Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling


Este fic participa en la "Drarry Week" del foro "El Mapa del Mortífago"


PROMPT: Uniforme.


Al final sólo he podido escribir tres de los cuatro PROMPTS, de todas formas espero les hayan gustado los drabbles.


Gotas de caramelo

El viaje de regreso a casa después de todo un ciclo escolar era bastante difícil para Harry, iba a extrañar mucho a Draco durante las vacaciones, y pensar que al principio del año no creía que su amistad fuera a durar. Con aquella idea rondando su cabeza salió del compartimiento en que estaba con Ron y Hermione y se dirigió a buscar al rubio que —aunque no lo admitiera— le robaba el aliento.

No había dado más de un par de pasos cuando tropezó con el carrito de golosinas, compró unas cuantas cápsulas de caramelo líquido —a las que últimamente era adicto— y continuó con su búsqueda.

Un par de minutos después lo encontró, junto a Pansy, Blaise, Goyle y Crabbe. Suspiró con cierta molestia y se adentro al vagón sin pensarlo mucho. Todos, menos Draco, lo miraron de mala manera antes de salir del compartimiento.

—¿Qué pasa, Potter? —preguntó Draco y palmeó el asiento libre a su lado. El muchacho con anteojos se sentó.

—Ya que no vamos a vernos hasta dentro de varios meses quería despedirme bien —farfulló mientras las mejillas se le ponían ligeramente rojas. Aceptar para sí mismo que lo extrañaría era una cosa muy diferente a aceptar que lo extrañaría frente a él.

—¿De qué manera quieres despedirte, Potter? Porque hay tiempo para hacerlo de la manera que gustes —La intención de las palabras hicieron que Harry se sonrojara aún más.

—No me refería a eso.

—Es una pena, seguro que te gustaría.

El Gryffindor lo miró irritado y mordió una de aquellas cápsulas que había comprado, sin embargo, no contaba con que lo hizo con demasiada fuerza y muchas gotas del líquido se esparcieron por todas lados. Incluido el uniforme y rostro de Draco y el suyo mismo.

En el rostro pálido de su amigo se formó una mueca entre enfado y horror al ver su pulcro uniforme sucio.

—¡Merlín, Potter! —exclamó mientras sacaba un pañuelo de uno de sus bolsillos y trataba de remediar el desastre.

Harry también se quitó un par de manchas con la manga de su túnica, después de todo ya casi era hora de cambiarse.

—¿Ya no queda esa cosa? —preguntó Draco, girándose a mirar a Harry.

Harry le mira la ropa, casi parecía que no había pasado nada, entonces fija su mirada en su atractivo rostro y ve la gota sobre el labio. Ni siquiera se para a pensarlo un segundo, sólo lo coge de la barbilla para inclinarlo un poco y le da un beso torpe. Cuando se separan Draco le mira y después de un par de minutos se aclara la garganta ruidosamente.

—¿A eso le llamas un beso?