Advertencia: Damos inicio a este crossover que inicio gracias a una reciente afición por Frozen, alimentada por AaronVS3 y sus historias Elsanna, aunque esta historia no es precisamente yuri. Ni Frozen ni Death Note me pertenecen.
La nueva elegida mortal
Anna estaba aburrida, no había nada que le sirviera para divertirse aquel día, Elsa había estado ocupada con asuntos diplomáticos con varios países y reinos vecinos, y Kristoff, Sven y Olaf estuvieron todo el día en las montañas, por lo que tenía desde el día anterior sin verlos, y además faltaban un par de horas por lo menos para que volvieran. Aquel era posiblemente el día más aburrido en la vida de la chica, quien no podía dejar de dar vueltas sobre su cama, en vista que aún faltaban casi dos horas para la hora del almuerzo.
A lo lejos se podía ver a Elsa despidiendo a unos duques y otros tantos magistrados que se dirigían a sus respectivas naciones luego de largas e intensas charlas diplomáticas y comerciales. Anna no pensaba en nada de eso por considerarlo aburrido, y en ese sentido le alegraba mucho no haber sido ella la coronada como reina de Arendelle. Anna se acerca más a su ventana y ve qué podría haber en el pueblo, cualquier cosa que pudiera ser mínimamente interesante, pero solo había desilusión.
Enserio que ese día se había puesto aburrido como ningún otro que Anna recordara.
En otro mundo
En un lugar completamente gris y sin vida, yacían unas criaturas calavéricas jugando a las cartas, costumbre de la que ya tenían años sin salir. Más allá de esas criaturas de hueso sin carne ni piel, había una criatura horripilante con cabello y ropajes (me arriesgo a decir que tiene ropa) negros, mirando al vacío con gran aburrimiento. Aquel ser de facciones deformes llevaba mucho tiempo sin moverse de aquel lugar, prestando más atención a espíritus y personas muertas que pasaban por un lejano sendero que a sus colegas, quienes lo estaban llamando por octava vez.
-¡Oye, Ryuk!- la criatura mueve ligeramente su feo rostro y la calavera que lo llamaba lo tomaba como que lo escuchaba- Te estaba preguntando que si quieres venir a jugar con nosotros.
-Mejor paso- articulo el ser conocido como Ryuk y se alejo un poco del grupo.
Las criaturas veían de forma bastante rara a Ryuk, pues este jamás tenía ganas de jugar con sus colegas, ni tampoco hacía mucha actividad en las charlas que pudiesen haber. Esa criatura estaba aburrida de estar allí, pero muy pronto eso iba a cambiar porque había preparado una pequeña sorpresa que en sólo unos minutos le justificaría a ir al mundo de los humanos. Ya Ryuk tenía un interesante plan para divertirse en grande, y el primer paso era dirigirse al mundo de los humanos, cosa que hace finalmente. Ryuk estaba listo para estar en un lugar nuevo, esperando ver de qué manera sería usada su libreta que intencionalmente había soltado para que cayera al mundo humano.
Arendelle
Finalmente había llegado la hora de la comida, y Anna estaba entusiasmada por escuchar algo más que solo el viento entrando por su ventana, aún si ese algo fuera inicialmente los sonidos de sus propios cubiertos mientras come. Elsa tarda casi diez minutos en aparecer, y cuando lo hace parecía bastante agotada y con cara de comerse lo que tuviera al frente, así que saludó brevemente y empezó a comer de una vez.
-Y... ¿Cómo te ha ido trabajando el día de hoy, hermana?- pregunta Anna sin saber de qué otra forma empezar una conversación.
-Agotador, aburrido y pesado- responde Elsa luego de comerse otro bocado-. En serio los nobles de los países vecinos son bastante pretenciosos, creyendo que me iban a arrinconar sólo porque aún soy nueva en mi cargo como reina, pero verás que no me dejo acorralar por nadie. Llevé los negocios comerciales y diplomáticos como toda una campeona, aunque estoy segura que les intimidó más la idea de que los convertiría en estatuas de hielo si me hacían enojar más de lo que ya estaba- Anna se tapa la boca para que sus risas no se salieran de control-. Hay algunos nobles y representantes tan pesados que creo que me siento tentada a rogarle de rodillas al duque de Weselton que reconstruyamos nuestras relaciones comerciales. Ese viejo es todo un amor en comparación con algunos cascarrabias con los que he tenido que negociar.
A Anna le parecía bastante divertido hablar con Elsa, no porque tuviera interés alguno en el tema que su hermana mayor tocaba mientras comía, sino porque se sentía bastante entretenida como una niña pequeña cuando hablaba con Elsa. Tal vez ya ninguna de las dos estuviera en edad de causar desastres o jugar como antaño, y tampoco tenía sentido recrear ese paréntesis vacío que hubo entre ellas, pero como sea Anna aprovecharía el momento mientras lo siguiese teniendo. El discurso de Elsa sería largo y con bastantes cosas serias sobre negocios y política, pero para los oídos de Anna eran simplemente temas a los cuales le podía sacar algo de jocosidad y entretenimiento, y también lo podía usar para animar a su tensa hermana.
-...Tendrías que ver cómo le hizo ese conde ¡En serio se creía que se encontraba en su propia casa para actuar de esa manera tan grosera! Si ese hombre no fuera tan hábil manejando sus argumentos, creo que buscaría cualquier excusa para suspender relaciones hasta que venga un representante nevo.
-Pero parece que no hay alternativa, ¿verdad?- pregunta Anna ya con el plato vacío.
-No lo hay, pero qué se le va a hacer. Al menos es un sujeto bastante listo y tuve una gran oportunidad para aprender un poco más de el difícil arte de ser reina. Créeme que si recibo dos o tres rondas de visitas como las de hace poco, entonces me regreso al castillo de hielo y creo por lo menos cinco gigantes de hielo nuevos para que ellos no me visiten más- ambas hermanas se ríen con ganas, algo que la rubia sentía que le hacía falta en buena medida.
Una hora después
Luego de finalizada la comida y de un largo y no menos divertido discurso de parte de Elsa, Anna sale del castillo para hacer una visita al pequeño negocio de distribución oficial de hielo de Kristoff, pero cuando apenas se adentraba al pueblo nota algo completamente inusual.
Por cuestión de distracción Anna dirigía la vista al cielo, y allá vio algo que estaba cayendo, aparentemente en dirección a los muelles del fiordo. LLevada por la curiosidad y la preocupación a partes iguales, Anna atraviesa la muchedumbre de gente que tenía enfrene como puede y corre cada vez que tenía la oportunidad para poder capturar aquello que estuviera cayendo. Esa carrera finalmente la lleva hasta los muelles (tal y como había previsto), y nota que se trataba de una libreta de color negro que finalmente cae en uno de los botes que se encontraba atado a la orilla. Fue una suerte que aquella libreta no cayera al agua.
-¡Ajá, ya la tengo!- celebra la princesa cuando logra agarrar la libreta y empieza a revisarla.
Era curioso que esa libreta no contara con ornamentación alguna, de hecho la cubierta era tan simple que lo único que tenía grabado eran unas palabras en el frente que decían Death Note. Anna no entiende a qué venía ese nombre (aunque pudo traducir efectivamente el título), pero por lo simple de la portada y el estilo de las letras, podía adivinar que la libreta era en cierto modo algo tenebrosa. Bien podría dejarla donde la encontró y hacer como que no vio nada, o tal vez podría lanzarlo al mar para que así nadie tuviera que verlo, pero algo extraño, quizá maquiavélico, le llamaba la atención sobre la libreta. No pudo evitar abrirlo para saber qué podrían decirle las páginas contenidas en ésta.
Las hojas estaban completamente en blanco, no había ni el más mínimo trazo que indicara qué se había escrito ahí o a quién le pertenecía, y eso sólo asusta un poco a Anna. No era normal que una libreta sin dueño simplemente cayera del cielo como si fuese parte de la lluvia, debía haber una explicación lógica para aquello, aunque Anna no tuviera ni idea de cuál.
Habitación de Anna
En vista que no podía revisarlo bien afuera, la solución de la joven princesa fue regresar a su alcoba inmediatamente (olvidando incluso la visita a Kristoff) para ver bien qué tenía en sus manos. Anna apenas abre una vez más la libreta y escucha que alguien toca la puerta, así que con algo de susto la vuelve a cerrar, la esconde en el cajón de su escritorio y da la señal de que abrieran la puerta, resultando ser Elsa quien entraba.
-Creí que estabas con Kristoff, Anna.
-R-resulta que él estaba ocupado- miente de forma descarada Anna, dándose una bofetada mental por semejante olvido.
-Bueno, qué se le va a hacer- Elsa se estira un poco y, con toda la confianza del mundo, se deja caer en la cama de su hermana-. Estaba pensando en que podríamos crear un pasatiempo para nosotras dos, ya sabes, como cuando tú y yo solíamos jugar con nieve y todas esas cosas- Anna asiente con una pequeña sonrisa-. Tal vez podríamos usar el castillo de hielo lugar de descanso para ir allí una vez por mes o algo así, y allí podríamos instalar cuanlquier entretenimiento que nos permitiera compartir cada vez que vayamos ¿Qué te parece?
-Yo creo que está genial- responde Anna con bastante ilusión-. De todas maneras creo que te haría falta algo como eso, si realmente esos nobles y comerciantes son tal como me los dices.
-Sí, al menos que sea para no volverme loca entre negocios, discusiones diplomáticas y críticas de parte de esos viejos cascarrabias- ambas hermanas se ríen un rato antes de que Elsa continuara-. Realmente quisiera escaparme un rato de toda esta presión, no sé cómo le hicieron nuestros padres para no perder los estribos en todo el tiempo que tuvieron como reyes, y vaya que debieron pasar por años de dolores de cabeza.
A Anna le encantaba esa forma de Elsa de demostrar su humor, no podía evitar reír ante la jocosidad de su hermana mayor. Por un momento se había olvidado de aquella rara libreta, y así sería durante algunas horas porque dedicaría buena parte de la tarde para aprender a ayudar a Elsa, pues estaba decidida a apoyarla un poco la próxima vez que se las tuviera que ver con aquellos personajes de ralea y nobleza que se creían la gran cosa sólo porque Elsa aún fuera muy joven y tuviera poco tiempo de ser reina. A Anna no le causaba una buena impresión la profesión, pero sabía que su hermana la necesitaría pronto.
En algún lado de Arendelle
Olaf estaba viendo algunos puestos de mercaderes que vendían toda clase de frutas, y las que le llamaban la atención especialmente eran las manzanas. Por un momento el muñeco de nieve quería tomar una de esas jugosas manzanas para saborearla, en serio se veían jugosas, pero algo ocurre que asusta mucho a Olaf. Una de las manzanas empieza a flotar por encima de las demás y desaparece pedazo por pedazo, como si alguien invisible se la hubiese comido a grandes bocados, y luego empiezan a flotar varias manzanas más, desapareciendo de una en una.
-¿Pero qué es eso?
Nadie responde. Olaf se asusta tanto que se va de allí corriendo y gritando que había un fantasma robándose las manzanas. Lo que Olaf no había visto era que el "fantasma" que se robaba aquellas frutas era nada más que el shinigami Ryuk, quien no pudo soportar la inmediata tentación de comer las manzanas después de tanto tiempo desde la última vez.
-Sólo comeré un par de manzanas más, y luego iré a buscar a quien tiene la Death Note.
CONTINUARÁ...
Una vez más lo diré, quizás para decepción de AaronVS3, Michiruangel y sus fanses, este fic no tendrá romance yuri, mucho menos Elsanna, pero sí las haré verdaderamente unidas, eso sí. Tal vez para otra oportunidad haga un OS o algo así que sí cumpla con los bajos deseos de estos hermanos de Fanfiction XD. Saludos a quien se aventure a leer y mil gracias si dejan reviews o afines, siempre y cuando no sean críticas destructivas, insultos, amenazas ni nada que se le parezca :)
Hasta otra