Para aquellos que han visto el primer capítulo la explicación está al terminar la historia, en cambio a los nuevos, espero que disfruten del fic :3
Rindo Blume: Rin Kagamine
Sateriasis Venomania: Gakupo Kamui
Kachess Crim : Kaito Shion
Si tienen dudas respecto al principio tendrán que esperar un poco en cuanto acaben este capítulo y podre explicar mejor :)
ADVERTENCIA: Puede ser sensible para algunos.
Niño Demonio
Imperio Beelzeniano, pueblo Rolled de Lucifenia.
Año EC 146
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– ¿Has escuchado los rumores?
– ¿Depende de cuál te refieres?
– La secta Levia ha atrapado a otro niño demonio
– He escuchado también que sacrificaron también a la progenitora
– Esas mujeres son de temer
– Merecen el peor sufrimiento posible
– Es una lástima, todas y cada una de las que han muerto son una belleza
– Que desperdicio de belleza
– ¡OIGAN, NO LES PAGO PARA QUE HABLEN!
– ¡LO SENTIMOS LEN!
Dicho muchacho suspiro con desdén mientras se frotaba sus cabellos amarillos y veía a un joven adulto de cabellos turquesas y a un pelirrojo llevar unas maletas por las escaleras. Llevaba puesto un traje amarillo opaco con botones de oro y pantalones blancos con botas del mismo color. Sus características además del cabello rubio eran sus ojos azules y tez blanca. Cual quiera que lo viera se preocuparía un poco de que no recibía suficiente sol. Y también algo notable de él es su estatura algo corta.
Ese chico es conocido como Len Kagamine. Tiene diecisiete años y a pesar de no ser mayor de edad, es dueño de una posada muy reconocida en ese lugar. Dándole cuartos a los que van y vienen de distintos lugares de todo el Bolganio.
Muchos se rieron de él cuando inauguro su posada a los quince años con el dinero que ha conseguido trabajando para un comerciante. Todos incluso sus familiares se burlaron hasta casi quedarse sin aire ya que todos ellos alegaron de que alguien tan joven como él no podría manejar una posada el mismo. Y no hace falta decir que sus familiares no solo se cachondearon sino que cortaron lazos con él ya que era una decepción para ellos y se fueron a vivir a Beelzenia.
Al principio fue duro ya que solo contaba consigo mismo. Pero tras haber transcurrido varios meses han ido aumentando el número de viajeros y sus ventas han ido creciendo cada día. Después de un año y unos cuantos meses su posada ha sido reconocida por casi todo el continente.
Y no solo se ha elevado el número de los que piden alojamiento, también ha ido creciendo la cantidad de personas que busca trabajo en su fonda. Y con el dinero que ha ido adquiriendo en un año y medio ha podido mejorar su hospedaje. Ahora era el doble de grande y pudo construir tres pisos más. También pudo edificar una taberna la cual solo los mayores de edad (excepto por el) pueden entrar. Un establo en donde pueden descansar los caballos. Y también un baño de aguas termales tanto para hombres como de mujeres. He incluso uno mixto, pero solo para las parejas.
Hablando de parejas.
Alguien con su hermosa apariencia debería de tener al menos una novia potencial. Pero la verdad no ha tenido ninguna.
Desde que él se hizo cargo de su propio hostal ninguna chica se le acerco porque creían que él iba a ir a la ruina y que todo lo que invirtió fue solo un gran despilfarro. Pero cuando el comenzó a tener más y más gente que pedían alojamiento y la gran fortuna que estaba haciendo, casi todas las chicas que lo veían le coqueteaban e intentaban seducirlo. No se molestaban en disimular sus actos para llamar su atención.
Era un fastidio.
Lo más seguro era en que planeaban que cayera en sus encantos para que tiempo después descubriera que estaba embarazada de él y no tuviera más remedio que casarse con la impregnada y que esta tuviera derecho a su fortuna. Él era demasiado listo para caer en esos trucos.
Si no era por eso, sería por el trabajo.
Su posada es muy popular y eso amerita mucho de su tiempo ya que también llegan los aristócratas de varias partes del continente y apenas tiempo para sí mismo. Al principio estuvo nervioso pues nunca espero que su pequeña posada fuera a dar alojamiento a un noble. Pero para su buena suerte ese caballero estuvo muy satisfecho por su servicio y debió divulgarlo con sus amigos y familiares.
Ahora ya no le resulta extraño que la gente de clase alta busque un alojamiento temporal en una de las habitaciones de su hostal.
Lo que si le resulta extraño es en que las personas de clase media o baja busquen donde pasar la noche. Supuso que era por la gente noble o la realeza que viene a alojarse y creyeron que solo era para la gente adinerada. Tendrá que arreglar ese problema después.
– ¿Escuchaste que un Netsuma fue sacrificado?
– Yo escuche que fue una mujer
– Los Levia confirmaron que era una de las mujeres secuestradas
– ¿Del caso de Venomania?
– Así es
– ¡¿USTEDES TAMBIÉN?! ¡VAYAN A TRABAJAR! ¡AUN NO ES LA HORA DEL DESCANSO!
– ¡PERDÓNANOS!
El rubio les grito a dos hombres jóvenes de cabellos rosados que estaban platicando en lugar de llevar las sabanas sucias a lavar.
Han pasado más de cuatro años desde que el secuestrador y violador Duque Venomania fue declarado oficialmente muerto a manos de Kachess Crim y las chicas que el tenia secuestradas fueron liberadas de la hipnosis que él tenía sobre ellas. Se creía que eran veinte mujeres, pero se confirmó por los oficiales y las chicas raptadas que fueron más de cien muchachas que estaban en el sótano del Duque para tratar de calmar sus caprichos sexuales.
Cuando tenía quince años y estaba cerca de abrir su posada escucho por medio de la gente a su alrededor que varias mujeres quedaron impregnadas de Venomania y los creyentes de Levin pusieron manos en el asunto en encontrar y cazar a los niños que son producto de la profanación de Sateriasis en ellas. Y las chicas que tienen la mala suerte de que el niño se parezca al Duque son ejecutadas con ellos y nadie hace nada para impedirlo.
Mientras las que tuvieron suerte de que sus hijos no se parezcan a él o no lograron embarazarse no tendrán por qué ser sacrificadas. Pero tendrán que lidiar con la horrible discriminación y la desconfianza de la gente que las rodea por el resto de sus vidas. Sin olvidar que lo más probable es en que ellas lleguen a desarrollar una fuerte androfobia, agrafobia y coitofobia.
Después de oír todo lo que ellas pasaron no se sorprendería de que esas chicas lleguen a desarrollar esos miedos. Y según los rumores, unas se suicidaron. Algunas porque ya no soportaron la marginación y el miedo, otras al haberse enterado de que estaban esperando el hijo de su violador y otras porque sus vidas ya no serían las mismas.
No las culpaba en querer tomar el camino fácil.
Sin embargo, no puede decir que están realmente a salvo por mucho tiempo.
Algo que ha escuchado recientemente, y espera que sea falso, es en que los Levin en realidad van por todas las mujeres del harén y toda su descendencia.
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En el Bosque de Held que bordea a Lucifenia salía de entre sus árboles a una gran velocidad una carrosa que era movida por un solo caballo blanco y su cochero estaba envuelto en una capucha negra que impedía ver su rostro y su cuerpo. Solo se podían ver las manos que agarraban las riendas del animal que conducía hacia el pueblo que se veía a lo lejos.
– Estamos cerca
Dijo con una voz suave mientras conducía por el camino que guiaba a pueblo Rolled. Miro al niño que estaba durmiendo a su lado. El pequeño dormía como si el galopeo del caballo que manejaba no fuera nada más que una canción de cuna.
– Si seguimos a este paso llegaremos al anochecer
Hablo la persona encapuchada mientras agitaba las riendas del corcel mientras que el animal soltó un relinchido continúo corriendo hacia dónde lo dirigía su cochero.
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– Oye Len
– ¿Mh? ¿Qué ocurre Mikuo? – dijo el rubio mientras se acercaba al chico de cabellos turquesas.
– Ya que se acerca la hora del turno nocturno...
– ¿Qué? – se extrañó en cuanto al peli-turquesa se detuvo a media frase.
– Me preguntaba… si nos acompañas a Yuma, Luki y a mí a tomar unas bebidas a la taberna de Meito – dijo Mikuo con un tono de suspicacia.
– En primer lugar Mikuo, es mí taberna yo le deje a Meito a cargo de ella porque es el experto en bebidas – frunció el ceño – segundo, sabes que no bebo, mi tolerancia es muy baja
– ¿Qué tan baja puede ser?
– ¿No recuerdas que me desmaye cuando solo tome un trago? – se cruzó de brazos mientras veía a ese hombre reírse sin control.
Suspiro mientras lo veía carcajearse de su vergüenza al recordar ese incidente tan humillante. Aunque le moleste no puede evitar enojarse mucho tiempo con su amigo. Todos los que trabajan en su posada se hicieron amigos gracias a él y también se hizo amigo de ellos. Aunque a veces le molestaba que ellos lo traten como a un niño sabiendo que él es su jefe.
Cuando miro que Mikuo detuvo su risa el negó suavemente con la cabeza. Aunque a veces es molesta su actitud infantil debe admitir que le agrega un poco de diversión en su aburrida vida de trabajo. Luki y Meito también. Siempre le dicen lo que los niños deben hacer y qué cosas no.
Aunque eran un fastidio a veces no podía evitar sentir que ya tiene una familia. Gracias a ellos ya no se siente tan solo como lo hacía antes de que su familia decidiera cortar todo tipo de lasos con él.
Ring ring
Ambos jóvenes miraron hacia la puerta que golpeo la pequeña campanita que daba la señal de que alguien entro. Los dos chicos elevaron las cejas un poco al encontrarse con una figura encapuchada completamente en la puerta.
Ellos lo inspeccionaron con cautela. No es la primera vez que alguien que no deja ver su rostro y cuerpo viene al hostal. La mayoría de esas personas siempre buscan el dinero que el posee.
– ¿Esta es la famosa posada que es conocida por casi todo el Bolganio?
Por su voz ambos creyeron que se trataba de una mujer.
– Si… ¿Qué desea… señora? – dudo el rubio.
– Un lugar en donde podamos hospedarnos por unos días – dijo sin cambiar su tono de voz.
– ¿Podamos? – aunque se enojó un poco de que la mujer le ignoro, internamente suspiro de alivio en que no se equivocó en su género.
Esa señora se quitó su capucha con su mano derecha dejando ver su cuerpo completamente.
Ambos se impresionaron ante la belleza de esa chica.
Cabellos rubios hasta por debajo de sus hombros, ojos azules y una piel pálida. Ella llevaba puesto un vestido azul-celeste con encajes blancos. Les sorprendió un poco que ella llevara una espada amarrada a su cintura y dos bolsas. Pero lo que más les impresiono era en que tenía a un niño dormido de unos tres o cuatro años con largos pelos amarillos (Casi lo confunden por una niña) como los suyos en su brazo izquierdo y lo cargaba como si fuera algo de peso menor.
Algo que llamo la atención de él rubio y el peli-turquesa era que ese infante tenía una perla de gran tamaño en sus manos. Por un momento lo confundieron por una pelota blanca.
Pero ambos chicos apartaron la vista del crio cuando sintieron un escalofrió recorrer toda su espalda y los pelos de sus nucas se erizaron. Cuando levantaron la vista fueron recibidos por una mirada muy penetrante de parte de esa mujer. Se arrodillaron en el suelo pidiendo disculpas a la rubia que, para su suerte ella dejo de mirarlos duramente.
– Como dije antes, quiero alojamiento por al menos una semana
– ¿Son viajeros? – Mikuo trato de no hacerla enojar.
– No – dijo en un tono delicado pero carente de emoción – vinimos a Lucifenia para quedarnos – miro al niño que dormía en su extremidad izquierda – solo quiero un lugar en donde podamos dormir mientras busco donde quedarme y un puesto de trabajo
Se extrañaron ante la chica que tenían enfrente. A diferencia de las otras, ella no buscaba llamar la atención de ninguno de los dos. Y a la distancia en donde estaba, parece que no los quiere cerca. Pero otra cosa que sí pudieron notar además de que ella no quiere estar cerca de ellos, era que no solo su voz le faltaba emoción. Toda su cara era como una hoja en blanco y sus ojos no tenían ese brillo que ve en las personas. No mostraban ni el más mínimo signo de vida, salvo por la mirada de enojo de hace un momento.
– B-bueno… – trato de no mostrar demasiado su nerviosismo ante la mirada en blanco de la rubia – ¿Tiene con qué…?
Len se detuvo de hablar cuando la rubia le arrojo una de sus bolsas. Cuando la abrió vio dentro de esa bolsa de tela unas cuarenta monedas de oro. Se quedó sin habla al igual que su amigo turquesa.
– Quédate con lo que sobre, no me interesa – frunció el ceño un poco – solo quisiera nuestra habitación, en este mismo momento… ¡YA!
Len y Mikuo saltaron cuando escucharon su grito que les daba una orden. Se supone que el rubio es el jefe no ella. Pero la mirada oscura que les estaba dando era una advertencia de que la mejor opción era obedecer su demanda mientras que la rubia trataba de dormir al infante que empezaba a despertarse.
Ambos muchachos chocaron entre si mientras llegaban a la recepción y tuvieron una breve pelea en quien le daría el libro para que ella firmara su nombre. Al final el que perdió fue Mikuo.
El peli-turquesa se acercó lentamente a la mujer con él libro y una pluma con tinta. Como si de ella se tratara de una bomba que explotaría si diera un paso en falso. La rubia le arrebato la pluma y escribió su nombre. Ella se acercó al rubio cuando lo vio sacar una llave de plata.
– Tu cuarto es el 27 que se encuentra subiendo las escaleras, tomando el pasillo de la izquierda – señalo con el dedo índice – ¿Quiere…?
– No, yo puedo encontrarlo por mí misma – le interrumpió mientras le robo la llave y se dirigía a las escaleras. Ella se detuvo cuando estuvo subiendo la mitad de las escaleras – mi yegua es una blanca con una crin larga y amarilla en un carruaje algo descuidado… quiero que cuiden de ella por el momento y les advierto… – les dio una sonrisa torcida – que mi amada yegua no le cae muy bien los extraños – ella continúo subiendo hasta llegar al último escalón e irse por el pasillo que el rubio le indico.
Cuando ella desapareció de la vista de ambos hombres tragaron duro la poca saliva que tenían en la boca mientras se estremecían. La sonrisa que les regalo lo sintieron como un presagio muy, muy malo. Pobre de Nero, lo que le espera con esa yegua no será bonito de eso estaban seguros.
– Esa mujer me da miedo
– No te preocupes Mikuo, yo también le tengo miedo – miro la firma de la rubia y frunció un poco el entre cejo – será mejor que le avises a Nero de esa yegua
Mikuo asintió y salió de la posada dejando al rubio solo con el libro en sus manos.
Rin
Ese nombre le dio algo de nostalgia… ¿Dónde lo habrá escuchado?
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Ha pasado casi seis días desde que Rin se quedó en su posada. Cada vez que la mira no puede evitar sentir ese temor de que ella podría atacarlo cada vez que está cerca de ella. Y como no sentirlo si a todos lados a donde ella va siempre está acompañada con su gran espada que está muy pegada a su cintura.
También ...
Él había escuchado ese nombre antes. El realmente quiere preguntarle y quitarse esa duda, pero por temor a ser apuñalado con su espada se traga esa pregunta cada vez que la ve.
Desde que ella se alojó en su hostal todo hombre que está cerca de ella le dirige una mirada severa que los hace temblar y alejarlos por al menos un metro. Ahora que recordaba desde que ella se instaló temporalmente él no ha vuelto a ver al niño que tenía cargando en su brazo la noche que llego. Pero, aunque no lo vea no significa que no esté ahí, y obviamente él manda al castaño a que le lleve un plato para la rubia y otro para ese crio (aparte de ser un maestro en las bebidas sabe cocinar).
También ella parece ser que le simpatiza más las mujeres que los hombres, y supuso que era lesbiana. Pero descarto eso en cuanto la vio hablar y volverse muy apegada con Meito y Luki. Y según, parece amar a los animales, sobre todo a su yegua.
Cuando Nero se acercó al animal para llevarlo dentro del establo esta de inmediato enloqueció y empezó a romper y aplastar todo a su paso. Si no fuera porque la rubia apareció poco tiempo después, esa yegua loca habría aplastado a Nero y dejarle las marcas de sus pesuñas.
Ella es una caja de sorpresas que parece no terminar.
- Len
Giro la cabeza al escuchar su nombre. Vio a un chico de cabellos blanco-platino de un ojo azul y otro verde con una gran bolsa colgando de su espalda.
– Hola Piko ¿Qué te trae a mi posada tan temprano? – Le sonrió al peli-platino – ¿Ya son las nueve?
– Son las nueve y media, y vine a entregar una carta – de su bolsa saco una carta.
– ¿A quién?
– A una tal, Rin
Le miro con sorpresa mientras se hacía más pálido.
– ¿Rin?
– Si, no está escrito su segundo nombre – miro con duda la carta – pero he escuchado por los alrededores de que hay una Rin quedándose en tu fonda y vine a entregarla – se la dio al rubio y empezó a marcharse a paso veloz.
– ¡ESPERA! – Lo detuvo con su grito – ¿Por qué te vas? ¡Deberías entregársela tú, no yo!
– Lo siento, pero también oí que, a pesar de ser muy hermosa, es muy aterradora y no quiero enfrentarme a ella, sayonara – se fue corriendo sin darle tiempo de responderle al rubio.
El rubio miro con la boca abierta en shock por la velocidad en la que se iba el cartero y miro la carta que estaba en su mano. Luego de recuperarse miro el nombre escrito elegantemente "Rin" con letra cursiva y empezó a temblar sin control.
Aunque le doliera a su orgullo le tenía terror a esa mujer. Desde que la conoció y le sonrió torcidamente ha estado en sus pesadillas. Y podría jurar que en las de Mikuo también. Cada vez que dice su nombre pareciera que iba a desmayarse por el pavor. Y el también. Y eso ha causado la preocupación de todos (excepto del turquesa) sus amigos.
Él sabía que Rin salió de la posada, pero no sabía para que, y dado que él es el encargado de su hostal…
Él debía llevarla a su habitación.
Se volvió tan pálido como una sábana ante el pensamiento de allanar el cuarto de la escalofriante rubia.
Tragando duro, él fue a velocidad de caracol para ganar tiempo y orando que la mujer llegue lo más rápido posible. Por cada paso que daba más se acercaba a dicha habitación que empezaba a hacerlo sudar frio. Si ella se ponía atemorizante con solo estar a una distancia de mínimo un metro de ella, el profanar su aposento (aunque sea temporal) podría desatar el infierno sobre el mismo, y eso le causaba pánico.
Maldijo una y otra vez en cuanto estuvo enfrente de la puerta con el número 27. Con su mano temblorosa agarro la perilla de la puerta y la giro.
Cerrada.
Suspiro al saber que está cerrada. De uno de sus bolsillos saco una llave de plata y la metió en la hendidura de la puerta y giro nuevamente el pomo de la entrada. El tembló cuando la puerta se abrió dándole el acceso a esa recamara.
Al entrar observo si había un cambio en esa habitación cuidadosamente diseñada. Para su suerte no hubo ninguna. Cuando ella se vaya, Luki y Yuma no tendrán mucho trabajo que hacer. Miro la mesa redonda de madera de nogal puso cerca del borde esa carta que lo obligo a entrar en esa habitación en primer lugar. Después de dejar la carta en donde esa bruja de cabellos amarillos pueda encontrarla el primer pensamiento que tuvo fue salir corriendo antes de que llegara y echarle la culpa a Piko de que él fue quien entro, pero…
– Okaa-san
¿Okaa-san?
Escucho una pequeña voz detrás de él y supuso que debía pertenecer al niño que trajo con ella. Nunca imagino que era madre. Supuso que ese niño seria su hermano menor o algún otro pariente. Pero nunca pensó que sería su hijo. Parecía demasiado joven para eso, según él, ella aparentaba tener unos dieciocho, diecinueve como máximo.
Cuando dio la vuelta vio al niño que había visto por primera vez dormido en los brazos de su madre que vestía de una blusa de llegaba hasta el suelo de color blanco y tenía la perla gigante en su brazo derecho mientras que el izquierdo se frotaba un ojo y tenía sus largos cabellos alborotados. Supuso que estaba durmiendo, pero hubo un problema con el…
Pelo morado.
Del mismo color con sus uñas. Sino mal recordaba lo había visto con el cabello rubio como el de Rin… a menos de que se hubiera tratado de una peluca. Cuando lo miro detenidamente, le recordó a alguien y a pesar de estar lejos de él, vio que sus ojos eran de un llamativo color morado… su análisis término y sus ojos se agrandaron.
– ¡AAHHHH! ¡ES SATERIASIS VENOMANIA! ¡REGRESO DE LA MUERTE PARA VENGARSE DE TODOS!
Grito mientras sacudía los brazos y caía al suelo y después arrastrarse lejos del crio hasta la pared del cuarto. Como si hubiera descubierto una espantosa anomalía en él. El infante permaneció donde mismo mientras lo miraba con algo de insomnio y empezaba a chuparse el pulgar. Recordó el "Okaa-san" y la única persona que ha visto entrar… si, no había duda...
Él era uno de esos niños demonio.
Y Rin era su madre.
CLANK
Escucho un fuerte "clank" y lentamente giro hacia la puerta. Vio a la mujer que le espantaba con un vestido blanco hasta el suelo con encajes negros y rosas rosas de un tono muy claro y su cara tenía un semblante severo. Mucho más fuerte que el de costumbre (los pelos de su cabeza se levantaron) y en el suelo junto a ella estaba una enorme bolsa que pone en duda de que para ser tan delgada puede cargar más peso de lo que parece.
– Por tu grito, no dudo que ya lo sabes
Se quedó callado mientras la veía dirigirse hacia la ventana y observo al niño que dejo de chuparse el dedo para caminar alegremente hacia la rubia.
– ¿Qué esperas para decirles a todos? – Dijo sin mirarlo – pero te advierto que no temo en cobrar una vida
Tembló ante eso.
– Pero… como me diste un buen servicio a mí y a mi hijo solo te noqueare – suspiro – justo cuando empezaba a acostumbrarme a este pueblo
Cuando se levantó y se sacudió un poco el polvo de su ropa la miro fijamente y antes de que pudiera marcharse…
- Rindo...
– ¿Eh? – la miro otra vez al escucharla.
– Mi nombre es Rindo
¿Rin... do?
Juraría haberlo oído antes.
¿Rindo?
¿Rindo?
¿…?
¡…!
¡Rindo!
¡RINDO BLUME!
¡LA DEL EVENTO DE VENOMANIA!
– ERAS UNA DE LAS CHICAS DESAPARECIDAS – grito mientras la señalaba al recordar el nombre que salió hace años.
– Okaa-san ¿Quién es esta persona? – Dijo el niño mientras jalaba de su vestido – Okaa-san tengo hambre – la llamo otra vez, pero esta lo ignoro – Okaa-san Okaa-san Okaa-san
Ella ignoro los llamados de su hijo que era ignorante de que sus ojos se ocultaron gracias a su flequillo mientras comprimía los puños hasta hacerse blancos y apretaba los dientes con fuerza.
– Okaa-san… ¿Por qué lloras?
Luego de pensarlo por un tiempo, decidí re-editarlo, no quería abandonarlo, pero note varias fallas así que decidí re-escribirlo, pero no se preocupen, a aquellos que ya leyeron este capitulo antes, no le cambie casi nada, y aquellos que son nuevo, espero les haya gustado
Si se preguntan de porque no le puse el "reino" de Lucifenia es porque Lucifenia antes era parte del Imperio de Beelzenia hasta el EC 399 en donde logro ser independiente y empezaron a construir el castillo.
Los Netsuma: Son una raza indígena que vive en Elphegort y son fáciles de reconocer por sus cabellos blancos y ojos rojos.
Levin: Es una religión dentro de Evillious y está dividida en cuatro sectas. Una de ellas son los Levia y tienen una adoración a uno o más dioses. Otra seria la secta Held, esa secta es la responsable de cazar a los Netsuma. Esa religión se encargaba de la persecución y discriminación de las mujeres del harén y de la descendencia de Venomania.
Rolled: Un pueblo, que poco después paso a ser una ciudad y fue el sitio del inicio y del final de la Revolución de Lucifenia y se convirtió en un lugar importante de la Republica Lucifeniana.Y alrededor del siglo VI o VII fue el lugar en donde hubo brutales asesinatos hechos por Lemy el Destripador.
Bosque de Held: Conocido también como Bosque del Arbol Milenario y se encentra en las fronteras de Elphegort, entre la capital del mismo y Lucifenia (cosa que de seguro ya saben, gomen por las molestias)
Bolganio: Así se llamaba el continente en donde ocurrió muchos de los eventos de los siete pecados.
Androfobia: Miedo a los hombres.
Agrafobia: Miedo al abuso sexual.
Coitofobia: Miedo a tener relaciones sexuales.
Mucho se puede encontrar si uno llega a buscar bien... aunque gran parte de lo que ahí en el capitulo y lo que habrá en esta historia viene de mi propia mente xD
Creo que eso es todo, espero que les haya gustado y agradecería los reviews.
Pronto actualizare el segundo capítulo, como compensación.