Declaración: Los personajes de Naruto no me pertenecen, lo único mío aquí es la historia. –

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Diferente

Capítulo 1: Llegada a Kumogakure.

No pasó mucho tiempo desde la boda de Naruto y Hinata, para ser más precisos, dos meses. La feliz pareja aun no le había avisado sobre su cupón de regalo y Chōji moría porque lo hicieran.

– Tengo hambre. – Dijo en voz alta sabiendo que nadie lo escucharía.

No porque fuese alguien que quisiera que todo el mundo se enterase del sufrimiento de su estómago, si no, porque ahí exactamente no había nadie por lo menos a un kilómetro a la redonda. Se encontraba técnicamente solo hace más de una hora donde había pedido indicaciones a una señora que tenía una tienda de vegetales.

Pronto y tal como le había indicado la mujer se encontró frente a la puerta de entrada a Kumogakure, lugar donde próximamente sería el siguiente Examen Chūnin. Se sintió muy aliviado de llegar a la hora, incluso faltaban unos minutos para la hora acordada por el Hokage a llegar a la aldea.

Chōji se había perdido. Eso por la simple razón de seguir a su olfato hasta encontrar el restaurante que emanaba tal olor exquisito a comida. Había pasado la mayor parte del día comiendo solo el que sería su almuerzo, pero si no se da cuenta de la hora quizás seguiría comiendo ahí en esos momentos.

– Me faltó el postre… –Comentó disconforme.

Pasó los permisos correspondientes a los ninja que trabajaban en la entrada explicando el motivo de su presencia ahí y solo después de que ellos le revisasen absolutamente todo lo dejaron en paz.

– Oye, ¿tú eres Chōji? – Le preguntó una voz femenina cerca de él.

Para cuando se dio vuelta la vio, era Karui, -una mujer que, según supo por rumores era de temer- estaba frente a él ahora. Ella era de piel tostada, ojos color ámbar que destacaban su fiera personalidad con una mirada y cabello rojizo ahora peinado hacia atrás amarrado sólo por su bandana ninja blanca.

– Así es. – Le respondió a su pregunta sonriendo a modo de saludo notando algo de sorpresa como reacción a ello.

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Dos meses había sido el tiempo predispuesto por el Hokage Kakashi a Chōji para acabar con aquella misión: Hacer los preparativos representando a Konoha para los próximos Exámenes Chūnin.

Ese tipo de misiones siempre había sido tarea para alguien como Shikamaru, pero debido a que su amigo ahora estaba en otra misión junto al Kazekage, el actual Hokage lo había elegido a él para eso.

"– ¿Por qué yo? – Preguntó insistente, tratando de recalcar que no por ser amigo de un chico como el Nara tendría él también algo de su ingenio ni interés en esas cosas.

No lo sé Chōji, es solo una corazonada. – Había recibido como respuesta del peliblanco. – Te veo dentro de dos meses. – Dijo terminando de firmar la orden de misión en su tarjeta ninja."

– Una corazonada… – Repitió Chōji reflexivo sobre las nuevas tareas que le serían encomendadas como revisar montones de papeles de solicitudes, reglas, clausulas, etc.

Su estómago rugió a modo de queja, hasta él sabía que no estaba hecho para eso…

Los golpes en la puerta llamaron su completa atención, ya era hora de seguir con su misión. Terminando de vestir sus botas ninja se dirigió al baño por última vez comprobando que su pequeña barba de chivo estaba tal como quería que estuviera y su cabello castaño peinado. A sus diecinueve años Chōji se había convertido en un hombre que cuidaba su apariencia.

– Ya voy. – Respondió a los nuevos e insistentes golpes. – He dicho que ya-

Quedó con las palabras en la boca. No esperó encontrarla ahí, mucho menos a esa hora, Karui parecía algo sorprendida también de su repentino abrir de la puerta pues de lo rápido que había sido ellos dos quedaron prácticamente apegados y solo separados por unos escasos centímetros.

– ¡Ah! – Gritó como autodefensa la morena antes de empujarlo mandando al Akimichi de vuelta al departamento casi llegando al final de este por la fuerza del impacto. – ¡Chōji! Lo siento, ¿estás bien?

Karui se acercó temerosa, había reaccionado por instinto y ahora el joven yacía tirado en el piso de la habitación de hotel que le habían otorgado. Intentó hablarle, pero al parecer había dejado inconsciente al pobre y robusto muchacho.

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– ¡Han llegado tarde! – Les reprendieron los ninja a cargo de la reunión que no llegaron.

– Me disculpo, sucedió un problema antes de venir. – Dijo convencida la pelirroja.

– Esperamos que no se vuelva a repetir, en dos días es la siguiente reunión. Esperamos su asistencia. – Sentenció mirando a Chōji fijamente.

Una vez los dejaron solos, Chōji miró a Karui. Ella estaba claramente arrepentida por lo sucedido y no había sido capaz de mirarle probablemente por la vergüenza de lo pasado hace una hora.

– Lo siento. – Dijo por casi veinteava vez en el día.

– No tienes que disculparte. – Decía sincero por veinteava vez, pero aquella fue diferente… El estómago del Akimichi reclamó comida. – Oh, tengo hambre.

De inmediato, la determinada mirada ámbar de ella lo miró y con una sonrisa propuso: – Te invitaré a comer como disculpas, ¿aceptas?

Él la miró unos momentos más. – ¿Estás segura?

– Completamente. – Aseguró.

Después de eso comenzaron a recorrer la aldea por completo, Karui mostrándole todos los rincones y siguiendo a Chōji, quién parecía buscar algo en específico del lugar.

– ¿Qué haces?

– Busco un restaurante de BBQ (barbacoa). – Le respondió simplemente.

– ¿Qué es eso? – Curioseó.

A los pocos segundos después el andar del joven se detuvo abruptamente, y Karui se dio cuenta cuando no lo notó a su lado. Lo miró y al parecer este chico tenía un aura algo extraña, fijó su mirada mejor en él para descubrir… ¡¿Una lágrima?!

Así es, Akimichi Chōji estaba llorando; no a mares, pero llorando al fin y al cabo.

Había descubierto que pasaría los siguientes dos meses leyendo montones de papeles y asistiendo a tediosas reuniones en una aldea que no tenía un solo restaurante de su comida favorita.

Era el infierno mismo.

– Oye, ¿estás bien?

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La razón por la que la pelirroja estaba día tras día a la misma hora afuera de su puerta era simple, había sido enviada por el Raikage no solo para acompañarlo el primer día, también, para los días siguientes que durasen su estadía en Kumogakure.

Y con el paso de los días la presencia de la pelirroja junto a él se le hizo demasiado natural, tal como para ella estar con él. Después de Shikamaru, Karui había sido la segunda persona en la que Chōji fue capaz de confiar y contar sus mayores secretos y aventuras.

Si bien, Ino pertenecía a su equipo y junto a ella formaban también el Ino-Shika-Cho; Chōji no había tenido mayor relación con Ino a las misiones y unas cuantas conversaciones. Ino era de un carácter particular y un poco difícil de llevar al igual que la mayoría de las chicas que conocía –exceptuando a Hinata-.

Karui, en cambio, es completamente diferente a todas ellas.

Se dio cuenta de sus pensares inmediatamente sonrojándose en el acto. ¿Qué estaba pasándole?

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Notas de la autora: ¡Hola a todos! Agradezco enormemente su apoyo con el fic anterior "Bienvenida" y a todos los que he hecho junto a sus reviews y favoritos. Realmente me hacen muy feliz~

Espero les guste esta nueva historia ChoKaru que ideé en un momento de ocio, realmente hay muy pocas historias de esta pareja. Eso es todo por ahora, nos leemos en el siguiente capítulo.