Por siempre ella

"Hoy ya libre soy de ser yo, para estar a tu lado."

NTTW, Broken Youth.

Sarada vio a su padre arreglar el maletín que se llevaría a su viaje. Empacó cosas que Sarada apenas divisó, pues Sasuke le daba la espalda complicándole un poco la vista. Sin embargo, no era eso lo que ella quería, no buscaba mirar las cosas de su padre, sino hablar con él, preguntarle más, saber más de su vida y sus sentimientos.

Durante la semana que estuvieron juntos, como familia, Sasuke nunca le dijo a Sakura "te amo" o algo similar; además, tampoco recordaba haberlos visto besándose. Sarada temía que, después de todo, Sasuke no sintiera lo mismo por Sakura, que el viaje hubiera cambiado sus sentimientos. O viceversa…

— ¿Por qué no te has ido a dormir? — cuestionó Sasuke una vez cerrado su portafolio.

— ¿Eh?

— Es más de media noche. Si tu madre se da cuenta de esto, tendrán que buscar otro lugar donde vivir.

— No, le pedí permiso para desvelarme. — contestó Sarada con aplomo. — Quería hablar contigo, papá. — se aventuró a confesar.

Sasuke frunció el entrecejo antes de darse media vuelta y encarar a su hija. Cada vez que la veía, sentía que estaba viendo a Sakura cuando tenía doce años; a pesar del color de su cabello y el sharingan, Sarada era la viva imagen de su madre. Sobre todo, cuando colocaba esa expresión de valentía en su rostro.

— Bien, que sea rápido, no quiero que te desveles. — cuestionó sentándose en el sofá. Sarada, dubitativa, se sentó a su lado. — ¿Acerca de qué?

— De… mamá.

— ¿Aún crees que Karin es tu madre? — preguntó con una media sonrisa.

— ¡No! No, no, mamá ya me dijo que es mi mamá y le creo. Es sólo que… yo creí que los vería abrazarse o decirse algo más, pero no hacen nada de eso. — musitó. — Papá, ¿tú de verdad la quieres?

— Te dije que sí, Sarada.

— Dímelo de nuevo.

Sasuke suspiró.

— Quiero a tu madre.

— ¡¿De verdad?! — preguntó exaltada. Sasuke no se sorprendió al ver en esos gestos a la Sakura de doce años. — ¡Dime por qué! ¡Cuéntame!

— Ve a la cama.

— ¡No! Dime, dime por qué la quieres. Si me lo dices, juro que me iré a dormir, pero sólo cuéntame eso.

— Sarada… — respondió incómodo. Ni siquiera Naruto le había molestado a ese grado. — Porque soy libre con ella, ¿de acuerdo?

— ¿Libre? ¿A qué te refieres?

— A que con ella no tengo que fingir ser alguien, ser un vengador, un revolucionario o un hijo pródigo. Con ella sólo soy… yo. — confesó Sasuke con las mejillas ligeramente sonrojadas y la mirada clavada en sus pies. — Sakura me dio la libertad que siempre anhelé y utilicé esa libertad para casarme con ella. Por eso la quiero.

Sarada sonrió antes de saltar al cuello de su padre y abrazarlo con fuerza. A pesar de que Sasuke no utilizaba palabras cursis como en las novelas o en las películas, él poseía su propio vocabulario. Sasuke podía no ser un personaje salido de alguna obra de Shakespeare, mas, en definitiva, era un hombre cuya personalidad no se encontraba ni en el más antiguo libro. Un hombre cuyo corazón estaba condenadamente liberado por el amor a Sakura.

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¡Hola!:

Cuando vi esta frase, recordé a mi maestra de Medieval. Una vez, leímos un libro donde decía algo sobre la libertad entrecomillada al estar enamorado de alguien. No sé, me inspiraron esas dos cosas para crear este drabble.

Ojalá les haya gustado.

Nos leemos luego, la semana de drabbles ha terminado.

Les mando un fuerte abrazo.

Andreea Maca.