Hola a todos! Aquí teneis un nuevo capitulo! Espero que os guste, sinceramente iba a subir el capitulo antes perooo… se me olvido. Completamente, sumado a que tengo un monton que estudiar, pues se me fue de la cabeza

Muchas gracias a todos los que la habéis leído y muchas mas a los que habéis comentado. Siempre es divertido ver lo que la gente opina de las historias!

Asi que espero que vuelva a gustaros y que me digáis vuestras opiniones.

Y por cierto! Tengo mas historias subidas! Por si os interesa… yo lo dejo caer

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Mientras los mellizos y Hagrid caminaban por la calle principal tras haber comprado los libros aunque en realidad ambos niños habían estado a punto de convencer al gigante de que les dejase comprar muchos más libros que solo los que se nombraba en la lista pero al final el hombre parecía haber recordado las ordenes de Dumbledore y les había arrastrado al mostrador, aunque en un descuido no había visto a ambos niños coger los libros sobe leyes básicas del ministerio, otro sobre leyes y normas de Howarts y otro de barreras y protecciones que les había llamado la atención y lo habían cogido por curiosidad, y que tras poner ojos al vendedor este les había cobrado sin mencionárselo al gigante ya que no eran libros peligrosos y dudaba que nadie pudiera resistir esos ojitos de cachorro combinados

- "porque tenemos que cargar con los libros? ¡Se supone que hay magia! ¿No hay hechizos para hacerlos más pequeños? O que vuelen, yo he visto a gente con bolsas flotando"-se quejo la chica mentalmente por su vinculo, pero sin cambiar la expresión de su rostro del ceño fruncido que llevaba

- "Hagrid dijo que no podía hacer magia fuera de Howarts y si se lo pedimos a otra persona luego con los Dursley no podremos leerlos si están encogidos"-intento razonar el chico, pero tras un segundo añadió con un puchero- "pero al menos podría cargarlos el"-su charla mental fue interrumpida por el hombre

-bien y ahora que os toca? -ambos se miraron sus listas

-las varitas y… las mascotas?... a los Dursley no les gustan los animales-intento razonar el chico

-no digas tonterías! ¡A todos les gustan los animales! Es más, ese va a ser mi regalo de cumpleaños para vosotros

-oh no hace falta! -intento convencerle Rian- "¡además de que seguramente lo compremos con nuestro dinero!"

-no es nada Lisa-ambos niños les tembló la ceja con tanto confundirles, tenían los dichosos jerséis de distintos colores, y no eran idénticos! ¿Tan difícil era acordarse?!-un sapo no, solo los tontos tienen sapos y los gatos no me gustan, así que una lechuza! Son bonitas y llevan el correo

- "¡que majo preguntándonos nuestra opinión!"- pensó sarcástica Elis

- "pero un gato necesita mucho espacio y los Dursley no le dejarían, a demás te los imaginas viendo su arena?, y la lechuza podría volar por la ventana"-razono Rian de nuevo

- "aun así..."- ambos siguieron al gigante a la tienda de animales donde había filas de perchas no solo con lechuzas sino con cuervos murciélagos dormidos, loros y otros pájaros desconocidos, jaulas con todo tipo de animales, gatos perros, hurones, sapos y serpientes entre otros cubrían el sitio, Hagrid se fue a hablar con el dependiente diciéndoles que investigaran lo que quisieran eligieran el animal que quisieran

Ambos hermanos recorrieron los pasillos y se separaron, Hadrian recorrió las perchas acariciando a aquellos pájaros que se dejaban e ignorando a aquellos que se mostraban agresivos, ya que no le apetecía ser picado por quien sabe que, fue en un instante cuando vio una hermosa lechuza blanca que le miraba curiosa

-hey preciosa- se acercó y estiro la mano para ver si le atacaba pero la lechuza solo picoteo juguetonamente sus dedos- estamos buscando una lechuza, tendría que ser muy lista – el pájaro le miro y ladeo la cabeza como diciendo" y yo no te lo parezco porque…?"- porque nuestros tíos odian los animales, así que no podría hacer ruido ni muchas otras cosas, crees que podrías hacerlo?- la lechuza le picoteo de nuevo en respuesta al reto- genial! ¿Te parece si te presento a mi hermana? Somos mellizos y siempre nos confunden porque viste con ropa de chico y yo tengo el pelo algo largo, pero tampoco nos parecemos tanto! giro justo para ver a Elis acercarse con algo negro y gris en las manos

-Rian! ¡Esta serpiente me está criticando la ropa y el pelo!-se quejo la chica con un puchero y Rian vio como la forma rara en sus manos levanto la cabeza para dejar ver a una bonita serpiente gris oscuro con ojos negros igual que su vientre de apenas 2 centímetros de diámetro y unos 30 de largo

-/claro humana! Vass como un macho cuando eress una hembra! Como vass a atraer pretendientes assi vesstida!/-dijo vehementemente la serpiente a lo que Elis susurro bajo para que solo la oyeran el animal y su hermano

-/tengo once años, no quiero pretendientes! Y ssi quieres que te intente llevar a casa ssera mejor que dejess essasss cossass!/ Rian esa es la lechuza que has elegido? Es preciosa -acaricio al pájaro con una mano mientras la serpiente se presentaba al chico también criticando su ropa y alabando sus ojos como con Elis

Ambos niños fueron a las cajas con los animales en sus manos y Hagrid sonrió al ver a la lechuza blanca con Harry, pero al ver a lisa con una serpiente casi le da un infarto

-li li lisa! ¡No puedes coger una serpiente! ¡Son peligrosas! -dijo el gigante palideciendo

-pero en la caja ponía que no lo era! - frunció el ceño la niña

-y tampoco está permitido en Hogwarts- intento razonar el hombre

-técnicamente en la carta pone que se puede llevar un sapo un gato o una lechuza, en ningún sitio dice que no se pueda llevar otras mascotas- razono Elis- y un gato necesita mucho cuidado, además, como Ri… Harry tiene la lechuza pensé que cuando estuviéramos en dormitorios separados le echaría de menos así que pensé que me ayudaría a hacerme compañía-acabo la frase con pequeñas lagrimillas en los ojos brillando incluso a través de las gafas- no puedo quedármela?- miro al gigante con sus grandes ojos verdes y el labio temblando ligeramente

5 minutos más tarde ambos niños salían con sus mascotas en sus jaulas y terrarios respectivos con todo lo necesario para cuidarlos y Hagrid tras ellos derrotado murmurando 'Dumbledore me matará… y luego ¡me despedirá! ¡Y me quitara a fluffy!'

- "cómo es posible que lo primero sea menos malo que los otros dos?

- "a mí no me mires, prefiero no saberlo… merezco un Oscar o al menos un Tony "Hagrid nos faltan las varitas!

-eh?... ah sí! Si necesitáis varitas debéis ir a Olivanders, es el mejor del mundo! Ha hecho las varitas de todo Londres mágico.

Llegaron al final de la calle hasta una tienda de aspecto realmente viejo, en el escaparate se veían 5 varitas cubiertas de polvo y sobre la puerta se leía un cartel ajado con letras de oro 'Olivanders fabricante de excelentes varitas desde 1382 dc' (sé que en el libro pone 382ac, pero me parecía muy exagerado XD)

- 'el tipo no tiene abuela'- bromeo Rian mientras entraban e intentaron no estornudar con todo el polvo del local. Ambos miraron alrededor solo para ver estantes llenos hasta el techo de pequeñas cajas amontonadas descuidadamente pero que aun así parecían guardar cierto orden, algunas parecían nuevas pero la mayoría se podía ver que tenían una gruesa capa de polvo ya formándose.

-buenos días-se oyó una voz suave a su lado haciendo que ambos niños saltasen asustados abrazándose por relejo mientras Hagrid saltaba en la silla donde estaba sentado logrando un crujido

-kyaa! ¡Un pervertido! -chillo Elis alejándose ella y a su hermano lo más posible del hombre hasta chocar con la pared. Olivanders solo veía divertido a los mellizos

-sí, sí, os esperaba, Hadrian y Elisabeth, os parecéis a vuestra madre, parece que fue ayer cuando vino a comprar su varita, 26 cm, elástica de sauce, una preciosa varita para encantamientos-El hombre se acerco y ambos desearon que esos ojos grises parpadearan ya que eran realmente enervantes- vuestro padre prefirió una varita de caoba, 28 cm y medio, flexible. Un poco más poderosa y excelente para transformaciones. Bueno, he dicho que la prefirió, pero en realidad es la varita la que elige al mago

- "un momento, no dijo antes … Draco? ¿que su madre había ido por su varita? ¿Como demonios es posible que esta elija al mago si el no está?"- pensó Hadrian confuso

- "tal vez deberíamos preguntárselo a los goblins? Cuando lleguemos deberíamos hacer una lista de dudas a ver si pueden ayudarnos, seguro que es bastante larga"- ambos se perdieron la conversación entre ambos adultos y vieron al hombre sacar dos cintas métricas

-normalmente se hace de uno en uno, pero con gemelos y mellizos es mejor que elijáis vuestras varitas a la vez, aunque lo que tarde cada uno sea distinto ¿Qué mano usáis? - ambos levantaron l derecha y las cintas comenzaron a medir cualquier cosa medible en el cuerpo por más absurda que les pareciera, ambos dudaban que la distancia entre la nariz y las orejas fuera importante

Después el hombre comenzó a sacar varias cajas de los muchos estantes de las tiendas y tras colocarlas en dos grupos en el mostrados los dio a cada uno una varita, cuando ambos las cogieron se miraron confusos de que hacer

-A que esperáis chicos? Agitadlas- ambos jóvenes se encogieron de hombros e hicieron lo dicho, en ese segundo la lámpara del escritorio exploto y el agua del jarrón junto a Hagrid salió volando dejando al gigante empapado, el anciano casi arranco las varitas de sus manos inmediatamente- no, estas no!-cogió otro par- nogal y pelo de unicornio para el joven, y álamo y corazón de dragón para la señorita-apenas tocaron las varitas oyeron unos grititos tras ellos y al girarse vieron a Hagrid con la cara verde y el pelo rígido como estacas logrando que ambos niños empezaran a reír de forma descontrolada mientras Olivanders les quitaba las varitas. El proceso duro casi dos horas y más de treinta varitas cada uno, el pobre Hagrid había acabado flotando en el techo con antenas en la cabeza, alas de mariquita en la espalda la piel verde y echando confeti por la boca cada vez que intentaba hablar, eso sin contar con la tienda medio destruida de Olivanders con la mitad de las estanterías derrumbadas, los jarrones hechos añicos y el propio vendedor tenia la piel de un saludable tono azul turquesa. Los niños apenas podían mantenerse en pie de la risa, aunque empezaban a preocuparse de que no encontrasen sus varitas y de que tuvieran que pagar por todos los destrozos, sin embargo, el anciano simplemente parecía entusiasmado

-hacía años que no tenía unos clientes tan difíciles- se paró a pensar- podría ser…- fue a una de las estanterías semintactas y saco una caja con dos varitas idénticas- no es muy común pero probadlas, acebo y plumas idénticas de fénix, el fénix que las hizo creó las dos plumas idénticas- les tendió los objetos pero iban a tocarlas cuando las varitas salieron volando de las manos de Olivanders en dirección contraria hasta su caja y la caja se cerró y se metió en su sitio en la estantería cubriéndose de nuevo con su polvo dejando a todos atónitos

-eso es un no? - bromeo Hadrian

-eso parece-respondió Elisabeth logrando despejar al mayor

-curioso, muy curioso. entonces qué tal si…-se fue a la trastienda por un minuto y volvió con dos varitas envueltas en telas- apenas acabo de terminar estas varitas, son dos de mis más originales creaciones, esta- levanto una varita marrón con un intrincado diseño de hojas rosadas en el mango- es de madera de cerezo japonés, normalmente con el cerezo solo se usaría un núcleo de una criatura de luz pero esta madera solo reacciono con el nervio del corazón de un threasal , y esta – señalo una varita negra total incluso en el mango- es de ébano y normalmente usaría un núcleo oscuro pero reacciono con un fragmento de un hueso de unicornio dado voluntariamente por la criatura por supuesto, son unas varitas únicas en sus combinaciones, magnificas para defensa y encantamientos respectivamente – le tendió la negra a Rian y la marrón a Elis, pero antes de que las tocaran se pararon en seco y ambos sintieron como si las varitas les llamasen y cogieron la contraria sin dudarlo. Nada mas coger las varitas sintieron como algo en su interior se removía y como una presión que no sabían estaba ahí se asentaba y calmaba, en el exterior la varita de cerezo soltó una gran cantidad de pequeñas chispas rojas naranjas y rosas como pétalos de flores cayendo mientras que de la de ébano salieron destellos azules y verdes en todas direcciones como una extraña niebla

-que genial! -dijeron al unísono los niños, se miraron y sonrieron emocionados para girarse al fabricante

-bueno parece que ya tienen sus varitas- ambos soltaron un chillido contento y se abrazaron felices comenzando a dar saltos, una vez pagaron y se fueron con el gigante Olivanders cambio su expresión a una seria y fue a la estantería donde las dos varitas de fénix se habían autoguardado

Era cierto que las dos eran idénticas con la madera del mismo árbol sacada en el mismo momento, sin embargo, no les había dicho que el fénix que dio la pluma también había dado la de quien no debe ser nombrado. Al fin y al cabo, para que ensombrecer el momento con algo que no los había acabado influyendo

-aun así-se dijo pensativo el anciano- es muy curioso… que hayan rechazado las varitas gemelas de forma tan tajante, como si sus magias fueran totalmente opuestas- se quedo mirándolos por el escaparate alejándose hasta que alguien entro por la puerta sacándolo de su trance, guardo las cajas y se fue a asustar a sus nuevos clientes