Capítulo 35. Regreso y curación
Varios días más tarde Obélix llegó finalmente a la aldea acompañado de Astérix e Ideáfix, los otros aldeanos se alegraron mucho de ver que el gran galo lo había conseguido, y enseguida se reunieron todos a la entrada del pueblo para dar la bienvenida a sus héroes. La noticia de su llegada pronto recorrió todos los rincones de la aldea, incluso llegó a la cabaña de Panorámix, donde él y Galénix estaban cerca de conseguir un antídoto que devolviera a Astérix a su antiguo ser.
Sabiendo que estaban tan cerca del éxito, los dos druidas decidieron postergar su reunión con los dos galos, si podían presentarse ante ellos con el antídoto ya listo, sería mucho mejor que con la simple esperanza de que pronto estaría listo.
Mientras esto sucedía, los habitantes de la aldea por su parte no vieron con muy buenos ojos la llegada del acompañante que venía con sus héroes. Para todos y cada uno de ellos, ese romano fue la causa de todos sus males, no podían consentir que ahora estuviera allí en la aldea, y mucho menos con la pretensión de quedarse a vivir con ellos. ¡Estaba loco ese romano!
Hubo muchos que eran partidarios de echarle a patadas del pueblo y que se perdiera en el bosque, pero ninguno de ellos se atrevió a hacerlo porqué Astérix, aún vestido con la ropa de romano que le habían obligado a llevar, saltó nuevamente en defensa del ex senador.
"Escuchad, es verdad que este hombre me separó de todos vosotros, de mi gente, y me llevó a Roma, pero también es verdad que me cuidó cuando estuve enfermo, me hizo compañía cuando tuve pesadillas e incluso me habló de las estrellas y de las historias que se ocultan tras ellas. Además, ayudó a Obélix a encontrarme. No es malo"
Ordenalfabétix miró al niño galo ligeramente confundido. ¿cómo podía hablar bien de quien lo secuestró y se lo llevó? Negando con la cabeza, el pescadero señaló al romano y dijo:
"Si no fuera malo no te habría cogido en primer lugar"
Los ojos de Astérix se abrieron con sorpresa, seguramente no esperando para nada esa respuesta, aún así el pequeño galo se recuperó rápidamente y respondió con firmeza:
"¡Pero las personas pueden cambiar!"
A continuación, intervino Esautomátix diciendo:
"Hay algunas que sí y otras que no, yo no me fio de este romano, no quiero que esté aquí" y para enfatizar su postura, el herrero se cruzó de brazos y miró al ex senador con furia.
Mirando entre uno y otro, el galo rubio convertido en niño frunció el ceño, se cruzó de brazos también y replicó:
"Está bien, si él se va, ¡yo también!"
Las respuestas de los aldeanos no se hicieron esperar:
"¿Qué?"
"Astérix ¿te has vuelto loco?"
"¿Prefieres estar con un romano antes que con nosotros?"
Esta última pregunta hizo que Astérix se pusiera a mirar al galo que la había pronunciado y con voz suave le respondió:
"Romano, galo, egipcio, ¿qué más da? Él es una buena persona, no merece vivir en medio del bosque, si no le queréis en la aldea es como si a mí tampoco me quisierais"
Esa última declaración del galo rubio provocó una nueva oleada de respuestas por parte de los aldeanos.
"¿Qué?"
"Pero…"
"Astérix por supuesto que te queremos con nosotros"
Estas palabras las había pronunciado Abraracúrsix desde su escudo, mientras miraba al niño galo con preocupación. ¿cómo podía ser que Astérix defendiera tan fieramente a ese romano?
El niño galo miró al jefe de la aldea y juntando sus pequeñas manos, puso nuevamente ojos de cachorro mientras le decía al galo con túnica verde:
"Entonces dejad que él se quede, por favor"
Abraracúrsix no pudo evitar derretirse ante esa mirada, ¿cómo negarle algo a alguien que te miraba de ese modo?
Pero… no podía arriesgarse, tener a ese romano allí era un peligro, y ¿por qué no decía nada Obélix? Tal vez conocer su opinión arrojaría algo de luz sobre el tema:
"Obélix, ¿tú qué piensas de todo esto?"
Todos los aldeanos miraron entonces al repartidor de menhires, el cual, primero miró a Abraracúrsix, luego al ex senador y finalmente su mirada se posó nuevamente en su jefe cuando respondió:
"Ciertamente, este romano puede haberse llevado a Astérix, pero sin su ayuda, jamás lo habría podido encontrar. Si Astérix está ahora aquí, es gracias a él"
Abraracúrsix pensativo se frotó la barbilla mientras procesaba las palabras del gran galo. ¿Realmente era ese motivo para dejar que ese romano estuviera en la aldea?
"¿Y crees de verdad que puede vivir con nosotros?" preguntó con cierta preocupación en su voz.
Obélix se encogió de hombros y respondió diciendo:
"Bueno… Julio lo ha desterrado de Roma, así que tampoco tiene adónde ir"
Ante esa respuesta, los ojos de todos los presentes se abrieron como platos, y uno de los aldeanos preguntó contrariado:
"¿Ha sido desterrado?"
Lucius Flordelotus en ese momento dio un paso al frente y mirando al aldeano que había formulado la pregunta y después al resto de habitantes del pueblo respondió:
"Sí, César me ha desterrado de Roma, y eso… aunque no lo haya especificado, incluye no solo la ciudad sino también el imperio, y como este pueblo es el único lugar dentro de las fronteras que no está bajo el dominio del imperio…"
Astérix con una enorme sonrisa en su rostro aprovechó ese momento para hablar:
"Él no tiene adónde ir, nuestra hospitalidad gala nos obliga a ofrecerle un lugar en el que vivir"
Al escuchar esas palabras, Abraracúrsix abrió los ojos aún más si era posible y golpeándose la frente dijo en voz baja:
"Oh por todos los dioses"
El ex senador miró entonces al galo sobre el escudo y con voz seria le dijo:
"Jefe de la aldea, si aceptáis que viva aquí, prometo solemnemente vivir bajo vuestras órdenes, y no realizar ninguna acción que vaya en contra de vuestro pueblo"
Abraracúrsix miró al senador a los ojos, y en ellos no pudo ver el más mínimo atisbo de engaño o mentira, parecía que hablaba con total honestidad. Tal vez… tal vez era verdad que había cambiado. Así pues, el jefe de la aldea después de echar una última mirada a los que le rodeaban, miró nuevamente a Lucius Flordelotus y le dijo:
"Está bien, puedes vivir en la aldea, pero cualquier indicio o acción que nos lleve a pensar que puedes traicionarnos implicará una expulsión inmediata ¿aceptas esta condición?"
"La acepto" respondió el romano con una amplia sonrisa.
Justo en ese momento, varios aldeanos se apartaron y revelaron a Panorámix y Galénix allí de pie. Los ojos de ambos druidas se abrieron como platos al reconocer al romano que acompañaba a Astérix y Obélix. Aunque a diferencia de Galénix, Panorámix sintió que su sangre hervía al ver a ese hombre allí, y seguramente su furia interna debió haberse manifestado hacia el exterior, pues vio como los ojos del romano se abrían con miedo y que retrocedía ligeramente.
Panorámix estaba a punto de expresar su disgusto ante la presencia del hombre de túnica blanca cuando de repente, desde el otro lado del senador apareció Astérix, por alguna razón vestido de romano, y al verle, enseguida corrió hacia él gritando su nombre:
"¡Panorámix!"
El druida de la aldea rápidamente olvidó su furia hacia el romano, aunque no lograba entender cómo Astérix parecía sentirse cómodo estando cerca de ese hombre. ¿Qué había sucedido? ¿Qué se había perdido?
Agachándose, Panorámix recogió a Astérix entre sus brazos y lo levantó del suelo. Oh, como había echado de menos a ese pequeño galo. Astérix por su parte, abrazó fuertemente al druida y enterró su rostro en la larga barba del hombre mayor. Todos parecieron conmoverse por esa escena, e incluso se escuchó algún Awwww entre la multitud.
Mientras Panorámix sostenía a Astérix entre sus brazos, Galénix pidió una breve explicación por la presencia del hombre romano. Rápidamente, Obélix, Abraracúrsix y el mismo Lucius pusieron a los dos druidas al corriente de la situación.
Panorámix no parecía feliz con la idea de que ese hombre viviera con ellos, pero teniendo en cuenta todo lo que había escuchado, y sabiendo con qué ferocidad lo había defendido Astérix, el druida llegó a la conclusión de que no podía negarse, especialmente si era una decisión ya tomada.
En lugar de eso, Panorámix se centró en la maravillosa noticia que gracias a la ayuda de Galénix ahora podía proclamar a toda la aldea.
"Queridos amigos, Galénix y yo queremos anunciaros que hemos encontrado una cura para Astérix"
Toda la gente de la aldea vitoreó alegremente por el triunfo que acababan de escuchar, incluso Lucius Flordelotus parecía feliz por esa gran noticia. Astérix levantó la cabeza para mirar a su druida y con voz emocionada preguntó:
"¿Es eso cierto Panorámix?"
El hombre de larga barba blanca miró con ternura al joven galo y respondió:
"Sí, claro que sí Astérix"
El niño de repente se puso serio y bajó la mirada al suelo. Panorámix se sorprendió por este cambio de actitud ¿qué le pasaba ahora? Intrigado por eso, le preguntó al galo rubio:
"Astérix, ¿qué te pasa?"
El niño levantó la vista y mirando a su druida a los ojos le dijo con voz ligeramente temblorosa:
"Tengo miedo"
Los ojos de Panorámix se abrieron con sorpresa, no era normal que Astérix admitiera tener miedo, ni siquiera cuando era un niño. Aún así, el druida de la aldea hizo todo lo posible para parecer calmado cuando le preguntó al joven:
"¿Miedo? ¿miedo de qué?"
Astérix cerró los ojos, parecía estar tratando de controlar su respiración acelerada. Cuando estuvo lo suficientemente calmado como para hablar, el pequeño galo dijo:
"Miedo de no recordar todo lo que viví antes de convertirme en un niño y además… no quiero olvidar algunas de las cosas que he vivido en estos últimos días, ¿y si me olvido de esto cuando vuelva a ser mayor?"
Panorámix sonrió con ternura, el miedo del pequeño galo era perfectamente comprensible, sobre todo cuando el propio druida aún recordaba lo asustado que estaba Astérix al no ser capaz de recordar nada de lo que había hecho antes de despertarse siendo niño. Pero Panorámix también se había dado cuenta de que, aunque fuera inconscientemente, los recuerdos de Astérix trataban de salir a la luz.
Así pues, el druida de la aldea miró al pequeño galo directamente a los ojos y con voz suave le dijo:
"Astérix, tú nunca perdiste tus recuerdos, siempre estuvieron allí, solo que no podías llegar a ellos, estoy seguro de que cuando vuelvas a ser el de antes, lo recordaras todo de nuevo, y por lo que respecta a los sucesos de estos últimos días… si no lo recuerdas de inmediato, estoy bastante convencido de que con el paso del tiempo lo recordarás"
Astérix sonrió y sus ojos brillaron radiantes, al mismo tiempo que preguntaba con voz emocionada:
"¿Estás seguro?"
El druida asintió y respondió:
"Bastante"
En verdad, Panorámix no quería mentir al chico, así que no le respondió con un sí rotundo, pues siempre existía la posibilidad, Tutatis no lo quiera, de que algo saliera mal.
Aún así, la respuesta del druida pareció convencer al niño galo, pues enseguida saltó de los brazos de Panorámix y con voz decidida dijo:
"De acuerdo, ¿qué tengo que hacer?"
Panorámix sonrió y mirando a su compañero druida, le dijo a Astérix:
"Nos iremos a tu casa para darte ese antídoto"
El niño rubio ladeó la cabeza sin entender. Normalmente, cuando enfermaba, su madre lo llevaba a la cabaña de su druida y allí él le curaba. ¿Por qué era distinto esta vez?
"¿Por qué allí?" preguntó mostrando así su desconcierto.
Panorámix soltó una leve risita y respondió a la pregunta:
"Porqué allí tienes tu ropa"
Astérix se quedó perplejo, era verdad, si se tomaba ese antídoto y volvía a… volvía a ser un adulto, necesitaría ropa que ponerse, no había pensado en eso. El niño galo bajó la cabeza y con voz avergonzada dijo:
"… claro… tiene lógica"
Los aldeanos se rieron alegremente por toda la situación en su conjunto, no reían con malicia, simplemente encontraban graciosa la reacción del pequeño galo por estos temas de… indumentaria.
Cuando las risas se calmaron, los dos druidas instaron al niño galo a seguirles, y los tres se fueron hasta la cabaña de Astérix, seguidos por la totalidad de los aldeanos, que deseaban ver si el antídoto surtía efecto o no.
Cuando los dos druidas y Astérix entraron, rápidamente cerraron la puerta para que nadie más pasara, no querían miradas indiscretas durante el proceso, ni siquiera permitieron la entrada a Obélix, a pesar de la insistencia de este por estar con su mejor amigo.
Panorámix le aseguró al galo pelirrojo que la transformación probablemente no sería agradable, y que también era muy probable que Astérix quedara inconsciente tras ella. Panorámix no quería que Obélix fuera testigo de eso. En su lugar, le aseguró que en cuando todo hubiera pasado, sería el primero en poder ver a Astérix.
Como habían pronosticado los dos druidas, la transformación no fue algo agradable de ver, pero afortunadamente, el antídoto había funcionado, por lo que Astérix volvía a ser el de antes. También, tal y como habían predicho los dos hombres de larga barba blanca, el galo rubio quedó inconsciente tras su transformación. Algo completamente lógico, pues un cambio corporal de esa clase dejaba a la persona agotada física y psíquicamente.
Afortunadamente, los dos druidas habían tomado la precaución de hacer que Astérix se pusiera su ropa de adulto y que a continuación se sentara en su cama antes de administrarle el antídoto. Gracias a eso, se ahorraron la incómoda situación de tener que vestir al galo adulto, y también gracias a ese hecho, Astérix podía ahora descansar en su cama y no en cualquier otro rincón.
Lo único que podían hacer ahora, era esperar a que el galo despertara. Sólo entonces podrían evaluar la efectividad total del antídoto. Mientras esperaban, Panorámix fue a buscar a Obélix, diciéndole que si quería ya podía ir a ver a Astérix, algo que el gran galo aceptó enseguida.
Obélix entró rápidamente a la cabaña y se encontró a Astérix, su Astérix, durmiendo en su cama. Obélix sintió que se le nublaba la vista por las lágrimas. Su mejor amigo había vuelto, y se sentía muy feliz por ello.
Cogiendo un taburete cercano, el gran galo se acomodó al lado de su amigo, dispuesto a esperar a que él despertara. Y allí se quedó, esperando, esperando, esperando…
Obélix nunca supo cuanto tiempo había estado allí, puede que incluso se quedara dormido, cuando de repente escuchó un leve gemido a su lado y abriendo los ojos, vio que los párpados de Astérix comenzaban a temblar. ¡Se estaba despertando! Levantándose de golpe, Obélix involuntariamente hizo caer el taburete en el que había estado sentado, provocando un gran estrépito cuando chocó con el suelo.
El fuerte ruido provocó que los ojos de Astérix se abrieran de golpe, pero rápidamente los volvió a cerrar ante la intensa luz que lo envolvió, al mismo tiempo, el galo rubio se llevó la mano a la sien, como si le doliera la cabeza. Eso preocupó tremendamente a Obélix, quién rápidamente se agachó para ponerse a su la altura de su amigo. Una vez a su lado, el galo pelirrojo preguntó con voz suave:
"¿Astérix? Por Tutatis ¿Estás bien?"
El galo rubio abrió lentamente los ojos y girándose hacia su amigo habló con voz débil:
"¿Obélix? ¿Q-qué ha pasado? ¿Dónde estoy?"
Panorámix apareció en ese momento, el ruido hecho antes por Obélix lo había alertado, y rápidamente había subido a comprobar como estaba el guerrero de la aldea. Una vez allí, el druida habló antes de que Obélix pudiera hacerlo respondiendo a la pregunta:
"Estás en tu casa Astérix. Dime ¿qué es lo último que recuerdas?"
Astérix cerró nuevamente los ojos y frunciendo el ceño en un esfuerzo por recordar, respondió:
"Recuerdo… ir al bosque a cazar… cuando de repente me encontré con una patrulla romana… bebí un poco de poción mágica y entonces… me comenzó a doler el pecho y creo que perdí el conocimiento"
Panorámix permaneció unos momentos en silencio antes de preguntar:
"¿Eso es todo?"
Astérix asintió lentamente y respondió:
"Sí… aunque… tengo la impresión de que… no lo sé, falta algo"
Luego abrió los ojos y miró a los otros ocupantes de la estancia, que le miraban expectantes. ¿Por qué motivo le miraban de esa manera? ¿Había pasado algo más que él ignoraba?
"Por Belenos, ¿Qué me he perdido?" preguntó finalmente mientras trataba de incorporarse.
Obélix y Panorámix se miraron momentáneamente, y a continuación, Panorámix dijo:
"Será mejor que no te levantes, es una historia bastante larga"
Y así procedieron a explicarle al guerrero galo todo lo que sucedió tras tomar esa poción. Sus aventuras, su secuestro y viaje a Roma hasta que fue encontrado y rescatado por Obélix. Los ojos de Astérix estaban abiertos como platos cuando finalizó la historia.
"¿En serio pasó todo eso?" preguntó el galo rubio no dando crédito a lo que escuchaba de ambos. ¿cómo era posible que hubiera pasado todo eso? ¿Cuánto tiempo pasó Astérix siendo un niño?
Panorámix asintió levemente y respondió diciendo:
"Sí, más o menos sucedió así"
Astérix bajó la mirada al suelo, pensativo, y finalmente dijo:
"… no recuerdo nada de eso"
El druida soltó una leve risita, a continuación, se sentó en la cama, al lado del guerrero de la aldea y con voz tranquila le explicó:
"Astérix te digo lo mismo que le dije a tu yo más joven, tus recuerdos no se han ido, siguen allí, solo que no puedes llegar a ellos"
Astérix alzó la vista y miró a su druida, sus ojos avellana mirando a los ojos de Panorámix, entonces, el galo sonrió ligeramente y preguntó:
"¿Eso quiere decir que con el tiempo podría recordar lo que he vivido siendo niño?"
Panorámix también sonrió ante el optimismo del hombre más bajo y contestó:
"Sí, es muy probable"
Astérix simplemente dijo a continuación:
"Bien…"
En ese momento, Obélix intervino de nuevo en la conversación diciendo:
"Astérix, ¿quieres comer algo?"
El galo rubio alzó la vista y miró a su mejor amigo con una sonrisa mientras respondía:
"Claro, ¿por qué no? ¿Te apetecen unos jabalíes asados?"
Obélix también sonrió y contestó:
"Por supuesto"
Cuando los galos bajaron al nivel inferior de la cabaña, vieron que allí estaba Lucius Flordelotus. Al parecer el romano había insistido para entrar en la cabaña y ver cómo estaba Astérix, algo a lo que, tras mucha insistencia por parte del romano, Galénix al final accedió. El galo rubio se sorprendió cuando los vio a ambos, pues no reconoció ni a uno ni al otro. ¿quién era esa gente? ¿Por qué estaban en su casa? Luego recordó que Obélix y Panorámix le hablaron del romano que se lo llevó a Roma pero que después ayudó a rescatarlo y recordó también al druida que lo trató cuando enfermó. Debían ser esas dos personas.
Al romano se le veía nervioso, ansioso, como si temiera que iba a ser echado a patadas de la cabaña. Pero Astérix no tenía motivos para hacer eso, al fin y al cabo, si no hubiese sido por ese romano, tal vez nunca habría vuelto a su hogar. Además, aunque no lo recordaba, sí que había algo en él que le resultaba… familiar, tal vez, subconscientemente sí que recordaba al romano, tal y como había dicho Panorámix.
Cuando estuvieron todos abajo, el guerrero rubio se acercó al druida y al romano y les dijo:
"Panorámix y Obélix me han contado todo lo que sucedió"
Se volvió hacia Galénix y le dijo:
"Gracias por atenderme cuando estuve enfermo"
Galénix sonrió complacido y respondió:
"No fue nada, ese es mi trabajo"
El guerrero de la aldea se volvió entonces hacia el ex senador y con voz tranquila le dijo:
"En cuanto a ti romano, aunque no me parece bien lo que hiciste, no sería justo guardarte rencor, especialmente sabiendo que ayudaste a Obélix a que me encontrara, así que, gracias por tu ayuda"
Los ojos de Lucius se abrieron con sorpresa. Galénix ya le había dicho al romano que era muy poco probable que Astérix recordara algo de su tiempo como niño, pero lo que no espero el romano fue que el ahora adulto Astérix, le agradeciera que ayudara en su rescate. Flordelotus se sintió tocado por eso y con un leve tartamudeo contestó:
"No- no hay de qué… Astérix"
El galo rubio sonrió satisfecho y luego les dijo a los dos:
"Íbamos a comer, ¿os gustaría acompañarnos?"
Galénix y Lucius se miraron y luego el romano contestó:
"Será un placer"
Esa noche se organizó un gran banquete para celebrar el regreso de sus héroes y también para celebrar que Astérix hubiera recuperado su apariencia. Como era ya habitual, Abraracúrsix estaba pronunciando su gran discurso, discurso completamente ignorado por el resto de los aldeanos como siempre, mientras todos comían y bebían alegremente… a excepción se Asurancetúrix que se encontraba atado a la rama de un árbol… como siempre.
Lucius Flordelotus estaba sorprendido de la alegría que reinaba en esa celebración, en Roma él ciertamente había asistido a fiestas, pero esos eventos eran algo completamente distinto a esto, las fiestas romanas eran… demasiado descontroladas para su gusto, y el ex senador no se sorprendió cuando se dio cuenta de que prefería mil veces estar en ese banquete que en mil fiestas en Roma. Lo único que variaría un poco, tal vez, sería el menú, aunque no podía negar que todo era delicioso. Mirando a Astérix que estaba sentado a su derecha, le preguntó:
"¿Nunca os cansáis de comer jabalí asado?"
El galo rubio le miró y respondió:
"Romano, si quieres vivir en este pueblo, tendrás que acostumbrarte a esto. El jabalí forma parte de nuestra dieta básica"
Lucius Flordelotus abrió los ojos con sorpresa y respondió:
"Oh… de acuerdo"
Con eso Astérix se echó a reír y dijo a continuación:
"Era una broma, a nosotros nos encanta el jabalí, pero tú eres libre de comer lo que quieras, aquí no obligamos a nadie a hacer nada, salvo obedecer a nuestro jefe"
El ex senador soltó una carcajada ante esa respuesta y con voz más alegre dijo:
"Bueno es saberlo"
Entonces el romano volvió a centrarse en su propia comida.
Astérix sonrió y girándose hacia Panorámix le dijo:
"Creo que se adaptará pronto a vivir en la aldea"
A lo que el druida respondió divertido:
"Sí yo también lo creo"
FIN
Bien, este es el último capítulo, realmente me sentó muy mal tener un bloqueo de escritor estando a tan solo dos capítulos de terminar, pero... ¿qué le vamos a hacer? Al menos, no quedó inacabada ¿verdad?
Me divirtió mucho escribir esta historia, y espero que a vosotros os gustara leerla. Dicho esto, quisiera agradecer a todos los que se han tomado su tiempo para leer esta historia, a los que la siguen y/o la tienen entre sus favoritos, y especialmente, me gustaría agradecer a: Fan de Basil de Baker Street su comentario, muchísimas gracias
Por cierto, aún sigo con la idea de hacer una historia crossover entre Astérix y HTTYD que seguramente estaría ubicado en los eventos de la serie antes de la segunda película (quiero que los personajes sean jóvenes y no niños todavía, pero, no me gusta la idea de Stoick muerto) y sí, usaría los nombres originales y no los traducidos al castellano. En fin, si os gusta la idea de un crossover, decídmelo por favor.
