Bueno creo que no es mucho lo que puedo decir después de 5 años de ausencia, he leído nuevamente mis historias y la verdad regresé porque extrañaba tanto escribir, es como un instrumento de catarsis para mi y había olvidado lo bien que se sentía. Discúlpenme si no manejo la misma calidad en mis escritos estoy sumamente fuera de práctica. Pero espero seguir aquí y entrenarlos un poco.

-Ladywithmoustache

Personajes de M. Kishimoto

Unas pequeñas aclaraciones:

-Diálogos-

-Pensamientos-

CAPÍTULO 2: CONVIVENCIA

-Regalame tú abrigo, vas a resfriarte – Naruto trato de acercarse y retirarle la ropa empapada sin embargo de solo sentir su cercanía su cuerpo reaccionó dando dos pasos lejos.

-Yo lo hago – soltó su maleta y empezó lentamente a retirarse el abrigo, miro como el rubio sacaba una sonrisa ladina, aquello le daba gracia, su temor y verla allí indefensa y derrotada le hacía gracia y a ella en cierto modo le causaba rabia, sin dejar de sonreírle estiró el brazo y ella depositó la prenda que escurría en la palma de la mano.

-Mira que soportar un aguacero como este requiere voluntad – tomó la manija de la maleta y empezó a caminar rodándola – Te mostraré tu habitación –

Al darse media vuelta para observar la espalda del rubio adentrarse por el pasillo del apartamento observó la silueta femenina recostada frente a una puerta, a contra luz, Sakura Haruno estaba recostada, en una pijama tan corta como femenina, despeinada y visiblemente descontenta – Pudiste decidirte más temprano ¿sabes?, son las 3 de la mañana –

-Vamos, soportó una tormenta por nosotros – le dijo Naruto con gracia – No lo hizo a propósito – Shakira respondió ladeando los ojos.

-Será mejor que te des una ducha – agregó – No puedo arriesgarme a contagiarme de nada –

Hinata asintió con la cabeza mientras daba pasitos cortos detrás de Naruto – Disculpa la hora Haruno-san – bajo la cabeza al encontrarse frente a ella.

-¿Haruno-san? No soy mi madre – dijo algo molesta – Sakura, solo Sakura – Hinata la miró y al encontrarse con ese par de ojos verdes viéndola con tanto carácter solo pudo asentir con la cabeza, Sakura solo pudo sentir ternura ante tal gesto – Ya ve a dormir – dicho esto entró en su cuarto – Te espero en la cama – gritó a Naruto.

Naruto había estado observando aquella pequeña escena desde el pasillo, aún con la maleta en sus manos – Enseguida voy – respondió e hizo un gesto con la cabeza a Hinata para que la siguiera.

Aquel pasillo que podía tener por mucho 4 metros de largo se le hizo tan eterno, caminaba viendo fijamente la espalda de Naruto hasta que este se giró y pudo verlo a los ojos. Los envolvió en silencio, pocas veces había podido sostenerle la mirada de esa forma, y vaya forma en la que la miraba, no había malicia, no había lastima, en los ojos de Naruto había un brillo especial, ¿felicidad sería? ¿Estaba feliz de tenerla allí? – Es aquí – sus pensamientos se detuvieron en seco al verse frente a una puerta abierta. Entro lentamente y se presentaba ante sus ojos la que sería su habitación y ¡Vaya que habitación!, era del tamaño justo, con espacios para caminar y moverse sin dejar de ser acogedora, una cama del doble del tamaño de la que anteriormente poseía que se veía sumamente provocativa, sábanas tan acolchonadas que su niña interna mentalmente saltó sobre ellas y un pequeño televisor – Ponte cómoda – giró su rostro y la invadió de repente la realidad de su situación, no pudo evitar soltar unas lágrimas. Naruto la observó tan pequeña y frágil, empujó la maleta, la ubicó a un lado de la habitación y se sentó sobre la cama – Ven aquí – susurró.

Hinata se mordió los labios en un vano esfuerzo de encontrar fuerza para controlar sus lágrimas y se acercó lentamente hasta sentarse a su lado.

-Todo estará bien – susurró al tiempo que pasaba un brazo sobre sus hombros.

De una extraña manera, aquel abrazo si podía considerarse uno le transmitió una calidez que no podía explicar, se sentía segura pese a que no podía sacarse el pensamiento que quizás para aquel hombre sentado a su lado ella era una simple presa – Gracias – susurró. Naruto respondió con una sonrisa y apretando sus hombros, allí recordó que había pasado tanto tiempo bajo la lluvia – Estoy empapada, no… no te acerques tanto – puso sus dos mano sobre el torso para alejarse, percatándose así que ya había mojado la camisa que tenía – ¿Lo ves? Ya moje tu ropa – señaló con sus dedos.

-Es solo ropa – dijo levantando los hombros – Y es solo agua, se secará – Hinata sonrió tímidamente en respuesta – Bueno, será mejor que trates de dormir – se separo leventeme de ella y se puso de pie – Mañana tomate el día libre en el bar, ¿tienes que estudiar? – preguntó

-No, es sábado – respondió mientras lo observaba – Puedo trabajar, es un día movido en el bar – Naruto negó con la cabeza.

-Instálate y conversamos mañana – Hinata asintió levemente – Y cámbiate, si duermes con esa ropa tendremos que llevarte al hospital –

-Si, tú… tú también debes cambiarte – le hizo ver la gran mancha de humedad en su camisa – Lo siento – susurró.

Naruto la miro y sonrió – No importa – ante sus ojos y casi en cámara lenta Naruto empezó a quitarse la camiseta hasta quedar con el tórax descubierto – De hecho usualmente duermo desnudo – Hinata sintió el calor en sus mejillas, pero le fue imposible apartar la vista e incluso no abrir la boca, jamás había visto a un hombre en vivo y en directo, además vaya que se notaba que se ejercitaba mucho.

No supo por cuánto tiempo lo vió pero parpadeo varias veces y se vio inundada por una vergüenza extrema al verse descubierta, Naruto la observaba divertido de su reacción. Quiso girar el rostro a otro rincón de la habitación y fingir que estaba normal, pero aquello simplemente no le resultaba.

-Esto va a ser divertido – de dijo a sí mismo en voz alta el rubio, ahí ata giró nuevamente a verlo cara a cara, le sonrió una última vez y atravesó la puerta – Que tengas buena noche, Hinata-chan –

Una vez sola, soltó un suspiro más largo que aquella noche, se levantó y cerró la puerta con llave aún sabiendo que nadie iba a entrar, se retiró la ropa empapada, entro a tomar una ducha y busco en su maleta algo con que pasar la noche, una vez acomodada en la que era ahora su cama solo pensaba en todo lo que la había llevado allí, hasta que sin permiso nuevamente la imagen de su jefe sin camisa llegó, todo su cuerpo se erizó al recordarlo e incluso llegó a morderse los labios – Hinata, por favor – de dijo a si misma – Control, control –

Con tanto en su mente, posibilidades y pensamientos pronto cayó dormida, mañana iniciaría todo, mañana era otro día, era un nuevo día.

Continuará…