One Piece no es mío.
Solo la idea de la historia es mía.

Este pequeño Two-Shot esta dedicado a la linda Karkstrek ya que este día tenía una prueba muy difícil.


I

La enfermera tecleó su nombre con suma lentitud antes de oprimir "Enter" y dejar que el procesador de la máquina trabajará buscando la información en la base de datos del hospital. Los supresores eran un medicamento controlado que solo se les otorgaba a los Omegas registrados. Una forma del gobierno para mantener bajo control a los omegas, todos ellos necesitaban aquel maldito medicamento y la única forma de conseguirlo era registrándose.

─Portgas D. Ace ─dijo la enfermera leyendo la información que aparecía en su pantalla─. Veinticinco años, actual residencia en Foosha, ¿es correcto? ─el chico del otro lado de la ventanilla asintió y la mujer fue palomeando las casillas de actualización para después mandar imprimir una nota que le entregó─. Pasa a la siguiente ventanilla, se te entregará medicamento para tres meses.

─Gracias ─Ace apretó la nota con fuerza y se alejó.

Odiaba aquel lugar y a todos los malditos Betas que trabajaban allí. No podía evitar sentir un gran desprecio por ellos. Las enfermeras rara vez los miraban a la cara y las manos frías de los doctores que los revisaban, cual ganado, ni siquiera eran capaces de estrechar sus manos para saludarlos. Ace habría aprendido a odiar a esos Betas pero sobre todo a los Alfas.

De niño su mayor aspiración fue convertirse en un militar, hacer algo útil con su vida pero cuando cumplió 6 años todos sus sueños se fueron al carajo. Esa noche mientras dormía soñando con su imagen fuerte y valerosa ocurrió lo menos impensable, se presentó como un Omega. Una experiencia desagradable acompañada de la mirada reprobatoria de su padre y la sonrisa triste de su madre, ambos Alfas. La probabilidad de que dos Alfas engendrarán a un Omega, era una en un millón y claro, él había tenido que ser ese uno.

Aún ahora podía recordar el dolor que experimento, fue como si alguien hubiera jalado sus órganos desde adentro para después sentir una clase de explosión en su interior. Su vida cambio por completo, en la escuela lo movieron de salón a uno donde había más como él, Ace nunca se sintió a gusto en aquel lugar ya que todos procuraban alejarse de él, algo normal considerando que era muy diferente a la imagen promedio de los Omegas. Sus amigos, Marco y Tatch trataban de animarlo diciendo que tal vez ellos también serían Omegas en un futuro, y aunque lo decían con una sonrisa, el pecoso sabía que por dentro deseaban no serlo, porque siendo realistas ¿Quién querría ser solo un objeto para procrear bebes? Y cuando llegó su época de celo todo fue peor, estaba condenado a tomar aquellas malditas pastillas asquerosas que sabían a vómito sino quería pasar tres largos días tirado en una cama, mojado y deseando que alguien se lo follará para que lo dejarán embarazado.

¡Vaya vida!

─¿Portgas? ─levantó la cabeza y se encontró con una enfermera rubia, Connie, creía recordar se llamaba. Ace asintió y la chica esbozo una sonrisa, para ser una Beta lucía agradable─ El doctor te verá ahora, por favor sígueme ─¿Doctor? Ace miró a la chica confundido. Connie esbozo una sonrisa conciliadora─. No tienes por qué preocuparte, es una revisión de rutina. Los Omegas sufren algunos cambios cuando llegan a los 25 años y debemos asegurarnos que todo esté bien para poder entregarte los supresores adecuados.

Nunca había escuchado de ninguna revisión. Miró a su alrededor y vio que otros Omegas también estaban siendo revisados. Tal vez era una nueva política, se puso de pie y siguió a la chica, de pronto la chica ya no le parecía tan agradable, sonreía demasiado.

El consultorio tenía la misma frialdad que el resto del edificio. Un cuarto blanco que olía a antiséptico lleno de cuadros sin sentido, ¿en verdad aquello era arte? A su parecer solo era tinta arrojada a un lienzo blanco, Ace incluso pensaba que si alguien colocaba un punto negro en un lienzo blanco e inventaba una tontería como que era la perfección del mundo o que simbolizaba el centro del universo se convertiría en una gran obra de arte que colgarían de algún museo y que valdría una cantidad estratosférica. Tras colocarse la bata que le diera la enfermera subió a la plancha ─en realidad era una camilla pero a él le parecía una plancha donde diseccionaban a los animales─ y espero a que llegará el doctor. No paso mucho tiempo antes que la puerta se abriera y un doctor entrará, parecía un niñito con el cabello castaño y los ojos grandes. El doctor se presentó como Chopper, le explico lo mismo que la enfermera, una revisión de rutina, Ace asintió sin decir nada, entre más pronto mejor, sino fuera porque necesitaba los medicamentos ya se hubiera largado.

─¿Ya has sido marcado? ─preguntó el doctor mientras revisaba sus ojos, Ace asintió─ ¿A qué edad fuiste marcado?

─A los 7 años ─el doctor detuvo su examen y lo miró, Ace sostuvo la mirada del castaño hasta que este se encogió sobre sí mismo y desvió la mirada, puede que Ace fuera un Omega pero en un combate podía vencer incluso a los Alfas.

─Eras muy pequeño para ser marcado, ¿acaso tus padres arreglaron algún compromiso?

¿Muy pequeño? Ace sabía que había omegas que apenas se mostraban como tal, inmediatamente eran marcados y reclamados, incluso en algunas familias poderosas que podían permitirse comprar omegas varios miembros de estas los usaban, después de todos no había suficientes omegas para todos.

─Algo así ─Ace solo había sido marcado pero no reclamado, ese fue el trato.

En realidad, el padre de Ace había pagado para que lo marcaran, de esa forma no lo llevarían a uno de esos centros para ser expuesto como mercancía. Solo los Omegas nacidos en familias ricas eran capaces de elegir a sus parejas, el resto de ellos eran vendidos al mejor postor, siempre y cuando no estuvieran marcados. A cierta edad, las clínicas comenzaban a ofrecerlos como figuras.

─¿Dónde está tu marca? ─Ace frunció el entrecejo, la marca de un Alfa sobre su Omega siempre era en un lugar privado y no estaba obligado a mostrársela a nadie─ Necesito registrarla, si no accedes a mostrármela tendré que llamar a seguridad.

Seguridad era un hombre obeso llamado Teach, a Ace le desagradaba aquel hombre, era un Alfa y siempre miraba a los Omegas como si fueran pedazos de carne. Con algo de renuencia, se bajó la bata para dejar al descubierto su hombro derecho, el doctor se acercó pero el apartó la mirada, no le gustaba ver aquella marca en su cuerpo.

A diferencia de otras marcas, esta era pequeña, la había hecho un niño de 4 años después de todo, la marca era apenas perceptible pero allí estaba, aquel aroma que se mezclaba con el suyo y que lo hacía indeseable para otros Alfas.

─Es muy pequeña, ¿Cuántos años tenía tu Alfa cuando te mordió?

─Cuatro.

─¿Vives con él?

─Solo me marco, no fui reclamado.

─Un Omega debe hacer su función, el gobierno podría obligar a tu Alfa a cumplirte ─Ace sonrió de forma burlona.

─¿No eres muy buen doctor, verdad? ─el castaño lo miró confundido─ ¿Por qué no terminas de leer mi expediente? Allí encontrarás la respuesta.

Chopper revisó el expediente, abrió la boca y miró al chico sin saber que decir. Ace sonrió ante la incomodidad del castaño.

─¿E-estéril? ─preguntó incrédulo.

─Así es, no puedo tener hijos. Mi Alfa me rechazo cuando se enteró así que solo quedé marcado.

Las leyes lo permitían, si un Omega era estéril estaba en su derecho de buscar a otro para que le diera hijos. Claro que el Alfa que lo marcó, o mejor dicho su padre, era consciente de eso pero no le importó. Hasta donde recordaba era amigo de su padre, pero Ace nunca volvió a verlo, ni a él ni al niño que lo marco, ni siquiera recordaba cómo era.

─De acuerdo ─la historia no era inusual, así que el castaño continuó con su revisión─. Recuéstate, debo examinarte.

Ace obedeció y se recostó en la plancha mientras el castaño lo hacía apoyar las piernas sobre una paleta. Aquella posición era de lo más denigrante, incomodo miró la pared donde un ilustrativo cuadro mostraba los órganos internos de un omega, tanto los de los varones como los de las mujeres, no era un cuadro apropiado para estar allí. Ya antes lo habían revisado pero no por ello se sentía a gusto con eso. Un grito de dolor salió de su garganta al sentir algo frío ser introducido en su cuerpo, eso nunca había pasado antes.

─D-duele

─Lo siento, pero debo revisar algo, trata de relajarte ─Ace gimió y cerró los ojos, sintió un pinchazo que lo hizo gritar nuevamente, aquel no era un examen de rutina.

─Basta… esto no es un examen ─intento alejarse pero tenía las piernas atadas a las paletas.

─Lo es, necesito que te tranquilices. Cuando los Omegas cumplen 25 sufren algunos cambios, ya casi voy a terminar de acuerdo.

El examen no duro ni siquiera 5 minutos pero a Ace le pareció una eternidad, cuando el doctor terminó le dio la nota para que recogiera sus supresores, además de que le dio una cita para la siguiente semana. Nunca nadie le dijo nada sobre eso, pero no era como si se hubiera preocupado demasiado por saber sobre eso.

La fila para recoger los supresores era excepcionalmente larga, Ace suspiro, iba a tardar mucho en recogerlos.

─Disculpa ─el pecoso se giró para ver quien le hablaba y se encontró con un muchacho un poco más bajo que él con cara de idiota─ ¿Estas es la fila para recoger los supresores?

Ace miro al chiquillo sorprendido, ¿era un Omega? Olía un poco extraño. Asintió. Igual no conocía a muchos Omegas como para saber cuál era el olor normal de uno de ellos.

─Sí.

─Menos mal, llevo buscando esta fila desde hace rato ─esbozo una sonrisa─. Mi nombre es Luffy, ¿cuál es el tuyo?

─Ace ─el pecoso maldijo para sus adentros los buenos modales que Makino le inculcara cuando niño.

El chico lo miro unos momentos y frunció el entrecejo para después cruzarse de brazos, Ace no pudo evitar sentirse algo incómodo por la mirada del chiquillo, era como si lo estuviera evaluando. Ace trago saliva y desvío la mirada. Para ser un Omega aquel chico tenía una presencia bastante fuerte.

─¡Eres muy lindo! ─Ace frunció el entrecejo, nunca en toda su vida alguien lo había llamado lindo.

─¿Qué…? ─Luffy rió, su risa era bastante peculiar, sus fuertes "shishishi" se escuchaban por toda la sala y estaban atrayendo la atención de todos.

─Oye ─el chiquillo alargó la mano para dejar al descubierto la pequeña marca en su cuello─. Ya estas marcado, ¿Por qué estas tomando supresores? ─Ace se sonrojó y apartó la mano del chico con un manotazo.

─No es asunto tuyo ─Luffy hizo un puchero, pero inmediatamente esbozo una sonrisa.

─Shishishi, incluso molesto te ves lindo. Yo no tengo Alfa ─como para recalcar sus palabras estiro el cuello para que Ace pudiera ver que no tenía marca alguna.

─Felicidades ─dijo antes de girarse y darle la espalda, ¿por qué había tenido que tocarle delante de un chiquillo parlanchín y metiche?

─Oye ─Ace suspiro al sentir como el otro lo movía por el hombro─, ¿duele mucho cuando te marcan?

─Si, duele como el infierno, ahora, déjame en paz.

─Portgas D. Ace, Monkey D. Luffy ─los llamó la enfermera desde atrás de la ventanilla, Ace se acercó seguido de Luffy. La enfermera recogió las recetas de ambos y se retiró en busca del medicamento.

─¿Cómo se llama tú Alfa? ─aquel chiquillo no conocía el significado de la palabra "privacidad".

─No te importa ─la enfermera volvió con sus medicamentos, Ace tomó la primera bolsa a su alcance, firmo de recibido y se marchó lo más pronto que pudo pese a que el chiquillo gritaba su nombre y le pedía que lo esperará.

Su departamento estaba en uno de los viejos edificios reservados para los Omegas, el mundo estaba claramente separado por status y posiciones. Era un panorama deprimente pero estaba bien, no era como si pudiera hacer algo para cambiarlo, como un Omega marcado sin reclamar su posición era algo baja pero al menos lo dejaban en paz. Un pequeño precio que estaba dispuesto a pagar. Solo cuando entró a su departamento reviso el medicamento, eran unas píldoras blancas del tamaño de una pequeña gota de agua, pero la etiqueta de esta fue lo que llamó su atención: Monkey D. Luffy.

¡Tenía que ser una maldita broma! Se había equivocado de medicamento, justo cuando se dio cuenta de eso, el timbre de su puerta sonó, molesto por la equivocación se giró y abrió la puerta con la peor mirada que tenía, pero cambio rápidamente al ver de quien se trataba.

─¿Tú? ─su tono incrédulo era bastante obvio.

─Shishishi, disculpa que te siguiera hasta aquí pero… ─levantó la bolsa con unas píldoras de color crema pequeñas, Ace las miró confundido─, te llevaste mi medicamento por error. Traté de decírtelo en el hospital, pero… creo que no me escuchaste ─Ace se sonrojó horriblemente, lo había escuchado pero pensó que solo quería seguir molestándolo y lo había ignorado.

─Yo… gracias ─dijo tomando la bolsa con el medicamento─, ¿qui-quieres pasar? ─Luffy sonrió.

─¡Gracias! ─antes de que Ace pudiera decir otra cosa, Luffy ya había entrado, un intenso aroma a sándalo llegó hasta Ace, el chico estaba sudando y eso hacía que su olor se intensificará. Ace se sintió culpable, había pensado que aquel chiquillo solo quería molestarlo─ Tu departamento es muy bonito, se parece al departamento de Sanji ─Ace asintió aunque no tenía idea de quien era Sanji.

─¿Puedo ofrecerte algo? ─los ojos de Luffy se iluminaron.

─¿Tienes algo de carne!
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Continuará


Espero que este capitulo haya sido de su gusto.
Esta historia será de dos capítulos, la idea era subirla completa pero no logré terminar el segundo capítulo, pero quería subirlo hoy así que este es el primer capítulo.

Si alguien gusta dejar algún comentario, son bien recibidos.
¡Muchas gracias por leer!