Disclaimers: Los personajes pertenecen a Suzanne Collins.
CAPÍTULO 26: CENA
POV KATNISS
Madge se toma bastante tiempo tratando de elegir vestidos de mi armario, ahora como vencedora tengo cientos de vestidos y conjuntos de ropa que Effie, Cinna y Portia me han dejado o me mandan desde el Capitolio.
-Tus estilistas son realmente únicos, Katniss. Deberías usar esta ropa más seguido.
-Eso trato de hacer, pero casi siempre usando lo que me resulta cómodo. ¿No crees que es muy ostentoso para usar en el distrito?
-Tal vez, pero eres una vencedora ahora, trata de aprovechar los beneficios de tener personas de confianza que hagan ropa solo para ti. Es una pena desperdiciar estas bellezas y tenerlas guardadas en el armario.
-Te regalo lo que quieras.
-¿En serio? Eso lindo de tu parte, pero estamos hablando de ti. Ya que tenemos una excusa para ir bien vestidas algún lado, quiero que te pruebes todo lo que dé, hasta cuál sepamos que te queda mejor.
-¿Cómo es el lugar del que hablan ellos?
-La verdad, no estoy segura. Es la primera vez que voy a ir. Pero sí sé lo que hablan de ti en el distrito y de tu relación con Peeta, por eso mismo quiero que luzcas como una princesa. Me gustaría que los dejes sin palabras. Bien, empecemos.
Mientras en el Capitolio nos ven como la pareja ideal, no pasa lo mismo aquí. Algunas personas en el distrito no creen en mi relación con Peeta, debido a todo lo que su madre habló a nuestras espaldas y las chusmas de sus amigas, otros siguen sin aceptar que un hijo de familia comerciante se haya fijado en una chica pobre de La Veta, otros están felices y a otros les da igual. No importa donde vayamos somos razón de cotilleos.
-Pruébate esto primero –me pasa un vestido blanco con brillos y bordados plateados y dorados. Obedezco y me voy al baño, estando ella será más fácil decidir que usar.
Tardamos varias horas en estar listas, ella eligió vestido rojo entallado hasta su cintura y con falda suelta que le llega por encima de las rodillas, con escote en forma de corazón. En cambio, para mí elegimos un vestido verde encaje y gasa con bordados brillante del mismo tono. Según mi amiga, más allá de ser haber sido hecho perfectamente hasta el mínimo detalle, me representa por ser del color las hojas de los árboles.
Dejo que ella se encargue de mi maquillaje y aunque dudo por unos segundos trato de ayudarla con el suyo. Tal vez el hecho de ver a mis estilistas preparándome a mí y a Peeta, me ayudado más de lo que pensaba, porque el resultado en el rostro de mi amiga es aceptable, solamente dejo que ella termine de detallar a su gusto lo que yo empecé.
Haciendo este tipo de cosas con mi amiga, soy consciente más que nunca, lo mucho que cambió mi vida desde que soy gané los juegos. Si hace un año me hubieran dicho que terminaría en una habitación con mi mejor amiga compartiendo ropa y haciendo cosas de chicas para ir a una cita, no lo hubiera creído.
-Katniss ¿qué pasa?
-Solo pensaba en lo mucho que han cambiado las cosas respecto a unos meses atrás. Por cuidar a mi familia, no viví una niñez y adolescencia normal. Y ahora…
-Ahora tienes más libertad para disfrutar de la vida que tú y tu madre deban preocuparse de cómo sobrevivir cada día. Es comprensible. Pero creo que fue algo bueno para ti.
-¿Qué quieres decir?
-Gracias a tus experiencias pasadas sobreviste a los Juegos del Hambre y también supiste como cuidar a Peeta cuando estaba herido gracias a tu madre y tu hermana. Lo salvaste de morir.
-Tienes razón.
-Y ahora puedes tener una recompensa por todo lo que hiciste. Trata de vivir una vida feliz y tranquila dentro de lo puedas, Kat.
Incluso con Snow alerta de cada uno de nuestros movimientos, no tenemos porque vivir con miedo constante. No es como si Peeta y yo estuviéramos fingiendo una relación, no es como si hubiéramos querido rebelarnos, y el Presidente lo sabe. Sin embargo, si la rebelión empeora con el paso del tiempo, estaremos en problemas todos. Por ahora las cosas parecen estar bajo control.
-Eso intentaré –decido cambiar de tema. –Ese vestido parece hecho para ti, quiero que lo conserves.
De todas formas, dudo ser capaz de usar la gran cantidad de ropa que tengo en el armario y el gran vestidor.
-Chicas ¿están listas? –escucho la voz de mi madre llamando –Todos están esperándolas abajo.
Mi madre abre la puerta y nos ve ambas sentadas una frente a la otra. Ella sonríe y se acerca a nosotras emocionada.
-Se ven preciosas. Es la primera vez que las veo así a ambas. Y no menos importante, con sus citas abajo esperando por ustedes.
-Me ves Peeta todos los días –la contradigo.
-Esto es diferente. Con todo esto de los Juegos y las cámaras, no han tenido tiempo de hacer las cosas que normalmente hace una pareja, la relación de ustedes no empezó de una forma normal. Por otro lado, Rye está ansioso por verte Madge. En fin, disfruten la noche. Iré a decirles que están listas. No se olviden de salir abrigadas. Ella sale de mi habitación, dejándonos solas.
Me doy cuenta que tiene razón, esta podría considerarse una cita normal y legal, incluso considerando que es mi novio oficial desde que salimos de la arena, es la primera vez que vamos a cenar a otro lado. Nuestra primera cita en fue fuera del Distrito. ¿Y está sería la segunda?
Cuando bajamos Peeta y Rye están en los sillones vestidos de forma bastante formal para lo que están acostumbrados. La mirada de Peeta se clava en la mía cuando me ve entrar en living, hasta que baja la mirada para ver mi vestido y sonreír aún más. Se acerca rápidamente a mí y sé que quiere besarme cuando tengo su rostro a pocos centímetros pero mis labios con mi mano.
-Arruinarás el maquillaje –murmuro. –Y Madge se enojará por eso.
Peeta baja la mirada avergonzado.
-Lo siento.
En su lugar solo acaricia mi rostro.
-Eres muy hermosa. Me gusta el vestido, va contigo.
-Gracias.
Bajo la mirada al traje azul marino y blanco de Peeta. Su camisa blanca tiene los dos botones superiores desabrochados y no se ha puesto corbata, dándole un toque más informal. Tomo los extremos de su chaqueta azul y la abrocho
-Me gusta –reconozco.
-Agradécele a Portia, luego.
-¿Es tan formal el lugar al que vamos? ¿Acaso hay un lugar así en el Distrito Doce?
-Según mi hermano, sí. Es un lugar que ni tú, ni yo nos hubiéramos podido permitir antes. Sin embargo, lo positivo es que es bastante tranquilo. Nadie nos molestará, aunque es fin de semana, por lo que no puedo asegurártelo.
¿Una noche lejos de las miradas acusatorias de la gente? Eso suena tentador en nuestras circunstancias.
-¿Dónde están Alex y Lizzy?
-Estarán esperándonos justo allí. Los padres de ella cuidarán a Jace.
Luego de ayudarme a colocarme el tapado. Peeta me ofrece el brazo y me sujeto de él.
Observamos que a costado de nosotros, Rye y Madge están conversando y riendo más relajados.
-¿Dónde está, Prim? –le pregunto a Peeta.
-Está en su habitación haciendo su tarea y estudiando. Ni siquiera vayas a verla, no quiere que la interrumpan.
-Oh, cierto. Mañana tiene exámenes.
-Me pregunto porque no nos dejan estudiar a nosotros si aún somos menores de edad.
-¿Te gustaría?
-La escuela no era del todo mala. Pero supongo que sería extraño, luego de los juegos.
-A mí me da igual, nunca fui sociable con la mayoría de todas formas. Tú siempre estabas rodeado de personas y hacías actividades extra curriculares, sobre todo las deportivas.
-Algunas de esas me ayudaron para enfrentar a otros tributos ¿recuerdas?
Hablar sobre los difuntos tributos, no es algo que deseamos. Él da por finalizada la conversación y se dirige a su hermano y nuestra amiga.
-¿Nos vamos? –ambos asienten y Peeta se dirige conmigo a la puerta donde nos espera mi madre para despedirnos.
-No se metan en problemas. Katniss, Peeta… Si pasa algo, me llaman.
-Sí, mamá. Pero creo que estaremos bien.
Se ha puesto bastante protectora con ambos, en el fondo siento que ella sospecha algo, pero no me atrevo a preguntárselo. ¿Qué sucede si le suelto cualquier cosa y le sumo más preocupaciones innecesarias?
Luego de salir de la Aldea de los Vencedores, nos dirigimos al punto de encuentro. Nuestro triunfo en los juegos no solo proporcionó más alimentos para la gente del distrito, sino también que el Capitolio ha invertido más dinero para mejorar las condiciones del lugar, incluso de noche, el distrito ya no parece tan sombrío y oscuro en muchas zonas, gracias a las nuevas fuentes de iluminación y arreglo de las calles. Cada tanto nos encontramos con algún Agente de Paz en sus vehículos y haciendo rondas fuera, algunos nos reconocen y nos saludan amablemente.
Los Agentes de Paz, pertenecen a las fuerzas del Capitolio, pueden provenir de los Distritos o del mismo Capitolio, algunos lo escogieron como un modo de vida, mientras otros no tuvieron otra opción y fueron obligados a prestar servicios a Panem, por estar en deuda con Capitolio o los distritos a los que pertenecían. Viven una vida bastante cómoda, porque les pagan bastante, pero sus vidas son muy solitarias y no importa si están en contra de algo o no, deben alejarse de sus seres queridos en muchos casos, porque nunca se sabe dónde los van enviar a trabajar.
-Es aquí –dice Rye.
Peeta se detiene de repente y levanta la mirada al edificio del restaurante parece estar en muy buenas condiciones si se lo compara con otros lugares. Tomo su mano entre la mía antes de entrar, nadie parece prestarnos atención al comienzo, todos están demasiado absortos con sus acompañantes, sin embargo, algunos se quedan viéndonos con sorpresa cuando pasamos cerca de sus mesas y van pasando la voz a quien tienen al lado. Nosotros optamos por ignorarlos y buscar a Alex y Lizzy, que están sentados alrededor de la larga mesa de una esquina.
-Sentimos la demora ¿llegaron hace mucho? –dice Peeta.
-No tanto –responde Lizzy sonriendo. –Se ven preciosas, chicas.
-Gracias. Tú también –responde Madge. Lizzy no solo luce preciosa por su vestido, es bastante atractiva con su cabello rubio y sus ojos grisaseos
Nos sentamos al lado de ellos, mientras que Madge y Rye se sientan en frente.
Una mesera se acerca a nosotros, y se queda mirándonos a nosotros dos en particular, se recompone de la impresión de vernos aquí y luego vuelve su atención al resto del grupo del grupo. Nos pasa unas hojas con el menú y posteriormente toma nuestros pedidos. Los hermanos de Peeta se sorprenden cuando nos negamos a pedir bebidas alcohólicas, pero nuestra experiencia con eso, no fue precisamente buena y no queremos que vuelva a pasar. Aún así Alex, supone que no pedimos nada debido a nuestra edad, al igual que Madge.
Mientras esperamos que nos traigan la comida, miro alrededor, salón es realmente lindo. Peeta estaba en correcto, antes yo no me lo hubiera podido permitir, hace unos meses mis únicos lugares seguros para almorzar o cenar, eran los pequeños puestos del El Quemador.
-Tienen un escenario –suelto sorprendida. Tienen un piano y una base para micrófono.
-Sí, a veces alquilan este lugar para fiestas, bodas o pequeños espectáculos –dice Alex. –También es un lugar donde los Agentes de Paz suelen tener reuniones. Básicamente, los Agentes de Paz son los clientes más leales y los ayudan a mantener el lugar. Pero esta noche no hay ninguno aparentemente –agrega escaneando alrededor. –Pensé que se sentirían más cómodos aquí, que en algún lugar más concurrido.
-Te agradezco eso, Alex –sonrío.
Cuanta menos atención atraigamos, mejor para nosotros.
-De nada. Cuentan con nuestra discreción –sé qué se refiere a mi nuestra conversación sobre el peligro que supone estar en la mira del Capitolio. –Por otro lado, hermanitos, debimos tener una cena como esta hace mucho tiempo. Peeta está con la chica que ha amado casi toda su vida luego de sobrevivir a los Juegos del Hambre; y ahora Rye descubrió el amor ¿no es fantástico? Han crecido tanto. Lo mejor de todo, es que ambos este año han salido definitivamente de la urna de las cosechas, ya no debo temer por la vida de ustedes.
-¿Te vas a poner a llorar, Alex? –pregunta Peeta sonriendo ante la actitud de un orgulloso hermano mayor.
-Sabes que no soy así. Pero creo que debemos festejar todo lo bueno que nos está pasando.
-Coincido –agrega Rye. –Festejemos. ¿No prometimos eso? El día que los tres estuviéramos libres ir de ir a los Juegos del Hambre –luego Rye mira a Peeta. –O sobreviviéramos… debíamos festejar.
-Solo que ustedes esperaban que eso se diera en dos años, luego de mi cumpleaños número dieciocho y no mis dieciséis años.
-Exacto, pero fuiste a los juegos y ahora estás aquí. Eres fuerte, Peeta, más de lo que pensaba.
-Me vi obligado a serlo por ella –luego clava la mirada en mí. –Incluso cuando estaba tan mal, que solo quería cerrar los ojos para que todo eso acabara, el simple hecho imaginarla triste por mi muerte, o siendo herida por otro tributo, me daba fuerzas suficientes para no rendirme con mi vida.
Esa herida profunda infectada casi lo mata. Él batalló mucho contra eso.
-Te prohibí morir bajo mi cuidado ¿lo recuerdas? –murmuro muy bajo cerca de su oído para que nadie más escuche.
-Lo recuerdo y cumplí con esa promesa.
-Lo hiciste.
Acaricia mi rostro unos segundos, cuando el ruido de una bandeja siendo apoyada en la mesa, vasos y copas siendo coladas frente a cada uno y varias botellas de vidrio chocando entre sí al ser colocadas en el centro. Por último, coloca una caja de madera decorada elegantemente entre Peeta y yo. Nos volvemos a acomodar bien nuestras sillas
-Esto es de parte del dueño para ustedes dos.
-¿Por qué? –pregunto.
-Considérenlo un regalo por su victoria. Mi jefe está realmente impresionado con ustedes dos, siempre confío en que lo lograrían. Reservó el mejor vino para una ocasión especial, espera que lo disfruten.
Peeta toma la caja entre sus manos y lee la descripción, quedando impresionado y mira sonriente a la chica.
-Dígale que aceptamos su regalo con gusto. Muchas gracias por el vino y por apoyarnos.
La chica asiente y luego mira al resto de la mesa,
-En unos minutos traeremos su comida, casi está lista.
Ella se aleja nuevamente dejándonos solos.
-Que amable de su parte –dice Lizzy.
-No me sorprende siendo tan populares como lo son ahora–responde su esposo. –Déjame ver.
Toma la caja de la mano de su hermano y corre la tapa para ver la botella dentro.
-¿Traída desde el mismo Capitolio? Wow.
-Por eso me sorprendí –dice Peeta.
-Resérvenla para una ocasión especial, definitivamente quiero probarlo luego.
-¿Por qué no la abres ahora?
-No, guárdalo para tu cumpleaños, Peeta. Está muy cerca. Organizaremos una cena familiar ese día.
¿Cumpleaños? Me doy cuenta que no sé cuándo es su cumpleaños, Peeta nunca me lo dijo. Decido que se lo preguntaré cuando lleguemos a casa. Y así como ese detalle, deben haber muchas cosas más. El poco tiempo que llevamos juntos nuestras charlas han consistido en nuestros temores, pesadillas y los problemas que se nos presentan. Muy pocas veces tuvimos oportunidad de hablar de cosas cotidianas o de menos gravedad, tal vez deberíamos cambiar eso y hacerlo tanto como podamos, al igual que hicimos en nuestra primera cita. Me sujeto de su brazo y él me mira.
-¿Katniss?
-¿Qué?
-¿Te sientes bien?
-Por supuesto – en respuesta dejo caer mi cabeza en su hombro.
Solo quiero conocerlo más, quiero que podamos tener una relación normal, como dijo mi madre y que con el tiempo podamos separar nuestro propio mundo, respecto al de la relación pública que mostramos y las presiones externas, siendo simplemente nosotros cuando estamos juntos. Tal vez podamos encontrar un equilibrio en el futuro, sin sentir miedo o inseguridad todo el tiempo.
Peeta me sonríe y besa mi coronilla, antes de volver la atención a la conversación con su hermano mayor. Noto a Madge mirándome con una sonrisa en su rostro, ella siempre quiso vernos juntos, pero tan pronto como ella se da cuenta vuelve su vista a Rye y conversar con él.
Unas voces en el escenario llaman mi atención y sin moverme del lado de mi novio, observo a una pareja subida allí. Un chico en el piano, y una chica ayudándolo con unas partituras aparentemente.
-Parece que van a tocar o cantar.
-Algunas noches lo hacen, los mismos asistentes pueden subir a hacer algo si quieren –explica Lizzy. –Deberías ir también.
-¿Yo?
-Claro, tienes una hermosa voz y estás aprendiendo a tocar piano ¿no?
Madge y Peeta reciben con bastante entusiasmo ante la idea mencionada.
-Lizzy tiene razón, definitivamente tienes que cantar –me anima Peeta.
-Voy contigo, hagamos algo con esas canciones que practicamos juntas. Considéralo como una prueba con público. Cuando sea la Gira de la Victoria, deberás mostrar tu talento a todo Panem.
-Amiga, no me parece buena idea…
-No, es fantástica. Mira, solo debes cantar, yo me encargo de tocar el piano. ¿Cómo sabrás si estás haciéndolo bien si antes no lo intentas con otro tipo de público? Incluso si fallas o te pones nerviosa, no hay nada malo, con la experiencia mejorarás.
¿No sería peor que luego hiciera ridículo frente a las cámaras? Probablemente ella tenga razón, Madge me ha apoyado mucho con el desarrollo de mi talento. Tener una habilidad especial que mostrar es casi una obligación para los vencedores el primer año. Debo aprender a actuar bajo presión, tener un pequeño público, no es tan malo como ser mostrado en Capitol TV nacionalmente.
-Está bien. Hagámoslo más tarde, luego de comer.
-Es un trato.
Ella estira su mano y toma la mía dándome confianza.
