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Tabla: Sugestiva

Tema: 21 (Indecente) ESTE ES UN BONUS!

Nota: Hola? Alguien recuerda este fic? Jajaja

Universo: Post GGO

Aclaraciones al final del capítulo~

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Esto es la Guerra•

IV) Indecente~ (Bonus)

Luego de exagerados minutos de silencio, la puerta de la cafetería volvió a abrirse, y Kazuto vio a Asuna entrar al lugar. Se acercó a la mesa que ocupaban con una sonrisa incierta plasmada en los labios, sus ojos de miel brillaban en ese conocido rasgo de maliciosa provocación. Él no hizo más que sostenerle la vista, preguntándose a qué se debía esa mueca intrigante y superior, amén del curioso tinte rojo que le oscurecía las mejillas.

— ¿Que te pasó? ¿Porqué te fuiste así...? —le interrogó preocupado, señalándole el plato que ella había dejado a medias antes de salir corriendo.

Asuna no había vuelto a tomar asiento y eso le intrigaba. Se acercó hacia él y amplió esa sonrisa extraña que tan deliciosa pintaba en sus labios. Luego de varios segundos de silencio, extendió una mano hacia él, y este recién ahí advirtió que había algo oculto tras su palma. La miró con una confusa mezcla de asombro y temor.

—Jaque mate, Kirito-kun— le dijo ella claramente sin despegar la mueca orgullosa, sus dientes brillaron al sonreírle provocadora como siempre.

Abrió la mano y dejó caer sobre la palma abierta, la cual se había apresurado a su encuentro, una diminuta prenda blanca, cuyos bordes de encaje le hicieron enrojecer hasta los oídos.

— ¡A-Asuna...!— Siseó y ojeó con terror la diminuta falda escolar azul que usaba y que apenas y le tapaba lo necesario. No solo eso, sino que el nerviosismo de que alguien a su alrededor hubiera visto la acción de la pelirroja, lo obligó a ponerse de pie.

—Dijiste que no me animaría a quitármela. Bueno, puedes conservarla. Quien sabe, y quizás te traiga suerte está noche— le guiñó un ojo, en lo que sutilmente se elevaba una esquina de la falda mostrando la piel nívea de su muslo derecho.

-—¡No hagas eso!— le reclamó entre dientes, abochornado. Como pudo metió la pequeña prenda en el bolsillo de su chaqueta y la tomó del brazo —Iremos al baño, y volverás a ponértela en este mismo instante.

Asuna se rió con toda provocación —Tengo clases ahora Kirito kun... y debo subir unas escaleras...—le dio un apresurado beso en la mejilla —Nos vemos luego.

Por supuesto no la dejó ir, sostuvo con algo de rudeza su brazo y la llevó consigo hasta afuera de los límites de la cafetería. La verdad era que todos estaban tan absortos en sus almuerzos que nadie reparó en aquel extraño par.

—Me estás lastimando Kirito-kun... —le ronroneó, reprimiendo un sonido que en otra situación y en otro ambiente hubiera desencadenado en otro tipo de batallas.

Allí afuera no había alumnos por lo que Kazuto siguió arrastrándola por el pasillo, con los dientes apretados, pensando qué diablos le había ocurrido a su dulce y tímida novia para actuar de loca.

¿En serio una estúpida apuesta podría hacer que Asuna dejara su decencia al viento por el simple afán de ganarle?

—No creo eso ni por un momento, la subcomandante no es alguien débil —ciñó los dedos en torno a su delgado brazo, ocasionando que se oyera un respingo —¿Verdad?

—Cómo me conoces...

Kazuto se detuvo de pronto, los sanitarios a la vista. Metió la mano en su bolsillo y extrajo la prenda la cual le extendió tratando de no mostrarse muy apenado.

—Ve y... ya sabes.

En cambio, Asuna explotó en ligeras carcajadas y sin tomar lo que le enseñaba, dio un pequeño giro sobre sí misma, de modo que los azules holanes de la falda ondearon a su alrededor antes los horrorizados ojos de su novio.

—No lo necesito —enredó los dedos en uno de los mechones de su largo cabello y se le inclinó como si le contara un secreto —¿Quieres ver?

—¡Asuna!

—Porque yo quiero enseñártelo todo...

El pobre muchacho tragó grueso notando como aquellas manos pálidas tomaban el ruedo y lo subía lentamente. Observó de reojo a los costados y hacia atrás notando con ¿alivio? que estaban completamente solos, el resto del alumnado seguía inmerso en sus almuerzos.

—A-Asuna...

¡Maldita sea! ¿Cómo podía jugar con su mente de aquella forma?

—No te pierdas ningún detalle Kirito-kun...

Volvió la atención ante la suave caricia de su voz, notando que la traidora falda se encontraba ya tapando la ligera unión de sus piernas. La piel tan suave y pálida que conocía a la perfección era una invitación a acercarse y cubrirla. Porque aquel era un tesoro que é deseaba mantener para si mismo.

—¡Asuna no! ¡No te atrevas! ¡Estamos en la escuela...!

Pero su pedido desesperado no sirvió de mucho, de un tirón la prenda subió los centímetros ansiados y... en lugar de alguna escena +18 se encontró con que el tesoro más hermoso de Asuna se encontraba resguardado por un diminuto short... el que muchas veces ella usaba bajo la falda para evitar precisamente accidentes como... ese.

—¡Ja, ja, ja, ja! —la risotada de Asuna no se hizo esperar —¡Deberías ver tu cara Kirito-kun! ¡De veras pensaste que... Ja, ja, ja...!

El pobre muchacho gruñó con tanta fuerza que fue un milagro que los molares no se le hicieran polvo, iba a lanzarle la prenda íntima que aún extendía en su dirección, pero pensándolo bien volvió a meterla en el bolsillo de su chaqueta y se dio la vuelta, molesto por caer como chorlito en las artimañas de su novia.

—No es justo que me hagas esas bromas.

—No era una broma, aún estoy intentando ganarte —con rápidos pasos se apretó a su espalda —Y este punto es mío. Sufre Kirito-kun.

Asuna 02—Kirito 02.

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