Declaimer; Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, la historia es mia.

Advertencias: Escenas de violencia y/o autolesión

Cambió de personalidades en algunos personajes, pero es necesario, mundo AU.

"Aveces las palabras son más dolorosas que las accione"

"Molesta", "escoria", "cobarde".- ¿Por que?, ¿por que de todas las cosas que pudo haber dicho... por que tenían que ser las que le decía su padre?. Estaba enojada, molesta, triste, sentía muchas emociones en ese momento, pero no de las buenas, necesitaba llorar y sacar todo su enojo.

Caminaba apurada hacía la salida, necesitaba alejarse de ese maldito lugar cuanto antes, quería correr hasta que su cuerpo no diera para más. Empezó a detener sus pasos hasta quedar frente a la puerta de salida, agacho la vista y apretó los puños con tanta fuerza hasta que sus nudillos quedaron blancos, volvió la vista al frente, acomodo su morral en el hombro y corrió como si hubiera un mañana.

Lo había hecho, se había ido de ese maldito lugar, no le importaba las faltas, no lo importaba que le dijera el sensei, no le importaba nada. Solo correr y correr, eso era lo único que quería: correr, hasta que su cuerpo no lo soportara, hasta que sus piernas dolieran como los mil demonios.

Hinata corría por las calles de Konoha como si no hubiera un mañana, las calles estaban desiertas así que no tendría ningún problemas. Al correr su cabello se movía como si danzara con el viento, su pequeño flequillo estaba en sus costados, su cara estaba roja por el esfuerzo, de sus hermoso orbes blancos salían pequeñas lágrimas que se perdían en el viento y su falta algo se pegaba a su cuerpo.

Su cuerpo estaba agotado, había corrido demasiado, pero aún así no se detenía, seguía corriendo hasta que su cuerpo no pudo más. Un torpe movimiento provoco que sus piernas se enredaran y perdiera el equilibro cayendo rotundamente al suelo, pero por la velocidad que traía su cuerpo se deslizo por el suelo provocando raspaduras y moretones por todos lados. Su cuerpo por fin se detuvo, pero ahí se quedó, en el suelo, estaba casi en posición fetal. Le costaba respirar, le dolía todo y por fin en todo el día se permitió llorar; no le importaba que la escucharan, necesitaba desahogarse, aunque para su suerte estaba en un bosque donde nunca iba nadie.

Lloraba desconsoladamente, estaba triste y enojada, las palabras de aquel chico le habían dolido, fueron las mismas palabras que siempre le dijo su padre, la frialdad en su mirada y en sus palabras la volvieron débil, era igual a su padre. Fue como ver a su padre decirle aquellas cosas y le dolía, le dolía mucho. Era como un vacío que se formaba en su pecho, un dolor tan fuerte que la ahogaba, esas palabras eran las que le ataban la cuerda al cuello, y en ese momento se estaba ahorcando. Era tan estúpida e inútil que hasta las personas que no conocía se daban cuenta, ese chico tenía toda la razón por más que quisiera odiarlo no podía, ya que sabía que ese chico no mentía. Poco a poco fue cerrando los ojos, su párpados le pesaban, ya no quería seguir despierta, le dolía todo, ahogo un pequeño sollozo antes de quedar inconsciente.

.

.

.

.

.

.

.

.

Una punzada de dolor en su espalda la despertó, pero aún así no abrió del todo sus ojos, los abrió apenas pero los volvió a cerrar porque la luz le lastimaba. Movió uno de sus brazos y le dolió como el infierno, lo dejó en su lugar, cuando logró acostumbrar sus ojos a la luz, se dio cuenta que aún estaba en el bosque, en la misma posición que estaba antes, movió su cabeza y dolió mucho, movió sus piernas y sintió algo de lo cual no se había dado cuenta. Sentía calor en su abdomen y cuando movió sus piernas tocó algo, con algo de miedo bajó la vista, vio a un pequeño perrito que estaba acostado a su lado y movía la cola mientras la miraba con la lengua afuera, Hinata le sonrió al pequeño, al parecer él había cuidado de ella. Trató de enderezarse y sintió como si miles de agujas se enterraban en todo su cuerpo, de sus labios solo salían gemidos de dolor, logró sentarse con mucho esfuerzo, el cachorro se acercó a su cara y la lamió, ella le acaricio la cabeza y miró a su alrededor. A un metro de ella estaba su morral, lo tomó y lo acercó a ella, de el sacó una botella de agua, primero le dio al cachorro y después ella bebió con tanta desesperación que parecía que hacía días que no tomaba un trago de agua.

No sabía cuanto tiempo había estado dormida, y tampoco le interesaba, solo quería volver a la mansión Hyuga y tomar un baño. Apoyó las manos en el suelo y trató de levantarse, aunque le dolía todo el cuerpo lo logró, se paró. Miró su uniforme y estaba hecho un desastre, lleno de tierra y un poco rota, sus piernas estaban lastimadas, tenía sangre seca, sus brazos se salvaron por el saco que llevaba, tocó su cara y notó raspones. Seguro estaba hecha un desastre, le daba igual, ya no valía la pena preocuparse por su apariencia, hacía tiempo había perdido el interés en eso. Suspiro, ya no debía pensar en eso, miró al pequeño que estaba junto a ella, cuando iba a tocarlo este levantó la cabeza como si estuviera percibiendo algo, ladro y salió corriendo, la ojiperla se sorprendió y le dolió un poco su huida, pero no podía culparlo, el era libre de hacer lo que quería. Tomó su moral y se fue por el mismo camino que el can.

.

.

.

.

.

..

Caminó por un buen rato hasta que llego a su casa, y allí estaba ella en la puerta, algo en su interior le decía que huyera ahora que podía, pero trato de ignorarlo. Inhaló aire y giró la perilla, de sus labios salió un casi inaudible -Tadaima(regresé)-, que se quedó muerto en el silencio, al parecer no había nadie en casa, tampoco era de extrañarle, rara vez había alguien solamente las señoras de la limpieza. Subió las escaleras rumbo a su cuarto, abrió la puerta y tiró el morral sobre la cama, entró al baño, necesitaba un baño relajante.

Se metió en la bañera, aunque no planeaba liberarse la usó de todas formas, ya había sentido suficiente dolor por ese día, solo quería dormir y no despertar, aún seguía con esa sensación extraña en el pecho, pero ya había sido suficiente. Le estaba dando el placer a ese chico al estar tan afectada por sus palabras, tal vez él solo las dijo por decir, tal vez él no sabía lo que causarían en ella, tal vez ni siquiera quería lastimarla, por más que quería odiarlo no podía, sabía que él en sí no tenía la culpa, era ella por ser tan débil, no podía culparlo, no lo conocía y él tampoco a ella. Debía dejar de pensar en él, ya era pasado, ya no valía la pena.

Estuvo en el agua como una hora, ya era hora de salir, envolvió su cuerpo en una toalla, fue a su cuarto, miró la hora en su reloj y eran las seis, estuvo durmiendo en un bosque más de 4 horas. Se vistió con un pijama blanco y negro, cepillo su cabello el cual estaba todo enredado y lo dejó suelto, encendió su computadora, quería jugar a algún juego online, pero primero iría por algo para comer. Cuando el aparato se terminó de prender, vio la fecha y casi le da un infarto, ¡estuvo cuatro días durmiendo en la interperie!, era imposible, tenía que estar mal, era imposible pero a la vez tenía sentido.

Se sentó en la cama, aún seguía sorprendida, había estado inconsciente cuatro días ahora tenía sentido porque su cuerpo estaba duro, y lo seca que estaba su garganta, entonces el pequeño estuvo con ella tantos días o tal vez menos, sonrío, los animales aman a los humanos y lo acababa de comprobar, de hecho le debía tanto a ese peque... el ruido de su estomago la sacó de sus pensamientos. Salió de su cuarto, pero se detuvo en la puerta, esperaba que su padre no hubiese notado su ausencia, dudaba que lo hubiese hecho. Bajó las escaleras y caminó hacia la cocina, abrió la heladera y vio rollos de canela, enseguida su boca se hizo agua los tomó de sin pensarlo don veces, los dejó sobre la mesada, sacó una botella de agua, iba a tomar un vaso hasta que...

-Hinata-sama!- Hinata se quedó dura en su lugar, su cuerpo quedó tensó, pero decidió darse la vuelta y la vio, a una mujer de no más de 30 años, parada en la puerta de la cocina mirandola al borde del llanto.

-Natsu-san- dijo Hinata mirandola sorprendida.

-Hinata-sama, me alegra tanto que esté bien- dijo mientras se acercaba y la abrazaba, Hinata quedó rígida, no sabía como reaccionar, hacía mucho tiempo que no sentía el cuerpo de otra persona tan cerca, Natsu se encargaba de cuidar de ella desde ese hecho hace más de diez años.

Hinata separó a la mujer de las tres décadas de su cuerpo con mucha delicadeza, la miro y sonrió de costado -no se preocupe, estoy bien- dijo para calmarla, primero le devolvió la sonrisa pero enseguida su cara cambió a una de preocupación.

-Su cara..- dijo mirando la mejilla derecha de la ojiperla. Hinata se sobresaltó, se había olvidado de ella.

-No se preocupe, solo me caí- Era la verdad.

La menor se dio la vuelta, tomó lo que había preparado y se encaminó a la salida pero antes de irse le dijo – estaré en mi recamara por si me necesita-, la mayor solo asintió, mientras la Hyuga salia por la puerta. -Ah! Natsu-san- dijo mirandola de costado -Arigato (gracias)- y se marchó del lugar.

Llegó a su cuarto, dejó las cosas en el escritorio y colocó el juego, seguro estaría ahí por horas, lastima que estaba tan equivocada, a tan solo dos horas de juego alguien llamo a su puerta, se sacó los cascos y abrió la puerta.

Hinata miró a la pequeña que estaba parada en su puerta -Padre quiere que vayas a verle- la niña comenzó su camino hacía su cuarto. Su corazón dio un vuelco

-Hanabi- la llamó Hinata por impulso, la pequeña se detuvo pero no se volteo a verla -iré enseguida- , no sabía porque la llamó, solo fue un impulso, la pequeña siguió su camino. Era la primera vez en meses que tenía una "charla" con su hermana, aunque le hubiese encantado escuchar un onee-san (hermana).

Hinata regresó a la realidad al escuchar el sonido de una puerta al cerrarse, tenía que hablar con su padre. Caminó hasta ese enorme despacho, siempre que entraba por esa puerta nada bueno le sucedía, solo esperaba que este no fuera el caso. Golpeó la puerta y cuando escucho un "adelante", abrió la puerta.

-Me mandó a llamar, Hiashi-sama- hacía años que dejó de decirle padre, por pedido de él.

-Siéntate- dijo sin rodeos, Hinata obedeció y se sentó en la silla frente al enorme escritorio – ¿Donde has estado estos cuatro días?- Hiashi se encontraba con los ojos cerrados, tenía los codos apoyados en el escritorio, sus manos entrelazadas entre sí, le cubrían la boca.

Hinata estaba nerviosa, tenía que explicarle a su padre la que había sucedido, pero no podía decirle la verdad, ¿como le explicaría que huyo de la escuela solo porque le dijeron la pura verdad? No lo entendería, sin dudas tendría que mentir.

-Yo...- No pudo terminar, el Hyuga mayor golpeó su escritorio haciendola callar, Hinata por el susto calló con silla y todo hacía atrás, en sus ojos se reflejaba el miedo, varias veces había sido víctima de los golpes de su padre. Ella lo miraba en el piso, temblaba, su mirada demostraba terror, parecía un ratoncito asustado y eso al patriarca le encantaba, se veía tan patética.

-Solo traes vergüenza a esta familia- gritó mientras se acercaba a ella lentamente, en su rostro había una sonrisa cínica -eres una zorra Hinata, ¿acoso creías que no sabía donde andabas? estabas revolcandote con cualquiera¿no es así?, no tienes decencia! Te la dabas de mojigata y eres una simple golfa.- le gritaba mientras la tomaba de la camisa. De las orbes blancas solo salían lágrimas, él estaba tan equivocado, eso no fue lo que pasó, ella no era así; pero no podía decir nada, nada salía de su boca.

-Me deshonras, Hinata- su voz fue tan suave como el mismo veneno. Hinata cerró los ojos.

-Paff!- El primer golpe.

Años sin actualizar, gomen, gomen, no hay escusas solo falta de motivación, esperemos que aún quede algún lector. Sé que hay 0 Sasuhina en este capitulo, pero en el siguiento lo va a haber. Por ahora cada capitulo es 1 de Hina y otro de Sasuke, asi que en el proximo le toca a Sasuki.

Hime-Uchiha-Namikaze: Muchas gracias por segur mi fic. Soy fan de "Mi guardiana" tienes que seguirla onegai. Saludos!

KiraNekoLove: Muchas gracias, cariño!

Paolaesh:Ni yo me lo esperaba tan pronto jajaja es que siempre que leo algún fic Sasuhina y Sasuke tiene esa actitud mala hacía Hina siempre pienso que tiene que meterle un juken por el trasero y como mi fic no hay chakra, es en un mundo alterno, que mejor que un puñetazo. Gracias por leer, saludos!

Muchas gracias a todas aquellas personas que han dejado un review, y también gracias a esas personas silenciosas que solo lo siguen, muchas gracias por esperar. Sé que es algo tarde pero muy feliz año nuevo, los quiero muchos.

Shiro.