-Señor se ha dado al orden de escape, los rebeldes ya se encuentran dentro de la Nave, ya dispusimos todo para usted- fueron las palabras del soldado.

Llevábamos en esto algo más de un año, la cicatriz de mi rostro aun palpitaba al saber que estaba cerca como en este momento, las pesadas capas de ropa que cubrían mi cuerpo hacían mis hombros pesados, el sentimiento de odio se movía como una corriente desbordante en cada vena de mi cuerpo lo sentía en estos instantes, apreté mi puño y gire solo un poco mi cuello.

-¿Ella está aquí?- pregunte, el sonido de mi voz a través del casco era más áspero que nunca, respiraba con tanta fuerza que resonaba.

Mis ojos no hicieron contacto con el oficial no lo necesitaba podía percibir tan claramente su miedo y sus labios temblar y eso era exasperante –Te hice una pregunta- enfatice.

-Sí señor, pero las órdenes de General Hux fueron sacarlo de aquí-

Lo sabía, desde aquella vez no he podido enfrentarla como es debido solo encuentros cortos donde como siempre la muy desgraciada sale huyendo, mi cuerpo pide por cortar el suyo en dos con tanta desesperación que era imposible controlar mi sed de sangre –Quítate de mi camino- le ordene al oficial, al tiempo que movía mis pies en busca de ella.

-Pero Señor las orde…- estas palabras tocaron mi última gota de paciencia, fue tan fácil alzarlo por los aires, mientras mis dedos se movían apretando la fuerza en el cuello del oficial, en segundos sus ojos se apagaron y lo lance muy lejos de mí.

A cada pasos que daba más me costaba respirar mi pecho se sentía agitado y los poros de mi piel pedían una sola cosa; atravesar a la chatarrera, los soldados se movían a mi paso, cualquier mínima insinuación de reproche y terminaría como su compañero de hace algunos minutos.

Sentí el palpitar de la fuerza, ella estaba cerca y estaba seguro que la chatarrera también sabia de mi presencia, mi cuerpo empezó a moverse guiado por el flujo de energía que ella desprendía buscando la fuente para exterminarla.

Hace mucho que cualquier sentimiento en mí se acabó, solo el odio quedo en la poca humanidad que aún conservaba, me convertí en una máquina de muerte y no me importaba, el aura de poder que me envolvía valía cada cosa y persona que deje atrás, no eran más que estorbos que no valían la pena ni recordar.

Sentí una punzada cruce el pasillo y al otro extremo estaba de pie esperándome ella, con su sable de luz en las manos y en posición de batalla, no blandí mi sable, mis pasos resonaban como un eco y lentamente se acerque a ella, ya no me temía y era momento de recordarle por que debía hacerlo.

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Ella se abalanzo sobre mí con su ataque, pero lo rebote con la fuerza, Rey cayo a unos metros en el suelo, y aprovecha para acelerar mis pasos y embestir un corte a ella, en un rápido giro lo esquivo y se levantó, vi su mano extendida tratando de aplicar fuerza en mi pero se sintió como un leve cosquilleo, los ojos de sorpresa de Rey al ver que no tuvo efecto se convirtió en un gesto de pánico, cuando mi sable paso muy cerca de su rostro.

-Tus eres un monstruo- me dijo

-Dime algo que no sepa basura- fue mi respuesta – eres más débil de lo que recordaba- agregue lanzando un nueco ataque

La fuerza con que rebotaba sus ataques la iba desgastando poco a poco, me gustaba jugar con mis víctimas en una batalla, todos eran tan débiles y tan inferiores, que resultaba una entretención y por esta presa espere mucho tiempo así que debía disfrutarla, Rey atacaba pero eran tan faltos de destreza que resulto demasiado simple contra atacarlos.

Este último ataque mis ojos lo vieron tan lento y encontré la abertura que espere por tanto tiempo, moví mi sable al tiempo que mi cuerpo giraba para acertar el golpe, el sable de la chica rodó por el suelo junto con parte de su brazo, ella cayó de rodillas, mientras la guíe el resplandor rojo a su cuello, a solo un centímetro de su piel me detuve, no por mí, era la fuerza de alguien más quien suspendió mi cuerpo, Rey se tiro al piso y se tocó la quemadura producida por la cercanía de mi sable.

-Ben ya has hecho demasiado daño- Reconocí esa voz, detestaba ese nombre y todo el pasado que lo ataba.

Haciendo uso de mí fuerza pudo moverme un poco para girarme y tenerlo cara a cara –cobarde- pude decirle, Luke me miraba con tanta compasión que sentí ganas de vomitar - Vendrás con nosotros- me dijo, y antes que pudiera hacer algo más sentí como mi mente se desconectó y todo se volvió oscuridad.

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Mis parpados se sintieron muy pesados, respiraba con tanta facilidad, toque mi rostro y sentí la cicatriz, no tenía el casco, no podía sentir la fuerza a mi alrededor, me repuse como pude y recosté mi espalda a la pared, las luces incandescentes me molestaban, moví mi cuello para sentir el sonido de tic que relajo mis músculos.

Necesite unos segundos más para reconocer el lugar, seguramente de la resistencia, estaba en un celda de vidrio, aunque estaba seguro que se trataba de algún cristal que anulaba la fuerza, por que no podia sentirla fluir, una jugada muy astuta por parte de Leia siendo sincero.

Me encontraba atrapado por la resistencia, sonreí al entender mi situación, ahora estaba a merced de la escoria más inservible de la galaxia, no me quedo más que sucumbir en la soledad y esperar quien sería el primero en darme la bienvenida, al cabo de unas horas esa persona hizo su aparición, la mujer que me llevo en sus entrañas estaba frente a mi separados por un cristal.

-Si vienes buscando a tu hijo, lárgate de aquí, no deseo ni siquiera verte- hable primero, no quería perder el tiempo en sus lamentos de madre, cosa que nunca fue.

Sus ojos estaban cristalizados, vi como su cuerpo temblaba y una lágrima se escapó de sus mejillas, todo eso me pareció tan insignificante – Ben por favor- fueron sus palabras. Ese nombre de revolvió el estómago.

-Me vuelves a llamar así y aunque sea a puños parto ese maldito cristal y te destrozo el cuello lo juro-

Su semblante cambio, limpio su rostro y se acomodó la ropa- Vine a negociar contigo, estas siendo condenado por muchos crímenes contra la galaxia y la Nueva república quiere tu cabeza, si nos brindas información de la Primera Orden podre lograr al menos que sigas con vida, te lo pido-

Solté una carcajada era tan ridículo todo lo que decía que me pareció una broma- Asegúrate que sea rápido, porque si me das una sola oportunidad de zafarme de la "muerte" por mis crímenes, seré yo quien los mate a todos aquí, ahora lárgate y solo vengan cuando sea el momento-

-Hijo por favor- al escuchar esto me levante y como furia me abalance sobre el vidrio acentuando un golpe.

-No vuelvas a llamarme así- con la respiración agitada se lo exigí, ella toco mi rostro a través del cristal y su cara de dolor no genero ningún sentimiento en mi

-Lárgate- le enfatice, me dio la espalda y se fue.

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Ingresaban la comida por una pequeña abertura, tres veces al día, tenía un baño en la celda y una camilla que detestaba, parece que tardaron decidir qué hacer conmigo, pues no vi a nadie en días y perdí la noción del tiempo, ya no diferenciaba el día de la noche, medite por momentos y me ejercite también, solo tenía que esperar el momento de salir, la paciencia nunca fue mi fuerte pero estaba atado de manos.

Completaba mi rutina de abdominales cuando sentí el sonido de una puerta, alguien entro a verme, tarde unos segundos en reconocer esa delgada figura y nuevamente me burle y mis labios se curvaron, ¿acaso era una broma?, un brazo metálico adornaba ahora su caminar.

-Deben estar muy desesperados para enviarte a ti, viendo cómo te deje la última vez- hable primero.

-Tu madre me envió- mi poco buen humor desapareció al escuchar estas palabras.

-Tú no mereces los padres que te tocaron- Ella agrego.

-¿Enserio? - siendo irónico- Entonces te los regalo chiquilla abandonada desesperada por amor paternal, eso sí es que logras encontrar algo del cuerpo de Han Solo que no creo la verdad- pause para pasarla lengua por mis labios -aun saboreo su muerte, fue tan bueno clavar ese sable en su corazón- vi la expresión de dolor y desagrado en su rostro.

-¿Cómo puedes ser tan cruel? Tú… tú eres-

-¿Un monstruo?- la interrumpí,- te lo he escuchado decir eso varias veces, usa alguna otra palabra ¿o tu lenguaje es tan escaso?, pero claro que se podía esperar de alguien que creció en la mugre y la chatarra ¿no?- mi aguda voz sumado al desagrado que esta mujer me producía hacían que mis palabras sonaran tan venenosas y a decir verdad me gustaba.

-Me voy a arrepentir de esto toda la vida- dijo La chatarrera toco un panel en el cristal y se creó una abertura, necesite solo unos segundos para acercarme a ella tomarla por el cuello y la levantarla unos centímetros del suelo.

-Tienes razón, te arrepentirás por que la compasión es debilidad- le dije apretando mi mano en su piel de pronto ella coloco un aro metálico con una brillo azul en mi muñeca, pos instinto me separe y ella cayó al piso mientras tosía.

Trate de quitármelo pero no podía, al hacer fuerza física una descarga eléctrica se movió por mi cuerpo- ¿Qué es esto?- pregunte y vi como ella tomo otra igual y la coloco en la muñeca izquierda de ella mientras sonreía.

-Ahora estamos unidos, el mío es el principal y el tuyo el secundario, esto trabaja con fuerza si te alejas de mi más de 5 metros o intentas removerlo, sentirás esa misma descarga eléctrica mucho peor créeme, es producida por canalizar fuerza de sus usuarios, así que más te vale seguirme porque nos vamos de aquí-

-NO IRÉ A NINGÚN LADO CONTIGO- le grite y la vi caminar en reversa hasta salirse de la celda y acercarse a la puerta de entrada dio un paso más y la corriente eléctrica nuevamente por mi cuerpo, gritaba de dolor, fue tanto que caí al suelo retorciéndome, de pronto se detuvo.

Me costó respirar y Rey llego a mi lado –Kylo tenemos que irnos de aquí ya no podemos perder más tiempo- me dijo, maldije por dentro esta escoria inservible me tenía a su merced y esa idea no me gusto, sea cual sea la razones por lo que hacía esto, una vez pudiera matarla o cortarle ese brazo también, podría zafarme de ella, así que acepte su mano y me levante.

Quedamos frente a frente, un solo instante basto para detallar sus ojos cafés había algo en su mirada que me pareció tan familiar – sígueme- me dijo.

-¿Estas consiente que ayudarme te convierte en una traidora?- pregunte y la vi dudar.

-Quiero creer que hay cosas en ti que valen la pena rescatar- fue su respuesta,nuestras manos aun seguían unidas.


Nueva historia cortesía de Steven, en realidad la idea vino en una discusión mientras cenábamos, el comento que normalmente capturaban a Rey en los fics y trataban de llevarla al lado oscuro, ¿pero que pasaba si era Kylo el capturado? me pregunto y muchas cosas pasaron por mi mente, no pude evitar comenzar a escribir esta historia.

Muchisimas gracias a todas mis niñas del grupo de Reylo fans, Kat, fresita, Iva Asha, jasmin por ayudarme con el titulo, las quiero mucho esto es para ustedes.

tratare de pegarme lo mas fielmente a los carácter de los personajes, todo el fic sera contado desde Kylo Ren espero les guste esta primera mirada, un saludo a todos... cindy