Fate/Extintion

La Orden de Fuyuki:Tokiomi y Saber.

«Cuando era pequeño mi padre me contó que el sueño de su vida había sido ser un aliado de la justicia,pero se había rendido tras encontrarme...Yo copie su idea, su sueño, me convertiría en un héroe justiciero, siempre tuve eso en mente, sin retractarme, aún sin ser un sueño originalmente mío...

Pensando siempre que era lo correcto.

Quizas no era algo a lo que aferrarse tan seguro.

Pero Tokiomi, la verdad es que no puedo decir que me arrepienta de ello, he ayudado a muchas personas, me quedo con ello...pero si fuese por mí...

Tú no seguirías ese camino.»

Habían pasado 60 años desde aquel incidente, la 5ª Guerra del Santo Grial, y aunque no la vivió la tuvo siempre muy presente...

Tokiomi Emiya se crió a base de las historias de dicha guerra, sabía sobre Archer , el Servant de su madre que despertaba en ella una sensación nostalgica, también sabía sobre Arturia Pendragon, la Saber que luchó con ambos y su abuelo Kiritsugu...igual que de Gilgamesh, el enemigo de sus padres y antiguo Servant de su abuelo materno...

Sin embargo, si algo nunca afloró en el espiritú de Tokiomi fue el desprecio por tal acontecimiento...

Era una másacre que conllevo al sufrimiento a muchas personas, y aunque sus padres hiceron lo que pudieron por inculcarle ese pensamiento fue imposible.

La Guerra del Grial y sus historia con Shirou Emiya...la clásica historia del héroe que salvaba al mundo al final...

Tokiomi en el fondo lo deseaba.

Ser el protagonista.

El foco de atención.

Aquel que salvaría el mundo.

El héroe.

Tal como fue Shirou Emiya, tal como fue el sueño de Kiritsugu.

Pero en un sentido totalmente distinto.

Si no existían crisis ningún heróe sería requerido, ninguna oportunidad de salvar a todos, ninguna oportunidad de brillar, ni de cumplir su sueño.

-35 años antes de la historia.

—Levantensé, de pie, saluden—Un señor de mediana edad inquiría dichas ordenes en sus pupilos.

Estos se limitaban a obedecer, eran niños de primaria, entre ellos había un niño pelirrojo de brillantes ojos turquesas.

—¡Seré un héroe justiciero!—era su respuesta cada vez que se le preguntaba por su sueño.

Era un niño de 7 años, ya se le pasará, pensaba para sus adentros su tutor.

—¡Hey!, Tokiomi, ¿vas ya para casa?, puedes ir con nosotros— Se trataba del grupo de amigos de la infancia del por aquel entonces, infante Tokiomi.

—Gracias por la oferta, pero debo rechazarla,tengo que esperar a mi hermana aquí.—Se inclinó levemente, su madre mostraba una obsesión excelsa en los modales de sus hijos, más del segundo que de la primera a vistas de que la futura cabeza de la familia Toshaka era bastante relajada, algo rebelde y en definitiva, de carácter despreocupado.

De ahí que Tokiomi siempre se expresase de forma algo distante con el resto de personas, ajenas a su familia.

El cielo se torno rojizo, similar a su cabello, cuando divisó otros ojos turquesas, igual de intensos que los suyos.

—Siento llegar un poco tarde Tokiomi— la joven de melena negra, viva imagen de su madre de pequeña, se veía exausta, aunque con una expresión burlona.

—Cuatro horas, catorce minutos, 32 segundos...—

—¿Ehhh? Lo has contado, pero bueno, ya estoy aquí ¿no?—

—Sí, así que vayamos ya a casa.—

—¿No tienes curiosidad de porqué llegué tarde?—

—Para que voy a preguntar, de seguro fuistes atosigada con multitud de favores a los compañeros de tu clase, siendo que no rechazastes ninguna petición, todas las tardes te explotan a base de tonterías...—

—Ehe...bueno...quizás no vas tan desencaminado...¡pero si se puede ayudar se ayuda!-Tras esto esbozó una reluciente sonrisa.

Tokiomi nunca llegó a entender porque su hermana actuaba de esa manera, sin buscar reconocimiento alguno.

Y a pesar de su conducta altruista nunca pensó en heredar el sueño de su padre.

Su destino ya estaba marcado por su lugar de nacimiento.

Ella heredo el apellido Toshaka, se encargaría del futuro de la familia, de su círcuito mágico, estudiaría en Londres, viviría por y para el objetivo que su familia albergó durante toda su existencia, y no había "peros" que valiesen.

Yuuzuki Toshaka lo aceptó,sin rechistar, con soberana disciplina, pero no podía disimular el vacío y desagrado en su mirada, causados por los invisibles grilletes de su familia materna.

En cambio Tokiomi solo cargaba con el legado de su nombre, pero no poseía el apellido Toshaka, ni tampoco se vería obligado a tomar el camino de la magia hasta el punto de vivir por y para ello.

¿Quería estudiar una profesión ajena a esta?.

Podría hacerlo.

Porque a fin de cuentas él no otorgaría del circuito mágico de los Toshaka a sus descendientes.

Él era libre.

Sólo por ser el segundo hijo.

Y sin embargo este hijo ambicionaba la posición de su hermana.

Poseía el prestigio con sólo mostrar su apellido.

Su nombre formaría parte de la historia con tan solo haber nacido primero.

En la historia, sería ya,por ende, inmortal.

Ajena al olvido.

El prestigio.

La fama.

Yuuzuki Toshaka estaba más cercana a ello que él, por ser la primogenita.

Poseería más potencial y poder mágico, por tener el circuito mágico de sus antepasados.

Tendría a su disposición toda la ayuda y apoyo de su madre para hacerse más fuerte.

¿De que le servía poder elegir, si aquello a lo que soñaba dedicarse estaba lejos de su alcance por su posición?

Al contrario que su hermana, Tokiomi nunca aceptó internamente su posición de segundo.

-32 años antes de la historia.

La arena lo inundaba todo.

El Sol no mostraba piedad.

El desierto era el infierno en la Tierra.

A través de los granos de arena se filtraba la sangre, y sobre los huesos se depositaba el polvo.

Una guerra.

Una de muchas.

Y una extraña situación mágica en el lugar, escapes de maná afloraban visibles para aquellos sensibles a ella.

La situación atrajo a parte de La Asociación, Rin Toshaka estaba presente como representante de la misma.

Por otro lado se encontraba Shirou Emiya, dando ayuda humanitaria.

Por los azares del destino, o simplemente la insistencia masiva, tanto Yuuzuki como Tokiomi se encontraban allí, por primera vez acompañaban a sus padres en este tipo de viajes, bajo la promesa de que siempre se mantendrían a la vista.

Uno de estos días Rin se dedicó a investigar el fenómeno mágico mientras Shirou se quedaba con los niños en un campamento de ayuda benéfica.

Y Tokiomi desapareció.

Los motivos de la guerra parecían atender a algo más que razones socioeconómicas, y la gente que allí habitaba parecía visiblemente afectada por los escapes de maná...

Sí solucionaba el problema sería el héroe, pensaba para sus adentros él pequeño de diez años.

Y entonces vió el escape de maná, pero sí recordaba bien no se encontraba en la localización que indicaban los magos de La Torre del Reloj.

No...eso no era solo maná.

Una figura.

Un ser.

Con frondoso líquido carmesí con tintes negruzcos a su vera.

Se hacía cada vez más grande, y parecía jugar con el viento, por aquel entonces la vista del muchacho perdido estaba ya nublada, o simplemente había perdido demasaida sangre...

Sangre.

Emanaba como una cortina desde su vientre, había sido cortado por esa criatura que le tenía cogido por una extraña tira negra, le estaba dirigiendo al centro del huracán, de la monstruosidad.

Él gritó, gritó cuanto pudo.

¿Dónde quedó el valor de ser un héroe?.

Bana hipocresía, solo era un niño.

Un niño a punto de perecer.

Y entonces le vió.

Alguien que sin oír sus gritos le auxilió.

Un hombre alto, moreno y de pelo albino, con ropajes rojizos y dos espadas.

Parecía que ignoraba al niño, más allá de cortar la conexión entre el crio con la criatura...

Su mente se desvanecía...

I am the bone of my sword...

Un cántico.

Una plegaría que esperaba ser escuchada.

O simplemente recordada.

Una voz llena de arrepentiminento hacia su pasado.

Y de repente la orquestra de espadas impactando.

Engranajes flotantes en el cielo.

El hombre vió al niño tras la batalla, le curó, no sin antes contemplar con enorme tristeza que en las manos de ese niño se encontraban perfectamente proyectadas Kanshou y Bakuya.

—En verdad el apellido Emiya está maldito...—

Y el guerrero que le salvó se desvaneció.

Cuando Rin y Shirou llegaron se quedaron estupefactos, al ver las dos espadas que sujetaba el inconsciente niño...

—Archer...¡Archer! ¿Estas ahí?—preguntó Rin...sin obtener respuesta alguna.

Tras el incidente la relación de Shirou y Rin se fue enfriando, discutieron largo y tendido sobre la incapacidad de Shirou de mantener a sus hijos a salvo cuando estaban con él, además de permitirles ir, a pesar de las negativas de Toshaka.

Con el paso del tiempo se distanciaron más y más.

Finalmente Rin acompañada de Yuuzuki como aprendiz se hospedaron definitivamente en Londres, mientras que Shirou se quedó en Fuyuki con Tokiomi que solía cabalgar desde Reino Unido a Japón, a veces acompañado de su padre.

Shirou le enseñó tras severas insitencias su magia, y como dominarla, aunque hacía un inciso en que le gustaría que no se dedicase a lo mismo que él.

La vida de héroe de Shirou Emiya al final no fue en absoluto como esperaba.

Pero al final cumplió su parte del trato con Archer, de no convertirse en él...

Y en el fondo, no se arrepentía...

-24 años antes de la historia-

Un día lluvioso en Londres, lo típico, la humedad penetraba por todos sus ropajes, los de un joven de 18 años caminando por la fría noche londinense.

Y entonces se encontró con él.

Un hombre alto, barbudo y que de forma sorpresiva le llamo "Toshaka".

Ese hombre, claro está, era un magus...

—¿Perdoneme, pero no sé quién es? ¿Nos habíamos visto antes?—

—Esos ojos turquesas, eres definitivamente un Toshaka, y uno con muchísimo potencial por lo que veo.—

—Disculpe...no ha respondido mi duda..—

—Tú no me has visto,pero sí tus antepasados, tus más lejanos antepasados, y cada vez que uno de vosotros usaís magia con joyas vuestras células y maná claman mi nombre, dejame ver lo que vuestra estirpe ha avanzado en siete generaciones...—

—Qué...trace on...¿eh?.— el hombre posó su mano sobre el brazo del joven,una poderosa mano, de un poderoso ¿hombre?...Tokiomi vió sus ojos y supo que aquel señor no era del todo humano, con una sola mirada le extirpó toda su fuerza, para simplemente desear calmarse y escucharle, tal y como una extraña voz se lo decía a su conciencia.

Se encontraban en una pequeño parque, alejado de la metropolí, se aseguraron de que nadie se acercase cotillear, y entonces iniciaron la conversación.

—Tú madre ya me interesaba por su potencial, pero tú la superas, hasta el punto de que me haya presentado personalmente, y sé de cuanto eres capaz joven Toshaka—

—Siento defraudarte, pero no soy un Toshaka, no heredé su cabeza, soy Tokiomi Emiya, ciertamente mi madre y mi hermana son de esa familia, pero yo no tengo que ver, sus secretos no me fueron revelados, la única magia que sé usar es la de mi padre.—

—Como dije, sé lo que eres capáz de hacer, mi nombre es Kischur Zeldretch Schweinorg,y fuí el maestro de Nagato Toshaka...tú antepasado de hace 7 generaciones... y tú serás mi siguiente aprendiz...—

—¿Por qué? ¿Para que me cuentas esto y me quieres hacer tú aprendiz?.—

—Llanámente...porque me aburro.—Tras esto sonrió de una forma algo macabra y le ordenó con sus poderes vampíricos que aceptase su propuesta...

Tokiomi Emiya acababa de convertirse en una pieza más del tablero del anciano pero vivaz mago que allí se encontraba.

-22 años antes de la historia-

—¡Llegué a casa!— Una animosa voz inundaba toda la vivienda Emiya, era verano y Yuuzuki iba a pasar allí las vacaciones.

—Bienvenida Yuuzuki, quieres que te ayude con el equipaje...—La joven no permitió que su padre continuase con su ofrecimiento, se encargó tranquilamente de sus maletas mientras ojeaba la casa, una fuerte nostalgia ahogaba su mente, pero para variar, la sonrisa no se desdibujaba de su faz.

—¿Dónde está Tokiomi?—

—En el garaje— tras contestar. Shirou cayó en la cuenta de que Rin Toshaka se encontraba fuera de la vivienda, posada en la entrada de la misma.

—Puedes pasar...—

—Ya lo sé, pero pasaré a saludar a Tokiomi y me iré a la mansión Toshaka...—

—Así que no te quedas a comer...—

—No...—

—Ya veo, procura no agotarte, se te ve cansada Toshaka...—

—No eres el más indicado para decirme eso, y tengo trabajo que hacer, idiota—

Tokiomi se encontraba descansando en el garaje, hasta que se sobresaltó tras el rechinar de la puerta al abrirse.

—Hola— un desganado saludo fue lo que para su sorpresa recibió de su hermano.

—Tú fantástica hermana recorré el mundo para verte y tú simplemente dices "hola" quedandote ahí tumbado...ya me lo veía venir...aish, la juventud de hoy en día no sabe tratar a sus mayores...—

—¿Hum?, mayores...sólo me llevas cinco años Yuuzuki...—Tokiomi se levantó, y pillandola por sorpresa abrazó a su hermana...

Ella siempre le había tratado bien.

Cuando de pequeño lloraba tras ver a sus padres partir en sus viajes siempre tenía a su hermana consolandole.

También le ayudaba en sus estudios,incluso cuando estaba ocupada con los suyos en Londres...

Le apoyó cuando le contó que quería seguir el camino de la magia.

Era la única persona que no se reía de él al decir que su sueño era ser un héroe justiciero, o que no le viese con un rostro apenado por ello.

Simple y llanámente, un «Sí es lo que quieres, ve a por ello».

E iba a ir a por ello.

Y cada vez que lo recordaba se le ensombrecía el rostro.

Sí, iría a por ello.

Y ya era hora de eso.

Su maestro se lo había dejado claro, sí quería desarrollar su máximo potencial y alcanzar su ideal era necesario que pudiese convertirse en un Toshaka.

Adquirir el circuito de la familia Toshaka...

Y dicho rostro no pasó desapecibido por Rin, quien veía la escena alejada...y con un mal presentimiento...

Aquella misma noche, tras la cena Tokiomi encontró a su hermana viendo la Luna...

—Hoy hay una preciosa Luna llena...—

—Sí...es cierto.—respondió el hermano menor, quien se aproximaba a su hermana con paso firme pero con la respiración temblorosa y la mano tras la espalda.

—Dime...Tokiomi...¿qué estas proyectando?—La pregunta sorprendió al chico, su hermana parecía haberse dado cuenta...

—¿Siempre lo quisistes verdad?, el título de Toshaka...sabes...no es necesario para que cumplas tú sueño Tokiomi...—

—Mi...sue-ño...— «No la hagas caso, necesitas la magia de los Toshaka si quieres usar todo mi poder, no la hagas caso, es un sacrificio necesario, no la hagas caso...HAZME CASO A MÍ»

Le costaba hablar.

No podía pensar.

Solo aquella voz, la de su maestro, aparecía en su mente.

Su psique se fracturaba.

Igual que su cuerpo, que comenzaba a cristalizarse...

Gritos inhumanos salieron de aquel ser, quien acababa de proyectar en su mano derecha una espada enjoyada...

Yuuzuki se alejo de quien hasta entonces era su hermano, usando las explosión de una joya para esconderse.

—¡Gandr!— Unas orbes de maná negro disparados por la magus fueron hacia Tokiomi Emiya...

Sin embargo nunca se escucharon las explosiones.

Fueron cortadas, por aquella espada enjoyada...

«Todas las enseñanzas que le otorgué a Nagato Toshaka estan en el circuito mágico de la familia, han sido pulidas y perfeccionadas en siete generaciones, sin esa base no podrás soportar mi magia, joven aprendiz, sería como sí Nagato intentase realizarla...

Imposible.

Impensable.

No hará más que destruirte...

Pero sin esa magia nunca serás el más fuerte...

Nunca serás el héroe en que quieres convertirte...

Nunca serás capaz de frenarme si quisiese acabar con la humanidad, porque yo, joven Toshaka, soy el más poderoso de los magos»

La mente se desvaneció,el dolor era demasiado insoportable, hasta el punto de que sus nervios no pudieron aguantarlo...

«Mi magia va más allá de lo que un simple cerebro humano pueda soportar a la primera...no esta preparado para ello, sin la base, sin el mapa de mis conocimientos, tú simple humano...

Perecerás...»

Second...magic...Kaleidoscope...

Los ataques de Yuuzuki jamás alcanzaron a su objetivo.

Por su parte la conciencia de Tokiomi estaba totalmente nublada, al igual que su vista, ver más dimensiones que la suya a la vez le producía un profundo mareo y no terminaba de entenderlo...

Para cuando cobró conciencia de sí mismo su hermana se encontraba apuñalada por la espada enjoyada, y él ya se había hecho con el circuito de los Toshaka...

Giró levemente la cabeza, y se dió cuenta de que su padre les observaba en shock, pero a su vez parecía estar recitando algo...

I am the bone of my sword...

Aquellas palabras, no eran nuevas, y de repente unos viejos recuerdos en un desierto afloraron en su mente...

Absorto en sus pensamientos, huyó.

Quién estaba destinado a ser el héroe huyó.

Dejando atrás el cadavér de su hermana.

Dejando atrás a su padre quien quedó absorto al ver que su hijo desaparecía de la nada...

Su madre se daría cuenta de lo ocurrido para cuando este ya se habría esfumado.

Volvío con su maestro, para aquel entonces ya no había presencia de los cristales en su cuerpo.

Lo había entendido,como funcionaba su magia, y pudo regresar su cuerpo al estado previo.

En tan poco tiempo, o quizás fue demasiado, ¿cuánto tardo en viajar por los portales dimensionales?

—Sabía que tenías un gran potencial, joven aprendiz, aunque siento que hayas tenido que recurrir a esto...—

—...—Se quedó mudo, para finalmente esbozar una sonrisa, una perturbada risa se le escapó, al igual que una fluida cascada bajo los ojos...

Roto.

Reparó su cuerpo pero seguía roto.

Nació roto.

Vivió roto.

Y acababa de estropear su única posibilidad de salvación, no habría nunca marcha atrás.

Maldijó el apellido Emiya por la eternidad y la infinidad de dimensiones existentes, maldijo el sueño de Kiritsugu y su propio narcisismo.

Para cuando acaboóde reirse de su propia miseria finalizó con un «He sacrificado lo más importante para mí, ahora definitivamente mi deseo será cumplido, seré el héroe del mundo».

-1 año antes de la historia-

El sonido de las gaitas acompañaban melódicamente el paisaje.

El hombre encapuchado observó su horizonte, unas montañas llenas de verdor.

Había recibido una vieja espada de su amigo arqueólogo, un mandoble escocés, y le pareció buena idea invocar a su servant en su tierra natal...

Igualmente, Escocia era un buen lugar para estar, cercano a Londres , podría enterarse de lo que ocurriese en La Asociación facilmente.

Además recientemente había sido informado del deceso de la cabeza de la familia Fraga McRemitz en Irlanda.

Prontamente realizó el círculo de invocación, con la enorme espada al centro.

Tras recitar el encantamiento allí estaba su servant...Saber.

—Servant Saber, William Wallace, nuestro contrato ha sido pactado.—El servant era alto, con melena pelirroja entrenzada y su espada a la espalda.

Una enorme armadura plateada con la bandera escocesa al pecho y un kilt rojizo componían sus vestiduras.

Saber se sintió feliz al saber que el objetivo de su Master era la paz y libertad, ser un héroe justiciero.

Pero no tardo en darse cuenta de la sombría personalidad oculta de su Master...

Aún con todo,decidío confiar en él.

-Tiempo actual-

Tras 22 años se encontraba allí, en la casa donde se crío, la vivienda Emiya...

Y ahí estaba él.

Su padre.

Con un teléfono modificado para poder conectarse con aparatos mágicos de funciones similares.

Al otro lado de la línea estaba Rin, quien escuchaba absorta a Shirou gritando que su hijo estaba allí en frente suyo...

Dicho teléfono fue atravesado con una flecha...

—Has envejecido mucho padre...ya eres un septuegenario...—

—En cambio tú sigues aparentando 20 años...esta vez no vas a escapar Tokiomi...—

—Esta vivienda me viene bastante bien para mis planes, pero presumo que no esta en tus planes dejarmela...así que deberé hacerme con ella a la fuerza...además podré obtener a Avalón, dos pájaros de un tiro...—

—Puedo ser bastante mayor, pero no permitiré que hagas más daño...—

I am the bone of my sword.

Steel is my body, and fire is my blood.

I have created over a thousand blades.

Unware of aware of gain.

With stood pain to created weapons.

Waiting for one´s arrival.

I hva no is only path.

My whole life was...UNLIMITED BLADE WORKS.

Engranajes en el cielo...pero un cielo claro, no como el que conocía...y una plegaría distinta.

Tokiomi vió el panorama, y para cuando le aburrió lo desarmó todo, salió por su cuenta de UBW y asentó el golpe final a su padre...

Dos miembros de mi familia...frente siete mil millones de personas...

Tras esto materializó a Saber, llamó a Nicolae y habló sobre como iban sus preparativos para ponerle fin a la nueva Guerra del Grial...