[Disclaimer: Estos pertenecen respectivamente a Hajime Isayama y JK Rowling]
[Disclaimer: Posibles errores ortográficos.]
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Capítulo 1: Un día cualquiera.
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"El sombrero seleccionador solo comete siete errores…"
¿Quién me pagará todos estos años perdidos?
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— "Hasta que una mañana el viejo Slytherin partió, y aunque las peleas cesaron, el colegio muy triste se quedó…"— canturreó Hanji como cada día, para la molestia de Levi y la diversión de los demás.
Desde que los habían juntado en aquel proyecto en tercer año, la lunática cuatro-ojos (como él le decía) se había autoproclamado su amiga, ni siquiera siendo el mismísimo Ackerman capaz de detenerla. Poco a poco la gente se fue acostumbrando a esa rara combinación, en dónde no solo resaltaban los colores de sus respectivas casas sino también sus personalidades.
Tan distintas y a la vez tan complementarias. Solo un loco se atrevería a criticarlos cuando Levi había dejado bien en claro que no le temblaría el pulso para lanzar una imperdonable sino se comportaban. Ellos no lo desacreditaron, al fin y al cabo, es una serpiente.
Frío y eficaz.
— "Y nunca desde que los cuatro fundadores quedaron reducidos a tres volvieron a estar unidas las casas como pensaban estarlo siempre…"— continuó su perorata, crispándole los nervios al Slytherin, que había llegado a su límite. Se masajeó las sienes.
— Tan temprano y cantando esa mierda sin rima, maldita cuatro-ojos. ¿A caso no te han dicho lo nocivo que es tu puta voz para mis oídos?
La joven hizo puchero y pese a que le habían advertido que huyera en esos momentos "de peligro", ella le siguió rogando tomándole del brazo.
— Pero, Levi…
— Quita tu mano, basura. — le gritó dándole un sopetón.
— Tan caballeroso como siempre.
Una voz burlona se hizo oír por todo el pasillo, antes que la chica pudiera siquiera responder algo con más desatino. Erwin Smith, Slytherin desde sus jóvenes once años, los miraba desde la cómoda columna en donde dejaba ver su ridícula estatura, para opinión de Levi.
— Oi, ¿Y tú? — habló Levi enviándole una mirada filosa— no fuiste al dormitorio anoche.
El rubio bostezó un poco y con voz desapasionada le contestó.
— Estaba ocupado.
— ¿Con qué?
— ¿Qué importa? — se encogió de hombros restándole importancia. Un poco de suerte y el muchacho de ojos grises lo olvidaría.
— Importa, Smith— rayos, no tenía tanta suerte— cualquier cosa que tome tu "valioso" tiempo solo significa una cosa…
Erwin sonrió brillantemente.
— ¿Qué, Levi? — se atrevió a hablar al confirmar el silencio del otro. El susodicho bufó.
— Hablaremos.
— Uhm…—murmuró Hanji después de haber estado siguiendo la conversación como si se tratara de un juego de ping-pong. — Enanín, ¿Por qué no aceptas que Erwin tenga con quién salir y tú no?
— ¿Eh? — contestaron al unísono. El aludido no pudo más que gruñir.
— Sí, claro— habló pasando un brazo por su cuello— ¿Quién querría salir con un enano, loco de la limpieza y encima amargado? ¡Como dicen! ¡Un metro sesenta de puro o…!
Su discursito fue interrumpido por un movimiento de varita que la dejó elevada a unos metros del piso para después ser lanzada estrepitosamente a la columna que hace unos momentos se había posado el rubio. Fue a su auxilio.
— Hanji, ¿Estás bien? ¿Me oyes? Levi, esta vez sí que te pas… ¿Levi? — el joven no pudo más que sonreír al ver que su amigo como toda una serpiente, había fugado del crimen. Apreciaba a Hanji pero él no sería quién lo delataría.
12 de octubre.
Día libre y eso solo significaba una cosa para cualquier residente de ese castillo: Visita a Hogsmeade. Sin embargo, los planes de Eren y Mikasa se habían tornado frustrados al ser informados por medio de Sasha que el menudo muchacho rubio que buscaban con desesperación se encontraba en la enfermería.
Preocupados, los Gryffindors raudamente cedieron rumbo por los pasillos del segundo piso en donde, por quién sabe qué razón, Armin Arlet se situaba en su día de descanso en vez estar junto con ellos.
No pasó mucho tiempo y ya estaban a unos cuantos pasos del biombo que les separaba de la cama evidentemente ocupada, asimismo, se observaba la silueta de su mejor amigo, sentando en una silla al lado de esta. Lo que escucharon los dejó desorientados.
— ¿Cuándo vas a dejarlo? Esa relación no te lleva a ningún lado, Han. Solo hace más que destruirte, y tú lo sabes… Mírate, esta vez ha sido peor…— escuchaban como le decía su amigo en tono agobiado.
— Es que yo lo provoqué…
— No lo justifiques— suspiró. Parecía conversación de cada día. Eren se animó a intervenir.
— ¿Acaso tú novio te lastima? — Eren se cruzó de brazos por otro lado, Mikasa estaba seria.
— ¡Eren! — sonrió alegremente Hanji mientras le hacía espacio en su pequeña cama, este accedió.
— ¿Eso es cierto? — preguntó la leona subiéndose su bufanda roja.
— ¡No, qué va! — hizo un ademán con la mano— ¿Rivaille mi novio? — bufó haciendo que los muchachos se miraran— ¿Cuándo los enanos odiosos han sido de mí preferencia?— sacó la lengua.
— ¿Entonces…?— habló la pelinegra.
— Armin está hablando de mi relación amistosa casi destructiva con Levi que me ha dejado doce horas en cama— si no fuera porque solo se le oía a la chica nadie hubiera pensando que se trataba de una tragedia. Hanji confundía con su amical sonrisa.
— No sé mucho de él— admitió Eren mordiéndose los labios— Mikasa ¿No es tú primo aquel chico? ¿A caso no es un Ackerman?
— Bueno…
— ¡Claro que lo es! — exclamó Armin buscando en lo profundo de su cerebro— Solo hay una rama Ackerman y…
— No es mi familia— aclaró Mikasa sin duda.
— ¿De qué hablas? — esta vez fue Eren confundido— Él es tu…
— Eren— lo llamó tomando sus manos— tú eres mi única familia, ¿Entiendes?
— Pero…
— Oh, oh, no es de mi gusto interrumpirlos tortolos— comentó ocasionando que el chico frunciera el ceño y la pelinegra se sonroje— pero, Armin ¿No tenías que ir con ellos a Hogsmeade? ¡Yo estaré bien tonto!
— Han… —suspiró. Sabía que lo que dijera no causaría ningún efecto en su decisión. Así es Hanji Zoe, terca como una mula— bueno, entonces prométeme que iremos juntos la próxima vez.
Se besó los dedos.
— Promesa de águila a águila.
Y así fue como los tres muchachos se fueron a pasar un día en compañía.
Dieciséis horas. Las tres escobas.
— ¿Y bien? — comenzó hablando Eren mientras Armin recibía las bebidas— tenemos todo el día, Mikasita…
La joven por primera vez no quiso complacer al castaño. Y no era porque padeciera algún tipo de trauma, no. Ella losodiaba. Sin embargo había jurado sellar el tema cuando esa vez Levi se presentó en la casa de los Jaeger, pero debía admitir que a Eren se lo debía.
Estaba viviendo en su casa como un miembro más de su familia, sin darles ninguna explicación a él y a Carla sobre su desamparo. Debía al menos ser sincera con su hermano. Porque eso era, o bueno dejando de lado sus sentimientos incestuosos por él, apreciaba al chico.
Eran su familia. Su única familia.
— ¿Quieres, Mika? — le ofreció el rubio cortando el silencio que se había formado. Eren carraspeó.
— Gracias, Armin— con un asentimiento de cabeza recibe la cerveza de mantequilla y le da un sorbo.
Ya un poco más decidida trata de confesarse pero la pequeña risita de sus amigos la interrumpe. Frunce el ceño.
— ¿Qué pasa? — pregunta luego de que las risas se hicieran inaguantables.
— Si serás tonta— le dice Eren, y para su sorpresa, el chico toma una servilleta de la mesa y le limpia la boca. Mikasa se queda quieta— con esa cara seria y un lindo bigote de espuma no convencerás a nadie…
— Déjamelo a mí— le asegura limpiándose lo que queda con el rostro ruborizado. El muchacho suspira.
— No estoy enojado contigo, Mika.
— Lo sé.
— ¿Entonces? — traga saliva mientras siente como Armin le toma de la mano.
— No los debes ¿eh? — y hasta allí llegó su aguante. Deja que las miradas se tornen al pequeño show que hacen los gemelos Weasley para comenzar a hablar.
— Cuando mis padres murieron, los Tíos Kenny y Kuchel me abrieron las puertas de su casa, ellos tenían un hijo de mí edad.
— ¿Por lo tanto…?— dijo Armin, la chica asintió.
— Sí, Levi es mi primo. Ahí me quedé desde los ocho hasta los once, el resto es historia.
— ¿Por qué te fuiste, Mikasa? — soltó el castaño confuso.
— No, yo no me fui. Ellos me echaron.
— ¿A una pequeña niña? — preguntó Armin con elocuencia asimismo, Eren se indignó. Mikasa respondió amarga.
— Ese el precio de ser una Gryffindor.
Entonces lo entendieron. Los Ackerman eran la típica familia sangre pura que no podía evitar soportar que su apellido cayera en manos de la casa enemiga. Seguro la borraron de su árbol genealógico e hicieron como sí Mikasa Ackerman jamás existió. Ahora Eren sabía una parte de la historia, y pese a que no toda, al menos la muchacha se había quitado un peso de encima. Tomó las manos del Gryffindor y le dijo.
— Tu eres mi única familia, Eren— y está vez el chico no se sintió con las energías suficientes como para molestarla. Un abrazo, eso fue lo que le regaló.
Advertencia: OoC inconsciente.
Hasta ahora:
Sly: Erwin y Levi.
Raven: Hanji y Armin.
Gry: Eren y Mikasa.
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Nota: Este es mi primer fic y por ende estoy emocionada y nerviosa a la vez. Si ustedes se animan a leerlo, les agradecería que me dejaran un review, para saber que por ahí alguien le ha gustado mi locura de juntar a Snk con Harry Potter.
Espero sus opiniones.
¡Gracias!
G.P
