Hola hola gente de fanfiction….. pues hace mucho que no escribía un fanfci, de echo tengo uno que no lo he terminado jejejejeje, lo siento por los que lo estaban siguiendo es que con ese me trabe y no tengo idea de como continuarloooo.
En fin hace poco en mis vacaciones del trabajo me dieron ganas de ver de nuevo mi anime favorito, sakura card captor y como me sucede siempre que lo termino me quede con ganas de mas y que mejor forma de aliviar ese deseo de sakura x shaoran que escribir un fanfic de esta bella pareja. Bueno primero me obsesione con varios fics de aquí jejejejej luego de la nada me vino una historia al recordar cierta canción, este no es un song fic, solo esta inspirada en una muy bonita canción que quizá mediante vayan leyendo descubran de cual se trata.
Y aquí la tienen, tenia pensado que fuera un one-shot pero mas y mas ideas me llegaron y ya me estaba quedando demasiado largo por lo que decidi que habrá varios capítulos, quizá solo unos 5, eso dependerá de que tanto se le ocurre a mi mente loca y claro de ustedes, con que uno me diga que quiere otro capitulo, yo obedesco.
Ok pues ya saben, los personajes de sakura card captor no me pertenecen, soy propiedad de clamp, yo solo escribo con fines de hobby. Si fuesen mios, créanme que hubiese echo un ova especial de SxS, donde se dan su primer beso, o se casan o no se, algo, por que dios mio que les costaba terminar la escena del abrazo de la ultima película?. Ok ok estoy divagando, aquí tienen mi fic, que lo disfruten.
En aquel tren
No puede ser, ¿Cuándo se me quitara este mal habito de no poder levantarme a tiempo?. Y eso que ya tengo 18 años cumplidos pero simplemente no sé qué me impide el despegarme de mi cómoda cama en las mañanas cuando suena el despertador, comienzo a sospechar que quizá tenga algún especie de hechizo que provoca que mi sueño sea más pesado. Claro, no es un buen pretexto verdad?. Mejor admito que yo, sakura kinomoto es una perezosa de primera.
Mejor ya me doy prisa, es mi primer día de universidad y si llego tarde me hare de la mala fama con mis maestros. Así que, desayuno en menos de 5 minutos casi atragantándome y salgo a todo lo que dan mis piernas para alcanzar el autobús que va directo a la universidad. Ese trasporte solo hace paradas en lugares específicos y no se detiene hasta llegar a las puertas de la universidad, por eso la mayoría de los pasajeros solían ser estudiantes.
Voy corriendo cual maratón de vida o muerte a donde está la parada más cercana de mi casa, menos mal que siempre fui buena en los deportes por lo que usar todas mis fuerzas para correr no era un gran esfuerzo para mí. A lo lejos puedo divisar el autobús al cual van subiéndose las últimas personas, apresuro mis pasos para alcanzarlo pero a pesar que soy rápida no consigo llegar a tiempo, el vehículo se pone en marcha dejándome sola en la parada observando cómo se marcha. Lo peor es que para que pase el siguiente será dentro de una hora, oh no, no llegaría tarde el primer día, según me dijo mi hermano también hay un tren subterráneo que te deja a una cuadra de la universidad pero este esta a otras dos cuadras de la parada. Ni hablar, a correr de nuevo rumbo a la estación.
Prácticamente bajaba de a dos escalones para alcanzar el primer tren que pasara, como dije antes, gracias a que era buena en los deportes desde la primaria, no caí rodando por las escaleras y pasando la vergüenza de mi vida.
Conseguí llegar dos segundos antes de que las puertas se cerraran, ya adentro suspire aliviada y para recuperar las energías perdidas, bueno creo que si llegare a tiempo, quizá con un minuto de ventaja pero entrare a la primera clase. El tren se puso en marcha, busque un lugar para sentarme, y como la mayoría usa el autobús había bastantes disponibles.
A unos cuatro asientos adelante del mío, llama mi atención un chico que al parecer era más o menos de mi edad oyendo música con sus audífonos, de cabello color chocolate, mirada ámbar perdida en la nada, era penetrante, si fuese cierto que las miradas mataban él ya tendría varios cargos por asesinatos. Sin embargo, muy en el fondo sus ojos reflejaban otra cosa, ¿soledad?, ¿nostalgia?, no lo se, pero algo en él me inquietaba desde el día en que llego, así es, no es la primera vez que lo veo. Hace un par de semanas llego una mudanza a unas tres cuadras de mi casa lo vi cuando pasaba por allí de vuelta de mis compras. Me causo curiosidad quien sería el nuevo vecino, me agradaba conocer nueva gente y quizá si era de mi edad podríamos llegar a ser buenos amigos o amigas según sea el caso. Pero el chico que se mudo era demasiado extraño. En efecto parecía de mi edad, y lo reconozco, bastante atractivo. Alto, de buen físico pero sin ser exagerado, ojos ámbares muy profundos y cabello color chocolate. Desde el día en que llego no hablaba con nadie, caminaba siempre a solas oyendo música sin mirar a nadie más. Todo indicaba que vivía solo, trataba con mucha frialdad a cuanta chica se le acercaba, por lo que oía, ni si quiera les dirigía la palabra cosa que las molestaba bastante a ellas, decían que era un patán presumido y egocéntrico. Lo único que lo veía hacer los fines de semana era correr por las tardes e ir a hacer ejercicio en los aparatos de un parque donde había a disposición al público varios de estos. Cada vez que lo veía pasar me preguntaba. ¿Por qué siempre estará completamente solo?, es decir, nadie conocía ni siquiera su nombre.
Bueno, ese era el chico con el que me encontraba en aquel tren, no encendía por qué pero, el estar con el tan considerablemente cerca, me hacía sentir en cierta manera inquieta, indefensa y nerviosa, por qué no, se que no era miedo por lo penetrante que llegaba a ser su mirada, o temor a que me fuera a hacer algo, era algo muy diferente pero….. ¿Qué será?. Sea lo que fuera, era algo que no me dejaba quitarle los ojos de encima, claro disimuladamente, y aunque no disimulara de todos modos sé que él no me notaría, después de todo jamás fui alguien muy popular, yo prefería mantener un bajo perfil.
El tren se detuvo en unas de las estaciones y mi nuevo misterioso vecino se puso de pie, fue cuando me percate que esta era en la estación que tenía que bajarme, vaya que sigo siendo una despistada, de no ser por él me habría ido una estación más adelante (o quien sabe cuántas más) y ahora si no hubiese llegado, que suerte que casualmente coincidimos en la misma estación. Al bajar lo perdí de vista por el subir y bajar de otros pasajeros, le reste importancia en ese momento, lo primordial era apresurarme y llegar a la universidad a tiempo.
Las clases pasaron sin ninguna novedad y pude llegar con segundos de ventaja a la primera clase. A la salida me encontré con mi mejor amiga desde la primaria, tomoyo. Hemos estado en la misma escuela desde la primaria hasta la universidad, solo que como aquí no queríamos la misma carrera ahora no estamos en el mismo salón. Yo elegí pedagogía, ya que me encantan los niños y ella, como desde niña es muy buena para diseñar vestidos e incluso me obligaba a ser su modelo, está en la carrera de diseño de imagen y moda.
-¿Qué tal tu primer día de clases sakura? – pregunta dulcemente tomoyo camino a nuestras casas
-excelente, las clases se ven muy interesantes – le dije entusiasmada - ¿y qué tal tú?
-lo mismo…. Se que aprenderé mucho más en esta carrera – responde con una amable sonrisa típica de ella
-se que así será….. eres muy buena desde niña
Continuamos hablando de trivialidades durante el camino cuando pasamos frente a un tranquilo parque y vi sentado leyendo en una banca que brindaba una refrescante sombra proporcionada por un árbol arriba de esta, a aquel solitario chico que resultaba ser mi vecino. Siempre con aquella marcada seriedad. Sin saber en qué momento, detuve mi andar y me le quede mirando con curiosidad e intriga. ¿Qué era lo que ocultaba como para querer estar todo el tiempo solo?.
-vaya…. Que buen gusto tienes sakura – me susurra pícaramente
-ah?... ¿Por qué dices eso? – lo despistada jamás se me quitara. Tomoyo sonrió divertida ante mi cara de no entender su comentario
-te le quedaste mirando a ese chico – lo señala disimuladamente, al instante sentí mis mejillas sonrojarse. Ni yo me di cuenta cuando lo hice - ¿lo conoces?
-no…. – no se ni porque me sentí desilusionada ante la respuesta que di – se mudó hace un par de semanas a unas cuadras de mi casa, pero jamás habla con nadie
-mmmm ya veo – tomoyo lo mira disimuladamente – parece que va a nuestra universidad
-¿Cómo lo sabes? – pregunto curiosa, no sé cómo llego a esa conclusión, era difícil saber quién iba a nuestra universidad ya que los estudiantes no llevan uniforme
-ese libro que está leyendo lleva una etiqueta del escudo de la universidad …. Lo ponen para tener mayor seguridad con los libros que se prestan en la biblioteca – vaya que tenía un buen ojo para detalles como esos, yo jamás me percate de eso
En el momento de estarme fijando en la pequeña pista que descubrió tomoyo, sentí un tremendo escalofrió, y no era para menos, eso fue provocado por una penetrante mirada ámbar que se clavaba en mí, me observaba con tal seriedad que no negare que me inquieto bastante. Inmediatamente voltee a otro lado continuando mi caminar al tiempo que le dije un nervioso "vámonos" a mi observadora amiga. Creo que se molestó, bueno supongo que a nadie le gusta que le estén observando mientras hablan de quien sabe qué cosa sobre uno, menos si es alguien tan reservado como él.
Yo ya me había resignado a tomar siempre el tren subterráneo para llegar a la escuela, no importa cuanto lo intentara o cuantas alarmas pusiera, simplemente no lograba levantarme a tiempo para alcanzar el autobús. Supongo que lo mismo le pasaba al chico solitario, digo, el vive a unas tres cuadras delante de mi casa por lo que le queda más cerca, aunque ahora que lo pienso, cuando entro él ya está sentado siempre en el mismo lugar, así que debe tomarlo una estación antes.
Igualmente tome por costumbre sentarme en el mismo asiento que el primer día, a cuatro lugares más delante de frente de él. Cada día descubría algunos detalles con solo observar su mirada, era muy expresiva cuando no solo te fijabas en la seriedad de sus ojos, si no más allá de eso. Me di cuenta que no podía ser cierto que fuese un patán engreído, me percataba que existía bondad en el, pero también mucha tristeza y soledad que parecía no agradarle tanto como aparentaba.
Cierto día, milagrosamente el autobús se retrasó unos minutos así que al momento de llegar a la parada pude alcanzarlo, pero inexplicablemente no fui capaz de subirme. Como si mis pies tuviesen vida propia, pase de largo el autobús dirigiéndome a la estación del ya tan familiar tren. Cuando me percate ya estaba sentada en el mismo lugar viendo al mismo chico, quizá inconscientemente deseaba verlo como todas las mañanas para descubrir más cosas que sus ojos decían en silencio. ¿Acaso se puede llegar a sentir algo por una persona cuyo nombre no conoces y que solo lo ves a cierta distancia en el tren por unos momento sin si quiera intercambiar un "buenos días"? quizá sí, yo me encontraba peligrosamente cerca de descubrirlo.
-sakura…. Sakura….. – me llama mi amiga tomoyo corriendo hacia a mí con una entusiasta sonrisa, como si tuviera las mejores de las noticias que darme – ya he descubierto como se llama tu misterioso chico
-¿Cómo? – me sonrojo al percatarme que soné demasiado ansiosa. Tomoyo sonrió divertida
-Li Shaoran….. estudia arqueología
-ya veo – así que ese es su nombre. Bueno al menos ya conozco lo básico de él, además de saber que estudia
-pero…. – note como se puso algo pensativa y preocupada, mejor dicho esa expresión era de intriga, lo que causo que yo me pusiera a pensar en miles de frases que podrían ir tras ese "pero" – me entere que él no estudia junto a todo el grupo de arqueología, parece que le dan clases particulares ….. se las imparte un profesor de arqueología de la tarde
-¿enserio? – me resultaba muy extraño, en efecto era un chico muy solitario pero no imagine que a tal grado - ¿Por qué no tomara clases con los demás? – me preguntaba más para mí misma
-se corre el rumor que es de una familia muy adinerada por lo que se cree demasiado como para tomar clases con los demás, por eso le pago a ese profesor una gran suma para que le de clases particulares….. también se dice … - esta vez se mostró más angustiada – que es muy rebelde y peligroso, se enfurece con facilidad y llega a golpear a quien tenga en frente ….. ¿tú que piensas sakura? – me miro esperando mi opinión
-no lo sé tomoyo ….. dudo que sean ciertos, debe existir otra razón – me negaba a creerlos, no estaba segura del por qué. Simplemente era un presentimiento
Apenas y me enteraba de su nombre pero, algo en esos rumores no encajaba. Dudaba mucho que sea de esos chicos engreídos millonarios, esa clase de chicos les encanta presumir su enorme fortuna y humillar a los de clase más baja, creen que todo lo pueden conseguir con su dinero. Tampoco me creía eso de que era alguien agresivo, si en efecto es demasiado serio y aislado, pero eso no significaba que tuviera problemas de autocontrol. Me da pena admitirlo, pero le he observado lo suficiente y sus no demuestran violencia, mas bien parecían solitarios e inseguros, algo me decía que no se aislaba solo por gusto, si no por alguna otra cosa, como para protegerse, claramente se ve como continuamente se pierde en sus pensamientos. Sé que debe haber una buena razón para que sea tan apartado de los demás pero… ¿Qué podría ser?. Quisiera ayudarlo a salir de ese hoyo de soledad en que se metió pero, ¿Cómo?
Era más fácil decirlo que hacerlo claro, no tenía ni la más mínima idea de cómo acercarme a aquel chico que se mantenía inmerso en su propio mundo. ¿Qué tal si me rechaza?. Yo era una chica demasiado tímida, carecía de esa iniciativa de la mayoría de las mujeres de acercarse a quien le gustaba y tratar de usar sus atributos para coquetearle descaradamente, además no parecía ese método de conquista. Sé que no era fea pero cada vez que me proponía a hablarle y aunque sea decirle "buenos días", el solo verlo sentado donde siempre, con su serio mirar hacia que mi voluntad se fuera en picada. No, simplemente no tenía el valor de caminar un poco y hablarle con cualquier pretexto que se me ocurriera al instante. De todos modos no tenía caso, llevo sentándome en el mismo asiento desde hace más de tres semanas y él ni me nota.
Cada día era lo mismo, ni él ni yo cambiábamos de asiento, nunca se quita los audífonos en todo el trayecto y yo ya no puedo evitar el mirarlo ocasionalmente con cierta timidez y temor a que se dé cuenta y se enfade. Milagrosamente el día de hoy, nuestras miradas se cruzaron, era algo que me dejo tan confundida que no supe reaccionar pero, shaoran de repente volteo a verme, yo hice lo mismo, sentía mi corazón latir no sé si de emoción o extremos nervios, pero el momento no duro mucho, tras que emitir lo que parecía un leve suspiro yo cerré los ojos pensando erróneamente que se molestó, al abrirlos, su mirada ámbar de nuevo estaba posada en la ventanilla, no podía encontrar nada interesante que ver ya que solo era oscuridad por estar en un tren subterráneo. Sus ojos de nuevo parecieron reflejar mucha soledad y tristeza, parecía abatido por algo y no si fue mi imaginación pero….. ¿sus mejillas estaban sonrojadas?. Lo dudo mucho, su mirada repentinamente se frunció por lo que mejor pare de mirarlo, seguramente se haya molestado por estarlo observando. Que tonta fui al comprar una falda nueva con la esperanza de cambiar un poco mi apariencia y llamar su atención, él no se acercaría a mí. Era más que obvio que no le interesaba en lo absoluto. Me llego a sentir tan insignificante por ello que no puedo evitar que mis ojos se humedezcan, sobre todo al verte bostezar aburrido. Entonces, ¿será cierto eso de que eres un engreído?. No entiendo esta terquedad pero me negaba a creerlo. Pareces tan solo y preocupado, me gustaría saber que pasa por tu mente pero para eso tengo que acercarme a ti y no puedo atreverme.
De lunes a viernes, todas las mañanas en los 30 min que dura el trayecto a la universidad, siempre es lo mismo. Lo único que intercambiamos shaoran y yo es un insoportable silencio. Quizá mis deseos de que me notara estaba jugando cruelmente con mi imaginación pero he sentido que a veces clava su mirada en mí, sin embargo cuando quería comprobarlo solo me topo con la realidad de que no era así, sus ojos fruncidos por una clara incomodidad, quizá por mi culpa, solo miraban a un punto en la nada. Extrañamente también se notaba desilusionado y el sonrojo en sus mejillas se notaba un poco, desde hace unos días que su rostro esta así. Solo espero que no te estés resfriando.
El día de hoy me sentía un poco mal, no era un resfriado simplemente no tenía energías para ir a la escuela esa mañana. Quizá estaba algo decaída, nunca pensé que él no atreverme a hablarle a un chico me desanimaría tanto. Pero como ven, logro que mis ánimos usuales decayeran el día de hoy, a tal grado que no pude levantarme de la cama. Preferí mejor quedarme acurrucada con mi pequeño kero, era un gatito de pelaje amarillento que siempre lograba confortarme y hacerme sentir bien con su compañía. En momentos como este agradecía a dios el tener este raro don que me brindo, solo así podía entender como a nadie a ese lindo animalito.
-soy una tonta lindo kero ….. – le dije con una sonrisa triste al tiempo que posaba una mano en su pequeña cabeza
-"¿Por qué dices eso sakurita?"
-por enamorarme de alguien cuyo nombre apenas conozco – admití derrotada
SHAORAN POV
Podían pensar y decirme de mí lo que quisieran, a mí me dada lo mismo que se rumoraran cosas como "li shaoran tiene problemas de ira y puede golpear a alguien de la nada" o que " li shaoran es un millonario mimado engreído que se cree demasiado como para asistir a clases con los demás. Prefería que dijeran eso a que por culpa de mi condición me miraran con lastima o se burlaran de mí, me molestaba mucho más que me tuviesen un trato especial y ridículamente considerado, detestaba que me vieran como a un lisiado. Maldición, mi problema no era impedimento para llevar a cabo cosas que los demás hacían, incluso hasta mejor, era perfectamente capaz de valerme por mi mismo. Por esa misma razón me mude a Japón, me irritaba que incluso mi propia familia me trataba como un inútil, esas miradas de compasión y tristeza por mí no las soportaba, lo mejor que pude hacer fue mudarme y demostrarles que lo que tengo no me impedía en absoluto el ser independiente, por eso estoy aquí, sumido en una extrema soledad que yo mismo me impuse. Cuando llegue, al ser una cuidad nueva preferí evitar a todo el mundo para evitar que al enterarse de mi condición empezaran a tratarme diferente y con lastima, no quería volver a ver esas miradas de extrema compasión o se burlaran. Si, lo mejor era estar solo.
Afortunadamente en la universidad el director accedió a ponerme un profesor particular cuando le plantee por qué no quería tomar clases con el resto. Era un anciano muy amable y casualmente el profesor que me asigno era su yerno, ese hombre también es muy amable y sin ningún problema accedió a la petición del director, ya que de todos modos el impartía clases en las tardes. Lo más seguro es que hayan accedido tan rápido porque me tuvieron lastima pero en este caso no podía ponerme de orgulloso o me quedaría sin estudiar y le carrera de arqueología era algo que siempre quise estudiar. Pero debido a esto un nuevo rumor se formó, ahora decían que yo le pague una gran cantidad al profesor para que me diera clases particulares. Sinceramente me importaba poco desmentirlo. Ahora mi único contacto que tenía en la universidad era mi profesor de arqueología, sabía muy bien cómo tratar con mi condición sin darme un trato especial, aparte de ser mi profesor particular claro. Le pedí de favor que guardara mi secreto, que incluso podía afirmar alguno de los rumores, por supuesto que él no lo hizo, solo dijo que no le diría a nadie. Así que, lo único que hacía era ir a clases y luego sin mirar a nadie regresarme a mi solitaria vida.
Tampoco tomaba el autobús que era el que especialmente iba directo a la universidad solo haciendo paradas en ciertos puntos. Aunque la parada me quedaba muy cerca de donde vivía, prácticamente solo tenía que doblar la esquina, prefería caminar un poco más e irme hasta una estación antes de la más cercana, ya que tampoco quería pasar por todo el bullicio de gente que se hacía en la parada, si, mejor prefería dar una vuelta más grande y recorrer una estación más, para mí era mejor por que tomaba una calle que a esa hora de la mañana estaba casi desierta. Lo mismo pasaba con el tren, como la mayoría tomaba aquel autobús, el tren subterráneo se encontraba casi vacío, perfecto para mí. Pero el primer día en aquel trasporte oí los pasos apresurados de alguien quien corría para alcanzar el tren, era una chica de cabello corto color miel, ojos verdes que en ese momento mostraban alivio por llegar antes que las puertas se cerraran, considerablemente delgada y un poco alta. No me mal entiendan, no es como si le hubiese puesto mucha atención, solo que me causo curiosidad quien hacia tanto alboroto. Era obvio que tomo el tren por no haber alcanzado el autobús. Se sentó frente a mí a cuatro asientos más adelante, descansando de la probable carrera que hizo para llegar a tiempo. Yo solo me limite a ver a otro lado oyendo mi música, restándole importancia a esa persona. Solo una más entre tantas.
Nada interesante me esperaba al llegar a mi casa, por lo que tome un libro de la biblioteca de la universidad para leerlo sentado en uno de los parques de la zona. Ese lugar brindaba una agradable sombra brindada por un árbol debajo de la banca donde estaba sentado. Leía tranquilamente ignorando como siempre al resto del mundo cuando en eso me percaté de que alguien me miraba, eran dos chicas a unos metros delante de mi hablando de que sabe qué cosa pero una de ellas se me quedo observando, era aquella chica del tren, seguramente quería acercarse a mí y hablarme, pero antes de que lo intentara, la mire con profunda seriedad y advertencia, logrando ponerla incomoda y que se fueran. Era lo mejor, si alguna chica se acercaba y se daba cuenta de mi condición solo estaría conmigo por mera lastima, lo mejor era alejarlas y que creyeran que era un patán engreído.
No me importaba estar tan solo, era lo que me repetía casi cada día. No me importaba la dura rutina que llevaba. Después de más de una año que tengo esto ya me estaba acostumbrando. Sin embargo algo en mi rutina comenzó a cambiar poco a poco. Yo pensaba que esa chica tomo el tren el primer día por habérsele hecho tarde pero con el pasar de los días siempre tomaba el mismo tren, a la misma hora y se sentaba en la misma banca que la primera vez, llegue a la conclusión de que estudiaba en la misma universidad y que tampoco le agradaba estar como sardina en el autobús. Al principio le reste importancia como lo hacía con todo el mundo mas sin darme cuenta discretamente la empezaba a notar un poco, tan patética es la vida que yo me autoimpuse que el verla era lo único que cambiaba en mi aburrida vida. Lo primero que note fueron sus ojos, eran hermosos, de un verde que los hacían verse llenos de vida, entusiasmo y alegría. No negaba que ella era muy bonita. De esa manera, sin saber en específico que día de la semana, comencé a quedármele viendo lo más discreto que podía, solo virando los ojos y percatándome de algunas de sus virtudes. En una ocasión yo no pude resistirme a quedármele viendo sin disimular en lo absoluto, es que en esa ocasión lucia bastante linda, esa falda le quedaba fantástica, fue la primera vez que nuestras miradas se cruzaron por unos instantes, suspire fascinado, fue un momento indescriptible en el que ya no me encontraba solo en el mundo, ahora estaba ella. No comprendía lo que sucedía. Ese cruce de miradas termino cuando ella cerró los ojos con fuerza, parecía asustada, seguramente escucho el rumor de que yo era una persona muy agresiva, nunca me molestaron esos absurdos rumores pero en ese momento quería matar al que lo inicio. Desilusionado, desvié mi mirada para no incomodarla más, pero el calor comenzó a acumularse en mi rostro haciéndome sentir bastante incomodo, era la primera vez que me pasaba algo así, no sabía que era, asunto que me inquietaba más. Emití un profundo suspiro, casi pareciendo un bostezo para tratar de olvidarme de aquel incomodo asunto.
Cada vez me daban más ganas de acercarme a ella y pregúntale como se llama o quizá solamente preguntarle la hora para iniciar conversación, pero al recordar que literalmente no podría hablarle y que al darse cuenta la incomodaría con esto que tengo, mi corazón sentía encogerse y una profunda desilusión se apoderaba de mí, por eso mismo cuando ocasionalmente siento su mirada observándome yo prefería disimular que no la notaba, aunque era todo lo contrario, quizá podía hacer un esfuerzo sobre humano para no mirarla pero no podía evitar que el calor se acumulara en mis mejillas. Es que no sé por qué pero la encuentro más bonita cada mañana.
A veces no podía evitar el voltearme y mirarla, entonces ocurre aquel inexplicable cruce de miradas, era una sensación incomoda y a la vez agradable, así como me encantaba que ocurriera también lo odiaba, ya que es en ese momento que deseo con todo mi corazón levantarme e ir hacia ella, luego recuerdo que no podía ser, inmediatamente se daría cuenta de mi condición y aunque tengo casi la seguridad que ella no sería capaz de burlarse, muy probablemente me miraría con lastima o la incomodaría. Al recordar ese maldito problema, cortaba aquella conexión que hacían nuestros ojos y volvía mi vista a un punto en la nada, por primera vez me encontraba sumamente decepcionado y triste al no ser capaz de hablarle a alguien que me causa tantas sensaciones. Aun no me explico cómo podía ser esto posible que alguien cuyo nombre no conozco me haga sentir de esta manera, simplemente es algo ilógico no?. Me era ya inevitable el esperarla con ansias, aunque sea solo para verla. Sus ojos esmeralda reflejan tal bondad que me trae mucha calidez y que al menos por esos 30 min que duraba el trayecto a la universidad, alejaba un poco esta soledad en la que yo mismo decidí vivir.
Hoy era lunes, y yo ya me encontraba ansioso de verla entrar tras el largo fin de semana que me la pase solo y encerrado en mi casa solo pensando en lo mucho que deseaba verla, normalmente los lunes son los días menos esperados para los estudiantes pero yo ya quería adelantar el tiempo y que el lunes llegara lo más rápido posible. Tan solo su presencia aliviaba mi solitaria vida, era como algo mágico, nunca nadie me hizo sentir de esta manera ni si quiera cuando no me apartaba tanto de los demás al no tener este problema. Mire ansioso la puerta cuando el tren se detuvo en la estación donde ella abordaba pero ella no se encontraba allí parada, pensé que quizá vendría corriendo por las escaleras como en algunas ocasiones, que por cierto eran bastante frecuentes, se notaba que le costaba mucho pararse por las mañanas. En mi rostro se dibujó una sonrisa tonta al imaginarme la escena de ella levantándose de un brinco de la cama al no oír el despertador, vistiéndose a toda prisa y probablemente tropezándose con algunas cosas, desayunado en menos de 5 min y por ello atragantándose con la comida, para finalmente salir corriendo a toda velocidad y alcanzar el primer tren. Esperaba de verdad verla entrando corriendo dos segundos antes de que las puertas se cerraran, me llene de desilusión cuando se puso en marcha y ella no estaba allí, me asome por el pasillo con la esperanza de que hubiese entrado por otro vagón pero tampoco la vi. Nunca me había afectado la soledad en mi vida, de echo disfrutaba de mi privacidad pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, pude experimentar en mi ser una profunda sensación de vacío que oprimía mi corazón, esta vez no la soportaba. Todo esto era muy irónico, no, mejor dicho demasiado ilógico, no podía ser que extrañaba a alguien cuyo nombre no conozco, echaba de menos verla allí sentada donde siempre, odiaba con toda el alma ver aquel asiento vacío. No lo comprendía, esto me estaba volviendo loco. ¿Qué me pasaba?. No pude haberme enamorado de alguien que no conozco. ¿o acaso si será posible?.
No pensé que por el simple hecho de no verla hoy como todas las mañanas eso me afectaría al grado de no poder concentrarme en las clases, durante casi las primeras tres horas estuve muy distante, cosa que lógicamente al ser el único alumno, no tardo en notar mi profesor. Al menos no se enojó conmigo, que a mi parecer sería lo más lógico, es decir, después de todo me estaba haciendo el favor de darme clases particulares, lo menos que podía hacer era poner atención para no hacerlo perder su tiempo. En efecto era un señor sumamente amable, todo lo contrario, hasta se preocupó por mí, creo que ya se percató de que el estar tan solo siempre empezaba a afectarme, claro que no me lo dijo directamente, fue algo que supuse al momento que me propuso presentarme con su hija. Antes de que pudiese negarme comenzó a decirme que era una mujer muy amable y linda con todos, por lo que no me juzgaría o me trataría diferente a pesar de mi condición, y mucho menos se burlaría de mí, agrego además de que era muy hermosa, claro tenía que ser su padre el que hablaba. Yo de todas formas negué su propuesta lo más amablemente que pude, sé que era un orgulloso de primera, lo reconocía y sé que estaba mal, pero no quería que me tuviesen lastima al grado de presentarme a alguien que supuestamente no me trataría diferente, entiendan que no me importaba estar solo o quizá yo intentaba convencerme de eso, porqué precisamente hoy que no la pude ver comenzaba a creer que ya no podría soportar la sensación de soledad en mi vida. Ojala que mañana si llegara a tomar el tren, solo necesitaba eso, verla, era lo único que hacía de mi vida tan solitaria un poco más soportable.
Créanme que fue una dura decisión se dejarlo aquí o poner la siguiente parte, por que creen?. En el siguiente capitulo esos dos ya se conocen jajajajajaj, asi que mejor lo dejo aquí. Me encanta la intriga lo se, y dejarlos a ustedes con la duda buejajajaja. Y también seguramente se están rompiendo los sesos pensando de que condición habla shaoran que le obliga a apartarse de todo el mundo y le impide acercársele a sakura. Les dire que es lo mas obvio que se puedan imaginar pero por si aun no saben que es, eso se revelara en el siguiente capitulo.
Entonces aquí me despido esperando que me dejen reviews ya que esos impulsan a mis procesos creativos y escribir mucho mejor y con mas ganas
Bye bye.
