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Sasuke se encontraba en el jardín de niños junto a su mejor amigo, Naruto, ambos tenían crayolas en las manos y coloreaban.
—Superman es mejor. — soltó Naruto mientras pintaba la capa roja del superhéroe. Sasuke lo miro ofendido como si le hubiera dicho una mala palabra.
—No. — dijo en desacuerdo. —es B-A-T-M-A-N. — ambos niños se miraron sin ganas de ceder a su opinión. Estaban a punto de continuar su importante argumentación cuando un pequeño grupo de niñas a su derecha se le abalanzaba a su compañero Kiba. Sasuke las miro curioso, normalmente lo molestan a él, no al chico que huele a shampoo para perro.
— ¿Qué ocurre haya? — dijo señalándolo. Naruto giro para verlo, y después de unos segundos se giró a Sasuke.
—Kiba ha traído a su perrito y a todas las niñas les gusta acariciarlo. — explico restándole importancia al asunto.
De entre la multitud de niñas con lazos en el cabello se abrió un pequeño hueco y Sasuke pudo ver como las pequeñas manitas acariciaban el pelaje del perro. Algunas con temor, y otras tantas con curiosidad, el canino ladraba feliz y Kiba sonreía por recibir tanta atención por primera vez.
— ¿Por qué tanto alboroto por un tonto perro? — pregunto receloso.
El pequeño rubio se encogió de hombros. — Quizá porque no hemos tenido un animal en el salón desde el Señor galletas. —
Sasuke soltó la crayola y giro a verlo. — Quizá porque era tu turno de llevarte el pez a casa y olvidaste alimentarlo, así que murió repentinamente. — dijo entre comillas. Naruto se sonrojo.
— ¡Si lo alimente! —contrataco. — Solo que no le gustaba mucho el Ramen…—
—Y por si lo tonto que eres no estuviera demasiado evidente ya, cambiaste el pez pensado que nadie lo notaria. —
— ¡Era una buena idea! —grito.
Sasuke negó. —No cuando el Señor galletas era azul y lo cambiaste por uno naranja. —
Naruto estaba a punto de defenderse cuando una pequeña niña tomo asiento junto a ellos. Tenía un cabello rosa muy bonito y largo con un lazo rojo en él. Llevaba una cajita de jugo de manzana y varías galletas de chocolate. Era la niña más bonita que Sasuke había visto.
—Hola Sakura-chan. — Saludo el rubio y se apresuró a tomar de sus galletas mientras ella miraba atenta como Sasuke coloreaba.
— ¿Qué es lo que trajo Kiba? — pregunto curiosa.
—Un perro pulgoso. — contesto Sasuke. A ella le brillaron los ojitos. — Es muy feo. — mintió aunque realmente nunca lo había visto muy de cerca. El odiaba los perros, eran sucios y babeaban mucho. Su tortuga era mejor, era más cool y además era verde, el color favorito de Sakura.
— ¡Sakura— grito Kiba. — ¿Quieres cargar a mi perrito? — invito. Ella asintió rápidamente alejándose rápidamente dejando a un niño molesto.
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Itachi noto que su hermano estaba de mal humor cuando al llegar a casa después del preescolar no encendió la televisión para ver a Bob esponja.
—Quiero un perro. — exigió.
—Lo siento Sasuke, pero papa no te dejara tener otra mascota. — contesto lo mas calmado posible.
Sasuke corrió a su habitación, Itachi lo siguió lentamente.
Sasuke tomo a malvavisco, su tortuga, y la metió a su pequeña mochila en forma de rana. Itachi miraba la escena curioso.
— ¿Qué estas tramando? — pregunto un poco preocupado, dudaba que la tortuga bastante vieja de Sasuke viviera ahí dentro por mucho tiempo.
—A Sakura le tendrá que gustar malvavisco entonces. — dijo.
Itachi sonrió de lado.
