

—Dipper… Por favor resiste… —Pacifica decía entre lágrimas, sosteniendo la cabeza de Dipper entre sus brazos.

—Tranquilícese, señorita Northwest. Si bien la condición de su novio es delicada, sus heridas no son lo bastante graves para poner en peligro su vida. —Concluyó Vulkan tras realizar el primer diagnostico—. Lamentablemente no cuento con el material de curación necesario para tratar este tipo de quemaduras. Lo mejor que podemos hacer por ahora es esperar y tratar de que recupere la conciencia para que él mismo pueda curarse con la ayuda de sus poderes de regresión temporal.

—No te preocupes, Pacifica. —Dijo Wendy, tomando la mano de la joven de cabellos rubios—. Dipper es un niño muy fuerte, estoy segura de que saldrá de esta.

—Sí… Está bien…

—¿Estás seguro de querer hacer esto, Drofnats? —Mía cuestionó a Stanford, manteniendo la verticalidad aun cuando su pulso se aceleró más de la cuenta—. Ten en cuenta que esta será una misión sin retorno. Esto no será como en el pasado. Ese tipo ahora es poseedor de un poder inimaginable. Espero que tengas un plan. Salvo por Bill Cipher, jamás te has enfrentado a alguien tan poderoso. No quisiera presionarte, pero de ti dependerá que ese triángulo no se proclame rey absoluto del multiverso.

—Se de los riesgos que esto conlleva y estoy completamente seguro de haber tomado mi decisión. Me enfrentaré a él. Todo depende del resultado de este duelo. Si no puedo vencerlo, todo el multiverso estará condenado. —Stanford dijo sus últimas palabras, justo antes de encaminarse hacia el exterior del inmueble, siguiendo la ruta que había tomado su adversario tan solo segundos antes. Mr. Slay se encontraba de pie, sobre la avenida que conducía hacia la torre central, con los brazos cruzados, mostrando su típica sonrisa atrevida y llena de descaro. Stanford tomó su desestabilizador cuántico y lo llevó hacia el campo de batalla. Tragó saliva y se colocó al extremo opuesto de Mr. Slay. El resto del grupo miró expectante, aguardando la hora para que ambos vaqueros finalmente decidieran cual iba a ser el destino del multiverso.

Continuará…

Y así, el duelo prometido entre Stanford y Mr. Slay finalmente dará inicio. Esta batalla era realmente corta en un inicio, pero dado a que me gusta narrar las peleas decidí que sería un poco más larga. Así que espero les guste el resultado final. Una vez más, gracias por seguir leyéndome. Los quiere su tío Javi. ¡Chao y hasta el próximo capítulo!