Sus ojos verdes contemplaban vidriosos aquellas manos bañadas en sangre una vez más. Esas manos que hace unas horas se mantenían firmes y fuertes y que ahora solo temblaban. Esas manos… Esas manos que le pertenecían a ella.


- Señor… - mencionó tímidamente el joven policía - Ha aparecido otro cuerpo.

- Gracias, Kazama. –suspiró cabizbajo – Sé que no debería molestarla pero… Necesitamos toda la ayuda posible. Por favor, avisa a la detective Kaioh para que se incorpore lo antes posible.

- Sí, mi señor.

Kazama salió del despacho dejando a su teniente totalmente abatido. Esta muerte significaba el quinto asesinato en 5 meses. Y el primero de ellos que acortaba las distancias respecto al anterior… Octubre se llevaba dos muertes, y eso era un cambio.

Hasta el momento no habían logrado sacar ni una sola pista significativa de las escenas del crimen, nada que les ayudase a avanzar. Lo único que sabían es que todos los cuerpos eran abandonados en plena calle de noche y que habían muerto en las mismas circunstancias. Salvo uno de ellos que era un hombre, el resto eran mujeres, y todos ellos murieron apuñalados. Sus muertes jamás hubiesen estado relacionadas de no ser por los extraños dibujos que las puñaladas formaban.

Al igual que a su teniente, a Kazama le daba apuro tener que pedirle a Michiru que volviese de su baja, pero no les quedaba más remedio. Ella era la mejor detective del departamento y la necesitaban más que nunca. Solo esperaba que estuviese recuperada y con fuerzas, y deseaba con todo su corazón que esto no la perjudicase tras aquello que le ocurrió.


Se encontraba dubitativa después de aquella llamada telefónica. Kazama le había pedido, por orden de su teniente, que se incorporase al trabajo de nuevo. Llevaba semanas pensando que ella misma tendría que tomar la iniciativa y solicitar su inmediata incorporación, pero eso supondría tener que afrontar las exigencias médicas que se daban en estos casos por protocolo, y eso significaba tener que asistir a terapia. Aún no estaba preparada para abrirse de esa manera… Y ahora se lo pedía su equipo. Sabía perfectamente por qué le pedían ese favor, después de todo hubiese sido imposible no enterarse de aquellos asesinatos que tenían en pánico a toda la ciudad, pero no sabía si ella era la más apropiada para tomar las riendas del caso… No sabía si podría hacerlo de nuevo. Aún tenía pesadillas, no estaba preparada.

Dejó sus dudas y fue a tomarse otra copa. Al menos el alcohol le hacía olvidar momentáneamente que ella misma era una asesina.


- Kazama, ¿has logrado contactar con la detective Kaioh?

- Sí, mi señor, pero… No sé si es buena idea, señor.

- ¿Por qué piensas eso?

Kazama dudó. Apreciaba mucho a Michiru y no quería hacerla daño, pero aquella llamada telefónica le había dejado preocupado. Michiru ya no era la agente decidida e independiente del pasado. Ahora era una chica asustada de su propia sombra… Y eso le partía el corazón.

- Kazama, ¿qué sucede? – el teniente sabía la respuesta, pero quería negarse la verdad. Sabía que Kaioh no estaba preparada, pero era su única esperanza para este caso.

- Teniente… No sé si Michiru podrá volver a ser la misma de antes.

El teniente le miró con ojos de consternación. El mismo se inquietaba pensando eso, pero tenía que mostrar liderazgo y ser fuerte por su equipo. Tenía que dar ejemplo y transmitir confianza. Ella era su única posibilidad.

- Estoy seguro de que sí, volverá y será incluso mejor que antes, ya lo veras, Kazama. Es normal que esté pasando por este proceso, fue un suceso trágico, pero la agente Kaioh… Michiru… Ella es más fuerte que el oleaje del mar. Y nosotros somos su equipo, juntos le ayudaremos a superarlo.

- Sí, mi señor – las palabras de su teniente parecían haberlo reconfortado – Nosotros le ayudaremos y resolveremos el caso.

- Así se habla Kazama. Espero que la detective Kaioh se presente mañana en la oficina.

- Yo también lo espero, mi señor.

Y sin intercambiar más palabras Kazama salió a analizar la escena del crimen.

No tuvo que alejarse mucho de la comisaría, el cuerpo había sido encontrado a tan solo un par de calles. Cuando llegó pudo ver que a pesar de lo temprano que era, había un amplio grupo de curiosos alrededor de la escena del crimen. Apenas se fijó en ellos.

- Buenos días, Mags.

- Me temo que ella no puede decir lo mismo.

Kazama no podía hacer otra cosa que darle la razón a su compañera forense. La chica que tenían ante sí se encontraba desnuda, tapando sus zonas más íntimas con una sábana verde oscura, y con uno de aquellos extraños dibujos a los que empezaban a acostumbrarse.

- ¿Sabemos el significado del dibujo?

- Negativo. Hemos contactado con un experto en simbología que llegará mañana. Quizás él pueda darnos más detalles.

- O al menos algo… - Kazama no tenía muchas esperanzas al respecto. Ya habían pasado otros antes intentando descifrar aquellos dichosos dibujos y no habían obtenido nada- Creo que…

Un flash procedente de una cámara de fotos interrumpió sus cavilaciones.

- Malditos entrometidos… ¡Eh tú! – A Kazama le molestaba enormemente la prensa o cualquier derivado de estos – Ven aquí, no tienes autorización para sacar fotografías aquí.

- ¿De verdad crees que soy tan idiota? No necesito ninguna autorización, no estoy infringiendo ninguna ley con esta fotografía.

- Mira, rubito… Al menos muestra un poco de respeto a la víctima.

- Yo respeto a la víctima, sois vosotros los incompetentes que no mostráis ningún respeto al no avanzar en nada en este maldito caso.

Aquel comentario hirió a Kazama. Intentó cogerle de la chaqueta para levantarlo y darle un pequeño susto, pero el rubio fue más rápido y con un ágil movimiento se apartó, logrando que el joven policía se diese de bruces contra el suelo.

- ¡Maldito cabrón! – aquella caída hizo que el abochornado Kazama enfureciese más- Quedas arrestado.

- ¿Arrestado? ¿Arrestado por qué? – El fotógrafo no daba crédito a lo que oía – Eres tú quien me ha atacado, ¡yo ni siquiera me he defendido!

- Quedas arrestado por interrumpir una investigación policial, ¿te parece bien? Ahora entrégate o tendré que informar que te resististe a la autoridad.

Lo miró con incredulidad, pero decidió que no ganaría nada resistiéndose, así que se ofreció a acompañar "voluntariamente" a Kazama".

- Así mucho mejor. A ver, déjame ver tu documento de identidad… Tenoh, Haruka Tenoh.


NOTAS DE LA AUTORA:

¡Buenas! Hace mucho tiempo que no pasaba por aquí, pero llevaba varios días pensando en retomar los fanfics y aquí estoy. Intentaré actualizar pronto y escribir capítulos más completos. En los próximos capítulos habrá mucho más de Haruka y Michiru, pues este primer episodio es un poco introductorio. Desconozco el camino que me hará llevar esta historia pero espero que podáis acompañarme en él. ¡Nos vemos en la próxima actualización y feliz año!