Disclaimer: Los personajes de Twilight pertenecen a Stephenie Meyer y esta trama a DH78. Yo solo traduzco con su autorización.


Cabezazo: Cuando un jugador golpea la pelota usando su cabeza.

Capítulo uno

Cabezazo

Demasiado calor.

Hace demasiado calor aquí. ¿Y qué es ese ruido horrendo? Parece como un tren de carga dirigiéndose hacia mi cabeza. Una mezcla de motores ruidosos y un pálpito similar a salir de un club después de estar cerca de los parlantes toda la noche. Algo pica mi rostro; no es agradable, y es algo molesto. ¿Dónde mierda estoy? Mientras giro mi cabeza, veo al culpable de todas mis angustias. Hay mucho cabello pinchando mi barbilla, y roncando…oh por Dios, los ronquidos.

¿Cómo era su nombre?

Anoche había sido…interesante. Llegué al hotel desde el aeropuerto y después de desempacar todo mi equipaje, necesitaba desesperadamente un trago. Me cambié a unos jeans y un sweater cuello en V y me dirigí al bar del hotel. Después de dos pintas de Guiness, lo vi. Alto, oscuro, y definitivamente apuesto. Le di una sonrisa tímida mientras él se dirigía hacia mí, dándome una sonrisa perfecta y charlándome un poco. Lo sabía, un jugador de fútbol, y estadounidense. Genial, esto funcionaba para mi ventaja; tendría los detalles de uno de los tres jugadores norteamericanos jugando en el equipo de Arsenal, y quizás me divertiría un poco.

Y si que fue divertido. No estoy segura, pero en un momento terminamos en una habitación (seguramente la de él), pero aún con un pequeño mareo, podía registrar que él era bueno…no genial…pero, lo suficientemente bueno. Recuerdo que se vino antes que yo…sí, bajón, pero estuvo bien porque consiguió hacer un buen trabajo con sus dedos después que me envió a un dulce orgasmo. No sé si era mi borrachera o no, pero parecía que acabó ni bien había comenzado. Oh, bueno.

Ahora me encuentro con un dolor de cabeza debajo de lo que se siente una jodida estufa, tengo cabello contra la parte posterior de mi cabello y frente, y ese jodido cabello lleno de gel pinchando mi rostro. Tengo que salir de aquí, joder…

Después de finalmente despegarme de la trampa mortal que es el hombre desnudo a mi lado, me doy cuenta, por suerte, que no estoy en mi cuarto de hotel. Digo por suerte, porque hará mi huida más fácil. También noto que mi caminata de la vergüenza será menos embarazosa ya que estoy en un hotel y estas personas nunca me volverán a ver. Con los años, me he vuelto una ninja escapando de los brazos de mis folladas casuales, algo que no estoy segura que debería estar orgullosa o depresiva. A la mierda. ¿Por qué analizarlo?

Después de recuperar partes de mi ropa que han sido lanzadas por toda la habitación y volverme a vestir, cierro la puerta silenciosamente detrás de mí. Dando unos pasos en el ascensor, me entierro hacia la esquina, soñando con baños calientes y servicio a la habitación cuando suena la campana y mis orificios nasales son acosados por el hedor horrible de algún perfume carísimo. Echando un vistazo a mi alrededor, veo una Rubia Alta y Piernosa pegada a un Desorden de Cabello Broncíneo más alto, succionándose el rostro: una entidad con más manos que un dios Hindú. Ellos entran y me encuentro en el elevador con Sr. y Sra. Perro Alzado. Al menos un piso restante. No puedo soportar el olor y toso incontrolablemente, y qué dicha, se separan para observarme. Ella es la reencarnación de Barbie y él simplemente…él simplemente…es jodidamente intolerante.

—¿Estás bien, linda? —comenta una Barbie que luce preocupada.

Toso… —Oh, solo estoy —Toso…— bien, en serio —Toso…toso…— No te preocupes…solo —Tengo una arcada…— es alergia…estoy segura —Toso…toso…tengo una arcada.

Sí, B, muy elocuente.

Cabello Sexoso me echa un vistazo con sus ojos antes de soltar (lo que estoy segura que está consciente de ello y probablemente tiene un nombre) una sonrisa socarrona que inmediatamente quiero sacar a golpes de su rostro. Devuelvo la mirada poniendo los ojos en blanco mientras Barbie desaparece debajo de su cuello, emitiendo sonidos desagradables y húmedos. Justo cuando mis reflejos nauseabundos comienzan a volver, el ascensor suena y salgo como un cañon hacia mi suite lujoso, pero no antes de escuchar una voz masculina y aterciopelada decir "Ten una buena tarde". Puedo escuchar la sonrisa en su comentario. Agh…típico. Entro en mi habitación de hotel y respiro el aire fresco y limpio profundamente y arrojo todas mis cosas al suelo, solo tomando mi teléfono y iPod.

Prácticamente me arrastro hacia el enorme baño, y secretamente agradezco a los dioses del hotel que mi jefe ha pagado mi habitación. Enciendo el iPod y pongo algo de música clásica que Alice decidió que te necesitaba tener y me desvisto. Me observo al espejo y mi mente se dispersa. Lo de anoche con cómo-sea-que-se-llame fue bastante bueno, probablemente lo mejor que haya tenido en un tiempo. Consiguió llevarme al orgasmo, lo que fue un milagro, considerando lo preocupada que había estado con pensamientos sobre entregas y agendas.

Me meto al baño casi demasiado caliente y me meto en mis pensamientos. Me concentro en todo lo que he pasado para llegar a dónde estoy ahora; la mudanza después de la graduación en Columbia a mi departamento de una habitación en Manhattan, mi primer trabajo escribiendo propagandas online para una página web de entretenimiento, y finalmente mi gran oportunidad, escribir para el departamento de deportes en el Post. No lo AMO, pero por suerte es la puerta que juro que me llevará al modo de "Periodista Seria".

Mientras los gentiles temas de piano envuelven la habitación, girando con el aroma de lo que sea que el hotel proveyó, vuelvo a pensar en lo que me llevó a esta necesidad innata por triunfar. Mi papá siempre me había empujado a ir más allá. Al vivir en un pequeño pueblo en Washington, él quería que yo viera el mundo o al menos tanto como pueda de él tanto como sus ganancias como jefe de policía lo permitían. Había pasado veranos con mi madrea y su juguete joven jugador de fútbol en Los Ángeles, había sido forzada a aprender los pros y las contras del juego hasta que no podía soportarlo. Era un juego OK la mayoría del tiempo, pero era las buenas vistas lo que finalmente atrajo mi atención, haciendo que el periodismo sea soportable.

No era ciega. Aprendí a apreciar lo bueno que tenía el juego: mayormente, piernas y traseros…y pechos. Para cuando cumplí 17, no era la única echando un vistazo a los atractivos, ganándome miradas del equipo que la crisis de mediana edad de mi madre, Phil, entrenaba. Yo no era despampanante en absoluto. Pero estaba cómoda conmigo misma y en lo que tenía que ofrecer, incluso siendo adolescente, y nunca he tenido problema en elegir mis citas para las fiestas de fin de curso.

Pero no estaba académicamente sin dirección, como la mayoría de mis amigos de la secundaria de mi pequeño pueblo; sabía que quería escribir. Quería ver el mundo, escribir sobre temas importantes. Quería escribir sobre inquietudes civiles, campañas políticas, problemas sociales que plagaban nuestra sociedad. En cambio, estoy escribiendo sobre puntajes y estadísticas con respecto al último torneo. A la mierda mi vida. Al menos, los hombres son sexis.

Ni bien estoy linda y humectada, me envuelvo en la bata del hotel (Dios, amo esas) y descuidadamente me lanzo a la cama, tomando mi celular para colocar la alarma. Noto que tengo otra llamada perdida de las oficinas de Nueva York. Rayos, demasiado tarde como para llamar ahora. Simplemente responderé luego y echaré la culpa por la falta de comunicación a la diferencia horaria. Miro por la ventana hacia el cielo de Londres, y suspiro, quedándome dormida por unas horas.

.

Mi teléfono comienza a sonar a lo que parece ser una hora indecente, e inmediatamente maldigo dichos teléfonos con sus tonos ridículos de alarma. Saliendo de la cama repentinamente, tomo el maldito teléfono y contesto.

—¿Dónde mierda estás? —chilla una voz.

—Bueno, buenos días para ti también, Rosalie —respondo.

—Sí, como sea. Escucha, ¿sabes qué hora es? ¿Estás consciente que tienes una conferencia de prensa que cubrir en menos de quince minutos?

—¡MIERDA! —grito, mirando el reloj en el teléfono mostrando las 7:45 PM. Salgo de la cama rápidamente y le cuelgo a la perra. Quiero decir, amo a Rose y eso, pero rayos, ella es una maldita.

Rápidamente colocándome los primeros pantalones y cualquier blusa que encuentro, me visto y coloco algo de maquillaje, colocando mi cabello en una coleta intentando lograr llegar al cuarto de conferencia de prensa del hotel en solo diez minutos. No puedo arruinarlo hoy. El periódico decidió que era mejor que nuestros corresponsales se alojaran en el mismo hotel lujoso en cual el equipo conducía sus eventos durante el fin de semana. Funcionaba para mí ya que planeaba echarme unos polvos durante mi estadía.

¿Qué? ¿Tengo goles? ¿Entienden? ¿Goles? ¿No? Bueno, púdranse.

Tomando el ascensor me trae recuerdos de hace unas horas…recuerdos de Barbie Apestosa y Sexy Cabello Sexoso, e inmediatamente sacudo mi cabeza para aclarar mis pensamientos y concentrarme en lo que estoy por hacer. Las puertas del ascensor se abren y Rose, mi dulce Rose, está allí con Starbucks en mano.

—Eres un ángel.

—Te tomó bastante. Están a punto de comenzar. Por suerte, nos conseguí unos asientos al frente. Varios jugadores se unirán al entrenador para una sesión rápida de P&R. Intenta no cagarla. —Rose exhala profundamente.

Justo cuando pienso en mi respuesta ingeniosa, el ruido de reporteros y flashes incesantes comienza y el entrenador del equipo entra, junto con tres jugadores. Uno, lo reconozco enseguida como ningún otro más que la follada de anoche. Rayos, ¿cómo se llamaba?

El siguiente es un tipo muscular y moreno…bastante atractivo también. Pero es el último jugador que entra que detiene mi respiración. Cabeza broncínea, cabellos despeinados…alto…y esa sonrisa socarrona…y fallo al notar en mi observación que me está mirando. Jodido bastardo. ¿Así que está en el equipo? Si él está aquí, eso significa que es uno de los estadounidenses del equipo. Maravilloso.

Por el resto de la conferencia de prensa, es una ida y vuelta entre reporteros y el panel. Todos los jugadores responden con comentarios inteligentes, incluyendo al Cabello Sexoso con su estúpida sonrisa, la cual me sigue enviando. Finalmente respondo arqueando una ceja, mi rostro de perra, como le gusta llamarlo a Rose, en acción, y él finalmente mueve su vista para responder la pregunta de alguien.

Mmm, él está respondiendo sobre por qué está jugando en un equipo británico. Él responde que explicando que realmente es mitad inglés y siente que este equipo era perfecto para él. Interesante. Aquí voy.

—Hey, Rose, ¿cómo se llama? —susurro.

—¿Quién? ¿El chico con cabello loco? Su nombre es Masen… —Rebusca entre sus notas…— Edward Masen.

—Dame sus estadísticas, ¿sí? —Rápidamente las cada de su carpeta y me los da. Es impresionante. Claramente es un buen recurso importante para el equipo. Jugó tres años en casa para la Universidad Wake Forrest antes de ser cazado para el Arsenal, sumando goles y participación en cada temporada como derechista.

Luego, hay unos datos sobre su familia; creció en Chicago, jugó al lado de su primo, Jasper Whitlock, un nativo de Carolina del Norte. Su padre es un importante medico en su círculo, mientras que su madre es dueña de una firma de diseño de interiores bastante exitosa.

Mientras sigo leyendo, noto algunos detalles sobre ser visto en compañía de mujeres bastante interesantes. Modelos, hijas de importantes empresarios, y mujeres de alta sociedad que tuvieron el placer de su compañía (inserte sarcasmo aquí).

Pero, ¿quién era la rubia del ascensor entonces? Debo investigar.

Rose hace un par de preguntas dirigidas a cómo-se-llame, quien claramente me echa el ojo. Mmm… ¿puede que sea lo suficientemente bueno para una segunda ronda? ¿Quizás? Le doy una pequeña sonrisa de reconocimiento…ALEC…¡Sí! Ese es su nombre…Alec Hawkins. Volveremos aquí.

Demasiado rápido, la conferencia terminó, y los jugadores y entrenador hacen su salida. Masen se queda atrás por unos segundos, observándome otra vez. Obviamente no tiene educación. Lo noto mientras se aleja, ese trasero es bastante magnifico. Sí, bastante.

Rose me despierta de mi sueño de perfección masculina al chocarme con el hombro, hablando sobre el delicioso hombre oso sentado al lado de Masen y Alec. Realmente no presto mucha atención mientras nos dirigimos al recibidor del hotel, donde el almuerzo y bebidas son lo siguiente en la agenda.

.

Rose y yo pasamos el almuerzo a uno de los miles de pubs a unas cuadras del hotel, disfrutando de la vista y sonidos de gente riéndose, hablando, y maldiciendo a las pantallas de televisión que mostraban partidos de fútbol. Finalmente tengo la oportunidad de relajarme y hablar con Rose, algo que no he sido capaz de hacer desde mi vuelo hace 36 horas.

—Así que, Ben nos quiere al frente y centro el sábado por la noche para una fiesta de la liga. Para conocerse con los miembros de la prensa. Apuesto que intentan prevenir algo de la mierda con la que tuvieron que lidiar el año pasado… —explica Rose.

—Bueno, estoy segura que tienen mucha imagen que limpiar con las tres pruebas de drogas desaprobadas en un mes, y obviamente los de arriba están involucrados. Tiene sentido que la liga quiera mostrar su nueva imagen limpia a la prensa. —Mentalmente me recuerdo que ahora tengo un día para prepararme para este coctel cuando siendo una mano cálida en mi hombro y el chirrido de una silla a mi lado. Miro hacia atrás para encontrar a Alec, mi…eh…entretenimiento de anoche. Él me mira con una sonrisa socarrona que inmediatamente me recuerda de por qué lo seguí a su habitación anoche.

—No fue bueno de tu parte irte sin decir algo esta mañana. Pensé que lo pasamos bastante bien, ¿o no? —ronronea en mi oído.

—Bueno, mi querido Alec, estabas tan dormido que no quise despertarte. Considéralo mi regalo hacia ti por tu eh…desempeño.

Él lanza su cabeza hacia atrás en risa mientras Rose me mira, entonces a Alec, y a mí otra vez, sacudiendo su cabeza y poniendo los ojos en blanco.

—Bueno, Srta. Swan, permíteme llevarte a tomar algo después de nuestro juego mañana así puedo mostrarte mi gratitud…apropiadamente —dice, sonriendo y observando atentamente a mi escote. Ni siquiera intenta esconderlo, ni un poco.

—Por mucho que me gustaría, Alec, tengo planes. Nos estamos preparando para los eventos de este fin de semana y necesitamos estar listas para el encuentro de mañana. Pero ¿quizás nos veamos en la fiesta que la Liga dará mañana en la noche? Con gusto te guardaré un baile —ronroneo en su oído. Sí, quizás valga la pena una segunda follada…quizás.

Él contesta:

—Espero con ansias eso. Pero te advierto que pueda que te robe en algún momento así podemos…eh, discutir…cómo devolverte tu amabilidad. —¿En serio? Es demasiado fácil con este.

Besa mi mejilla y se aleja después de asentir orgulloso hacia Rose.

—Wow. ¿En serio? Ni siquiera estamos aquí por 48 horas y ¿ya te has acostado con un miembro del equipo? ¿Cómo lo haces? —dice. Le doy una mirada—. Diablos, sé cómo lo haces, pero ¿cómo los atraes todo el tiempo?

—No los atraigo, Rose. Simplemente converso educadamente y eventualmente…

—Eventualmente follan. Sí, lo sé. Pero supongo que lo que realmente quiero saber es ¿cómo te mantienes emocionalmente apartada, B? Yo no tengo problema en conseguir un hombre, pero me encuentro emocionalmente atada una vez que me acuesto con uno. ¡Necesito aprender los trucos! ¡Muéstrame, sabia Bella! —bromea, mientras terminamos nuestras birras y comida, riéndonos a carcajadas.

Río ante su dramática declaración, y explico.

—Rose, soy indiferente porque lo tomo por lo que es. La mayoría de los hombres tienen una mente unilateral, y he aprendido que no puedes cambiar lo que está en su ADN. Simplemente me recuerdo de eso, y recuerdo que tengo mi propia vida, y estoy perfectamente feliz estando soltera y libre de problemas…es divertido…y libre de drama.

—Bueno, felicitaciones. Parece ser que descifraste el código, mi querida. Buena suerte con eso —dice despectivamente. Ella me ama, pero en los dos años que hemos trabajado juntos para el periódico, ella ha aprendido que nunca ganará en una discusión sobre sexo. Ella sabe mejor que intentar de hacerme ver la luz que el sexo es más satisfactorio que ser libre para follar a quién yo elija, sin compromiso. Intenté los sentimientos hace años, y tuve mi corazón pisoteado por un tipo que decía que le importaba.

Seguí pensando en esto mientras entraba al ascensor hacia mi habitación. Quizás si nunca hubiese atrapado a Michael follándose a una compañera durante una visita de sorpresa a su facultad por su cumpleaños durante mi último año de secundaria, todavía creería en la buena y antigua historia de amor. Quizás vería el mundo como una gran novela de Sparks. Pero después de ese fatídico día, me armé de valor para irme a la mierda de Forks, salir y disfrutar un poco de cualquier contacto físico que podía conseguir de los hombres. Sin preguntas, sin compromisos, sin declaraciones de amor, nada. Era mucho mejor de esa forma…ellos no se meterían en mi éxito, de probarme a mi misma que soy una fuerza indetenible.

El ascensor se detiene a mitad del camino hacia mi piso, y no me molesto en levantar la vista para ver quién se une a mí. Estoy atascada en mi sueño cuando una voz aterciopelada habla suavemente en un susurro a mi izquierda.

—Nos encontramos otra vez.

Oh, Dios. Es él. Masen. Su aliento dulce llega a mi cuello al momento que lo escucho, y me estremezco por completo. Él sonríe irónicamente, e intento formar una frase coherente.

Asintiendo educadamente hacia su lado, respondo:

—Hola, allí. A penas te reconocí sin tu Babie Boca-Aspiradora pegada a tu rostro.

El cabrón engreído ríe y se acerca hacia mí. Instintivamente me tenso y espero una respuesta. No hay alguna.

Estira su mano.

—Edward Masen. Creo que te vi en la conferencia de prensa de hoy, ¿sentada al lado de la rubia? Eres de la prensa… ¿para quién escribes?

Estrecho su mano mientras él me habla, inconsciente del hecho que me hizo una pregunta. Estoy demasiado ocupada con la forma en que se mueven sus labios cuando habla. Él lo nota, y hace a un lado su cabeza, alzando una ceja y dándome la Sonrisa Socarrona. Sí, es un nombre propio ahora, ya que obviamente él la registró.

—Lo siento, ¿qué? —Logro decir después de aclararme la garganta.

Él ríe suavemente.

—Eh, ¿para quién escribes? ¿Asumo que estás aquí con un periódico de los Estados?

—Oh, sí, escribo para el Post, Nueva York. Allí es donde vivo, en la Ciudad de Nueva York, vivo allí.

Oh, ¿qué mierda, B? ¿Por qué la repentina verborrea?

—Eso veo —comenta, y sigue—. Bueno, esperaba que tengas algunas preguntas para mí, ya que es obviamente que me quieres.

Lo siento, ¿QUÉ?

—¿Perdón?

—Bueno, te vi esta mañana observándome mientras estaba con Tanya, y otra vez en la conferencia de prensa. Solo esperaba que quizás quieras discutir algunas de mis mejores cualidades tomando café o algo.

Este tipo es irreal, y no de buena forma. Okay, quizás un poco de la buena forma. No puedo lidiar con su mirada esmeralda mientras espera una reacción. Aunque con arrogancia, con ESO sí puedo lidiar. Así que me adelanto en el juego y respondo.

—Sr. Masen, le pediré que se abstenga de expresar sus observaciones mal concebidas, ya que es claro que puede que haya tomado demasiados cabezazos en el juego de fútbol y tiene esta rara idea de que estaba comien-, mirándolo de una forma que no era profesional. Y me tomo esta oportunidad para señalar que pedirle a una mujer salir a tomar un café después que dicha mujer lo haya visto lamiendo cara con otra mujer no menos de diez horas antes realmente no es la forma de comenzar con ella. Y si piensa…

—Srta. Swan, creo que puedo notar cuando una mujer me está comiendo con la mirada, y de hecho, parece que no tienes en qué basarte ya que claramente estuvo haciendo la caminata de la vergüenza esta mañana en este mismo ascensor… —dijo, cortando mis comentarios.

—¿Qué? ¿Cómo lo…? ¿Qué quieres decir? No sé de lo que hablar… Yo nunca… —Ahora realmente no sabía qué mierda estaba diciendo… él realmente me dejó aturdida.

—Sálvalo, Swan. Puedes bajarte de tu caballo y simplemente admitir que me deseas…

Justo cuando abro la boca para responder, el ascensor abre sus puestas y otros tres huéspedes entran, y aparentemente este es su piso. ¿Se está quedando aquí? ¿Acaso no vive en la ciudad? Él me sonríe socarronamente y susurra en mi oído:

—Tus bragas estaban asomándose por su bolso esta mañana. Así es cómo lo supe. —Pasó su nariz rápidamente por el borde de mi oreja, enviando descargas eléctricas por mis partes bajas, haciéndome sentir húmeda…no es el momento correcto, B, zorra, mentalmente me reprendo…— Ten una buena noche, Srta. Swan —susurra, mientras sale del elevador.

Me quedo allí de pie, repentinamente húmeda, sin saber exactamente qué mierda pasó. Las puertas del ascensor se cierran una vez más, y encuentro varios pares de ojos observándome, obviamente escucharon su pequeño comentario. El elevador finalmente se detiene en mi piso y rápidamente camino hacia la seguridad de mi cuarto. Una vez más me desnudo y me coloco unos pijamas y ordeno servicio a la habitación por la noche. Mañana el equipo de Masen va a jugar un partido amistoso para mostrar algunos de sus nuevos jugadores, y en alguna parte entre eso, necesito encontrar un vestido matador para el fiesta de coctel de la noche. Ni bien abro la puerta para recibir mi comida, suena mi teléfono y chequeo el número…RAYOS…es la oficina de Nueva York. Me olvidé de llamar a Ben. Le doy una propina al chico y respondo mientras cierro la puerta.

—Ben, ¿qué puedo hacer por ti?

—¡Bella! He estado tratando de comunicarme contigo desde anoche, ¿dónde rayos has estado? —grita.

—Lo siento mucho, Ben. He estado algo ocupada. La diferencia horaria me tiene mal, y estuvimos en la conferencia de prensa esta mañana y obtuve algunos datos que te enviaré por correo esta noche.

—Bueno, solo quería recordarte que queremos que se concentren en los jugadores estadounidenses. Es posible que Masen vuelva a los Estados para unirse al MLS (Major League Soccer) y quiero una entrevista privada, y quiero que la hagas tú.

Espera un momento. ¿Ben quiere que yo la haga?

—Ben, ¿estás seguro que quieres que yo la haga? Rose tiene mucha más experiencia en esto que yo, y realmente estoy aquí para ayudarla con los datos, realmente no…

—Bella, este puede ser la oportunidad que buscas. Te di este trabajo porque sé lo buena que eres, incluso en el colegio, siempre estabas más adelantada en el juego…Por favor, solo consigue esta historia…tienes hasta el lunes que te vas para entregarla… —Ben siempre tiene una forma de hacerme sentir culpable; siempre sacando a colación nuestros días en Columbia.

—Agh, de acuerdo Ben, lo tendré para ti.

—Eres una muñeca, Bella. ¡Te veré en la ciudad pronto!

—Sí, sí, sí. Te veré entonces, Ben.

Esto significa que mañana debo encontrar a Masen y organizar una entrevista. Maldito engreído. Tengo el presentimiento que ese idiota va a hacer mi vida mucho más difícil. ¡Maldita su sonrisa socarrona, cabello broncíneo, y ojos verdes!

Mierda, me encuentro húmeda otra vez.

Maldito.