Los personajes originales no me pertenecen sino que Stephenie Meyer.

La personalidad de personajes puede que no sea originalmente como en libro.

Advertencia:

*Contenido Homosexual y trevestismo.

*Si no te gusta el contenido homosexual no leas la historia

*Los personajes que son asociado con chico y chico no son de la historia original sino personajes nuevos que yo invente.

Lee más abajo para mas notas.


1. ¿Nuevos?

No hagas nada estúpido me había pedido, nada estúpido.

Volví a repetirme las palabras en mi cabeza para cumplir aunque sea un poco, solo vivía por Charlie, sabía que René tenía a Phil a su lado, así que no había ningún inconveniente, pero Charlie estaba solo, tenía que ser fuerte por él.

Hoy en Forks estaba más nublado de lo costumbre, pero no llovía eso era bueno, al menos.

Mis amigos ya no me molestaban en hablar, el día pasaba sin que me diera cuenta. Ya era la hora de almuerzo e hice lo que siempre hacía que era sentarme con mis amigos, pero no hablaba con nadie en la mesa, lo hacía para no preocupar Charlie, ya que de alguna manera había decidido extender su sobreprotección paterna hasta en la escuela. Llamando a la mamá de Jessica para verificar si estaba bien en la escuela.

La hora de almuerzo solo tenía que ignorar el ruedo alrededor y esperar que la hora pasara con más rapidez. No solía desviar mi mirada demasiado de mi punto seguro que eran mis manos, pero esta vez la constantes voces de Jessica y Lauren eran demasiado agudas para mi gusto, así que empecé a recorrer mi mirada por la cafetería. Mi atención se enfocó en alumnos que nunca había visto antes, estaba segura de que ellos no estaban el día de ayer.

Pero no me llamó la atención que fueran nuevos sino sus rasgos, su piel blanca como el marfil y la hermosura que tenía era digno de un vampiro. No podía saber si se habían alimentado, la distancia era muy grande, pero sí podía ver cómo eran.

La chica tenía cabello negro como un cuervo, era hermosa y mucho más hermosa que la propia Rosalie, que nunca creí que alguien superaría su belleza, su pelo le llegaba a la mitad de su espalda cada vez que se movía. Pero había algo en ella que me hacía dudar. Su ropa era unos simples vaqueros, y una blusa escocesa, que le quedaba grande, su cara denotaba aburrimiento y burla, parecía hacer un berrinche a su compañero que estaba a su lado. Su compañero tenía el cabello color rubio, con una belleza y elegancia que lo hacía parecer un príncipe de hadas. Por cómo se sentaba se notaba que él había recibido clases de refinamiento. Había un chico bajo, que parecía un muñeco de porcelana, era muy tierno y tenía el pelo un poco largo, y color era de un castaño claro, que casi le cubría el ojo derecho, parecía el más joven de todos, lo que estaban ahí, no debía de tener más de 15 años. Y el último que se encontraba al lado del chico joven tenía el pelo de color oscuro, sus rasgos eran serios casi como un porte militar que gritaba autoridad.

—¿Quién son, eso chicos? — preguntó Lauren, seguro fijándose en los hombres, pues sus ojos se vieron entusiasmados.

—Son los Dalfin. — dijo con disgusto— están juntos, — volvio a decir con asco. — la chica de pelo negro esta con el rubio, — parecía desilusionada— con ellos no tengo problema, pero el enano y el de cabello negro, están juntos. Eso es asqueroso, cómo pueden tener el descaro siquiera confirmarlo.

—Bromeas, enserio— dijo Lauren quien arrugó la nariz como si el ambiente oliera mal— eso es asqueroso— en ese momento me enoje, que le importaba a ella si estaba juntos o no, no le hacían ningún mal a nadie.

—A ti que más te da Jessica, seguro ya le habías puesto los ojos a algunos de ellos dos verdad— me sorprendí cuando hablé, mi voz sonó rasposa, como si hubiera pasado siglos sin hablar.

—¡Uy! la Bellita acaba de hablar, ¿qué? no te vas a poner a llorar porque te dejó tu novio, seguro vio como eras por eso tuvo que irse— dijo Jessica escupiéndome las palabras en mí cara, eso era darme un golpe bajo, y yo sabía que era verdad, pero sí que creí que me iba a quedar callada se equivocada.

—Pues quizás sí, puede ser. Pero al menos a mí no me han puesto los cuernos como a ti, después te han terminado conmigo como si nada — Me había pasado, y seguro me no saldría sin algún golpe.

Vi los ojos de Lauren arder porque insulté a su amiga, claro las dos eran más falsas, se levantó y vi que echó el puño hacia atrás. Cerré los ojos a esperar el golpe, pero no sentí nada que me llegara, bueno escuché algo que era el chillido de Lauren. cuando abrí los ojos, vi a la chica de pelo negro sujetando el brazo de Lauren, como si no fuera más que basura.

—¡Hay suéltame maldita sea, me duele! — chillo Lauren.

Levanté la vista, y ahí estaban todos los Dalfin, observaban de manera divertida cómo lloraba ahora Lauren.

—Claro, ahora yo soy el villano, después que tú querías golpear a alguien que solo dijo la verdad— dijo la chica de manera burlona, y enojada. Su voz era ruda pero al mismo tiempo femenina, era una mezcla extraña.

—Si te damos asco simplemente dímelo a mí cara niñata, es que acaso no tienes boca, — dijo el de pelo oscuro, con voz demándate casi ordenando a Jessica y Laurent a cumplir lo él había dicho.

—Basta Fede, en normal que las crías no sepan que es el amor— dijo el pequeño su voz sonaba alegre, mostrando una sonrisa que le quitaría el aliento a cualquier niñita de 13 a 18, se veía extremadamente adorable, era unos centímetros más grande que yo, pero seguí siendo pequeño, te daban ganas de estirar esas mejillas. Él se abrazó al brazo de ese tal Fede, y fregó su cara al brazo de este como si se tratara de un gato.

—Perdón— dijo Jessica con miedo pues la mirada de Fede era terriblemente intimidante, cuando él iba hablar el timbre había sonado. Ni siquiera había comido, solo suspire para ir a mi clase de biología la cual me sentaba sola como todas las clase menos matemáticas, seguro Jessica no me iba hablar más.

Cuando entre, el chico Fede estaba sentado en el puesto del lado, me deslicé hasta mi asiento, él ni siquiera se inmuto, parecía enfurruñado viendo su horario, después de eso suspiro y aspiro para sobresaltarse y mirarme sorprendido.

—Oh hueles bien, como a fresa. — dijo como si me conociera de toda la vida— Sé que conoces a otros como yo— se encogió de hombros a ver mi cara.

—Gracias, creo— dije dudando

—Nah, gracias a ti, fuiste muy amable por ayudarnos, puedes sentarte con nosotros, — cuando me iba a negar se adelantó— yo que tu no me atrevería a decir que no, seguro cuando termine las clases Matías va a estar esperando a la entrada y te va a arrastrar a nuestra casa. Tú sabes como somos verdad— termino de guiñarme el ojo, yo solo asentí, acaso tenía escapatoria, pero la pregunta que más importante ¿Porque parecía no le importaba que yo fuera humano?, sino que me trataban como si fuera una hermana más.

La clase pasó rápido, me tocaba mi peor pesadilla que era gimnasia, en la entrada estaba la chica de cabello negro.

—Que hay hermana, te esperaba— yo me detuve, ¿Me lo decía a mí? — ¿qué?, te tragaste tu lengua— rio entre diente.

—¿Hermana? — Susurre.

—O vamos, que se nos hace tarde— me paso su brazo por los hombros, ella era más alta que yo.

Cuando entramos a los vestidores ella tomó uno, y se vistió casi en segundos saliendo algo incomoda, me tomó más tiempo vestirme porque cuando salí la chica solo miraba incomoda la puerta.

—Lista, valla sí que eres lenta chica— suspiró aliviada cuando salimos de los vestidores.

—Lo siento.

El profesor reunió a toda la clase para informa que jugaríamos tenis.

—Hagan equipo de dos— dijo con un suspiro mirándome a mí, él sabía que nadie me quería en su equipo ni siquiera Mike que había sido el que siempre me había salvado en esta situación.

Mire hacia la chica, que ni siquiera me había dicho su nombre. Aunque también yo no se lo había pedido. Estaba rodeada de compañeros masculinos. A lo que se esperaría de alguien nuevo no parecía avergonzada ni intimidada más bien parecía fastidiada por todo la atención.

—Ya tengo compañera así que si me harían el favor aléjerse de mi camino— se acercó a mí— me llamo Charles, gracias por preguntar, pero dime Chals— Ella me guiño el ojo como si ya lleváramos años de amistad, me recordó Emmett, cuando pensé en él me dolió el pecho.

—¿Charles?... ese no es nombre de hom…— cuando iba terminar.

—Después te cuento— dijo con una sonrisa.

El partido se desarrolló de lo más bien, hasta me divertí. Nos tocó jugar con Jessica y Lauren, cuando la pelota venia hacia mi Chals la golpeó con tal fuerza y le dio a Jessica, le había quedado el ojo morado. Después de eso no jugamos, porque todos se negaban a jugar con nosotras después que Chals golpeó a tercer grupo. Estábamos en las bancas y ella se sujetaba el estómago de tanto reírse por cómo le quedó el ojo a Jessica.

—¡Viste, viste! como le quedo, esto es divertidísimo, jamás me había divertido tanto— mi interior dio una sacudida cuando me di cuenta de que estaba riendo también, riendo de verdad y eso me hizo sentir bien, pero después mal, ¿Que pasaría en unos años cuando ellos se marcharan?, ¿Como quedaría yo después?, me levante.

—Hey ¿Adónde vas? — dijo Chals.

—Por qué hacen esto, soy … Humana, y ustedes… no deberían... — no termine de hablar cuando hablo Chals, me callo con su mano. Estaba tan fría como la de ellos.

—No te vamos a abandonar como lo hicieron ellos— dijo sinceramente y pude ver que me lo decía sinceramente, no pude reprimir algunas lágrimas que caían en mis mejillas—, cuando vayamos a casa te lo vamos a explicar mejor te parece, pero aquí no— me quitó esas lágrimas y sonrió de manera brillante— todo estará bien, no hay engaños, y seremos sinceros contigo siempre.

No me di cuenta de que pasó la hora, pero no era como antes, sino porque me estaba divirtiendo con Chals, ella no paraba de hablar de cosas, sobre la tele que hoy pasarían la lucha libre, que teníamos que ver alguna película, y entre otras cosas. Tampoco me di cuenta cuando una mano se extendió hacia a mí para que me levantara, cuando levanté la mirada ahí estaba el chico rubio, tenía una sonrisa de cortesía.

—Gracias— le dije cuando tomé su mano, era suave como la seda, y por supuesto que helada.

—De nada, Cristian Cornulle Dalfin. — dijo para después entender su mano a Chals, el cual la toma pero se levantó con brusquedad. — Una señorita como tú no debería levantarse así— dijo como si fuera un profesor, pero también tenía una sonrisa de burla.

—No empieces príncipe, sabes que te amo pero no empieces—dijo rodando los ojos — de todas formas me quiero ir casa.

Nos encaminamos a la puerta cuando me acordé de que no le había avisado a Charlie que no llegaría a casa tan temprano como antes. Matías estaba ahí como si hubiera leído los pensamiento me contestó.

—Charlie ya sabe, — dijo como si nada, — y no acepto un no dé respuesta, te puedo llevar en mi hombro, pero se vería extraño. Tú decides, por la razón o la fuerza. — puse los ojos en blanco, no me dejaba muchas alternativas la verdad.

—Bien, les sigo— dije no con mucho ánimo.

—Nada de eso te iras con nosotros, Fede llevará tu camioneta, no queremos que te pierdas— cuando iba a meter mi mano en mi bolsillo, vi que Fede tenía su mano levantada hacia mí, mis llaves.

—Vamos— dijo Cristian suspirando entrando un auto demasiado llamativo, era un Porsche negro.

—Bonito verdad, yo lo quería azul, pero eso llamaría mucha la atención— dijo Matías con un puchero, que mataría cualquiera.

Ya por si el modelo llamaba la atención, como si cambiarlo de color fuera algo llamara la atención. Cristian me abrió la puerta del copiloto y me paso la mano como si yo fuera una alguna princesa, o algo, me dio vergüenza. Después hizo lo mismo con Chals, ella solo rodó los ojos.

Iba a conocer la casa de los Dalfin, ¿sería igual que la casa de ellos?


Notas :

Esta historia ya estaba, pero he borrado los capítulos para volver a escribir y arreglar ortografía y problemas de puntuación.