CAPITULO DIEZ

El tiempo pasaba rápidamente en la Aldea de la Hierba, Julio estaba por finalizar y el calor comenzaba a hacer los entrenamientos mucho más difíciles.

Hinata apresuró el paso para llegar a la casa, ya cerca de la manzana, una mano quito las bolsas de su mano derecha justo antes de que una de las bolsas se rompiera por el peso.

— Veo que compraste muchos tomates.

— Ah, Uchiha-san —Dio un salto al ver como el chico hacia malabares para tomar los tomates de la bolsa rota— Usted dijo que cualquier cosa que tuviera t-tomates le gustaría.

— Te aviso —Sentenció el llegando a la casa— Sé lo que tú y Karin planean y voy a decir que no estoy de acuerdo con eso.

— Uchih…

Parados justo en la puerta de la casa que compartían con la pelirroja, se detuvieron al oír unos ruidos dentro de la casa, no se suponía que la dueña se encontrará.

Sasuke acercó el oído a la puerta y la chica no pudo evitar imitarlo.

Lo que escucharon los dejo confusos. Entre risas se podían escuchar respiraciones agitadas y…gemidos.

El Byakugan se activó en la inocente chica para retroceder totalmente sonrojada.

Sasuke bufó y comenzó a golpear la puerta fuertemente. De todas formas estaba cerrada con llave y ellos no tenían copia aun.

Dos minutos después apareció Karin como si no pasara nada, los tres entraron de nuevo a la casa para encontrarse a un peliblanco en el sofá.

— Sasuke —Dijo el chico parándose y acercándose al grupo— Tu debes ser la princesa Hyuga.

La piel palida de la chica logró pasar a un color rojo furioso en un segundo, mientras el recién llegado besaba su mano.

— H-hola.

La mirada del Uchiha y la Uzumaki se encontraron y ella solo pudo desviar la vista.

— Soy Hozuki Suigetsu.

Los dientes filosos hicieron que la mujer retrocediera un paso, pero eso hizo que el hombre se carcajeara quitando la poca seriedad que ya tenía la escena.

— Hyuga Hinata.

La Uzumaki carraspeo y se acercó a los morenos.

— Eh, Suigetsu vino a ayudarnos —Karin se alejó para tomar unos pergaminos que había dejado sobre la mesa ratona.— Toma.

— ¿Cómo podrás ayudarla?

La voz del Uchiha retumbo en la casa mientras se acercaba seriamente a la cocina, comenzando así a colocar las rencientes compras en la despensa.

— Karin me dijo que necesitas mejorar con algunos jutsus de agua —El chico ignoro a Sasuke y directamente se dirigió a la Hyuga— Soy un experto en el agua, será fácil para mí enseñarte.

.

.

.

—¿Tu eres parte de todo esto? Los ex miembros de Taka volvían a la casa de la Uzumaki luego de un día de entrenamiento y una tarde completa en un onsen.

— Vamos Sasuke, no seas tan amargado —Le dijo su compañero zamarreándolo— Disfruta este día.

— Hpm.

Antes de que pudieran tocar la puerta de la casa, Karin salió a buscarlo.

— Suigetsu —La mujer de lentes tomó a ambos hombres de sus mangas y los metió rápidamente a la casa— si te digo un horario significa que tienen que venir en ese horario.

— Ya, ya, lo lamento —Dijo el chico acercándose a la cocina— Hina-chan, esto huele muy bien.

Hinata les sonrió mientras se quitaba el delantal.

Las dos mujeres se habían arreglado para la ocasión. Karin tenía un vestido negro con unos detalles en rojo y sus típicas medias bucaneras, también se había maquillado un poco.

Y a pedido de la pelirroja, Hinata también se había cambiado la típica chaqueta que usaba por una camisa lila y una falda negra larga, pero ella había elegido no maquillarse.

El chico llevo a Sasuke hasta la mesa, donde ya lo esperaban un sinfín de platillos individuales.

Ah, para eso era tanto tomate.

— Espero que la comida sea de su agrado, Uchiha-san –Le dijo la ojiluna al sentarse.

Él le dio una sonrisa.

— Provecho –Dijeron al unísono antes de comenzar.

.

.

.

—Bien, ahora el pastel —Dijo la pelirroja sacando un pequeño pastel de la heladera— Sabemos que no te gustan los dulces pero la ocasión lo amerita, no seas gruñón. También quiero que nos saquemos unas fotos, no sé cuánto tiempo va a pasar hasta que volvamos a ver a Sasuke medianamente contento.

Hinata levantó un poco la mesa haciendo lugar para el pastel y acomodándola para que quedara bien en la foto. Suigetsu tomo la cámara que le dio Karin y luego de cinco intentos, logro sacar una foto donde salían todos.

.

.

.

— Espero que haya tenido un buen cumpleaños, Uchiha-san —Le dijo la chica antes de acostarse en el sofá. El chico no contestó pero Hinata sabía que todo había salido bien. Y se durmió sonriendo. En su bolsa de dormir, al lado del sofá, Sasuske también sonrió…un poco.

.

.

.

Sasuke abrió los ojos cansadamente, la luz del sol entraba por la puerta que daba al patio, que se encontraba abierta y donde un peliblanco se hallaba sentado.

El Uchiha se desperezo aun dentro de la bolsa de dormir y luego de unos segundos se acercó al hombre. Del otro lado, en el patio, las mujeres de la casa parecía que estaban en una especie de lucha, o baile.

Los cuerpos de ambas de movían con agilidad, los puños de Karin nunca rozaban a la Hyuga pero parecía que eso no le impedía seguir intentando ojos de Hinata estaban libres de venas, claro, solo estaban pasando el rato.

— ¡Buen día Sas —La pelirroja no pudo terminar ya que se dio un golpe contra el césped.

— No puedes distraerte ni aunque sea un entrenamiento —Dijo Sasuke al aire— Tu defensa es una mierda…y tu Hyuga, deberías haber activado el Byakugan, Karin no merece que la rebajes a un simple muñeco de golpes…

— Le dije lo mismo—Suigetsu se paró para ponerse a la altura del moreno—Dijo que tenía miedo de lastimarla y…

— Tu deberías haber participado del entrenamiento y no lo digo solo como espectador… ¿No dijiste que la ayudarías con los jutsus de agua?

Los tres se miraron pero no dijeron nada.

— Si van a entrenar háganlo en serio, y sino ni lo intenten.

— Oye, Sasuke-kun, ¿Dormiste muy mal?

Sasuke pestaño sorprendido pero rapidamente se compuso.

— No.

El moreno se giró para entrar a la casa, miró el reloj y eran las once de la mañana, había dormido mucho más tiempo que lo habitual, seguro se le cambiarían los horarios de sueño.

—Uchiha-san —La Hyuga lo siguió hasta la cocina— Le dejé preparado el desayuno…creí que se levantaría así que lo prepare igual — Él asintió— ¡Ah! Al mediodía iremos a la Torre, creo que usted también debería ir.

Hinata volvió sobre sus pasos, Karin la esperaba del otro lado de la puerta para seguir entrenando.

Sasuke la escaneo con la mirada, estos escasos meses habían hecho que la Hyuga cambiara, poco pero que lo hiciera. Su cabello ya le rozaba los hombros, y su ropa había tenido modificaciones por petición de Karin, la enorme chaqueta había sido eliminada y ahora una camisa fina con un cinturón era su uniforme casi habitual, al igual que el de la pelirroja.

Desde su puesto en la mesa podía ver como seguía el enfrentamiento entre las mujeres, ahora, Hinata luchaba como si de verdad quisiera ganar y no como al principio hacía con él.

Lo bueno de un Hyuga era que eran disciplinados y ella no era la excepción, la peliazul se levantaba todos los días a las seis de la mañana sin falta a entrenar su manejo de chackra, algo que ni el mismo con los años de entrenamiento con Orochimaru pudo lograr.

— ¡Sasuke! —El moreno desvió la vista hasta encontrarse a una sudorosa Karin mirándolo— Diablos, llevo un buen rato llamándote y nada ¿Qué te pasaba?

— ¿Para que me llamabas?

La pelirroja gruñó.

— Hoy temprano me llego un pergamino, creo que nos quieren mandar a una misión de prueba ¿Estas bien con eso?

— ¿Por qué no estaría bien con eso?

— Bueno, no estoy segura que Hinata-chan se encuentre cómoda haciendo misiones para una aldea que no sea la suya.

— Ella va a hacer lo que tenga que hacer para mejorar.

Karin no contestó pero frunció el ceño.

— Ella ha mejorado mucho, es muy disciplinada —Dijo mirando hacia el patio, donde la Hyuga y Suigetsu parecían estar hablando.

— Es una Hyuga, se supone que ellos sean así.

— Solo…no la sobre exijas, sé que pareciera que ella lo toma normal, por eso, no te pases, por más que tenga una buena razón para querer ser mejor, no te abuses de su confianza.

— Hpm.

— Karin, Sasuke —La voz de Suigetsu no dejo que la mujer siguiera hablando— Un anbu nos acaba de dejar un pergamino, nos buscan en la Torre pero ayer.

— Ay, se adelantó la reunión y yo no me bañe —Se lamentó la pelirroja a lo que Hinata se rio mientras que con una manga trataba de quitarse la tierra del rostro.

.

.

.

—Suerte —Les deseo el peliblanco mientras los despedía en la puerta de la Aldea. El equipo de tres se dirigió hacia el camino pactado por el mapa.

La misión era sencilla, encontrar unas plantas. Esta tarea serviría para abrir posibilidades a otras misiones más complicadas, solo era una prueba de confianza de parte del concejo.

Hinata y su Byakugan se encargarían de encontrar las plantas, Sasuke iba como refuerzo físico y Karin era el ninja médico.

— Esto es muy aburrido —Grito Karin al aire mientras se estiraba sin parar de caminar— La verdad esperaba una misión de otro rango, sobre todo con ustedes pero bueno, tampoco es que haya demasiadas misiones aquí.

Ninguno dijo nada, la pelirroja vio como Sasuke acomodaba su katana, mejor no molestarlo.

— ¿Karin-san? ¿Sucede algo? —Dijo al ver que no le quitaba la vista de encima.

— Yo solo… es que… te ves siempre tan inocente, tan tierna, pero cuando se te marcan las venas de los ojos…es raro.

— Karin —La voz de Sasuke sonó autoritaria.

— Esta bien, está bien —Dijo Hinata agitando las manos en dirección al moreno, tratando de distender la situación—no es la primera vez que me dicen algo así, no es algo que me ofenda.

— ¡No trataba de ofenderte! Si no te conociera, y te viera con el Byakugan, saldría corriendo, te ves muy… ¿madura? ¿salvaje? Lo siento, no encuentro la palabra adecuada.

— Tengo entendido que es lo que todos piensan de los Hyugas —Le sonrió la morena.

— Por lo poco que sé de tu clan, no eres como ellos, ¿Verdad?

— Yo soy como mi madre —Dijo la Hyuga alzando la vista un momento, aun concentrada con su Byakugan en las plantas que debía buscar— Tanto físicamente como en la personalidad…ella tampoco encajaba dentro del Clan.

— ¿Cómo hizo para llegar a casarse con el líder del clan siendo tan diferentes? —Karin se rascó la nuca con nerviosismo— Por lo que sé…tu padre es alguien duro, digo, hacer luchar a sus hijas, uh, sería como verte a ti con alguien como Sasuke-kun, el siempre tan serio y con la katana preparada y tu tan tierna siendo amable hasta para pelear.

A Hinata se le escapó una suave carcajada.

— Ella sabía leer a las personas, supo que mi padre era otra persona detrás de su coraza, la buscó, la encontró y amo a esa persona que nadie mas conocía, y entonces él se volvió loco por ella.

— Aparentemente los Hyugas no son tan diferentes a los Uchihas —Dijo Karin mas para ella que para sus compañeros pero dos pares de ojos la vieron para que se explicara— Digo, eh, bueno, ambos clanes están ligados al amor, ¿No? Como que…bueno, son fríos hasta que conocen a la persona ideal, o algo así me dijo Orochimaru una vez.

Al odio, pensaron los morenos a la vez.

El silencio los acompañó en el camino hacia las dos plantas que aun les faltaban y luego de una hora lograron regresar, todo era silencioso hasta cruzar la puerta de la Aldea, donde un peliblanco armó un alboroto diciendo que habían tardado demasiado y que pensó que Sasuke se había cansado de ellas y les había atravesado un Chidori a cada una, todo bajo la atenta mirada de las ancianas chismosas.

.

.

.
Gracias por los comentarios a:
Hinata Uchiha.H, Ritsuki Kurusawi y al guest.
Feliz Navidad!