Este es el primer LuNa que escribo, aunque me guste esta pareja siempre me ha dado recelo escribir algo de ella, siempre me ha costado imaginarme a Luffy en plan romántico ajaja Además también es el primero de género sobrenatural que escriba, un género que siempre me ha gustado jajaja.

Para este fic me inspire en un video de Crónicas Vampiricas que tenía la canción time of our lives razón por la que decidí titularlo así.

Disclaimer: One Piece y sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda.


Recuero perfectamente el día que lo conocí.

Era un soleado día de septiembre. Los pájaros cantaban alegremente, los niños jugaban por los alrededores, otros estaban junto a sus madres. Yo tenía cuatro años por aquel entonces.

Siguiendo con la armonía que había en el lugar, yo tendría que estar contenta, pero no podía parar de llorar. Algo horroroso se me avecinaba, o eso era lo que yo creía, puesto que me había llegado el día tan temido por todos los niños: el primer día de parvulario.

Mi madre iba a meterme a un colegio con un montón de niños que no conocía. Nunca había estado fuera de casa. Al contrario que mi hermana cuando le tocó, yo no pare de armar un escándalo. No quería que me alejaran de mi madre.

-Vamos Nami, te lo vas a pasar bien, conocerás a un montón de niños- intentaba animarme Bellemere.

-¡No quiero!- grite llorando llamando la atención de algunas personas que pasaban por allí y se me quedaron mirando.

-Tienes que empezar el curso, no hay más que hablar.

-¡Pero mama!

-No seas cría Nami- me reprocho mi hermana- yo ni siquiera llore cuando vine. Solo demuestras lo pequeña que eres- de pequeña Nojiko siempre me picaba con cualquier cosa.

-No es verdad- conteste decidida mientras me limpia las lágrimas- me voy a clase, a ver quién es la niña ahora.- y le saque la lengua a mi hermana mientras mi madre sonreía negando con la cabeza.

Ese era mi primer día de colegio, y también fue el día en el que le conocí. Los dos estábamos en la misma clase. Yo estaba jugando con unos chicos cuando se me acerco.

-¿Puedo jugar?- me dijo con una amplia sonrisa.

-No.- le dije yo y seguí con mis juegos.

Pero el chico parecía que no iba a darse por vencido. Se sentó a mi lado y comenzó a jugar como si nada. Pero para mi sorpresa empezó a caerme bien y desde aquel día nos hicimos grandes amigos. Y a partir de entonces, al cabo de los años, siempre fue así.

Él siempre fue mi mejor amigo, siempre podía contar con él. Cuando alguien me molestaba o me insultaban él siempre me defendía, y si hacía falta se peleaba con quien fuera.

El día que murió mi madre, el estuve a mi lado en todo momento apoyándome, intentando animarme como podía. Gracias a él pude sobrellevar mejor la situación.

El único momento en el que tuvimos problemas, fue en la universidad. Los dos estábamos lejos el uno del otro. A cinco horas de distancia exactamente. Pero eso no logro romper nuestra amistad.

Yo comencé a estudiar geografía y él se metió en el cuerpo de seguridad. Cuando era pequeño un policía pelirrojo llamado Shanks le salvo la vida. Desde entonces se convirtió en su ídolo, en su paso a seguir.

Él siempre estuvo allí cuando yo lo necesitaba, y siempre estaría, eso lo tenía seguro, yo no podía imaginarme mi vida sin él. Ahora lo único que me queda es ser fuerte para poder sobrellevar esto, porque esta vez él no está conmigo, y nunca más lo estará.


-Nami, ¿estás lista?- escuchó una voz que viene detrás de mí.

-Sí, Nojiko.-sus pasos se alejaron hacia el salón.

Me levantó del asiento me miro al espejo. Bajo mis ojos, aún con todo el maquillaje que había usado, todavía se podían notar las oscuras ojeras. Me recojo el pelo en un elegante recogido, mientras observo mi vestido negro. Nunca me vestía de ese color, es demasiado serio para mi gusto. Solo lo he usado dos veces, en el entierro de mi madre y hoy. Recojo el papel, que escribía momentos antes, un poco nerviosa, lo doblo y lo meto en mi bolso.

Más tarde, cuando llegamos a nuestro destino, bajamos del coche que nos traía. El cielo estaba totalmente nublado y amenazaba con llover en cualquier momento. Cuando murió Bellemere, estaba igual. Lo que me parece un tanto irónico. Me acerco donde están algunos de nuestros amigos y familiares de él.

Algunos lloraban, otros intentaban ser duros. Estábamos junto a un ataúd vació, puesto que nunca encontraron su cuerpo. El cura me llamo fue entonces cuando vi su tumba.

Cuando leí su nombre, fue como si de un golpe me arrastrara de nuevo a la realidad, a que nos encontrábamos en su funeral, y como su mejor amiga tenía que dar un discurso sobre él.

Abrí el papel temblorosa y antes de comenzar, volví a leer su nombre: Monkey D Luffy.


POR FAVOR NO ME MATÉIS

Sí, se que desde el primer capítulo he matado a Luffy, pero vuelvo a decir que es género sobrenatural, por lo que no saquéis conclusiones precipitadas.