Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer y la trama a vampbirch.


Brightside

Soy una corredora.

Empujo tan rápido como puedo, sin echar un vistazo hacia atrás. Respiro por mi nariz y suelto por la boca, y me siento liviana mientras que no baje la vista.

Hoy no puedo correr lo suficientemente rápido.

Mis Converse rosas chocan contra el concreto, y no puedo escuchar nada aparte de mi pulso.

Las flores caen de mi cabello, y la chica detrás de mí se ríe tan fuerte que a penas puede respirar. Lucho para que mi vestido no se me caiga, pero Rosalie es una buena amiga y lo toma antes que toque el suelo.

—¡Corre más rápido! —grito por encima de mi hombro, pero la hermosa rubia que pasó toda la mañana peinándome se fumó un porro antes de salir. A penas puede respirar, y piensa que esto es lo más gracioso que ha visto.

Es su culpa que estemos llegando tarde en primer lugar. Se olvidó de cargar gasoil y el coche se rompió a medio camino. La mayoría solo llamaría para que los vayan a buscar, pero Rosalie no tiene un cargador para su teléfono muerto, y yo dejé el mío ya que no tenía dónde colocarlo.

Jamás dije que era inteligente.

Así que coreemos en Converse rosas y ballerinas American Eagle, tropezándonos y jadeando por aire porque somos fumadoras o estamos fuera de estado después de tener un hijo. Lucimos como idiotas, pero no nos importa.

—¡Bel-la! —jadea, envolviendo su mano alrededor de mi brazo para tironear de mí. Me tropiezo sobre agujetas violetas.

—¿Qué? —pregunto, jadeando. Señala hacia la calle, y sigo su dedo hasta que me encuentro con un Impala marrón. Siento mis rodillas temblar de alivio. Mi hermano está allí, detrás del volante, señalándonos y riéndose mientras baja el vidrio de la ventana. Se burla de mí. No me importa, corro hacia la puerta del pasajero con Rosalie medio riéndose medio tosiendo detrás de mí.

—Solo tú llegarías tarde a tu propia boda —murmura Jasper, sacudiendo su cabeza mientras destraba la puerta para nosotras—. Todos te están esperando. Media ciudad piensa que te escapaste, pero tu novio te conoce mejor que eso.

—¿Está bien Edward? —pregunto, trepando al asiento y cerrando la puerta detrás de mí—. No está volviéndose loco, ¿no? ¿No piensa que hui?

Oh, por Dios, por favor, no dejes que piense que cambié de parecer.

Jasper niega con la cabeza rápidamente.

—No, por supuesto que no. Él te conoce bien. Dijo que sabía que ibas a llegar tarde y me pidió que te buscara. Jamás pensé que me encontraría con esto. ¿Qué pasó?

Explico la situación mientras conduce. Las lágrimas caen por su rostro para cuando termino la historia; se ríe histéricamente. Rose se concentra en arreglar mi cabello mientras Jasper bromea por mi estupidez. Ella usa pasadores para asegurar las flores en mi cabeza y aparta mi flequillo con una de las flores caídas.

Jasper detiene el coche frente al parque y diviso a mi madre sentada en un banco cercano frente al lago. Está vistiendo un vestido rosa, a la altura de las rodillas y mira hacia el lago, donde el futuro marido probablemente piensa que me olvidé de él.

—Vamos, chica —dice Jasper, sacudiendo mi hombro para obtener mi atención.

Me giro hacia él y asiento, desbrochando el cinturón.

—Ya voy allí. Necesito hablar con ella rápidamente.

Asiente.

—No tardes mucho, el reloj avanza.

Mientras Rosalie y Jasper salen del coche, me dirijo hacia mi madre.

Ella me ve y se pone de pie abruptamente, una sonrisa creciendo en su rostro.

—Oh, Bella —llora entre sus dedos—. Luces hermosa. —Su sonrisa tiembla—. ¿Por qué tu vestido está sucio? Estás muy retrasada. ¿Qué has estado haciendo? ¿Estabas metiéndote en problemas con esa Rose…?

—Mamá —la interrumpo, sacudiendo mi cabeza—. No, nos quedamos sin gasoil de camino aquí. Tuve que correr el resto del camino hasta que Jasper nos encontró.

—Oh. Wow, qué día de boda, ¿eh? —Me analiza de pies a cabeza antes de asentir con cuidado. Sus ojos están llenos de lágrimas mientras me ve, sonriendo tensamente—. ¿Estás segura de esto? Sé que están enamorados, pero son demasiado jóvenes, cariño. Tienen mucho tiempo para casarse.

—No, mamá, no tengo para siempre —murmuro con un movimiento de mi cabeza—. Estoy segura de Edward. Siempre lo he estado. Somos una familia, y siempre lo seremos.

—Solo tenías dieciséis…

—Y ahora, me voy a casar con él. —Tomo aire profundo mientras comienzo a sonrojarme del enojo—. ¿Acaso tendrías dudas sobre nosotros si no hubiera quedado embarazada?

Sé la respuesta a eso. Mi mamá jamás tuvo problema con mi embarazo—era aceptar mi elección de criar a la otra vida. Desde el comienzo, ella nos acompañó a Edward y a mí. Ella pensaba que sabía lo que yo quería, incluso cuando ni yo sabía qué era eso. Ella era la voz en mi oído, diciéndome que sea racional, que siga con el camino que había planeado, cuando el futuro que había planeado se escapó por la ventana mucho antes que eso.

—Solo quería lo mejor para ti. —Las palabras salen tan bajas que apenas puedo escucharla—. ¿No puedes ver eso? Jamás quise ser mala, y tampoco tu padre. Queríamos hacer lo correcto para ti. Tenías un futuro brillante planeado, y cuando tuviste que abandonarlo…

—Jamás abandoné nada, mamá —respondo—. Ya tengo lo que es mejor para mí, tengo una gran vida. Sé que a veces lucho, pero lo vale cada segundo.

Mi mamá sabía que nos contaba—jamás me cuestionó cuando me dio el dinero, y jamás juzgó a Edward o a mí por necesitar ayuda.

Ella sonríe tranquilamente, una sonrisa que no le llega a los ojos.

—Eso lo sé. Bueno, estoy segura que puedes entenderlo… como padre, siempre querrás lo mejor para tu hijo. Eso no quiere decir que sepas lo que es, pero yo tampoco. Todo lo que podemos hacer es intentarlo.

Sacudo mi cabeza.

—Si intentas que no me case con Edward, no va a pasar —bromeo un poco.

Su sonrisa en ensancha mientras da un paso hacia adelante, envolviendo sus brazos alrededor de mis hombros.

—No, jamás intentaría separarlos. —Suspira, apartándose para pellizcar mis mejillas—. Solo bromeaba antes… sabía desde el comienzo que ese chico se quedaría por un tiempo. —Acomoda las mangas de mi vestido.

—Claro —resoplo—. Si tú lo dices.

Me giro para ver a mi padre caminando con brazos extendidos a sus costados.

—¿Dónde rayos has estado? ¡Llegarías tarde incluso a tu propio funeral, niña!

Tomo aire profundo, entrecerrando mis ojos con culpa.

—Lo siento, papá.

—Bueno, vamos, tengo que entregar a alguien —dice con una sonrisa, señalando hacia su lugar en el césped—. El pastor Webber, el pobre hombre, está por echarse una siesta.

Me río y cruzo la calle, sosteniendo la mano de mi madre con fuerza. Ella deja un beso en mi mano antes de pasársela a mi padre, que está sonriendo tan fuerte que su rostro se podría quebrar.

—Tu vestido está sucio —nota, señalando a la tierra. Bajo mi vista, notando el material rasgado. Tomo la tela con mi mano libre, tomando aire profundo para mantenerme calmada.

—Gracias, papá —murmuro, intentando mantener mi vista clara.

¿Me estoy muriendo?

Los nervios crecen en mi estómago. Papá sacude mi brazo y lo miro para encontrarme con su mirada.

—Luces hermosa —me halaga con una sonrisa—. No te desmayes ahora… el chico ya de por si está volviéndonos locos con sus nervios.

—Está bien, voy a tomar mi asiento ahora —anuncia mamá, sonriéndome mientras camina por la senda hacia el lago—. No tardes mucho.

Le doy un pequeño asentimiento, permitiendo que papá me lleve por el camino hacia el frente del lago.

—Ey, —me reprende antes de que lleguemos a los escalones, sosteniendo mi mano para detenerme. Levanto la vista hacia él, tragándome los nervios en mi garganta—. ¿Qué te dije? Cuando estabas por comenzar jardín de infantes, y Jasper derramó jugo de naranja sobre tu jardinero… estabas tan asustada, llorando como loca. ¿Recuerdas lo que te dije?

Pongo los ojos en blanco.

—Papá, este no es un jardinero, es un vestido de novia. Y no es mi primer día de jardín de infantes, es mi bod… —Jadeo por aire—. Boda.

—Abre los ojos, toma aire profundo, finge que solo son tú y la profesora, y sonríe.

Arqueo una ceja.

—¿Profesora?

Frunce el ceño.

—Mmm. Bueno, supongo que tendrás que reemplazar profesora con otra persona, ¿no?

Edward.

Asiento enérgicamente.

—Bien. Ahora, ¿podemos terminar con esto de una vez? Tengo hambre —gruñe papá.

Abro mis ojos, tomo aire profundo, y asiento.

Verde.

Intento encontrarlo.

Está en el musgo que se aferra a las piedras mientras bajo las escaleras, el césped por el que caminamos… y entonces desaparece. No tengo nada con que distraerme.

—Tus zapatillas son geniales, Brightside —él susurra, y vuelvo a encontrar verde en sus ojos sonrientes.

Me río, y ni siquiera es nerviosa.

—Necesitaba algo con qué correr.

Mechas de cabello cobrizo caen sobre sus ojos mientras se ríe. Pasa una mano por su cabello para apartarlas, sonriendo cuando me mira de arriba abajo.

—¿Estás listo? —pregunto.

El tiempo se detiene.

Respiro profundo.

Y Landon grita de fondo:

—¡Te amo, mami!

Le soplo un beso, y él se lo mete en el bolsillo.

Edward sonríe.

—Pensé que jamás lo preguntarías.


Ahora sí, fin.

Gracias a todas las que leyeron y se tomaron el tiempo de dejar un review :)

Acá dejo el link del libro en Amazon por si a alguna le interesa

Lover of the Light por Sydney Taylor

https (:) / / Lover-Light-Sydney-Taylor-ebook/dp/B079VTGYKW