Esta es una adaptación del libro "THE DUFF" por Kody Keplinger, los personajes de Harry Potter, no me pertenecer, sino son de la fantástica J.K Rowling.
Llegamos al final de esta adaptación, solamente gracias por tanto, y perdón por tan poco. Sin dudas van a tener mas adaptaciones de mi parte por este medio, espero sinceramente que les haya gustado la historia y no dejen de poner sus expectativas en mi.
Capítulo 22 - "Te amo" (Último capítulo) PARTE FINAL
En algún momento, pensé que ser la Duff significaba ningún drama con los chicos. Claramente, estaba equivocada. ¿Cómo paso esto? ¿Cómo pude yo, la chica fea, terminar en medio de un triangulo amoroso? No era una romántica. Ni siquiera quería salir con chicos. Pero allí estaba yo, debatiéndome entre dos chicos atractivos que, en todos los sentidos, no debería haber tenido ni un chance. (Créanme, no es tan glamoroso como suena.)
Por un lado, tenía a Ron. Inteligente, tierno, divertido, educado, sensible y práctico. Ron era perfecto en cada manera concebible. Me refiero, él era un poco tonto, pero es lo que lo hace adorable. Me gusta estar con él, y él siempre me pone como prioridad. Él me respeta y parece nunca perder la paciencia. No había nada por lo que quejarme de Ron.
Por otra parte, estaba Malfoy. Un idiota. Un imbécil. Un arrogante, mujeriego chico rico quién pone primero al sexo que todo lo demás. Por supuesto, el era increíblemente guapo, pero él podía sacarme de quicio. El era irritantemente encantador, y su sonrisa tan graciosa realmente podría meterse bajo mi piel. No estaba temerosa de ser una perra con él. Odiaba admitirlo, pero Malfoy me entendía. Me sentía yo misma cuando estaba con él, mientras que siempre estaba tratando de esconder mi neurosis con Ron. Dios, la vida era más fácil cuándo nadie me notaba.
La nota de Malfoy pesaba media tonelada en mi bolsillo trasero mientras iba hacia el aparcamiento, esa tarde. Decir que estaba confundida habría sido una subestimación masiva. Me refiero, esa simple oración me dejo con un millón de preguntas, pero había una en particular:
¿Por qué demonios Malfoy me quiere a mí? De verdad, el tipo tiene docenas de chicas que matarían por estar con él. ¿Por qué yo? ¿No fue él, el primero, quién me llamo la Duff? ¿Qué Demonios? Pero cuando llegué a casa, todo se puso peor.
Por sugerencia de Ron, comencé a leer Cumbres Borrascosas en mi tiempo libre. Honestamente, los personajes principales me irritaban tanto que era difícil seguir leyendo. Estaba considerando en dejarlo por mi bien ese día, pero una línea en el dialogo captó mi atención.
"Mi amor por Linton es cómo la maleza de los bosques: el tiempo lo cambiará, yo ya sé que el invierno muda los árboles. Mi amor por Heathcliff se parece a las eternas rocas profundas, es fuente de escaso placer visible, pero necesario."
Tan estúpido como sonaba, ese pequeño extracto se metió en mi cabeza, como una canción que odias pero no puedes dejar de cantar. Trate de seguir leyendo, pero las palabras se mantenían rebotando en mi cerebro. Le di vuelta a la página y leí las líneas una y otra vez. Estaba tratando de averiguar por qué me inquietaba tanto cuando fui interrumpida por el sonido del timbre.
—Gracias a Dios —Murmuré, aliviada de tener una razón para cerrar el libro. Salí de mi cama y corrí a las escaleras.
— ¡Voy! —grité—. ¡Solo un segundo!
Abrí la puerta delantera, esperando encontrar a Ron, quién me había dicho que quizás se pasaría después. Pero el hombre en mi porche era un cincuentón gordito y pelirrojo.
Definitivamente no era mi novio. Él usaba un lamentable uniforme verde y un sombrero que no combinaba. En la etiqueta de su chaqueta se podía leer el nombre: JIMMY. El estaba sosteniendo un ramo de flores en su mano derecha y una carpeta bajo su brazo.
— ¿Eres la Señorita Granger? —Él preguntó.
—Um… sí.
Sus ojos estaban entrecerrados iluminados con una sonrisa—. Firma esto, por favor, —dijo él, dándome el portapapeles y un bolígrafo—. Felicitaciones.
—Em, gracias, —dije, entregándole de nuevo el me pasó el ramo, el cual vi que era de genuinas rosas rojas y sacó un sobre blanco de su bolsillo trasero—. Esto es para ti, —dijo él—. Eres una chica afortunada. No siempre hago entregas como esta a alguien de tu edad—. El sonrió—. Amor juvenil.
¿Amor juvenil? Dios, tuve que pelear con la urgencia de corregirlo. De darle un largo discurso acerca de cómo los adolescentes no se enamoran. Pero el todavía seguía hablando.
—Tu novio debe ser muy conservador. No muchos chicos son tan atentos a tu edad. Miré las rosas y dije—. Probablemente tengas razón. — ¿Ron todavía estaba tratando de animarme? Dios, él era tan bueno. Pero no merecía toda esa generosidad. Después darle las gracias al repartidor, cerré la puerta. Me sentí culpable por considerar mi situación un triangulo amoroso. Éramos solo Ron y yo y Draco danzaba a lo largo de la periferia, muy lejos de nosotros… o eso es lo que debería haber sido.
Puse el ramo en la mesa de la cocina y abrí el sobre, esperando encontrar una cursi carta pero perfectamente redactada de mi perfecto novio. Era la clase de cosas de las que normalmente me burlaría, pero dejé que Ron se saliera con la suya.
Realmente tenía una habilidad con las palabras a veces. Eso ayudaría cuando se convirtiera en un político la escritura de la carta era la misma que la nota de mi bolsillo trasero. En este momento, como sea, había mucho más que asimilar.
"Hermione:
Desde que te mantienes escapándote de mí en el instituto, y si lo recuerdo correctamente, el sonido de mi voz te causa pensamientos de suicidio, decidí que una carta podría ser la mejor manera de decirte como me siento. Solo préstame atención. No voy a negarte que tuvieras razón. Todo lo que dijiste el otro día era verdad. Pero mi miedo de estar solo no es la razón por la que te persigo. Sé lo que cínica que eres y sé que probablemente vas a venir con alguna respuesta irritable cuando leas esto, pero la verdad es, que te estoy asechando porque realmente creo que me estoy enamorando de ti. Eres la primera chica que ha visto a través de mí. Eres la única chica que me cantó en la cara todas mis gilipolleces. Me pusiste en mi lugar, pero al mismo tiempo, me entiendes más que ninguna otra.
Eres la única persona lo suficientemente valiente para criticarme. Tal vez la única persona quien miró lo suficientemente cerca para encontrar mis fallos y claramente, me has encontrado muchos.
Llamé a mis padres. Ellos regresan a casa la próxima semana para hablar conmigo y con Amy. Tenía miedo de hacer esto al principio, pero me inspiraste. Sin ti, nunca hubiese podido hacer eso. Pienso en ti mucho más de lo que cualquier hombre que se respete a si mismo admitiría y estoy enfermo de celos por Weasley, algo que nunca pensé que diría. Seguir sin ti es imposible. Ninguna otra chica me mantiene de puntillas en la manera como tú lo haces. Nadie me hace QUERER hacer el ridículo escribiendo cursis cartas como esta. Solamente tú.
Pero sé que también tengo razón. Sé que estas enamorada de mi, aunque estés saliendo con Ronald. Puedes mentirte si quieres, pero la realidad te golpeará en cualquier momento. Estaré esperando a que suceda… te guste o no.
Con amor,
D. Malfoy
P.D: Sé que estas poniendo los ojos en blanco en este momento, pero no me importa."
Honestamente, eso había sido una especie de cambio. Me quede mirando la carta un largo rato, finalmente entendí el agradecimiento de tratando de arreglar las cosas… gracias a mí. Por lo que le había dicho. Yo había conseguido entrar en esa cabeza dura.
Eso fue absolutamente abrumador para mí.Me llevo un segundo asimilar la sorpresa. Las palabras como "amor" y "solamente" saltaban de la página hacia mí. Era mi primera carta de amor, no es que nunca quisiera una, pero sin embargo, ni siquiera era de mi novio. El chico incorrecto me la había mandado.
El chico incorrecto me quería. Draco era el chico incorrecto. ¿O él era exactamente el chico correcto? Estaba tan consumida por mis pensamientos que salte cuando el teléfono sonó y anduve
con esfuerzo para contestarlo—. ¿Hola?
—Hola, Hermione- Dijo Ron- Mi corazón se aceleró y bombeo vergüenza por mis venas.
La carta de Draco, la cual todavía sostenía, quemaba los dedos de mi mano derecha, pero me arreglé para sonar normal cuando dije: —Hola, Ron
— ¿Vienes de camino?
—No —Suspiró—.
Mi padre tiene tareas para mí, entonces no puedo ir esta tarde. Lo siento de verdad.
—Está bien. —No debía sentirme aliviada, pero lo estaba. Ver a Ron significaba esconder las flores y entrar en una red potencial de mentiras y sabíamos cuan mala mentirosa soy—.No te preocupes.
—Gracias por ser tan compresiva. Pero realmente estaba esperando poder pasar algún tiempo contigo. Casi no nos vemos en el instituto —. El hizo una pausa—. ¿Tienes planes para esta noche?
—No.
— ¿Entonces quieres salir? Toca una banda mañana por la noche en el Nest y pensé que podíamos ir. Por supuesto tus amigas pueden venir también. ¿Te gustaría?
—Suena genial. —Ves, pequeñas mentiras como esa podía hacerlas. Odio la música en directo y había descartado el Nest, pero pretender lo opuesto haría a Ron feliz y Ginny estaría contentísima de ser invitada. Así que, ¿por qué no? Las pequeñas mentiras eran suficientemente fáciles, pero algo más grande, la embarraría.
—Bien —Dijo Ron—. Te recogeré a las ocho.
—Bien. Adiós.
—Te veré mañana, H.
Colgué el teléfono, pero mis pies se rehusaban a moverse. La carta todavía ardía contra mi piel y me encontré mirando a las tentadoras palabras.
— ¿Por qué no era más fácil? ¿Por qué tenía que venir Draco y hacerme cuestionarlo todo?
Me sentía como si estuviese traicionando a Ron con cada frase que leía. Como si lo estuviese engañando.
Pero ahora sabía que cada vez que besaba a Ron, estaba hiriendo a Draco.
— ¡Arrrrrgh! —Con un grito que explotó de mi pecho y arañó en su camino a través de mis pulmones, arrugué la carta en una bola y la lancé por la habitación tan fuerte como pude. Se movió lentamente por el aire antes de rebotar delicadamente en el papel tapiz de flores y aterrizar en el suelo.
Por último, con la garganta dolorida, me hundí en el suelo, hundí mi cara en mis manos y lo admito, lloré. Lloré de frustración y confusión, pero sobre todo por mí, por estar atrapada en esta situación, como la chica egoísta que era. Pensé en Cathy Earnshaw, la heroína malcriada y egoísta de Cumbres Borrascosas y recordé el pasaje que había estado leyendo antes de que el timbre sonara. Pero cuando las palabras brotaron a través de mi cerebro, eran ligeramente diferentes:
"Mi amor por Ron es cómo la maleza de los bosques: el tiempo lo cambiará, yo ya sé que el invierno muda los árboles. Mi amor por Draco se parece a las eternas rocas profundas, es fuente de escaso placer visible, pero necesario."
Mi cabeza se movió hacia atrás y hacia adelante febrilmente. Me gusta, me tuve que corregir. Mi gusto por Wesley es bla, bla, bla. Me limpié los ojos y me puse de pie, tratando de calmar mi respiración entrecortada. Luego me volví y me dirigí al piso de arriba. De repente quería saber cómo terminaba el libro.
Decidí mientras arrastraba mi cansado trasero a la escuela a la mañana siguiente, no era un buen presagio. Normalmente, no creía en presagios o signos o cualquier cosa de la basura del destino, pero las similitudes entre la situación mía y la de Cathy Earnshaw eran demasiado misteriosas para ignorarlas. No podía evitar preguntarme si el libro estaba tratando de decirme algo.
Estaba debidamente consciente de que estaba interpretando mucho de esto, pero mi falta de sueño se juntó con el estrés de todo lo demás que hacía que mi mente se fuera a unos lugares interesantes. Interesantes, pero no productivos. Fui casi un zombi todo el día, pero durante la mitad de la clase de cálculo, algo finalmente me despertó.
— ¿Escuchaste de Parkinson?
— ¿Acerca de que está embarazada? Sip. Lo escuché esta mañana.
Mi cabeza dio un chasquido con el problema que a desganas trataba de resolver. Dos chicas estaban sentadas de un lado en la fila frente a mí. Reconocí a una de ellas como una de las nuevas porristas.
—Dios, qué perra, —dijo la animadora—. Sin saber quién es el padre. Duerme con todo el mundo.
Detesto admitirlo, pero mi primera reacción a esto fue de un puro odio egoísta. Pensé en Malfoy. Había rechazado a Pansy en el pasillo hace unos días, ¿pero qué si algo había cambiado? ¿Y si la carta había sido una broma? ¿Un juego para jugar con mi cabeza?
Forcé que el pensamiento se alejara. Draco era cuidadoso. Siempre usaba condón. Además, era como esa chica había dicho —Pansy dormía con todo el mundo. Las probabilidades de que Draco fuera el padre eran casi nulas. Y no tenía derecho de preocuparme de ello, de todas maneras. No era mi novio. Aunque realmente me hubiera profesado su amor por mí en una carta.
Mi segundo pensamiento fue por Pansy. Tenía Diecisiete, en la víspera de la graduación, y,si los rumores eran ciertos, embarazada. Podía escuchar a la gente chismear al respecto en el pasillo cuando dejé cálculo. En una escuela del tamaño de Hamilton, no tomaba mucho tiempo que el chisme se esparciera. Pansy era la chica en la mente de todos. Incluyéndome.
Así que cuando salí del cuarto de baño, unos pocos minutos antes de inglés y encontré a Pansy parada frente al lavamanos, retocándose el brillo labial rosa, tuve que hacer un esfuerzo para evitar sus ojos.
Pero tenía que decir algo. Quiero decir, no éramos cercanas ni nada, pero sí almorzábamos juntas todos los días. —Hola —Murmuré.
—Hola —Replicó, todavía colocándose labial en su labio inferior
Abrí el grifo y miré mi reflejo en el espejo, tratando fuertemente de no espiarla. ¿Cuán avanzada estaba? ¿Sus padres ya se habían enterado?
—No es verdad.
— ¿Qué?
Pans cerró su lápiz labial y lo dejó caer en su estaba mirando por el espejo, y podía ver ahora que sus ojos estaban un poco rojos.
—No estoy embarazada, —dijo—. Quiero decir, pensé que lo estaba, pero la prueba dio negativo. La hice hace dos días. Pero supongo que alguien me escuchó cuando se lo estaba diciendo a...lo que sea. Pero no estoy embarazada.
—Oh. Bueno, esto es bueno. —Sí, probablemente no era la mejor cosa para decir, pero me tomó con la guardia baja.
Ella asintió y tiró un poco de uno de sus rizos de color rojo rubio. —Estaba aliviada. No sé cómo se lo habría dicho a mis padres. Y el tipo nunca hubiera sido un gran padre.
— ¿Quién?
Esa fue una pregunta egoísta.
—Solo este chico... Eric.
Gracias a Dios, pensé. Luego, por supuesto, me sentí increíblemente culpable. Este no era el momento de estar pensando en mí.
—Es solo este chico estúpido de la fraternidad que se libera acostándose con chicas de secundaria. —Ella miró hacia abajo, así que ya no podía ver sus ojos por el espejo—. Y no me importó una mierda. Solo lo dejé usarme, y nunca pensé... aún cuando el condón se rompió. .. Se desvaneció, sacudiendo su cabeza. De todas maneras, estoy feliz de que fuera negativo.
—Seguro.
—Da miedo, sin embargo, —dijo ella—. Me volví loca esperando por el resultado. No podía creer que estaba en esa situación, ¿sabes?
—Estoy segura, —dije, pero no lo encontré tan sorprendente. ¿No se había puesto en ello por un tiempo? Acostarse con chicos que no le importaban. Olvidándose de las consecuencias. Justo como yo lo hice...
De acuerdo, no había sido gente. Malfoy era el único chico. Y sí me preocupaba por él...ahora, después de que parara de acostarme con él. Pero eso era solo...bueno, no sé cómo lo llamarías. No tengo tanta suerte. ¿Quizás coincidencia? De cualquier manera, era lo suficientemente inteligente como para saber que no sucedía a menudo. Pero me había olvidado de las consecuencias. Y de repente me golpeó como que podíamos cambiar de lugar. Yo podría haber sido la chica de la que todos estarían hablando. Yo habría podido tener un susto con un embarazo. O peor.
Quiero decir, estaba en control de natalidad y Malfoy y yo siempre tomábamos precauciones, pero estas cosas fallaban algunas veces. Podría fácilmente habernos fallado a nosotros. Y aun así allí estaba yo, juzgando a Pansy por casi la misma cosa. Era una hipócrita de mierda.
—No eres una perra. —Tuve un destello repentino de Malfoy esa última noche en su habitación, diciéndome exactamente quién era. Diciéndome que el resto del mundo estaba tan confundido como yo. Que no era una perra, y no estaba sola.
Llamar a Pansy una cualquiera o una perra era como llamar a alguien la Duff. Era insultante y doloroso, y era uno de esos títulos que solo alimentaban un miedo interno que toda chica debió tener de tiempo en tiempo. Sucia, perra, mojigata, idiota. Eran todos lo mismo. Toda chica se siente como si una de estas etiquetas sexistas la haya descrito hasta cierto punto. Así que, quizás, toda chica se sentía como la Duff, ¿también?
—Dios, es tarde, —dijo P mientras sonaba el timbre de entrada—. Debo irme.
Observé mientras cogía su bolso y sus libros del mostrador, preguntándome qué estaba sucediendo en su cabeza. ¿Todo esto la había hecho consciente de las consecuencias de sus elecciones? Nuestras elecciones.
—Nos vemos, H, —Dijo ella, caminado hacia la puerta.
—Hasta luego, —dije. Luego, sin quererlo, añadí, —Y, Pansy...Lo siento. Está muy mal la forma en que la gente está hablando de ti. Solo recuerda que lo que ellos dicen no importa.
—De nuevo, pensé en Malfoy y en lo que me había dicho en su habitación—. Las personas que te insultan solo están tratando de hacerse sentir mejores. Ellos también la han jodido antes. No eres la única.
Pansy parecía sorprendida. —Gracias, —dijo ella. Abrió su boca como si fuera a decir algo más, pero luego la cerró de nuevo. Sin otra palabra, dejó el baño.
Por todo lo que sabía,ella podría salir y juntarse con otro tipo esa misma noche. Ella quizás no haya aprendido nada de esta experiencia. O quizás cambiaría todo su comportamiento —en el último caso, podría ser más cuidadosa. Quizás nunca lo sepa. Esa era su elección. Su vida. Y no era mi papel el juzgarla.
Nunca era mi papel el juzgar, porque ella era como yo. Justo como todos los demás.
Eso era algo que todos teníamos en común. Todos éramos fáciles o sucias o mojigatas o Duffs.
Yo era la Duff. Y eso era algo bueno. Porque nadie que no se sintiera como la Duff no tendría amigos. Todas las chicas se sienten feas alguna vez. ¿Por qué me había tomado todo este tiempo el descubrirlo? ¿Por qué me había estresado por esa tonta palabra por tanto tiempo cuando era tan simple? Debería estar orgullosa de ser la Duff. Orgullosa de tener grandes amigas que, en sus mentes, eran mis Duffs.
Estaba mirando distraídamente el torrente de gente cuando él apareció entre la multitud. Al principio ni siquiera lo noté. Estaba con Theodore Nott, hablando casualmente mientras se dirigían hacía el bar. Era fácil seguir su paso. Medía unos centímetros más que todos a su alrededor, miró alrededor a la muchedumbre con más seguridad que el resto de nuestros compañeros, caminó a través de la multitud con más gracia que la que cualquier adolescente normal podía manejar y mis ojos lo siguieron sin el consentimiento de mi cerebro.
A mitad de camino hacia el bar, Malfoy giró su cabeza en mi dirección. Sus ojos grises se encontraron con los míos por un instante. Mierda. Miré lejos, rezando que no me hubiera visto, a pesar de que estaba segura de que lo había hecho. — Dios — murmuré, apretando mi puño debajo de la mesa. — Es como si estuviera en todas partes.
— ¿Quién está en todas partes? — Ron preguntó, sentándose frente a mí y me acerco un vaso a través de la lisa superficie de la mesa.
— Nadie. —Tomé un trago de mi Coca light y traté de no hacer una mueca. La falta de azúcar dejó un mal sabor en mi boca. Tragué y pregunté — ¿De nuevo, cuál es el nombre de la banda que toca?
— Black Tears — respondió.
Si. Para mí eso sonaba como mierda emo.
— Genial.
— Nunca escuché su música — admitió Ron, pasando una mano por su cabello pelirrojo cortado como un tazón—. Pero la gente me dijo que son buenos. Además, es la única banda en Hamilton. Parece que el resto de los que tocan aquí son de Oak Hill.
— Uh-huh.
Me moví incómoda en mi asiento, consciente de los ojos de Malfoy sobre mí. La forma en que se deslizaban sobre mi piel me estaba enloqueciendo y esperaba que Ron no notara mi tic. Probablemente pensaría que consumía crack o algo.
— Terminé Cumbres Borrascosas — dije, desesperada por comenzar con un tema de conversación que sacara mis pensamientos de Ron. Me llevo un minuto darme cuenta que no era el mejor tema para esa tarea.
— ¿Te gustó? — preguntó Ron
—Bueno, me dio mucho en que pensar. —Me podría haber abofeteado. ¿No era ese maldito libro el que me había alterado en primer lugar? ¿Por qué tenía que sacarlo a relucir? Pero ahora era muy tarde para cambiar de tema. Ron había saltado con una crítica completa del libro.
—Lo sé. Siempre me pregunté qué había hecho que Emily Brönte eligiera escribir sobre personajes tan desagradables. Me refiero a que, a través de todo el libro, simplemente pensaba que Heathcliff y Linton eran unos bastardos, y Cathy…
Movía la pajita de la bebida, solo escuchando a medias. Cada vez que Ron decía Heathcliff mis ojos iban automáticamente a través de sus hombros para mirar a Malfoy.
Como siempre estaba guapísimo, llevaba unos vaqueros y una apretada camiseta blanca debajo de una chaqueta negra un poco demasiado larga. Estaba sentado solo en el bar, estirado y casualmente acostado con ambos hombros sobre la barra del bar. Solo. Ni una sola chica aferrada a él. Demonios, incluso Nott había desaparecido. Neville era la única persona lo suficientemente cerca como para hacerle compañía y parecía ocupado con una horda de sedientos chicos góticos.
Los ojos de Malfoy estuvieron fijos en mí todo el tiempo. Desde donde estaba sentada, era difícil leer su expresión, pero nunca vacilaron ni un segundo. Sí, era desconcertante, pero sabía que me hubiera decepcionado, tal vez incluso herido, si descubría que él se había dado vuelta. Realmente me atrapé a mi misma revisando cada pocos minutos si todavía me estaba mirando.
— ¿Hermione?
Sorprendida, me fijé en Ron de nuevo. — ¿Hmm?
— ¿Estás bien? —preguntó.
Mis dedos habían estado jugando con la medalla en forma de H, colgada en una cadena alrededor de mi cuello, sin darme cuenta. Inmediatamente baje mi mano. —Estoy bien.
—Ginny me advirtió que tal vez estés mintiendo cuando dices eso — dijo.
Apreté mis dientes y busqué en la pista de baile a mi "amiga". Estaba siendo agregada a mi lista de golpes.
—Y creo que tiene razón — suspiró Ron
— ¿Qué?
— Hermione, sé qué está pasando —. Miró a Malfoy sobre su hombro antes de volverse hacía mí con una leve inclinación de cabeza. —Te esta mirando desde que llegó.
— ¿Lo estuvo haciendo?
— Lo puedo ver por los espejos de allí. Y tú lo estuviste mirando también — dijo Ron.— Y no es solo esta noche. He visto la forma en que te mira en la escuela. En los pasillos. Le gustas, ¿cierto?
— No… No lo sé. Supongo. —Dios, esto era incómodo. Simplemente seguía moviendo mi pajita entre mis dedos y mirando las pequeñas olas que se formaban en la superficie de mi bebida. No podía mirar a Ron.
— No tengo que suponerlo — dijo— Es bastante obvio. Y la forma en que lo miras me hace suponer que tú también estás enamorada de él.
— ¡No! — chillé, soltando mi vaso y mirándolo directamente. — No, no, no. No estoy enamorada de él, ¿está bien?
Ron sonrió ligeramente y dijo — Pero tienes sentimientos por él. - No pude ver ninguna señal de dolor en sus ojos, solo un toque de sorpresa. Eso hizo mucho más fácil darle una respuesta. — Um,… sí.
— Entonces ve con él.
Rodé mis ojos sin querer. Simplemente era automático. — Jesús, Ron — dije. — Eso suena como una línea sacada de una mala película.
Ron se encogió de hombros. — Tal vez, pero lo digo en serio, H. Si sientes eso por él, deberías ir allí.
— ¿Pero que pasa con…?
— No te preocupes por mi — dijo — Si quieres a Draco, es él con quien tendrías que estar ahora. Salir conmigo no hará que tus sentimientos por él desaparezcan… Debería saberlo. Definitivamente no te preocupes por mí. La verdad es que, estoy en la misma situación que tu. Solo que no quería admitirlo.
— ¿Cómo?
Ahora era Ron el que miraba su bebida, ajustando nerviosamente sus lentes — No superé lo de Lavander
— ¿Lavander? ¿Tu ex?
El asintió — Rompimos hace más de un mes, pero todavía pienso mucho en ella. Realmente me gustas, entonces pensé que si salíamos, tal vez me olvidaría de ella. Por un tiempo lo hice, pero…
— Bueno, entonces deberías llamarla — dije — En vez de simplemente quedarte sentado lamentándote, deberías llamar a Lavander y decirle como te sientes. Esta noche.
Alzó sus ojos de nuevo para encontrarse con los míos. — ¿No estás enojada? ¿No te sientes usada?
— Eso me haría una gran hipócrita ya que en cierto modo yo también te estaba usando. —A pesar de que no quise lo; me levante de la mesa y me detuve hasta equilibrarme en las plataformas de mis zapatos. — Y para que quede claro, si Lavander no te acepta de nuevo, es una idiota. Creo que probablemente eres el chico más dulce y amable que conocí en mi vida, y tuve un flechazo masivo por ti por años. Seriamente deseo que fueras el indicado para mí.
— Gracias — dijo Ron — Y si Malfoy rompe tu corazón, prometo… Bueno, diría patear su trasero, pero ambos sabemos que eso es físicamente imposible — Frunció el ceño hacia sus huesudos brazos — Así que le escribiré una carta desagradable.
— Está bien — resoplé. Me incliné sobre la mesa y lo besé en la mejilla. — Gracias.
Me sonrió, lo recordaría el resto de mi vida, y dijo — Te estás entreteniendo. Apúrate y
ve.
— Está bien. De acuerdo. Nos vemos en clase, Ron
— Adiós, Her.
Respire profundamente para calmar mis nervios mientras miraba a Malfoy de nuevo.
Luego, con una débil sonrisa, comencé a abrirme paso a través del atestado bar. La música tecno se hacía detenido, y todos en la pista estaban esperando a que la banda saliera al escenario. Tuve que zigzaguear a través de los cuerpos inmóviles, ninguno de ellos fue lo suficientemente considerado como para moverse a un lado ni siquiera por un milisegundo.
Vi a Ginny entre el gentío; su cabello pelirrojo se veía sobre todos excepto sobre el chico a su lado, el jugador de baloncesto que había estado observando durante semanas y supe que no le gustaría mi decisión. En su cabeza, era culpa de Malfoy que la hubiera abandonado. Estaría disgustada conmigo. Tal vez incluso se enfadaría. Pensaría que la estoy dejando atrás de nuevo. Simplemente tendría que probarle que estaba equivocada. Probarle que Ron, a quien ella adoraba, no era adecuado para mí.
Cuando estaba a aproximadamente a unos pasos de la barra, un sonido llenó los altavoces, pero no era la música emo que estaba esperando. En su lugar, un alarido asaltó mis oídos y me asustó como la mierda. Estaba tan sobresaltada que salté, que no habría sido tan grave con otros zapatos.
Mi pie aterrizó a un lado de mi plataforma, haciendo que me cayera. Antes de que pudiera recuperarme, mi tobillo dio paso en falso y me caí golpeando con mi cara el suelo de madera.
¡Maldita sea! No pude evitar gemir mientras me dolía el tobillo doblado. — ¡Mierda! – Gruñí - ¡Ay, ay,
Mi piel hormigueaba mientras dos manos me levantaban por los codos y me ponían de pie. Dándose cuenta de que no podía mantenerme de pie, Malfoy pasó su brazo por mi cintura y me llevó hasta un taburete del bar.
— ¿Estás bien? — preguntó, ayudándome a sentarme. Podía decir por su sonrisa que estaba
luchando por contener la risa.
— Si — balbuceé, sonriendo un poco. Realmente no me sentía tan avergonzada. Habría corrido o cojeado fuera del bar, pero con Malfoy me sentía bien. Como si pudiéramos reírnos juntos de ello. Pero la sonrisa se borró y su cara se volvió seria. Me miró un largo momento y su silencio me estaba por hacer subir por las paredes cuando finalmente abrió su boca.
— H, yo — ¡H! ¡Oh por Dios! — Luna se materializó a mi lado, sus mejillas estaban rojas por la emoción y el baile. Detrás de ella, la banda había comenzado a tocar o a intentar tocar una versión emo de una canción de Johnny Cash. Era deprimente, pero Luna logró hablar a través del ruido. — ¡Oh H, finalmente te encuentro! ¿Viste? ¡Nott y yo estábamos bailando juntos! Creo que tal vez me pida ir juntos al baile. ¿No sería genial?
— Bien por ti, Luna
— ¡Tengo que ir a decírselo a Ginny! — Entonces vio a Malfoy. Una sonrisa sabedora se extendió a través de su rostro mientras decía — Os veo después — Y con un rápido movimiento de su rubio pelo, se había ido.
Malfoy la vio desaparecer entre la muchedumbre con una expresión asombrada.
— Sabe que Nott prefiere a los hombres, ¿cierto?
—Dejemos que tenga esperanza — dije, sonriendo a mi misma.
Volvió su atención hacia mí. — Si. La esperanza es buena. H, yo, sonrió con maldad.
— Sabía que cederías tarde o temprano — Puso su mano en mi rodilla y la movió suavemente por mi muslo — Finalmente vas a admitir que me amas, ¿cierto? Quite con fuerza su mano — Primero — comencé — No te amo. Amo a mi familia y tal vez a Ginny y Luna, pero el amor romántico lleva años y años en aparecer. Entonces no te amo. Pero admitiré que he pensado mucho en ti últimamente y definitivamente tengo sentimientos por ti… Otros sentimientos además de odio mayormente. Y tal vez es posible que en el futuro pueda amarte — Vacilé, un poco asustada por las palabras que había pronunciado. — Pero todavía quiero matarte la mayor parte del tiempo.
La mueca de Malfoy se convirtió en una sonrisa genuina. — Dios, te extrañé — Se inclinó para besarme, pero levanté mi mano para detenerlo. — ¿Cuál es el problema?—preguntó.
— No vas a meterte en mis pantalones esta noche, idiota — dije, recordando a Pansy y el susto por el que había pasado. No me iba a convertirme de repente en una monja o algo, pero luego de darme cuenta de la facilidad con la que podíamos haber cambiado roles, sabía que algunas cosas tendrían que cambiar. — Si vamos a hacer esto, lo vamos a hacer bien. Vamos a tener una relación sin prisa, como una pareja normal de secundaria.
Se acercó y tocó la pequeña H que descansaba en medio de su cuello, girando el colgante que mamá me había dado entre su pulgar y su dedo índice, casi distraídamente. — Pero ninguno de los dos somos normales.
— Eso es verdad — reconocí — Pero esa parte de nosotros va a ser normal. Mira, no digo que no podamos llegar hasta ese punto. Simplemente vamos a… llevarlo un poco más despacio.
Malfoy lo pensó un momento antes de dejar que apareciera esa sonrisa torcida en su rostro otra vez. — De acuerdo — dijo, inclinándose un poco hacia delante para mirarme a los ojos — Está bien. Hay otras cosas que podemos hacer — Sus dedos soltaron mi collar y se movieron por mi clavícula, deslizándose por mi brazo y enviando un temblor por mi espalda. — Creo que tengo un trabajo que terminar. Fuimos interrumpidos la última vez, en tu habitación, pero puedo mostrártelo otra vez. Ansío mostrártelo otra vez.
Respire profundamente, tratando de ignorar esa afirmación y la explosión de emoción que me dio — Vamos a tener una cita — Continué, aclarando mi garganta — Una cita agradable.
Y nunca más vas a llamarme Duffy de nuevo. La sonrisa satisfecha de Malfoy desapareció y mordió su labio — H — dijo despacio.
Apenas podía escucharlo sobre la música. — Lo siento. No sabía cuanto te lastimaba. Nunca debería haberte llamado la Duff en primer lugar. No te conocía entonces. Yo no...Sacudí mi cabeza. — No te molestes en inventar excusas — dije — No gastes tu tiempo,porque la verdad es que, yo soy la Duff. Pero también lo es el resto del mundo. Todos somos malditos Duffs
— Yo no soy el Duff — dijo Malfoy con confianza.
— Eso es porque no tienes amigos.
— Oh. Cierto.
— Y — continué — Probablemente sea una perra la mayoría del tiempo. Te garantizo que encontraré una razón para gritarte casi todos los días y que no te sorprenda si algunos tragos son tirados sobre ti de vez en cuando. Así soy yo y vas a tener que vivir con ello.
Porque no voy a cambiar por ti ni por nadie. Y… Malfoy se bajó de su taburete y apretó sus labios sobre los míos antes de que las palabras pudiesen salir. Mi corazón golpeaba mientras cada pensamiento vaciaba mi mente. Uno de sus brazos cercó mi cintura, atrayéndome tan cerca como fuese posible y su mano libre se ahuecó en mi rostro, su pulgar acariciando mi pómulo. Me besó tan apasionadamente que
pensé que íbamos a incendiarnos. No fue hasta que se alejó, ambos necesitando aire, que pude pensar en orden otra vez.
— ¡Tú, idiota! — grité, empujándolo lejos de mí. — ¿Besarme para hacerme callar? Dios, eres tan detestable. Podría simplemente tirarte algo ahora mismo.
Malfoy saltó encima de su taburete con una gran sonrisa, y de repente lo recordé diciéndome que era sexy cuando me enojaba con él. Vaya a saber. — Discúlpame, Neville — llamó al camarero— Hermione quiere una Coca de Cereza.
A pesar de mis mejores esfuerzos, sonreí. Él no era perfecto, ni siquiera estaba remotamente cerca, si importara, pero tampoco lo era yo. Ambos estábamos bastante jodidos. Pero, de alguna manera, eso hacía todo más emocionante. Sí, era enfermo y retorcido, pero eso es la realidad, ¿cierto? Escapar es imposible, ¿Entonces por qué no aceptarlo?
Malfoy cogió mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. —Estas muy guapa esta noche, Hermione.
FIN ^^
