Hola gente! Ahora les traigo otra de mis locuras, algo corto pero un poco mas dramático. Intenten leerlo pausado y lentamente, sintiendo cada palabra. Como escritora algo de lo quemas me gusta hacer es encontrar lo bello en lo cotidiano, en las situaciones de cada día... e intento siempre transmitir eso, así que como recomendación léanlo tranquilos en un ambiente cálido y con un te x) jajajaja Espero les guste!
Advertencias: Los procesos médicos que serás descritos están sujetos a inventos de mi imaginación. Si hay alguien que sabe de medicina por aquí, plis ignoren cualquier error o invento. Mucho amor y dulzura como siempre. Errores de ortografía.
Espero sus reviews :) Ja ne!
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Presentimiento III
No por favor.
Sentí esa punzada en el pecho mientras corría.
Era como si una aguja atravesara mi pecho lentamente hasta llegar al corazón, para hacerlo sangrar.
Otra vez no, por favor.
Estaban volviendo, estaban regresando.
Todos esos sentimientos del pasado, podía sentir como comenzaban a invadir de a poco todo mi ser. Oscureciéndome, llenándome de sombras, arrastrándome por un camino de espinas directamente hacia el mismo infierno.
Mis manos empezaron a temblar, y se me erizaron todos los pelos del cuerpo del solo pensarlo.
No permitas que le suceda nada.
No podía parar de correr, agitado, me faltaba el aire. Sentía la adrenalina correr rápidamente por mis venas, dándome una fuerza de origen desconocido para seguir adelante. Tenía que llegar allí lo más rápido posible.
La necesito, por Kami, la necesito.
¡Agh! Este maldito dolor de nuevo, en medio del pecho, cómo aplastándome, me traía recuerdos. Ese maldito dolor me llevaba nuevamente a lugares donde no quería volver nunca más.
Corre, maldición. ¡Corre mas rápido, maldita sea!
La imagen de mi padre muerto en la sala de mi antigua casa, con un kunai clavado en el pecho y lleno de sangre pasó por mi cabeza como un relámpago.
Y luego recordé el dolor.
No, no de nuevo. No sucederá de nuevo.
La imagen de mi mejor amigo aplastado por una roca con una sonrisa en el rostro, siguió por el mismo camino.
Y luego volvió el dolor.
¡Déjenme en paz!
Los ojos de Rin y su boca borboteando de sangre frente a mí, con mi propia mano atravesando su pecho, fue la tercera imagen en mi cabeza.
Y luego volvió, el dolor.
¡Basta! Ella estará bien, ella no puede… ¡No! ¡No! ¡No!
Cerré los ojos fuertemente, e intenté que toda esa parte de mi vida quede suprimida a donde debe estar. Bien en el fondo de mi alma, en el fondo de mí pasado. No podía pensar en el pasado ahora.
El pasado ya no tenía lugar en mi vida. Hace tiempo lo había dejado atrás y no permitiría que esa oscuridad llena de desesperación y dolor manche mi presente.
Nuestro presente.
Solo unas cuadras más.
Por favor Sakura, aguanta, estoy llegando. No puedes morirte, no puedes.
Que egoísta era. ¿Mi dolor? ¿Enserio estaba pensando en mi dolor?
Tenía a dos pequeños que se les arruinaría la vida entera si algo le pasara a su madre.
Sakura, quédate por ellos. Te necesitamos.
Prácticamente atravesé las puertas del Hospital de Konoha y grité el nombre de Sakura a la primera persona que encontré vestida con bata blanca.
No presté atención a nada mas de lo que me dijeron, ni como termine sentado en esa maldita sala de espera, ya que solamente era capaz de rezar por dentro "por favor, tú no", "por favor, tú no", una y otra vez.
¿Cuánto estuve esperando allí? Tal vez minutos, tal vez horas, pero a mi me pareció la eternidad mas agobiante y abrumadora de toda mi vida. Ni siquiera al nacer Kaito estaba de esta manera.
Ahora es diferente.
Cuando Naruto entró a la velocidad de la luz a mi despacho en la Torre del Hokage y pronunció esas palabras con tal tono de desesperación, supe que desde allí, todo sería diferente.
-¡Sakura esta en el hospital! Los niños están con Hinata pero Kakashi, ella no reaccionaba, es muy grave.
No escuché nada más, quedé como aturdido de alguna manera por unos segundos asimilando la información… pero cuando me di cuenta mis piernas ya se estaban moviendo y corriendo hacia el Hospital como si la vida se me fuera en ello.
…como si la vida se me fuera en ello. Mi vida se va contigo Sakura.
Mis ojos divisaron a Tsunade a lo lejos quien buscaba a alguien con la mirada, y me dirigí a ella automáticamente.
Por favor Tsunade, dime que en tus manos estará bien.
Cuando estuve lo suficientemente cerca, y noté sus ojos algo cristalinos algo en mi comenzó a romperse. No tuve que decir nada –no podría tampoco hacerlo-, ella solo comenzó a hablar mientras se dejaba caer en una silla detrás de ella.
-Sakura tuvo un shock séptico, es decir, la herida de su cesárea estaba infectada y esa infección se propagó por su cuerpo. Por ahora está estable con los antibióticos, pero la están ingresando a cirugía de emergencia para el drenaje de abscesos o coágulos en la herida.
Entendí poco y nada lo que me dijo en ese momento, pero la palabra cirugía ya me hacía querer morir.
-Pero estará bien ¿cierto? Es decir la operarán y ella se repondrá, ¿no es cierto Tsunade?
Con un par de lágrimas rodando por sus ojos, pateó con fuerza un pequeño tacho de basura que había cerca de ella.
-¡Respóndeme Tsunade! –Alcé la voz alterado, pero debía controlarme- Dime que Sakura estará bien, por favor.
-No lo sé Kakashi, en las próximas 5 horas debemos rezar porque sus órganos no comiencen a fallar. Más que operarla para eliminar el principal foco de infección y medicarla no se puede hacer nada, su propio cuerpo debe combatir la infección.
Me dejé caer, ya sin fuerzas, en otra de esas sillas de plástico. Me tomé de la cabeza y apoyé mis codos en mis rodillas, intentando recuperar el aire que sentía que se escapaba de mi cuerpo.
Las tres imágenes que habían pasado por mi mente minutos antes de llegar allí volvieron como flechas para clavarse en medio de mi consciencia. Y, ya sin fuerzas, me dejé hacer. Dejé que el dolor se apoderara nuevamente de mí, que me invada toda esa oscuridad y ese sufrimiento desgarrador.
¿Qué me hayan destruido el ojo izquierdo con un kunai?
¿Quedar atrapado en el Tsukuyomi de Itachi Uchiha?
¿Ser atravesado por la técnica de Pain?
¿Haber luchado días interminables la cuarta guerra Ninja recibiendo golpe tras golpe?
¿Pensaba que eso era dolor?
Pues el dolor que sentía ahora dejaba todo lo que había pasado como si fuera una picadura de mosquito.
Nada podía compararse al dolor de estar a unas horas de perder a Sakura.
Y ya no podía más, y ver el estado de Tsunade solo confirmó sus peores temores. Si no tenía a Sakura, ya no tendría nada.
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Una mano se apoyó en mi espalda de repente.
Miré de reojo a mi lado, Tsunade ya no estaba y ni la había sentido irse. Y ni siquiera tuve que alzar la mirada para saber que Naruto era el que estaba parado a mi derecha.
Yo solo seguí en mi posición, sobrepasado por la situación, sintiendo el firme y alocado palpitar de mi pulso en mi pecho.
Al ver que no le contesté, él solamente atinó a sentarse en una silla a mi lado pero sin aflojar el agarre de su mano ahora en mi hombro.
-Un gran hombre me dijo una vez: "un ninja debe ver a través de la decepción" -Murmuró, citando mis propias palabras- Sensei, tienes dos hijos por los cuales levantarte y seguir. Si no lo haces por lo que Sakura desearía de estar aquí, entonces por lo menos hazlo por tu hija recién nacida y por Kaito. Ellos están esperando a sus padres… y tú eres su padre.
Sus palabras me sorprendieron en verdad, recordé a la cara de Kaito, y recordé a mi pequeña hija de apenas unos días de nacida, y no se cómo, levanté la cabeza para mirar a mi alumno.
En ese momento tomé la decisión que iba a cambiar mi vida… y la de Naruto.
-Cuando saque a Sakura de aquí y esté devuelta en mi casa con nuestros hijos… voy a retirarme de mi puesto. –Le confesé.
Ya no quería estar ni un segundo lejos de Sakura, nunca más.
Él me miró por unos segundos, para luego endurecer su mirada.
-Eso no importa ahora, lo importante es que Sakura salga adelante.
Y con una afirmación decidida, rezamos por buenas noticias.
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Por favor Sakura, recupérate.
Por favor Sakura, recupérate.
Por favor Sakura…
Rezaba y rezaba siempre la misma oración con tanta vehemencia que hasta llegué a imaginar como mis palabras atravesaban todas las barreras físicas y psíquicas, y llegaban hasta ella, haciendo que se recupere.
En verdad uno podía pensar en cualquier cosa cuando se está desesperado.
Daría lo que fuera por escuchar otra vez tu voz. Olvídate cuando te dije furioso que tu voz me irritaba. Perdóname. Haría lo que fuera por escuchar mi nombre salir de tus labios otra vez.
Necesito ver ese brillo matutino en tus ojos luego de hacer el amor.
Necesito sentir como tus manos bajaban delicadamente mi máscara para besarme.
Necesito sentir tu cabeza en mi pecho mientras me abrazas, para saber que todo esta donde debería estar.
Necesito sentirte conmigo Sakura.
Por favor Sakura, recupérate.
-¿Hokage-sama?
Abrí mis ojos y vi a un hombre con bata blanca llamándome y entrando en la sala de espera. Me tendió una mano y yo mirándolo extrañado, le devolví el gesto estrechándosela.
-Soy el doctor Jiro Hanabusa, y estoy a cargo de la recuperación de Sakura.
-¿Cómo está ella? -Pregunté rápidamente sin dejarlo terminar su aburrido discurso de presentación.
-Bueno la cirugía salió como la esperábamos, pudimos sacar el foco infeccioso en su herida y curar la misma. Ahora ya han pasado un poco mas de las seis horas reglamentarias desde que ingresó con un cuadro de shock séptico, y luego del tratamiento y unas pruebas, podemos decir que esta recuperándose favorablemente ya que su presión arterial media va en aumento, junto con su saturación venosa de oxígeno y su hematocrito muy cerca del normal.
-Todo eso quiere decir que estará bien ¿verdad?
-Bueno, las primeras seis horas son las más críticas y se piensa que pasado ese tiempo sus posibilidades de recaer pasan de un 50% a un 10%, así que continuaremos monitoreando supresión venosa central, pero si continúa respondiendo al tratamiento como hasta ahora, sí, ella estará bien.
Por primera vez en horas pude tomar un gran suspiro. Me tomé la cabeza, intentando mantenerme armado por unos minutos más.
Sakura iba a estar bien, y eso era todo lo que importaba.
-Gracias doctor –Le dije mientras estrechaba su mano firmemente de nuevo- ¿Podré verla ahora?
Él me examinó unos segundos con su perfil más profesional posible, pero luego miró hacia sus costados y se acercó a mí.
-Con pacientes normales no podría entrar por protocolo del Hospital, pero creo que podríamos hacer una excepción por ahora.
No se si fue mi cara de destruido, o con las ansias que se lo pregunté pero me dejó entrar a verla.
Debía ver con mis propios ojos que ella estaba bien, que mi Sakura seguía siendo mi bella pelirrosa de siempre. Y que saldríamos de esta.
…
Se veía pálida como una hoja de papel, y tan débil como una muñeca de cristal. Tenía grandes ojeras y estaba conectada a dos o tres máquinas.
Me acerqué sigilosamente, me coloqué a su lado. Me dolía tanto verla de esta manera.
Tomé su mano lo mas delicadamente que pude entre las mías, y la apoyé contra mi mejilla. Estaba fría, pero seguía siendo mi Sakura, lo suave de su piel no lo confundiría nunca.
Sentí como sus dedos se movieron acunando mi mejilla, y llevé mi mirada hacia la suya.
Cuando vi esos dos orbes verdes nuevamente mirándome, pude sentir como si alguien me hubiera tirado un salvavidas en medio de una tormenta. Mi corazón dio un vuelco y no pude hacer más que seguir mirándola.
Era loco, muchas horas en la sala de espera pensando en ella y en todo lo queme gustaría decirle, y cuando estábamos aquí, solo bastó el encuentro de nuestras miradas para poner el mundo en su lugar.
-Hola –Susurró con una pequeña sonrisa.
Definitivamente era el hola más hermoso de mi vida.
-Me asustaste, pensé que no iba a volver a verte –Le confesé mientras cerraba mis ojos abrumado por mis sentimientos y disfrutaba del tacto de la palma de su mano con mi mejilla- He muerto de mil formas en las ultimas horas.
-Todo estará bien amor –Dijo despacio nuevamente, intentando tranquilizarme- ¿Y los niños?
-Keito con Hinata e Izumi con Tsunade por ahora, están bien… –Deposité un suave beso en su mano- … pero necesitan a su mamá.
Ella sonrió débilmente.
-Y también a su papá… ve a verlos por favor –En esta última palabra se le quebró la voz y pequeñas lágrimas cayeron delicadas de sus ojos. Yo acercando una mano, las sequé, y agachándome hasta quedar a su altura intenté tranquilizarla.
-No llores Saku, ellos están bien. Por lo único que debes preocuparte es por recuperarte para que podamos volver a casa.
Ella sintió intentando tranquilizarse y secar un par más de lágrimas.
Yo suspiré y sentí como mi ser comenzaba a funcionar con normalidad nuevamente. Aliviado apoyé mi frente contra el borde de su cama, a lo que ella llevó sus manos y las pasaba por mi cabello.
-Lo siento, no quise asustarte –Me dijo débilmente.
-No te disculpes… solo necesito un momento, hace minutos atrás pensaba en que mi vida estaba acabada sin ti y cuesta recuperarse de eso.
Tocaron la puerta en ese momento. Era la señal que mi tiempo acabó.
Me levanté y tomé su rostro entre mis manos juntando nuestras frentes, intentando grabar en mi mente esa mirada verde que pensé que perdería. Ella puso sus manos sobre las mías y me sonrió.
Había necesitado esa sonrisa para volver a tomar fuerzas.
-Te amo Sakura, por favor no vuelvas a hacerme esto. Por favor, por favor –Le dije suplicante, mis ojos me escozaban y tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar claro.
-Yo también te amo Kakashi. Ahora ve a cuidar de nuestros bebés, que yo no me iré a ningún lado ¿si? –Yo asentí, pero ella no estuvo satisfecha- Kakashi escúchame, yo no me iré a ningún lado. Me quedaré contigo para siempre.
Entonces tuve el presentimiento que tal vez ella si era capaz de atravesar todas las barreras físicas y psíquicas que nos separaban, y leer mi mente.
O tal vez me conocía demasiado.
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La primera noche con Sakura de vuelta en casa fue mucho mas tranquila de lo que esperaba. La paz que se respiraba en nuestro hogar era innegable.
Fue increíble como los niños estaban contentos pero totalmente calmados al tener a su mamá de vuelta.
Kaito solo se mantenía cerca de ella sin decir mucho; cenaba a su lado, escuchaba el cuento a su lado, la escuchaba cantar a su hermana a su lado, y al final, se durmió a su lado. Había extrañado mucho a su mamá.
Izumi bueno, con solo una semana de vida pasó de ser una bebé totalmente malhumorada y gruñona, a ser una pequeña calmada y que a penas sollozaba. Claramente, lo que la molestaba todo el tiempo era no estar con su madre porque cuando Sakura la sostuvo nuevamente, todo pareció tranquilizarse para ella, hasta comía mejor y dormía más horas seguidas.
Estábamos los cuatro en nuestra cama matrimonial. Kaito dormía entre nosotros dos, e Izumi estaba en el pecho de Sakura luchando por no dormirse mientras Sakura le tarareaba una canción y la acunaba como solo una madre podría hacerlo.
No podía despegar mi mirada de ella; seguía atento su canción, mientras vigilaba las respiraciones tranquilas de mis mujeres favoritas. Verla de ese modo tan radiante y hermosa como siempre lo fue, con nuestros dos hijos con nosotros, llenaba mi alma de una luz que hacía desaparecer todas mis sombras.
Era la mujer de mi vida.
Y me amaba.
Y yo la amaba a ella.
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¿Reviews? Según la cantidad y calidad de opiniones, veré si hago algún otro cap o ya dejo esta historia así :)
