Hola todos :D

Antes que nada, gracias por tomarse el tiempo de leer este fic, es el segundo que escribo y el primero de contenido Lemon. Si les incomoda la temática, no lo lean por favor.

Debo decir que nunca antes pensé en escribir sobre estos temas, pero bueno siempre hay una primera vez para todo y mi desbordada imaginación me convenció para hacerlo.

Espero que sea de su agrado aunque sea un poquito.

Atención: InuYasha y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo sólo escribí la historia por puro gusto y diversión.


INSTINTO

Capítulo 1: Advertencia

¡No es humanono es humano!

Estas palabras se repetían una y otra vez en la mente de la mujer que corría despavorida por el bosque. Los arboles y la vegetación pasaban a su lado rápidamente, pero no con la suficiente velocidad, el golpe de adrenalina no daba para más. De pronto, algo apareció en su camino obligándola a frenar su huida, ya no tuvo tiempo para cambiar de dirección, la mano de aquel ser le sujetó la muñeca con fuerza. Inmediatamente sintió como la otra garra la inmovilizaba por la nuca, obligándola a mirar aquel hermoso rostro.

La mujer quedó inmovilizada y aunque quería desviar la mirada de los ojos ambarinos, no pudo. Él la veía fijamente con una expresión de fiereza y ansiedad nuevamente. Acercó el rostro a su cuello y aspiró profundamente, llenando sus fosas nasales de la esencia femenina. La asustada chica escuchó un gruñido y de pronto sintió como la arrojaban con fuerza al suelo.

– ¡Maldita sea, porque hueles de esa manera, sólo eres una simple humana!– gritó el demonio de pelo blanco, que se había alterado nuevamente y por instantes su mirada cambiaba al color de la sangre.

– ¡No sé de que hablas, por favor no me lastimes!, !Sólo quiero regresar a mi hogar!– contestó con miedo la mujer, que trataba de suavizar el dolor del golpe sobándose ligeramente el área afectada.

De pronto se escucharon pasos rápidos y de entre los arbustos aparecieron dos pequeños seres, uno era un demonio con cara de anfibio que portaba un extraño bastón y el otro era una niña de pelo alborotado.

– ¡Lord Sesshomaru, espere por favor!, ¡La humana no le hizo nada a Rin, ella está bien!– gritó el pequeño demonio verde al ver las facciones de su amo. Inmediatamente notó algo extraño, no era común que su señor se alterara tan fácilmente.

–Es mi culpa señor Sesshomaru, no la lastime por favor– interrumpió la niña.

Sesshomaru soltó un bufido de molestia, se dio la vuelta y comenzó a alejarse mientras ordenaba.

–Jaken, vigila a ésta mujer y no permitas que se marche– acto seguido, comenzó a volar perdiéndose por encima del bosque.

– ¡¿Qué?, pero si ya tengo suficiente con soportar a Rin!– replicó el pequeño demonio mientras daba saltos de enojo.

La mujer observaba atónita como el demonio de largo cabello se alejaba volando. No podía confrontar tal situación, todo era extraño, sorprendente y tenebroso en ese lugar. Entonces la pequeña niña se acercó a ella y con una sonrisa le tendió la mano para ayudarla.

–Hola, me llamo Rin, ¿Cómo te llamas, de dónde vienes, tienes hambre?– cuestionó sin mesura la jovencita.

–Me llamo Diana… y vengo de… no… no lo recuerdo por el momento, lo siento– contestó la mujer.

La verdad es que no sabía cómo explicarle a la niña el hecho de estar en ese bosque, no le quedaba claro como había llegado ahí, sólo recordaba la oscura cueva en la que se adentró por juego.

– ¡Rin, no te acerques a ella, podría ser peligrosa! – dijo Jaken, aproximándose a ambas.

Diana, quien seguía en el suelo, trató de alejarse, poniéndose más nerviosa y cerrando los ojos. La pobre aún no aceptaba lo que estaba pasando y la existencia de esos seres rebasaba lo que conocía como normal.

–Vaya, vaya, al parecer nunca habías visto demonios jejeje– dijo Jaken, al observar la reacción de la mujer. –Estás bastante asustada, tanto que puedo oler tu miedo y…algo más– olfateó el aire e hizo un gesto de sorpresa.

–Señor Jaken, no la asuste. Será mejor que le busquemos algo de comer, seguro tendrá hambre– dijo Rin, mientras se alejaba para recoger algunos frutos.

Jaken la siguió con la mirada hasta que se alejó varios metros a donde se encontraban unos arbustos de bayas, las cuales empezó a juntar en su vestimenta. Entonces volteó a ver a Diana, quien ya lo miraba con cierto temor y curiosidad a la vez.

–Humana, estás en problemas. Al parecer tu aroma ha perturbado a Lord Sesshomaru. No sé a donde fue, pero te lo advierto, procura no alterarlo – dijo el pequeño demonio con gesto serio.

Diana enmudeció, tratando de asimilar esas palabras. Sus dudas habían aumentado y sus nervios no se relajaban. ¿Cómo era posible que se encontrara en ésta situación?, si hasta hace apenas un par de horas se estaba divirtiendo con sus amigas en una excursión. Todo fue culpa de ese estúpido reto, lo sabía perfectamente, por haberles seguido el juego a sus compañeras y por haber entrado a esa extraña cueva, ahora se encontraba en un lugar desconocido, con seres que no eran humanos y recibiendo extrañas advertencias.


Continuará…