Así es, los muertos también reviven xd

-Una vez me dijeron que era muy valiente para acercarme a ti y dicen que el exceso de valentía es locura o estupidez, sea como sea no pienso cambiar de idea—la amable sonrisa en el rostro de la chica le obligaron a Natsu a desistir de su idea, soltó un suspiro de resignación

-Supongo que contra eso no puedo hacer nada—

-Me alegro que lo entiendas—Juvia se recargo en el hombro de Natsu mientras cerraba los ojos y dejaba escapar ella también un suspiro, aquello sorprendió al peli rosa, pero finalmente se rindió, cerrando igualmente los ojos mientras descansaba su cabeza sobre la de ella y rodeaba con su brazo a la chica

-Juvia— llamo el chico después de un rato de silencio

-Mmm…—

-Gracias—

Quedaron un rato en silencio, ninguno de los dos supo si fueron minutos u horas, pero nadie se atrevió a perturbar aquella calma que les abrazo, Juvia se dedicó a cerrar los ojos y dejar que la fragancia que desprendía Natsu le invadiera y le tranquilizara, el chico pasaba por una situación similar, poco a poco comenzaron a quedarse dormidos.

Cuando Natsu despertó por la insistente luz del sol que pegaba en su cara, tenía la intención de levantarse y cerrar la cortina para seguir durmiendo un buen rato, entonces se dio cuenta de un peso en su pecho que le impedía moverse, y noto como algo suave le hacía cosquillas en la barbilla, entonces abrió los ojos por completo para ver la desordenada cabellera azulada que se movía de un lado a otro. Natsu se quedó un momento viendo el cabello azul hasta que tomo conciencia de la situación ¡Era Juvia! ¡Juvia dormida en su pecho! No tardó mucho en sentir su cara caliente, nunca se había imaginado así mismo en una situación parecida con la chica y aunque la situación no le parecía desagradable en lo absoluto, el bochorno tampoco parecía disminuir.

A Natsu le pareció que era lo mejor levantarse aunque la situación fuese muy agradable no quería verse como un aprovechado, despacio trato de moverse hacia la parte libre del sofá donde se habían quedado dormidos, pero apenas si se había movido cuando Juvia se acurruco más contra él y no conforme con ello le abrazo por el torso. Aquello solamente puso más nervioso al peli rosa, que tomo la mano de la chica con la intención de moverla para poder liberarse, estaba en ello cuando la escucho suspirar seguido de algo que podía jurar era su nombre o si no algo bien parecido, quedo congelado repitiendo el sonido que salió de la boca de la chica en su mente, para ver si realmente era su nombre. Perdido en sus pensamientos no noto cuando Juvia despertó y lo primero que vieron los azules ojos de la chica fue la mano de Natsu sosteniendo la suya, la piel blanca empezó a tornarse en un rojo intenso; Juvia con la vaga ilusión de que el chico estuviese dormido levanto la cabeza para mirar a la cara a Natsu, cuando se topó con los verdes ojos del chico, quedo embelesada un momento, hasta que recordó que estaba encima de él y que estaban tomados de las manos que el pánico le invadió, se movió rápidamente hacia atrás buscando levantarse. El movimiento fue tan brusco que se fue de espaldas cayendo del sofá

-¡Juvia!—Natsu rápidamente se movió a la parte contraria del sofá donde cayó la chica-¿Estas bien?—

-S-si… estoy bien n-no te preocupes—a pesar de lo que respondió Natsu le vio sobarse la parte baja de la espalda, un poco preocupado no perdió tiempo en levantarse del sofá para ayudar a la chica

-No te veo muy convencida de eso—mientras le ayudaba a la chica a levantarse, Natsu noto que Juvia miraba hacia el suelo -¿Enserio estas bien?— pero la chica no respondía, Natsu entendió la razón, a él también le parecía bochornoso todo, pero se dio valor para al menos tratar de decir algo—eso fue… raro… ¿no?—su comentario la hizo levantar la vista

-¿Raro?—repitió tímidamente Juvia, ¿entonces le había molestado su cercanía? Pensó en decir algo para aligerar el ambiente, pero la idea de que a Natsu le hubiese desagradado su cercanía ocupaba toda su cabeza.

Natsu por su parte al notar el silencio de la chica y meditar un poco sus palabras noto que no había hecho la mejor elección, los ojos tristes de la chica le comenzaban a dar la razón, tenían poco de haberse arreglado y no quería empezar a echar a perder las cosas

-Amm… fue...fue raro porque bueno acostumbro a despertar solo—

-Ya veo— Natsu noto que su comentario no había logrado el efecto esperado, porque la cara de Juvia seguía siendo seria, así que se animó a decir algo mas

- Pero… bueno eso fue…am bastante agradable—la vergüenza de Natsu era demasiada que le impedía seguirla viendo y decidió que el minutero de su reloj de pared lucia muy interesante esa mañana. Juvia apenas podía creer lo que había escuchado, despego sus ojos del piso para dejarlos en el sonrojado Natsu frente a ella, aquello posiblemente le impresiono más, la imagen de un peli rosa avergonzado era un evento único, Natsu simplemente le parecía adorable así, y sin quererlo el color también empezó a subir por su rostro

-Em… bueno yo pienso lo mismo—Cuando Natsu le miro y se topó con el sonrojo de la chica, comenzó a reír. Ellos eran un par de tontos.

Con el buen humor como decorativo, comían el desayuno preparado por la chica, bromeaban y reían, cualquiera que les viera pensaría que llevaban de conocerse toda la vida, Juvia tomo conciencia de ello y sonrió aún más para sí. A ella siempre le gustaron las historias, los cuentos y quería creer que esa era parte de su cuento, la parte donde todo siempre da un giro para bien y la vida parece color de rosa, pero no todos los cuentos terminan así. Sin embargo por ahora disfrutaba de seguir en piyama ya bien entrado el medio día mientras veía la TV con Natsu a un costado.

Ya entrada la tarde muy a su pesar decidió que debía regresar a su casa, no sabía si en realidad su padre se había ido de viaje o no pero quería evitarse la mayor cantidad de problemas que pudiera. Natsu le acompaño a su casa aun renuente de que se fuera. La atmosfera de paz y armonía que se negaba abandonarlos desde la mañana vio su punto de quiebre con una notificación del celular de la chica, normalmente a Natsu no le tomaría mayor importancia a un mensaje que recibiera la peli azul de no ser por la expresión de sorpresa en la cara de la fémina

-¿Pasa algo?—pregunto deteniendo su paso, aún faltaban unas manzanas para llegar a la casa de Juvia

-No—el tono nervioso de la chica le indicaron a Natsu que mentía

-¿Segura?—Juvia se debatía sobre si contarle o no al chico, acababan por conciliarse y no quería pelear, y sospechaba que el mensaje de Loke solo lograría la furia del Dragneel. Desafortunadamente Natsu no le dio tiempo de pensar en alguna opción porque sus sagaces ojos si bien no notaron el nombre de Loke de contacto, si alcanzaron a ver un nombre que inmediatamente le hizo cambiar la actitud, y en un acto reflejo le arrebato el celular a la peli azul

-¡Natsu!—No hizo caso a la exclamación de la chica, toda su atención se fue al mensaje en la pantalla

"Juvia ¿Ayer te viste con Gray? No le eh visto desde ayer,

Tampoco está en su casa ni responde el celular

¿Está contigo?"

-Natsu dame mi teléfono—el tono serio que Juvia trato de implementar se quedó corto ante la mirada de Dragneel

-¿Pensabas responderle?—el tono de Natsu le dijeron a Juvia que sus intenciones de evitar peleas con el chico se esfumaban, con algo de resignación respondió lo más sincera posible

-Natsu, solo está preocupado por su amigo—la chica vio la cara de molestia de Natsu pero como no respondió nada se animó a continuar hablando—No eh visto a Gray desde ayer, en realidad no sé qué le paso o por que no llego a la cita—Natsu estaba preparado para responder, pero ante la mención de lo último las palabras murieron en su boca. El silencio del chico le animó a continuar —Pero…tu si sabes ¿verdad?— Natsu se reusaba a decir algo y eso le respondía de cierta manera a Juvia. Un silencio cargado de tensión se acumuló alrededor de ellos, los ojos azules de Juvia se clavaban en el chico, mientras que el peli rosa miraba hacia un lado evitando a la fémina, pasados unos minutos Natsu mantenía la vaga esperanza de que la chica cambiara de opinión, al darse cuenta de que no iba a ser así termino por rendirse. Un sonoro suspiro le dijo a Juvia que había ganado esa batalla.

-¿Y que si fuera así?—

-Natsu…— el tono seco y los ojos fríos de la chica le dejaron en claro al chico que la situación no estaba para evasivas, aun así tomo su tiempo en responder, ese tiempo lo aprovecho la chica

—Recuerdo que cuando me encontraste dijiste que él no iba a venir, parecías muy seguro de lo que decías—

-No te va a gustar lo que voy a decir– hizo una pausa por si acaso podía evitar hablar del tema y rindiéndose al ver los ojos de Juvia—Salí a caminar un rato y por casualidad lo vi…él no iba solo—

-¿A qué te refieres?—

-Cuando lo vi él iba con una chica… luego se metieron a un motel—Natsu miro con atención los rasgos de la chica, noto algo de sorpresa y decepción, sin embargo no paso mucho para que su cara recobrara su semblante.

-¿Y después?—

-Después fui por ti… no supe que paso con el luego de eso—A Natsu la situación le parecía un poco incomoda, no sentía que pudiera ver a la chica a la cara, mientras tanto pateaba una piedrecilla que estaba en el camino así que no pudo ver como una sonrisa asaltaba el rostro de Juvia

-Gracias por siempre estar ahí Natsu—el tono cálido de Juvia le hicieron levantar la vista, topándose con la sonrisa de la chica, que inevitablemente se le termino por contagiar. Estaba por responder algo, cuando cualquier cosa que pudiera decir murió en su boca en el momento en que los brazos de Juvia le atraparon. Natsu sonrió, abrazo a Juvia con una mano mientras que con la mano derecha le acariciaba la cabeza.

Cuando estuvieron frente a la casa de Lockser, Natsu no quería irse ni Juvia quería entrar. El peli rosa fue el primero en animarse a hablar

-Bueno, supongo que nos vemos mañana ¿no?—

-Si… supongo que si—quedaron mirándose un momento y sonriendo como quien no quiere la cosa. A ninguno le parecía que lo que acaban de decir era una despedida por completo, sentían que faltaba algo. Natsu se preguntó si tratar de besarla sería muy descabellado, quizá en sus cinco sentidos nunca lo intentaría pero envuelto en la atmosfera en la que se encontraban decidió arriesgarse, la tomo por los hombros y comenzó a acercarse despacio, Juvia comprendió la situación y aunque empezó a sentirse nerviosa cerró los ojos dejando al chico acercarse.

Sentían la respiración del otro golpeando contra su cara, aquello seria solo cuestión de centímetros o quizá menos

-hmmp—el sonoro carraspeo les hizo romper la ensoñación que vivían, no tardaron ni tres segundos en separarse, Natsu vio a un hombre de alrededor de 40 o 50 años con el cabello oscuro y que le veía de forma dura, casi amenazante, acostumbrado a esa clase de miradas respondió manteniendo sus ojos verdes en él. Incluso estaba a punto de decir algo hasta que escucho a la chica susurrar "papa" entonces los ojos verdes dejaron al hombre para dirigirse a una Juvia más blanca de lo usual, aquello cambio por completo la situación, a Natsu le dio la impresión de que el hombre pensó lo mismo porque además le miraba con ligera burla, pero no iba a dejarse, nunca lo había hecho con nadie y no pensaba empezar por ese hombre aunque fuese el padre de Juvia

-¿Van a seguir ahí parados o van a dejarme pasar?—a Natsu le molesto la actitud del hombre, había ignorado deliberadamente a la chica, ni siquiera le pregunto a Juvia donde había estado o miro a su hija

-¿Por qué? La entrada es muy grande—ambos pares de ojos azules le miraron con genuina sorpresa. Juvia supo que su padre estaba a punto de responder (y sabía que no de la mejor manera) por lo que para evitar un problema mayor se puso a un lado de Natsu dejándole el camino libre a su padre, este simplemente les miro con soberbia al parecer de Natsu, pero Juvia pudo notar algo más en la mirada del hombre en cuanto se posó en el chico, no les dirigió la palabra y entro en la casa. Entre ellos se instaló un silencio.

-Bueno…creo que lo mejor será que entre—

-Juvia yo… lamento eso—Juvia no entendía si se referiría al encuentro con su padre o a lo anterior.

-Está bien—respondió sonriente y algo vacilante se convenció de acercarse a él, se paró de puntas para alcanzar a besarle en la mejilla y rápidamente huir a su casa. Natsu un poco sorprendido sonrió para sí y antes de comenzar a caminar, tomo su celular para enviar un mensaje.

Juvia entro con la sonrisa de quien acaba de hacer una travesura y el color rosa asaltando sus mejillas

-Por eso no llegaste a dormir ayer—no era una pregunta, era una afirmación dicha de forma severa por su padre, toda emoción de mantenía se calmó en cuanto miro los azules ojos del hombre frente a ella, como no era una pregunta no estaba muy segura si debía responder algo y se limitó a mirarle en silencio-¿Qué pasa? ¿Hoy no piensas responderme? La última vez parecía que tenías mucho que decir—

La chica se vio tentada a responder algo, pero decidió que lo mejor era no hacerlo, la risa que se escuchó de su padre le desconcertó y le hizo mirarlo a los ojos

-Supongo que lo que querías decir, ya lo dijo tu "amigo" ¿no?—Juvia noto el tono de sarcasmo que su padre utilizo en la palabra amigo

-S-e…se llama Natsu—balbuceo tímida

-Yo no pregunte eso—Juvia sintió como su padre le miraba de arriba abajo, sabía que a pesar de que Natsu se hubiese tomado la molestia de lavar su vestido este se veía arruinado y sabía que eso era lo que su padre miraba, le vio levantar una ceja para después darse media vuelta, un suspiro salió del pecho de la fémina, al menos las cosas no fueron tan mal como pensó.

-No hagas estupideces, ya lo sabes ¿no?—aunque estaba de espaldas a ella el hombre detuvo su paso, mientras le miraba por un costado—Quizá tu no, pero yo si tengo una imagen que mantener, no pienso salir afectado por algo que hagas tú—

-Lo sé—susurro débil, después vio como el comenzó a caminar

-Y espero que usen condón—aquello convirtió inmediatamente la cara de Juvia en un semáforo y antes de que pudiera reaccionar sus piernas ya se movían tras el

-¡No-nosotros no llevamos ese tipo de relación!— su padre frenó de golpe, por poco chocaba con el

-No llegaste a dormir, casi se besan en la entrada, tras el vestido arrugado y el cabello despeinado- a veces odiaba que su padre fuera abogado porque sentía que no podían hablar (las pocas veces que lo hacían) sin sentirse en un tribunal

-¡No fue por eso!—Juvia vio como los oscuros ojos azules de su padre le escudriñaban. Probablemente esa era la única vez en la que había tenido tanto contacto visual con el—Yo… ayer quede atrapada en la lluvia…am el me encontró, pero me fue difícil regresar y me quede a dormir… en su casa—a pesar de que sabía que decía la verdad cuando se escuchó a sí misma sabía que lo que decía no ayudaba a aclarar las cosas, sobre todo por eso ultimo—Te juro que no pasó nada— Vio a su padre suspirar para después irse. Juvia se sentía como una tonta, se mordía el labio y movía su pie derecho en círculo

-Juvia—no recordaba desde hacía cuánto tiempo fue la última vez que escucho a su padre decir su nombre, con el corazón en un brinco le volvió a mirar—Tienes que dejar de darle explicaciones a todo mundo—quería responderle aunque no sabía que, después entendió que aquello no era un regaño, y que su padre quería darle un consejo aunque muy a su manera. Le vio meterse al despacho que tenía en la casa y que rara vez usaba, quedo mirando la puerta un momento, después subió las escaleras a su habitación.

Se tiro a la cama y ahogo un grito en la almohada, se sentía cansada pero feliz. Saco el teléfono para encontrarse con un mensaje de Natsu

"¿Está todo bien? Si tienes problemas llámame"

Le sonrió a la pantalla con las mejillas sonrojadas de nuevo y el corazón tamborileando, Natsu no era un dragón como todos decían, era su caballero de brillante armadura que siempre le salvaba.

Le respondió que todo estaba bien y que no había ningún problema, poco después recordó que no le había respondido a Loke, se apresuró a decirle que Gray no había llegado a su cita, se pensó si debía decirle lo que había visto Natsu, al final decidió que era lo mejor.

Juvia tenía muy en claro que lo que había hecho Gray era más que una grosería hacia ella, y que debería de estar molesta con el chico, pero una parte de ella aún seguía preocupada. Sabía que tarde o temprano el pelinegro saldría con alguna cosa así. No era tonta por mucho que le llego a gustar sabía que Gray era un mujeriego, aunque se sorprendió cuando lo encontró borracho y noto lo triste que en realidad estaba, se dio cuenta de lo frágil que el pelinegro era.

Que no llegara a su cita era una cosa, que Loke no le pudiera localizar ya era algo distinto, le envió otro mensaje al peli naranja pidiéndole que le dijera noticias sobre Gray

Se quedó mirando el techo de su habitación pensando en todo y nada a la vez, cuando una idea llego a su mente, como una flecha de que da en el blanco, más que una idea era un hecho. Su padre se dio cuenta que no llego a dormir, se quedó pensando si aquello fue producto por una casualidad o si el en realidad la busco, la segunda opción le pareció reconfortante, estaba demasiado tentada a salir de su habitación e ir a su despacho a preguntarle. Pero sabía que aquello no era tan buena idea como pensaba.

En cuanto leyó el mensaje de Juvia el malestar dentro de si se extendió.

-¿Ahora qué hiciste imbécil?—susurro para sí mismo. Le sorprendió escuchar de la chica no solo que la hubiese dejado plantada, sino que lo hubiera hecho para estar con alguien más. Se preguntó por un momento si la peli azul se encontraría decaída por aquello, inmediatamente la imagen de Natsu cruzo su mente; Juvia estaría bien.

Pero Gray era otro caso.

Aun a la tarde del domingo seguía sin responder el teléfono, Loke volvió a caminar rumbo a casa del pelinegro, por si había regresado.

Entrar no le suponía ningún problema, Gray le había dado una copia de la llave hace mucho argumentando que "era molesto tener que ir a abrirle cada que se le ocurría aparecer".

Una sensación de alivio le empezó a invadir cuando escucho la televisión encendida

-¿Gray?—el alivio se fue, porque Loke ni siquiera había abierto la boca en cuanto entro a la casa, y no reconocía la voz de quien llamaba a su amigo

-No soy Gray—Loke se sorprendió ligeramente pero logro reconocer al hombre que se encontraba en la sala, era el padre de Gray, pero tenía mucha más barba y cabello que la última vez que lo vio

-Ah eres León ¿no?—

-Loke—

-¡Claro Loke! Lo siento, soy pésimo con los nombres—

-De todos modos León suena mejor—Loke trato de calmar la cara de pena que tenía Silver frente a él. Mentiría si no dijera que el momento era por demás incomodo, el trato que había tenido con Silver era mínimo, pero sabía que no podía irse así sin más.

-Siéntate… ¿quieres una cerveza?—Silver se había levantado, Loke no sabía si acercarse o no ¿El sabría que Gray llevaba buen tiempo sin aparecer?

-Em… si—al final tomo asiento en el sofá, probablemente Silver no tuviera la menor idea y Loke se planteaba en si debía decirle al hombre o no cuando noto algo peculiar en la esquina de la sala. Él nunca se consideró una persona detallista y probablemente aquello hubiera pasado desapercibido de no ser por lo exageradamente contrastante que resultaba una sombrilla con encajes y corazones rosas en una casa habitada solo por hombres

-¿Pasa algo?—pregunto el mayor una vez que regreso a la sala, en el proceso asusto a Loke, pero Silver alcanzo a ver que el chico miraba la sombrilla, una ligera sonrisa se asomó en su cara al recordar a la peli azul

-Es solo que se parece mucho a una que lleva una compañera—

-Se llama am…— Silver dio un suspiro resignado, era un caos con los nombres—bueno ¿es una chica muy bonita de ojos y cabello azul?—

-¿Cómo lo…?—

-Me la encontré ayer por casualidad, conoce a Gray, supuse que de la escuela—

-¿Entonces usted la vio? ¿Qué le dijo?—ante el súbito interés del peli naranja por su encuentro con la chica, Silver se mostró sorprendido

-No mucho, hablamos de algunos problemas que teníamos en común pero fue por poco tiempo, ella me dejo su sombrilla porque iba a llover y después se fue—

-¿Se fue?—

-Dijo que se vería con Gray y que no podía quedarse más—Ante lo último Loke se quedó pensativo y Silver se dio cuenta de ello

-¿Pasa algo?—Loke se quedó en silencio, la idea de hablar sobre la repentina ausencia de Gray vacilaba en su mente, hablar o quedarse callado, sabía que la relación del pelinegro con su padre no era la mejor, entonces se topó con los grises ojos de Silver cansados y bordeados por ojeras pero cargados de experiencia que le gritaban que dijera lo que sabía.

-Desde ayer no puedo localizar a Gray, tampoco llego a su cita con Juvia— la risa amarga de Silver desconcertó a Loke, pero sus preocupados ojos le dijeron que estaba tan angustiado como cualquier padre.

Natsu caminaba hacia la escuela, la mañana era fresca y poco fría pero el clima le resultaba agradable, muy poco común para la mañana de un lunes se encontraba de muy buen humor, incluso había llegado antes de lo que acostumbraba a la escuela. Juvia aun no llegaba y decidió esperarla en una de las jardineras,

Su buen humor se vio interrumpido abruptamente en cuanto noto a Gray pasar la entrada. Trato de ignorarlo, le había prometido a Juvia que no pelearía con él, pero la sonrisa socarrona y su actitud descarada parecían querer provocarle a propósito, quizá su paciencia hubiera durado más, (no era tan impulsivo como todos pensaban) y no hubiera reventado como una liga, si Gray no trajera consigo la sombrilla de Juvia ¿Qué demonios hacía con ella? Recordó a la chica empapada en la lluvia y cuando cayó en cuenta ya se encontraba caminando hacia el pelinegro.

Fullbuster ya había visto al Dragneel acercarse rápidamente hacia él, era obvio que el peli rosa se encontraba más que molesto y tenía una idea del porqué, pero aun así le dedicó una sonrisa desvergonzada

-Natsu…— el saludo quedo incompleto, el puño del Dragneel le había impedido hablar mandándolo al suelo, volvió a sonreír, ya se esperaba aquello.

La sonrisa socarrona de Gray solo lograba poner en peor humor a Natsu, ya sabía que Gray era un sinvergüenza, pero no por ello iba a dejar pasar como si nada lo que le había hecho a Juvia. Tomo al Fullbuster del cuello del uniforme volvió a asestar otro golpe al pelinegro que seguía en el piso, luego otro y otro más, estaba por conectar el cuarto cuando noto algo raro. Soltó a Gray para ponerse de pie

-Levántate, ¿incluso para las peleas eres así de patético?—pero Gray no le respondió, seguía en el suelo con la mirada perdida en algún punto-¿De dónde sacaste la sombrilla?— contrario a lo anterior, Gray si le respondió

-¿No es obvia tu pregunta?—el sarcasmo enfureció más al peli rosa que le tiro otro golpe, dando de lleno a la cara del pelinegro.

-¡Gray!—

-¡Natsu!— Locke y Erza venían corriendo en direcciones contrarias pero encontrándose con ambos chicos, el peli naranja se apuró en ayudar a su amigo a ponerse de pie, noto de inmediato los golpes en la cara del chico pensó si serian del fin de semana pero los nudillos rojos de Natsu le contaban otra historia.

Contrario a Locke, Erza llego con una actitud más furiosa, esta al ver el rostro golpeado de Gray que contrastaba con el limpio de Natsu, se dirigió a este ultimo

-Sabes que pelear en la escuela amerita una suspensión o expulsión en tu caso—si la mirada furiosa de la presidenta buscaba amedrentar a Dragneel, se topó con unos ojos verdes aún más furiosos que los de ella.

-¡Natsu no lo hizo!—la voz de una apresurada Juvia llegaba a interrumpir la conversación

-Juvia—Erza trato de retomar la discusión

-Él no lo hizo, me lo prometió—los ojos azules de la chica buscaban los verdes del chico, pero estos no miraban a otro punto que no fuera Erza

-Levy me dijo que los vio peleando… o más bien a Natsu golpeando a Gray—sentencio la pelirroja

-Levy vio mal—todos los presentes se sorprendieron del escuchar al Fullbuster decir aquello—obviamente tuve una pelea, pero no fue con Natsu—

-Gray, Levy los vio— hablo Erza remarcando sus palabras

-Levy es una chismosa, te estoy diciendo que no fue el… yo soy el de los golpes, yo sé quién lo hizo— Erza se quedó callada ante la respuesta, quizá porque estaba desconcertada de la seguridad con la que Gray decía todo aquello, el pelinegro se soltó del agarre de Locke para pasar su brazo por los hombros del peli rosa—Natsu incluso se ofreció a llevarme a la enfermería ¿cierto?—Dragneel se encontraba desconcertado y enojado a partes iguales, se encontraba a nada de mandar el brazo de Gray a la mierda, ni siquiera le importaba la amenaza de expulsión, de no ser porque los azules y preocupados ojos de Juvia se atravesaron en su camino, como un tranquilizante para su mente

-Cierto—contesto serio, no quiso ver a Juvia a los ojos, por lo que comenzó a caminar con Gray colgando de el para llevarlo a la enfermería.

Ni Juvia ni Erza terminaron de entender del todo lo que acababa de pasar, Locke mantenía una idea en su mente, pero le parecía complicado aceptarla, después de todo Gray no se distinguía por ser esa clase de persona. Dirigió su vista al piso encontrándose con la sombrilla de corazones y encajes que había visto en la casa de Gray.

-Juvia—la peli azul se encontró a Locke ofreciéndole su sombrilla

-¿De dónde la…?—dejó la frase inconclusa al entender la situación, sabía que tenía razón al ver la sonrisa apenada que Locke le daba

-Creo que… lo mejor será que nos vayamos—Juvia asintió y comenzó a caminar tras el pelinaraja.

Era la tercera vez que tocaba la puerta de la enfermería sin ver resultado alguno

-Supongo que no está la enfermera—menciono Gray que aún seguía recargado en el hombro del pelirrosa

-Si pues bien ya me hiciste traerte aquí así que al menos tenemos que entrar—En realidad Natsu quería irse y deja por ahí tirado al pelinegro, sin embargo que este le anunciara a todos especialmente a Juvia que lo llevaría a la enfermería lo hacían sentirse hasta cierto punto obligado; tenía la intención de forzar la puerta, pero se dio cuenta de que la puerta solo estaba cerrada pero sin llave—Vamos—

Una vez dentro de la enfermería quito el brazo a Gray de sus hombros con la suficiente fuerza para que el pelinegro se quejara, Gray se dirigió hacia la camilla que había ahí mientras que Natsu se recargaba en el gabinete donde había medicinas, se cruzaba de brazos y miraba a Fullbuster, comenzando a sentirse un tenso silencio entre ellos

-¿No vas a pasarme un desinflamatorio?—el tono bromista del chico no lograron calmar la fiera mirada que tenia Natsu sobre él, Gray en el fondo sabía que no lograría hacer reír al chico

-¿Por qué?—

-¿Por qué, que?— replico el pelinegro, la mirada del pelirrosa le indicaba que no estaba para sus preguntas evasivas, pero Gray tampoco tenía el humor de aguantar el mal humor de Natsu-¿No me vas a pasar una pastilla? Si no me tomo algo pronto esto se va a empezar a hinchar—

-Respóndeme—Natsu no entendía el repentino afán de Fullbuster en ayudarlo, Gray no era así y él lo sabía, debía tener algún propósito en todo eso, pero por más que lo pensaba no encontraba cual, y eso solo lo ponía de mal humor. Porque Natsu era desconfiado, creía en muy pocas personas y sabía que si alguien como Gray parecía tenderle la mano era porque no tramaba nada bueno. El pelinegro no le respondió, pero si se levantó de la camilla y comenzó a caminar hacia él, se vieron fijamente a los ojos por breves instantes, Natsu que aún se encontraba analizando las acciones del chico no alcanzo a reaccionar a tiempo cuando Fullbuster le planto un fuerte puñetazo que le hizo desequilibrar y caer al piso

-Tu grandísimo hijo de… –

-No vuelvas a romperle una promesa—el tono serio de Gray le hizo callar, miro al pelinegro en silencio sacar los antinflamatorios del mueble donde él estaba recargado hasta hace un momento—Quiero que quede una cosa clara Dragneel, yo te detesto desde siempre y si no es que ahora te detesto aún más, no me interesa en lo más mínimo si te expulsan o si te mueres mañana, lo que hice allá afuera no fue por ti— el pelinegro hizo una pausa para tomar la pastilla y comenzar a caminar hasta la camilla de nuevo, volvió a sentarse en ella pero se posiciono para seguir viendo al pelirrosa en el suelo—Eres un cabrón de mal humor que se la pasa asustando a todos—ante esto Natsu no tardo en ponerse de pie, pero Gray no parecía cambiar en lo mínimo su expresión—Y aun así eres un cabrón con una maldita suerte…porque ella no se lo pensó dos veces en salir a defenderte… sólo porque se lo prometiste—Gray jamás le admitiría al pelirrosa que encontraba todo aquello envidiable, la fe ciega que Lockser tenía sobre Natsu, quizá lo que para los demás paso desapercibido, a él le impacto profundamente, aunque no entendía del todo porque, quizá

Porque de ser él el que se encontraba en esa situación era casi imposible pensar en alguien que saliera a defenderle sin siquiera dudar, Locke siempre le ayudaba, pero no lo veía haciendo lo que la peli azul había hecho hace rato.

-¿Por qué no te defendiste hace rato?—le hablo en un tono seco el pelirrosa, Gray solo le miro en silencio pero Natsu vio como bajo la vista, era un gesto bastante simple, pero era algo que le pelinegro jamás había hecho en su presencia

-Ya sabes porque— Si bien Natsu nunca diría abiertamente que Gray Fullbuster era buena persona, debía admitirse así mismo que ese día noto que su percepción del pelinegro había cambiado

-Entonces ¿tú la encontraste en casa de Gray?—el chico asintió, pero Juvia noto la preocupación en los ojos de Locke

-Ese día que no llego contigo, tampoco lo hizo en su casa, el suele irse solo por ahí a veces pero nunca se desaparece tanto tiempo—

-¿No supiste a dónde fue?—Aunque si sabía a donde fue, no quiso decírselo, probablemente Juvia se preocuparía por el pelinegro y le buscaría, cuando lo que quería era poner distancia entre ellos.

-No tengo idea ,no me lo quiso decir— mintió. Observo de perfil a Juvia, veía como tenía el entrecejo levemente fruncido y como se mordía ligeramente la punta del dedo en un gesto de concentración, Juvia era tan transparente como el agua, era obvio que se encontraba preocupada por su amigo pelinegro , dio un hondo suspiro sabiendo lo que se venía –¿Sabes que Gray no es un mal tipo?—

-Lo sé— la chica respondió suavemente y con una pequeña sonrisa que no tardo en mucho en desaparecer – también que es una persona muy triste— Locke se sorprendió ligeramente ante aquello, pero sonrió porque de alguna manera eso le hacía más fácil el camino a donde quería llegar.

-¿Sabes porque Gray siempre tiene una mirada triste?— ella negó, aunque tenía una leve idea por lo que el pelinegro le había dicho esa ocasión en que lo encontró borracho—

-A los rompecorazones siempre les rompen el corazón, a Gray se lo rompieron muy joven—

-¿Qué tan joven?—

-Si no mal recuerdo a lo años— Juvia mentiría si dijera que no le confundió esa respuesta, ¿Qué le puede romper el corazón a un niño para que se vuelva el gigolo que era Gray?

-¿Quién le rompería el corazón así a un niño?— sabía que el primer amor era algo importante en la vida de las personas

-Su madre— en el caso de Gray ese primer amor era especial.

Locke y Gray se habían conocido en el jardín de niños y se llevaron tan bien como dos niños con la misma lonchera se pueden llevar, hacían los trabajos juntos, jugaban juntos, comían juntos y no tardó mucho en que alguno comenzara a ir a la casa del otro. Por eso Locke no olvidaría la primera vez que vio a la mama de Gray, era una mujer muy bonita, tenía la piel blanca y el cabello azul oscuro (aunque no tanto como el de su amigo) largo hasta la cintura, por alguna razón siempre tenía las mejillas con un rosa pálido, ojos azul oscuro y a pesar de que los adornaban unas largas y rizadas pestañas a Locke nunca le gustaron, quizá porque nunca vio brillo en ellos "las personas con un dolor en el alma son fáciles de ver, porque sus ojos no pueden brillar" recordaba escuchar esas palabras de su madre, Locke siempre se preguntó que era aquello que ponía triste a la mama de Gray y si Gray sabría de ello, en cierta forma lo dudaba porque el pelinegro no solía ser muy atento. En lo que si era muy obvio era en el cariño que no dudaba en mostrarle a la mujer, siempre corría a abrazarla, si en la escuela les pedían hacer algún dibujo siempre escuchaba a Gray decir "será para mama" recuerda mucho el día en que les pidieron hablar de la persona que más admiraran y como no podía ser de otra manera el pelinegro hablo de la mujer de largos cabellos azules.

Al padre de Gray no lo trato hasta tiempo después, aunque las pocas veces que lo vio en su infancia recordaba que aunque sus ojos eran grises brillaban, justo como los de Gray.

Aun con todo recordó que la mujer era muy amable con él, le trataba igual que al pelinegro, siempre les llevaba juntos al parque, ella se sentaba en una banca mientras los observaba ir a los juegos o escalar el roble de enormes raíces. Más tarde iban junto con Gray a dejarlo en su casa a veces simplemente se iban, otras la mama de Gray se quedaba platicando con su mama y ellos aprovechaban el tiempo para jugar.

El tiempo comenzó a pasar, ellos inevitablemente fueron creciendo y cambiando, aunque no fueron los únicos.

Locke recordaría ese día, porque aunque comenzó como cualquier otro no termino como tal. Locke lo sabía, y estaba al tanto que el pelinegro a su lado también lo sabía; no era normal que estuvieran 30 minutos en la entrada de la escuela, porque ese día era la madre de Gray la que debía ir a recogerlos, no su madre, y sabía que nada bueno había pasado cuando la vio los ojos

-Lamento la tardanza chicos—mientras su madre iba conduciendo, tanto Locke como Gray se percataron que no se dirigían a la casa del pelinegro, como era lo acostumbrado para ese día, Locke vio cómo su madre les regalo una sonrisa forzada que les mentía con un "todo está bien"

-¿A dónde vamos?— pregunto el, pero sabía que esa pregunta se había quedado atorada en la garganta de su amigo pelinegro, su madre apretó los labios y dejo salir un suspiro

-Vamos a casa— con lo vaga que era la respuesta, no logro tranquilizar a ninguno de los niños, Locke sabía que Gray preguntaría algo más y hubiera apostado que de la boca del pequeño Fullbuster saldría un "¿Por qué?" o quizá un "¿paso algo?" pero parecía que eso Gray ya lo sabía, o simplemente no le importo, porque lo único que dijo fue

-¿Dónde está mama?— Nadie en ese auto sabía que esa pregunta atormentaría al pelinegro por el resto de su vida

Llegaron a la casa de Locke, la madre del peli naranja les dijo que subieran a la habitación del niño, en lo que ella preparaba la comida. Usualmente si ambos niños se encontraban en alguna de sus habitaciones no perdían el tiempo para empezar a jugar, pero eso tampoco fue así. Gray se limitó a quedarse sentado en la cama con las rodillas pegadas al pecho y los brazos sobre ellas, buscando esconder su cara; no tardó mucho en que Locke se sentara a su lado. El peli naranja espero a que algo pasara, que el pelinegro se soltara a hacer una rabieta (no sería la primera vez) o que dijera algo, incluso que llorara pero nada paso, solo el silencio. Entonces él se decidió a hablar

-¿Estás bien?— el chico no respondió en un inicio, pero después de un momento negó con un leve movimiento. Locke se sentó aún más cerca imitando la posición del Fullbuster, no dijo nada esperando que Gray se animara a decir algo, lo conocía y no faltaba mucho para eso

-Tengo miedo— escucho la débil voz del pelinegro, se escuchaba quebrada, como si estuviera a punto de llorar (y quizá lo estaba)

-¿Crees que algo le pasó a tu mama?—Locke vio como los grises ojos acuosos le asentían

-Últimamente ella y papa peleaban…pero no parecían ser cosas graves… pero ahora no lo sé—tras decir eso ultimo volvió a esconder su cabeza entre las piernas, Locke escucho el sollozo ahogado de su amigo y se lanzó a abrazarlo

-Tranquilo, todo va a estar bien—

Pero nada iba a estar bien

Locke sabía que Gray comenzaba a impacientarse porque no faltaba mucho para que anocheciera y no había visto ni rastro de su madre y su padre, cerca de las 8 de la noche vio al padre del pelinegro entrar a su casa. Si la cara del hombre le asusto, no quiso imaginar lo que sintió su amigo; Silver tenía una expresión afligida, parecía que el ceño se le había quedado fruncido, aquello no era común en el hombre, el cabello que siempre se encontraba pulcramente peinado, estaba alborotado, como si se lo hubiera estado jalando, se notaba que debajo de sus ojos la piel se encontraba hinchada y lo que se supone debería ser blanco en sus ojos se encontraba cubierto por un color rojizo, en su momento no se preguntó el porqué, pero en el futuro Locke sabría que así lucen los ojos de una persona que ha llorado mucho. Pero lo que más le asusto y sorprendió al niño, fue la mirada llena de desesperación y miedo que se acentuaba con el color gris de los ojos de Silver.

Intempestivamente le hombre se arrojó a abrazar a su hijo, le abrazaba con fuerza, a Locke le pareció que el hombre tenía miedo, Silver abrazaba a Gray como si tuviera miedo de que si lo soltase el niño fuera a desaparecer

-¿Papa? ¿Qué paso? ¿Dónde está mama?— Gray se aferraba a su padre de la misma forma en que la incertidumbre se aferraba a él.

Lo que Locke recuerda fue que después Silver se llevó a Gray mientras le acariciaba la cabeza con delicadeza, con consuelo y con compasión.

Al día siguiente Gray no fue a la escuela, ni el siguiente de ese. Una noche su madre entro a su habitación para contarle más a detalle la situación por la que atravesaba su amigo, en parte porque ella considero que el pobre pelinegro necesitaría consuelo de su amigo, en parte porque el mismo Locke se lo había estado pidiendo

-¿Se fue? ¿Pero a dónde? ¿Por qué no le dijo a nadie?—

- A veces las personas hacen cosas que no entendemos, pero tienen sus razones… aunque esas tampoco las entendamos— su madre le acaricio el cabello tras de la oreja y le dio una sonrisa tierna—Pero si está en nuestra posibilidad ayudar, deberíamos hacerlo ¿no?—

Con ese permiso implícito Locke después de comer, salió a visitar al pelinegro que tenía tres días de no ver, Silver le abrió la puerta mostrándose más cansado y deprimido que antes, aquello le pareció incomodo tanto como la sonrisa falsa que el hombre le ofreció cuando le dijo que Gray estaba en su habitación.

Aunque sabía que Gray no estaba bien, tampoco se esperó verlo envuelto en las cobijas de su cama, amablemente levanto un poco estas para asomar su cara y ver al pelinegro. Gray llevaba puesta la misma ropa que cuando estuvo en su casa, sabía que no se había bañado tenía el pelo grasoso y revuelto, pero lo que cimbro a Locke fue que tenía los mismo ojos de Silver, ese día que entro a su casa. Quería preguntarle si estaba bien, y si necesitaba algo pero no sentía que las palabras pudieran salir de su boca, tampoco se esperó que el pelinegro se lanzara a abrazarlo y que de repente se pusiera a llorar sollozando un "se fue" cada tanto. Locke le dio todo el consuelo que alguien se su edad puede brindar, una vez que las cosas se calmaron el peli naranja pensó que sería buena idea hablar

-¿Saben a dónde se fue?— su amigo solo negó con la cabeza

-¿La siguen buscando?—Gray asintió pero Locke vio que en sus ojos no había alguna esperanza de encontrarla

-¿Al menos dijo algo?— vio a los ojos grises perderse en la nada un momento para reaccionar de golpe Gray saco una hoja arrugada debajo de su almohada, era una carta que leía algo como:

"Querido Gray, eres el milagro más grande que jamás pensé tener en la vida, eres mi gran tesoro, mi gran amor, no me había sentido tan completa hasta que te tuve entre mis brazos, por favor nunca olvides eso

Sin embargo tengo que irme, debo irme, por eso debes prometer que serás un niño fuerte, ahora solo serán tú y tu padre por lo que debes obedecerle y también entenderle.

Nada de lo que estoy haciendo es tu culpa, por favor no vayas a pensar nada de eso, siempre serás mi más grande orgullo, por lo que sigue siendo ese niño bueno y risueño

No olvides que te amara por siempre, Mama."

La carta le dejo una sensación extraña en el pecho a Locke, supuso que el pelinegro se sentía peor, entonces no le pareció tan raro el estado de su amigo, además pensó que como se encontraba Silver no ayudaba en nada a Gray

-¿Quieres ir a mi casa?—

Gray se quedó una semana en la casa del peli naranja, en ese tiempo Locke y su madre y su padre en esporádicas ocasiones (este se dedicaba más a tratar con Silver desde lo sucedido) a animar al pelinegro, Locke no se despegó de el en ningún momento, comían juntos, dormían juntos, se bañaban juntos, incluso cuando el humor del pelinegro mejoro un poco y se olvidaba por algún momento de su madre, jugaban juntos, también regreso a la escuela.

Después fue el mismo Gray quien le pregunto si podía quedarse más tiempo en su casa, al peli naranja aquello no le causo ningún problema, pero se preguntaban cómo era que el chico había vuelto a tener una mirada tan triste si apenas se había quedado una noche en su propia casa, después supo por su padre mientras hablaba con su madre que Silver había comenzado a tomar.

Casi podría decirse que vivían juntos pero poco a poco y con el pasar del tiempo el pelinegro dejo de quedarse con él para estar en su casa. Tenían alrededor de 12 años cuando le pregunto él porque, Gray le respondió "Ya no soy un niño que da lástima… mira ayer me salió mi primer bigote" el quería decirle que nadie en su casa le tenía lastima, y que podía volver cuando quisiera, pero cuando vio los ojos grises, supo que el chico se había roto.

Locke sabía que Gray podía crecer como un muñeco roto y aunque esperaba repararlo un día, lo que no se espero fue la sorpresiva y arrasante necesidad de Gray de romper a los demás.

Aquello comenzó cuando tendrían unos 15 años cuando el pelinegro tuvo su primera novia, si bien el chico comenzó a ser popular entre el público femenino desde algunos años antes, el ojigris no le tomo interés hasta que una linda chica de corto cabello castaño le declaro su amor, Locke no logra recordar su nombre, quizá por su corta relación con el pelinegro, apenas si llevaban unas dos semanas donde salían de la mano y una que otra vez que los encontró besándose en los pasillos, cuando encontró a la chica llorando desconsolada en los brazos de sus amigas.

-¿Qué paso?—

-La deje—

-¿Por qué? Te veías feliz con ella—

-Me aburrió—

Aquella conversación se siguió repitiendo y aunque Locke no entendía muy bien por qué Gray dejaba a tantas chicas o más bien, porque estaba con ellas si sabía que terminarían aburriéndole, encontró su respuesta la primera vez que ambos se pusieron ebrios, se encontraban hablando de la última novia del chico y de cómo Locke decía que no entendía como el pelinegro era capaz de dejar a alguien que estaba tan buena, entonces Gray respondió

-"así aprenderá"—

-"¿eh?"—

-"así aprenderá, sí, así aprenderá… que ella no es la única que puede dejar las cosas cuando le aburran… yo también puedo"—

-"Pero era copa C cabroooon"— Hasta que se encontraba muriendo de resaca en su habitación, Locke entendió que Gray se refería a alguien más en esa conversación

-Debió ser muy difícil para el— Juvia se sentía con un nudo en el estomago

-Bueno lo fue, pero eso no le quita lo desgraciado que es con las chicas— aunque Juvia sabía que el chico tenía razón no dejaba de sentirse mal por Fullbuster— Por eso quería pedirte que, bueno pongas algo de distancia entre tú y el— aunque eso Gray ya lo está haciendo pensó el pelinegro

La peli azul no pudo ocultar su expresión de sorpresa

-Sé que quieres ayudarlo, pero créeme es mejor para el si se alejan, al menos por un tiempo— Locke había interpretado a la perfección el plan de Gray, tantos años juntos algo debían de dejarle, pero sabía de igual forma que el corazón de Juvia era tan blando y bueno como para perdonarle, una persona tan transparente como ella solo actuaria con la verdad por delante

-¿Cómo es que alejarme le ayuda? ¿Hice algo malo?—

-Para nada—se apresuró a responder el chico— Sé que solo has hecho cosas en su bien y te lo agradezco, pero de alguna manera, quizá por mala suerte si quieres verlo así… tú te pareces mucho a Mika… la madre de Gray—

Sé que a pasado mucho desde la última actualización, y tampoco les voy a prometer que la próxima será pronto, pero no pienso abandonar ninguna historia, solo que ahora tengo más responsabilidades y menos tiempo libre para escribir.

Muchísimas gracias a los que aún continúan leyendo 3 y los que me recuerdan que hay que actualizar, valen oro