PROLOGO

Alguna vez les ha cruzado la cabeza la pregunta de "¿Qué será de mi vida?" Pues a mí sí y es lo que muchos se preguntan con el pasar de los años. Imaginar que clase futuro le aguarda a uno, que nuestras decisiones forman nuestro porvenir ya sea para bien o para mal. También está el hecho que una tomar una decisión importante a la ligera podría cambiar todo de un momento a otro, dándole un giro irremediable en tu vida o destruyéndola inclusive.

Era viernes por la tarde, un día más de mi vida donde no tenía nada mejor que hacer que pasear por las calles de Bellingham, la ciudad en donde me crie. Soy un adolecente de 18 años, llamado John Pryce. Algunos piensan que es un buen nombre a mí en cambio me parece algo vago y no sé en qué momento de mi vida mi nombre se le fue puesto a un personaje de un videojuego…que jugué por cierto.

A diferencia de muchos no tenía aficiones hacia el deporte o las actividades físicas, lo más parecido que hacía a un ejercicio era caminar…y mucho. No significaba que fuese malo en deportes, solamente que no me llamaba tanto la atención. Por lo general mi atención se enfoco más hacia los videojuegos y la mecánica, no sé porque, creo que me gustaba saber cómo funcionaban las cosas. De vez en cuando me pasaba el rato encerrado en mi cuarto desarmando uno que otro control remoto, un radio viejo o incluso desarmar por completo mi teléfono solo por diversión, incluso en una ocasión cuando me olvide la llave de casa se me ocurrió usar mi ingenio y después de treinta minutos logre abrir la cerradura con unos ganchos que tenia, aunque luego tuve que pagar con mis ahorros por una nueva cerradura, por que la anterior quedo inservible.

Lejos de eso mi vida escolar tampoco destacaba mucho. Se podría decir que mis calificaciones estaban entre el promedio y las peores, excepto por mecánica obviamente y computación, pero en lo que era matemática o todo aquello que implicaba números era un bruto sin remedio. En cuanto a amigos, no sé si considerarlos como tal, e cruzados palabras con mis compañeros pero no creo que llegue a más y sin mencionar mi incapacidad de entender a las mujeres. Dejando en claro mi vida personal volvamos al asunto principal.

A continuación contare la historia de cómo cambio mi vida, de cómo puse sobre mi mismo la tristeza, el dolor de mi familia y el de alguien querido esperando convertir cuyo recuerdo en algo mejor. Todos estos acontecimientos que estoy a punto de contar marcaron mi vida y posiblemente mi futuro.