AN END TO JUSTIFY THE MEANS

ENLACE AL FIC ORIGINAL: s/5361747/1/An-End-To-Justify-The-Means

AUTOR: angel-of-paradox.

TRADUCCIÓN: Annilina

BETA: Bellatrix_2009

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a angel-of-paradox, sólo la traducción es de nuestro grupo.

RESUMEN: Draco apuesta con Blaise que seducirá a Harry, ¿pero cuáles son las reales intenciones detrás de esa seducción?.


CAPITULO 10


Al día siguiente Harry no tenía ganas de salir de la comodidad de su cama, así que en vez de levantarse, suspiró y se arrebujó más en las sábanas con la esperanza de quedarse así y que nadie lo molestara. Claro, eventualmente tendría que levantarse y asistir a clases, pero trataría de retrasar ese momento el mayor tiempo posible. Quería postergar el encuentro con Draco… no creía estar listo para verlo de frente otra vez.

"Harry, te quiero"

En lugar de dejar de pensar en lo que había sucedió la noche anterior, los recuerdos continuaban rondando su cabeza, al menos mientras estaba despierto podía controlar más sus pensamientos que cuando estaba dormido, así que gimiendo decidió levantarse, se dirigió al cuarto de baño para disfrutar de una buena ducha caliente y tratar de olvidar los pensamientos que le invadían anteriormente.

El agua caliente comenzó a correr sobre su cuerpo y Harry suspiró aliviado, en realidad no había nada mejor y más relajante que una buena ducha caliente, apoyó una mano en la pared, cerró los ojos y dejó que el agua hiciera su magia.

"¡Lo hice para poder llegar a conocerte, tienes que creerme, Harry!"

La voz suplicante de Draco penetraba en sus pensamientos y por un momento tuvo la tentación de buscarlo y hacer que pruebe lo que reclamaba. Sin embargo, después de pensarlo solo golpeó con su puño la pared, Draco había traicionado su confianza y todo lo había hecho por una apuesta entre Slytherin. El dolor punzante en su puño lo ayudó a regresar a la realidad. Tenía que enfrentar al resto de la escuela, solo esperaba que nadie se haya enterado de lo estúpido que había sido.

Cuando Harry ya no pudo prolongar más la hora del desayuno, se dirigió al Gran Comedor tratando de mantenerse lo más alejado posible de los principales corredores, se sentó junto a Ron y Hermione, que en ese momento se encontraban discutiendo, afortunadamente para él, porque Ron no había terminado la tarea la noche anterior, Harry agarró un pedazo de pan tostado, pero su garganta se negaba a dejar pasar cualquier alimento, así que renunció a probar algo y retiró la tostada de su tenedor. Sin embargo, no se percató que unos ojos grises lo miraban con preocupación de vez en cuando desde el otro lado de la habitación.

Draco apenas si había pegado el ojo en toda la noche, se había quedado despierto recordando cada momento de lo que sucedió la noche anterior una y otra vez en su cabeza, había gritado de frustración y casi destruyó toda su habitación, pero nada parecía calmarlo. Su relación fugaz con Harry había terminado, se sentía culpable y muy miserable. Si tan solo hubiera tenido el valor de contárselo todo antes que Blaise interviniera y lo arruinara. Mirando a Harry a través del comedor, se dio cuenta que el otro chico estaba pálido y ojeroso, a Draco le dolía saber que él estaba sufriendo a causa de sus acciones. Tenía que hacer las paces con Harry, él no se iba a rendir tan fácilmente. Entonces, fue como si una bombilla lo iluminara de repente, ya tenía una idea para recuperar la confianza de Harry.

Cuando el desayuno terminó, Harry se colgó la mochila sobre el hombro y se dirigió a su primera clase. Parecía que todo el mundo estaba demasiado ocupado para darse cuenta de su melancolía, por lo que la clase pasó sin que nadie se percatara de su conducta tranquila.

Ron y Hermione habían pasado discutiendo durante todo el desayuno y seguían haciéndolo mientras caminaban delante de él por los pasillos y no parecían querer parar muy pronto. Harry aun no entendía por qué continuaban juntos, cuando Hermione constantemente molestaba a Ron por su tarea, pero Ron simplemente parecía tomarlo todo con calma; de alguna manera, a él parecía gustarle que Hermione se encontrara molesta con él. Suspirando, Harry deseó tener una relación así con alguien a quien no le molestaran sus defectos y su comportamiento, que no le importara cuantos argumentos tuviera, alguien que lo amara y que estuviera dispuesto a perdonarlo hasta el final.

Tomando su lugar en la parte posterior del aula de clases, Harry sacó sus libros y se preparó mentalmente para sentarse y pasar toda la lección sin caerse de sueño o echarse a llorar, sin embargo, tan pronto como vio una rubia cabellera aparecer por el rabillo de su ojo, inmediatamente se dio la vuelta. No pudo evitar la sensación de decepción cuando lo que apareció fue el rostro de Luna. Claro, Draco lo había dañado, pero él aún seguía perdidamente enamorado del imbécil de todas maneras.

Draco había pasado caminando por el otro lado de Harry y se había dado cuenta de cuál había sido su reacción. Sonrió para sí mismo con suficiencia al ver la decepción aflorar en sus ojos cuando vio que se trataba de Luna y no de él. Fue entonces que supo que su plan funcionaria, tenía que ponerse a trabajar. Draco tomó asiento en su lugar habitual en el lado de los Slytherin y aunque le resultaba difícil, no voltearía para mirar a Harry durante toda la clase.

Harry, a pesar de estar seguro que el profesor les estaba enseñando algo que sería valioso en su vida, no podía concentrarse. Apenas se daba cuenta de dónde estaba y con quién estaba sentado, solo quería volver a su cama y tener la esperanza de que todo hubiera sido un mal sueño y nada más. Poniendo su cabeza sobre sus brazos, cerró los ojos y dejó que la voz de su profesor lo arrullara para dormir.

Harry sintió que unas manos lo zarandeaban de los hombros.

-Harry, ¡Harry!

-Harry, despierta, la clase ha terminado.

-¿Te sientes mal compañero? Si quieres, podemos llevarte a ver a Madame Pomfrey.

Harry abrió sus ojos lagañosos, se levantó y recogió sus libros, probablemente se veía tan degastado como se sentía, ¿Quién se imaginaria que las emociones podían drenarlo? Se sentía como si hubiera pasado días sin comer y descansar, y solo había sido un día. Hizo una mueca para sus adentros, realmente necesitaba parar y dejar de pensar en Draco, ya que el chico era malo para su salud.

Haciendo caso omiso de las miradas indiscretas y las manos que trataron de detenerlo, se dirigió a la enfermería, y esperaría a que todo el mundo lo dejara en paz. Tenía que pensar en algo para decirle a Madame Pomfrey, ese era uno de los inconvenientes de vivir en un Mundo Mágico, la gente siempre podía darse cuenta cuando alguien estaba fingiendo alguna enfermedad. Pensándolo bien, le diría parte de la verdad, que no había dormido mucho y que simplemente necesitaba un par de horas para recuperarse y entonces se encontraría bien.

Draco había visto como había salido Harry y eso fue un aliciente para poner su plan en acción. No creía que el moreno fuera capaz de durar más de una semana por el camino que iba. El chico no había desayunado y parecía como si no hubiera dormido bien. Si no fuera por sus propias razones egoístas de querer que Harry fuera suyo, hubiera hecho algo por la salud del Gryffindor.

Harry había conseguido que Madame Pomfrey le creyera que solo necesitaba algunas horas de sueño y nada más. Dejó que el sentimiento lo reconfortara sobre las almohadas y cubriéndose con las sábanas frías comenzó a adormecerse gracias a la poción para dormir sin sueños.

A pesar de que Hermione y Ron habían discutido casi toda la mañana se habían dado cuenta que su amigo parecía estar en otro lado. Hermione le había comentado que creía que Harry se había quedado hasta tarde terminando alguna tarea o algo más, mientras que Ron se había burlado de eso y le dijo que era más probable que hubiese tenido alguna pesadilla. Pero, por supuesto, ninguno de los dos había tenido la razón. Hermione se había dado cuenta de que en la última semana Harry se veía más que feliz, dichoso, algo diferente a lo que acostumbraba y este repentino cambio de ánimo era un shock para ella, así que hizo lo más lógico, miro alrededor de todos sus compañeros de estudios y tomó nota de todos los otros estudiantes que parecían desgastados, su lista contenía cinco nombres.

Susan Bones.

Colin Creevey

Draco Malfoy

Millicent Bulstrode

Dean Thomas

Sin embargo, tendría que quitar el nombre de Dean de la lista, porque sabía que había tenido una pelea con Seamus, su amante, la otra noche y ninguno de ellos se encontraban en condiciones de arreglar sus cosas. Eso solo le dejaba a los otros cuatro, con sus habilidades de detective pronto averiguaría si alguno de ellos tenía algo que ver con el estado de ánimo de Harry. No se molestó en pedirle ayuda a Ron, ya que anteriormente lo había amenazado que si no escribía el ensayo esta noche no le permitiría tocarla o besarla durante una semana. Hermione sabía que ese era todo el incentivo que necesitaba para lograr que Ron hiciera lo que ella le pedía. Sonriendo para sí, caminaba por el pasillo buscando respuestas.

Tres horas más tarde, Hermione se había enterado que Colin Creevey estaba apesadumbrado porque su cámara había sido aplastada por un compañero cuando se le cayó en un pasillo entre clase y clase y éste no había podido repararla a pesar de haberle echado numerosos hechizos de reparación. Susan Bones se sentía mal porque su novio le había pedido "espacio para respirar" como si el ir a una escuela diferente no fuera suficiente. Millicent aparentemente había estado triste desde hace algún tiempo, pero parecía que nadie sabía el por qué, pero Hermione dudaba en lo absoluto que ella fuera la culpable del estado de Harry, quedando solo en su lista Draco Malfoy, tal vez había estado intimidando a Harry o tal vez era alguna tontería de sangre pura, que Hermione no esperaba entender. Pero de algo estaba segura, había algo entre ellos dos.

Mirando en retrospectiva, había notado las miradas furtivas entre ellos durante las clases y lo feliz que ambos se habían visto hasta el día de hoy, la sensación de que por fin se había dado cuenta, la hizo sentir satisfecha y se dirigió a la enfermería para hacerle frente a Harry preguntarle acerca de "su admirador secreto" que de hecho, no era otro que "Draco Malfoy".

Cuando llegó, se encontró con Harry acurrucado y dormido Alargó su mano y le tocó su hombro suavemente.

-Harry.- Le dijo bajito Hermione.

Harry gimió y se deslizó aun más bajo las sábanas, sonriendo para sí, Hermione volvió a intentarlo.

-Harry, es el momento de la cena. He escuchado que la cena de esta noche es una de tus favoritas.

-No tengo hambre.- murmuró somnoliento. –Solo déjame dormir por favor, Hermione.

Harry sonaba absolutamente agotado, Hermione sintió la tentación de dejarlo en paz, sin embargo, sabía que si no hacia algo pronto iba a perderlo. No estaba segura de que valiera la pena que se consumiera por Draco Malfoy.

-Harry, sé acerca de Draco.

Vio como Harry se congelaba ante sus palabras y se alejaba de su toque.

-Mira, ¿por qué no te sientas y nos comemos un gran bote de helado de Choco chip de Honeyduke y me lo cuentas todo? Te prometo que te sentirás mejor después

Harry miró la cara simpática de su amiga y decidió contárselo, sería mucho más fácil explicárselo a ella que a alguien como Ron, asintió con la cabeza y esperó a que Hermione fuera a buscar el helado prometido.

Cuando la chica regresó, se sentó frente al moreno en la cama y colocó el helado entre los dos, con dos cucharas frente a ellos.

-Así que, desembucha. ¿Qué te hizo?- dijo Hermione.

Y así, dos botes de helado, una barra de chocolate y una caja de pañuelos más tarde, Harry se había soltado contándole su historia a su amiga, mientras ella se sentó junto a él escuchándole hacer ruidos simpáticos y colocando sus brazos reconfortantes sobre sus hombros estremecidos.

Harry odiaba admitirlo, pero Hermione había tenido razón. Sin duda el chocolate había ayudado, parecían como esas películas muggles que hacían lo correcto. El chocolate y el helado eran la mejor cura para una mala ruptura, y sí, eso había pasado, incluso con Draco; suponía que si hubiese tenido una relación real habría que tener una ruptura.

-Bueno, suena como el cabrón que siempre supimos que era, nunca me hubiera imaginado que llegaría tan lejos para humillarte, a esta edad, debería haber crecido.- Hermione tomó la postura derrotada de Harry y decidió que tal vez Malfoy se había ganado otro de sus golpes.

-Bueno, supongo que dentro de algunos años nos reiremos de mi locura, por lo menos ya no voy a caer tan fácil con alguien la próxima vez. Lo único en lo que pensaba es que realmente había encontrado el amor que había estado buscando, el mismo amor que tú y Ron tienen juntos.- Harry miró a Hermione y resistió el impulso de echarse nuevamente a llorar.

-Si, bueno, Ron es infernalmente irritante algunas veces, pero aun así lo amo. Solo recuerda, Harry, que hay un montón de personas por ahí para ti. Solo tienes que estar dispuesto a poner en camino a tu corazón y dejar que otra persona lo llene, no dejes que un imbécil arruine tus posibilidades de una futura felicidad.

Harry y Hermione se dirigieron de vuelta a la torre de Gryffindor; no había nada mejor que dormir en una cama propia. Después de tranquilizar a Harry de que todo estaría mejor mañana, ambos se dirigieron a sus habitaciones por separado. Después de haber derramado su alma con Hermione, Harry se derrumbó sobre su cama y cayó en un sueño profundo.

Por otra parte, Draco había pasado toda la tarde planificando la manera de cómo llegar a Harry. Se había enfrentado a Blaise y le había dicho que la apuesta estaba pagada, no quería ninguna recompensa y que si alguna vez le mencionaba a alguien lo sucedido ya se encargaría él de que el resto de su vida fuera un infierno. Draco no quería que nada se interpusiera en la posibilidad de que él y Harry volvieran a estar juntos.

Eran la una de la mañana del día siguiente cuando Draco se echó para atrás y admiró el resultado de su trabajo. Habían sido incontables horas de arduo trabajo y dedicación pero ahora ya estaba completo, cuidadosamente embalado para su transporte. Se dirigió a la lechuceria, todo tenía que ser perfecto. Luego de asegurarse de que todo estaba listo, sacó una caja de color marrón y una carta lista para ser entregada más tarde por la mañana. Luego se dirigió a su propia cama y esperó ser capaz de dormir un poco antes de que las clases empezaran a pesar de que tenía la duda que esto fuera a resultar ya que la anticipación y nerviosismo lo estaban matando.

A la mañana siguiente, Harry se despertó y descubrió que se sentía más ligero. A pesar de tener un terrible dolor de estomago por comer todo el helado y el chocolate el día de ayer se sentía más capaz de salir airoso ese día. Solo tenía que ir un día a la vez, caminó alrededor de su cama y gritó cuando se tropezó con una gran caja color marrón. Desde luego, no podía recordar alguna vez haber sido dueño de esa cosa o que estuviera allí la noche anterior.

Viendo la parte exterior de la caja no le revelaba nada, era de madera color marrón, sólida y sin ser barnizada o tener marcas visibles, levantó cuidadosamente la tapa ya que esperaba que pudiera tener una maldición lanzada contra él o algo parecido. Sin embargo, cuando retiró en su totalidad la tapa, metió la mano y sacó lo que parecía un pensadero miniatura.

Harry estaba preocupado acerca de quién podría haberle enviado aquel regalo, no era un regalo ordinario, un pequeño aleteo de esperanza sintió en su pecho y se preguntó si podría haber sido Draco quien se lo envió como regalo. La decisión de tomar el consejo de Hermione le fortaleció y con esa determinación lo agarró para acceder a los recuerdos del pensadero.

Hubo esa horrible sensación de caer y luego inmediatamente reconoció donde estaba. En una de las aulas de Hogwarts. Sin embargo, en vez de ser un observador externo parecía estar viendo todo a través de los ojos de otra persona.

¿Cómo es que se las arregla para parecer tan sexy cuando está haciendo una cosa tan simple como tomar notas?

Harry estaba sorprendido por el repentino tren de pensamiento que había escuchado. Reconoció la voz de inmediato, era Draco. Estaba viendo todo a través de los ojos de Draco. Escaneó todo el salón de clases. Se vio a sí mismo tomando notas durante la clase de encantamientos, fue un poco desconcertante ver todo desde el punto de vista de otra persona; aunque parte de él se preguntaba si esto no era solo un engaño más por parte del rubio para humillarlo aún más.

La escena cambió a la primera vez que Harry había coincidido con Draco en una de las aulas abandonadas. Podía sentir la anticipación y el nerviosismo de Draco, lo que hizo que se preguntara si Draco había sido muy sincero con lo que le había dicho la otra noche, sin embargo, él estaba decidido a averiguarlo.

Las escenas cambiaron rápidamente, donde Draco observaba a Harry comer el desayuno y pensar en lo que haría al ver que Harry tenia cubierta la boca de mermelada así como una serie de pensamientos que hicieron que Harry se sonrojara profundamente.

Finalmente, cuando Harry pensó que no podía soportar la idea de tener mucho más sentimientos de amor y adoracion que Draco hubiese colocado en el pensadero los recuerdos terminaron y se encontró nuevamente en su habitación. De inmediato se puso de pie y salió en busca de Hermione, necesitaba algunas respuestas.

-Hermione, ¿puede alguien fingir sus emociones y pensamientos dentro de un pensadero?- le preguntó directamente a la chica.

Harry la miró expectante, se trataba de una cuestión grave que determinaría su siguiente movimiento.

-No, normalmente un pensadero solo muestra la memoria pero no es posible que se puedan escuchar los pensamientos de las personas, ¿por qué me lo preguntas, Harry?

-Debido a que Draco me envió un pensadero esta mañana lleno de todos estos recuerdos y pensamientos acerca de mi y quiero saber si son o no son ciertas o simplemente son mentiras descaradas.

-Bueno, posiblemente él pudo haber modificado el hechizo para que sus pensamientos fueran colocados en la memoria. Es muy posible, pero no hay manera de que él fuera capaz de poner unas memorias falsas. Eso seria increíblemente difícil de hacer.

Al oír esto, Harry comenzó a sonreír de oreja a oreja. El último recuerdo donde había participado fue cuando Draco había llegado a la conclusión durante una clase de Pociones que estaba perdidamente enamorado de Harry. La abrumadora sensación de proteccionismo que sintió así como los golpes y el amor que habían llegado a través de los recuerdos era abrumadora así que en ese momento Harry se encontraba corriendo tan rápido como sus piernas le permitían rumbo a las mazmorras.

Al doblar una esquina se topó con alguien que venía en la dirección opuesta.

-Lo siento mucho.- dijo Harry mientras trataba de incorporarse, fue entonces cuando miró hacia arriba y se topó con un par de ojos color plata.

-Oh, Harry... eh... ¿Qué estás haciendo aquí?- Draco lo miró con curiosidad, como si aun no creyera que Harry estuviera sentado frente a él.

-Porque tengo una pregunta que hacerte.

Draco contuvo el aliento, éste era el momento que había estado esperando durante toda la mañana, no había sido capaz de detenerse él mismo y se dirigía hacia la torre del Gryffindor donde volaría todas las puertas de ser necesario para poderlo ver y explicarse de una vez por todas ante Harry.

-¿De verdad me amas?

Draco casi se pierde la pregunta de Harry mientras se encontraba perdido en sus cavilaciones, pero oyó lo suficiente para saber que su plan había funcionado.

-Por supuesto, ¿o mi regalo no te dio todas las respuestas?

En lugar de responder, Harry se lanzó sobre Draco y comenzó a sofocarle la cara con besos. Draco suspiró y se dijo a sí mismo que ese tormento era tan placentero como el tener a Harry en sus brazos, donde pertenecía.

-Te amo, Draco.

-Y yo te amo a ti, Harry, por siempre.

FIN